Llegando a Hogwarts
El auto del director no era lo más normal del mundo en esa época tan moderna ¿Un 105E Ford Anglia de color azul pastel y de techo blanco en 2018? No, definitivamente no era de lo más normal en esa época, pero claro que lo era el ver a un anciano de unos 87 años conduciendo una antigüedad como esa, si, eso si era normal en esos años. El auto se detuvo enfrente de un enorme edificio, exageradamente enorme, y de un hermoso paisaje natural, lleno de árboles puros y verdes, césped brillante. El edificio era tan grande como un castillo, y su forma era tan rara como uno medieval. La construcción dejaba ver que tenía al menos unos 8 pisos, y la institución ocupaba una zona de 4 cuadras, con sus calles incluidas.
- Mierda, nunca había visto un edificio tan grande como este...- James inmediatamente sintió un golpe duro en su brazo, y con un quejido se sobó la parte afectada, mientras miraba a Remus con fastidio.
- ¡¿Qué fue lo que te dije sobre ese lenguaje tan vulgar?!- le reprochó el dueño del golpe, mientras todos bajaban del auto, todos atentos a la situación que Remus había montado con James, inclusive Regulus, pues este adoraba ver como el castaño reprendía a James por sus modales.
- ¿Qué "no lo volviera a hacer"?- responde cínico- ¡¿Yo que sé?!- Remus le pegó un socarrón en la cabeza.
- ¡Compórtate como el adolescente responsable que simulas ser ante los demás!- le exigió de manera paterna.
- Ay Remus, Cachorro, calma... - lo apacigua Sirius con burla- Le vas a dejar el cerebro más chato de lo que ya lo tiene...- intervino, mientras acogía al mencionado, quién todavía seguía tenso y con una mirada penetrante fija en James, a modo de reproche, mientras Black lo abrazaba de manera "relajante".
- Bueno jóvenes, disculpen el atrevimiento, pero... - los adolescentes lo voltearon a ver- Debo de decir que vosotros hacéis una pareja adorable, con el debido respeto- acotó el director, quién los miraba de manera bromista.
- ¡Oh, no! Director, usted se confunde - ríe Sirius, divertido- No somos más que amigos, es normal en nosotros tener estos acercamientos...- aclaró Sirius con toda la confianza del mundo al director con una sonrisa ladina, mientras se recargaba en los hombros de Remus, quién se relajó rápidamente.
- Ah bueno, pues, es una lastima, por que ustedes dos hacéis una pareja hermosa, pero bueno, si solo amigos son, bien por ustedes- sonrió Albus, mientras seguía su tarea de guiar a los adolescentes hacía el interior de su colegio.
- Usted aparte de director no será alguna clase de casamentera ¿Verdad?- preguntó James con diversión, a lo que Dumbledore rio agraciado por la broma de su nuevo estudiante.
- ¡Ya quisieras muchacho, ya quisieras! Aunque se me da muy bien la tarea...- rió el director, contagiando de su risa al trío dorado, claro que Regulus, como siempre, se abstuvo de reír por el comentario, que ni pizca alguna de gracia le causó.
- Más le vale no tratar con nosotros - rió Sirius, causando otra risa al director y a sus propios amigos. Cuando se dieron cuenta ellos ya estaban frente a una habitación, en esta figuraba un numero y una letra de madera; B-13.
- Muy bien mis niños, esta será su habitación, aquí les dejo sus llaves- le entregó las llaves a James, quién las recibió a gusto- Cuando acaben de instalarse podrán ir a buscarme a mi despacho, está en la planta baja, cuarto 1-5, para que pueda darles sus horarios, y reglamento, y todo lo necesario para su establecimiento de una manera adecuada, ahora siéntanse cómodos- dicho esto el mismo se marchó hacía unas escaleras al final del largo, y casi interminable, pasillo.
- ¡Perfecto!- exclamó satisfecho Lupin, para luego arrebatar las llaves de las manos a James.
- ¡Oye! - exclama- A mi me dio las llaves -reclamó Potter.
- Si, pero tú eres un egoísta y tienes unas reglas muy raras con respecto a las zonas privadas que tenemos- le contradijo Remus.
- Exacto, déjale la tarea a alguien responsable Jamie- rió Sirius mientras le tendía la mano a Remus, a la espera de que este le cediera las llaves, pero este no lo hizo.
- Tú, mi amigo, ere el menos indicado para hablar de responsabilidad - bufó Remus. Sirius hizo un puchero y asintió con la cabeza.
- Pero yo me la paso estudiando y olvido muchas cosas por eso... -murmuró Remus para si pensativo, hasta que miró a Regulus- Ten- dijo entregándole las llaves.
- ¡¿QUÉ?!- gritaron Sirius y Potter abrazados con terror ante la elección de su amigo. El escogido solo tomó las llaves con su usual cara de "nada me interesa", y abrió el cuarto, el primero en pasar fue Remus, y al verlo pasar, Regulus cambió su cara de "ojalá te mueras" por una sonrisa burlesca y ladina, que ofreció a Sirius.
- En tu cara hermano...- rió levemente mientras se metía al cuarto.
- ¡Que yo no soy tu hermano!- Exclamó furioso, siendo contenido por los brazos del Potter, o de lo contrario se tiraba sobre su "hermanito menor" para despellejar-lo.
- Tómalo con calma Siri, poco va a faltar para que pierda las llaves y Remus se quede con las nuevas... - James almea su espalda- Ya lo verás amigo, ya lo verás -dijo resentido mirando al hermano de su amigo pasearse por la habitación, luego de unos segundos conteniendo la molestia de cada uno entraron, dispuestos a desempacar.
Al cabo de unos 15 minutos los cuatro adolescentes terminaron de desempacar sus pertenencias y colocarlas en sus respectivos lugares, y asignar las camas de cada uno. Luego de eso, salieron de su cuarto y se dirigieron hacía las escaleras, para así buscar el despacho del director, el cual quedaba 4 pisos más abajo. Al llegar al corredor, cubierto de casilleros, los adolescentes llegaron al despacho del director, al abrirlo lo vieron, el director comiendo caramelos de limón de manera compulsiva sin dejar de leer algunos documentos, Regulus carraspeó su garganta, y con eso llamó la atención del director, quién les cedió el permiso de sentarse en las sillas que se situaban frente a su escritorio con una sonrisa suave.
- Tocar no habría estado mal - sonríe divertido. Remus se sonrojó apenado.
- Lo sentimos- sonríe nervioso.
- No se precupe, joven Lupin. Está bien- carraspea la garganta y ofrece un caramelo a los estudiantes, quienes declinaron la oferta amablemente- Muy bien, empezaré con las reglas básicas, supongo que con eso ya podrán deducir el resto del reglamento:
1: No pueden estar fuera de sus habitaciones más allá de las 12:00pm, a no ser que tengan el permiso de algún profesor.
2: En las plantas C y D, que son los dos pisos superiores a los de su habitación, son cuartos femeninos, se les está prohibido entrar a esos cuartos, si pueden vagar por esos pasillos, pero no entrar a los dormitorios. Y no les hagan bromas.
3: Se prohíben bromas brutas, tales como taclearse o golpearse, y no jueguen bromas pesadas a los profesores, les costaría barios escarmientos de parte de los mismos.
4: Cualquier acto de agresión hacia el profesorado será castigado severamente, la única excepción es que se encuentre en defensa propia.
5: Los alumnos podrán salir de los interiores de Hogwarts si tienen autorización paterna, salvo excursiones del colegio, los profesores no podremos hacernos cargo de la seguridad de sus hijos.
6: Ante cualquier problema entre alumnos se debe comunicar al director, será quien proponga una solución si el problema no lo ha podido solucionar algún profesor.
7: Los duelos entre alumnos estarán permitidos, porque todos sabemos que a esta edad ustedes los adolescente son muy inquietos y les cuesta bastante controlarse, por lo que cedemos ante esa reacción pero ante cualquier acto excesivo de agresión se aplicara la norma anterior.
8: Cualquier alumno podrá ganar puntos adicionales para aprobar, si el profesor lo permite, realizando trabajos extra o siendo su ayudante durante las clases.
9: Se prohíbe TERMINANTEMENTE, los actos de REBELIÓN en el colegio, la autoridad es sagrada y cualquier intento de derrocarla supondrá la expulsión directa. No se asusten.
- Ah, suena pasable- sonríe James, cruzándose de brazos. Podía vivir con esas normas.
- Eso es todo mis muchachos, con eso ya les he explicado casi todo, aquí tiene sus horarios, como hoy es sábado no tienen clases, así que sean libres de explorar y recorrer la institución como gusten- entrega las hojas fotocopiadas, que cada alumno tomó extrañado- Hasta el próximo fin de semana no se les será permitido salir del instituto por precaución, no es que no confié, sino que así lo pidió el ministerio- aclaró el director sonriente.
- ¡Wow, wow! ¡¿Sábado sin clases?! - exclama Sirius sorprendido.
- ¡¿Y tenemos el día libre, de verdad?!- exclamó James impresionado.
- Pero claro que si mi niño, sino sería abuso...- respondió tranquilo el director.
- En Dumstrag nunca era así, incluso lo vio- dijo Remus, a lo que Dumbledore asintió de manera seria.
- Aquí en Hogwarts les damos a los alumnos descanso y reposo, y también, claro, una buena educación... -sonrió.
De repente la puerta del despacho se abrió ruidosamente, y dio paso a la imagen de un rubio, y dos morochos, a ninguno se le veía feliz, y hasta sus caras eran aterradoras. Detrás de ellos había una mujer, medio pasada de edad cubriendo su salida, dando a los muchachos la única opción de entrar, o entrar. Los adolescentes bufan y dan un paso adelante, para que la mujer pudiera cerrar la puerta.
- ¿Profesora Mcgonagall? ¿Qué ocurrió?- preguntó el directo confundido por la repentina aparición.
- Pelea, otra vez -suspiró con fastidio, mientras daba un ligero empujón al azabache más alto de los tres estudiantes en problemas. Este tenía el cabello lacio y oscuro, con unos ojos castaños, semejantes al carmín.
- Déjalos aquí, justo estaba hablando con los nuevos alumnos -sonrió el anciano, a lo que la profesora asintió con desgano.
- Buenos días alumnos, perdonen mi brutal interrupción- se disculpó la dama.
- No hay de que señora - musitó Remus cortes, a lo que la mujer sonrió con ternura por encontrar a un adolescente con tales modales, mientras que el rubio de la habitación lo miró fijo, pero con gran disimulo.
- ¿Qué hicieron ahora?- musitó el pobre director con una cara de cansancio, frotando sus manos contra su cara, escuchando a McGonagall retirarse.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro