El estruendoso grito de la madre del doncel se hizo escuchar en toda la casa. Corría hasta la habitación de su hijo, notablemente emocionada.

- ¡Jimin!, ¡Jimin!

El joven pelinegro se sobresalto al sentir la puerta siendo arrastrada rápidamente y a ver a su madre mirándolo con ojos depredadores.

- ¿Qué haces peinando tu cabello?, ¡levantate!- lo tomo del brazo bruscamente y lo tomo de los hombros para mirarlo mejor a la cara- ¡Estamos salvados, hijo!

- ¿Qué?, madre, ¿de que hablas...- jimin se encontraba totalmente confundido.

- El emperador... ¡El emperador de Busan anunció su pronto retiro!

- No logró entender...- su madre rueda los ojos molesta.

- Significa que le cedera el puesto a su hijo, a su primogénito.

- ¿Y es esa la causa de tu dicha?- frunce el ceño.

- ¡No!, ¡no seas inútil!- se mueve por la habitación levantando las sábanas esparcidas-. Te casaras con el hijo del Emperador, Jimin. ¡Será nuestra salvación!

El joven abre la boca notablemente sorprendido.

-Pero... ¿como?

- No creas que el te eligió. Tu padre tuvo que mover muchas influencias para esto. Resulta que el elegido no es más que un bastardo, hijo de su amante, por lo que las mujeres y donceles de alto estatus, no están dispuestos a casarse con el chico. Más, sin embargo, nosotros hicimos frente y accedimos a que el joven Min te despose- explica su madre acercándose a él con una aterradora sonrisa.

- ¿Pero el emperador no sabe sobre...

- ¡No!, ¡No tiene la más mínima idea!- festeja-. Por ello pensamos llevar a cabo la reunión, donde se conocerán, mañana mismo.

- ¡¿mañana?!- grita Jimin alterado.

- ¡Si!, ¿no te es gratificante?, al fin podremos conseguirte un esposo, y será el emperador... debes estar contento, Jimin- su madre suspira nostálgica-. Agradece que tu padre tiene buenos contactos, y gracias a su puesto en las filas de guerreros de nuestro emperador, se enteró de la noticia al escuchar al hijo del mismo pidiendole de rodillas a su padre que lo comprometiera en matrimonio con el joven Min. Al parecer es un joven encantador y muy apuesto, lástima que sea un hijo ilegítimo... Quítate el vestido-ordena su madre mientras se dirige al armario.

- Pero aún así logró llegar al trono- difiere desvistiendose con ayuda de una de las sirvientas que se encontraba en la habitación.

- Por suerte para nosotros, lo logró- llega hasta el pelinegro desnudo y comienza a vestirlo, desistiendo rápidamente y dejándole el resto a la sirvienta- está es una oportunidad, nuestros ancestros han escuchado los ruegos, nos traeras honor, Jimin.

Su madre sale de la habitación para comenzar con los preparativos del viaje. Mientras un Jimin preocupado mira su reflejo en el espejo de su habitación.

Aún no podía procesar toda la información que su madre acabada de gritarle en la cara. Se casaría con el hijo del Emperador de Busan, y no con cualquier hijo, si no, con su hijo bastardo.

No sabía si sentirse feliz o triste por está noticia. Pero si hacía feliz a sus padres, entonces el estaría dispuesto a casarse con el joven Min.

Dejo que la sirvienta lo terminará de vestir y le ordenó que peinara su cabello, usando los accesorios más costosos entre su abundante joyería. Sabía que debía verse hermoso y deseable, tenía que cautivar al chico si quería que este lo aceptará por completo para convertirse en su esposo.

Una vez maquillado sutilmente. Espero paciente a que su madre volviera para informarle que tomarían su transporte hacia Busan, el cual no se encontraba tan lejos de su actual vivienda. Unas cuantas horas serían suficientes si tomaban la ruta más corta.

- Es hora hijo- su madre ayudó a subirlo al carruaje una vez estuvieron fuera con todas sus cosas empacadas-. Tu padre y yo iremos en el carruaje de atrás, pasaremos por el palacio, donde nuestro emperador se unirá a nosotros en el viaje y luego tomaremos nuestro camino.

Jimin se limitó a asentir y espero pacientemente sobre el asiento de su transporte en cada parada que hacían.

Se preguntaba que tan bueno sería el hijo del emperador con él.

¿Sería como esos hombres que su madre trato de presentarle antes?

Esperaba que al menos tuviera principios y supiera respetarlo. No sabía si llegaría a amarlo, pero al menos desearía tener una buena relación como pareja y vivir un matrimonio de paz, bendecidos y agradecidos.

Jungkook miraba a su padre con los ojos totalmente abiertos. Sin poder mover un sólo músculo después lo que acababa de escuchar.

- ¡¿A caso estas demente, Yoongi!?- su papá salió en defensa-. ¿cómo se te ocurre?

- Amor, es lo que se debe hacer si queremos que Jungkook cumpla con todos los requisitos para llegar a ser el nuevo emperador muy pronto.

- ¡Pero esto es una locura!, ¡no pretendas encadenar a mi hijo a una relación sin amor!- negó furioso-. Tu más que nadie sabe que es lo que se siente, no seas un maldito hipócrita.

- ¡No me tomes por hipócrita!- alza la voz- yo más que nadie se que es lo que se siente que te encadenen a una persona por conveniencia. Tu y yo lo sabemos, pero si quieres que Jungkook se convierta en emperador, necesitamos que se casé- explicó.

- ¡Pero yo no quiero que llegue a serlo de esta manera!, es mi hijo y me dolerá saber que está atado a una persona que seguro sólo lo verá como una fuente de ingresos para su familia. Sería egoísta que yo permitiera algo así.

El joven Min escuchaba a sus padres discutir mientras internamente tomaba una decisión. 

Sabía que el ser el heredero del imperio, era algo sumamente importante para sus padres. Una promesa que Yoongi juro cumplir.

La contraparte era que tenía que casarse con un joven del imperio vecino.

Una condición que se le fue impuesta a Yoongi para aceptar que su hijo fuera parte de la dinastía Min y reconocerlo como heredero al trono.

Si quería hacer feliz a su padre, tenía que aceptar la propuesta.

- No necesito que sigan discutiendo. Por favor, les pido que paren- Jungkook se hizo notar suavemente-. Aceptaré cortejar a el doncel Park y posteriormente pedirle matrimonio- su papá Taehyung abrió la boca para hablar, pero rápidamente fue interrumpido-. Y no, no está a discusión, papá. Si tengo que hacerlo para llegar a trono, entonces lo haré. No me importa, enserio, no lo hace, podré aprender a convivir con el y se que tendremos un buen matrimonio.

- Pero hijo...

- No, ya basta. Tome una decisión, lo haré.

El doncel suspira rendido y mira a su pequeño con ojos llorosos.

- No quiero que termines con el corazón roto. Pero si sientes que puedes con esto, entonces hazlo.

Taehyung sale de la habitación rápidamente para evitar llorar delante del emperador.

- ¡Taehyung!, ¡Tae!- Yoongi le da una última mirada a su hijo y sale detrás de su amado doncel.

El joven Min suspira y se sienta sobre un pequeño banco. Manteniendo la compostura y rogando por no perder la cordura.

Después de la reacción de su padre, tenía mucho más miedo que antes.

¿Era tan malo caer en un matrimonio arreglado?

La respuesta era simple, de una sola sílaba, de pronunciación corta.

Pero Jungkook no estaba en la misma situación que la de sus padres, ni siquiera cerca de ella.

Entonces podría pretender que su matrimonio no sería tan malo.

Sólo por sus padres.

La noche había caído y con eso se anunciaba la llegada del emperador al palacio de los Min.

Colocados en fila, cada uno de los integrantes de la dinastía, se situaban frente a su morada. Portando elegantes vestiduras y extremadamente costosas joyas.

Min Yoongi se encontraba en el centro, seguido de su esposa y su hijo Seokjin por el lado de derecho, mientras que del otro lado, Kim Taehyung y su hijo Min Jungkook estaban tomados de la mano.

Los presentadores, anunciaron la llegada de los contrarios gritando con euforia sus nombres.

Jimin bajo del carruaje con los nervios hasta más no poder. Sentía un nudo gigante en la garganta que no le permitía respirar con facilidad, pidiendo misericordia a los dioses internamente mientras caminaba detrás de sus padres.

Jungkook experimentaba un sentimiento parecido, sus manos estaban sudorosas y su respiración se volvia irregular de vez en cuando. Tae, al notar esto, apretó levemente su brazo y le dio unas caricias de consuelo.

Al estar frente a frente, los emperadores. Jimin pudo apreciar a cada uno de los integrantes de la dinastía Min y notar con facilidad, a los dos jóvenes, hijos de Min Yoongi. Preguntándose, cuál de los dos sería el futuro líder.

- Es para nosotros, un grato placer que nos invitará al palacio, Emperador Min. Mi hijo y yo estamos felices de que tomarán en cuenta nuestra presencia para el festejo de mañana. Así también, la familia Park, agradecen honrados por la oportunidad que se les ha dado- Kim Namjoon, el emperador del reino vecino, hace una corta reverencia.

- Muchas gracias por asistir, estamos muy felices que hayan aceptado estar aquí para el día de mañana, muy alegres de su presencia y emocionados por conocer a los miembros de la familia Park.- Yoongi hace una pequeña reverencia en respuesta- Por favor, permítame presentarle a mi esposa, Min Soobin, mi Hijo, Min Seokjin, a mi concubino, Kim Taehyung y a mi hijo, y futuro heredero del trono, Min Jungkook.

Jimin supo al momento que su padre lo señaló, que aquel chico de cabello castaño, sería aquel que tomaría su mano en matrimonio, y lo que veía, no le desagradaba en lo absoluto.

- Un placer conocerlos a todos ustedes, y creo que es momento de que yo también presente a mis acompañantes- sonrió Namjoon-. Le presentó con mucho orgullo, a la más hermosa joya de mi palacio, a mi hijo, el doncel Kim Taeyang.

Taeyang parpadeo con encantó mientras sostenía, desde su llegada, un abanico que cubría la mayor parte de su cara.

Jimin copiaba su acción, dejando sólo a la vista, sus bellos ojos medialunas.

- ¿No es acaso lo más hermoso que sus ojos han visto?- alardeo Namjoon com orgullo, provocando sonrisas sinceras de parte de la madre de Seokjin y de Jungkook- También es un honor para mi, presentarles a la familia más honorable de mi pueblo -"mentira" susurro Jimin- A los Señores Park, Seung y Sumin. Un hermoso matrimonio, sin duda, y a su bello hijo, el doncel Park Jimin.

El nombrado suspiro fuertemente antes de reverenciar a la familia del Emperador y mostrarle una mirada seductora y coqueta a Jungkook. Si quería que el hijo de Min Yoongi aceptará desposarlo, tenía que usar todos sus encantos para lograrlo.

Jungkook le regala una bonita sonrisa y sonrojado baja la mirada. Los dos jóvenes donceles no paraban de mirarlo fijamente, algo que le incomodaba y le aturdia. Nunca había recibido tanga atención de tan hermosos chicos.

Pero sabía que sería el hijo del matrimonio Park, con quien debía casarse en un futuro próximo, así que sólo en el se centraria.