- ¡NO VUELVO A REALIZAR UNA CAMINATA, NUNCA MÁS! - Grito Sirius con los brazos extendidos al cielo.

- ¿de que mierda te quejas, si el que te llevó a carga de burro fui yo? - gimoteo Severus con el heredero Black en las espalda a cuesta de una enorme colina para así poder regresar al camping.

- si cierto... No más te estaba jodiendo... - rió Sirius mientras se agachaba para dar un beso al sedoso cabello onix del chico. Luego se bajó de la espalda del azabache, y sin previo aviso lo levantó en su espalda- ahorita un cambio de transporte, monada... - río Sirius mientras sentía al azabache recostarse totalmente abatido sobre su espalda sin medir cuentas de nada.

- que chulos se ven juntitos... - interrumpió James, quien había cambiado con Tom desde hacían unos 27 minutos, y ahora era él el que llevaba a Tom en la espalda.

-ya...-susurró Tom al oído de su pareja mientras miraba al mayor de los Black cargar a su mejor amigo- Ammmmmm... ¿Severus? - le llamó Tom, pero no obtuvo respuesta.

- esta dormido ¿verdad? - dedujo Sirius mirando al par a su lado de reojo.

- dame un minuto... - pidió Tom- ¡SEVERUS SE QUEMAN TUS LIBROS! - Severus se despertó aterrado por el repentino cambio de volumen para luego mirar fastidiado a Riddle- ya no lo está... - sonrió Tom travieso.

- Black... Si puedes acercarme a Potter seria el pendejo más feliz de la tierra... - siseo venenoso el disgustado Snape, a lo que Sirius rió por lo bajo, mientras que Riddle se tensaba.

- Citrino... - tartamudeo Tom con los ojos abiertos como platos- corre...-sugirió mientras daba palmaditas rápidas en el hombro del aludido, sin siquiera apartar su aterrada mirada de la gélida onix de su amigo.

- estás muerto, Riddle... - siseo mientras Sirius se acercaba disimuladamente al par "Potter-Riddle".

-¡EN LA CARA NO, QUE DE ESO VIVE! - Exclamó James entrando en pánico, a la par de correr como pudo con su pareja aún en la espalda, siendo seguidos de cerca por Sirius.

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- lo imaginaba más débil... - masculló James con una mejilla inflamada y morada, mientras que a su lado se encontraba un enfurruñado Tom en el mismo estado que el suyo.

- no te fíes de su escuálida figura física... - gruñó, mirando con recelo el par de asientos que se encontraban frente a ellos, ya que allí se encontraban la otra serpiente y el otro león.

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- si me haces algo Black, te mato... - masculló Severus mientras se apoyaba en el hombro del aludido.

- no penses así, que no te voy a hacer nada. Prometido... - rió Sirius mientras se dejaba hacer. Segundos luego el azabache ya se encontraba dormido sobre el hombro del del cabellos rizados con toda la calma del mundo. Sirius resistió unos minutos, pero al final acabo por terminar apoyando su mejilla en la cabeza del dormilón Severus para acabar igual que este.

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- Entonces, ¿te duele mucho, o no? - preguntó Lucius al sonriente Remus, quien lo miraba desde una de las bancas para los suplentes del campo de Quidditch mientras Malfoy practicaba la maniobra de encestar a distancia.

- no, no me duele tanto como me debería doler... Y por cierto, gracias por evitar que se me marcará una contusión ósea...-agradeció aplaudiendo al ver que el Malfoy había encestado con una maniobra impecable. No había necesidad de gritar, pues ya que estaban solos sus voces hacían eco.

- ha sido un placer, no fue nada... - sonrió al ver que le festejaba el logro su castaño favorito.

- oye, te hago una pregunta... - se aventuró el castaño.

- adelante... - le confirmó mientras pateaba el balón hacia el arco de su izquierda.
- ¿Que puesto cumples en la mafia? - Malfoy se sorprendió, y en su distracción el balón le rebotó contra el pecho, tirando al rubio de espaldas- ¡Lucius! - Exclamó asustado. Mientras se acercaba con precaución de no doblarse el pie vendado. Para cuando llegó Lucius apenas y se estaba sentando un tanto desconcertado, y con el balón abrazado a su pecho- ¿estas bien? - le preguntó con una mano en el hombro, pero ni con el tacto el Malfoy había reaccionado verbalmente, solo asintió con la cabeza.

- ¿porque queres saber eso? - preguntó Lucius con algo de desconfianza, desconfianza de la cual Remus se sintió adolorido.

- me figuro que hablar de temas siameses no equivale a algo productivo para vos...-gruñó, utilizando la violencia y mal humor como defensa y mascara para evitar ser visto como débil.

- ¿que te pasa? solo te pregunté para que querías saberlo, nada más...-siseó Lucius desconcertado, y más se desconcertó cuando vio que el castaño apartaba con brusquedad su manos de su hombro, casi como si le estuviera diciendo; "hubiera sido mejor que te rompieras algo con ese balón".

- nada...- respondió seco, mientras intentaba levantarse solo.

- ¿nada?- repitió desconcertado- deja, te ayudo...-ofreció al ver que el castaño hizo una mueca de dolor al haber posicionado mal la pierna.

- déjame, estoy bien...-siseó en advertencia sin atreverse a mirarlo, para luego cumplir con lo dicho, y así acabar de levantarse.

- ¿que te pasa que estás tan molesto?- inquirió serio mientras dejaba el balón a un lado y se paraba frente al castaño.

- nada...-ladró mientras trataba de esquivar al rubio para irse de allí y buscar al único ser que estaba presente y que tal ves pudiese ayudarle con su humor; Regulus.

- ¿podrías fingir que te interesa descargarte, por tan solo 5 segundos?- gruñó Lucius cubriendo las salidas con sus brazos.

- podría, pero no lo querría...-respondió mientras pasaba por debajo de los brazos tonificados de rubio. Lucius atrapó a Remus del brazo sano, y rápidamente lo atrajo hacía si.

- ¿podes dejar de fingir que no te importa?- bramó- estudié psicología con mi padre, por lo que sé diferenciar cuando estás fingiendo y cuando no...-exclamó, sintiendo la punzante mirada avellana de Remus.

- ¿ y a mi que con eso?- siseó- no me importa mi estado de animo, menos va a importarte a ti...-aceptó, para luego tratar de zafarse del abrazo del rubio, siendo un esfuerzo en vano.

- haber... si, sé que no te importa tu propio estado animo, pero a mi si me importa...-se sinceró con un bufido- pero si seguís así vas a acabar por lastimarte...-le avisó, pero Remus le hizo caso omiso e intensificó la fuerza.

- vale, ¿y que esperas que haga? ¿eh?- preguntó irónico y con la clara intención de lastimar al rubio, aunque de nada sirvió.

- afrontar el momento, solo lo estás evadiendo...-advirtió.

- no me importa, soy más feliz evadiendo que afrontando...-respondió con un encogimiento de hombros y cara de indiferencia.

- cobarde...-lo acusó Lucius con el ceño fruncido.

- ¿que?- bramó ofendido.

- ¡que sos un cobarde! ¡estúpido!-repitió furioso- no tendrías que se así, cambiarías si tuvieras ayuda de alguien...-refutó con ira.

- ¡¿y quién mierda se interesaría por un estúpido como yo?! ¡¿eh?!- gritó con las ganas de llorar guardadas en una caja de cobre sellada- ¡ni me padre me quiso! ¡¿que me garantiza que le voy a importar a alguien más?!- exclamó indignado.

- ¡si me lo pidieras te ayudaría!- le contradijo decepcionado.

- ¡no aceptarías si vieras como soy realmente!- discutió.

- ¡¿un cobarde?! ¡yo también lo soy, todos lo somos!- gritó desesperado y con una expresión sumergida en la preocupación.

- ¡mentira! ¡yo lo soy más que todos los otros estúpidos! ¡no todos tuvieron que matar a su propio padre! ¡no todos tuvieron que luchar contra otros por no ser violados! ¡no todos tuvieron que acabar y sobrevivir a duras penas en una penitenciaria impura! ¡no todos tuvieron que vivir como yo lo eh tenido que hacer!- exclamó adolorido, pero sin ningún indicio de que lloraría.

- haber, yo no eh pasado por eso, pero si tengo un padre al que desearía aniquilar, ese sujeto no sabe apreciarme y mucho menos quererme, siempre eh sido su decepción. No eh tenido que luchar para no ser violado, pero si para no ser asesinado y torturado. No eh tenido que pasar años en Dumstrang, pero si eh tenido que ocultarme como gusano en Hogwarts para evitar incidentes. No siempre e tenido que sonreír, ¡¿te crees que yo no utilizo mascaras semejantes a las tuyas para no ser debilitado?!- exclamó con los ojos cristalinos de la furia.

- ...-Remus solo lo miró a través de sus largas pestañas, antes de suspirar agotado, y dejar caer su cabeza rendida al pecho del rubio- odio mi vida...-confesó en un susurro apenas audible.

- yo también odio la mía, y aún así acá me la paso todo el tiempo...-le cedió el rubio mientras aflojaba el agarre.

- creo que lo mejor sería irme a mi cuarto...-suspiró Remus agotado, sin querer pasar ni un segundo más con el rubio.

- ...-Lucius solo lo subió a su espalda antes de entrar al instituto, dispuesto a llevar al castaño a su habitación.

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- Hasta que acabo...-suspiró Bill agotado mientras dejaba la pala y la escoba a un lado del tacho de basura, mirando con orgullo, y una pizca de odio el salón limpio del último piso. Su celular sonó, y sin muchas ganas atendió la llamada- ¿hola?- suspiró.

- hola, ¿cariño?- una voz femenina hizo que Bill sonriera.

- hola mamá, ¿como estás?- preguntó con recuperada alegría.

- bien, y... hay algo que debo contarte...- le dijo la madre desde la otra línea con los ojos lagrimosos.

- ¿que? ¿que? dime...-pidió entusiasmado. Su madre llevaba 8 meses y medio más de embarazo, con el hermano de su antiguo esposo Arthur. Pero para desgracia de la familia, el otro hermano, del cual era responsable, había muerto hacía 5 años, dejando a Bill como hijo único. Era por esto que la idea de tener un nuevo hermano lo hacía súper feliz.

- oficialmente ya puedes declararte como herma no mayor...-rió la madre, a lo que Bill puso el grito al cielo de la emoción.

- ¡¿cuando puedo verlo?!¡¿cuando puedo verlo?!¡¿cuando puedo verlo?!¡¿cuando puedo verlo?!¡¿cuando puedo verlo?!¡¿cuando puedo verlo?!¡¿cuando puedo verlo?!¡¿cuando puedo verlo?!¡¿cuando puedo verlo?!¡¿cuando puedo verlo?!¡¿cuando puedo verlo?!¡¿cuando puedo verlo?!¡¿cuando puedo verlo?!¡¿cuando puedo verlo?!¡¿cuando puedo verlo?!¡¿cuando puedo verlo?!¡¿cuando puedo verlo?!¡¿cuando puedo verlo?!- pedía Bill saltando de un lado al otro, provocando la intensificación de la risa de su madre.

- ¿cuando dije que eran varones?- preguntó divertida, pero Bill pasó de largo el echo de que su madre habló en plural.

- ¡¿entonces al fin voy a tener una hermanita llamada Ginnevra?!- exclamó emocionado.

- no, no, no...-canturreó.

- ¡¿entonces es varón?!- exclamó más emocionado.

- son, hijo mío...-corrigió su madre- son gemelos...- Bill soltó el celular de la impresión.

- ¿qué?...-susurró.