𝟬𝟭𝟰 quick curl barbie
capítulo catorce
quick curl barbie
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A Isadora Windsor solía gustarle creer que no necesitaba a nadie. Era una ideología antigua que había adoptado cuando era joven, pero se quedó con ella a través de sus años de adolescencia. Pero eso era todo. Le gustaba creer que no necesitaba a nadie. Eso no significaba que fuera cierto. Porque sin importar cuánto intentará decirse en el pasado que estaba mejor sin preocuparse por nadie, lo hacía. Se preocupaba tal vez un poco demasiado. Eso fue la que la envolvió en un problema.
Era difícil... pretender que no te importa. Casi la había rotó en piezas de un rompecabezas que nunca podía resolver. Pero estaba cansada de eso. Tal vez estaba teniendo una crisis de la mediana edad temprana, pero como sea, estaba cansada. Apestaba intentar ser la Barbie quick curl qué siempre había querido ser. Y ya no quería serlo. Quería permitirse preocuparse. Y sí, iba a ser difícil, porque decirse que iba a ser mejor por su madre era mucho más sencillo que en realidad intentar ser mejor. Pero debía intentarlo. Porque no le gustaba la persona en que se había convertido, y debía hacer algo al respecto. Nadie iba a hacerlo por ella.
Fueron esos pensamientos que causaron que permaneciera bajo el sol, el calor golpeándola hasta que la luna se alzó, en lugar de aceptar la oferta de Sarah y Kiara para fumar con ellas. Sí, la marihuana no era tan mala, pero lo era para Izzy. La llevaba al alcohol y a la cocaína... como lo había hecho en el pasado. Y ya no quería ser esa persona. No podía. Esa era la persona de la que sabía que su madre estaría decepcionada. Lo estaría. Izzy lo sabía.
Debes vivir por ella, repitió Izzy en su cabeza al observar las estrellas decorando el cielo. Y lo estaba haciendo. Así vivía por su madre. Así vivía por sí misma.
Un suspiro pesado escapó de los labios velvet de Izzy al dejar de mirar las estrellas en el cielo. Siempre había pensado que la noche era hermosa. Y las estrellas siempre la hacían sentir. La hacían sentir menos sola entre otras cosas; era por qué pintó el techo de su dormitorio con un mural de estrellas. Pero ahora no estaba sola. Kiara y Sarah estaban allí – dos estrellas solitarias flotando en la oscuridad.
Izzy miró por sobre su hombro, sus ojos rápidamente aterrizando sobre Kiara. La chica Carrera estaba sentada en el suelo, reposando contra el borde del bote mientras terminaba el porro entre sus dedos. La luna brillaba sobre la chica e iluminaba su cabello oscuro, creando un brillo nubloso como una corona alrededor de su cabeza. Tal vez las personas son como las estrellas, pensó Izzy. Tal vez todos, al final, eran... estrellas. Y lo que las estrellas hacían era juntarse en el cielo durante la noche junto con otras. Ninguna estrella podía existir a solas por mucho; no tendría sentido mirar al cielo para solo ver una estrella, quemando lentamente.
Tal vez las personas son como las estrellas en el sentido en que no están hechas para estar solas. La gente necesita a otra gente, sin importar cuánto Izzy Windsor quisiera creer que estaba mejor sola. Porque no lo estaba.
Entonces, pasó algo raro. Un segundo, Izzy estaba observando a Kiara, preguntándose si las personas estaban formadas por solo polvo de estrellas; entonces al siguiente, ella se puso de pie y estaba caminando hasta la chica Carrera. Con un suspiro silencioso, Izzy se sentó al lado de Kiara y se apoyó contra el borde del bote. Ignoró la mirada que Kiara le disparó y, en su lugar, dejó que sus ojos divagaran por el vote hasta que finalmente se posaron dónde se encontraba Sarah.
Sarah estaba de pie al borde del bote con sus brazos extendidos a sus lados, y su cabeza arrojada hacia atrás para observar el cielo. Era claro que había fumado un poco demasiado. No había fumado antes (que Izzy supiera), así que esa noche estaba destinada a estar llena de sorpresas. Ya había intentando meterse al agua, clamando que quería probar cuánto tiempo podría contener la respiración. No había forma de saber qué haría.
El fantasma de una sonrisa tiró de los labios de Izzy al sacudir su cabeza hacia su amiga —. ¿Qué está haciendo ahora?—, preguntó suavemente, mirando a Kiara por una respuesta.
Kiara movió sus ojos hacia Izzy, su mirada endureciéndose —. Dijo que las estrellas le guiñaron un ojo—, murmuró bajo su respiración —. Creo que está intentando hablarles—, desvió su mirada hacia el porro entre sus dedos y lo llevó hasta sus labios.
—Nunca se drogó—, dijo Izzy, arrugando los labios. A veces extrañaba estar drogada, pero solo la había llevado a drogas más fuertes. La jodía demasiado. Ahora, estaba intentando mantenerse sobria, no por el legado de su padre, pero por ella misma. Estaba intentando elegirse a ella. (Énfasis en intentando.)
Kiara alzó las cejas —. Se nota—, colocó el porro en la pequeña caja a su lado y suspiró.
Muchas cosas pasaban en la mente de Izzy. A veces no podía señalar ciertos eventos de su vida. Todo se sentía como un borrón en su mente... excepto Kiara. Lo que le había hecho a la chica Carrera era, tal vez, lo peor que había hecho, y se arrepentía. Al principio intentó convencerse que alejarse de la única persona que la entendía no era su culpa. Intentó convencerse de que había hecho lo correcto al eliminar a Kiara de su vida. Pero la culpa siempre volvía.
Izzy estaba hecha con culpa e ira. En sus venas corría hierro y fuego. No estaba hecha para vivir en silencio. A veces eso se salía de control, y la cagaba... y sabía que la había cagado con Kiara. No sabía si aquel vínculo roto podría ser enmendado algún día. Deseo poder volver el tiempo atrás. Habría hecho todo distinto. Pero el tiempo nunca estaba de su lado. Nunca lo había estado. Siempre pelearía en su contra, mientras desesperadamente intentaba sobrepasarlo.
— ¿Aún lo tienes?—, Kiara preguntó abruptamente, apartando a Izzy de sus pensamientos intrusos.
El tiempo se detuvo cuando Izzy pestañeó, entonces notó lo que Kiara señalaba. Su dedo estirado hacia el tatuaje del sol en el tobillo de Izzy. Kiara se lo había hecho el año anterior antes que toda la mierda pasara. Izzy había hecho uno para Kiara también. Ella le había hecho un tatuaje de la luna. Eran tatuajes a juego, que simbolizaban su amistad, pero solo un par de meses después, Izzy la arruinó. Aún, la rubia nunca fue a removerlo. Significaba mucho para ella para simplemente removerlo como si no fuera nada. Porque sí significaba algo, sin importar cuánto intentara negarlo.
—Bueno, es un tatuaje—, dijo Izzy finalmente, aclarando su garganta —. Es permanente—, se preguntó si Kiara se había removido el suyo. La idea hizo que su corazón se achicara tanto que dolió.
Kiara se encogió de hombros —. Supuse que te lo removerías.
Izzy soltó un suspiro —. No quise hacerlo.
Algo cruzó los ojos de Kiara cuando su expresión se suavizó y su boca cayó ligeramente abierta. Parecía que quería decir algo... como si las palabras que jugaban en su mente estuvieran en la punta de su lengua, pero nunca caían de sus labios. Solo observó a Izzy, e Izzy la observó también, buscando en sus ojos marrones algo que fuera a calmar el dolor en su pecho. Pero nunca lo encontró. En su lugar, el silencio que las sofocaba fue roto.
—Oigan, chicas—, rió Sarah mientras se balanceaba hasta ellas, apartándolas de sus trances. Las dos miraron a la chica rubia, observándola soltar un respaldo y desplomarse a su lado. Reposó su cabeza contra el hombro de Izzy, y dio un suspiro placentero.
Izzy alzó las cejas —. ¿S?
Un pequeño gemido de protesta escapó de los labios de Sarah al sacudir la cabeza —. No, Sh, eres cómoda—, murmuró al envolver con sus brazos la cintura de Izzy y acercarla a ella. Sus ojos se cerraron al acomodar su cabeza en el hueco del cuello de Izzy.
Izzy, quién simplemente no era buena con las muestras de afecto, no tenía idea de qué hacer —. Uh... ¿bueno?—, murmuró, acariciando la cabeza de Sarah incómoda, entonces volvió a colocar su mano sobre su falda.
Sarah comenzó a reír abruptamente. Alzó la cabeza y apuntó a las dos chicas —. Ok, um, ¿preferirían tener?—, se interrumpió a sí misma con otra carcajada —. Estaba pensando en esto recién. Es muy gracioso—, enredó un mechón de su cabello rubio detrás de su oreja, entonces presionó su dedo contra su barbilla —. ¿Preferirían tener pezones en los ojos o ojos en los pezones? Imaginen que les toca un pezón viejo y tus pezones... tus tetas se caen, y tus pezones, si fueran tus ojos, podrían ver si sus cordones están desatados.
Kiara rodó los ojos —. ¿Ésta es la primera vez que fumas o algo así?
Sarah miró sus manos, sacudiendo la cabeza —. No—, murmuró, mordiendo su labio —. Izzy solía hacerlo todo el tiempo y yo... la miraba.
Kiara rió, y rodó los ojos, pero no compartió lo que pensaba.
Izzy observó a las dos chicas, y se preguntó si las tres de ellas enmendarían el vínculo roto. Había una parte de ella que quería hacerlo, tal vez incluso lo necesitaba. Era la parte de ella que quería cambiar. Pero había otra parte que le decía que no cambiaría. Era la parte sobre la que su padre aún tenía control; la parte que buscaba validación. Sacudió la cabeza y suspiró —. Creo que necesitas dormir—, le dijo a Sarah, empujando su brazo gentilmente.
Sarah negó —. No, no aún—, protestó, lloriqueando ligeramente. Tragó con dificultad antes de girar su cabeza hacia la chica Carrera —. Oye, Kiara--.
—Oh, por Dios—, soltó Kiara, interrumpiéndola —. ¡Suficiente con la mierda de "oye, Kiara"!—, sacudió la cabeza y miró a las dos rubias. Dio un suspiro un segundo después —. ¿Por qué lo hicieron?
Cuando esas palabras dejaron sus labios, el corazón de Izzy se desplomó. O tal vez se detuvo. Juro que lo hizo. Y el dolor en su pecho la hizo querer mencionar las palabras atrapadas en su mente desde el día que abandonó a Kiara y se giró al dinero para comprarle felicidad. Pero las palabras nunca dejaron sus labios. Permanecieron allí, alrededor de su lengua, mientras observaba a la chica que solía llamar su mejor amiga.
— ¿Por qué hicimos eso?—, preguntó Sarah, sacudiendo la cabeza mientras se encogía de hombros. Parecía que ya estaba sobria.
Kiara resopló —. Éramos mejores amigas. Todas nosotras—, murmuró —. Robabamos cerveza del refrigerador de tu—, gesticuló hacia Sarah —, papá. Mirábamos películas juntas. Llorábamos por chicos—, sus ojos se giraron a Izzy, y el tiempo pareció detenerse —. Izzy, solíamos hacer pasarelas con la ropa de tu mamá. Y entonces, lo siguiente que sé, es que las estoy viendo celebrando el cumpleaños de Sarah en Instagram.
Un resoplido escapó de los labios de Sarah, negando —. Fue una fiesta.
—Invitaste a todos menos a mí—, escupió Kiara, su voz hostil —. Y entonces le dijiste a todos que yo fui la razón por la que la fiesta fue arruinada.
—Sí, bueno, ¿quién más pudo haber llamado a la policía?—, cuestionó Sarah.
—Nunca me preguntaste—, continuó Kiara —. Solo dejaste correr el rumor de que era una chismosa—, mojó sus labios y sacudió la cabeza, mirando a ambas. Cuando sus ojos aterrizaron sobre Izzy, soltó una carcajada burlona —. Ustedes eran mis mejores amigas, y entonces me dejaron sola, y ni siquiera sé por qué. Digo, en serio, ¿qué hice?
Sarah apretó sus párpados al cerrar los ojos, entonces suspiró —. Te caía bien—, susurró, su voz casi inaudible.
Kiara frunció el ceño —. ¿Qué?
—Cuando la gente se me acerca, me siento atrapada y me voy. Y entonces los culpo por eso. Te lo hice a ti—, Sarah confesó lentamente. Sus ojos se giraron hacia Izzy, y su expresión se suavizó —. También te lo hice a ti, Iz. Pero entonces, tú mamá murió y no podía dejarte. Mi mamá no es parte de mi vida, y sé lo horrible que es eso. Y no quería dejarte. Sé que crees que solo me quedé por eso, pero te equivocas. Me quedé porque quería quedarme. No porque me sentí obligada—, desvió la mirada y observó sus manos, rascando su esmalte de uñas —. Realmente lamento cómo traté a ambas, pero mayormente contigo, Kie, porque... porque no me quedé. Te abandoné, y lo lamento.
Kiara miró a otro lado. Lágrimas inundaban sus ojos, pero no las dejaría caer —. ¿Y tú, Iz?—, finalmente habló al mirar a los ojos a la chica Windsor —. ¿También lo lamentas?
Izzy solo la observó. No había mencionado palabra alguna en ningún momento. No sabía si podía. E incluso si lo hacía, no estaba segura de poder encontrar las palabras correctas. Después de todo, no habían palabras que explicaran cómo se sentía Izzy. Simplemente sentía demasiado. Siempre era demasiado —. Creo que no quieres saber por qué lo hice, Kiara—, fue lo que murmuró en lugar de soltar la verdad.
—En realidad, sí—, murmuró Kiara. Su voz estaba comenzando a temblar —. Sarah fue una perra, pero tú... me hiciste sentir como si no fuera nada. Me mirabas como si fuera una desconocida... como si no hubiéramos pasado horas juntas pretendiendo ser modelos con la ropa de tu madre. Me hiciste sentir que no existía. Sentí que no valía nada... y ni siquiera sé qué hice—, una lágrima solitaria se deslizó por su mejilla, pero ella rápidamente la limpió.
Izzy pestañeó. Sus ojos comenzaron a quemar —. No hiciste nada—, murmuró, esperando que la chica aceptara eso como respuesta y se rindiera. No era que Izzy no quería arreglarse. Quería hacerlo. Quería recuperar a Kiara, pero eso requeriría contarle la verdad, y cuando decía cómo se sentía, simplemente sentía que estaba siendo dramática.
Pero Kiara no cedió —. Claramente hice algo para que me odies tanto—, escupió, su voz temblando mientras las palabras tropezaban de sus labios. No estaba llorando, pero estaba cerca.
—Kie--.
—No, ¡no hagas eso!—, Kiara la interrumpió. Negó y rió, pero sonó forzado —. Después de lo que pasó con tu mamá, empezaste a mirarme como si no estuviera allí. Y cuando te pregunté... me dijiste que nunca fuimos amigas, y que la única razón por la que te juntabas conmigo era porque me tenías lástima. Dijiste que fui una obra de caridad—, sus palabras se desvanecieron cuando cerró los ojos, intentando detener las lágrimas de caer. Respiró lentamente, entonces volvió a abrir los ojos —. Entonces, ¿es cierto? ¿O me sacaste de tu vida porque te estaba haciendo sentir claustrofóbica o– o abrumada? Solo quiero saber por qué, porque si no es eso, entonces no sé qué podría ser.
Izzy apretó sus ojos cerrados mientras los recuerdos del pasado resurgieron en su cerebro. Había intentando por tanto tiempo enterrar aquellas memorias con su madre, pero nunca funcionaba por completo. Aquellos recuerdos eran sus verdaderos fantasmas, atormentándola y recordándole de la persona en que se había convertido. Recordaba las cosas que le había dicho a Kiara; la molestaban cada vez que veía a la chica, recordándole la persona de mierda que era. Estaba vacía, y ahora, estaba intentando estar llena, pero era tan jodidamente difícil. Aquella versión de sí misma que odiaba no se había ido, no completamente. Seguía allí, previniendo la de soltar todo. Se preguntó cuánto más tendría que tolerar sus vicios personales antes de que aprendiera a abandonarlos.
Y entonces... ya no se lo estaba preguntando.
—Mi mamá murió, y sentí que el mundo había terminado—, Izzy confesó lentamente. Su voz era tranquila, incluso suave. No sonaba como ella. No supo cómo interpretarlo —. Cuando mi mamá estaba viva no me importaba que mi papá siempre estuviera lejos porque la tenía a ella. Pero entonces murió, y ya no la tenía. No tenía a nadie.
Kiara observó a la rubia, su expresión suavizándose —. Me tenías a mí.
Izzy negó —. Estar contigo me hacía sentir como la mierda—, murmuró. Sus palabras dejaron un sabor amargo en su lengua, pero aún no paró... incluso cuando sus ojos comenzaron a picar con lágrimas calientes —. Sé que soy yo pero, cuando te miraba, vería todo lo que no tengo—, fue entonces que recordó que las chicas bonitas no lloran, pero estaba tan cansada de eso. Deseó poder cortar esa parte de ella y quemarla.
Kiara frunció el ceño —. ¿Pero tú tienes todo...?
Una parte de Izzy sabía que Kiara tenía razón. Sí, tenía todo lo que podría querer, probablemente más de lo que podía manejar. Era más que rica, así que no debería estar triste. Y sí, sabía que los ricos no tenían permitido estar tristes, pero ella lo estaba. Recién ahora se estaba percatando que siempre lo había estado.
—No tenía a mi mamá... y nunca tuve a mi papá—, susurró Izzy. Un nudo se formó en su garganta, previniéndola de recuperar su respiración. Aclaró su garganta, pero el nudo persistió. Mierda. No quería llorar —. Tú aún tenías a tu mamá y a tu papá, y ellos te amaban... te siguen amando. Entonces, cuando iba al Wreck, los vería riendo y actuando como una familia, y no podía soportarlo. Nunca tuve una familia. Solo tenía a mi mamá, pero ya se había ido también. Y sé que no es una excusa, pero...
— ¿Por qué no me lo dijiste?—, inquirió Kiara, su voz más suave ahora.
Izzy se encogió de hombros —. Porque estaba celosa—, balbuceó —. Estaba tan celosa que mirarte tener todo lo que quería me hacía enojar. No podía soportar estar contigo porque me recordabas el hecho que nunca tendría una familia... así que te aleje.
Kiara no respondió, solo la observó con ojos borrosos.
—Nosotras podríamos haber sido tu familia—, intervino Sarah, su voz como seda. Tomó la mano de Izzy, y entrelazó sus dedos juntos.
Izzy casi rió. No fue porque lo encontraba gracioso. No sabía por qué quería reír. Tal vez simplemente no podía creer a Sarah, porque ella había pasado tanto tiempo creyendo que no le importaba a nadie. Quería creer que la gente se preocupaba por ella, pero no podía hacerlo. Siempre sentía que todos le mentían, dejándole creer que importaba cuando no. Porque cuando creces con un padre que te trata más como un accesorio que como un ser humano, comienzas a creer que no vales nada.
Pero esto no se trataba de ella. Había hecho a Kiara sentirse como ella se había sentido por toda su vida, y nunca se lo desearía a nadie. Esto era sobre Kiara. Esto era sobre la persona de mierda que había sido Izzy con ella.
—Pero, como sea—, murmuró Izzy, inhalando cortamente —. Eso no importa. Lo que importa es que—, volvió a mirar a Kiara —, lo lamento.
Kiara pestañeó —. No parece.
—No, en serio, perdón—, dijo Izzy, sus palabras genuinas —. No espero que me disculpes. Yo no lo haría... pero lo lamento. Te lastimé. Hice que te sintieras como la mierda porque tienes una mamá. Digo, eso es tan jodido. No debería haberte alejado porque tu mamá está viva y la mía no—, suspiró, y posó una mano sobre la rodilla de Kiara. Kiara la miró a los ojos, su expresión suavizándose —. Fui una perra, perdón. No tienes que disculparme, pero necesito que sepas que me siento horrible por lo que te hice. No me percaté que te lastimé tanto, pero lo hice, y lamento tanto haber sido una completa perra.
Las esquinas de los labios de Kiara se curvaron en una sonrisa, y entonces rió —. Eres una perra—, dijo una vez que la carcajada descendió —. Las dos lo son, y también yo... pero... bueno... no lo sé—, pronto, su sonrisa comenzó a caer, transformándose en una mueca —. Como sea. Olvídalo.
—No, Kie, lo lamentamos... y yo te extraño—, dijo Sarah abruptamente, mirando entre las dos chicas. Sus ojos se centraron en Kiara, y mordió su labio antes de soltar un suspiro —. ¿Crees que hay una posibilidad de que todo vuelva a estar bien entre nosotras?
Kiara arrugó los labios —. Honestamente, no lo sé.
El pavor cruzó a través de Izzy, envenenando su sistema sanguíneo a medida que esas tres palabras se repetían en su cabeza. El silencio las consumía, el único sonido proviniendo de los grillos cantando. Pero Izzy no podía escucharlos. Su cabeza estaba gritando. No lo sé, repetía las palabras de Kiara una y otra vez, intentando calmar su mente pero nada funcionaba. Aquellas tres palabras la habían golpeado, y la dejaron sin esperanzas.
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A Isadora Windsor solía gustarle creer que no necesitaba a nadie. Era una vieja idea que había adoptado cuando era joven, y la había seguido hasta su adolescencia. Pero ya no le gustaba creer eso. Creer en esa mierda solo había envenenado su mente, forzándola a enmascarar sus emociones. Era la misma mierda que la había hecho querer ser perfecta... ser la Barbie quick curl que la gente esperaba que fuera, era todo para lo que sería buena. Pero ella era más que eso. Era más que el cabello teñido de rubio y el cuerpo ideal. Debía haberlo.
Pero no era algo que ella solo podía cambiar de un día para el otro. No era como si pudiera chasquear los dedos, y todos sus problemas se desintegrarían. La gente aún esperaba que fuera la mejor versión de sí misma... incluso si su mejor no coincidía con el de ella.
No era como si esperara algo distinto, de todas formas. Desde el primer momento, cuando llegó al mundo pateando y gritando, las personas ya estaban formando una imagen para que ella sostuviera.
Cuando tenía ocho, su tía le dijo que ningún chico la amaría si no se vestía como una chica. Si no se maquillaba, era vista como fea y blanda. Pero si se maquillaba mucho, era llamada una zorra, o creían que buscaba atención. Sus palabras... sus comentarios sobre su cuerpo habían sido metidos a la fuerza por su garganta y cementados a su cerebro. La hicieron creer que los demás (especialmente los hombres) determinaban su valor, pero Izzy creía que era mentira.
Si realmente se convertía en quienes ellos querían que ella fuera, se miraría al espejo un día y no se reconocería. Sí, todos a su alrededor adorarían su reflejo, pero ella lo odiaría. Solo quería volver a ser real. Haría cualquier cosa por sentirse real.
Pero no era tan fácil.
Era un momento muy complicado para ser una persona de verdad, en lugar de la colección de rasgos de personalidad que habían sido metidos a la fuerza por su garganta. Estaba cansada de elegir qué máscara quería utilizar cada día, pero aún estaba ésta voz en el fondo, previniéndola de ser ella. La voz seguía susurrando en su oído que las chicas bonitas no lloraban. Era la misma voz que la forzaba a creer que, si no tenía el cuerpo perfecto, sería fea. Era la voz que siempre la hacía sentir... menos.
Así que, Izzy solo estaba confundida. Tan confundida que creía que podría gritar. Quería hacerlo. Incluso corría magma por sus venas, dejándola pensando qué pasaría si se pinchaba el dedo y dejaba que la sangre fluyera. ¿Su sangre envolvería el mundo en llamas?
Había solo una cosa que sabía: estaba confundida y enojada. Siempre estaba enojada, y estaba comenzando a perder las esperanzas. Creyó que unirse a JJ y sus amigos en esta búsqueda del tesoro le daría alguna clase de señal, pero ahora estaba dudando de sí misma. Tal vez no debería haber confiado tanto en el universo. Sí, tal vez había obtenido la oportunidad para disculparse con Kiara por toda la mierda que le hizo, pero Izzy estaba segura que ella nunca la perdonaría. Izzy ni siquiera la culpaba.
Pero Izzy no quería volver a ser la vieja versión de sí misma, no quería volver a convertirse en la marioneta de su padre. No quería. La mataría... y quería vivir. Estaba segura que, si no se permitía respirar, estaría pérdida por siempre. Pero era difícil respirar, especialmente cuando sentía que siempre se estaba sofocando.
Aún sentía que no podía respirar a medida que la noche continuaba. El cielo ahora estaba más oscuro, estirando una sábana de oscuridad a través de Outer Banks. Habían pasado un par de horas desde que Izzy y Sarah se disculparon con Kiara, así que probablemente eran la una o las dos de la mañana, pero eso no importaba... Izzy aún no podía dormir. Las chicas habían cerrado los ojos y se echaron a dormir, pero Izzy seguía completamente despierta, su interior consumido por el fuego.
Su cabeza estaba latiendo y las voces seguían gritando que nunca sería suficiente. Ni sabía qué hacer, pero sabía que rompería en llanto si no hacía nada. Así que hizo lo único que sabía que podía tornar su mente en piloto automático. Se colocó de pie y caminó hasta el escritorio, entonces se acostó en el suelo y observó las estrellas.
Las estrellas siempre lograban silenciar sus problemas... tal vez ellas extinguirían el fuego en su interior.
Y por un segundo, se sintió mejor. Como si todos sus problemas fueran tan insignificante como se sentía. Porque no eran tan malos en la masividad del universo. A veces se sentía egoísta por sentirse así. No, tacha eso, siempre se sentía egoísta.
Era un chiste. Izzy Windsor sabía que literalmente tenía todo lo que podía querer, y aún así se sentía tan... meh. Obviamente la gente la odiaba. La mayoría del tiempo ella también se odiaba.
—Oye—, dijo alguien detrás de ella, sacándola de su trance, pero no se movió para ver quién se le acercó —. Te vi levantarte—, la persona suspiró y se sentó al lado de Izzy, acostándose también para ver las estrellas. Y entonces hubo silencio otra vez.
Solo entonces, con el silencio gritando en sus oídos, Izzy movió su cabeza para ver cuál de las chicas se había acostado a su lado. Sus ojos pasearon por la piel bronceada de la chica, hasta que se encontró con sus ojos, percatándose que era Kiara quién estaba a su lado. El corazón de Izzy se hinchó en su pecho. Dejaba un dolor indescriptible cada vez que latía.
— ¿Oye...?—, respiró Izzy, su voz suave y cálida como una lágrima sobre su mejilla.
Kiara estudió su rostro por un par de segundos antes de soltar un suave suspiro —. ¿Qué estás haciendo aquí?—, cuestionó, arrugando los labios.
Izzy se encogió de hombros —. Observando las estrellas—, murmuró, volviendo a llevar sus ojos hacia el cielo. Las estrellas titilaron, y ella sonrió —. Me hacen sentir...
— ¿Segura?—, Kiara terminó por ella —. Sí... a mí también.
—Sí—, fue todo lo que Izzy dijo. Era todo lo que podía decir. La gente amaba charlar, pero Izzy nunca había sido muy habladora. Siempre tenía un monólogo interno sin dejar que sus ideas verdaderas cayeran de sus labios. Simplemente nunca podía encontrar las palabras adecuadas, y no quería arruinar el momento al decir la palabra equivocada.
En su lugar, Izzy dejó que el silencio las consumiera. Pero este no era el tipo de silencio que envolvía sus manos frías alrededor de su garganta, lentamente sofocándola sin matarla de verdad. No, este silencio era cálido. Como cuando llovía en el verano. Este silencio era como pararse bajo la lluvia, sintiendo las gotas acariciar tus mejillas, dejándote una sensación de calidez. Era cálido como una gota sobre tu mejilla. Izzy hubiera dejado que la tragara por completo.
—Cuando me dejaste, sentí que era el fin del mundo—, Kiara susurró de repente, rompiendo el silencio, pero la calidez permaneció. La calidez provino de su voz, envuelta alrededor de sus palabras y flotando a través del aire como una brisa de verano —. Perder a Sarah fue una cosa, pero perderte a ti fue una completa mierda.
Y entonces, el corazón de Izzy estaba hinchándose como un globo. Se preguntó si estallaría... y entonces, si explotaba, ella se desplomaría en el suelo, largando sangre en el proceso —. Kie...—, fue todo lo que pudo murmurar mientras forzaba aquellos pensamientos mórbidos a alejarse.
Kiara solo negó —. No, mira, sé que este no es el momento adecuado, pero necesito que me escuches... ¿sí?—, preguntó, su voz comenzando a temblar. Aclaró su garganta, y alzó sus ojos marrones para encontrarse con los verdes de Izzy.
Izzy humedeció sus labios —. Ok.
Kiara asintió una vez antes de desviar su mirada hacia el cielo y suspirar —. En Astrología, existe la llama gemela—, comenzó —. La mayoría de las veces solo obtienes una. A veces, existe el raro caso en que tienes dos, pero la mayoría solo tiene una. Solo una oportunidad para encontrar a su persona. Ni siquiera debe ser romántico ni nada de eso... tu llama gemela es alguien cuya alma armoniza con la tuya. Es la persona que te entiende, sin importar qué—, sus ojos, ahora llenos de lágrimas, volvieron a encontrarse con la mirada de Izzy —. Y cuando te conocí, fue como si encajara. Pensé "es ella. Encontré a mi persona." Pero entonces, me dejaste atrás... y sentí que era el fin del mundo.
Izzy otra vez no podía respirar. Quería llorar. Solo quería llorar, pero la voz en el fondo de su cabeza le advirtió que no lo hiciera —. Perdón—, balbuceó antes de inhalar con dificultad y estirarse para tomar la mano de Kiara, entrelazando sus dedos —. Siempre me tendrás. Sin importar qué, seremos tú y yo. Incluso si son las cuatro de la mañana... si me necesitas, llámame. Llámame y estaré allí. Pronto que nunca volveré a dejarte.
Kiara asintió y apretó su mano —. Prométeme que tampoco dejarás a JJ—, murmuró después de un momento en silencio.
Izzy frunció el ceño —. ¿Qué quieres decir?
Kiara buscó sus ojos, entonces liberó un suspiro —. Le importas—, dijo, su voz suave —. Siempre le importaste.
Eso casi hizo a Izzy reír. No era que fuera cómico... era solo... ¿qué mierda? —. JJ solía detestarme—, comenzó, con su corazón pesado —. Ahora somos algo así como amigos, tanto como me duela admitirlo.
—No puedes ser tan densa—, resopló Kiara con una carcajada —. Recuerdo que eras más lista.
—Kie--.
Pero Kiara la interrumpió —. Iz, a él siempre le importaste—, dijo, su voz un poco más alta ahora —. Habla de ti todo el tiempo. Literalmente no se calla. Incluso antes de este verano, te mencionaba tanto que quería matarlo—, un suspiro escapó de sus labios y cerró los ojos, antes de volver a abrirlos un segundo después para mirar a Izzy —. También mira tu sitio web. Él no quería que nadie se entere, pero un día lo encontré mirándote, mientras tú hablabas de música. Él solo estaba allí sentando frente a su celular mientras tú hablabas, y él lucía... feliz.
¿Qué? Eso hizo que el corazón de Izzy latiera en su pecho, contrayéndose contra el tallo de espinas. Se preguntó si desgarraría su corazón si latía más rápido. Pero no se atrevió a mencionarlo —. ¿Y por qué mierda haría eso?—, preguntó, su voz hostil. No estaba enojada. Solo confundida. Últimamente siempre lo estaba.
Kiara solo le disparó una mirada —. ¿Por qué crees?
Eso solo la confundió más —. Dímelo tú—, murmuró. Esto no tenía sentido. Hasta donde sabía, JJ la veía como una amiga. Eso era todo.
Un segundo pasó antes que Kiara humedecida sus labios y comenzará —. Él lo negó por un rato, pero finalmente lo hice admitir que miraba tus videos y...—, se interrumpió a sí misma, aparentemente pensando sus palabras. Entonces dio un suspiro y continuó —. Dijo que quería asegurarse que estabas bien. Esto fue después de tu mamá, ¿sí? Dijo que creyó que estabas triste, realmente triste. Quería asegurarse que no harías nada.
—No estaba triste. No estoy triste—, soltó Izzy antes de que pudiera pensarlo cuidadosamente. Era una respuesta subconsciente; era una defensa que había integrado en su cerebro desde que era joven. No podía evitarlo. Cada vez que le preguntaban si estaba bien, respondería "¡sí, perfecta!" porque no se suponía que estuviera triste. No se suponía que se sintiera así, pero así era.
La mirada de Kiara se suavizó —. Iz, está bien estar triste—, susurró al apretar la mano de Izzy —. Perdiste a tu mamá. Está bien estar triste por algo así.
Pero ni estaba bien. Nunca lo estaba. Izzy recién se percataba de eso, y sentía que estaba a punto de explotar. Era una bomba, a punto de detonar. Las lágrimas picando sus ojos eran prueba de aquella noción —. No se siente así—, murmuró, su voz saliendo con su respiración —. Se siente mal.
Kiara juntó las cejas —. ¿Por qué?
—Porque soy rica, Kie—, Izzy escupió. No sabía qué estaba diciendo... no le importaba. Solo dejó que su mente tomara control, dejando que sus emociones brotarán —. Hay tanta gente en el mundo sufriendo. Algunos perdieron a todos. Y yo tengo tanto dinero. Tengo tanto privilegio y en todo lo que puedo pensar es en lo mucho que mi vida apesta. Eso está jodido. No puedo estar triste porque tengo tantas cosas que harían a tantos apreciar sus vidas—, sacudió su cabeza cuando las lágrimas se derramaron sobre sus mejillas. Mierda. Por supuesto que estaba llorando —. Y estoy intentando cambiar. Quiero ser mejor. En serio. Pero cada vez que creo que las cosas podrían mejorar, me entrepongo en mi propio camino. Arruino todo. Así que no puedo estar triste, porque soy yo.
—Nada de eso significa que no puedes lamentarte. Ella era tu mamá. Era especial—, Kiara susurró, su voz como seda —. Puedes estar triste, Iz, porque tu mamá murió. No importa cuánto dinero tengas, aún perdiste a alguien que amabas. Obviamente va a doler. Solo deja que la gente te ayude.
— ¿Pero qué si dejo te dejo entrar a ti y a JJ y a los demás y luego ustedes se van?—, inquirió Izzy. Ya no sabía qué estaba diciendo. Su mente estaba en piloto automático —. Cada vez que me abro con alguien, ellos se van, o mueren. Siempre me dejan. Todos siempre se van, y quiero estar bien con eso, pero duele tanto cuando gente que te importa solo deciden que ya no te quieren—, sollozos corrieron por su cuerpo, haciéndola sentir pequeña. Se preguntó si sus sentimientos la tragarían —. Y sé que te lo hice a ti, y lo lamento. Oh, Dios, lamento tanto haberte hecho sentir así. No quiero que nadie se sienta así. Perdón.
Kiara sacudió su cabeza —. Te perdono—, murmuró. Y lo decía en serio. Estaba claro por su tono de voz —. Te extrañé tanto, perra tonta—, se acercó y envolvió a Izzy entre sus brazos, dejando que la chica llorara en silencio contra su hombro —. Solo deja que la gente se preocupe por ti, ¿ok?
Solo deja que la gente se preocupe por ti, su voz resonó en los oídos de Izzy... y entonces, la escuchó. Envolvió sus brazos alrededor de Kiara, tragándola en un abrazo —. También te extrañé—, murmuró, sonriendo ligeramente —. Por eso nunca me removí el tatuaje. No quería olvidarte.
Kiara sonrió —. Yo tampoco lo hice—, susurró —. Aún lo tengo.
Un par de minutos pasaron mientras el silencio las envolvía con calidez, antes de separarse. Izzy rápidamente se secó las lágrimas, ya sintiéndose estúpida por llorar, mientras Kiara observaba las estrellas. Izzy quería decir algo, cualquier cosa. Pensó en darle las gracias, pero eso solo parecía extraño. "Gracias por dejarme usarte como pañuelo humano." Sí, bueno, podría volver a estallar en lágrimas... así de estúpida sonaba la idea. Así que, en su lugar, solo se quedó callada.
—Estás equivocada, ¿sabes?—, Kiara finalmente murmuró después de todo minuto —. Nunca te dejaría. JJ tampoco—, volvió a mirar a Izzy, descubriendo que ella ya la estaba mirando en shock —. Le importas. Él fue quién limpió todos los casilleros cuando Amelia escribió... eso.
Izzy le envió una mirada en blanco, pero la rama seguía apretando su corazón, haciéndola encogerse. Pensó sobre la confesión de Kiara por un segundo. Ya ves, el año anterior después que Izzy rompiera la nariz de Amelia Wright, la chica se vengó al pintar con pintura en aerosol "Izzy Windsor es una zorra" sobre los casilleros del pasillo principal. Entonces, ella, y probablemente otras chicas, empezaron a escribir en el baño de chicas la misma mierda. Pronto, todos comenzaron a mirar a Izzy como si fuera una enfermedad andante. Sin mencionar las veces que la llamarían rara o loca.
Y toda esa mierda que dijeron sobre ella se quedó. Si no fuera porque Sarah era su amiga, ella probablemente hubiera sido una marginada caminando por los pasillos de la academia. Pero incluso ser su amiga no las detuvo de llamarla así. Así que, Izzy hizo lo único que sabía hacer. Fue a la escuela un par de días después, usando una remera con la palabra "zorra" pintada sobre ella. Obviamente eso la metió en problemas con el director, pero valió la pena. Hasta que no. Su padre tuvo una fiesta con aquella escena, y pronto, Izzy se obligó a solo ignorar lo que le decían. Aprendió a ignorarlos, sin importar cuántas veces lastimaran su corazón.
Pero, como sea, ese no era el punto. El punto era que Kiara clamó que JJ había ido a la academia y limpiado la pintura en spray... lo que era una completa mentira. JJ no haría eso. Simplemente no. Además, él ni siquiera iba a su escuela. No había forma en que podría haber hecho eso. Imposible.
—Sí, claro—, Izzy finalmente murmuró al rodar los ojos, y resopló —. ¿Cómo podría haber hecho eso?
—Yo se lo conté—, confesó Kiara, encogiéndose ligeramente —. Le dije lo que escribieron, y lo que decían de ti. Así que nos metemos después de que la escuela cerrara, y limpiamos los casilleros y los baños.
Izzy frunció el ceño —. ¿Por qué él...?
Kiara le envió una mirada —. Sabes por qué.
Sabes por qué, las palabras se repitieron en el cerebro de Izzy al intentar descifrar su significado. Sabes por qué. ¿Lo sabía? La única razón posible sería que, en realidad, ella le importaba. Y tal vez así era. Pero eso no significaba que él iría tan lejos. Él no limpiaría los casilleros solo porque le importaba un poco.
Pensó sobre lo que Sarah había dicho antes. Como si no pudieras verlo. ¿Tenía razón? ¿Izzy realmente no había visto lo que las dos chicas estaban intentando decirle? Pero no podía creerlo. No tenía sentido. No había forma que JJ había hecho todo eso porque... le gustaba...
—Solo no lo dejes, ¿está bien?—, volvió a hablar Kiara, sacando a Izzy de su trance, pero los pensamientos aún seguían —. Lo hiciste una vez y... solo no vuelvas a hacerlo—, se le escapó un suspiro, y mordió su labio —. Por eso no quería que te llevara a tu casa, ni que te involucrara en toda esta mierda... porque le importas un poco demasiado. Y si vuelves a dejarlo, lo... lo lastimarías mucho. Entonces, no lo dejes, ¿sí? No deja entrar a la gente fácilmente, pero te dejo a ti.
—Bueno—, fue todo lo que Izzy dijo, porque su mente estaba estaba en otro lugar. Le importas un poco demasiado. Te dejó entrar. Sabes por qué. Como si no lo notaras. Sus voces flotaban en su cerebro, haciéndola preguntarse si su instinto era real.
—Ustedes son tan ruidosas—, una nueva voz se infiltró en el silencio, causando que Izzy y Kiara se sentara para ver a Sarah acercarce. La chica Cameron sostenía tres almohadas y una gran sábana mientras lentamente se acercaba a ellas. Una vez que estuvo de pie sobre ellas, las miró, entonces se mordió el labio en contemplación —. Um... entonces... ¿estamos...? ¿Estamos bien?
Estuvo silencioso por un momento mientras Izzy miraba a Kiara. La chica Carrera alzó sus ojos hacia Sarah, entonces una sonrisa cálida se estiró a través de su rostro —. Estamos bien, Cameron—, murmuró, su voz dulce como la miel.
Una enorme sonrisa se levantó en el rostro de Sarah, mostrando sus hoyuelos —. Mierda, menos mal—, soltó —. Aquí tienen. Almohadas—, arrojó los almohadones hacia las chicas antes de desplomarse al lado de Izzy.
Las tres chicas comenzaron a acomodarse. Izzy tomó una almohada y la abrazó contra su pecho, mientras Kiara tomó otra y la colocó detrás de su cabeza. Sarah hizo lo mismo antes de arrojar la sábana sobre las tres. Soltó un suspiro y se acercó a Izzy, reposando su mejilla sobre el hombro de la chica. El silencio pronto las consumió nuevamente, mientras las tres observaban el cielo.
—Entonces... ¿qué estamos haciendo?—, cuestionó Sarah, volviendo a romper el silencio.
—Mirando las estrellas—, suspiró Izzy.
Sarah asintió en respuesta, y entonces volvía a estar silencioso. E Izzy pensó que, tal vez, podría acostumbrarse al silencio si se sentía así. Porque ahora tenía a Sarah, y recuperó a Kiara, y se sentía... mejor. Le gustaba sentirse mejor.
—Oigan, Sarah... Iz—, habló Kiara, su voz vacilante.
Sarah la miró —. ¿Qué?
Las esquinas de los labios de Kiara se curvaron hacia arriba —. Lamento haber llamado a la policía.
Una sonrisa creció en el rostro de Sarah —. Lo sabía—, dijo, riendo ligeramente —. Lo sabía, perra.
Kiara comenzó a reír también —. Deberían haberme invitado—, replicó, su voz ligera. Y eso fue todo lo que tomó antes que la risa las consumiera, y el aire comenzó a sentirse más sencillo de inspirar.
Pero Izzy solo sonrió, su corazón demasiado pesado como para permitirle reír. Quería hacerlo, pero su mente estaba en otro lugar, previniéndola de comprometerse más.
Y mientras dejaba que sus pensamientos la consumiera, se percató que solía gustarle creer que no necesitaba a nadie. Pero se rehusaba a creer eso ahora. Porque Sarah y Kiara estaban acostadas a su lado, riendo, y creía que nunca se había sentido mejor. Éstas eran las personas que la hacían sentir. Ellas eran sus estrellas.
Pero entonces escuchó la vo de Kiara otra vez. Sabes por qué. Y tal vez lo sabía. Tal vez ella también lo necesitaba a él. Tal vez... solo tal vez... se permitiría necesitarlo.
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