03.
Una vez terminada la presentación, los emperadores y compañía, pasaron al hermoso palacio. Donde se le asignó a cada invitado una habitación donde dormiran por el resto de la semana.
Jimin se encontraba tendido sobre su cama. Mirando fijamente el techo de su habitación.
No pensaba nada en concreto. Ahora mismo su corazón latía con velocidad a causa de los nervios que sintió cuando conoció a Jungkook.
No lo negaba, era muy atractivo.
¿Debía sentirse agradecido porque al menos no tuvo un ogro como pretendiente?
Al parecer la respuesta era clara. Pero no sentía que así lo fuera.
Sí, Min Jungkook era un joven atractivo y fuerte, hijo de un emperador y próximo heredero al trono.
¿Por qué no sentía que debía estar agradecido?
La respuesta era sencilla.
Jungkook no era el hombre que amaba, o por lo menos, ahora no lo era.
Y sin esa chispa de amor, Jimin no se sentía en lo más mínimo dichoso. Después de todo lo que pasó para estar aquí. Aún extrañaba las tardes de otoño en el jardín de su casa.
Donde era feliz, verdaderamente feliz.
- ¡Jimin!- su madre aprecio en su habitación de repente- ¿cómo te sientes, cariño? El viaje fue muy agotador- pregunta preocupada, tomando asiento al lado de su hijo.
- Me siento bien, mamá. Sólo un poco cansado- suspira recostando su cabeza sobre las piernas de su madre.
- oh, cielo mío- comienza a dejar suaves caricias sobre su hermosa cabellera negra-. Puedes dormir un rato, necesitas tener todas tus fuerzas para mañana.
- Lo sé, pero antes quisiera un te de manzanilla. La señora Lee me preparaba uno todas las noches para calmar los nervios
- Ahora mismo pediré que lo traigan- hizo un ademán de levantarse, pero jimin se lo impidió, tomandola de la cintura para que se quedara con él.
- No, quédate conmigo, quiero que me cantes algo, como cuando era niño- rogó mirándola a los ojos.
- Esta bien, cariño. Recuestate- su madre retoma las caricias en su cabeza, mientras comienza a cantar una hermosa canción de cuna que le cantaba cuando el apenas era un pequeño.
Jimin se dejó llevar por la delicada voz de su madre y poco a poco siente la tranquilidad que dando quería. Dejando que cayera en un profundo sueño hasta el día de mañana.
Jungkook despierta asustado por los golpeteos en la puerta de su habitación. Sintiéndose mareado cuando escucha a su padre Taeyung llamándolo.
- ¡Jungkook!, ¡Jungkook!
Sale de sus sábanas con pasos pesados y abre para dejarlo pasar.
- ¡Por Buda, Jungkook!, ¿Qué te paso?- toma su rostro entre sus manos.
- No se de que hablas- logra formular.
- Tienes bolsas en los ojos y estas algo pálido. ¿te sientes bien?, ¿quieres que traiga algo para tí? Puedo decirle a tu padre que te sientes indispuesto hoy.
- Estoy bien, papá. Sólo no pude dormir bien la noche anterior, pero no es nada grave.
Taehyung rueda los ojos.
- Es más que obvio que no estas bien, prácticamente te estas cayendo del sueño... ¡Jungkook!- grita asustando al menor, el cual había cerrado sus ojos y tambaleaba- Mejor ve a alistarte si tanto quieres ir a desayunar con el doncel.
- Papa, podré estar soñoliento aún. Pero te pido que por favor tomes mi decisión con respeto- Taehyung bufa.
- Se que quizás no tengo el mejor comportamiento, pero entiéndeme hijo- coloca sus manos sobre los hombros del contrario-. No quiero que luego de casarte con ese joven te arrepientas toda tu vida. No quiero más que lo mejor para tí, que encuentres el amor y tengas el privilegio de que sea esa la persona con la que pases unido el resto de tu vida- se sincera-. No con un cazafortunas sinvergüenza que solo quiere el título de emperador.
- ¡Papá!
- Ya, perdóname- hace una mueca-. No comentaré más nada al respecto.
- Agradecería mucho que no, sobre todo porque se que la situación no es la mejor y entiendo tu preocupación. Pero estaré bien, se que aún no encuentro a la persona indicada para mí, así que cabe la posibilidad de que con Park llevemos un buen matrimonio. No sé si con amor, pero daré todo de mi por hacer que esto funcione para todos- acaricia la mejilla de su padre-. Lo más importante para mí es que esto funcione para mí Padre y para tí, es todo por lo que estoy haciendo esto. Para que sean felices.
Los ojos del doncel se llenan de lágrimas inesperadas. Nunca espero que su hijo dijera aquellas palabras.
- Oh, Jungkook- lo abraza fuertemente- Mi bebé... ¿Cómo te atreves a hacerme esto?, yo solo quiero que tú también seas feliz, no necesito que luches por mi- toma su rostro entre sus manos-, yo lucharé por tu padre y por mí. Tu encárgate de luchar por ti mismo, ¿está bien?
- No, papa...- acaricia la mano que está en su mejilla con amor- ya lo has hecho suficiente. Sin esto, ambos sabemos que nunca lograrán ser felices, es momento de que yo les rinda honor, y eso haré.
- Nunca te voy a convencer de dejarlo, ¿No es así?
- No.
- Entonces, tampoco esperes que lo tolere todo el tiempo... pero haré mi mayor esfuerzo, por tí- sonríe despegandose de su hijo.
- Solo necesito eso, papá.
Ambos se miran a los ojos y pueden sentir esa conexión entre padre e hijo que los une. Jungkook sabe nunca pudo pedir un mejor padre que el y Taehyung sabe que Jungkook es su más grande tesoro.
Ambos dispuestos a protegerse el uno al otro, pero siempre respetando sus decisiones y confiando en que mientras se tengan, todo estará bien.
- Ahora deberías de vestirte para bajar a desayunar, mira nada más las fachas en las que andas, mi niño- lo regaña.
Jungkook rueda los ojos divertido y comienza a caminar hasta su vestidor.
- Eso haré, papá... Eso haré.
La familia Park acababa de llegar al comedor para tomar el desayuno junto a la familia de los Emperadores. Se avergonzaron al notar que tanto Yoongi como Namjoon se encontraban ya sentados y listo para comer, pero al notar que solo la esposa del primero y su hijo eran los únicos sentados con ellos, se relajaron.
El padre de Jimin hace una reverencia hacia sus emperadores, seguido de su esposa y el mismo Jimin. Procediendo a dar los buenos días con entusiasmo y sentarse en los puestos libres asignados para ellos.
- Buenos días, Jimin- El emperador Yoongi toma iniciativa en conocer al joven que será su yerno.
El doncel traga saliva nervioso.
- Buenos días, Emperador- hace lo posible por regalar su mejor sonrisa al mayor.
- Lamento que Jungkook aún no se presente en la mesa. Pero pronto llegará junto a su padre, seguramente se quedó dormido- sonríe.
- Oh, no se preocupe, Emperador- niega, Jimin- yo no tengo ningún inconveniente, puedo esperar el tiempo necesario. Incluso si no apareciera está mañana, no tomaría ningun tipo de molestia con Mi Señor.
- Está bien, me alegra que así sea.
Yoongi se siente un poco incómodo al notar lo mucho que el joven doncel se esfuerza por demostrar sumisión. No le gustaba mucho ese tipo de comportamiento... tan falso.
- Oh, justamente ahí vienen- señala Namjoon.
Jungkook, su padre Taehyung y el pequeño Taeyang estaban entrando en la sala. Jimin frunce el ceño cuando nota como Jungkook sostiene gentilmente el brazo del principe y este solo se limitaba a sonreír con coquetería. ¿Que estaba intentando hacer?
- Oh, su majestad- El príncipe Taeyang reverencia a Yoongi- Lamento mi tardanza, pero note que tienen un hermoso semental en los establos del palacio. ¡Es tan bonito!
- Oh, ¿Hablas de Lunei?- Se interesa Yoongi.
- ¡Sí!, su hijo tuvo el placer de presentarmelo cuando nos chocamos por accidente mientras el iba a darle de comer. Me dijo que era suyo.
- Si, Lunei ha sido mi más fiel compañera y muy pronto será la de Jungkook- sonríe orgulloso.
- Si, su hijo me platico un poco sobre eso. Es grato ver qué la cuidan mucho aquí.
- Disculpa a mi hijo, Yoongi, es muy amante de los animales, en especial los caballos- interrumpe el segundo emperador en la mesa-. En el templo tiene un corral lleno de caballos solo para él, se encarga de cuidarlos, darles de comer y montarlos.
Taeyang asiente orgulloso y Jimin muere de envidia cuando ve la gran sonrisa puesta en los labios del Emperador Yoongi.
- Es maravilloso, Taeyang- felicita Yoongi- Jungkook también ama mucho a los animales, pueden compartir actividades juntos mientras estés en el templo.
Y ahí Jimin solo quería tirar todo y largarse a su habitación.
- Oh, sería un honor para mí- se sonroja el menor mientras mira a Jungkook-. Claro, solo si Jungkook acepta.
Jungkook, quien estaba mirando muy concentrado a Jimin, mira a Taeyang y sin entender de qué habla, asiente con la cabeza.
- Claro, Claro.
- Perfecto- celebra Yoongi.
Taehyung nota como su esposo parece llevarse mejor con el hijo del Emperador Namjoon y con se da cuenta de algo.
Mientras los padres de Jimin lo miran fijamente esperando a que diga algo. Su madre harta le da un codazo en las costillas que no pasó desapercibido por Jungkook. Quien aún no quitaba sus ojos de encima de Jimin.
- Oh, si no es mucha molestia, Emperador, a mí también me gustaría pasar tiempo con ellos. También me gustan los animales- para Yoongi eso no sonó tan bien, más sin embargo no se negó y acepto su petición- Muchas gracias.
La verdad es que Jimin es alérgico a los animales. Así que haría todo lo posible por mantenerse a mil metros de distancia de uno.
- Será un placer para mí que nos acompañaras, Joven Jimin.
Esta vez no fue Yoongi quien hablo, si no, Jungkook.
- El placer es todo mío, Mi señor- Jimin desvió su mirada nervioso.
Taehyung hizo una mueca cuando escucho la palabra Mi señor. Este niño si que quería el puesto como Emperador.
Pero por el contrario, Jungkook se sonrojo sintiéndose especial cuando Jimin, con esos hermosos labios carnosos, se dirigió a el con respeto. ¿Que era este sentimiento?, ¿Acaso sintió satisfacción?.
Y así fue como en toda la mañana mientras estaban en el comedor, Jungkook no pudo apartar la vista de Jimin, y Jimin solo se encogía en su asiento, algo intimidado por la penetrante mirada del chico sobre él.
Pero no lo niega, al mismo tiempo se sintió dichoso.
Jimin estaba en su aposento leyendo un libro mientras una de las sirvientas del palacio peinaba su largo cabello negro.
Después de la mañana, no había tenido algún tipo de interacción con nadie más y la verdad era que así lo prefería. Le gustaba pasar su tiempo a solas mientras era mimado por la servidumbre que se encargaba de peinarlo, vestirlo, maquillarlo, y sea lo que Jimin quisiese que hicieran por él.
La verdad estaba un poco consentido en ese aspecto. Pero no es su culpa, su madre nunca se hizo cargo de él cuando era pequeño, así que era la servidumbre quien se encargaba de hacer todo por él y así fue durante años. Por lo que la costumbre nunca se perdió.
Amablemente pidió a su sirvienta que le colocará una bonita peineta de plata en su cabello y mientras la señorita cumplía con lo dicho, Jimin sintió la presencia de alguien en la puerta de su habitación.
- Buenas noches, Joven Jimin, ¿me permite pasar a sus aposentos?- la voz del próximo heredero se hace escuchar y Jimin no tarda en responder.
- ¡Oh!, pero claro que sí, Mi señor- rápido y nervioso se levanta del asiento y limpia como puede su vestimenta. Necesitaba estar lo más presentable posible-. Abre la puerta- le ordena en un susurro a la sirvienta.
La chica asiente y abre la puerta dejando a Jungkook entrar en la habitación. Este mismo hace un gesto en señal de que quiere que lo deje solo con el doncel.
Y cuando la chica sale Jungkook vuelve a hablar:
- ¿Cómo se encuentra, joven Jimin?- pregunta con amabilidad-, Me desconcertó un poco no verte después del desayuno de hoy.
- Me encuentro bien, mi señor- se sonroja por el interés que tomo Jungkook en el-. Gracias por preguntarlo, y con respecto al desconcierto, no se preocupe, es que soy de los que disfrutan mucho estando en su habitación más que algún otro lado... ¡No quiero decir que su hogar sea aburrido!- mueve las manos-, al contrario, es muy acogedor y lindo.
Jungkook sonríe enternecido.
- Entiendo, no creí que quisiera decir eso, tranquilo.
- Es que puede malinterpretarse y lo que menos quisiera es que usted pensará que desprecio su hospitalidad con nosotros.
- No creo eso, para nada. Usted ha sido sumamente amable desde que llegó. Aunque si tiene la necesidad de hacerme saber algo que no le agrada, con total confianza puede dirigirse a mi y yo solucionare de inmediato el problema- sugiere.
Jimin se siente alagado de que Jungkook tome enserio cualquier queja que tenga. Pero sabe que de ninguna manera podría decirle algo como aquello, sería completamente bárbaro.
- No se preocupe, mi señor. Dudo que tenga alguna.
Jungkook inevitablemente muerde su labio cuando lo escucha alabarlo de nuevo, llamándole mi señor. ¿Por qué suena tan dulce y encantador viniendo de él?, ¿Que es lo que tanto le gusta de que lo llame así?
- Está bien, entonces creo que dejaré que disfrute de su tiempo a solas.
- Mi señor... puede tutearme, llámeme por tú, usted suena algo extraño para mí- pide el joven doncel antes de que el contrario abandonará su habitación.
- Si te sientes cómodo, eso haré... Pero yo también quiero pedirte algo...
- Lo que sea, dígame.
- No dejes de tutearme, por favor- toma un mechón de su cabello- Llámame mi señor siempre.
Jimin se sonroja y se sorprende al sentirse emocionado por esas palabras.
- Claro, mi señor. Lo que usted me pida- acepta mirándolo a los ojos.
Jungkook suspira admirando lo hermoso que se ve aquel doncel diciéndole esas palabras... cómo todo un sumiso lo haría.
Maldición.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro