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1. Onsra

"Pupilas que se dilatan,
Que deleitan,
Que delatan..."

"Sensación amarga que sentimos cuando sabemos que un amor no dudará"

...

¿Acaso ya no podría dormir? Unos gritos combinados con unos fuertes golpes despertaron a Arcadia de su profundo sueño. Ella estaba en la mansión de los Delaney. Ella quería seguir durmiendo. Abrió sus ojos de golpe mientras su ceño se fruncía y miraba a la puerta. Estaba con seguro, pero los gritos de su madre la despertaron.

— ¡Niña, despierta ya! Arréglate y baja, el ministro ya nos espera. — dijo su madre, aun golpeando su puerta.

Oh, también eso. El mismo ministro, señor Fudge, había invitado a la familia de los Delaney a la final del mundial de Quidditch. Era todo un dolor de cabeza.

La rubia se levantó arrastras y se cambió lo más rápido que pudo, se puso un poco de perfume y arreglado su sudadera, feliz de molestar a su madre por que lo más seguro sería que le regañe por su forma de vestir "para nada aceptable".

— ¿Ya estás lista? — preguntó su padre con una sonrisa emotiva en su rostro. Ella se limitó a asentir y vio de reojo, con una sonrisa burlona en su rostro, como su madre ardía en furia.

— ¡Pero que grande estas! — exclamó Fudge con un maletín en su mano. — ¡La última vez que te vi eras toda una pequeña! ¡Que rápido pasa el tiempo!

— Si. — contestó Arcadia. — También me da gusto verlo, señor Fudge.

Cada vez que su familia hacía una aparición, ella siempre terminaba vomitando. Milagrosamente ese día era una excepción, se apareció dentro de la carpa de los Malfoy, siendo recibidos por abrazos y saludos.

— Vaya. — murmuró Draco, un chico de Slytherin, engreído y presumido. Viendo ahora a Arcadia mirar a todos lados con algo de aburrimiento en su rostro. — ¿No eres la chica que humilló a la idiota de Granger el año pasado?

— Y tu eres el chico que hizo un drama por que un hipogrifo quería darle la pata. — le siguió Arcadia mirándolo a los ojos con frialdad. — Como no conocerte.

— Que amigables... — dijo Lutmila, su madre dándole una sonrisa falsa a su hija.

— Vengo más tarde. — aviso Arcadia sin pedirle permiso a sus mayores. Su padre solo asintió con una sonrisa y su madre rodó los ojos.

Arcadia fue perseguida por Draco, quien intentaba entablar una conversación estable con la chica.

— Es una lástima que no seas de Slytherin. Lograrías grandes cosas en la casa de los fuertes. — dijo Draco, de la nada con pena y el pecho en alto.

— Ninguna casa es mejor que la otra, rubio engreído. — Arcadia no se tomó el tiempo para mirar la reacción ofendida de Draco. Pero rio internamente.— No me interesa ser una serpiente que cree que su casa es la mejor.

— ¿Como te atreves...?

— Que pena que me atreví.

Arcadia alzo sus hombros y siguió su camino, con Draco aun detrás de ella. Ambos se quedaron en un silencio penetrante. Draco jugaba con sus anillos, y Arcadia miraba todo el campamento de tiendas con aburrimiento.

— ¡Te lo digo, Misa! — exclamó una voz, que Draco pudo reconocer. — ¡Todos están aquí, los Malfoys, el trío de oro, hasta la rara de Delaney!

— ¡Cállate, tarado! — exclamó Artemisa Scamander. Una chica rubia de Hufflepuff, cual siempre cargaba una sonrisa en su rostro como si la vida fuera de color de rosa. La chica miró sobre el hombro derecho del chico y sonrió nerviosamente. — H-Hola...

Ernie Macmillan se giro lentamente, sintiendo como unos ojos quemaba sus hombros. Malfoy rodó sus ojos con aburrimiento, y Arcadia se preguntó ¿no se quedaría para burlarse del acosador de Macmillan?

Arcadia miró fijamente los ojos verdosos de Ernie, viendo al chico encogerse en su lugar. La rubia sonrió internamente, hasta casi queriendo reírse de la cobardía de Ernie. Luego sus ojos pasaron a los de Scamander, viendo que la rubia cambió demasiado en tan solo dos meses. Su cabello creció, su cara maduro y sus ojos se veían más brillantes. Scamander se sonrojó cuando vio que la chica no apartaba sus ojos de ella, pero luego ella fue la primera en romper el contacto visual y trago saliva tan bruscamente que tosió.

— ¿Estas bien, Misa? — preguntó Hannah Abott. Había una bola de Hufflepuff's frente a los ojos de Arcadia.

— Si...— murmuró Artemisa aún sintiendo los penetrantes ojos azulados de Arcadia sobre ella.

Arcadia sólo les dio una ultima mirada y salió de ese lugar, dejando al grupo de Hufflepuff's abrumados.

— Siempre me pregunté, ¿que esta mal en ella? — hablo Ernie, mirando a la chica alejarse con sus manos metidas el los huecos de su sudadera. — Es decir... es inteligente, guapa... pero da miedo.

— Ya cállate, Macmillan. — ordenó Hannah dándole una patada al castaño. — Asustas a Misa.

— ¿Todavía te sigue gustando la rara? — preguntó Ernie frunciendo su ceño.

— N-No, ¡Oh por Merlin, claro que no!

— Tienes de verás un mal gusto. — murmuró Ernie, sin recibir respuesta de ninguna de las chicas.

Arcadia siempre supo que ese trío de Hufflepuffs eran algo ruidosos, ella podría estar a quince pies, pero pudo escuchar la conversación hasta algún punto.

Draco y Arcadia se encontraban de pie, con los brazos cruzados, observando con desdén las coloridas carpas que se extendían ante ellos. Arcadia con aburrimiento, y Draco con desprecio. Al menos tenían algo en común. No les interesaba ese partido por nada del mundo.

— Mira eso. — resopló con desdén Draco, mirando al grupo de Hufflepuffs lanzarse una Quaffle muy cerca de ellos. — Toda esta vulgar exhibición de mal gusto. Como si a alguien le importara realmente quién gane este ridículo torneo, y esos tontos de Hufflepuff...

— Con todo respeto, pero creo que callado té ves más guapo. — dijo Arcadia mirando al grupo de Hufflepuff con enormes sonrisas. — ¿Que no ves que están felices? Agradece qué hay personas que son felices y no unos depresivos con problemas de familia.

Draco sacudió la cabeza, su pálido rostro mostrando una expresión de asombro. Para él, estar rodeado de toda esa multitud entusiasmada por el quidditch no era más que una pérdida de tiempo, más de tener una Delaney a su lado y usando si frío cerebro. Preferiría mil veces estar en la Mansión Malfoy, disfrutando de los lujos y privilegios que su linaje le otorgaba.

— Vámonos de aquí. — ordenó con un tono de fastidio, como si pudiera controlar a Arcadia a su gusto. — Este lugar apesta a sangre sucia y a gente común. Tengo mejores cosas que hacer que perder el tiempo con este espectáculo de segunda.

Todo lo que dijo lo hizo en voz alta, intentando llamar la atención de unos Gryffindors que pasaban justo a su lado. Draco se dio la vuelta, su capa ondeando detrás de él, y se alejó con Arcadia mirando de reojo a Harry Potter, dejando atrás la emoción y el bullicio del Campeonato Mundial de Quidditch.

[...]

Los Malfoy junto a los Delaney buscaban sus asientos, acompañado al ministro a su lado, y Draco como siempre, haciendo un espectáculo de última hora.

— ¡Que suertudos! — exclamó Draco mirando hacia arriba, donde varios Gryffindor's y Hufflepuffs caminaban. — ¡Si llueve serán los primeros en saber!

— Cierra la boca, Malfoy. — dijo Harry queriendo abalanzarse sobre Draco.

Arcadia frunció su ceño y miró hacia arriba, encontrándose con varios ojos sobre ella.

— Nosotros, sin embargo, tenemos asientos junto al mismo ministro. ¿no es así, Delaney? — preguntó Draco burlándose de los que estaba más arriba que ellos.

— Aún que si lo piensas bien. — murmuró Arcadia codeando el estómago de Draco. — Ellos tienen vista a todo el juego.

— ¿Crees que me importa saber eso? — susurro Draco devuelta, al notar que Arcadia no se burlaba junto a él. — Y tu, Scamander.

— ¿Me hablas a mi? — preguntó Artemisa, cuando el resto se fue dejándola a ella junto a un chico de cabello rizado. — ¿A que se debe?

— Deberías de estar con tu clase. — dijo Draco mirando con disgusto al chico que estaba a su lado. — No con estos... sangre sucias.

Draco gruño divertido y se alejo, sin siquiera esperar la respuesta de Artemisa. Arcadia miró a Artemisa bajar su cabeza y pensar en lo que dijo el rubio.

— No le prestes atención— se limitó a decir Arcadia, quien intentaba mirar a otro lado con la mandíbula apretada y distraída con los cordones de su sudadera.

— ¿Me hablas a mi? — preguntó Artemisa mirando hacia sus lados, y solo estaban Hannah y Ernie a sus espaldas.

— ¿A quien más le estaría hablando? Tonta. — preguntó Arcadia, le dio una mirada reprochando.

Ese mundial era una gran decepción, pensó Arcadia cuando el partido comenzó y solo veía reflejos pasar y pelear por la Quaffle. Pensó que iba a ser mucho más intenso.

Pensó que lo único importo fue cuando Draco casi se tira de las barandas cuando un par de Veelas hicieron su aparición como parte del espectáculo.

Luego del partido Draco y Arcadia regresaron a la tienda, cuáles con gusto compartieron con los Delaney.

— Siempre me he preguntado. — comenzó a decir Draco, sentado en sofá de terciopelo. — ¿No tienes amigos? Siempre te veo solitaria.

— ¿Acaso es asunto tuyo? — murmuró Arcadia mientras veía de soslayo a Draco.

— Claramente no lo es. — respondió Draco mientras fruncía su ceño por el ruido de afuera. — Pero es confuso, ¿cómo sobrevives sin platicar con nadie en Hogwarts?

— Si tengo amigos.

— Los libros no cuentan.

Arcadia se quedó en blanco, ¿por que a Malfoy le "preocuparía" el por qué ella no tiene amigos? Era normal ver que Arcadia no se hablaba con nadie. Tenía quince y apenas tenía una sola amiga.

— Como dije, Malfoy... — Arcadia no pudo seguir con su declaración cuando de pronto los gritos de hace un rato se hicieron más fuertes. Ambos se quedaron quietos en sus lugares, mirándose entre sí con desconcertó.

— Al parecer los irlandeses saben cómo divertirse... aun que eso no parece ser una celebración.

— ¡Obviamente no es una celebración! — exclamó Arcadia al abrir la puerta de la tienda y ver figuras encapuchadas que al parecer eran la causa de que un grupo de mujeres y hombres estén flotando de cabeza. — ¿Tenía que ser ahora? Fastidiosos puristas.

— ¡No encuentro a mis padres! — exclamó Draco mirando toda la tienda. — ¡Tampoco tus padres.

— Deberíamos buscar abajo de una máscara. — murmuró Arcadia burlona mientras apuntaba a los mortifagos. — Han de ser alguno de esos de por ahí.

— ¡Cállate, mis padres no harían tal cosa!

— Oh, pero no negaste que ellos fueran mortifagos...

Los pensamientos de Arcadia volaron sin fin, ella sabía que sus padres eran mortifagos de sangre. Jamás traicionarían al "señor oscuro". Jamás se preocupó por ellos, así como ellos jamás se preocuparon por ella. Si ellos querían ser mortifagos, bien por ellos, pero ella no quería ser arrastrada a un poso sin fondo.

Cuando Arcadia se alejo de sus pensamientos, vio a Draco correr en dirección opuesta de donde su cuerpo apuntaba. Ella se dignó a fruncir su ceño algo indignado por haberla dejado ahí tirada sin compañía.

Arcadia miró sus pies, escuchando el desastre de sus alrededores, cuando una persona cayó a sus pies. Con su cara ensangrentada pero un semblante serio.

— Vaya, vaya... no eres tú. — ella se detuvo para pensar. — ¿Lonan Ross?

— Ayúdame. — dijo el chico, sin mostrar signos de dolor, pero ella noto como el pellizcaba su brazo para ocultar el verdadero dolor.

— Sinceramente me importa si estás mal, pero me pueden culpar si me ven junto a ti... — dijo la chica burlesca ayudando al chico a caminar dentro de la tienda de los Malfoy. — Si los Malfoy me ven contigo...

— ¿Por que soy un sangre sucia?

— No digas eso. — dijo Arcadia con firmeza y asqueada ante el apodo que el chico utilizó para describir su estatus de sangre. — Esas palabras me causaron un mareo. Es tu culpa, Ross.

— Me disculpo. — contestó el chico apoyándose en el sofá de terciopelo donde antes Draco estaba sentado. Arcadia me inclinó un pañuelo y el gustoso lo tomó, dándole las gracias.

Arcadia asintió queriendo poder silenciar todo el ruido de afuera, o al menos el que se infiltraba dentro de la tienda.

— ¿Y tus amigos? — preguntó Arcadia de espaldas a Lonan.

Ross pareció hacer algo idéntico a una mueca. — Todo se volvió un caos, me perdí y luego uno de esos mortifagos me atacó. ¿Y los tuyos?

Aun que Arcadia no supo que responderle, en Hogwarts, todos le tenían el apodo de Introvertida solitaria, no tenía tan solo un amigo.

— Mi única amiga no vino al mundial. No tengo la más remota idea de donde estará. — murmuró Arcadia y sonrió intentando dejar el mal sentimiento que sentía en su pecho.

— ¿¡Por que mantienes un sangre sucia en nuestra tienda!? — exclamó Draco entrando a la carpa echando humos por las orejas.

Arcadia solo lo miró y ayudo a Lonan a levantarse. — Tranquilo Malfoy, ya nos íbamos.

— Pero es peligroso haya... — murmuró Draco.

— Soy sangre pura. Y voy a buscar los amigos de este tonto. — Arcadia confesó su plan, ganándose unos ojos en blanco de Draco.

Arcadia apoyó el brazo de Lonan en sus hombros y su otro brazo rodeó la cintura del castaño. Ambos salieron de la tienda, aun con gritos y gente flotando en el aire.

— Que desastre. — murmuró Lonan con voz agotada. El de rulos soltó un bufido agotado sintiendo como Arcadia comenzaba a caminar otra vez.

El miedo era poco frente a esos dos. Arcadia caminaba con seguridad, pasando al lado de las personas con trajes tenebrosos. Aun que la visión de Arcadia se borró por varios segundos, cuando un cuerpo impactó sobre ella, provocando que soltara a Lonan de golpe.

— ¡Por Rowena! — exclamó Arcadia sobando su cabeza, notando como la persona que chocó con ella luchaba por acomodar su revoltoso cabello.

— ¡Lo lamento!

— ¿Hermione?

— ¡Lonan! ¡Por Merlin, me alegro saber que estás bien! — declaró Granger levantándose del suelo sin notar que era Arcadia con quien había chocado.

— Una pequeña ayuda no me caería tan mal... — murmuró Arcadia levantándose sola del suelo, sacudió su ropa debido al sucio y luego miró a ambos nacidos de Muggles. — Hola por ahí, Granger.

– Delaney. – murmuro Hermione, mirando a Arcadia con tristeza.

Arcadia alzó sus cejas y entrecerró sus ojos mirando a Hermione. En ese instante, Arcadia pudo ver en los ojos de Hermione una mezcla de determinación y miedo, la valentía que la impulsaba a mantener la calma a pesar de la adversidad. Hermione, a su vez, pudo percibir en los ojos de Arcadia la ignorancia y despreocupación que sentía por ella, la determinación que la mantenía tranquila.

– Deberían de ocultarse. – sugirió Arcadia sonriéndole burlonamente a Granger, a pesar del desaste.

– ¿Cómo puedes estar tan calmada con toda esta situación?

– Tengo miedo. – admitió Arcadia y miro a un par de figuras acercarse a ellos con determinación. – Pero si le temo a algo me sentiría ridícula. Y yo no soy ridícula.

Hermione estuvo por asentir, pero por su mente pareció recordarle algo. — ¡Harry! ¡Estaba con el cuando todo esto comenzó!

— Tiene que estar por ahí. — dijo Arcadia. — Oh miren. Ahí está.

Hermione fue la prima que volteó cuando Arcadia apunto a una tienda, donde el cuerpo de Harry estaba tirado. Parecía estar inconsciente.
Arcadia solo miró a la castaña correr hacia Potter y Lonan miró desde el suelo.

— ¿Cómodo?

— No te imaginas cuanto.

Arcadia lo miro y lo ayudo a levantarse, casi se cae por segunda vez Lonan cuando una explosión ocurrió cerca de ellos. A Arcadia se le iluminaron los ojos, Lonan tomó con más fuerza el brazo derecho de Arcadia y se sobre salto.

Ambos se miraron y comenzaron a correr, Arcadia jalando del brazo del de rulos. Arcadia jadeo en busca de aire, soltó un quejido y tomó su costilla por que le comenzó a quemar. Sus oídos escuchaban un "pi" y eso le molestaba.

Vio a Lonan toser a su lado y escupir, provocando un disgusto ante la visión de Arcadia.

— ¿Estas bien? — le pregunto Arcadia mirando hacia otro lado. Habían corrido tanto que llegaron cerca del bosque.

— Si, de maravilla. — respondió sarcástico Ross y la miró.

Arcadia se quedo callada, además que más podría decir. ¿Decirle que pronto irá a un hospital y tratarían sus heridas? Ambos se quedaron callados por unos segundos más. Y ruidos de acercaron a ellos.

— ¿¡Están todos bien!? — exclamó Ernie Macmillan llegando por si lado, a al menos diez pies.

— Si. creo que me voy a desmayar. — respondió Hannah jadeando. Miró de reojo y noto la presencia de los otros dos cerca de ellos. — ¿Que hacen ustedes ahí?

— Escapamos de la fiesta. — murmuró Lonan lo suficientemente alto

— Es una pregunta muy ridícula, Hannah.

...

Debido a las moefke nuevas reglas de wattpad, no creo que haré escenas explícitas en este libro. A menos que lo haga en Inkit.

Repitan conmigo.

Wattpad ponte fecha.

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