Note los primeros indicios del celo de Hoseok por Lee Hoo, nuestro mayordomo; aunque todavía faltaba un día para que oficialmente iniciara el celo, él podía notar las feromonas emitidas por Hoseok, después de todo se trataba de un alfa en sus cuarenta, fértil y sin una pareja, e incluso aunque la tuviera, sólo los omegas se veían afectados por una mordedura, una vez mordidos otros alfas no podían reaccionar a su celo, aunque podían seguir sintiendo sus feromonas, el celo sólo afectaba a su pareja, y sólo su pareja podía calmar el calor dentro de ellos, esa era sólo una de las razones por la que los omegas preferían unirse a alfas. 

Regresando a Lee Hoo, el hombre actuaba poco común en su presencia: de forma más atenta, se le acercaba un poco más de lo normal, lo observaba cuando mi esposo no se daba cuenta e incluso sentí que buscaba cualquier excusa para estar cerca de él oliendo sus feromonas, supuse que debía encontrarlas deliciosas. Fue un momento en el que pude agradecer ser beta, odiaría estar como un perro moviendo la cola detrás de Hoseok y haciendo e todo por tener un poco de su atención.  

Si hubiera planeado quedarme viviendo en esta casa con Hoseok, tendría que despedirlo en algún momento, para evitar algún incidente, tampoco podía darme el lujo de solicitarle que se retirara esos días, el mayordomo era parte esencial para mantener el orden de la casa. Necesitaba de alguien que pudiera estar en casa incluso en los celos de Hoseok; pero no estaríamos aquí por mucho tiempo, no una vez que mi plan para castigarlo y quitarle esa actitud de mierda empezara. De todos modos, por la noche tuve que pedirle a Lee Hoo que se retirará de la casa. Él no pareció sorprendido por mi petición, alisto una maleta y lo lleve a uno de nuestros hoteles.

Él día en el que empezó el celo, no vi a Hoseok salir de su habitación, pero una de nuestras empleadas me aseguro que le había llevado las comidas a su habitación dejando la charola fuera de la puerta, tocando y luego retirándose para volver una hora después y descubrir que estaba vacío.

Me detuve fuera de la puerta de su habitación, pero no toque, apenas logre escuchar unos suspiros y gemidos provenientes de dentro, no quise imaginarme lo que él estaba haciendo ahí adentro, ni como lo estaba pasando, parecía estar sufriendo,  suplicando por algo, probablemente por una feromona alfa. Su voz hizo que mi cuerpo se erizara en excitación; sin embargo yo no planeaba entrar, tener intimidad con Hoseok, aunque fuera provocada por el celo, sería algo muy intimo, nos uniría demasiado, aunque fuera sólo por cumplir. No quería que mis sentimientos hacia él se vieran influenciados por el sexo, al menos no si quería lastimarlo y no sentir algún tipo de remordimiento.

Me di la vuelta sin siquiera tocar y me encerré en mi habitación. Me preguntaba si Hoseok estaba esperando por mí y ese pensamiento no me dejo descansar el resto de la noche. Cuando me di cuenta los días de celo habían terminado, pero Hoseok no me busco en ningún momento, ni suplico por mi ayuda así que intuí que todo estaba bien.

Me encontré con Hoseok en el comedor. Se veía bien, no parecía enojado por mi rechazo, de todos modos me senté con un poco de cautela preparándome para lo que fuera a decirme: siguió comiendo de forma normal, harto de un silencio incomodo tome la palabra primero:

—Perdona por no acompañarte, estuve ocupado trabajando —fue entonces cuando Hoseok se digno a verme, estaba comiendo una tostada, tenia una expresión divertida, cuando trago se echo a reír.

—No tienes que disculparte —dijo aun sonriendo—, de hecho cumpliste con mis expectativas. No estaba esperando por ti, sabia que no irías y actuaste justo como me lo imagine.

—¿Pero por qué creíste que no iría?

—Simple intuición, siempre he pensado que eres un cobarde —dijo como si fuera lo obvio, lo cual me indigno.

—Aunque quieras actuar duro conmigo, incluso cuando me has levantado la mano, nunca ha sido lo suficientemente fuerte para lastimar, incluso cuando me llamas la atención frente a tus empleados terminas más irritado tú, que yo actuando sumiso aparentemente obedeciéndote. Sinceramente Taehyung y no me lo tomes a mal, a la hora de la verdad, cuando de verdad necesitas actuar, te echas para atrás: así fue con Jimin, le prometiste el sol y la luna y al primer problema te fuiste, no pudiste impedir que tus padres te enviaran a china, no hiciste nada cuando te obligaron a casarte conmigo.

—Eso no es así. No fui contigo porque sinceramente no creo que sea capaz de excitarme con alguien como tú —quise lastimarlo, él sólo me miro con una ceja alzada.

—¿Estas seguro que no fue por que temes no poder complacerme?

Me levante del asiento harto de sus comentarios, apreté lo puños y decidí que ya no tenia hambre. Sin decir nada más, aunque había muchas cosas que quería gritarle, preferí irme. Ya no hablaría más, le mostraría con hechos mi venganza por hacer que entregara a Jimin a los brazos de otro hombre.

Unas semanas más tarde, Jackson se comunico conmigo, me hablo de sus avances con Jimin, me dijo que tuvieron algunas citas, primero Jimin fue renuente, no quería abrir sus sentimientos, era poco activo en sus reuniones, conversaba poco y actuaba bastante tímido, pero actualmente se abrió un poco más y ha aceptado su propuesta. Tendrían una fiesta de compromiso en una semana en el hotel Emporio. Jackson me extendió la invitación por cortesía pero por su tono de voz, pude notar que realmente no me quería ahí, con ellos. Tal vez temía que Jimin cambiara de opinión o que yo hiciera una escena de celos en pleno evento.

Trate de sonar tranquilo cuando le dije que me alegraba por él y por Jimin, pero era una mentira, estaba molesto, ya no estaba triste, simplemente a este punto del partido sólo posea sentir rabia, remordimiento, enojo, cosas feas. Quería romper cosas, gritar, tomar alcohol, perderme del mundo. No hice nada de eso, me encerré en la oficina que era de mi padre y que poco a poco adapte a mi gusto y me puse a leer. Leí por horas y al final me percate que nada de lo que había leído se había quedado en mi memoria. Me levante y camine por la casa.

En medio de la sala, estaba Hoseok observando atentamente una foto del muro de los recuerdos, como a mi padre omega le gustaba llamarlo, habían fotografías de eventos que considerábamos importantes. La graduación de Namjoon era uno de ellos y su foto colgaba en una esquina del muro. Mantenía una expresión melancólica, tal vez, efectivamente como Jimin me había dicho una vez. Hoseok si tenia sentimientos por Namjoon.

Hoseok noto mi presencia y sin mirar a verme, se alejo rápidamente subiendo las escaleras hasta el segundo piso.