𝟬𝟭𝟵 a scab picked too many times
capítulo diecinueve
una costra arrancada demasiadas veces
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Lo primero que registró fue el toque frío tirando de su piel desnuda. Estaba acostumbrada al calor. Su sistema estaba envenenado con cenizas de la fogata quemando desde el interior de su pecho, y aquellas flamas lamían la epidermis de su piel, chamuscando sus cabellos. Pero esto... esto era diferente. El frío que sentía que la tragaba por completo, enviando escalofríos por su espalda. Sus ojos se abrieron un segundo más tarde mientras miraba alrededor de la habitación buscando por la fuente, solo para encontrar que el lado de la cama a su lado estaba vacía. JJ se había ido. Estaba garantizado que la oscuridad de la noche había tragado toda la isla, así que tal vez él solo fue a la casa de John B o algo. Pero... la idea de JJ solo yéndose en el medio de la noche sin despertarla le revolvió el estómago.
Pestañeó al lugar vacante en la cama, entonces posó el peso de su cuerpo sobre sus brazos para levantarse. Sus pensamientos se llevaron lo mejor de ella mientras observaba un punto en blanco. Pensó en todas las razones por las que JJ se había ido sin despertarla. Creyó que tal vez no era lo suficientemente buena. Nunca lo había sido para andie. Todos siempre la dejaban. Tal vez JJ decidió que sería mejor si Izzy Windsor no estaba en su mundo. Tal vez él no había sido sincero el día anterior. Tal vez había sido solo un acto. Todos siempre actuaban cuando Izzy estaba involucrada.
Sus ojos se llenaron de lágrimas ante la idea de él dejándola también. No le importaba si las chicas bonitas no lloraban. Estaba tan enferma de esa noción. Era estúpido... y se sentía estúpida. Pero justo cuando estaba a punto de dejar que una lágrima se deslizara por su mejilla, notó una nota reposando en la mesa de al lado de la cama. Su pecho se hinfló con esperanza como un globo mientras rápidamente se colocaba la sudadera de cuello redondo que estaba usando antes y saltó de la cama. Se estiró hasta la mesa y tomó la nota, entonces rápidamente la escaneó.
Lucías tan en paz
que no quería despertarte,
pero te veo mañana (espero).
Tengo que encargarme de algo.
— JJ
Izzy pestañeó a la pieza de papel cortado en sus manos y juntó las cejas mientras lo volvía a leer una y otra vez hasta que las palabras fueron inscriptas en la materia de su cerebro. Su mente se calmaba a medida que lo leía y se percata que no la había dejado. Ella no era el problema. Pero el miedo la consumió un segundo después ante las preguntas que inundaban su cerebro. No podía evitar preguntarse qué exactamente hizo que JJ se fuera. Se preguntó si John B o alguno de los otros pasó por allí con noticias urgentes. Tal vez estaban en problemas. El corazón de Izzy cayó. Tal vez estaban en problemas.
No podía evitar imaginarse todos los escenarios posibles que podrían haber pasado. Pensó en su madre. Siempre volvía a ella. A veces Izzy creía que la muerte de su madre siempre tendría poder sobre ella. E intentó pelear contra sus pensamientos, pero seguían alzándose. Un segundo vio el cadáver de su madre, al siguiente estaba imaginando un mundo donde sus amigos descansaban en ataúdes. No podía dejar que eso pase. Debía encontrar a JJ y asegurarse que su corazón siguiera latiendo. No podía soportar más muertes. Ya tenía demasiados fantasmas.
Y en cuestión de un par de segundos, Izzy había arrojado la nota a un lado y tomó sus shorts de spandex del suelo y se los colocó. Ni siquiera se molestó en tomar su teléfono antes de salir de su habitación y correr escaleras abajo hasta la entrada principal. Sabía que si JJ estaba en problemas, él iría con John B. Siempre iría a la casa de John B. Esa era su hogar. Era donde se sentían en casa; donde se sentían seguros. Así que tenía que intentar ahí primero, y si no lo encontraba... bueno... no sabía que haría. Pero no se dejó pensar en resultados negativos, en su lugar, tomó las llaves del auto y salió de la casa, dirigiéndose a su convertible Mercury Comet.
El mundo pasó en un borrón mientras se deslizaba dentro del convertible, arrancó el motor, y avanzó por la calle principal, dirigiéndose al Cut. Estaba segura que su maquillaje estaba corrido y probablemente lucía como un absoluto desastre, pero no le importaba. Apenas sentía el latido de su corazón en su pecho mientras aceleraba. Y solo cuando notó dos figuras de pie a un lado de una camioneta verde estacionada fuera de la casa de John se dejó respirar.
Su convertible apenas se detuvo antes que ella arrancara las llaves de la ignición y saltara de allí, caminando frenéticamente hasta las figuras con sus Birkenstocks golpeando el suelo con vigor. Su respiración se tornó abrupta mientras pestañeaba y reconocía a las dos figuras como Kiara y Pope —. ¡Chicos!—, llamó ella, pero su voz salió ronca. No sonaba como ella y no se sentía para nada como ella.
Kiara apartó la mirada de Pope y miró por sobre su hombro con el ceño fruncido. Pestañeo a Izzy y ligeramente torció la cabeza a un lado en confusión —. ¿Izzy? ¿Eres tú? Creí que fuiste a casa...—, vaciló, sus palabras envueltas con un tono cuestionante —. No era necesario que vengas hasta mañana. Pope y yo podemos manejarlo.
Las cejas de Izzy se juntaron —. ¿Qué?—, fue todo lo quue murmuró, deteniéndose frente a ellos. No recordaba de qué hablaban. Buscó en su cabeza una respuesta, hasta que recordó escucharlos habar sobre una forma de conseguir el resto del oro en el camino de vuelta a John B. No había prestado mucha atención, y justo ahora no le importaba. Sus amigos estaban a salvo, pero JJ seguía perdido y su corazón no había dejado de golpear contra su pecho.
Mientras el silencio de Izzy gritaba a través del aire, Kiara miró de reojo a Pope con una mirada cuestionanate. El chico solo se encogió de hombros y volvió a mirar a Izzy con la preocupación escrita en su rostro. Kiara también se giró para mirarla y chasqueó los dedos frente a su rostro —. Bueno... ahora que estás aquí puedes ayudar a Pope—, dijo, su voz dudosa —. Creo--.
Pope colocó una mano sobre el hombro de Kiara, interrumpiéndola. Le dio un apretón a su hombro antes de acercarse a Izzy y vacilantemente estirarse a por su brazo —. ¿Izzy? ¿Estás bien?—, inquetó mientras palmeaba el brazo de la chica con vergüenza.
Izzy reaccionó al mirarlo a los ojos. Pestañeo. —. No. Yo...—, las palabras se desvanecieron cuando sacudió la cabeza. Volvió a pestañear, y la sensación inquieta en su estómago solo se intensificó —. Mira, ustedes no entienden—, inspiró con sus labios temblando y exhaló abruptamente antes de reposar su mirada sobre sus amigos y entrecerrar los ojos —. JJ vino a mi casa. S papá le hizo algo, y estábamos hablando y entonces supongo que nos quedamos dormidos y, cuando desperté, él no estaba. Dejó una nota diciendo que tenía que hacer algo, pero esoo era todo. Supuse que vino aquí. No creo que haya ido a casa. Al menos, espero que no lo haya hecho.
Las otros dos intercambiaron una mirada, compartiendo la preocupacón. Kiara fue la primera el romper el contacto visual, colocando su mirada golpeada por la preocupación sobre la rubia. Aclaró su garganta y lentamente encogió un hombro —. ¿No dijo qué tenía que hacer?—, preguntó.
Izzy sacudió la cabeza —. No—, balbuceó. Dios, odiaba sentirse así. Se sentía tan débil... tan estúpida. Odiaba sentirse impotente —. Estoy... estoy preocupada—, sus ojos encontraron los de Kiara —. Kie, estoy hasta asustada. De verdad.
Eso fue todo lo que tomó para que Kiara se le acercara. La envolvió entre sus brazos, consumiéndola en un abrazo apretado mientras reposaba su mejilla a un lado de su cbeza. Kiara alzó la mano para colocar sobre la cabeza de Izzy, gentilmente peinando su cabello para calmarla. Y por primera vez, Izzy no se separó y no quería hacerlo. En su lugar, la chica Windsor devolvió el gesto y pasó sus brazos alrededor de Kiara, acercándola incluso más.
Esto no era extraño para Izzy. No había sido criada con cariño. Claro, había tenido a su madre, pero una vez que falleció, Izzy rápidamente olvidó lo que se sentía que las personas se preocuparan por ti. Ella rápidamente se tornó a ignorar la necesidad de ser sostenida y reemplazarla con zapatos nuevos u otro bolso de Louis Vuitton. Pero esto - ser envuelta en un abrazo, por alguna razón calmaba sus sentidos. Era como si esto fuera lo que le había faltado a Izzy toda su vida. Que otros se preocupen por ti, y preocuparse por ellos era algo que creía que sanaría un alma rota. Y quería dejarlo ir. Así que profundizó su agarre sobre Kiara y cerró los ojos, reposando la cabeza en el hombro de la chica.
—Está bien. Lo encontraremos—, murmuró Kiara después de un momento de silencio mientras lentamente sobaba la espalda d Izzy —. Solo cálmate. Debemos llevar los suministros adentro... y entonces iremos a todos sus lugares, ¿sí?
Izzy asintió —. Bueno—, fue todo lo que pudo decir. Soltó a su amiga mientras Pope palmeaba su hombro por un minuto más con incomodidad hasta que Izzy se alejó. Ella miró a los dos adolescentes antes de mirar a Kiara a los ojos, y le ofreció una sonrisa apretada —. Tenías razón. Sí sabía por qué—, se encogió de hombros ante sus palabras, entonces soltó un suspiro —. Así que tengo ue encontrarlo porque... no creo que pueda soportar perderlo.
Ante sus palabras, Pope soltó una suave carcajada —. ¿Finalmente te dijo que le gustas?—, preguntó despreocupadamente mientras se estiraba para tomar un tacho de plástico lleno de suministros.
Izzy frunció el ceño —. ¿Sabías?
El chico pusó sus acciones y miró entre Izzy y Kiara. Kiara cruzó sus brazos por sobre su pecho y arrugo los labios, disparándole una mirada al chico, a lo que él se encogió en respuesta. Cambió su atención a Izzy y entrecerró los ojos, pareciendo que estaba eligiendo sus palabras con cuidado. Pero antes que pudiera abrir la boca, el sonido de un generador hizo eco en sus oídos mientras luces iluminaban el área. Los tres se miraron, confundidos. Entonces miraron el patio, buscando la fuente de la conmoción.
— ¿Quién diablos es?—, murmuró Kiara, intentando mirar a través de los árboles paraver quién había encendido las luces.
Los tres compartieron miradas de preocupación antes que Kiara avanzara por la calle de tierra con Pope siguiéndola. Izzy sintió su corazón latir en sus oíods mientras los seguía. Notó la bicicleta de JJ arrojada en el suelo, y el miedo la consumió. Solo podía imaginar lo que había hecho desde que se fue de su residencia. Intentó ignorar aquellos sentimientos porque tal vez JJ estaba bien. Tal vez las luces no significaban nad malo. Pero al ingresar al patio, sus ojos aterrizaron en el chico rubio sentado en un jacuzi, y ella se percató que había tenido razón. El miedo que la consumía solo se profndizó cuando notó la botella de champagne que JJ sostenía. Y solo deseó que pudiera volver el tiempo atrás para detenerlo de irse.
— ¿Qué hiciste, JJ?—, preguntó Pope, su voz enlazada con preocupación y agitación.
JJ solo sonrió y tomó un sorbo de la botella de champagne, y arrojó la cabeza hacia atrás. Sus acciones hicieron a Izzy querer meterse y arrancar el alcohol de su mano. Sabá los daños que podían pasar si iba demasiado lejos y se desmayaba. Ella lo había hecho varias veces, y casi la había matado. Diablos, su estupidez causó que manejara borracha, lo que lamentaba más que nada. Fue afortunada porque nada pasó y JJ había estado allí para llevarla de vuelta a casa. Él siempre había estado allí. Ella deseó haer podido estar para él.
Kiara se giró a Izzy —. Iz, ¿qué diablos pasó?—, cuestionó frenéticamente.
Pero Izzy no tenía las respuestas —. No lo sé—, murmuró, sus palabras enredándose en su lengua —. Estaba jodido antes, pero no parecía que haría esto—, no sabía qué más decir. Ninguna palabra parecía ser suficiente, y solo se sintió peor mientras los segundos avanzaban porque honestamente había creído que estaba bien. No se percató del dolor que estaba pasando, y deseó poder retroceder en el tiempo. Hubiera hecho todo distinto. Le hubiera dicho lo mucho que le importaba. Le hubiera dicho que siempre estaría para él, porque así sería. Lo decía en serio. No había duda en su mente que haría cualquier cosa para enmendar el agujero en el corazón de JJ. Incluso tomaría hilo y aguja para coserlo.
Las esquinas de los labios de JJ se curvaron en una media sonrisa mientras bajaba sus gafas de sol por sobre el puente de su nariz —. Tengo un jet en el trasero—, remarcó, sus palabras mezclándose con una carcajada —. Deberían meterse ahora, ¿sí?—, tomó copas de champagne con inflables de flamencos en la punta, y los sirvió hasta el borde con chapagne —. Salud—, les dio un asentimiento antes de alzar una copa al aire en conmemoración, y vertió el contenido de la botella en sus labios.
Pope sacudió la cabeza —. ¿Cuánto costó?—, inquietó, rascándose la nuca.
JJ colocó la botella de champagne en el borde del jacuzi, entonces alzó los ojos para mirar a los demás —. Uh...—, vaciló, apartando la mirada a su rededor —. ueno, con el generador, el petróleo—, alzó su mano al aire y comenzó a apuntar —. Y oh, oigan, delivery express... casi todo, sí.
Los ojos de Pope se abieron y lo miró con la boca abierta —. ¿Todo?—, mofó.
JJ asintió —. Sí, todo.
Pope apretó el puente de su nariz —. ¿Gastaste todo el dinero en un día?
JJ asintió vagamente —. Sí, hizo un agujero en mi bolsillo—, remarcó con humor, entonces se encogió de hombros —. Pero vamos chicos, ¡miren esto!—, eestiró los brazos, gesticulando a su alrededor —. El mejor masajista, eso es lo que me dijeron—, miró a Izzy y sonrió —. Es como si estuviéramos en el patio de Izzy, ¿no?
Izzy solo sacudió la cabeza. Sus ojos se sentían calientes. Sabía por qué estaba acuando así, y eso solo despedazaba su corazón —. JJ...—, vaciló, sus palabras quedando atrapadas en su garganta.
—Oye, bebé, perdona la nota—, dijo JJ, su voz un poco más baja ahora mientras la culpa inundaba sus ojos —. Es solo que... tenía que comprar esto—, rápidamente enmascaró sus emociones con una enorme sonrisa mientras palmeaba su lado —. Fue una ganga.
Izzy no respondió. No podía.
Pero Kiara respondió por ella —. No puedo creerte—, bufó, cruzando sus brazos por sobre su pecho mientras negaba con la cabeza.
—Kie, ¿qué?—, escupió JJ —. ¿No puede un hombre tener un par de lujos en su vida?—, se quitó los anteojos y los dejó en el borde —. Vamos, todo esto... digo... chicos, nosotros—, se interrumpió a sí misma, pretando la mandíbula y respirando con dificultad —. Solo vives una vez, ¿no?—, aclaró su garganta y sacudió la cabeza —. Suficiente con esta mierda emocional. Métanse en el trasero del gato. Vamos.
Kiara hizo una mueca —. ¿En el qué?
Una sonrisa se estiró a través del rostro de JJ —. En el trasero del gato. Así lo llamé—, remarcó mientras intentaba apaciguar su sonrisa.
Los otros solo respondieron disparándole una mirada en blanco, pero Izzy solo permaneció de pie. Sabía qué había pasado, y sabía lo mucho que él estaba intentando ocultar su dolor. A ella no le importaba una mierda si él había gastado todo el dinero con cosas inútiles en lugar de pagar su restitución. Ella encontraría la forma de pagarla por él. No había duda en su mente. Ella solo estaba preocupada por lo que había llevado a JJ a hacer toda esa mierda en lugar de usar su cerebro. Sabía que era inteligente. Pero no podía descifrar por qué se arrojaría por ese camino.
—Oh, oigan, miren esto, casi me olvido—, JJ dijo abruptamente, arrancando a Izzy de su cabeza. Se apoyó contra el borde del jacuzzi y movió un interruptor, causando que luces de múltiples colores iluminaran el agua, reflejándose en la piel de JJ. Volvió a recostarse hacia atrás, asintiendo mientras sonreía a sus amigos —. ¿Huh? Sí, cierto, lo sé. Modo disco. ¡Eso es, bebé!
— ¿Estás bromeando?—, gritó Pope, su voz agitada. Sacudió la cabeza y señaló al rubio —. Podrías haber pagado la restitución.
— ¡O literalmente dárselo a cualquier caridad!—, agregó Kiara.
Izzy pestañeó. Ella sabía. Era la única que sabía por qué lo había hecho, y eso la rompió en dos. Se preguntó si el torzal había vuelto y envuelto su corazón, hundiéndose en el órgano y causando que la sangre inundara su pecho —. Chicos... paren—, fue todo lo que pudo decir. Sentía como si alguien tuviera sus manos alrededor de su garganta, sofocándola y previniendo que las palabras en su mente circularan por su lengua.
Pero nadie escuchó sus palabras, y Pope solo continuó —. ¡Podrías habernos ayudado comprar suministros para conseguir el resto del oro!—, exclamó.
JJ pellizcó su nariz, entonces refregó sus ojos antes de sacudir la cabeza y colocarse de pie —. Ok, bueno, ¿sabes qué? ¡No lo hice!—, gritó, pero los otros apenas lo escucharon. Sus ojos estaban enfocados en los moretones que pintaban su abdomen. Habían oscurecido desde la última vez que Izzy los vio, como si fueran una representación física de las emociones que intentaba enterrar con tanta desesperación —. ¡Compré un jacuzzi! Para mis amigos. Compré un jacuzzi para mis amigos... y mi chica. No, ¿sabes qué? A la mierda amigos—, sacudió la cabeza y movió la mano como para que olvidaran sus palabras anteriores —. ¡Compré un jacuzzi para mi familia!
— ¿Qué Diablos?—, murmuró Kiara. Sus ojos nunca abandonaron los moretones en su abdomen.
Pero JJ la ignoró. Las lágrimas molestaron sus ojos, pero él lo ignoró también y se mofó —. Lo compré para ustedes—, clamó mientras gesticulaba a su alrededor —. Chicos, ¡miren lo que hice para ustedes! ¿Sí? ¡Miren esto! ¡Miren esto!
Izzy sacudió la cabeza mientras las lágrimas se acumulaban en sus ojos —. JJ...—, vaciló. Todo lo que quería hacer era tomar su dolor y cargarlo por él. Ella tomaría sus molestias si significaba que él finalmente podría respirar sin un peso presionando su pecho. Ella lidiaría con sus problemas, y lo haría bien... por él. Siempre por él.
JJ volvió a girarse para encarar a Izzy, sus ojos rodeando con un dolor que ambos conocían demasiado bien. Eran unos niños rotos intentando encontrar la forma para volver a sentirse enteros —. No, ¡deja de ser emocional! Está bien, ¿ok? Digo, es dulce, ¿sí? Todo... solo métanse—, clamó, alejando la preocupación que sofocaba el aire. Pero sus ojos contaban una historia distinta. Lo delataban. Su dolor se deslizaba por las fisuras en su sonrisa débil, e Izzy sabía que haría cualquier cosa para calmar el dolor.
Así que Izzy hizo lo único que sabía hacer. Deslizó sus pies fuera de sus zapatos y se acercó al jacuzzi, aferrándose al borde y entrando al agua. El agua rodeó su cintura, tragándola en calidad y empapando su ropa. Pero ella apenas notó la forma en que la ropa se pegó a si piel, su mente estaba demasiado enfocada en el chico frente a ella. Avanzó, su cuerpo causando que el agua se movieran mientras se lanzaba hacia delante y caía sobre JJ. Sus brazos rodearon su cuello, acercando su cuerpo mientras enterraba su rostro en el hueco de su cuello y cerraba los ojos. Su corazón apenas latió una vez antes que JJ envolviera su cintura con sus brazos y la acercaba a él para que no hubiera espacio entre ellos. Y entonces, comenzó a sollozar.
—Perdón por haberme ido. Prometí que no lo haría. Lo lamento. Solo...—, lloró JJ, sacudiendo la cabeza contra el cuello de Izzy. Aumentó la fuerza alrededor de su cintura como si temiera que ella fuera a derretirse en el agua y desaparecer —. Sigo escuchándolo. No puedo soportarlo. Iba a matarlo.
Iba a matarlo, repitió Izzy en su cabeza. Apretó la mandíbula, la ira vertiendo por sus poros. Pero no estaba enojada con JJ... sino que con el mundo que había colocado este problema sobre él. El mundo lo miró una vez y decidió que no valía la pena. Pero para Izzy valía, y haría todo lo que podía para calmar el dolor que comía la piel del chico —. Pero no lo hiciste—, murmuró finalmente contra si piel mientras aquellos pensamientos ocupaban su mente —. Te detuviste. Te detuviste y viniste conmigo. No eres como él. Eres bueno. Eres tan bueno, JJ.
El silencio fue su única respuesta mientras el chico continuaba llorando contra su hombro. Sus lágrimas se derramaron sobre la piel de ella, y sintió el nudo formarse en su garganta. Dios, deseó poder hacer más. Él ya había hecho tanto por ella; quería hacer lo mismo por él. Por lo que siguió sosteniéndolo como si su vida dependiera de ello, y no paró. Un segundo después, sintió el agua moverse, y abrió los ojos para descubrir que Pope y Kiara se habían metido al jacuzzi. Les dio una pequeña sonrisa mientras se le acercaban, y ellos los envolvieron con sus brazos.
—Solo quiero hacer lo correcto—, continuó JJ, su voz ahora consumida por demasiadas emociones para enterrar. Se aferró a la cintura de Izzy, las yemas de sus dedos enterrándose en su piel.
Izzy asintió —. Lo sé. Lo sé—, fue todo lo que pudo soltar sin que un sollozo brotara de su garganta. Sentía las lágrimas pinchando sus ojos, y podía jurar que este era uno de los peores dolores que había experimentado. Iba a llorar. No había duda de ello, y no estaba segura de si le importaba detener las lágrimas.
Se supone que las chicas bonitas no pueden llorar. Eso había estado integrado en su cerebro desde antes que supiera cómo funcionaba el mundo. Pero no le importaba. ¿A quién mierda le importa si sales con el chico popular? ¿O si vas a las mejores fiestas? ¿O si compras la ropa más lujosa? ¿A quién le importa honestamente? No tenía sentido. Otros aún la llamarían mierda que no era. Siempre habría algo con lo que encontrarían un problema, e Izzy ya no quería complacer a nadie. Porque honestamente, la mierda de "las chicas bonitas no lloran" era solo eso... mierda. Nada de eso importa. Lo único que importa es el chico que se aferra a ella como si temiera que ella fuera a desaparecer si la soltaba. Eso es lo que importa. Estaba frente a un chico que le importaba más que a ella misma, y no le importaba si el mundo la veía llorando.
Las chicas bonitas lloran cuando sus corazones se rompen. Esa era la verdad. Izzy lo sabía... y podía atestiguarlo porque sentía que su corazón lentamente se transformaba en cenizas. Así que, dejó que las lágrimas se derramaran sobre sus mejillas y no se molestó en ocultarlas.
Mientras él corazón de Izzy dolía por el chico, se percató de algo. No estaba sola. Estaba de pie, envuelta por los brazos de los únicos que le habían dado la bienvenida y la habían hecho sentir que podía respirar sin ser criticada. Y mientras los cuatro de ellos solo permanecían allí de pie, confortándose el uno al otro, Izzy se percató de lo mucho que necesitaba esto. Se percató de lo mucho que habían estado buscando esto sin saberlo... y lo había encontrado en estas pequeñas almas solitarias.
Eran los niños rotos, y tal vez podían arreglarse entre ellos. Tal vez ya lo habían hecho. E Izzy se encontró dándose cuenta que ellos eran sus personas; las personas por las que haría cualquier cosa. Había pasado tanto tiempo permitiéndose estar sola, pero ya no tenía que sentirse así. Había encontrado su camino con ellos, y no planeaba irse. Hubiera permanecido envuelta en sus brazos hasta el final del tiempo si pudiera.
Pero el mundo debía dejar de girar sobre su eje en algún punto. Izzy no podía quedarse envuelta en un sueño hasta el final. El mundo real seguía esperándola, acechándola. Y JJ seguía herido. No estaba preparado para cuidarse a sí mismo, y no debería hacerlo.
Con aquellas ideas en mente, Izzy tocó el brazo de Kiara, consiguiendo su atención —. Yo me encargo—, le susurró, y Kiara asintió. Se separó y tiró de Pope, haciéndolo arrojar sus brazos abajo. Los dos se miraron antes que sus ojos volvieran a aterrizar en la chica rubia. Izzy solo les dio una sonrisa apretada y asintió —. ¿Pueden conseguirle ropa? Nos vemos adentro en cinco.
Los dos adolescentes asintieron a sus palabras. Pope fue el primero en actuar. Se giró y salió del jacuzzi, parándose a un lado como si estuviera esperando por Kiara, quién seguía sumergida en el agua. Kiara le dio una última mirada a Izzy antes de apretar su brazo en gesto de confort, entonces salió del jacuzzi. Pope rápidamente estiró su mano, y Kiara le dio una sonrisa suave al tomarla y salir con su ayuda. Los dos le dispararon a Izzy una última mirada de preocupación antes de comenzar a caminar hacia la casa. Desaparecieron dentro un segundo después, dejando a JJ e Izzy solos con el silencio.
A Izzy no le molestaba el silencio cuando sentía los latidos del corazón de JJ contra su piel ni cuando podía oler la sal del mar en su cabello. Hubiera dejado que su esencia la consumiera. Pero antes que se permitiera ser envuelta por los brazos del chico, se recordó que él la necesitaba. Él la necesitaba más que nunca, y ella solo quería estar allí para él; para intentar enmendar las piezas rasgadas de su corazón.
—Oye...—, Izzy vaciló mientras su mano se enredaba en su cabello y pasaba sus dedos por sus olas rubias. Un pequeño suspiro escapó de sus labios y ella se separó para mirarlo a los ojos. Su corazón solo dolió más cuando notó las lágrimas secas que manchaban sus mejillas, y su mano inmediatamente se acercó a su rostro, limpiando las lágrimas frescas de su piel. Su mano permaneció allí, su pulgar acariciando el hueso de su mejilla dónde residía el pequeño corte —. Te tengo, ¿sí?—, buscó en sus ojos el reconocimiento, y cuando lo encontró, le ofreció una pequeña sonrisa y entonces se le acercó y presionó sus labios contra los de él por un momento. Fue un beso corto, pero aún logró llenarla con más calidez de la que alguna vez había experimentado en toda su vida. Se separó y asintió en dirección a la casa —. Vamos.
Un suspiro suave caso inaudible escapó de los labios de JJ mientras se separaba de ella, pero su mano aún permaneció aferrada mientras entrelazaba sus dedos con los de ella. Izzy bajó la mirada a sus manos y sonrió. Ella entonces salió del jacuzzi con JJ siguiéndola, entonces los dos comenzaron a caminar hacia la casa. Volvieron a mirar al jacuzzi una vez más antes de compartir una mirada, entonces ingresaron a la casa, ignorando la forma en que las tablas de madera chillaron bajo la presión de su peso. JJ rápidamente caminó frente a ella, tirando suavemente de su mano mientras la dirigía por el pasillo. Paró frente a una puerta cerrada, entonces la abrió, guiándolos dentro, y entonces cerrando la puerta tras ellos.
Una vez dentro de la habitación, Izzy paseó sus ojos alrededor. Era un cuarto pequeño con solo un ropero y una cama sin hacer, y no era nada como a lo que estaba acostumbrada, pero aún la hacía sentir cálida... como si estuviera destinada a estar allí. Y tal vez así era. Tal vez no existían las señales y el universo no da segundas oportunidades. Tal vez se había dirigido a allí por sí sola. Extrañamente, eso la hacía sentir mejor sobre... bueno... todo.
—Perdón—, JJ murmuró abruptamente, arrancando a Izzy de su trance. Izzy lo miró de reojo, encontrando que se había alejado de su lado y se sentó en la cama. Sus codos reposaban sobre sus piernas mientras pasaba una mano por su cabello rubio y la observaba con una mirada brillante. Lucia... perdido.
Izzy solo sacudió la cabeza. Dio un paso adelante y se sentó en la cama a su lado —. No digas eso—, susurró, su voz suave mientras tomaba su mano entre las suyas. Le dio un apretón antes de envolver su abdomen con sus brazos y reposar su mejilla contra su hombro. Él rápidamente la encontró, posando una mano sobre su rodilla y la otra rodeando su brazo. Él liberó un suspiro y posó la cabeza contra la de ella mientras el silencio los consumía nuevamente. Pero este silencio era distinto. Dejaba a Izzy sintiéndose calentita, y se permitió preguntarse si finalmente había encontrado su hogar.
Un golpe en la puerta cerrada interrumpió el silencio y causó que Izzy tornara su atención a la fuente del sonido. Probablemente era Kiara o Pope con ropa para JJ, así que arrugó los labios y se colocó de pie. Le disparó a JJ una última mirada antes de dirigirse a la puerta y abrirla, revelando a Kiara en el pasillo con ropa doblada sobre sus manos. Izzy alzó hacia JJ su dedo índice como para decirle que solo sería un minuto, y entonces salió al pequeño pasillo y cerró la puerta de la habitación tras ella. Sus ojos encontraron los de Kiara un segundo después y le ofreció una sonrisa apretada.
—Aquí tienes—, dijo Kiara al pasarle las ropas a Izzy —. Encontré esto... y hay un par de prendas mías para que tú te cambies también.
Izzy le quitó la ropa a la chica y las presionó contra su pecho —. Gracias, Kie—, murmuró mientras se apoyaba contra la puerta. Pero no se movió para volver a la habitación.
Kiara la miró por un segundo antes de sacudir la cabeza con una pequeña sonrisa en su rostro —. ¿Te lo dijo?—, preguntó mientras paseaba sus ojos por sobre el rostro de la rubia, estudiándola.
Izzy se mordió el labio —. Sí, tenías razón.
Kiara alzó una ceja —. ¿Y tú...? ¿Cómo te sientes?
¿Cómo te sientes? Repitió Izzy en su cabeza. ¿Cómo se sentía? Nunca había sido buena sintiendo. Siempre ignoraba sus emociones e intentaba enterrarlas, lo que nunca había funcionado en realidad. Pero cuando se trataba de JJ... no quería ignorar sus emociones. Quería sentir. Maldita sea, solo quería sentir. Porque sentir era mejor que estar entumecida, e Izzy estaba cansada de estar vacía —. Me hace sentir que no tengo que ser... ya sabes... quien todos quieren que sea—, dijo finalmente, sus palabras llenas de verdad —. Es lindo. Es dulce. Creo que... creo...—, sus palabras se desvanecieron, enredándose en su lengua mientras tenía problemas para reconocer sus propios sentimientos. Pero esto no era difícil. Sabía cómo se sentía sobre JJ. Era como salir a tomar aire fresco. Haría cualquier cosa por él —. Solo... me gusta... mucho.
Una enorme sonrisa se expandió enel rostro de Kiara, sus ojos marrones brillando bajo la luz —. Sí, podría habértelo dicho—, remarcó —. Los únicos que no saben que Izzy y JJ están enamorados son Izzy y JJ.
Izzy rodó los ojos pero no pudo evitar la sonrisa que se deslizó en su rostro —. ¿Enamorados? Asqueroso. Solo me gusta, ¿ok? Eso es todo. Así que... cállate—, se mofó mientras codeaba a Kiara —. Tú sigues siendo mi alma gemela, perra.
—Obviamente—, Kiara rió —. Soy lo mejor que hay. Soy perfecta en realidad. Pero—, su rostro volvió a ser solemne y señaló con la cabeza hacia la puerta de la habitación —. Tu novio te necesita ahora.
Novio. Izzy no sabía cómo se sentía con eso. Acababa de salir de una relación con Rafe, pero nuevamente, él la había tratado como un accesorio, no como una persona, así que tal vez estaba bien superarlo. No era como si hubiera pasado de la nada tampoco. A Izzy siempre le había importado JJ Maybank. Pensó que tal vez era por eso que no pudo entregarse por completo a Rafe. Supuso que siempre había estado enganchada con el chico, y todo tenía sentido ahora. Pero aún... ¿novio? Ni siquiera habían hablado sobre lo que había pasado entre ellos.
—No es mi novio—, fue lo que Izzy decidió decir. Y, sí, se sentía una idiota.
Kiara se encogió de hombros —. ¿Amante entonces?
Izzy hizo una mueca —. Primero, ew. Segundo, ew—, remarcó, su voz vertiendo disgusto —. Es JJ. Es mi--.
Pero Kiara la interrumpió —. Novio.
Y como si la suerte de Izzy no fuera lo suficiente mala, Pope decidió que ese era el momento perfecto para pasar por al lado de las chicas, aparentemente captando la conversación. Se detuvo y se les acercó, sonriendo ligeramente a Izzy (ella no se estaba divirtiendo) —. JJ es tu novio ahora, ¿huh?—, remarcó, su voz con humor mientras cruzaba sus brazos e intentaba contener la sonrisa burlona —. John B va a tener un gran día con esto.
Izzy solo le disparó una mirada en blanco.
— ¿Entonces cómo lo hicieron oficial?—, chilló Kiara otra vez. Vestía una sonrisa burlona en su rostro. Los dos estaban teniendo demasiada diversión jugando con los limitados botones de Izzy —. ¿Ustedes... ya sabes?
Izzy entrecerró los ojos hacia la chica —. Te odio—, murmuró. Su mirada se tornó sobre Pope y arrugó los labios —. Y Pope... estás sobre el hielo, una fina capa de hielo.
Pope solo rió —. Mira eso, no me odia—, remarcó, codeando el brazo de Kiara. Kiara solo respondió gentilmente golpeando su abdomen, pero una pequeña carcajada aún escapó de sus labios.
Pero Izzy permaneció disgustada —. Hielo extremadamente fino—, murmuró, sus ojos paseándose sobre los dos.
Kiara rodó los ojos, divertida —. Shh, nos amas—, clamó. Miró a Pope y asintió —. Nos ama.
Izzy solo les mostró su dedo del medio, lo que llevó a Kiara a mandarle un beso y a Pope a reír. Eso hizo que los labios de Izzy se curvaran en una sonrisa mientras rodaba los ojos antes de girarse y abrir la puerta de la habitación, ingresando a la habitación y cerrando la puerta tras ella. Su mirada aterrizó sobre JJ, quien ahora estaba acostada en la cama y observaba el techo, y su corazón se hinchó en su pecho. Se hinchó tanto que dolió.
—Oye—, dijo suavemente, consiguiendo la atención de JJ al sentarse y observarla. Ella dio un paso adelante y colocó la ropa sobre la cama, pero conservó la ropa que Kiara le había dado para ella —. Puedes cambiarte—, gesticuló a las prendas, entonces volvió a mirarlo a los ojos.
—Oh—, fue todo lo que JJ dijo.
Izzy tomó sus breves palabras como un mensaje y se giró, entonces caminó hasta el otro lado de la habitación para darle tanta privacidad como era posible. Lo escuchó moverse, señalando que se estaba quitando su traje de baño húmedo y colocándose las ropas secas que Kiara le había traído. Mientras él estaba ocupado cambiándose, Izzy hizo lo mismo. Ella rápidamente se quitó los shorts y se colocó el par seco que Kiara le había ofrecido. Ella entonces se quitó la sudadera mojada y la arrojó al suelo antes de ponerse una remera grande que probablemente pertenecía a uno de los chicos.
Cuando terminó, miró por sobre su hombro, chequeando que JJ hubiera terminado, solo para encontrar que él ya estaba debajo de las sábanas de la cama y mirando el techo. Ella lo miró por un segundo antes de dar un paso adelante y reposar una rodilla sobre el colchón mientras jugueteaba con sus dedos. No estaba acostumbrada a esto. No sabía cómo ser gentil; nunca lo había aprendido. Es tan vergonzosa y tan no como ella.
Pero a JJ no parecía molestarle. Él solo giró su cabeza y la miró a los ojos —. Ya me has visto... uh...—, vaciló, sus cejas juntándose mientras intentaba formular palabras. Eventualmente sacudió la cabeza y solo suspiró —. No tenías que darte la vuelta.
Izzy solo se encogió de hombros y gateó sobre la cama, metiéndose bajo las sábanas. Se acomodó y colocó su cabeza sobre la almohada mientras colocaba sus manos sobre sus mejillas. Su mirada aterrizó en la rostro de JJ un segundo después, y ella paseó sus ojos por el borde de su nariz y por la curva de sus labios. Y mientras lo estudiaba, él hizo lo mismo, paseando sus ojos por sus facciones mientras el silencio los envolvía en un agarre cálido.
Pero JJ rápidamente rompió el silencio con un suspiro —. Sé que dijiste que no lo estuviera pero... lo siento—, murmuró él mientras se estiraba para colocar un mechón rubio de Izzy tras su oreja. Él rápidamente dejó caer su mano y la llevo de vuelta a su cuerpo, reposándola en su pecho vestido.
Izzy lo notó e inmediatamente envolvió su mano alrededor de la de él, pasando su pulgar por su piel —. Nunca pidas perdón por sentirte como la mierda. Eso es lo único que aprendí—, murmuró ella. Se removió en su lugar y se acercó al chico para que sus rostros estuvieran por solo un par de centímetros separados —. Tu papá es un pedazo de mierda, y lo que te hace me enferma—, movió su mano hasta su rostro, gentilmente trazando los moretones que pintaban su piel con la punta de sus dedos.
Los ojos de él se cerraron mientras respiraba por la nariz y alzaba una mano para envolver la de ella, sosteniendo la palma de su mano contra su mejilla —. Debería haberme quedado. Quería hacerlo. Despertarme a tu lado fue...—, vaciló, las palabras perdiéndose en su mente. Sus ojos se abrieron un segundo más tarde, y rápidamente encontró los de ella —. Pero entonces empecé a pensar y seguí escuchando a mi papá decirme que no soy suficiente. Era como si su voz estuviera dentro de su cabeza, diciéndome que no te merezco. Y no lo hago. Sé que no, pero me enojaba tanto. Solo perdí el control. No quise gastar todo. No quería cagarla así.
Izzy asintió, sabiendo lo que estaba sintiendo. Lo conocía demasiado bien. Si fueras a preguntar a su padre, él te diría que Izzy Windsor era un completo error. Pero como sea, su padre podía irse a la mierda. El chico frente a ella la necesitaba, y no le importaba una mierda lo que pensaba su padre. JJ Maybank valía más que cualquier cosa que si padre dijera. Así que ella alzó su otra mano para apartar el cabello rubio de su rostro, y suspiró —. La gente mete la pata. Yo lo hago demasiadas veces—, comenzó con un pequeño encogimiento de hombros —. Saldrá bien. Tiene que hacerlo. Creer en eso fue lo que me trajo aquí. Me llevo a ti.
JJ solo la miró. Siempre había visto a través de ella como si fuera trasparente, pero esto se sentía distinto. Era casi como si estuviera intentar encontrar algo oculto en sus ojos. Como si estuviera buscando una señal se rechazo. Como si esperara que ella se riera en su cara y saliera por la puerta. Pero cuando no pudo encontrar ninguna señal de aquello, él abrió la boca y preguntó —. ¿Y eso es lo que quieres? ¿De verdad me querés a mí?—, parecía que no podía evitar hacer la pregunta. Las palabras solo se deslizaron por sus labios sin consentimiento, e incluso cuando fueron escupidas al universo, él lucía sorprendido.
Sus palabras resonaron con Izzy, y la respuesta inmediatamente le llegó. Lo supo antes de abrir la boca. Supuso que siempre había sabido la respuesta —. Obviamente, Cerebro de Algas—, mencionó. Se percató que ni siquiera tenía que pensar sobre sus palabras, solo flotaron de sus labios con facilidad.
JJ sacudió la cabeza y dejó caer sus manos —. Pero no tengo nada—, murmuró. No sonaba como él, y tal vez eso también lo asustaba —. No soy como Rafe. No tengo dinero.
Izzy pestañeó —. ¿Realmente crees que eso es lo que quiero?—, inquietó, su voz ligeramente débil. Sus manos se deslizaron de sus mejillas y cayeron sobre su pecho —. No necesito dinero ni lo que sea para saber qué quiero. Quiero estar contigo, JJ. Quiero estar para ti... siempre—, buscó en los ojos de él una señal de compresión mientras inconscientemente trazaba las arrugas de su remera con las urnas de sus dedos.
Las esquinas de los labios de JJ se curvaron en una pequeña sonrisa mientras se acercaba a ella y envolvía su cuerpo con sus brazos. Él la acercó a ella, asegurándola contra su pecho mientras uno de sus brazos reposaba a la altura de su cintura y el otro se movía de arriba a abajo a través de su espalda. Izzy se sintió sonreír mientras se acomodaba contra él, reposando su cabeza en su pecho mientras envolvía su abdomen con su brazo. Sus ojos lentamente se cerraron y su mente divago en una felicidad sin preocupaciones mientras escuchaba su respiración. Los latidos de su corazón chocaban contra sus oídos, extrañamente calmando sus sentidos, y se dejó ser envuelta por él. Se permitió ser consumida por el sonido de sus latidos, y ella se dejó imaginar cómo sería quedarse dormida con él todas las noches. Sabía que sonaba estúpido, pero no podía evitarlo. Parecía una vida placentera.
—Solo desearía que no estuviera—, JJ dijo de repente, su voz vibrando contra la mejilla de Izzy. Ella sabía que hablaba de su padre, y eso hizo hervir su sangre. Ella haría cualquier cosa por el chico, y sabía que nunca lo dejaría volver con su padre. Y si él volvía, ella lo seguiría. Lo seguiría y se aseguraría que el hombre nunca volviera a colocar una mano sobre su hijo. Era lo mínimo que podía hacer. Era todo lo que quería hacer. Solo quería encontrarle a JJ un lugar seguro con ella, porque honestamente, él era el único que la hacía sentir a salvo.
Pero ella no mencionó aquellos pensamientos —. Tal vez tu papá y el mío pueden quedarse estancados en una isla desierta—, dijo en su lugar. Y lo decía en serio. Pagaría por tenerlos arrojados en una isla desierta si eso significaba que quedarían atascados allí sin ningún camino de vuelta a casa.
JJ rió ligeramente —. ¿No sería genial?
El silencio volvió a consumirlos, pero la mente de Izzy estaba en otro lugar. Solo quería asegurarse que JJ supiera que emborracharse y hacer cosas estúpidas no era el mejor mecanismo. Quería que supieras que no tenía que hacerlo... no si la tenía a ella. Podía ir con ella. Siempre podía ir con ella. Ella no planeaba dejarlo atrás. Su corazón latía por él, tan estúpido como sonaba, u quería asegurarse que lo supiera.
Meditó sobre cómo podía comunicárselo. Pensó por todo lo que ella había pasado. Pensó en toda la mierda que había soportado y cómo él siempre había estado para ella. Y entonces pensó en lo que había hecho por ella... y se percató que ella sí se salvó a sí misma. Tal vez al unirse a la cacería con los Pogues, se había elegido a sí misma. Ella fue quien lo hizo, nadie más. Y entonces pensó sobre cómo, y su mente se tornó hasta el corte en su frente. Ya estaba casi curado... porque no lo había tocado y no lo había hecho sangrar como normalmente lo haría.
Su corte estaba sanando, y tal vez ella también. No había tocado el corte. Dejó que se formara la costra, y lentamente curó. No había tomado una botella de vino para calmar el dolor, y no había fumado para que los problemas flotaran lejos de su mente. Había decidido mantenerse sobria y enfrentar sus problemas. Había elegido sentir en lugar de atontar sus sentimientos. Estaba en camino a recuperarse, sin caer en la locura. Y tal vez ese era el truco. Tal vez todo se trataba de si decidía arrancar la costra o no.
Sus pensamientos la hicieron encontrar las palabras —. Mira, quiero que me escuches—, comenzó Izzy, doblando el cuello para mirar a JJ —. Y va a sonar estúpido así que teneme paciencia.
JJ la miró —. Bueno, lo prometo. Tienes todo el derecho de demandarme si te molesto—, dijo, su voz vertiendo sarcasmo. No estaba mejor. No había forma de saber si algún día lo estaría, pero aún le sonrió. Lo hacía todo por ella.
Izzy lentamente asintió —. Todo mi vida he estado intentando explicar cómo me siento. Intento racionalizarlo, pero siempre llego al hecho que me siento como la mierda. Por un rato, esa era la única forma de describirlo. Pero creo que ahora lo entiendo—, murmuró. Inspiró por la boca, entonces exhaló por la nariz —. Soy como una costra que ha sido arrancada demasiadas veces.
JJ hizo una mueca —. Oh por Dios, ¿tuviste una lobotomía?
Izzy solo le disparó una mirada —. JJ... lo prometiste.
Las esquinas de sus labios se curvaron hacia arriba —. Perdón—, murmuró, mordiendo su labio para contener su sonrisa.
Izzy rodó los ojos ante su expresión y suspiró. Entonces, comenzó —. Cuando te raspas la rodilla o te cortas, sangras, ¿no? Sanga y entonces se genera una costra. Pero mientras cura, pica y quieres arrancarla. Así que lo haces. La arrancas y comienza a sangrar—, explicó —. Está intentando curarse otra vez. Pero sigues arrancado y arrancando, y no puedes parar sin importar qué. Evitas que cure; evitas que te cures—, sus ojos volvieron a encontrar los de él y le ofreció una sonrisa apretada —. Soy como una costra arrancada demasiadas veces... y solo ahora estoy empezando a aprender a cómo dejar que se cure; dejarme curarme. Y... creo que tú eres igual.
JJ frunció el ceño y estudió su rostro —. ¿Entonces qué significa eso?
—Somos como cortes intentando sanar—, susurró Izzy con un encogimiento pequeño —. Así que tienes que prometerme que no vas a seguir quitándote la costra. Debes prometerme que tú y yo... sanaremos... juntos.
JJ la miró por un segundo... de verdad. Parecía que sus ojos perforaban los de ella, memorizando las partes más profundas de su alma. Y entonces, asintió —. De acuerdo... lo prometo.
Una pequeña sonrisa se estiró sobre su rostro —. ¿Sí?
JJ le sonrió de vuelta —. Sí—, murmuró, bajando la cabeza para presionar sus labios contra los de ella. Alzó una mano para acariciar su mejilla mientras la besaba con suavidad, ambos regodeándose en la forma en que se derretían. Entonces él se separó y la miró a los ojos mientras mantenía su mano sobre su rostro, su pulgar acariciando su mandíbula —. Izzy Windsor, eres increíble, ¿lo sabes?
Izzy sonrió con calidez —. Oh, lo sé—, remarcó con un tono de burla mientras arrugaba la nariz. Lo beso una vez más antes de bajar y resposta su cabeza contra su pecho, dejándose envolver por el sonido de sus latidos. Y mientras escuchaba su pecho, creyó que tal vez sus palabras eran verdad. No parecía demasiado lejano en realidad.
Tal vez Izzy Windsor era solo una costra que había sido tocada demasiadas veces, pero estaba intentando. Estaba intentando dejarse sanar, y lo haría. Sabía que lo haría. Además no era una carrera al final, y haría bien al recordar que todos los cortes toman tiempo en sanar, especialmente los más profundos.
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