Don't Play With Me
Kim Taehyung era un chico bueno a la hora de jugar un videojuego, de hecho, era muy bueno, todo un crack, como dicen.
Siempre se lo podía ver jugando carrera o peleando en algún lugar con juegos arcade.
Pero había algo que Kim Taehyung también era, y es que el pelirrojo era sumamente temperamental cuando se frustraba si la máquina funcionaba mal o, rara vez, perdía.
—¡¿Qué mierda?! ¡El maldito juego se apagó cuando estaba por ganar! —gritó golpeando el aparato.
Rápidamente, uno de los empleados se acercó —Lo lamentamos, joven, esta máquina es algo vieja, pase por la caja y le devolveremos el dinero.
—Tz, basura de lugar, quédense con el dinero. —se fue echando humo, no le importó dejar una mala imagen de sí mismo, total, no volvería.
—Tae, ¿has visto el juego que instaló Seokjin en su negocio? — su mejor amigo y compañero de trabajo le extendió un par de helados.
Trabajaban en una heladería y aprovecharon que ya estaban cerrando para comer alguno.
—¿Seokjin instaló un juego? Pero si tiene una panadería. —lamió su helado.
—Sí, pero dijo que si Namjoon instaló uno en el suyo, él también haría lo mismo. Ya que según él, Namjoon le copió el apellido —se alzó de hombros.
—Tendré que ir a verlo... Mm... Espera, ¿Namjoon instaló un juego nuevo? —aunque eso era más lógico, ya que Kim Namjoon sí tenía una tienda de informática y entretenimiento.
—¡Sí! Es uno que salió recientemente o algo así. Se llama Bt2100.
—Ese nombre no me llama para nada.
—Pero tiene una promo y todo, ¿cómo no has oído de él?
—No he ido a ese lugar desde que tenía 12, siempre los mismos juegos ¿Qué clase de promo?
—Dicen que si le ganas al muchacho que trabaja ahí, el de mantenimiento, te dará un juego de joystick gratis y también tres videojuegos a tu elección.
—Estas bromeando.
—No, en serio, fui la semana pasada y estaba lleno, tal parece que nadie puede ganarle.
—jaja, hasta ahora. —se levantó y en dos bocados terminó su helado.
—¿Te vas?
—Veras, Jiminnie, que para cuando llegue la noche, tendré tres juegos más en mi colección. —dijo confiado.
—Bueno, yo aún debo terminar mi helado, así que te alcanzo al rato.
—Vamos, sólo muerdelo y ¡Ay! —apretó los ojos y sostuvo su cabeza — ¡mi cerebro!
Jimin rió —Presiona la lengua contra el paladar, hará que la temperatura vuelva a la normalidad y el dolor pasará.
Taehyung presionó su lengua contra la mejilla —¡No funciona!
—¡Dije el paladar!
Su pie repiqueteba contra el suelo a la espera de poder tomar el asiento al lado del chico.
Jimin le había contado que era un solo juego y sólo debía superar el puntaje del chico, pero esa información era errónea.
—La promo es así, debes competir contra mi empleado, ambos comenzarán al mismo tiempo, y para ganar el premio, debes tener un puntaje más alto que él al finalizar el juego.
Los protagonistas del juego, eran unos llamativos personajes de cierto color. Las reglas eran simples: elegías un personaje y tenías que juntar, por lo menos tres de ellos, provocando que desaparezcan y te den los puntos. Casi a modo de tetrix, sólo que esto no era lineal. Claro que aparecerían otros personajes que se interpondrían en el camino, pero Taehyung sabía que será pan comido.
—Algo más —le había aclarado su hyung — como habrás notado, son dos máquinas a la par, por lo tanto, la partida está conectada y el jugador contrario podrá meterse en la pantalla del otro para hacer sus puntos.
Nada del otro mundo.
—¡El que sigue! —una voz lo sacó de sus pensamientos, cuando el jugador llamó, mientras su contrincante salía refunfuñando.
Era su turno, por lo que se acercó y se sentó junto a él. —¿Qué tal?
—10 fichas por partida, rápido que hay gente esperando. —dijo el pelinegro sin saludarlo o voltear a mirarlo siquiera. A Taehyung no le quedó más que ver su perfil, el muchacho traía sus cabellos desordenados, la ropa arrugada y unos lentes.
—Okey —hizo un puchero, sí, él mismo sabía lo maleducado que podía llegar a ser cuando perdía los estribos, pero aquel muchacho podría haberle devuelto el saludo, por lo menos. Ingresó las fichas, eligió un personaje de color rojo, mientras que el otro eligió uno de color rosa, y el juego comenzó.
Taehyung era rápido en sus movimientos y sumaba puntos casi a la par del contrario, lo cuál lo enorgullecia un poco siendo su primera vez jugando y ve tú a saber las veces que el otro habrá jugado.
¡Pin! ¡Pin! ¡Pin!
Los personajes iban y venían con cada combo que el par realizaba.
La sonrisa de Taehyung era amplia, estaba logrando buenos puntos y en buen tiempo, incluso estaba tan cerca de romper la marca que no entendía porqué a los otros le constaba tanto.
Pero su sonrisa se esfumó, cuando de un momento a otro, el contrario comenzó a entorpecer sus jugadas, poniendo su personaje entre los de Taehyung para evitar que lograra puntos, tampoco realizando alguno él.
—¡Hey! ¡¿Pero qué haces?! —bufó irritado.
—Ganar.
De reojo, vio la sonrisa ladina del pelinegro y eso lo hizo rabiar más —¡Sólo entorpeces mi partida! ¡Eso es trampa!
—¿Dónde dice que sea trampa?
—¡Me cago en ti! —volvió a enojarse cuando el contrario otra vez interpuso su personaje. —¡Para ya!
El otro no hacía más que reír (y arruinar la partida de Taehyung) por las reacciones del pelirrojo. —Calmate nena, estás toda histérica.
—¡Hijo de tu puta madre! —Taehyung ojeó los puntajes. Cookie: 34003 - Tata: 34000.
¡Tin tin tin!
El tiempo había terminado.
—¡Cara de pene, tramposo! —se levantó dispuesto a molerlo a palos si era necesario. El otro chico se quedó sentado con una sonrisa, divertido por la situación.
—Vaya, que boquita. ¿Sólo la usas para insultar o sabes hacer algo más con ella?
—¡¿Qué dices, estúpido?! —lo sujetó por el cuello de su remera, levantandolo.
—Oye, tranquilo, viejo, es sólo un juego.
—¡¿Sólo un juego?! —para Taehyung era como un reto a superar, a demás había premio, era como si a Indiana Jones le dijeras que no se ponga tan intenso durante sus expediciones, ¡maldita sea, él podría encontrar la mano de tutancamon en cualquier momento!.
—¡Chicos, si no van a jugar, dejen que otros pasen! —advirtió el dueño.
—¡Ni hablar! Te reto de nuevo, farsante. —gritó el pelirrojo, ingresando diez fichas más.
Pero no importaba cuántas veces jugara, no importaba que estuviera a punto de llegar a la marca cada una de las diez veces que lo venía intentando, aquel chico siempre realizaba la misma jugada justo cuando él estaba cerca.
—¡Basta, puto tramposo! —volvió a levantarse —¡Te burlas de mi! ¡Las reglas no lo prohíben, pero eso se llama trampa de aquí al ano de tu madre!
—Yo lo llamo vacío legal. Y vuelve a hablar de mi madre y comerás la sopa con popote.
—¡Jungkook, Taehyung! ¡Esto no es un ring! ¡A pelear afuera o en los videojuegos de lucha, no dentro de mi tienda! —gruñó Namjoon
Taehyung lo soltó —¿Así que te llamas Jungkook?
—Mis padres sí me querían, no como a ti, Taehyung. Vaya feo nombre.
—Yo recordaré el tuyo —lo empujó y salió de la tienda.
Jungkook se sentó, nunca había visto a alguien enojarse de tal modo por un videojuego. —¡El que sigue!
Taehyung se había dispuesto a ganar en ese juego sea como sea.
Iba todos los días a ese juego y competía con otros chicos o jugaba sólo. Practicaba tácticas y movimientos con los que pudiera esquivar y ser más rápido. Incluso se había conseguido un trabajo extra para pagar su vicio.
Desde la cámara, dentro del cuarto de mantenimiento, Jungkook lo observaba, encantado por la tenacidad del muchacho y sus expresiones alegres cuando lograba algún cometido o llegaba a alguna meta que él mismo se habría puesto.
El azabache jamás había visto tanta determinación en una persona. Eso lo fascinaba. Sí, tal determinación era puesta en un videojuego, pero se notaba que aquel pelirrojo los amaba.
—Tengo que vencerlo, tengo que hacerlo —balbuseaba Taehyung entre sueños.
—¡Hola!—saludó el nuevo cubo rojo Tata, mientras caía.
—¡Hola! — saludaron sus congéneres de igual aspecto y contextura. —¡Rápido, estamos pronto a ganar!
—¡Sí! —dijo con emoción, cerrando sus ojos cuando su parte baja dio contra otro cubo. Esperó a escuchar el ¡Tlin! que indicaba la formación de tres cubos iguales o más, pero nada pasó, por lo que abrió los ojitos, mirando hacia abajo. Ese cubo no era de su color, era rosa y no rojo. —¡Hey! ¡¿Qué haces?! —preguntó.
—Ganar —dijo como si nada.
—¡Pero dejame pasar tonto! ¡Gana por tu lado!
—No quiero. Prefiero fastidiarte el juego a ti, porque eres muy guapo, inteligente y te tengo envidia.
—¿Whaaaaaat? ¡Si no sales, romperé tu cara en pedazos!
—¡Sí, dale duro Tata! —apoyaron sus compañeros Tatitas.
—A ver, te reto.
—¡Vas a ver! —habría preparado sus puños de haberlos tenido.
—¡No, no en mi tienda! —gritó un personaje más que apareció.
—¡Pero si estamos en el juego! —se defendió Tata.
—Ah, es verdad. —cayó sobre algún otro. —Bueno, no peleen en mi presen...presen...pr....zzzzzzzzzz
—¡Se durmió! —dijo el cubo rosa
—¡Pues, despiertalo!
—Bueno —el cubo tomó aire —¡¡TAEHYUNG, DESPIERTA!!
—¡WOOOOW! — el pelirrojo se sentó en su cama, despertando de repente de aquel sueño de cubos con voz de Alvin y las ardillas. —¡Carajo! ¡Juego de mierda! —se asustó. —No... No es el juego, es Jungkook, es ese maldito y creído Jungkook.
—¡Dame fichas! —llegó totalmente enfadado al local de Namjoon, estampando los billetes en el mostrador.
—¿Cómo dices? —preguntó Namjoon con una sonrisa escalofriante. El mundo entero sabía que él no soportaba los gritos o las malas palabras.
—¿Me daría unas fichas para el bt2100? Por favor. —dijo con voz dulce. Él no quería despertar al diablo.
—¡Claro, chico! —dijo animado y se las dio. —¿vas a seguir jugando? Ya muchos se rindieron.
—¡Haré lo que sea para ganar! —gritó con emoción.
—¡Jungkook! —llamó Namjoon y de la puerta trasera apareció aquel chico.
Mierda, pensó Taehyung. Diferente a lo que había visto la primera vez, aquel chico traía la ropa bien cuidada, su cabello bien peinado hacia atrás y ya no llevaba los lentes. ¿Habían cambiado de jugador?
—¿Este es el chico que jugaba? —preguntó tratando de aguantar su baba, pues el muchacho también tenía una buena figura que se dejaba ver a través de esa ropa apretada.
—El mismo —sonrió el recién llegado.
—Taehyung quiere volver a intentarlo. —dijo guardando el dinero.
—Pues vamos. —indicó con un cabezazo, yendo hacia la máquina.
—Am.. Sí.
Cuando ambos se sentaron, Taehyung ingresó las fichas y el juego comenzó.
El pelirrojo estaba bien tranquilo, ahogado en su emoción, esta vez, estaba sólo a un juego —Sí, sí, sí, sí —se susurró. —¡No! —se frustró cuando Jungkook volvió a hacer la misma jugada de siempre.
—¿Qué pasa? —preguntó divertido.
—¡Mamon! ¡Para ya con eso!
—¿Con qué?
—¡Puto enfermo! ¡No te hagas el desentendido! —se levantó sin dejar de jugar, como si el estar parado lo volviera un jugador más rápido y pudiera esquivar las fichas de Jungkook para hacer un juego, un último juego y ganarle. —¡Bastaaa! —lloriqueó.
A Jungkook le divertía tanto ver a aquel chico de ese modo. Parecía un niño caprichoso de repente.
—Está bien, está bien. — Taehyung vio que los cubos de Jungkook volvían a su lugar y sonrió — ¿bebé Taehyung ya está mejor? —se burló para consentrarse en su juego.
—¡SÍ! — se movió rápido para hacer su juego, totalmente consentrado en su puntaje, ya había superado el récord anterior, su ego, sus ánimos, su sonrisa, todo estaba en lo alto ahora. Al fin tendría su premio.
¡Tin tin tin!
El juego terminó
—¡¡Yeeeeeaaaaa!! —victoreó Taehyung saltando en su lugar. —¡¡Al fin!!
Tata: 34800
—¿Al fin qué? —lo miró Jungkook con una sonrisa graciosa en su cara.
—Al fin gan... —Taehyung pegó un vistazo al puntaje de Jungkook y su ego, su ánimo y su sonrisa cayeron en picada.
Cookie: 35090
—¿Es una broma? —quería llorar. —¿Cómo haces? ¿Cómo hiciste?
— Sólo soy mejor que tú en esto. —se alzó de hombros. Taehyung hizo una mueca con la boca —Espera... ¿Vas a llorar? —preguntó con verdadera preocupación.
—E-Es que...puse tanto empeño en esto... —unas lágrimas cayeron por sus ojos —Ya, burlarte, jaja el tonto chico llorando porque no puede ganar en los videojuegos. —puchereó —No soy bueno ni siquiera en lo que se supone que soy bueno.
—Hey, no me estoy burlando —se levantó y sujetó sus hombros para mirarlo dulcemente — Nadie dijo que no eras bueno, sólo dije que soy mejor.
—Es lo mismo.
—Mmm... —miró hacia atrás —Puedo mostrarte cómo lo hago —sonrió, ganándose la mirada curiosa de Taehyung. —Pero, vas a tener que esperar a que la promo expire, porque no puedo traicionar la confianza de Namjoon.
—Ya no me importa la promo, sólo quiero ganarte.— secó sus lágrimas.
—ja, tonto. Ya me ganaste. —sacudió sus hombros y se alejó. —si me prometes que no vas por la promo, ven mañana y te enseñaré una buena estrategia. Debo volver al trabajo —hizo una reverencia y se fue a su puesto.
—¡Sí, lo prometo, vendré! —apretó sus puños. Ese chico le estaba pareciendo bastante lindo.
— "Ya me ganaste", eso dijo. —comentó Taehyung en su descanso. —¿Por qué dijo que le gané? No estuve ni cerca de su puntaje.
Su compañero rió —Ay, Tae... —negó con la cabeza y se apoyó en la barra.
—¿Qué? —Puchereó.
—Dijo que ya lo ganaste, no que le ganaste.
—¿Eh?
—No captas una indirecta ni aunque venga vestida con un cartel que diga indirecta y te grite en la cara "¡Hey, Taehyung, soy una indirecta!"
—Callate —volvió a abultar su labio.
—Un día de estos te voy a poner una pajilla ahí.
—Como sea, espero que el trabajo acabe rápido, tengo que ir verlo.
—¿A verlo? ¿A quién?
— Digo, tengo que aprender su estrategia y así...
—Ajá...
—¡Jungkook, a-
—Ya lo sé. —él pelinegro salió de su lugar antes de que Namjoon terminara de hablar. Había visto a Taehyung por la cámara, lo había estado esperando.
—Jungkook, hola. —sonrió el pelirrojo.
—¿Vamos?
—¡Sí!
—El truco es simple, cuando los cubos van cayendo, sólo los pones en la dirección en la que quieres que vayan y los largas, a penas lo haces, te consentras en el siguiente cubo, que además te muestran a un contado. —acomodó sus lentes —es más cuestión de habilidad y coordinación mano-ojo. Tienes que ser más rápido que los demás, y pues, si ves que te van ganando-
—Haces trampa. —rió.
—Recurres a arruinar sus juegos —corrigió.
—Y a hacer que se me salte la ficha.
—Ese es un placer plus que me gano.
—Ya... Al final no era tanto —infló sus mejillas —No es que fueras mejor que yo, es que eres más tramposo y oportuno. Cuando estás por perder, vas y haces perder al otro primero.
—Qué no soy tamposo.
Lo miró —¡Te robaste todos mis puntos! ¡Piensa en esos puntajes que no pudieron nacer porque tú-
No pudo seguir con su monólogo ya que su boca quedó ocupada con los labios de Jungkook.
—Eso es un robo —dijo el pelinegro, alejándose — ganarte a toda costa las partidas sabiendo que volverías por más y podría pasar tiempo contigo, invitarte hoy con la excusa de enseñarte mi truco, eso es hacer trampa. —Taehyung apretó sus labios avergonzado. — a demás de que observaba tus jugadas y tácticas por la cámara y sabía qué movimientos harías.
—¡Lo sabía! ¡Eres un tramposo! —golpeó su hombro.
—Shhh, que Namjoon no se entere.
—Ya, guardaré el secreto, pero tú tendrás que invitarme a cenar
Jungkook sonrió divertido.
—Es un trato.
—Qué historia más estúpida. —dijo la niña, jugando en su consola.
—Hey, más respeto, estoy contandote cómo nos conocimos tu padre y yo. —dijo Taehyung a su hija.
—Uff, debo ir al baño, tanta cursileria me hizo mal. —la niña se levantó y se fue, dejando su consola a un lado.
En cuanto se perdió de vista, Taehyung fue por la máquina.
—Ella te va a matar. —negó Jungkook con la cabeza.
—No puedo permitir que tenga más pokemones que yo y haya avanzado tanto, ¡llevo jugando mucho antes que ella y ya tiene lejendarios y está a punto de entrar a la liga!
—Sólo digo que no dudaré en ayudarla a enterrar tu cadáver con tal de que no me mate a mi también.
—Ah, ¿qué es lo peor que me podría hacer?. —Taehyung entró al juego de su hija y sin pensarlo dos veces, borró la partida completa. —¡Lissto! —dijo emocionado.
Jungkook se levantó y fue a ver qué hacía su hija, encontrandola en la habitación de ellos. Espió por la puerta.
Junghyung sostenía la consola de su padre —¿Cómo es posible que vaya tan avanzado en rhythm haven? Yo no llevo ni la cuarta canción y él ya va por los niveles extra... —borró la partida completa de Taehyung. —¿Qué es lo peor que podría pasar?
Y Jungkook supo que una guerra de insultos por parte de los Kim se avecinaba.
Aún así, jamás se arrepentiria de haber conocido a Taehyung y mucho menos de haber adoptado a su hija.
Supo que era el mejor premio que algún videojuego pudiera dejarle.
[[💕]]
*Arcade es el término genérico de las máquinas recreativas de videojuegos disponibles en lugares públicos de diversión, centros comerciales, restaurantes, bares, o salones recreativos especializados.
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