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Capítulo 8: Motivo para Celebrar.


Katsuki miró la lujuria en los ojos del pecoso, quien al parecer se había encariñado mucho con su grande polla, y la verdad eso no le molestaba en lo absoluto.

Al alfa no dijo nada, solamente miró como su pantalón fue abierto y bajado un poco para liberar su miembro, la polla de Katsuki se estaba endureciendo a estar en las cálidas manos del pecoso.

—Es tan grande.~- Izuku alabó mientras tenía la polla del rubio en sus manos, la venuda extensión se iba endureciendo cada vez más y más venas se miraban sobresalientes.

"Es hora de poner en práctica lo aprendido"

Pensó internamente mientras sacaba la lengua y daba una pequeña lamida en la punta rosada de la polla, sintió en su boca el sabor agridulce del líquido pre-seminal y casi ronrroneó por ello, tenía un sabor ligeramente parecido a su aroma, además ese olor viril proveniente de la polla era delicioso también.

Izuku pasó su lengua por todo el miembro, desde la punta hasta la base, de ahí pasó a la bolas, el pecoso se animó al escuchar un gruñido de satisfacción que salió del alfa.

El pecoso podía sentir como su propio lubricante salia de su entrada mezclado con semen de antes, pensar en eso solo lo hizo calentar más. Izuku abrió la boca y chupó la piel sensible del escroto con algo de fuerza.

La polla en su mano dió un pequeño brinco poniéndose aún más dura, el pre-semen caliente goteaba sin parar de la cabeza de gallo rosa, el pecoso pasó su lengua por medio de las bolas y subió hasta la punta otra vez, tomando todo el líquido agridulce que tenía untado.

Katsuki por su parte no sabía que los omegas podían hacer eso, siempre se complacía a él mismo cuando estaba en celo, pero solo usaba su mano para masturbarse. Pero allí estaba, con su Omega entre las piernas haciéndole la mamada de su puta vida.

El rubio abrió los ojos ligeramente cuando sintió un calor envolverlo por completo, pues el Omega estaba metiendo su polla en la boca y masturbaba la base al mismo tiempo.

—M-maldición.- Katsuki gruñó teniendo un impulso de tomar al omega por sus cabellos y empujarlo había abajo para que tuviera toda su erección en la boca, pero no lo hizo, quería saber qué era lo que podía hacer sin ayuda.

—Katsuki~- el pecoso gimoteó cuando sacó la extensión de su boca, estiró la piel de la polla hacia abajo liberando por completo la rosada punta de gallo, la metió en su boca y la empezó a chupar con algo de fuerza.

En las clases, Nemuri siempre le había dicho que nunca usara sus dientes al hacerlo, pero, eso no significaba que no podía usar sus dientes en alguna otra parte.

—Alfa~- Izuku frotó su mejilla contra la polla del rubio como si fuera un gatito,  abrió los labios dejando ver sus pequeños colmillos y los rozó por las venas sobresalientes, eso hizo erizar al alfa y le sacó un jadeó.

—¡P-puta mierda!- Katsuki exclamó mientras un escalofrío recorrió su espalda, sintió la lengua del peli-verde pasar por donde había rozado sus colmillos antes,  y su respiración se volvió a estancar en sus pulmones cuando sintió nuevamente como el pecoso metió su miembro en la boca.

Pero ésta vez, el pecoso bajó, bajó y bajó, bajó hasta que la nariz tocó sus bellos púbicos que descansaban en la base de su polla.  Katsuki se sintió en su límite, sabía que no iba aguantar mucho más, y menos con todas esas cosas placenteras que le estaba haciendo el pecoso.

El alfa tomó al Omega de los cabellos con ambas manos, empezando un ritmo de embestidas contra su boca caliente, Izuku volteó sus ojos hacia arriba, las lágrimas no tardaron en bañar sus mejillas y sintió como su excitación creció aún más.

Sentía que se iba correr en cualquier momento si le seguían embistiendo la boca de esa forma, no pasó mucho para que Katsuki parara con las embestidas, en la última metió profundamente su miembro en la boca del Omega hasta llegar a la garganta, dejó allí que toda su semilla saliera. 

Izuku sintió el semen de su alfa llenar su garganta e hizo todo lo posible por tragarlo. Cuando Katsuki sacó su polla, algunos hilos de semen se resbalaban de la boca pecosa, aunque Izuku usó sus manos para tratar de recoger todo lo posible para llevarlo a su boca y terminarlo de comer.

—Mierda, eso fue increíble.- Katsuki jadeó con su respiración agitada, fue una de las mejores corridas que había tenido, pero aún le quedaba energías para más, y al parecer Izuku también tenía energías

El Omega se quitó la ropa, sacó su ropa interior llena de sus fluidos y la tiró al suelo junto con la otra, acomodándose en la cama boca abajo, con sus piernas abiertas y trasero alzado.

—Alfa por favor, lléname con tu polla, Katsuki.- el pecoso chilló moviendo sus caderas de lado a lado.

Dando una perfecta presentación a su alfa, su entrada húmeda y brillante, rastros de semen y lubricante en sus muslos.

Eso hizo que la medio erección del rubio se volviera a erguir como un mástil.

—Jodidamente bueno.- Katsuki no perdió tiempo y fue acomodarse atrás del pecoso, debía darle a su Omega lo que quería y debía ser rápido.

El alfa alineó su polla contra el delicioso agujero rosa del pecoso y entró en el de una sola estocada. Izuku arqueó su espalda y apretó las sábanas debajo de sus manos, al mismo tiempo soltó un gemido quebrado y fuerte por la intromisión repentina.

Sin embargo, no pudo reponerse ni un poco, pues Katsuki empezó a embestir de manera inmediata, fuerte y rápida, metía toda la polla en su interior dando sin mucho esfuerzo en su próstata.

Un coro de gemidos un poco ahogados se escuchó en la habitación, y el pecoso dió gracias que las paredes fueran gruesas. No podría ver a sus padres a los ojos si se llegaba a enterar que le llegaron escuchar.

—¡Ka-kastuki,... Ahí!- el pecoso trataba de mantenerse firme en ese puesto, y no ser empujado hacia delante por la fuerza del alfa, mantenía sus codos enterrados en el colchón.

Katsuki por su parte, mantenía al pecoso sostenido por las caderas con fuerza, sus dedos enterrados en la suave piel pálida y su pelvis chocando contra sus glúteos.
Con cada golpe que daba veía como la parte trasera del Omega se sacudía, con ese tono rosado que lo hacía ver apetitoso, quería dejarle un par de mordidas allí, pero sería después.

—¡Ah~... K-kacchan... Estoy por...!~- Izuku sentía su liberación cerca, más bien debía felicitarse, había aguantado mucho pues tenía ganas de correrse desde que el rubio invadió su boca.

Katsuki lo sabía, sabía que el pecoso estaba por venirse al sentir como apretaba su polla cada vez más, además de que sus gemidos era más incoherentes y quebrados.

El rubio se inclinó sobre el Omega y pegó su boca al cuello pecoso, pasando su lengua por su hombro y después sobre la marca que había en la glándula del aroma, dejó que sus colmillos crecieran antes de encajarlos allí nuevamente.

Izuku gimió fuertemente mientras eyaculaba, la sobre mordida fue como su punto de quiebre y lo llevó a su liberación. Katsuki gimió ronco dejando que su semen saliera, llenando el interior del Omega, además de que su nudo se hinchó enterrándose dentro del pecoso.

El pecoso se sentía bien, cansado pero bien, su cuerpo aún temblaba y su interior se sentía lleno y caliente, nada mejor que eso. Izuku sintió como el alfa lo tomaba de la cintura y le acomodaba en la cama con cuidado, debía serlo si no lo quería lastimar con su nudo.

—Mi Omega, buen omega.- Katsuki comenzó a mimarlo dándole elogios y besos en el cuello, de ves en cuando lamía su marca para quitar el rastro de sangre que tenía.

El pecoso solo ronrroneó complacido, su Omega interior se regocijaba y movía su cola alegremente sintiéndose feliz.
Izuku sintió como la mano del rubio iba a su vientre y frotaba allí con cariño, sonrió con ternura, aparentemente no Katsuki estaba ansioso por saber si ya estaba en cinta.

—Kacchan, necesitamos un baño, estoy sudado y pegajoso.- Izuku tomó la mano del rubio y la llevó cerca de su rostro para frotarse en ella y darle suaves besos.

—Bien Deku, pero por lo menos deja que mi nudo baje.- Katsuki comentó con malicia mientras movía un poco sus caderas haciendo que al Omega suspirar mas de una vez.

—Kacchan pervertido.- gruñó el Omega haciendo un puchero con su rostro sonrojado, a una parte suya le gustaba lo caliente que era su alfa, la otra se avergonzaba de sobre manera.

Katsuki solo sonrió con morbo, dejó varios besos más en el cuello del pecoso pensando en que quizás, se podrían divertir otra vez en el estanque de agua que estaba en la habitación pequeña, además tenía que encargarse de limpiar un poco el interior de su Omega sí no quería otro accidente en la mañana.

(...)

Era una linda mañana en la ciudad de Kamino, el sol salía sin impedimento  de ninguna nube en el cielo.

Izuku se removió en su suave cama sintiendo un brazo en su cintura,  volteó para ver al dueño del brazo y se encontró con el alfa de cabellos rubio completamente dormido. El pecoso sonrió y se apegó más a él, colocando su cabeza en el pecho del mayor.

Estaba demasiado cómodo como para querer levantarse, pero claro, el nunca podría detener los labores de los demás. Además tampoco era como si le dejarán dormir hasta tarde.
Unos golpes en la puerta de su habitación le hizo arrugar el entre cejo.

—¿Joven amo?, Es hora de levantarse, sus padres les esperan para desayunar y despedirse de los jóvenes bárbaros.- la voz de Ochako le hizo sacar un gemido de inconformidad,  Katsuki a su lado se empezó a mover y despertar.

—En un momento vamos.- informó el pecoso haciendo que la Omega dieran un asentimiento y se fuera.

Izuku alzó la vista encontrándose con un par de ojos rubí, que le miraban de manera fija, el agarre del alfa se afirmó más, y una mano del rubio bajó por su espalda hasta llegar a su trasero, sacó un pequeño chillido del omega cuando empezó apretar sus afelpados glúteos.

—¡Kacchan!- Izuku chilló completamente avergonzado.

¡¿Es que ese alfa no podía mantener sus manos quietas ni a la hora de despertar!?

Se preguntó internamente el pecoso, no entendía como era que el rubio podía ser tan pervertido de esa forma.

—Esto es mío Deku, y yo puedo agarrarlo cada vez que se me dé la gana.-  Katsuki dijo acercando su rostro al cuello del pecoso para besarlo y dejarle algunas marcas.

"¡¿En donde quedó el alfa lindo y gentil que había deseado!?, ¡Éste solo era una bestia hambrienta, con sed de sudor y fluidos olorosos!"

No sabía si los dioses le habían castigado por pedir demasiado, o quizás la señorita Nemuri le había echado una maldición por no querer estar en sus clases y hacerla esperar.

De todas maneras iba a tener una charla con ella, tendría que averiguar si de verdad ella era la causante de sus desgracias.

—¡K-kacchan por favor!, Tenemos que salir para comer y despedirnos que tus amigos, no le hagamos esperar.- Izuku le dió un par de golpes al rubio para que se quitará de encima, pero lo único que consiguió fue otra cosa.— ¿¡Acaso estás ronrroneando!?

Katsuki no le respondió y solo siguió con lo suyo, apretaba con fuerza el trasero del Omega y bajaba hasta sus muslos gruesos para seguir apretando, le encantaba la sensación de esa suaves piel entre sus dedos callosos.

Izuku era todo lo contrario a su persona y lo sabía, mientras él era fuerte lleno de cicatrices y tosco con su piel algo áspera, el omega era más bajo delgado con una piel impecable, pálida llena de pecas y muy suave. Sinceramente le encantaba eso, pues era como un tesoro al cual quería proteger.

—Mío.- Katsuki dejó un último beso en el cuello del omega antes de separarse, sabía que debía mandar un mensaje a su madre, así que aunque quisiera o no, debía ver a los cabezas huecas de sus compañeros.— vamos a ver a los idiotas pues.

Gruñó sin mucho ánimo, lo más que quería era estar con su Omega en ese nido gigante, pero eso no sería posible por el momento, sin embargo cuando estuvieran en su aldea si lo mantendría en su nido, siempre calentito y lleno de su semilla, también, lo mantendría lleno de sus cachorros.

Izuku se cambió la bata de dormir que tenía por su traje verde favorito, todo bajo la mirada del rubio quien no le dejó espacio para hacerlo con tranquilidad, según él "ya había visto todo".

Y si lo había echo, pero era algo completamente diferente, pues en ese momento no estaba segado por su excitación, ni nada por el estilo, y aunque le dió un poco de vergüenza, terminó de arreglarse rápido, Katsuki solo se puso un pantalón y sus collares que había dejado en el suelo. 

Ambos salieron por los pasillos al comedor, los demás ya estaban allí, su padrastro Yagi, hablaba con los bárbaros, preguntándoles cómo eran las cosas en las montañas.

—¿Entonces ustedes crían lobos para que los ayuden con la caza?- preguntó el mayor con genuino interés sobre el tema, esa mañana habían aparecido unos tres lobos en la puerta de su mansión, y estuvo apunto de mandar atacarlos, si no fuera porque uno de los bárbaros salió y los acarició como si solo fueran algunos mascotas.

—¡Oh sí, ellos son muy obedientes y protegen a nuestros otros animales de la aldea y por lo rápidos nos ayudan a capturar venados grandes!- Mina habló alegremente, a ella le encantaban los lobos, eran buenos compañeros de caza y amigos.

—Buenos días.- Izuku interrumpió tímidamente la plática y fue a tomar asiento al lado de su madre, Inko también parecía inmersa en las historias de los bárbaros sobre la vida salvaje.

—Buenos días, hijo.- saludó la mayor mientras le daba una sonrisa, Yagi también le dió los buenos días y le sonrió ligeramente, se miraba muy interesado en la charla con los jóvenes salvajes.

Katsuki tomó asiento al lado del pecoso como lo había echo anteriormente, miró como los demás también estaban allí y hablaban alegremente, la verdad se alegraba un poco también, pues ellos eran buenos chicos a pesar de ser tan desastrosos y le gustaba saber que se llevaban bien con la familia de su Omega.

_Oí bakubro, éste lugar es genial, el lugar en donde me dejaron dormir había un enorme nido muy suave.- Kirishima, que estaba el frente del alfa rubio, habló alegremente con una sonrisa filosa, Katsuki por su parte, solo chasqueó la lengua.

El rubio sabía que su Omega estaba acostumbrado a esa clase de lujos, por eso, cuando volvieran iba a buscar muchas pieles muy suaves para ponerlas en su nido y hacerlo mucho más grande y acogedor, como un gran alfa, debía darle solo lo mejor de lo mejor a su pareja.

—Perdonen la tardanza, aquí está la comida.- Ochako apareció en el lugar interrumpiendo la conversación y dando paso a los demás sirvientes con la comida en carritos.

Uno a uno fueron poniendo su porción, además de colocar un poco más en el centro de la gran mesa para el que quisiera comer más. La comida era una deliciosa ensalada de huevos con un jamón y aliños fritos, además de los panes tostados con mantequilla, leche o jugo de naranja al gusto que quien quisiera tomar. Además de algunas frutas frescas para el que quisiera comer después.

Además de un poco de avena con canela en polvo rociado por encima. Todo olía delicioso y caliente, siendo acabado de hacer. Yagi no era tan ostentoso y no le gustaba hacer mucha comida refinada, a él le gustaba mucho cómodas simples, pero exquisitas, además a los dos peli-verdes les gustaba así.

—¡Ésto huele increíble!- Mina fue la primera en hablar olfateando con gusto el aroma que soltaba su plato, Sero tomaba un poco de la leche, mientras que Kirishima ya estaba empezando a poner huevo sobre el pan para comer.

—Disfruten lo que quieran, son nuestro invitados.- el alfa de ojos azules habló cortésmente mientras el también se disponía a comer.

La mesa se convirtió en una especie de batalla campal en cuestión de minutos, Inko y Yagi miraban con una expresión algo desaprobadora a los salvajes e Izuku, el trataba de no reírse, todo tenían los mismos modales que el alfa rubio ceniza.

—¡Oye Sero esa es mi leche!- Sero había quedado al lado de Kirishima, y el alfa de cabellos negros se terminó la leche de su vaso antes de comer por completo y lo cambió por el de Kirishima que apenas lo había tocado.

Mina ponía con su mano más huevo revuelto sobre su pan tostado y con mucha mantequilla derretida para comerlo. Y si era Katsuki, mejor no era hablar de él, pues hasta tenía sus dedos untado de avena.

Izuku de verdad no quería reírse, aunque la situación era muy divertida, pero sabía que sus padres le iban a mirar feo si se reía de sus invitados, pues no era de buenas educación.

Aunque la mirada divertida que tenía lo delataba completamente, así que por lo menos mantenía su boca llena para no decir nada o poderse reír.

—¡Sero, le dejaste caer leche a mis huevos!- el pecoso, quien estaba tomando un poco de su jugo de naranja casi lo escupe al escuchar lo que había dicho Kirishima, de verdad no quería reírse pero ellos se lo ponían muy díficil.

—¿Te encuentras bien, Deku?- preguntó el rubio al ver como el pecoso empezó a toser a causa de haberse atragantado con el jugo de naranja, y la tos empeoró cuando le miró al rostro.

Por su parte, Izuku pensaba en si decirle o no a Katsuki que tenía sus mejillas llenas de avena, tratar de aguantar la risa en ese punto le era complicado, así la simulaba un poco al toser con un pañito sobre la boca.

—S-sí, estoy bien Kacchan.- el pecoso dijo no muy convincente.— oye Kacchan, tu rostro tiene avena por todas partes.

Izuku murmuró haciendo que el rubio frunciera el entre cejo, Katsuki pasó su dedo índice por sus mejillas recogiendo la avena untada en ella y después se lo metió a la boca. Inko dejó salir un pequeño jadeó de disgusto al ver la acción y al Omega pecoso ya le dolía la panza de aguantar tanto.

—Y-ya quedaron limpias...- Izuku podía decir con seguridad que ese desayuno había sido uno de los más ruidosos y también más alegre que haya tenido.

Después de la comida, Mina y Sero se despidieron y se perdieron entre el bosque, los lobos se fueron con ellos. Kirishima se había quedado para "acompañar", al alfa rubio, aunque Katsuki aseguraba que era solo porque tenía miedo de que Mitsuki le diera una golpiza también.

Izuku no sabía si todos los problemas que tenían los de la aldea del rubio las arreglaban a golpes.

El Omega tuvo que volver a sus clases, y aunque no los iba a necesitar mucho la verdad, de todas formas era mejor un poco más de conocimiento. Katsuki y Kirishima fueron llevados por Iida al área de entrenamiento para ver cómo eran sus movimientos de "pelea", solo rogaba a los dioses que Katsuki no fuera a partirle un hueso a alguien.   

Conocía un poco al alfa rubio como para saber que era capaz de hacerlo, esa mañana le tocaba reponer las clases de Nemuri, aunque moría de vergüenza tenía que tomarlas y la verdad, ya no las miraba tan malas, ahora hasta podría poner en práctica lo que aprendiese allí.

—¡Izu!, ¡Escuché que ya tienes alfa, y por tu aroma puedo saber qué es totalmente cierto!- exclamó la mayor alegremente y corrió para darle un abrazo.— ¡Entonces, ¿Algo de lo que te enseñé sirvió de algo!?

Nemuri preguntó sin vergüenza algunas, haciendo que el Omega se pusiera rojo como una fresa, aunque, izuku asintió levemente jugando con los dedos de sus manos tímidamente.

—¡Que alegría, no quiero detalles, sé que no te gusta hablar de eso, además es algo que solo se sabe en la intimidad de la pareja, pero me alegra saber que has puesto en práctica algo de lo que te enseño, estoy orgullosa!- Nemuri volvió abrazar al pecoso mientras se revolvía un poco el cabello, su felicidad era genuina, la Omega se sentía como una hermana mayor viendo a su hermanito florecer completamente en la vida.

—Hum, ¿Podemos empezar con la que clase?, Quiero terminar rápido con lo de hoy para ir a ver a Kacchan con los entrenamientos de los caballeros.- Izuku pidió haciendo que la mayor sonriera en grande.

—¡No te preocupes Izu, ésta lección será rápida para que puedas ir con tu alfa, pero debes prestar buena atención!- exclamó la de cabellos oscuros y el pecoso asintió no muy convencido.

(...)

Mina iba saltando por encima de los arbustos, Sero iba un poco más atrás que ella con un rostro algo preocupado.
En parte porque tenía miedo de que Mitsuki se molestará con él por no traer a su hijo de vuelta, la alfa mayor era igual de terrorífica que su hijo.

—¡Vamos Sero!, Quita la cara larga.- Mina se volteó ligeramente hacia el alfa sin dejar de juguetear.— ¡Debemos de estar feliz por nuestro amigo, al fin encontró a alguien a quien amar!, Aunque sinceramente yo también pensé que no tenía corazón... O un lado lindo.

—No es que no esté feliz.- dijo Sero entre risas.— pero lo que me preocupa es la reacción de la aldea cuando volvamos sin el, estoy seguro que Mitsuki se puede enojar con nosotros.

Mina estuvo pensativa un momento, en cierto modo Sero tenía razón, pero no por eso debían bajar sus ánimos, pues estaba segura que a Mitsuki le iba agradar la noticia.

—¡Mitsuki se pondrá muy contenta!, Estoy segura que Masaru incluso empezará hacer las cunas para los cachorros.- Mina siempre miraba el lado positivo de las cosas, ella era un rayo de sol, siempre brillante y eso era algo que Sero admiraba.

Después de dos días de viaje y casi sin descanso, pudieron llegar a su hogar, el lugar era enorme, al pie de una gran montaña, el valle era un poco curvo hacia abajo, rodeado de mucho árboles grande en el límite de los cultivos.

—Hogar dulce hogar.- Mina estiró sus brazos por encima de su cabeza, la bolsa en su espalda ya le pesaba demasiado, pero aún tenía que llegar a su cabaña en donde le estaba esperando Jirou.

—¡Son Sero y Mina!- alguien exclamó en alguna parte y no pasó mucho para que toda la aldea fuera hasta donde estaban ello, Mina corrió hacia los brazos de su pareja y enterró la casa en su cuello.

Sero por su parte, abrazó con cariño a su tierno Ojiro. Todos les hacían muchísimas preguntas y Denki también le comenzó a preguntar en donde está su pareja de cabellos rojos, aunque todos callaron al sentir el aroma dominante a alfa.

—¡Al fin que aparecen!, ¿¡En donde está Katsuki y Kirishima que no los veo por ninguna parte!?- la rubia preguntó mirando a los lados sin encontrar nada y después miró a los alfas con el ceño fruncido.— ¡Respondan!

Rugió ella mostrando un poco sus colmillos, la verdad era que Katsuki y su madre eran muy parecidos en su temperamento, aunque eso no significaba que fueran malos líderes, solo que un poco enojones.

—Bueno, verás, Kirishima se quedó con Katsuki, y su hijo no vendrá hasta dentro de un par de meses.- informó la peli-rosa quien fue la que dio el primer paso.— el la madre del Omega de Katsuki está en cinta y pronto va a nacer el cachorro, así que él quiso pasar su última etapa con ella y ver a su hermanito antes de venirse para acá.

Todo el lugar quedó en completo silencio y Mitsuki gruñó.

—¿¡Como que dos me...!? Espera, ¿Dijiste que mi mocoso tiene un Omega?- un pequeño jadeó colectivo de los demás se escuchó, esa si era una noticia sorprendente.

—Asi es, incluso ya lo marcó, por eso no vendrá pronto, quiso cumplir con la petición de su Omega al quedarse esos dos últimos meses para ver a su hermano que está por nacer.- todos estaban asombrados, pues no sé escuchaba todo los días que su próximo líder estaba con un Omega o que cumplía una petición de éstos.

—¡Ésto es increíble, hay que empezar a preparar una bienvenida para ellos!, ¡Masaru ve buscando la vieja cuna de nuestro mocoso!- Mitsuki exclamó sonriendo de oreja a oreja, y miró a su Omega quien se limpiaba unas lágrimas de alegría, tal parece que su hijo no moriría virgen.

(...)

Wenas noches UwU

Kajdalsjjad, no va a pasar mucho para que éste fic termine también, no hay nada de drama solo problemas tontos y comedia xDxD jahsjajsajsj

Espero que les haya gustado, hasta la próxima, no olviden su voto.

Zaorycast. ✨✨

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