20
Tocó varias veces la puerta, hasta que salió la mujer que podía sacarle una sonrisa con solo un puchero; la abuela de Geonhak.
—Gunminnie... Pasa, pasa quería verte. Y quería preguntarte sobre algo— se apartó de la puerta para poder dejarle el paso libre al chico quien llevaba una cajita que parecía tener algo muy delicioso dentro, claro hecho por él mismo. — ¿Estás bien?
—¿Estoy bien?— la sonrisa de GunMin paso a ser una muy nerviosa mirando el interior de la casa como la primera vez que había ido.— Claro que si. ¿Porque me pregunta eso?
—Mi niño Youngjo, me contó sobre ti. Y mi Geonhakkie se molestó con él, no quiere salir de su habitación pienso que todavía está enfermo y no se cómo hacerle para que salga. Por cierto tu sabías que mi Geonhakkie hablo con el niño malo que te hirió
—¿Ah?— se giro tan rápido escucho aquello. El se había creído el malestar de Geonhak, ¿Estaba mejor cuando GunMin se fue como para peliar? — Abuela, creó que iré arriba y hablaré con Geonhak
Volvió a llamar hacia la puerta cuando no escucho ningún ruido por parte del chico que estaba en el interior de la habitación.
— ¡Geonhak! ¡Soy yo! ¡GunMin!
La sonrisa de SeoHo no tardó en aparecer cuando cruzó mirada con él más robusto. Su cuerpo hizo un movimiento muy brusco al momento que fue jalado la cuerpo de Kim, sus mejillas se sonrojaron de forma tenue sin verse tan notorio.
El aroma que desprendía el cuerpo de Geonhak eran muy dulce, y muy fuerte. Un nuevo aroma para el chico más bajo. Su mirada bajo rápido al cuello del otro chico, subió así hasta llegar a los ojos del moreno quien solo miraba hacia el frente. Cerró la puerta de golpe cuando se alejaron
— Perdón, mi abuela comenzó a comportarse de una forma muy rara y la verdad ahora solo prefiero evitar ese tema—. Volvió a su cama cubriéndose con las cobijas, tampoco quería tocar el tema de Keonhee; desconocía la situación emocional del otro chico, pero se aseguraría de que no tuviera malos momentos.
— ¿Porque hablaste con ellos? —. Caminó hasta sentarse a un lado del chico, aún manteniendo sus pies en el suelo, miró la pequeña caja, la cual llevaba postres de él y los cuales una a regalar al chico más lindo que haya visto; Keonhee.
— ¿Enserio quieres hablar sobre eso?
El más delgado negó en un movimiento que reflejaba dolor interno, apretó sus labios tratando de sonreír y apartar esos pensamientos negativos.
— Te traje postres. Pensaba tirarlos, pero a pesar de todo eres muy lindo—. Sonrió estirando la cajita hacia el mueble de noche que estaba a un lado de la cama de Geonhak
Su cuerpo se tenso cuando sintió unos brazos recorrer su cintura recibiendo un abrazo del más robusto. Sus brazos eran tan confortables que hicieron su corazón más sencible comenzando a llorar con un desespero muy evidente. Se giro de tal forma que pudiera corresponderle aquel abrazo al moreno.
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—Yo se que puedo trabajar en eso, y no me costaría nada levantarme todos los días sería algo que me gusta— Youngjo miró al frente cuando paseaba por los pasillos con Seonghwa. Uno de sus compañeros. Un chico muy bajo pasó por su vista caminando hacia los baños— Y cuando algo me gusta estoy dispuesto a conseguirlo, te veré más tarde
Apresuró su paso a los baños entrando después del más bajo quien ya se había metido a un cubículo. No tardó en salir, cuando salió miró rápidamente al chico que estaba enfrente de la puerta evitando que alguien entrada o saliera.
—¿Otra vez tú?— Murmuró en un noto más burlón. Humedecio sus manos para después aplicarse un poco de jabón líquido
—Así es. Vi a un chico muy lindo cruzar y decidí correr a él. ¿No puedo?— comenzó a acercarse al más bajo quien solo mantenía una sonrisa sarcástica
— Aléjate. No creas que por ser más bajo no puedo defenderme por pervertidos como tú.
Su corazón le dió un vuelco cuando vio al chico más alto detrás suyo con ayuda del reflejo que proporcionaba el espejo.
— Dije que te alejes. O juro que te golpeó
— Quiero verlo. — desde que había conocido al chico le había encantado su personalidad de pequeño tratando de ser alguien más autoritario. Pasó sus manos sobre sus caderas del más bajo girándolo para poder ver su rostro más de cerca; se inclinó poco a poco hacia el cuerpo de Hwanwoong quien solo quería maldecirse por tener jabón sobre sus manos y no poder hacer nada.
Un momento de tensión entre ambos se formó. Haciendo que sus labios de Yeo se volvieran nerviosos ante la cercanía del más alto, de forma inconciente y torpe cerró sus ojos esperando los labios del otro. El cual no no decepcionó del todo, juntó sus labios de forma inesperada haciendo un dulce momento entre ellos. Hwanwoong tenía ese deseo por tocar al más alto, así que pasó sus manos sobre las mejillas de Kim haciendo que diera un leve salto por lo frío que estaban.
Terminó alejándose al recordar que era jabón, dejando atónito al más bajo.
—Te dije que no podías—. Sonrió pasando su mano por los cabellos de Yeo para revolverlos y así irse.
Hwanwoong no estaba listo para esto. Quería que fuera especial, pero ese chico lleno de fantasías le había arruinado el momento. Está vez se encargaría de no dejarle toda la tarea de buscar al otro a Kim.
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