Gritos enfurecidos y blasfemias se escuchan por todo el lugar, haciendo temblar a los trabajadores del palacio.

- ¡No puedes seguir haciendo esto, Min Yoongi!, ¡Estoy harta de que pases por encima de nosotros!

- ¡Cállate!, ¿Se te ha olvidado quien demonios es tu superior?. Vuelve a levantarme la voz y tendre que castigarte por faltarle el respeto a tu emperador.

- Eres un cínico, Yoongi. ¿Sabes cuanto tiempo viví frustrada a tu lado?, ateniéndome a la idea de que en algún futuro, mi hijo, ¡tú hijo!, fuera nombrado el futuro emperador. Callando tantas cosas y permitiendo que me faltaras al respeto metiendo a tu amante a esta casa, ¡teniendo que convivir con él, mientras fornican en mis narices!, y peor aún, aceptando que un hijo bastardo llame hermano a mi hijo, el cual si es un hijo legítimo y merecedor del trono. Y ahora que se te ha metido esta.... esta...

Una bofetada hizo eco en la habitación.

- ¿Con qué derecho te has creído para hablarme así y levantarme la voz?- toma el rostro de la mujer con una mano y la empuja cerca de su rostro. Apretando con fuerza sus cachetes- ¡Habla!, ¿Con qué derecho vienes a hablarme de vivir una vida frustrada?, yo me casé contigo, no por que quería, mucho menos por amor. Me casé contigo porque era la única forma de vivir en paz junto a Taehyung como mi amante- sonríe burlón-. Pero créeme, si Taehyung hubiera sido aceptado como mi esposo, ni tú, ni tú hijo, estarían aquí. Lo mínimo que puedes hacer, es estar agradecida conmigo. Yo les doy una vida de lujos y un puesto honorable dentro de la familia Min, puesto que ni siquiera mereces.

Soobin cierra los ojos aterrada, avergonzada por la forma en la que Yoongi hablo sobre ella.

Como si fuera una cualquiera.

Llora en silencio, pero escurridizas lágrimas salen de su rostro y eso hace que Yoongi la suelte bruscamente.

- Ahora, no quiero que vuelvas a tomarte con la libertad de cuestionar las desiciones que yo, como emperador, he de tomar. ¿Entendiste?

Su esposa asiente aún consternada y agachando la cabeza como muestra de sumisión.

El emperador, suspira intentando calmar sus nervios y sale de la habitación a pasos pesados.

- Algún día los ancestros te castigaran, Min Yoongi. Y yo estaré allí para verlo, es una promesa.

Taehyung sostenía un hermoso diseño bordado con los hilos más hermosos que jamás había visto. Deslumbrado con semejante arte, decide que aquella prenda deberá ser suya.

- Lo compro.

- Gran elección, señor- sonríe la vendedora-. ¿Desea tomar alguna otra cosa?

- No, así está perfecto...- niega.

- Bueno, mañana mismo se le hará entrega de su compra, aquí, en el palacio- hace una reverencia-. Con su permiso.

La vendedora se retira de la sala, tomando sus muestras. Taehyung estaba más que feliz con las nuevas telas que eligió para sus nuevos vestidos.

Por su aniversario de 20 años, Yoongi decidió que le regalaría todo lo que el le pidiera.

Como todos los años...

Taehyung era un consentido.

Pero no era su culpa, su amado emperador era el encargado de volverlo un mimado y malcriado cada vez que cumplía todas sus peticiones sin objetar ni rechistar.

Amaba a su doncel y quería darle todo mientras podía. Era su forma de compensar el hecho de que no se les permitía estar juntos como maridos.

Era más una forma de disculpa.

La puerta de la habitación fue abierta suavemente por Jungkook. Estaba buscando a su padre para felicitarlo por el aniversario de sus años junto a su otro padre.

- Papá, felicidades- hizo una corta reverencia con una gran sonrisa y luego saltó sobre su progenitor para abrazarlo con fuerza.

- ¡oh!, Jungkook, cuidado- ríe mientras empuja suavemente a su hijo por los hombros-. Te lo agradezco, hijo.

- ¿Sabes donde está mi padre?, lo estoy buscando, pero me dicen que no lo han visto desde hace unas horas.

- No, lamentó informarte que no tengo idea de donde puede estar- muerde su labio inferior pensativo.

- No te preocupes, seguro estará preparando la sorpresa de este año- guiña un ojo-. Seguro que será tan buena como todas las otras.

- No lo dudo, tu padre sabe como sorprenderme.

Otra figura se hace presente. Yoongi abre la puerta de la habitación con una gran sonrisa en su rostro y una caja entre sus manos.

- Feliz aniversario, amor mío.

El presente que traía en sus manos, se abre cuidadosamente, revelando una hermosa pieza de oro con incrustaciones de diamante. Una pequeña diadema pensada para adornar el suave cabello del doncel.

- ¡oh, Yoongi!- Taehyung se acerca rápidamente. Tomando la hermosa diadema ente sus finos dedos y observandola encantado-. Es tan bonita, no tenías que molestarte, con los vestidos era más que suficiente.

- La joyería en tí se ve maravillosa, mi ángel, es inevitable no imaginar lo hermoso que te verías con esto. Es importada, fue traída desde Grecia sólo para tí- elogia contento por la reacción de su amante.

- Aún así, siento que es demasiado, a veces- niega suavemente mirando a Yoongi-. Pero no puedo reprocharte, ¡Por los ancestros!, me has hecho un malcriado, emperador.

Los ojos de Taehyung se maravillaron cuando Yoongi sonríe por su comentario. Podía jurar que brilla más que aquella diadema.

-Bueno... creo que yo sobró aquí. Así que con su permiso, padres, me retiro- reverencia al emperador y posteriormente a su papá.

- Jungkook, hijo. Lo lamento, no había notado tu presencia- se disculpa-. Te pido que te quedes, necesito hablar un tema de suma importancia contigo y con Taehyung... Pero pensandolo mejor, vamos a salón, tengo una noticia que darles y necesito que todos la escuchen...

Luego de generar una gran intriga en su hijo y su amante, el emperador junto a los nombrados, se dirigen al gran salón.

Yoongi se encarga de hacerles llamado a los miembros de la familia Min. Con el fin de reunirlos a todos. Jungkook se pregunta que podría estar pasando, su padre no era de hacer este tipo de reuniones familiares, era extremadamente importante cada vez que hacía alguna y la información era especial.

Si de algo estaba seguro era de que sería de suma importancia lo que iba a decir.

¿Pero por que sentía un dolor inexplicable en el pecho, y con ello, el presentimiento de que algo malo pasaría?

- Ya que estamos todos reunidos. Quería informar que he decidido heredar el trono como emperador más pronto de lo que se estipulaba. He reducido mis años con el fin de heredar a mi hijo el puesto antes de que sea mi hora de partida...-hace una pequeña pausa-. Antes de morir. Por lo tanto, mi hijo, el hijo que será llamado emperador y formará parte de los grandes en la dinastía Min, Jungkook, comenzará a tomar clases para ser apto de tomar el puesto y regir como se debe nuestro imperio.

Jungkook vio todo borroso en ese momento. ¿Él sería nombrado emperador?, no, era imposible.

El sólo era un hijo bastardo. ¿cómo había llegado a esto?

Angustiado miro a Seokjin de pie al otro lado de la habitación. Pero se desconserto al notar lo tranquilo que parecía con la noticia... como si aquello no le importará para nada, siento que era el hijo legítimo y, por lo tanto, a él se le debería dar el privilegio de ser llamado emperador.

¿Su padre se había vuelto loco?

Probablemente.

- ¡Esto es deshonroso, Min Yoongi!- grita su madre enojada mientras se acerca dando fuertes zancadas-. ¿Cómo se te ocurre faltarle el respeto así a nuestro linaje?, ¡estas deshonrando a toda nuestra familia!, nuestros ancestros estarán furiosos con esto... ¿qué estas haciendo?

- Madre, te pido, como tu hijo y como tu emperador, que aprendas a respetar las decisiones que yo tome de ahora en adelante- ordenó intentando no salirse de sus cabales y mantener la calma en todo momento. Pidiéndole a los dioses piedad.

- Tú madre tiene razón, esposo- Soobin se acerca intentando sostener las lágrimas-. Es asqueroso que dejes a tu hijo legítimo de lado por el hijo de un sucio prostituto que seguramente ni es tuyo, miralo, es un bastardo- mira a Jungkook con odio y le escupe las palabras-: Jamás estará a la altura de Seokjin, un hijo que yo, tu esposa, la emperadora, tuve la suerte de tener. No como tú, ¡bastardo!, que lo único que haces es traer desgracias y deshonra a esta familia...

Taehyung temblaba de impotencia al escuchar como aquella mujer se atrevía a faltarle al respeto a su hijo. No podía quedarse callado está vez.

- Emperadora, le sugiero que cierre la boca y deje de faltarnos al respeto a mi y a mi hijo. El cual, por si no lo has entendido, será el pronto sucesor al trono y, por lo que tengo entendido, tú superior- vacilante se acerca a la mujer mientras la mira con superioridad-. No es nuestra culpa que ni tú, ni tu "hijo legítimo" puedan cumplir con sus deberes, ni complacer los estándares de mi emperador. Es una pena que aunque seas tú su esposa, yo tenga el privilegio de decir que fue mi hijo el elegido- las palabras salieron como un vómito verbal.

Soobin, al sentirse tan humillada, cachetea el rostro de Taehyung cegada por la ira. Le dolía saber que todas las palabras de aquel amante eran ciertas.

Pero pronto descubrió que comentó un error.

El doncel acercó su mano al lugar donde se le propinó el golpe y miro a Yoongi.

- Emperador...- rogó.

Yoongi tomó enfurecido el brazo de su esposa y salió del lugar mientras ella le rogaba piedad. Nunca se había tomado el descaro de pegarle a su amante, sabía que era el punto más débil de su esposo y lo que menos quería era tener problemas con él. Pero al estar tan enojada, no pudo evitar soltar lo que tanto tiempo había querido hacer.

Lamentablemente eso le costaría.

Jungkook se acercó a su papá, preguntándole si estaba bien. Mientras Seokjin corría hacia el lugar donde se habían llevado a su madre. Tenía miedo de que pudiera pasarle algo.

- Soobin tiene razón. No traen más que problemas a esta familia- la madre de Yoongi sale del lugar intimidando a muchos sirvientes a su paso. Estaba furiosa y sentía mucha pena por su, ya fallecido, esposo. Seguramente estaría decepcionado de lo que su primogénito había hecho-. Perdóname, esposo, he fallado como madre...

El resto de la familia abandonó el lugar, mirando acusatoriamente a Taehyung y Jungkook en el proceso.

El joven sabía que lo que sus padres hacían estaba mal. El no era merecedor del trono, en cambio, su hermano, Seokjin, tenía todo lo que se necesitaba para ser un líder. Tenía el atractivo, la fuerza, el valor, la sabiduría, ¿Por qué su padre era tan terco como para no verlo?

Seokjin se esforzaba mucho a diario por hacerse notar y le dolía ver como era elegido por encima de él. De alguien que si merecía la atención que pedía.

Jungkook tomó el brazo de su padre y lo acompaño hasta su habitación, mientras pensaba en lo que había pasado.

A partir de mañana tomaría clases para ser un emperador. Tenía mucho miedo de lo que estaba por venir.