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Discusión en la cafetería

El chico que Sirius empujó comenzó a reír de manera exagerada, llamando así, la atención de muchos, y muchas, personas en la cafetería. Los maestros que se encontraban en las mesas finales también levantaron sus miradas con curiosidad. Pues semejante risa no podía asegurar algo bueno.

- ¡Oh, vamos! ¿Tú también? - rió el chico con sorna a un muy inquieto y recelado Remus.

- No lo molestes y podrás salir caminando del salón ¿De acuerdo? - propuso Sirius serio, intimidando internamente al chico, quien, necio, volvió a abrir la boca.

- No me importa terminar con unos cuantos raspones - aseguró entre risas. Remus frunció el entrecejo.

- Ey, amigo - interfiere James, molesto- Escucha, para ya, o te juro que te tiró los dientes de un golpe- promete receloso, cediendo su paso al indignado Lupin en la fila para que no tenga que estar tan cerca de ese chico.

- A-ah... A mi no me importa - repuso con temor mal camuflado en ira- ¡Rayos! ¡Son igual de egoístas que Riddle y Malfoy, ellos tampoco comparten a su mascota! - gritó enojado. Severus frunció el ceño, ese había sido el chico que lo había acariciado el día anterior a la integración de los leones al internado.

- Chicos - soltó Snape, y sus dos amigos asintieron. Ellos también habían notado al pervertido pelirrojo que acosaba al castaño. Lo habían reconocido.

- Esto no acabará bien - aseguró Lucius en un murmullo neutro. Sus compañeros de cuarto asintieron en seco.

- Primero; Snape, es una persona, no una mascota - siseó Sirius- Segundo:  Mucho menos Remus - afirma molesto- Y tercero: Una palabra más, y será la última que dirás - afirma severo Sirius. El salón quedó en silencio de golpe. Cuando el chico no respondió, James y Sirius voltearon de nuevo, dándole la espalda.

- Mmmm - Severus y Tom miraron a Lucius- Parece que nada va a pasar, al final - dijo más calmado, perdiendo el interés mientras apoyaba su mentón sobre su mano. Pero el mundo no quiso darle la razón a Lucius esta vez.

- Vamos, hay una mesa libre por allá - sugirió James con una sonrisa divertida a sus dos amigos, quienes ya tenían la bandeja con la deliciosa milanesa con puré y jugo de manzana, tal como él la tenía.

- Agh, pero está cerca de las serpientes - dijo Sirius con sus acostumbrados pucheros.

- No es tan malo - se rió James- No es como si eso te hubiera importado cuando defendiste verbalmente a "Snivellius" - sonrió James con sorna, y al ver bochorno de su amigo se deleitó con una carcajada.

- Cállate. No fue por lo que creas que fue- dijo Sirius frustrado. Sirius y Remus se sentaron en los bancos con calma, dejando las bandejas en la mesa mientras esperaban a James, que se había detenido una mesa antes para coquetear con una rubia un rato.

- ¿Por qué James siempre hace lo mismo?, ¿Es realmente necesario?- bufó Remus mientras veía a su amigo coquetear con la chica mientras se apoyaba de manera "provocativa" para verla mejor.

- Ay, Remus, Remus, Remus, mi amado Remus - rió Sirius con fingida modestia mientras meneaba la cabeza a modo de negación- Esto es como el aire para nosotros, si no lo hacemos morimos -suspiró dramático.

- ¿Morirían?- repite Remus, con una sonrisa cínica- Eso no suena tan mal - bromea. Sirius lanzó una exclamación de indignación falsa, para luego golpear en broma al castaño de su amigo en el hombro.

- ¡Eh amigo, piensa rápido!- un grito llamó la atención de el salón de nuevo, y la de James también, quién al darse la vuelta recibió un plato con puré en la cara. El impacto dejó un poco tonto a James, pero no lo suficiente como para no contraatacar.

- ¡¿Y a ti que mierda te pasa?!- ladró James furioso, al chico pelirrojo casi se le cae la quijada al ver como Riddle se levanta de su asiento tras James y se acerca a él.

- ¿Qué motivos tenías para hacer eso, Bill?- la voz fría y cortante, llena de recelo. Weasley se encogió nervioso, y respondió más que unos balbuceos- Te he preguntado algo, y sabes que cuando pregunto por algo, exijo una respuesta inmediata - contestó lo más sereno el primogénito de los Riddle.

- E-él... él me había fastidiado el orgullo ¡Tú lo viste! ¡Tenía todo el derecho para que...!- Tom lo miró penetrante y callando las palabras del otro gruñó.

- No tenías derecho a tirar nada, mucho menos si ese "nada" es la comida -Tom hizo una breve pausa-... Por si no lo has notado, nuestros padres, y familiares, pagan esta institución y nuestra estadía aquí, idiota - le respondió al acojonado Weasley- Derrochas comida y dinero, no seas idiota, y no vuelvas a atacar a nadie más ¿Vale?, que no tienes orgullo ni dignidad que defender, no tienes ni eres algo, no estorbes - dijo para luego dar media vuelta y regresar a su mesa, donde unos —no muy interesados en la escena que su compañero acababa de cortar— amigos le señalaron algo a sus espaldas.

- ¡Idiota! - Tom no tuvo necesidad de voltear para saber que el primogénito de los Weasley le tiró un golpe. Tampoco le costó mucho esquivar el golpe. Tomarlo del brazo, y derribarlo con una barrida tampoco fue trabajo difícil.

- No te insultes solo, podrían pensar que estas loco - se mofó Tom, calmado, para luego pasarle a un lado al chico Weasley, quien no intentó levantarse del suelo.

- Bien hecho, la atención del profesorado está nuevamente sobre tu presencia Voldy - notó Lucius sin mirar a su azabache amigo, quien ya se encontraba sentado frente a él jugando con las sobras de su alimento.

- Como si fueran a hacer algo - rechistó Tom, indiferente.

- ¿Estás bien ,Citri? - la voz burlona de Sirius llamó la atención de Lucius y Severus, pero lo que llamó la atención de Riddle fue el corto sobre-apodo que el mayor de los Black le había dado al león que ahora refunfuñaba un "Vete a la mierda, Black".

- James, vocabulario- bufó Remus al dúo.

- Tom - el aludido miro al rubio, para luego mirar hacia la zona que Malfoy le marcaba con un señalamiento de cabeza. Su rojiza mirada atrapó la figura del Black mayor, escondiendo una lata ¿De qué? El heredero ojirojo no lo notó.

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