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𝟬𝟭𝟮 she whose mind wanders



capítulo doce
ella, cuya mente divaga

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      Solo habían dos tipos de personas en el mundo. Izzy Windsor estaba segura de eso. Ya ves, a ella le gusta pensar como si la gente fueran canciones. Puedes decir mucho de alguien por la música que escuchan, y creía en ello firmemente. Porque cuando piensas en ello, hay gente que solo escucha música, y otros que pasan horas analizando las letras, intentando razonar con las palabras. Estos últimos son los que sienten la música en lugar de solo escucharla para llenar el silencio.

      A quienes solo escuchan música, con el significado pasando desapercibido, no les podía importar menos las letras mientras que tuviera un buen ritmo y fuera bailable. La gente que miraban su sitio web eran esos tipos de personas. No les importaba la música que ella ponía de fondo; solo veían a una chica bonita y se olvidaban del mundo. Ellos caminaban por la Tierra sin ninguna preocupación. Izzy se encontraba envidiándolos de vez en cuando.

      Por otro lado, la gente que no solo escuchaba música. Ellos tienden a ser más analistas; el tipo de persona que vierte su alma en sus pasiones incluso sin recibir nada a cambio. Ellos conocen el significado de sus canciones favoritas, y se aferran a ellas como si fueran salvavidas. Izzy era una de esas personas. Le gustaba la música casi tanto como el arte.

      La música le brindaba un sentido de dirección; una sensación de libertad. Nadie podía arrebatársela. Pero siendo una de esas personas, Izzy había descubierto algo. Rápidamente se percató que, a veces, las cosas la encontraban cuando ella necesitaba que la encontraran. Eso creía. Para ella, las letras de ciertas canciones simplemente la encontraban en el momento correcto de su vida, pero otras cosas también la encontraban.

     Siendo una de esas personas que siempre buscaba un significado más profundo detrás de todo la había llevado a esta situación con la búsqueda del oro del Royal Merchant. Si hubiera sido del otro tipo, probablemente hubiera rodado los ojos ante la idea de embarcarse en una búsqueda del tesoro. Pero no lo era. Era de los que analizan todo, y toman cosas estúpidas como escuchar una conversación que no se suponía que escuchara como una señal.

      Sí, Izzy estaba involucrada para asegurarse que Sarah no se matara, pero una parte de ella sabía que su decisión tenía más que eso. Una parte de ella se preguntaba si el universo finalmente la tendría un poco de piedad. Tal vez esta misión suicida era una señal. Definitivamente lucía como una. Era demasiado conveniente. Primero, cortó con Rafe y declaró que estaba intentando dejar toda la mierda ir, y entonces se encontró con esto. Era como si el universo le estuviera señalando el camino que debía tomar. Tal vez este era el comienzo que ella había estado esperando en secreto por toda su vida.

      Una sensación extraña seguía mordisqueando su corazón, pero estaba intentando encontrar una forma de volver a completarlo. Era todo lo que podía hacer – intentar. Tal vez esta búsqueda del tesoro sería su antídoto.

      Izzy se permitía creer que encontraría el antídoto en esta misión que consistía en recuperar el oro del Royal Merchant. Sabía que sonaba estúpido, pero era todo lo que tenía. Era una pequeña cosa estúpida llamada destino, pero ella debía tomar esto como una señal. Debía tener un significado más profundo. Tal vez ser la persona que analiza mierdas estúpidas como las canciones finalmente había resultado útil. Y si simplemente observaba la situación como si fuera una canción, entonces tal vez calmaría sus nervios y encontraría las respuestas a las preguntas que flotaban en su cerebro.

      Con aquellas ideas consumiendo su mente, Izzy dobló en la calle de tierra que llevaba a la pequeña casa. Podría ser la casa de John B o de alguno de los demás, pero no sabía en realidad. Solo siguió la fea van de John B hasta el lugar, y no lo cuestionó. Aparentemente iban a encontrarse con los demás para discutir el plan. Así que Izzy suspiró y estacionó el convertible, apagando el motor antes de abrir la puerta y salir. Sus Birkenstocks golpearon el suelo a medida que seguía a John B y Sarah hasta el porche.

      Izzy observó alrededor, encontrando el área decorada con un sofá y una silla junto con un pequeño banquito. Estos estaban rodeando una pequeña mesa de café que estaba cubierta de revistas. No era mucho, pero se sentía cómodo, como un abrazo cálido. Este era el hogar de alguien. Izzy nunca había sentido ningún lugar como su hogar. Se preguntó cómo se sentía eso.

      John B miró por sobre su hombro hacia Izzy, quién seguía observando la habitación —. Creo que los chicos están adentro, pero Kie todavía no llegó—, dijo él, mirando a las dos rubias —. Uh, pueden sentarse si quieren—, gesticuló hacia el sofá antes de enviarle una sonrisa a Sarah y desaparecer dentro de la pequeña casa en busca de los otros chicos.

      El sonido de un latido... tacha eso, el corazón de Izzy latió contra sus orejas al pensar en encontrarse con los demás. No estaba segura por qué se sentía así, pero por alguna razón, creyó que estaba nerviosa. E Izzy Windsor no se ponía nerviosa. No era propio de ella. Quería que la sensación incómoda se fuera, así que intentó ignorar el golpeteo contra sus orejas mientras se acercaba al sofá y se sentó entre los almohadones. Polvo danzo en el aire cuando Sarah se sentó a su lado, e Izzy alejó las partículas con molestia.

      Izzy se mordió el labio al anticipar lo que dirían sobre dos perras ricas siendo parte de su aventura. Pero entonces, escuchó una voz – la voz de JJ – y su mente se detuvo.

      —Bro, ¿por qué nos enojaríamos?—, preguntó JJ al abrir la puerta que lo llevaba al porche y se paró sobre el ruidoso suelo de madera con John B y Pope siguiéndolo. Él pasó una mano por entre sus ondas rubias al girarse, al parecer ignorante de las dos rubias sentadas frente a él. Pero entonces alzó la mirada y sus ojos se encontraron con los verdes de Izzy, y sus labios se curvaron en una suave sonrisa —. ¿Iz?

      Izzy inconscientemente enderezó su postura mientras que las esquinas de sus labios se alzaron en una sonrisa. Rápidamente mordió su labio inferior para contener el gesto, y concentró su atención en el chico que se encontraba de pie frente a ella. Llevaba una remera gris con las mangas cortadas, y unos shorts cargo estilo messenger de color canela combinados con sus usuales botas negras de combate. Lucía como siempre pero, por alguna razón, Izzy se encontró incapaz de sacarle la mirada de encima mientras él caminaba hasta el sofá de un cuerpo para sentarse. Los ojos azules de él permanecieron sobre ella, y ella tuvo que desviar sus ojos hacia su esmalte de uñas saltado para evitar que sus mejillas se volvieran rosadas. Jesús, tenía que dejar de sonrojarse cada vez que JJ la miraba. No sabía cómo él lo interpretaría, pero no podía permitir que se hiciera ideas.

      El sonido de un auto entrando a la calle de tierra arrancó a Izzy de su trance, y el rubor en sus mejillas también desapareció. Alzó la cabeza para ver un Jeep Wrangler blanco estacionar al lado de su Mercury Comet frente a la casa. Sabía quién estaba detrás del volante, y su corazón latió con locura ante la información. La sensación desagradable solo aumentó cuando vio a Kiara bajar del auto con su ceño fruncido y una mueca de disgusto sobre su rostro.

      —Ella va a matarte—, remarcó Pope a John B, sacudiendo la cabeza mientras un pequeño resoplido burlón escapaba de sus labios. Se acercó al banco que estaba al lado del sofá de un cuerpo donde se encontraba JJ, y se dejó caer sobre la superficie de madera, colocando sus pies sobre el reposa-pies.

      John B pasó una mano por entre sus rulos marrones —. Sí, lo sé—, murmuró, sentándose al lado de Sarah en el sofá.

      Kiara subió las escaleras rechinantes y abrió la puerta de tela metálica con una mano antes de ingresar al porche con sus brazos cruzados sobre su pecho —. ¡De ninguna manera!—, gritó al mirar a las dos chicas rubias sentadas en el sofá, entonces colocó sus ojos sobre John B. Entrecerró los ojos, formando rendijas, y apretó la mandíbula al sacudir su cabeza con incredulidad. No dijo nada más; solo observó al chico y reposó su espalda contra el pilar, arrojando cuchillos al chico con su mirada.

      JJ rió —. JB, eres hombre muerto—, dijo, posando su codo sobre el brazo del sofá y entonces comenzó a jugar con su labio inferior con sus dedos.

      John B le envió una mirada y le mostró su dedo del medio —. Vamos, Kie. Háblame—, murmuró, intentando razonar con la chica. Pero Kiara no iba a ceder, y desvió su mirada al suelo, manteniendo la boca cerrada. Eso consiguió un bufido por parte del chico Routledge —. La ley del hielo, ¿en serio? Al menos mírame, hombre.

      Un músculo en la mandíbula de Kiara tembló —. Si te miro, voy a apuñalarte—, escupió, sacudiendo la cabeza y bufando bajo su respiración.

      —Pagaría por ver eso—, remarcó JJ.

      —Yo también—, agregó Pope, alzando una mano.

      John B los miró en blanco —. No están ayudando.

      Los dos alzaron sus manos en rendición y se encogieron. Extrañamente, eso hizo que una pequeña sonrisa entretenida cruzara el rostro de Izzy. Tal vez esta era una buena decisión. La sonrisa de Izzy creció ante la idea, pero ésta vez JJ lo notó. Él le sonrió y le guiñó un ojo. La chica solo rodó los ojos, pero la sonrisa seguía en su rostro.

      Izzy tornó su atención de vuelta a la escena frente a ella y suspiró. El silencio estaba comenzando a sofocarla, y odiaba eso —. Entonces, ¿qué es esto exactamente?—, se encontró preguntando, su voz rompiendo el corto momento de silencio —. John B mencionó algo sobre un asesino con hacha pero, ¿cuáles son los detalles?

      Kiara resopló una carcajada y negó —. El hecho que no sabes significa que probablemente deberías irte—, murmuró amargamente. Sus ojos se alzaron para encontrarse con los de Izzy y la miró de arriba a abajo, como si no pudiera creer que ella fuera tangible.

      Izzy solo la miró de vuelta, pero sus ojos no se entrecerraron en rendijas. Entendía por qué Kiara la detestaba, y no la culpaba. La mayoría del tiempo, Izzy también se odiaba a sí misma, así que no suponía que los demás sintieran algo diferente. Solo lo esperaba ahora. Esperaba que la gente la odiara, y no había nada que pudiera hacer al respecto.

      —Mi papá...—, comenzó John B, encontrando su voz —. Estaba intentando encontrar el oro del Royal Merchant y bueno... encontramos el oro. Creo.

      Izzy giró sus ojos a su rostro y alzó una ceja —. ¿Crees?—, cuestionó, su voz claramente poniéndolo en duda —. Hoy lucías bastante seguro.

      El chico Routledge abrió la boca para responder, pero alguien le ganó —. Bueno. Bueno. Te explicaré todo, princesa—, JJ soltó abruptamente, causando que todos lo miraran —. Básicamente, este tipo. Denmark... uh...

      Pope alzó un dedo al aire —. Denmark Tanny—, murmuró en un tono monótono.

      JJ lo miró y asintió una vez —. Cierto, sabía eso—, dijo bajo su respiración. Aclaró su garganta un segundo después y se giró para enfrentarse a la mirada de Izzy —. Entonces, este tipo, Denmark, era un esclavo que sobrevivió al accidente del Royal Merchant y uso su oro para comprar una granja--.

      —Que ahora es Tannyhill—, interrumpió Pope.

      JJ chasqueó los dedos —. Sí, eso... y tenía un montón de dinero, ¿sí?—, remarcó antes de mojar sus labios e inhalar abruptamente —. Y eso molestó a la gente... y justo cuando están a punto de matarlo, escribió una carta a su hijo diciéndole dónde está el dinero y ¡bam! ¡Jackpot!

      Izzy frunció el ceño y pestañeó —. Entonces, ¿dónde está exactamente? No tenemos muchos asesinos aquí, así que...

      —La parcela nueve—, informó John B. Sus ojos se desviaron al rostro de Sarah, y una sonrisa cálida estiró sus labios —. Y gracias a Sarah que nos dio el mapa original de la propiedad, sabemos dónde queda eso hoy.

      —Sí y, con nuestra suerte, el jodido oro está en la propiedad de los Crains—, resopló JJ, sacudiendo la cabeza mientras pasaba una mano por entre su cabello rubio.

      Las cejas de Izzy se alzaron, cruzando su frente —. ¿Crains? ¿Te refieres a la señora Crain? ¿La que supuestamente mató a su esposo?—, preguntó mientras una pequeña carcajada brotaba de su garganta. No era que encontraba la situación divertida, sino que se encontraba en una estúpida búsqueda del tesoro. Como sea. Por una vez, confiaría en el universo. Pero realmente estaba poniendo a prueba su paciencia —. Bueno, esto no es lo que esperaba pero, uh, ya veo qué querías decir con asesina. Suena tan divertido.

      JJ alzó su mano al aire y señaló a Izzy —. ¡Ven!—, exclamó, mirando a sus amigos con sus cejas alzadas —. ¿Qué les dije? Es cierto. La vieja Crain está loca.

      Izzy hizo una mueca —. Oh, no, eso es mentira.

      Un corto silencio siguió a sus palabras, y JJ volvió a bajar su mano y se rascó la barbilla. Aclaró su garganta y murmuró algo bajo su respiración alrededor de las líneas "sí, sabía eso," intentando cubrir sus acciones previas.

      —Bien hecho, idiota—, rió Pope, palmeando la espalda de JJ.

      Izzy frunció el ceño, su mente viajando a medida que los segundos pasaban. No podía evitar preguntarse si ésta era la razón por.ls que John B quería encontrarse con Sarah en Midsummers. Parecía posible —. ¿Entonces de esto se trataba la carta?—, mencionó sus pensamientos, la curiosidad consumiéndola. Miró a Sarah —. ¿Fuiste con John B para darle el mapa?

      — ¿Quién mierda le dejó leer la carta?—, escupió Kiara antes que alguien le respondiera. Sus brazos seguían cruzados sobre su pecho, dando un paso adelante y observando al grupo.

      JJ lentamente levantó la mano —. Puede que se la haya dado a ella en lugar de a Sarah—,  admitió, su voz vacilante. Miró a Pope en busca de apoyo, pero el chico Heyward solo sacudió su cabeza, alzando sus manos.

      — ¿Me están tomando el pelo?—, ladró Kiara con los dientes apretados. Negó, arrastrando sus ojos sobre su rostro sin poder creerlo —. Juro que no tienes un cerebro.

      —Mira, ahora importa—, clamó JJ, moviendo las manos para enfatizar su punto —. Ya está en esto. Tienes suerte que solo fue ella quién se enteró—, volvió a sentarse y se encogió de hombros —. Me sorprende que nadie notó el estúpido truco del mesero falso que JB me hizo hacer en Midsummers.

      Pope arrugó la cara y asintió —. Sí, creerías que alguien lo notaría.

      JJ miró a Pope y sonrió ligeramente —. Tal vez solo soy un buen actor—, dijo, colocando una mano sobre su pecho.

      Pope negó —. Eres un actor horrible—, murmuró.

      El chico Maybank apuntó a su amigo con un dedo y abrió la boca para responder, pero nunca tuvo la oportunidad de hacerlo —. Espera... ¿entonces no eras un mesero de verdad?—, preguntó Izzy abruptamente, sus ojos pegados al rostro de JJ. No había querido decirlo, pero su mente ya estaba viajando otra vez. Un segundo, estaba escuchando la conversación en la habitación, al otro, se preguntaba por qué JJ estaba en Midsummers si ni siquiera era un mesero. Supuso que debería prestar más atención a quién contrata su padre.

      JJ giró la cabeza, encontrando su mirada. Sus ojos se suavizaron ligeramente antes de alzar una mano para pasarla entre su cabello —. Uh... no—, murmuró, rascándose la nuca.

      Izzy entrecerró los ojos y arrugó la cara. Solo estaba más enfocada —. Entonces, si estabas ahí para darle el mensaje a Sarah... ¿por qué me lo diste a mí?

      JJ pestañeó —. Uh... bueno... eres amiga de Sarah, así que creí que luciría menos sospechoso si tú se lo dabas—, aclaró, mordiendo el interior de su mejilla —. Además, estuve allí por mucho tiempo. Estaban empezando a sospechar de mí. JB dijo que lo mantuviera incógnito, así que hice lo mejor que pude.

      Pope rió —. Bien hecho, casanova—, dijo, palmeando al chico en la espalda —. Muy creíble.

      — ¿De qué estás hablando?—, demandó Izzy, su voz severa.

      — ¡Cómo sea!—, gritó Kiara, causando que todos los ojos cayeran sobre ella —. Tú—, apuntó a JJ —, dejaste que ésta perra supiera nuestro secreto.

      JJ hizo una mueca —. Uh, no—, resopló una carcajada —. Ese fue John B.

      Kiara rodó los ojos —. le diste la jodida carta.

      — ¡Ella no sabía de qué se trataba!—, se defendió JJ, su voz abrupta mientras gesticulaba con sus manos para enfatizar su punto.

      Kiara solo negó —. Que no veas el problema, JJ, es realmente preocupante.

      JJ volvió a caer sobre el sofá, colocando sus codos sobre los brazos a cada lado —. John B es quién las trajo. Me estás atacando a mí. No me parece justo—, murmuró amargamente —. Creo que estás eligiendo favoritos.

      Kiara alzó las cejas —. ¿Eligiendo favoritos? ¿Estás bromeando?—, respondió, colocando las manos sobre su cadera —. Eres un jodido idiota. Sabes por qué esto está mal. Tú de todos sabes por qué, JJ.

      —Mira, puedo irme si te molesta tanto—, interrumpió Izzy antes que a alguien le estallara una vena. Honestamente no creía que se saldría tan de control. Tal vez no era una señal. Tal vez había cometido la decisión equivocada —. Solo creí que si realmente había oro... bueno... yo soy la única con las conexiones para convertirlo en efectivo.

      Los ojos de Kiara se dispararon hacia Izzy, el fondo de ellos encendidos en llamas —. Vete—, escupió entre dientes —. No te necesitamos.

      —Ok, pensemos esto—, dijo John B, estirando sus brazos frente a él como intentando romper la tensión que lo sofocaba la habitación —. Izzy es la única con las conexiones. Su papá literalmente trabaja con dinero. Si hay alguien que puede a ayudarnos a convertir las barras de oro en efectivo, es ella... a menos que tú conozcas a alguien más, Kie.

      —No sé si confío en eso—, intervino Pope, alzando un dedo —. ¿Ustedes no son conocidos por engañar a la gente?

      —Exacto—, Kiara estaba de acuerdo —. No podemos confiar en ninguna de ellas—, miró de vuelta a Izzy, Sus ojos entrecerrándose —. Además, eres billonaria. Hay como dos mil personas como tú en el mundo. Prácticamente tienes dinero creciendo de tus árboles. No necesitas el jodido dinero.

      Izzy alzó una ceja —. Y yo no quiero el dinero.

      Una carcajada burlona escapó de los labios de Kiara —. ¿Entonces por qué te importa?

      ¿Por qué le importaba? Izzy no sabía. Simplemente lo hacía. No quería pero, por alguna razón, una parte de ella sentía que necesitaba ser parte de esto —. Solo estoy... aburrida—, fue lo que dijo en lugar de la verdad. No era como si realmente la entendiera de todas formas.

      Kiara alzó las cejas —. ¿Aburrida?—, cuestionó, una carcajada burlona siguiendo al poco tiempo —. ¿Estás aburrida así que vas a robarnos nuestro dinero?

      —No—, escupió Izzy —. Mira, creí que podía ser útil. Como dijiste, soy una en dos mil, y tengo las conexiones—, con eso, arrugó los labios y se encogió de hombros, esperando su respuesta.

      Kiara solo negó, entonces escaneó al resto del grupo —. ¿Eso es todo? ¿Todos están bien con esto?—, preguntó amargamente, golpeando sus manos contra sus muslos —. ¿Están de acuerdo con que ellas se unan?

      —No sé—, murmuró Pope, encogiéndose de hombros —. Hay muchas ventajas y desventajas.

      —Mira, Iz no quiere una parte—, dijo JJ, alzando su mano y señalando a la chica —. Todo lo que me importaba es que la parte de Sarah de tu—, apuntó a John B con un dedo —, parte.

      — ¿Sabes? No recuerdo haber votado—, escupió Kiara, mirando a John B. Se apoyó contra el pilar y posó sus manos sobre la reja, hundiendo sus uñas en la madera —. Esto es nuestro. Es algo de Pogues.

      —Sí, debo decir. Estoy un poco incómodo con esto—, Pope admitió, su rostro temblando al hablar. Su voz tenía un matiz oculto de enojo, probablemente porque no confiaba en las dos chicas que tenían dinero prácticamente creciendo de los cerezos que florecían en sus hogares.

      —Gracias—, exclamó Kiara.

      John B resopló y negó —. ¿Cuándo no estás incómodo?

      —No lo sé—, replicó Pope, su voz amarga y penetrante —. Vine hasta aquí en la bicicleta de JJ y fue muy cómodo.

      JJ asintió —. Es cierto—, dijo, sus ojos encontrándose con la mirada dura de John B —. Nunca lo vi tan relajado.

      Routledge desvió la mirada, observando a la distancia —. Qué lindo, chicos—, murmuró, apretando la mandíbula.

      — ¿Sabes? Todos estábamos cómodos hasta que las trajiste a ellas—, señaló Kiara, señalando a las dos chicos con una mano.

      —Dejen de hablar de nosotras como si no estuviéramos aquí—, Sarah finalmente habló, su voz vertiendo veneno —. Izzy ya ofreció ayudarlos. ¿Qué más quieres?

      —Que se vayan—, respondió Kiara —. Eso es lo que quiero.

      Sarah rió y rodó los ojos antes de torcer el cuello para mirar a John B —. Te lo dije—, murmuró entre dientes.

      — ¿Le dijiste qué exactamente?—, cuestionó Kiara, torciendo la cabeza —. ¿Que eres una mentirosa?

      —No, ¡que eres una perra que solo habla mierda!—, escupió Sarah.

      La habitación se sumió en silencio, el aire se volvió denso y difícil de inspirar. Pope observó a las dos chicas con la boca abierta, y entonces miró a JJ, mirándolo con los ojos abiertos. JJ solo respondió metiendo su mano en su bolsillo y sacando dinero, apostando que Kiara ganaría la pelea. Pero su conversación rápidamente fue interrumpida por Kiara, que se adelantó y miró a Izzy. Sus ojos se entrecerraron en rendijas, pero el dolor aún se podía ver danzando en el fondo de las piscinas marrones. Esto no se trataba solamente sobre una estúpida búsqueda del tesoro; la mirada herida en su rostro era suficiente para dejar eso claro.

      — ¿Y qué sobre ti, Izzy?—, ladró Kiara, su voz apenas sobre un susurro, pero aún llena hasta el borde con veneno —. ¿Qué tienes para decir sobre esto? ¿O solo vas a ignorarme como si no existiera?

      Cuando esas palabras dejaron sus labios, Izzy decidió que definitivamente había tomado la decisión incorrecta. No era una señal; fue solo otro truco del universo. Debería haber sabido mejor que confiar en algo que solo la masticó y escupió como si no fuera nada —. Ok, a la mierda con esto—, murmuró Izzy —. No quiero participar en esto si--.

      —Ya estás aquí—, Kiara la cortó Su voz había comenzando a temblar ahora, pero rápidamente aclaró su garganta y arrugó los labios, cubriendo su dolor con sus palabras —. Y me da curiosidad qué vas a hacer después de esto. Si te dejamos unirte y encontramos el oro... ¿entonces qué? ¿Qué pasa cuando termines de usarnos? ¿Qué pasa cuando ya no hay nada para qué usarnos?

      Izzy resopló. Sabía por qué Kiara estaba enojada. Diablos, ella también lo estaría, pero Izzy estaba compuesta de hierro, grava y fuego. No estaba hecha para quedarse sentada, manteniendo sus reacciones para sí misma. Había nacido de las llamas, y el fuego ya se estaba expandiendo —. No quiero nada del oro, Kie—, escupió, su voz amarga y dura.

      — ¡Esto no se trata del jodido oro!—, gritó Kiara, sus palabras causando que la habitación volviera a sumirse en silencio. Lágrimas inundaron sus ojos, pero no las dejaría caer. Parecía que nadie notó sus ojos cristalizarse, pero Izzy lo vio. Lo vio e hizo que su corazón se achicara en su pecho.

      —Kie, ella solo quiere ayudar—, murmuró JJ abruptamente, rompiendo el silencio sofocando la sala. Por un momento miró a Izzy, y ella lo observó, sus ojos abriéndose ligeramente por la sorpresa.

      Kiara miró a ambos, y no pudo evitar resoplar una carcajada —. Sabes por qué esto es una mala idea, JJ—, dijo, su voz más estable, pero aún plagada de ira —. sabes. Sé que lo sabes.

      JJ giró sus ojos de vuelta a Kiara y lamió sus labios —. Ahora es diferente—, fue todo lo que dijo.

      Kiara negó —. ¡No lo es, JJ! ¡Ella sigue siendo la misma persona!—, gritó, cruzando sus brazos sobre su pecho y sus uñas hundiéndose en su piel. Dejaron pequeñas marcas en la forma de una luna creciente cuando se soltó – un recordatorio de las cicatrices que sus viejas amigas dejaron en su corazón.

      — ¡Todos, cállense!—, gritó John B abruptamente, causando que las miradas cayeran sobre él. Miró a Kiara y suspiró —. Kie, eres mi mejor amiga, ¿no?—, sus ojos se movieron a Izzy, e hizo una cara que sugería que estaba pensando qué palabras quería soltar —. Izzy, tú eres... ¿útil?

      Izzy pestañeó, y una carcajada cayó de sus labios —. Uh... ¿gracias?

      El chico Routledge ignoró su comentario y se giró a Sarah. Sus ojos se suavizaron, y una pequeña sonrisa creció en su rostro cuando la miró —. Y Sarah, tú eres mi...—, vaciló y se encogió de hombros, buscando aprobación en sus ojos

      Una pequeña sonrisa se levantó en el rostro de Sarah —. Dilo—, susurró, colocando una mano sobre la pierna de John B y dándole un apretón.

      —Eres mi novia—, dijo John B, las palabras iluminando su rostro al sonreír incluso más.

      Izzy rodó los ojos. Jesus. Tenía que dejar de ser tan amarga, pero no podía evitarlo. Simplemente no podía dejar de sentir que el chico estaba utilizando a su amiga, igual que como el resto de sus novios. Topper había sido bastante malo así que, al menos, él ya no formaba parte de su vida, pero no había mucha esperanza para el nuevo novio de Sarah. Los hombres apestaban, e Izzy no podía evitar creer que John B no era diferente en lo absoluto. Sí... tal vez ese era el problema de Izzy, pero aún no podía evitar sentirse así.

      —Eso es nuevo—, comentó Pope después de un momento de silencio.

      — ¿Ella es tu novia ahora?—, resopló Kiara, mirando a los dos adolescentes antes de sacudir la cabeza —. ¿Qué fue todo eso sobre que solo la estabas usando para conseguir información? Obtener el mapa, y cortarla.

      Algo se rompió dentro de Izzy. Tenía razón —. ¿Qué mierda está mal contigo?—, escupió, entrecerrando los ojos en rendijas hacia el chico Routledge.

      —Izzy—, advirtió Sarah.

      —No—, ladró Izzy. Su sangre estaba hirviendo, calentando su piel —. ¿Qué mierda está mal contigo? Y ustedes dicen que nosotros somos falsos. Vete a la mierda.

      —Izzy—, Sarah volvió a advertir, ésta vez colocando una mano sobre el brazo de Izzy y dándole un apretón.

      Izzy solo negó y volvió a hundirse en el sofá. Los hombres eran escoria. Todos los novios pasados de Sarah también habían sido una mierda. Y entonces, de repente recordó que el amor no existía, y estaba completamente de acuerdo. ¿Cómo podía existir cuando las mujeres tenían que lidiar con estas cosas? Era falso si le preguntabas a ella.

      La mano de Sarah se deslizó de alrededor del brazo de Izzy, y tornó su atención de vuelta a su supuesto novio —. ¿Dijiste que estabas usándome?—, cuestionó, su voz suave y tranquila.

      John B llevó una mano a su frente —. No—, dijo, pero su voz salió plana, indicando que estaba mintiendo.

      —Sí, lo dijiste—, Pope agregó inmediatamente. JJ arrugó los labios y asintió.

      —Ok, mira, el amor simplemente entró por la puerta, ¿está bien?—, clamó John B, gesticulando con sus manos para enfatizar su punto.

      Izzy rodó los ojos pero no dijo nada. Amor... sí, claro, pensó amargamente.

      —Oh, vomito—, Kiara resopló, rodando los ojos.

      —No esperé que pasara—, continuó John B, sus palabras tornándose en un monólogo —. Simplemente pasó—, miró a Sarah, quién solo lo estaba observando en blanco —. No voy a negarlo, ¿bien?

      —Oh, eso fue cursi—, murmuró Pope, riendo ligeramente.

      Izzy solo volvió a rodar los ojos. Estaba tan cansada de esta falsedad del "amor." Y esta mierda de "confía en el universo" realmente la estaba mordiendo en el trasero. Decidió que tal vez había estado equivocada. Tal vez debería haberse quedado en casa y pintar las paredes hasta que su mano doliera. Resopló ante sus pensamientos y sacudió la cabeza. Desvió la mirada, observando alrededor del porche por un par de segundos antes que sus ojos aterrizaran sobre JJ, y descubrió que él ya la estaba mirando con una expresión entretenida escrita en su rostro.

      Cuando sus miradas se encontraron, las esquinas de los labios de él se alzaron en una media sonrisa. Formó una pistola con su mano y la presionó contra su cabeza, pretendiendo dispararse para expresar lo irritado que estaba con la situación en que se encontraban atascados. Él cerró los ojos y dejó caer su cabeza contra la silla, simulando que había muerto. Izzy solo negó y rodó los ojos, pero una pequeña sonrisa tiraba de sus labios. JJ abrió los ojos para encontrar a Izzy aún peleando contra la sonrisa, lo que solo pareció divertirlo más.

      —Mira, corta la mierda, John B—, habló Kiara, causando que todas las miradas volvieran a caer sobre ella. Miró a las dos chicas rubias, un resoplido dejando sus labios un segundo después —. Si ellas van a estar en esto, yo me salgo.

      John B negó —. Necesito a Sarah, ¿de acuerdo?

      —Y yo no voy a hacer esto sin Izzy—, agregó Sarah, su voz determinante. El corazón de Izzy se hinchó en su pecho ante sus palabras.

      Kiara rodó los ojos —. Sí, por supuesto que no—, resopló —. A dónde va una perra, la otra sigue. Pero no me importa—, giró su cabeza para enfrentar la mirada de John B —. Es yo o ellas.

      —No voy a hacer esto, Kie—, clamó John B, suspirando ante su pedido.

      —Vas a decidir—, demandó Carrera.

      — ¡No puedo!

      Pero Kiara no sé detuvo —. Estoy muy interesada, en realidad—, mencionó, su voz alzándose una octava —. ¿Yo o ella?

      John B se encogió de hombros —. Ambas.

      —Estúpido—, comentó Pope.

      —Fue por el Hail Mary—, agregó JJ.

      Kiara solo resopló, ignorando a los dos chicos haciendo comentarios sobre la discusión —. ¿Ni siquiera vas a sacar a Izzy?—, preguntó, su voz más suave ahora. Era casi como si no pudiera creer la escena frente a ella... como si todo fuera una broma de mal gusto.

      Algo pasó por los ojos de John B, pasando una mano por entre sus rulos marrones, y entonces soltó un suspiro —. Sarah la necesita... y yo necesito a Sarah.

      —Oh, la necesitas, ¿no?—, murmuró Kiara. Alzó las cejas y negó, sin poder creerlo —. ¿Qué eres? ¿Su perra?

      —Kie, vamos—, rogó John B, su voz más suave.

      Pero Kiara no iba a aceptarlo. Volvió a negar, entonces arrugó los labios y se levantó —. Vete a la mierda, John—, escupió entre dientes. Se giró y abrió la puerta, bajando los escalones y dirigiéndose al auto. Se deslizó dentro del Jeep y encendió el motor, antes de manejar de vuelta hasta la calle. Entonces se fue, dejando a los demás sentados en el silencio.

      —Estará bien, ¿no?—, Sarah murmuró finalmente, mirando a su novio —. Me voy—, un suspiro escapó de sus labios al ponerse de pie, acomodando su vestido —. Los dejaré hablar. Luego me avisas.

      —Sarah...—, John B vaciló, rogándole con la mirada.

      Sarah solo negó. Entonces, sus ojos se tornaron hacia Izzy y arrugó los labios —. Iz, ¿vienes?—, preguntó.

      Izzy comenzó a asentir, pero se detuvo cuando se percató qué quería hacer ese día. Originalmente iba a hablar con Sarah sobre su nuevo estado de relación, y entonces visitaría la tumba de su madre. Tal vez se había olvidado de su decisión a propósito. Tal vez solo estaba estaba asustada de ir al cementerio, pero no podía dejar que eso la detuviera. Era su madre, y ya lo había pospuesto por demasiado tiempo. Debía enfrentar su fantasma.

      —En realidad—, Izzy finalmente murmuró —, tengo que hacer algo, pero te veo luego.

      Sarah asintió, entonces desapareció en la vuelta de la esquina, dejando a la chica Windsor con los chicos. Pero no se quedó por mucho tiempo. Pronto, Izzy le dio a los chicos una sonrisa con los labios presionados, y entonces se colocó de pie y abrió la puerta. Bajó los escalones hacia el camino de tierra, sus Birkenstocks golpeando el suelo al comenzar su camino hacia su auto. Pero antes que pudiera avanzar, alguien la detuvo.

      —Iz, oye, espera—, alguien la llamó por detrás, causando que pausara su caminata hacia el convertible.

      Izzy frunció el ceño y miró por sobre su hombro para ver a JJ Maybank bajando los escalones, acercándose a ella. Sus cejas estaban juntas, y ella torció la cabeza a un lado al girarse lentamente —. ¿Oye?—, balbuceó, pero salió más como una pregunta.

      Una media sonrisa se deslizó en el rostro de JJ al alcanzarla con sus manos en los bolsillos de sus shorts cargo —. Uh—, lamió sus labios y resopló por la nariz —. ¿A dónde... ? ¿A dónde vas?

      ¿Por qué quería saberlo? Izzy no estaba acostumbrada a que le importara a la gente. Ni siquiera estaba segura de si le importaba, pero aún la confundía y la hacía preguntarse si debería decirle o no a dónde iba. Mordió su labio en contemplación antes de soltar un suspiro. A la mierda, decidió —. Voy a visitar a mi mamá—, confesó, con sus ojos desviándose a sus manos y comenzó a picar el esmalte de sus uñas. Realmente necesitaba una manicura, pero como sea —. No fui desde que... ya sabes... pasó.

      JJ se acercó para tocar su brazo con sus nudillos, acariciando su piel para captar su atención. Ella levantó la cabeza y se encontró con su mirada, entonces la rama con espinas estaba de vuelta, lentamente liberando su corazón de su agarre a medida que la calidez se extendía por su pecho. Buscó en sus ojos azules respuestas a preguntas que ni siquiera sabía que tenía, pero antes que pudiera dejar que su mente se distanciara aún más, él rápidamente la detuvo.

      —Puedo ir contigo si quieres—, sugirió el chico Maybank, su voz suave y tranquila casi como si temiera soltar las palabras en el universo —. O no. Puedo simplemente acompañarte a tu auto.

      Izzy frunció el ceño. Su auto estaba solo a un par de pasos. No era una gran caminata. ¿Por qué querría hacer eso? Rápidamente sacudió la cabeza y decidió que no quería perderse en el mar de "¿qué si...?", por lo que aclaró la garganta y le disparó una mirada interrogante —. ¿No tienes mierda con la que lidiar? ¿Como convencer a Kie?—, preguntó. Para ese punto, sentía que solo estaba buscando detalles para decir algo.

      JJ se encogió de hombros —. John B se encargará de eso—, dijo —. Además, tiene a Pope—, pasó una mano por su cabello, y solo entonces Izzy notó los cortes en su rostro. Casi había olvidado que él había peleado con alguien que se rehusaba a decirle quién era. Se preguntó quién le había hecho eso, y entonces decidió que, si alguna vez lo descubría, los despediría de su trabajo. (Estaba casi segura que había sido un policía, a pesar de que él lo negara. Y si descubría que había sido un policía, aún lo despediría. Gente como esa no se merece estar en el poder.)

      Cuando aquellos pensamientos resurgieron en su mente, un fuego en sus venas cruzó todo su cuerpo. Pero no lo dejaría extenderse. Extinguió las llamas y se encontró buscando los ojos de JJ. Cuando el azul se encontró con el verde, el fuego ya no era más que la llama de una vela —. Bueno... está bien, puedes venir—, suspiró ella —. Pero... solo hasta el auto.

      JJ chasqueó la lengua —. Mierda, pero el cementerio es uno de mis lugares favoritos, honestamente—, bromeó, una pequeña sonrisa adornando su rostro. Miró el rostro de disgusto de Izzy, y soltó esta carcajada —. Estoy bromeando. La gente muerta son el estilo de Pope, de todas formas.

      —Claro—, murmuró Izzy. Le disparó una última mirada antes de girarse y comenzar a caminar hacia el auto con JJ detrás. Mojó sus labios y lo miró de reojo —. Entonces, ¿alguna idea de cómo van a convencer a Kie?

      JJ se encogió de hombros y pateó una roca en su camino —. Ni idea—, dijo, su voz suave —. Digo, necesitamos a Kie, ¿sabes? Pero... ustedes también son necesarias. Bueno. lo eres.

      Izzy soltó una risa seca, aunque sonó más como un resoplido —. Ventajas de estar relacionada a un billonario—, murmuró. La palabra billonario dejaba un mal gusto en su boca. No estaba segura por qué. Tal vez tenía que ver con el hecho que estaba ayudando a un grupo de adolescentes a encontrar un montón de oro que resolvería todos sus problemas cuando ella podría haberles dado dinero suficiente para toda su vida con solo un cheque. Pero no podía hacer eso... no realmente. Su papá no lo permitirá. Y siempre recaía en su padre y sus restricciones.

      — ¿Pero tú no vales como un millón o algo así?—, preguntó JJ abruptamente, apartando a Izzy de su reflexión.

      Un suspiro pesado escapó de los labios de ella al llegar al convertible y colocar una mano sobre la manija de la puerta. Pero no abrió la puerta, sino que dejó que su mano se deslizarse y se giró para enfrentar al chico —. Sí, supongo que sí... pero es solo por mi papá—, admitió, apoyándose contra el costado del convertible —. Es como la herencia o una mierda así. Digo, creo que es así. No sé los detalles realmente. No me importa mucho.

      —Huh...—, JJ vaciló, apoyándose contra el convertible. Su brazo casi rozaba a Izzy, y ella podía sentir el calor de su cuerpo radiando hasta el de ella, lo que hacía a su corazón latir en su pecho. Ignoró el sentimiento y lo escuchó cuando continuó —. Entonces, técnicamente, soy amigo de una celebridad.

      El ceño de Izzy se frunció y soltó un pequeño resoplido —. Uh, diablos no—, murmuró, su voz sorprendentemente amarga —. Nadie sabe quién soy. La única razón por la que me pueden encontrar en Internet es por mi papá. A nadie le importa. Sí, hay mucha gente en mi Instagram, pero no ves paparazis siguiéndome. No hay diferencia entre yo y todas las otras modelos de Instagram. Nadie me reconocería si estuviera caminando por la calle. Solo soy otro cuerpo editado para ellos.

      —No sé. Creo que yo te reconocería—, balbuceó JJ, su voz como miel y seda. Era reconfortante —. Eres difícil de olvidar.

      La rama de espinas alrededor del corazón de Izzy se desintegró y fue reemplazada por esta calidez. Izzy tragó con dificultad y lentamente levantó la cabeza, buscando su mirada... solo que él ya la estaba mirando. Calor instantáneamente se desplegó sobre sus mejillas.

      Izzy desvió la mirada y llevó una mano a su rostro, intentando ocultar sus mejillas sonrosadas —. Um, entonces—, inhaló cortamente y aclaró su garganta —, ¿por qué me diste la carta en verdad?—, Jesucristo, ¿por qué preguntó eso? Honestamente estaba cavando su propia tumba para este punto. Era patético... casi cómico.

      —Te dije que era más fácil—, explicó JJ, pero su voz salió plana. Estaba mintiendo. Izzy sabía que lo había estado haciendo la primera vez que intentó explicarse, y estaba decidida a descubrir la verdad. Además, ya había quedado como una tonta por hacer la pregunta en primer lugar, así que no iba a dejarlo así como así. Debía saber la verdad.

      —Corta la mierda, JJ—, ordenó Izzy con honestidad —. Sé cuándo la gente me miente—, volvió a mirarlo, pero está vez él no la estaba mirando.

      JJ tenía el ceño fruncido, y sus ojos estaban centrados en el suelo bajo sus pies. Por un segundo, ella creyó que él intentaría volver a mentirle o solo se iría. Pero hizo algo que la sorprendió más. Dijo la verdad —. Supongo que quería involucrarte—, murmuró, su voz apenas por sobre un susurró.

      Está bien, sí, dijo la verdad... o algo así, pero no tenía mucho sentido. Sino que parecía un chiste, uno a expensas de Izzy.

      — ¿Por qué?—, Izzy se encontró preguntando.

      JJ se encogió de hombros —. No lo sé—, respiró al girar la cabeza y encontrarse con la mirada de Izzy. Solo entonces la miró... realmente la miró. Observó dentro de sus ojos, y de repente era como si pudiera verla... a la de verdad. Y entonces, él le dio una pequeña sonrisa —. Solo... creo que eres cool. Supongo que quería verte más seguido... ¿tal vez? No sé si eso tiene sentido pero...

      La confusión golpeó a Izzy como una cachetada. Sí, tenía un hábito de buscar el significado detrás de las canciones, pero no tenía esperanza cuando se trataba de descifrar a las personas. Creía que podía leer a la gente fácilmente, pero JJ era diferente. Nunca sabía en qué estaba pensando. y tal vez eso se debía más a ella que a él. Pero sí sabía que él pensaba que ella era cool. Cool. Izzy Windsor era cool a los ojos de JJ, y eso la confundía más de lo que quería.

      — ¿Qué pasó con que me odiabas?—, soltó Izzy, finalmente encontrando su voz —. Dijiste, y cito, "el sentimiento es mutuo", así que... ya sabes—, simplemente no podía creer que el chico que aclamó odiarla desde el octavo grado de repente creía que era cool. Sí, técnicamente ya habían decidido que eran amigos o algo así ahora, pero eso no significa nada. La gente cambiaba de opinión todo el tiempo, especialmente cuando se trataba de ser alguien en la vida de Izzy Windsor. ¿Quién decía que él no se iría también? Todos los demás lo habían hecho.

      —Nunca te odié, Iz—, suspiró JJ, negando gentilmente con la cabeza —. Ni cerca.

      Izzy torció la cabeza ligeramente a un lado, y analizó su rostro —. ¿Entonces somos amigos? ¿De verdad? Digo, ¿hablas en serio?—, preguntó, su voz suave como la seda.

      Las esquinas de los labios de JJ se curvaron —. Sí, ¿por qué más lo diría?

      Izzy se encogió de hombros —. Tal vez por segundas intenciones.

      —No hay segundas intenciones—, murmuró JJ al codear a Izzy —. Yo solo... supongo que una parte de mí quería que te enteraras de esta mierda, y lo hiciste, así que...

      Izzy entrecerró los ojos —. Tengo la sensación que vas a sacrificarme a algún Dios—, murmuró, cruzando sus brazos por sobre su pecho.

      JJ soltó esta risa —. No se me ocurrió, pero buena idea—, remarcó, asintiendo —. Lo hablaré con los demás.

      —Mmm, muchas gracias—, balbuceó Izzy, su voz desbordando con sarcasmo. Rodó los ojos, pero no pudo evitar que una pequeña sonrisa se formara en su rostro —. Pero, ¿puedes mantenerlo ATP? Siempre quise tener el ataúd abierto, ¿sabes?

      JJ asintió e intentó contener su sonrisa entretenida, pero logró escapársele —. Es entendible—, dijo él —. Me asegúrate que sea hecho de una. Ahora, Pope pueda ser un poco más toquetón pero es porque va a ser un funerario, así que no te preocupes. Oh, y podríamos rellenarte como hacen con los animales. Sería divertido, ¿huh? Serías una momia moderna.

      Izzy no soltó otra palabra, solo lo miró con una sonrisa entretenida en su rostro. No sabía qué la había tomado, pero en un momento ella solo estaba sentada allí, sintiéndose como normalmente se sentía, y al siguiente tenía esta calidez extendiéndose por sus venas. Dejaba una sensación abrumadora mientras que una carcajada brotaba de su pecho. Ni siquiera intentó suprimirla cuando brotó de sus labios y la consumió. Tuvo que presionar una mano sobre su boca para contener la risa, pero aún así no paró.

      Y mientras Izzy seguía riendo, comenzó a sentirse como su versión de trece años una vez más, riendo mientras corría a través de su playa privada con JJ persiguiéndola. Eso fue tres años atrás. Tres años atrás, a Izzy le gustaba JJ. Le gustaba tal vez un poco más de lo que debería. Y entonces recordó cómo lo había besado todos esos años atrás, y él le había devuelto el beso. Pero eso era entonces; antes que el infierno se desatara, e Izzy se convirtiera en esto.

      Ahora, finalmente volvían a ser amigos. Solo amigos, y no serían nada más. Además, Izzy no quería que fueran algo más que eso. Le gustaba tres años atrás, pero no le gustaba ahora. Ya era muy tarde.

      Una vez que la risa de Izzy se disipó, una sonrisa cruzó el rostro de JJ —. Es bueno escucharte reír—, comentó, su voz dulce. Él era dulce. Tal vez siempre lo había sido.

      Ya era muy tarde, se recordó Izzy. No podían ser más que amigos, y no ella no quería que lo fueran. Forzó aquella idea a su cerebro, y se obligó a mirarlo a los ojos —. No te acostumbres—, fue todo lo que murmuró. Estaba demasiado envuelta en su mente como para conjurar una respuesta mejor.

      —No soñaría con ello—, dijo JJ al levantarse del convertible y colocarse de pie, caminando para colocarse frente a Izzy. Izzy inmediatamente enderezó su postura, pero mantuvo sus brazos cruzados sobre su pecho al observarlo. Él no parecía afectado por sus acciones; solo miró su rostro antes que sus ojos se desviaran hacia su cabello, y las esquinas de sus labios se curvaron —. Por cierto, te queda bien el corte.

      Izzy inmediatamente se ruborizó —. Oh, gracias—, balbuceó al llevar una mano para pasar entre su cabello casi blanco que ahora era corto —. Lo corté hoy temprano, después de que rompí con Rafe. Supuse que necesitaba un cambio. Yo, um, estoy dejando las cosas ir... supongo.

      Algo cruzó por los ojos de JJ, y su boca cayó ligeramente abierta —. ¿Rompiste con Rafe?—, preguntó, su voz afectada.

      Mierda. ¿Le dijo eso? Izzy alejó la sorpresa de sus propias palabras, e intentó simular que romper con su novio por un largo tiempo no era un gran asunto —. ¿Sí? ¿Por qué?—, cuestionó.

        JJ buscó en los ojos de Izzy por un momento demasiado largo. Parecía que estaba en guerra consigo mismo, intentando decidir sus próximas palabras con cuidado, o tal vez intentando descifrar si estaba atrapado en un sueño. De todas formas, pestañeó un segundo después y aclaró la garganta antes que una pequeña sonrisa (¿presumida?) tiró de sus labios —. No te preocupes por ello—, terminó diciendo —. Um, te dejo para que vayas a hacer lo que ibas a hacer. Pero, uh, te veré luego, ¿sí, princesa?—, apretó su brazo antes de darle una sonrisa fugaz y girarse para dirigirse de vuelta a la casa.

      —Nos vemos—, susurró Izzy, su voz demasiado bajo como para ser escuchada por el chico que ya estaba alejándose de ella. No sabía por qué la rama de espinas apretó su corazón, tirando con más fuerza a medida a JJ se alejaba más y más. Simplemente no lo sabía. No estaba segura de si quería descubrir el significado detrás, o la razón del por qué no parecía ser capaz de dejar de ruborizarse cuando JJ le guiñaba un ojo y la llamaba por ese apodo tan ridículo.

      Pero mientras Izzy observaba al chico regresar al porche, solo supo una cosa con seguridad. Estaba segura que JJ Maybank era el tipo de persona que escucharía una canción una y otra vez, intentando analizar el significado que guardaba. Su persistencia para quebrar las paredes que ella había levantado era suficiente evidencia. Y extrañamente, eso no hacía que Izzy se sintiera incómoda. Sino que la hacía sentirse menos sola.

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