Remus salió del despacho del director, y aún con las lágrimas cayendo por sus ojos, y sin hacer ni el más mínimo intento por sacar las, Remus avanzó hacia el salón de música, ya que para él el salón de música era un refugio, la biblioteca ya no tenía la misma re-confortación de antes, ya que la bibliotecaria lo veía con recelo por haber permitido que se incendiara él libro. Lupin vagaba con pesar por el lugar para llegar hasta el salón. Varios alumnos que lo veían pasar trataban de detenerlo, algunos le preguntaban que era lo que le ocurría, pero él siempre respondía un simple y rápido "nada, déjenme en paz, por favor". Algunos lo tomaban bien y se apartaban, otros solo bufaban y se marchaban ofendidos, solo porque Jhon Lupin no quiso contarles nada, pero a él no le importó, no tenía porque contarles algo.

- Eh Lupin, ¿seguro que estás bien? ¿no te pasa nada?- le dijo un chico pelirrojo, a lo que él solo asintió sin dejar de caminar- vale...ve con cuidado...-lo escuchó decir. Remus sonrió sin gracia, esa misma escusa había dicho para sacar a Severus de un posible problema.

"Idiota inservible" Remus sollozó, lo que Severus decía le dolía, le dolía demasiado, por que a pesar de que para él eran palabras vacías viendo de el azabache, estas le recordaban a las palabras que su difunto padre le decía cuando lo veía equivocarse. "Ridículo, no sabes parar ni una maldita broma de los idiotas de tus amigos" Su padre insultaba a sus amigos, no los toleraba, antes de tener a James y Sirius también tenía a dos amigos, ambos despreciados por su propio padre, y separados y odiados por el mismo hombre que había traído a Remus al mundo.

Remus se odiaba a si mismo, tras recordar el ataque que llevó a cabo en Dumstrag, cuando atacó a James y Sirius. Ese tipo de arranques solo los había tenido dos veces, una causó el coma de sus actuales amigos y colegas, la primera mató a su padre. Remus fue víctima, por primera vez, de la droga, y sin saber que hacer, cuando vio como su padre lo insultaba le propinó un golpe que lo dejó aturdido, para luego golpear a su padre con una botella de Wisky de fuego, dejando a su padre aún más aturdido. Remus odiaba recordarlo, odiaba recordar como llamó a su mascota, a su perro, un precioso Doberman azabache, ese animal majestuoso y a la vez tan macabro. Ese animal que solo a él obedecía. Remus no podía, no podía sacar esa escena de la cabeza. No podía olvidar como fue que él se sentó en el sillón que solo su padre ocupaba, para luego decir "Come", tras esa orden su perro, su amigo de toda la vida, despedazó a su propio progenitor a mordiscos. Jamás. Al despertar los efectos de la droga se habían marchado, pero él no sentía remordimiento, y eso lo llevó a entregarse por propia voluntad a la estación de policía, donde esta decidió mandarlo a Dumstrag.

- ¡Épa!- sin notarlo chocó con el castaño amigo del rubio de Malfoy. Este lo había atrapado antes de que se diera de cara contra el suelo.

- oye... mira bien por donde vas ¿si?- la voz sugerente y ronca de Lucius lo rayeron de un tirón al mundo real, a la horrible realidad- oye... ¿estás bien?- Lucius lo cogió de los hombros y le buscó con la mirada, pero Remus solo la desvió e intentó zafarse del agarre que el rubio le imponía, pero este no cedió- ey... ¿que te pasa?- insistió Lucius, suavizando de manera imperceptible la voz.

- oye...- le llamó Tom frío, pero un poco más suave. Eran los chicos malos de instituto, pero no unos descorazonados sin sentimientos. Sabían cuando ser duros y cuando no.

- lo-o... lo siento...-se disculpó el castaño en un sollozo- s-si... estoy bien...- dijo mientras miraba hacía el suelo- por favor, podrías soltarme...debo ir a clases...- se excusó sin pensar.

- hoy es martes... y estamos en recreo...-le dijo Lucius mientras lo miraba fijo.

- lo lamento...-se volvió a disculpar.

- deja de disculparte por algo que no merece perdón, es una tontería por lo que te disculpas...-le dijo Lucius mientras retomaba su postura- venga, síguenos...-le dijo a Remus, quién solo lo miró por entre sus pestañas- ibas al salón de música ¿o no?- Remus asintió con timidez- bien, pues entonces vamos, allí íbamos nosotros...-dijo Lucius mientras lo soltaba.

- ¿donde están tus amigos? ya sabes... los Black, y ... Jame-¡Potter!, y Potter...-dijo inquieto.

- ¿que rayos fue eso?- le mió Lucius con una ceja arqueada.

- nada, solo deja que el peque responda...- se excusó sin miramientos.

- ¡Oye!- chilló Remus- no soy un "peque", tengo 17 años...-se excusó Remus, con un tierno puchero que causó a Lucius una imperceptible sonrisa.

- sigues siendo un peque...- siguió, viendo como, de reojo, las lagrimas del castaño más bajo que él (y Lucius) se detenían.

- ¿a sí? ¿y cuantos años tienes tú?- le cuestionó Remus de brazos cruzados, sin perder su aire gentil.

- esa, pequeño crío, es información clasificada...- dijo con aires de elegancia mientras lazaba su cabeza.

- 17 años, igual que tú...- respondió Lucius con una sonrisa traviesa.

- ¡eh!- exclamó Tom mientras le daba un puñete ligero en el brazo- ¿así es como tú guardas la información?- le recriminó el castaño, mientras que el rubio se encogía de hombros. Ambos chicos sonrieron de manera leve al escuchar una tímida risa de parte de Lupin.

- aquí me debo ir...-dijo Remus, a lo que el dúo de plata lo miró atónito.

- ¿como dices?- preguntó Lucius.

- debería de estar en la enfermería, o de lo contrario James se asustará...-sonrió.

- claro, pero esto...- dijo Lucius mientras lo agarraba del brazo- nunca pasó...-le advirtió con mirada fría, a lo que Lucius la descongeló rápidamente al ver como los ojos del castaño se nublaban de lagrimas nuevas- nuestra fachada caería si se enteraran de que le vamos como payasos por ahí a los nuevos, ¿entiendes?- dijo con un guiñe travieso de ojo, sacando a Remus una sonrisa nueva.

- claro.... adiós Riddle, Malfoy...- dijo Remus con una inclinación de cabeza.

- adiós Lupin...-respondieron ambos al unísono, para luego verlo marchar por el vacío pasillo.

- no entiendo como es que ese chico está con ese dúo de idiotas...-soltó Lucius mientras se adentraban al salón.

- oye, oye, oye, que uno de los idiotas me interesa...- le recriminó Tom, mientras veía como el rubio cerraba la puerta.

- oye...- Tom miró a Lucius, quién le señaló el fondo del salón con un movimiento de cabeza.

- oh...-musitó al ver a Regulus con los ojos abiertos y las baquetas sostenidas de manera fuerte.

- ¿qu-que... que dijiste de mi hermano y Prongs....?- preguntó el chico atónito.

- esto...-musitó Tom.

- ¿saben que? no me importa...-dijo Regulus mientras dejaba las baquetas encima del taburete, para luego caminar con su digna elegancia y delicadeza hacía la puerta, pasando bajo las atentas y meticulosas miradas de los platinos. Cuando un grito llamó la atención de los presentes, desde el exterior del salón.

- ¡¿que quieres saber?! - se escuchó por una parte.

- ¿Potter?- preguntó Regulus, más para si que para Lucius y Tom.

- ¡¿que es lo que iba a decir de Tom?! - la voz de Severus fue reconocida rápidamente por los tres muchachos.

- ¿Severus?...- meditaron Malfoy y Riddle.

- ¡eso no te importa! - exclamó James.

- ¡claro que si es mi amigo! - se justificó Severus.

- ¿de que cojones hablan esos dos?- preguntó Lucius mientras ladeaba su cadera hacía la derecha con los brazos cruzados, a la par de arquear una ceja.

- ¡pues parecen algo más! - recriminó James furioso.

- ¡¿a que mierda te refieres?! - Lucius y Tom intercambiaron miradas desconcertados.

-¡siempre tan juntos, siempre inseparables, siempre tan sobre-protectores los unos con los otros! - se explicó James aún más enojado.

- ¡¿piensas que somos pareja?! - Tom hizo una mueca de indignación ante la declaración de Potter.

-¡no soy el único! - Lucius arcó una ceja, y torció la boca.

- ¡¿que quieres decir?! -

-¡SIRIUS ESTÁ ENAMORADO DE TI, JODER! -

- ¡¿qué?!- Chilló Regulus impactado.

- ¡Y SI NO SE TE AH DECLARADO AÚN, ES PORQUE TU Y EL ESTÚPIDO DE RIDDLE NO SE HAN MOLESTADO EN DAR MÁS QUE LA PINTA DE PAREJA! - el gritó se ahogó en una especie de sollozo que alertó al menor de los Black y a Riddle. Lucius se desentendía del mundo.

- ¡QUE ESTOY ENAMORADO DE TOM, PEDAZO DE IDIOTA! -Tom no aguantó las dudas y abrió la puerta, topándose con semejante declaración por parte de Potter.

- ¿que tú que...? - preguntó Tom aturdido. La mirada de James se tornó llena de pánico, su cuerpo sufría espasmo de miedo, y su labio inferior estaba fuertemente apretado.

- Tom... - murió Severus, mientras lo miraba atónito.

- Riddle...-jadeo James aterrado.

- James ¿qué...?-susurró desconcertado. Las bromas de Potter, ¿significaban algo más?.

- Riddle...y-yo...-balbuceó James, mientras se apartaba del cuerpo estático de Marvolo.

- Alumnos, les pido a cada quién que asista al Gran Salón de Ceremonias, pues debo de darles un anuncio importante, gracias- el altavoz aumentó el volumen de la voz del Director, sobresaltando a los cinco adolescentes. Regulus lo aprovechó, y en menos de un segundo ya había cogido a James del brazo.

- ¡corre idiota!- le gritó mientras arrastraba a un espantado James, quién seguía su paso de manera automática, pues realmente estaba en shock. Se declaró, se declaró de la peor forma posible.

"Se acabó, si antes no me toleraba, ahora no solo me repudiará, me odiará y burlará para siempre..."

- Black...- masculló Tom, mientras apretaba los puños con furia.

- ¿Tom...?- preguntó Lucius a su amigo, mientras posaba una de sus manos en el hombro de su castaño amigo, en señal de apoyo.

- maldito engendro...-gruñó mientras veía la silueta de Regulus desaparecer al doblar una esquina.

- ay Merlín, protege a ese chico...que de esta no sale ileso...- masculló Lucius con pavor. Esto no acabaría bien para el pobre Regulus. Ni para nadie que mantuviera relación alguna con James.