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Capítulo 1: Clases y Baile.

Las aves empezaban su canción apenas salía el sol, la brisa de la mañana movía con lentitud las hojas de los árboles.

Los suaves rayos del sol  se friltaban de manera perezosa entre las cortinas,  y un peli-verde dormilón se removía entre sus suaves sábanas.

Unos toques en la puerta de su habitación le hicieron despertar por completo.

—¿Joven amo?,  Ya es hora de levantarse, recuerde que a primera hora tiene clases con la señorita Nemuri.- la voz de Ochako sonó al otro lado de la puerta.

Izuku solo se sentó en su cama con pereza y se estiró.

—¡Un momento!- exclamó mientras daba un bostezo.

¿Que si tenía ganas de ir con Nemuri para sus clases?

No, absolutamente, no.

Cualquier cosa menos esas horripilantes clases de educación sexual, después de todo era un Omega y tenía que estar listo para cuando, "estuviera con un alfa"

Era de todo, y si, TODO.

¡Por todo lo santo del mundo!

¿¡Que le importaba a él sobre cómo hacer una estúpida mamada, o de cual era una buena posición o lo que sea!?

Estaba harto de eso, además de que le daba mucha vergüenza.

Se tomó todo su tiempo del mundo para darse un baño y cambiarse, no importaba si se tardaba una hora, de todas formas recibía las clases en la biblioteca de la mansión.

Su "padre" había dicho que era mejor que estudiara en "casa" -si es que casa se le podría decir a una mansión que era casi el tamaño de su antigua granja-, para que fuera mas cómodo.

Pero no era que odiara las clases, las adoraba, a todas menos a las de educación sexual. Tenía profesor para controlar su aroma, de historia, profesor de geografía y muchas otros.

Tenía casi veintiún años,  y había llegado a la mansión desde los quince, normalmente sus primeras clases fueron de etiquetas y demás, pero ahora como era mayor tenía que tener más profundidad en otros temas.

Aunque Nemuri le había dicho que esas clases eran algo completamente normal, todos los aprendían al ser mayores, incluso los alfas, ellos tenían también que aprender a como complacerse y complacer a su pareja.

Cuando salió listo de su habitación se encontró con Ochako, ella lo miraba con una ceja alzada y media sonrisa, sabía que odiaba esas clases.

—Solo retrasas lo inevitable, joven amo.- ella le dijo y sintió un escalofrío en su espalda.

—Lo sé.- Izuku respondió en un susurro al final.

El "joven amo" era algo que le decían desde el momento en que llegó, y aunque trató de que dejarán de decirle así desde un principio fue inútil. Aún le incómodaba, pero al menos era más tolerable.

Su comida fue servida en el comedor principal, allí estaba su madre terminando el suyo, fue hasta ella y le dió un pequeño beso en una de sus mejillas, con cuidado de no molestar su panza de siete meses.

—Buenos días mamá.- saludó antes de sentarse al lado suyo para empezar a comer.

—Buenos días.- Inko sonrió mientras seguimos a con su labor de comer.— ya deberías de estar con la señorita Nemuri, ¿No?

Izuku sudó frío y asintió.

—Si bueno, me levanté un poco tarde.- mintió a medias, miró su plato y siguió comiendo sin mirar a la Omega mayor.

Inko por suerte no le dijo más nada, pero de todas formas lo miró de manera reprobatoria, a ella no le gustaba que Izuku hiciera esperar a sus maestros.

Después de la comida fue hasta la biblioteca, allí estaba Nemuri Kayama, una Omega atractiva y joven, de cuerpo envidiable, de cabellos largos y oscuros igual que sus ojos.

—¡Al fin apareces!- exclamó ella con notoria molestía al verlo entrar.— ¡De ésta no te escapas, ahora como castigo te enseñaré a como llegar a un orgasmo con solo estimular tu próstata!

Dijo la Omega con una sonrisa de malicia mientras mostraba un libro con "detalladas ilustraciones", e Izuku se arrepintió de haberla hecho esperar.

"Tierra, por favor tragame."

Si, odiaba sus clases sexual.

Cuando terminó la clase, que era casi al medio día, salió de la biblioteca con el rostro rojo y los ojos desenfocados.

Nunca jamás en su vida volvería hacer esperar a Nemuri, además ella disfrutaba de su sufrimiento, lo sabía.

Antes del almuerzo salió a los establos, le gustaba pasar tiempo allí para distraerse y estar con los hermosos caballos que habían en el lugar.

Su favorito era manchas, un potro sano, fuerte y tranquilo, era de color chocolate con manchas negras, de ahí su nombre.

Se escabulló de "sus niñeras" para llegar al establo, bueno, no lo eran, pero parecían serlo, siempre estaban con él en todas partes, podrían ser un poco sofocante la verdad, aveces necesitaba un tiempo a solas.

Cuando estuvo allí pasó directamente hasta el puesto de manchas, el potro solo comía tranquilo su comida de paja, el caballo al verlo se le acercó dejándose mimar por el.

—Hola, ¿Disfrutas de tu día?- Izuku le habló con cariño al potro mientras acariciaba su frente.— el mío no ha sido muy bueno, la maestra Nemuri me castigó por hacerla esperar, puede ser terrorífica.

El animal solo relinchó haciendo reír al pecoso, decir que a Izuku no le gustaban los animales era una completa mentira, creció en una granja rodeado de ellos, ¿Como no le iban a gustar?

No había nada mejor para Izuku que ir con los animales cada vez que estaba aburrido o tenía un mal día. Aunque no podía pasar mucho tiempo con ellos.

Siempre estaba ocupado con algo, sus clases y demás, además de que no le permitían tampoco pasar mucho allí.

"Joven amo, no debe ensuciarse"

"Joven amo, los animales son sucios"

Todo era, "joven amo no puede aquello, no puede ésto"

Aún después de estar años en ese lugar no se acostumbraba a los tratos que recibía, no era una muñeca de porcelana para que lo mantuvieran en una jarra de cristal.

No podía quejarse del todo, tenía muchas cosas que antes no. Por ejemplo los libros, antes apenas tendría uno o dos, ahora la biblioteca que había en la mansión era totalmente suya, su "padre" se la regaló para que leyera a su antojo, le gustó mucho ese regalo, allí supo que Yagi era alguien que estaba atento a los demás, y su madre nunca se quejaba de él.

Pero aún con todo lo que tenía no podía evitar sentirse algo solo, aunque era tonto, pues tenía a su madre, a su padrastro y las que siempre le cuidaban, Ochako, Toru e Iida eran buenos amigos.

No pasaba últimamente con su madre ya que ella estaba en cinta y por eso tenía que pasar más tiempo con su padrastro, pero antes tampoco pasaba demasiado con ella, siempre estaba viajando con Yagi de todas formas, ahora Yagi pasaba más tiempo en la mansión por el embarazo de su madre, el alfa estaba muy emocionado por su cachorro, después de intentarlo cinco años al fin Inko había quedado embarazada.

La felicidad de Yagi era enorme y no descuidaba a la peli-verde ni un segundo.

El caballo relinchó de nuevo sacándolo de sus pensamientos, le sonrió y siguió acariciando su cabeza, tenía ganas de montarlo, pero ahora no tenía tiempo.

—¡Joven amo!- la voz de Toru sonó desde la entrada del establo y suspiró, se estaba tardando.

Dejó al caballo, no sin antes darle un poco más de caricias, y se dirigió a la salida. Toru iba hacia él cuando ya estaba por salir.

—Sabia que estabas aquí, el señor Yagi y la señora Inko le están esperando para comer.- la beta le informó con una sonrisa, asintió en respuesta y fue caminando al comedor.

Allí estaban sus padres charlando de manera tranquila mientras le esperaban, cuando entró al salón ellos detuvieron su plática y le miraron.

—¿Estabas en los establos de nuevo?- el alfa rubio preguntó mientras le daba un sorbo a su vino.

—Sí, quise ir un momento allí antes de comer.- Izuku tomó asiento al lado de su madre.

La charla durante el almuerzo se dió a lo que se hizo ese día, Izuku se llevó un pequeño sermón por parte del alfa al hacer esperar a su maestra Nemuri. El pecoso solo prometió no volverlo hacer, después la plática se dirigió a la espera del cachorro, no sabían si era niño o niña, pero a Yagi le daba igual y lo iba querer no importaba lo que fuera.

Eso le parecía tierno, internamente admiraba la relación de su madre con su padrastro, ella tenía razón en decirle que era un buen alfa.

Esperaba encontrar un alfa así, fuerte, bueno, dulce y gentil.

—El día de hoy recibí tres propuestas.- y pensando en el rey de Roma.

—¿Tres propuestas?- preguntó su madre al oír al rubio.

—Así es, los Todoroki, los Yaoyorozu, y los Chisaki.- habló Yagi animado por eso también, las tres familias eran de la alta nobleza y además cercanos a la suya, buenos pretendientes para su hijastro.— ellos están invitados a la ceremonia que se dará pasado mañana, quizás alguno te llamé la atención.

—Pero no los conozco.- respondió el pecoso hablando sincero, algunas veces había visto a esas familias, pero solo ah sido por momentos, y nunca ah convivido con ellos.

—Por eso hacer esa ceremonia, allí serán presentados y además podrás convivir con ellos, no estoy diciendo que elijas uno como pareja ese mismo día.- Yagi calmó las dudas del pecoso, quien suspiró aliviado.

El tema de buscar una pareja había salido a la luz poco después de cumplir sus veinte, no podía quejarse o negarse, ya estaba en la edad de buscar una pareja, además por suerte Yagi le había dado rienda suelta a escojer a quien quisiera.

El mismo Yagi había elegido como su pareja a una simple granjera, el no iba a casar a su hijastro por arreglo y menos si era con alguien a quien el pecoso no quería.

Así que sí, Izuku podría elegir hasta el que limpiaba las calles en la ciudad, pero eso tampoco podía tener libertinaje, pues Yagi tenía enemigos, por eso las personas que se acercaban al Omega debían ser de confianza, esa era otra razón por la cual no podía salir solo a la ciudad.  Siempre que salía Iida iba con el, además de sus damas de compañía.

Después de almorzar fue de vuelta a la biblioteca, allí ya le esperaba su profesor de literatura,  Aizawa Shota, un beta con mal carácter, curiosamente también era su profesor de geografía.

A él si no era buena idea hacerlo esperar, saludó y fue de inmediato a su escritorio esperando a que el mayor comenzará con la clase.

—Bien, joven Izuku, espero que haya leído el libro que le dejé la clase pasada.- el beta tomó su libro y los abrió para empezar, Izuku solo pasó saliva y asintió, deseó en ese momento no equivocarse en ningún párrafo o Aizawa lo haría volver al principio.

(...)

Dos días después, ya se estaba preparando para la ceremonia, a Yagi no le gustaba hacer muchas de esas en la mansión, la mayoría eran obligatorias, más que una ceremonia era un baile, solo los de la alta sociedad asistían, y Yagi hablaba con ellos de sus asociaciones y futuros proyectos.

Izuku suspiró y se miró en el enorme espejo que estaba al frente suyo, el reflejo mostraba como él estaba de pie con los brazos alzados mientras Ochako terminaba de arreglar su elegante vestuario, era un hermoso traje con chaleco, la camisa blanca y el chaleco de color verde oscuro con botones dorados, sus guantes en las manos también tenían un borde dorado.

Sus pantalones eran verde más oscuro que su chaleco, y sus zapatillas negras, no estaba mal, el traje echo a medida resaltaba su figura de Omega.

—¿Estas nervioso,  listo para conocer a tu alma gemela?- la Omega de cabellos castaños le preguntó bromeando cuando terminó de arreglar su ropa.

Izuku se pasó una  mano por su chaleco, que aún con el guante en su mano podía sentir la suavidad de éste.

—Siendo sincero, no sé cómo debería sentirme.- las fiestas de esa manera se habían vuelto algo habitual en su vida, aunque ahora la única diferencia sería el tratar de buscar una posible pareja.

Debería estar más emocionado por eso, ¿No?

Entonces, ¿Por qué no lo estaba?

Sentía que esa ceremonia sería como todas las otras, aburrida, monótona, y solo miraría como los demás hablarían de sus negocios. Nada especial.

Sólo tendría que convivir con los tres alfas que le enviaron a Yagi la carta. Pero no era como si no hubiera echo algo parecido antes, pues siempre que iba a esas fiestas alguien se le acercaba, y trataba de entablar una conversación con el.  

—¡Vamos anímate, piensa en que puedas ser flechado por alguno de ellos, o por lo menos disfruta de la noche!- la Omega trató de animarle, aunque la animada era ella.

A Ochako le gustaban esas fiestas, además de que ella iba a ellas como su acompañante, y cuando tenía un rato libre se iba con Iida a bailar un rato.

—Trataré.- Izuku le dió una sonrisa haciéndole saber que de verdad iba a tratar de disfrutar de la noche.

—¡Bien, es hora de irnos joven amo, los invitados están por llegar!- la Omega exclamó para tomarlo del brazo y jalar de el para llevarlo hacia afuera.

Izuku solo rió por el entusiasmo de la castaña y se dejó hacer. Salieron de la habitación y fueron por los pasillos hasta llegar al gran salón en donde se daría el baile, Izuku se separó de la castaña y se sentó en una de las enormes sillas que estaba justo por encima de todo, desde allí podía ver todo.

Desde las mesas llenas de aperitivos y bebidas, hasta la enorme puerta  que daba la entrada del lugar, en medio del salón había un gigante candelabro que daba una buena iluminación al salón.

Izuku vió como su madre llegaba a su lado, sentándose en otra de las sillas, ella se miraba algo agobiada, tampoco le gustaban mucho esas fiestas, pero al ser la pareja de el señor Yagi era algo casi obligatorio que asistiera a ellas.

—¿Emocionado, cariño?- le preguntó la mayor sonriéndole y el pecoso asintió.

—¡Si lo estoy, será entretenido!- le mintió descaradamente para no hacerla sentir mal,   Izuku sabía que no era un buen hijo por hacer eso, pero no quería que su madre embarazada se preocupara por cosas sin sentido.

Inko asintió con entusiasmo y miró como los invitados empezaron a llegar, poco a poco cada vez se iba llenando más el salón, Yagi les daba la bienvenida y ellos después saludaban a los que estaban en la sillas.

—Señora Inko, señor Izuku. Ellos son los nobles Yaoyorozu, y ella es la hija primogénita, Momo Yaoyorozu.- Iida le presentó a los padres de la alfa que estaba un poco al frente de ellos.

"Es una chica"

Ciertamente no se esperaba eso, ella era hermosa, su cabello negro brillante estaba recogiendo en una cola de caballo, con algunos adornos, su flequillo al lado de su rostro.

El vestido rojl que tenía puesto resaltaba su figura curvilínea, y los pechos de la alfa parecía que fuera a reventar en algún momento dentro de su escote.

—Encantada de conocerlo en persona al fin, Izuku.- saludó ella de forma elegante y le dió una pequeña reverencia, eso sonrojó al pecoso.

—Para mi también es todo un gusto conocerla, señorita Momo.- Izuku le sonrió de forma cariñosa, la acción hizo que a la alfa le cubriera un ligero sonrojo.

De verdad que el Omega era alguien lindo, inocente y tierno. Esos fueron los pensamientos de la alfa de cabellos negros, siempre había oído hablar a sus padres del Omega, pero nunca le había podido ver bien o hablar directamente con el.

—Si me permite el atrevimiento, quisiera ser su primera pareja para el primer baile.- pidió ella esperando la respuesta, Izuku miró a su madre un momento y ella asintió dando una sonrisa para darle valor.

Izuku nunca había bailado con nadie, siempre había asistido a las fiestas, pero no había salido a bailar, más bien, nadie tenía permitido hacerlo, pues según las tradiciones que tenían en ese lugar, las únicas personas que le podrían pedir una pieza de baile serían sus cortejantes. 

—Claro que sí.- aceptó mirando como el rostro de la alfa se iluminaba.

Momo sabía que tenía una oportunidad para conocer más al Omega y darle una buena impresión de ella, estaba entusiasmada con la idea.

—Será todo un honor para mí.- Momo dió otra pequeña reverencia antes de alejarse junto a sus padres para saludar a los demás.

—Lo hiciste bien,- felicitó el padre de la alfa.— no eches a perder ésta oportunidad.

Momo asintió sabiendo eso ya, si le daba alguna mala impresión al Omega éste no querría volver a verla sería algo malo, estaba segura que su padre se enojaría mucho con ella si eso llegara a pasar.

—Es una chica guapa, y se que es muy dulce.- Inko dijo mirando a su hijo con ojos esperanzados.

El pecoso asintió, era la primera vez que hablaba con un alfa que fuera mujer, aunque no pudo apreciar bien su aroma, suponía que podría olerla una vez tuvieran su baile pues, si no le gustaba su aroma no podría emparejarse, ya que no eran compatibles. Es un problema.

—Ahora le presento a la familia marqués, Chisaki, el primogénito Kai Chisaki.- Iida presentó a dos personas, uno era muy mayor y tenía el cabello blanco, y el otro el cual era su hijo, tenía el cabello marrón y los ojos de color miel.

Izuku se sintió intimidado por esa mirada, era intensa, más de lo que quería.

—Es un gusto conocerlo, señor Izuku.- izuku vió como el Alfa le hacía una pequeña reverencia y tenía en el rostro una sonrisa ladina.

—E-es un gusto también.- Izuku se maldijo internamente cuando su voz salió temblorosa.

Pudo ver como su madre arrugó un poco el entrecejo mirándolo de forma antenta, y curiosa.

—Me gustaría que me permitiera aunque sea una pieza de baile, cuando termine con la de Yaoyozuru claro.- pidió el alfa de manera amable y el pecoso asintió ligeramente aturdido.

—Claro.- Izuku le sonrió de forma amable, aunque no era su sonrisa más brillante, pareció bastar y los alfas se alejaron despidiéndose.

No era bueno juzgar a las personas por su apariencia, quizás se lleve bien con ese alfa, quien sabe.

—¿Pasó algo con él?- preguntó su madre de forma baja, e Izuku negó.

—Solo, me sentí un poco intimidado, es un alfa después de todo.-  trató de minimizar las cosas, aunque no era tan importante la verdad.

—Se ve que es alguien muy serio.- Inko dijo colocando una mano en su mentón, en su gustos siempre había elegido a alguien con un rostro más alegre, pero no se iba a meter en los gustos de su hijo.

—Sí, tienes razón.- Izuku rió por lo bajo mueca que tenía su madre.

—Ahora están aquí los nobles, Todoroki, con el hijo menor, Shoto Todoroki.- Iida volvió hablar llamándoles la atención, las tres personas al frente los conocía un poco mejor que a los demás.

Enji Todoroki, ese alfa siempre le había dado un poco de miedo, siempre estaba mostrando su dominancia y cada vez que estaba con su padrastro en alguna junta, el alfa soltaba su aroma tratando de dominar el espacio y sobrepasar al de Yagi.

La Omega esposa del alfa era más tranquila, muy callada, solo hablaba si le hablaban y se limitaba a dar solo una ligera sonrisa. En cambio a Shoto, pocas veces había estado en el mismo espacio que él, pero le recordaba bien, también era alguien silencioso, su cabello bicolor, blanco y rojo, era llamativo, aunque no sabía con que se había echo la cicatriz que tenía en un lado de su cara, debajo del cabello rojo para ser sincero.

—Es un placer verle nuevamente, Izuku.- saludó el alfa dando una suave reverencia.

Shoto no le intimidaba tanto como Chisaki, pero el alfa se miraba sin expresión, y un poco aburrido, seguro que no quería estar allí.

—El gusto es mío, Shoto.- le devolvió el saludo y le sonrió amable, el alfa solo se limitó a dar un asentimiento con la cabeza.

—Si me permite, me gustaría que me diera la oportunidad de bailar con usted, aunque sea una pieza.- con la voz tan monótona que usó pareció como si la petición fuera solo un discurso ensayado.

Izuku se sintió un poco incómodo con la mirada que le dió el alfa de cabellos rojos a su hijo, sonrió tratando de suavizar el ambiente algo tenso que se había formado y asintió. 

—Claro, sería un gusto.- Izuku pudo ver qué por un momento Enji volvió a respirar, y Shoto arrugó de forma leve el entre cejo.

Después que ellos se fueron Izuku suspiró profundamente tratando de calmarse un poco, vió como su madre tenía el ceño fruncido, y miraba por donde se había ido la familia Todoroki.

—No sé porqué, pero él siempre me dió mala espina.- comentó de forma baja para que el pudiera escuchar. 

Izuki asintió dándole la razón, y pusieron su mejor rostro cuando Yagi se acercó a ellos, el también parecía un poco agobiado por todo, pero mantenía su sonrisa cálida.

—¿Se la pasan bien, estás cansada Inko?- preguntó cariñosamente a la Omega, Inko solo se sonrió y negó.

—Estoy bien.- afirmó ella y Yagi asintió.

Después de otras cosas más pasaron al tan ansiado baile. Izuku caminó hasta el centro con elegancia y esperó a que la alfa Momo fuera por el para tomar su mano, la de cabellos negros era quien guiaba al menor en la pieza.

—La velada está tranquila, ¿Verdad?- trató ella de entablar la conversación, e Izuku asintió con una sonrisa divertida.

—Lo está, pero es como todas las demás.- contestó el pecoso con sinceridad, y la alfa rió por lo bajo en acuerdo.

—Llegan a ser un poco aburrido, pero es tradicional para socializar y hablar de futuros proyectos.- Momo rió dando un suspiro lleno de pesadez, a ella también le parecían muy aburridas esas fiestas.

—Tienes razón.- afirmó el pecoso, y siguieron conversado dando ya la mitad de esa música, el Omega dejó salir un poco su aroma al igual que la alfa, debían ver las reacciones de cada uno por el.

El aroma de Momo era denso, pero no insoportable, olía a lluvia, un bosque lluvioso, muy húmedo lleno de arboles frondosos.

Izuku vió como la alfa arrugaba su nariz, incluso tosió un poco, pero se tapó la boca al hacerlo para no ser descortés.

—Lo siento.- el pecoso se disculpó.
Eso avergonzó al Omega y bajó su intensidad, no sabía que podría pasar algo como eso.— ¿Te parece desagradable?

Preguntó apenado, la alfa sonrió incómoda sin saber cómo responder exactamente, Momo no se imaginó que algo así podría ocurrir.

—Lamentablemente creo que no somos compatibles.- murmuró bajito la mayor, e Izuku asintió entendiendo.

—Sí, tu aroma me parece muy denso, pero no es desagradable la verdad.- Izuku le dijo a la alfa y ella asintió, de verdad no eran compatibles en el aroma.— espero que podamos seguir siendo amigos.

Momo asintió felizmente, al menos podrían ser cercanos, se llevaban bien apesar de apenas conocerse esa noche, además del que el pecoso parecía ser una buena persona, amable.

Después de esa música, se despidió de ella quien se fue hasta donde estaba sus padres. Ellos momentos después se mostraron algo decepcionados por la noticia.

Cuando la música comenzó a sonar de nuevo supo que venía el otro pretendiente, tragó saliva y espero a que fuera hacia el, no pasó mucho para que fuera.

(...)

Cof,....cof...cof....
-efecto de tos-

Wenas~ espero les valla gustando.

Zaorycast. ✨✨

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