13.
— Leedo. ¿Podemos ir a comer arroz?, Sabes que ese lugar a donde fuimos hace un mes era muy bueno. Y los empleados, bueno eso es otra cosa. — Youngjo golpeó la punta del lápiz contra la libreta. Nuevamente había esperado a su compañero y amigo para poder irse de la escuela juntos.
Geonhak había sido encargado por el consejo estudiantil en hacer un diseño para unos bolantes. El aniversario de la escuela estaba por acercarse y él según su compañera Wheein era un chico bastante talentoso para hacer ese tipo de cosas, también había ido con Youngjo pero este se negó por completo al saber que no iba a obtener nada por su trabajo.
— ¿Podrías callarte un poco?, Necesito acabar este diseño. — Volvió a trazar aquella línea que había borrado más de 10 veces haciendo que este se frustrara.
— Que odioso. — Su vista vagó por la ventana que daba directo al patio donde estaban las canchas de básquetbol. Notó como la silueta de GunMin corría para cruzar este, mantuvo su mirada fija en el más bajo hasta que salió de la escuela. — Por que GunMin se habrá quedado acá después que todos salieran. ¿No es extraño eso?.
La mirada de Geonhak se levantó rápidamente al escuchar el nombre del cocinero de repostería.
— ¿De que hablas? ¿Lo viste?. — Cerró rápido sus cosas para guardarlas en su maleta y colocarla segundos después. Youngjo imitó sus acciones mientras asentía. Ambos terminaron evacuando la escuela; desconocían el camino que habia tomado GunMin. Así que solo trataron de seguir su camino a casa del más robusto.
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— ¡Keonhee!. — Detuvo sus pasos cuando vio al mencionado esperándolo fuera de la dulceria que había dicho, corrió inmediatamente a él. — ¿Te llegó mi mensaje?.
El más alto asintio sacando su celular para ver la prueba. GunMin había cito citado por Moon Byulyi quien era presidenta del consejo estudiantil. Sabía que el chico era capaz de hacer un espectáculo especial para el aniversario, incluso le había pedido hacer un discurso; era el mejor de su clase. Así que, que se podía hacer.
GunMin termino aceptando. Un millón de ideas pasaron por su mente al ser contactado, haría un concurso. Ese día solo debía ser festejado y todo mundo debería solo divertirse y él haría eso.
— Entonces. Vamos. — Sonrió cuando el mayor tomó su delicada mano.
El hueco que llevaba su estómago parecía ser sustituido por miles de mariposas revoloteando, golpeando las paredes de este.
Sus mejillas se tornaron de un color rojizo, y sus ojos habían hecho líneas rectas. Su sonrisa era muy evidente.
— ¿Querías decirme algo, no?. —
El corazón de Lee había hecho un salto tan inesperado dejando hasta sus orejas rojas.
Debía pensar bien lo que iba a decir. Podía solo decirle "Me gustas, ¿Puedes corresponderme?" O solo un: "El beso nunca debió haber pasado".
— ¿Porque me correspondiste el beso?. — La voz del chico parecía ser un poco más baja de lo normal. Aunque sabía que le gustaba al menor, algo en él seguía dudando acerca de sus sentimientos.
— Ya te dije. Me gustas, perdí las formalidades contigo desde hace meses, es tonto que no lo hayas notado. — Sonrió mirando al más pálido. Hizo una mueca cuando al notar los pucheros discretos de SeoHo. — ¿Dije algo malo? ¿Te incomode?
Aquellos pucheros no eran otra cosas que emociones revueltas. Hasta el momento Keonhee era el único chico que hacía palpitar el corazón de SeoHo de forma rápida.
— N-no, es solo que acabo de recordar que tengo pendiente con la abuela de Kim. ¿Podrías llevarme hasta ahí?.
— ¿Geonhak?. ¿Porque confías tanto en él. Creo que no lo conoces tan bien, no me da buena espina.
SeoHo se apresuro a cambiar sus gestos a unos de confusión. Si el alto no conocía a Leedo no podía juzgar su personalidad.
— ¿Qué?. —
Ambos se detuvieron ante aquella pregunta tan dolida.
— ¿Por qué lo juzgas?. Ni siquiera lo conoces, no creo que hayan mantenido una conversación estable, no sabes cómo es él. Ha hecho muchas cosas por mi. — No había sentido cuando el alto había soltado su mano al escuchar como defendía con puño a Geonhak. — Me ayudó a conseguir aquellos cursos para hacerte postres ricos. Me está ayudando con una materia. Y me brinda su amistad. ¿Cómo puedes hablar mal de él si no lo conoces?.
Caminó hasta la casa de Geonhak cuando Keonhee solo hizo una reverencia y termino por irse a su casa dejando en medio de la calle a GunMin.
Golpeó su cabeza por varios segundos, cómo pudo haberle hablado así al menor. Sintió la mirada del alto cuando terminó de decir aquellas palabras, era un completo imbécil. Pero no estaba arrepentido de defender a su amigo.
Llamó la puerta varias veces hasta que salió el amigo de Kim.
— Oh. GunMin, pasa. — Sonrió dulcemente dejando la puerta libre para que el más bajo la cerrará cuando entrara.
Caminó hasta la sala donde por lo regular se encontraba Geonhak. Estaba concentrado en una hoja color amarillo claro. Era muy tenue ese color; era lindo. Los trazos que habían sobre ese papel eran unos diseños con dibujos muy lindos, tiernos y con sentimientos, la mirada de cada personaje tenía dolor en estás.
— ¿Qué es eso?. — Preguntó el más bajo de los tres dejando su mochila y llendo hasta donde estaba el más robusto, se incó hasta poder estar a la estatura del chico que estaba sentado en la alfombra de la sala.
El mayor levantó la mirada al chico que se había acercado a él de forma tan inesperada, su aroma había sido tan suave. Dulce; fue lo primero que se le vino a la mente. Ambos cruzaron miradas; sin embargo se escuchó un carraspeo por parte del intruso: Youngjo.
— Te diré que es. Resulta que nuestra Sunbae le pidió a Geonhak hacer un tipo de boletin para el aniversario de la escuela. Y él no se logra concentrar ha hecho diseños muy asquerosos....
— ¿Qué?. — El mismo tono que había pasado cuando defendió a Kim de Keonhee se volvió a escuchar en la sala. Tomó el boletín que el moreno tenía en sus manos. — ¿Esto es asqueroso?, ¿Acaso ya has visto en el espejo?. Geonhak hace cosas muy lindas, no seas grosero~
— GunMin. Está bien. — Habló rápidamente el robusto risueño. — Youngjo y yo. Nos llevamos así desde que nos conocimos. Pero gracias por defenderme.
Las mejillas de SeoHo se volvieron a calentar por la vergüenza que había ganado. Debía dejar de pensar que todos estaban en contra de Geonhak y ser un poco más conciente.
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