Único
Mikey estaba sentado en un bonito taburete tapizado de color negro con diseño minimalista, la barra era larga y estaba llena de personas desconocidas, que probablemente no llegaria a conocer nunca, era bar de lujo, ¿cómo logró entrar ahí a pesar que no tenia los recursos? (Que, ustedes creían que tener un taller de motos en conjunto con otras dos personas deja una gran ganancia, pues no, esas cosas se hacen por amor al oficio mas que por dinero) Bueno regresando al tema, todos habían ido a celebrar el compromiso de Emma y Draken, entraron gracias a que aparentemente el novio de Baji trabajaba ahí además de ser el mejor amigo del dueño, así es, lograron entrar ahí gracias al maldito nepotismo, pero dejemos eso de lado. Mikey hubiera tenido una velada hermosa entre amigos y familia de no ser porque era el único soltero del lugar (Kazutora no cuenta), Emma y Draken se estaban tragando, Wakasa y Shinichiro estaban bailando al igual que Izana y Kakucho, otro que tambien bailaban eran Souta y Rindou, Baji y Kazutora corrieron a otra lado porque querian ver a "Chifuyu" (Al parecer así se llamaba el novio de Baji), Ran y Nahoya estaban teniendo una competencia de bebida (ellos podian llegar a ser de las parejas mas competitivas que llegarias a conocer ), Pah y Peh no pudieron ir y Mikey solo, sumido en su solteria mientras era atendido por un bartender rubio bastante callado, definitivamente no era el tipo de barman para dar consejos.
No supo cuando ó el porque pero de pronto el bartender cambió, ahora era un chico de piel ligeramente bronceada, ojos océano y cabello azabache rizado, su rostro era jodidamente atractivo, cosa que provoco a Mikey tragar saliva mientras trataba de no ahogarse con ella, su vista se movió al torso del chico (era lo unico que podia ver gracias a la alta barra) tenía una cadera delgada al igual que sus hombros, sus claviculas se veían un poco gracias a que el cuello de la camisa estaba ligeramente abierto, se veia tan, tan delicioso, el cuello delgado con una que otro lunar y en su clavicula se divisaban pequeñas pecas, ahora si Mikey se ahogo con su saliva provocando que tosiera, incluso tosiendo su vista no se despego ni un centimetro del joven, la camisa negra ajustada le quedaba tan bien, mientras que el pequeño BD (Black Dragons como se llamaba el bar) resalataba en color platinado en su pecho.
— ¿Se encuentra bien? — Preguntó el bartender después de terminar su ataque de tos, Mikey creyo escuchar la voz de un ángel, su voz no era suave pero si encantadora, le quedaba a la perfeccion pues solo lo hacia resaltar aún más. — ¿Quiére otra bebida?
— Si por favor. — Esa fue la única oracion medio entendible que logro armar, claro que después recordo que no hizo un pedido, su vista regreso al bartender el cual esperaba pacientemente que hiciera su pedido. — Un Mai Tai por favor. — El chico asintió sonriendo, sonrisa que dejo cegado a Mikey, sera que cuando le rogo a Buda que le diera un novio guapo ¿lo escucho?, por primera vez agradecía que Emma lo obligara a ir al templo a las de la mañana en año nuevo. Su vista continuo en bartender, el cual se movía gracialmente mientras mezaclaba la bebida, era tan flexible, fue todo lo que paso por la cabeza de Manjirō, quien cuando notó sus propios mal pensamientos nego con la cabeza trantando de borrarlos.
— Aquí tiene. — Le entrego el vaso de vidrio decorado con una cereza y una rebanada de naranja, pero si somos sinceros en ese instante se le antojaba mas el bartender que el cóctel, pero no lo demostró.
— Gracias. — Sonrio ligeramente Sano mientras le daba un sorbo a la bebida, ahora tenia que hacer conversación, si ese el plan de Mikey para obtener el numero del bonito bartender. — ¿Muchos clientes? — Exacto, así con naturalidad. — Sano Manjirō, pero puedes decirme Mikey. — Se presento extendiendo la mano, la cual el bartender tomo riendo, su mano era suave con ligeros callos en las yemas que le produjeron emocionarse cuando la soltó.
— Un placer Mikey, me creería si le digo que es una noche tranquila. — Rio el joven, risa que quemo las pocas (casi inexistentes) neuronas de Manjirō. — La mayoría está muy tranquila, otras noches esto es una locura, de no ser porque es exclusivo todo seria peor. — Acepto el chico mientras veía a todos los presentes en su rango de vista.
— Vaya entonces estas feliz de que las personas pobres como yo no podamos entrar. — Intento bromear, error, noto claramente como el bartender se incomodaba. — Bromeó, el dueño del lugar tiene derecho de poner sus reglas. — Bebio otro trago para no golpear su cara contra la barra, gracias al cielo el chico se calmo, se veía mas natural.
— Si, supongo, es cómodo trabajar así. — La actitud relajada del chico fue como una entrada para Mikey, estaba listo para pedir el número.
— Bueno, sonare fatal pero, ¿Me darías tu número?— Su voz era natural (al menos eso intento), las mejillas del bartender se sonrojaron, el color cereza que las adornaban provoco que Mikey volviera a tragar, ¡¿cómo diablos podía existir alguien tan lindo en el mundo?!
— Tal vez. — Respondió mientras jugaba con el trapo de usaba para secar los vasos. — Si adivinas mi nombre te lo dare ¿Qué te parece? — Los ojos océano se veían nerviosos y algo cohibidos, el corazón del rubio se acelero.
— Bueno. — Sin tardar comenzó a buscar el gafete del chico, si no se equivocaba el anterior tenia un gafete, cosa que no encontró en el bonito azabache.
— Si buscas mi gafete lo olvide en casa hoy. — Se río el chico. Mikey quería sentirse ofendido pero quien podria ofenderse después de escuchar tal risa adorable.
— Tramposo. — Murmuro haciendo un puchero el cual solo provoco mas risas del azabache.
— Puedes adivinar, anda intentalo. — Animo mientras sus manos hacian ademanes raros, ¿por amor a los cielos ese chico podia ser mas lindo? — Si logras adivinar solo cuales solo la primera letra te daré el número. — Sus mejillas se llenaron de un bonito color cereza. Al parecer si podía ser mas lindo.
— A, B, C, D.. — Iba continuar hablando pero una negación junto con una carcajada provoco que se detuviera.
— Eso no cuenta. — Murmullo mientras sus labios formaban un puchero.
— Bien, bien, entonces ¿por qué no te quedas y bebes algo conmigo? — Su intento de coqueteo era tan increíble como los que uso Shinichiro con las veinte chicas que lo rechazaron.
— No puedo, si me voy no me pagan el día. — Su gesto se volvio triste. — Incluso si soy el, bueno, cercano al dueño me descuentan si me voy.
— Entiendo, ¿eres cercano al dueño? — Sus dudas crecieron pero al menos encontró algo para alargar la conversación.
— Es complicado. — Suspiró. — El dueño es el encargado de los cócteles, los diseños, que se hace y que no, pero la administracion financiera fue delegada totalemente a otra persona. — Sonrió irónico. — El dueño, es, bueno, algo tonto manejando dinero asi que le dejo la administración a un amigo cercano que es muy bueno en ella.
— Entiendo, solo una persona verdaderamente inteligente elegiría esa opción. — La mirada del bartender se movio entrañada. — Una persona orgullosa se hubiera hecho cargo de la administración incluso si sabe que esa no es su área, pero alguien verdaderamente inteligente tomaria la mejor opción para el negocio. — Tomo su bebida sin notar como los ojos océano se iluminaban.
— Seguramente se pondrá muy feliz si se lo dicen. — Susurro trantando de aguntar su alegría, que Mikey no noto. — ¿Qué te parece que yo invite el siguiente trago. — Sus sonrisa brillaba aún más.— Mientras tú sigues intentado adivinar.
Mikey asintió. No supo cuanto tiempo paso ó cuantos tragos tomo esa noche, solo sabía que sin lugar a dudas el bartender era tan bonito, esa noche hablaron tanto, lástima que Manjirō no recordara cuando acabo.
Mikey despertó en su cama, su ropa era la misma que uso el dia anterior, cuando recordo que no logro conseguir el numero del bonito bartender quiso golpearse contra la pared, ¿deberia pedirle ayuda a Baji para colarse otra vez? Suspiro y salio de su cuarto abatido para tomar algo para la poca resaca que tenía. Al llegar a la sala se encontró a Baji sentado tomando café.
— Buenos dias. — Saludó el de ojos castaños. — Takemichi te manda esto. — Lanzo un papel en su dirección.
— ¿Takemichi? — Preguntó mientras abria el papel, el cual tenía una serie de números escritos, Mikey no lo entendio del todo.
— Si ayer, Takemichi es el bartender que te atendio, claro que es su pasatiempo, él es el dueño de Black Dragons. — Río mientras le cambiaba a la televisión con el control remoto.
Los ojos de Mikey se abrieron un segundo para después correr a su cuarto, donde busco su teléfono y registro el número sin dudarlo, al parecer su bonito bartender tenía mas cosas pata descubrir, tarareo alegre mientras escribia un mensaje que sin dudar presionó enviar al terminar.
Tenía unas ganas locas de escribir un Takemichi bartender XD
Se imaginan ir a un bar y que te atienda un Takemichi en uniforme ajustado mientras prepara tu bebida.
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