Sí, ella murió, cuando todos menos lo esperábamos, cuando nos regañaba con vehemencia tachándonos de fastidiosos, cuando reíamos de cualquier estupidez, cuando nos jalaba las orejas, cuando nos reprendía por cualquier mala acción, cuando nos aconsejaba con amor Materno indiscutible, cuando aún
faltaba mucho por vivir, cuando en realidad nadie estaba preparado para este momento.

Y si escribo es para no olvidarte Abuelita de mi alma, te recuerdo con cariño todos los días, cuando me llevabas a la escuela de la mano, cuando me dabas café con galletas y mi mamá se indignaba porque era
muy chica para tomar café, cuando nos íbamos al campo y pasábamos toda la tarde montando a caballo, cuando tu reunías a la familia con solo el hecho de decir que estabas
enferma, cuando reías y reías por los disparates de mis hermanos, cuando nos contabas historias de fantasmas,
cuando llorabas con desconsuelo al recordar a mi difunta bisabuela, cuando te dormías en la mecedora y te despertábamos haciéndote cosquillas, y muchísimas otras cosas que aún conservo en mi memoria con ternura.

Pero esto no es el final, detrás de la tragedia ya descrita viene otra que me cuesta explicar con palabras... La mayoría de las veces dejo a las personas con la curiosidad de saber porque soy tan reservada y callada. Y solo me limito a responder:

—Sin Comentarios.

Pero necesito desahogarme así que trataré de soltar todo lo que llevo dentro, como me lo dijeron la última vez que pisé una Iglesia.

¿¡...!?

Puntos Suspensivos, no sé si tenga corazón o algo de fortaleza
para contar todo esto, Si, ya saben que estoy terminando de cursar mis estudios en Derecho y estoy empezando el curso introductorio en Medicina, pero en realidad nunca me gustó, la Sangre me aterraba, me infundía terror, y yo nunca tuve espíritu ayudador ni altruista, soy una persona antipática, eso ya lo
habrán notado, pero tengo sentimientos muy puros y sinceros.

Misel lo había notado, y me hizo derramar lágrimas cuando me
dijo "Diciembre será nuestro mes" algo de felicidad iluminaba mi
rostro, pero hace 5 años atrás, no podría decir lo mismo, dolor y
exasperación era lo que vivía en carne propia todos los días. Si
desde un principio los tatuajes de Misel eran llamativos, lo eran
por su significado: El Nombre de su mamá, la Fecha de su Graduación, un corazón flechado, un Lobo Triste... todos eran la viva imagen de su ser.

Yo también me tatué algo muy
importante, pero en tan minúsculo tamaño y de forma clandestina, ni siquiera mi madre se había dado de cuenta ya que lo tenía en un área invisible de mi cuerpo, detrás de mí
oreja se hallaba una pequeña Lunita, en la cual, si te quedabas viendo con santa devoción se podía distinguir la fisonomía de un dulce y risueño rostro de una princesita ¿Quién era esa princesita tan distinguida? ¿Quién era esa persona que me había impulsado a tatuarme siendo yo aún una menor de edad?

Era...

Era...

Sollozos, silencio, mutismo, tristeza, dolorosas reminiscencias invaden mi mente, no puedo decirlo, ni siquiera escribirlo; discúlpenme, puedo parecer de piedra, pero hasta la más alta y resistente torre de diamantes cae tarde o temprano.

Era mi Luna, y yo era el Sol, ¿Hace falta más explicación que esa? Tenía mi sangre, tenía mi misma cara, tal vez no tenía la sangre de mi madre, solo la de mi amargado y desdichado padre, pero aún así era mi hermana, mi madre la amaba muchísimo, y nos
trataba igualitariamente, pero mi padre la prefería a ella, y aunque eso no me disgustaba, a veces me sumía en pensamientos extraños que ahorita no sería menester explicar.

Ella murió, tenía 19 añitos, estaba muy jovencita, la llama de vida en su interior no tenía que apagarse muy pronto, aún tenía un largo camino por delante, un sinfín de senderos que recorrer, una carrera universitaria que culminar, una familia que formar, darme sobrinitos que en un futuro me amargarían la existencia con sus niñerías, ¡Tenía tantos planes trazados! ¡Y la Diabetes me la arrebato! ¡Oh! Es tan triste recordar, es tan triste opacar la Felicidad de mi Ángel Guardián con estos lúgubres recuerdos, pero ahora sí, lo entiendo, su hermano era una mala persona, se fue por los malos consejos, nunca fue a la Universidad, se dignó simplemente en esconderse en las incoherentes sombras del hurto para darle lo que necesitaba, para darle cobijo, para darle un regalito en navidad, para darle los útiles escolares, mientras su madre estaba postrada sin ni siquiera poder
sonreír, tratando con vanos esfuerzos de poder exhalar un "Te Amo Hijo" de poder darle una muestra de cariño que le falto en un pasado...

¿Y mi Hermana? Ella lo tenía todo; buenas notas, muchísimos amigos, un novio que la respetaba, seguro médico, mucho candor... pero su salud se iba deteriorando poco a poco, hasta que se llegó al punto de tener que operarla.

"Necesitamos estar cerca de las personas que queremos casi
tanto como el aire que respiramos"

Si, esa es la verdad... El oxígeno es indispensable, si no respiras mueres; si no comes mueres, si no hay amor morimos. ¡Maldita seas! ¡Por tu culpa
mi Hermana está muerta!

¡Negligentes! ¡Ojala se quemen en el
infierno por su descuido! La dejaste morir; Doctor, la dejaron morir, yo hace 3 horas hable con ella en cuidados intensivos ¿Cómo ahora me dicen que está muerta? ¿Qué
falleció? ¡No puede ser! ¡Es inaudito! ¡Los odio a todos!

Causa de muerte: Asfixia

¡Falta de Oxígeno! ¡Descuido! La enfermera se retiró y se olvidó
de colocarle la máscara de oxígeno al paciente, pero no era cualquier paciente, era mi Luna.

Todos nos sumimos en hierática contemplación cuando la vimos rato después, en esa camilla, estaba tan fría, pero parecía que sonreía, su rostro pálido me rompía el corazón, su entierro fue en diciembre, por
ello siempre odié la navidad, era el Grinch encarnado; no me odies San Nicolás, no te guardo rencor, en mi infancia nunca me dejaste mal con los obsequios, pero esto es irremediable, mi hermanita me hace tanta falta, en realidad ya la Luna de noche no me produce sensación de tranquilidad, simplemente me transmite nostalgia.

A veces, aunque sea en mis sueños, regreso aquel día y empiezo a hablar con ella; aunque sea imaginariamente, trato de decirle todo lo que en su momento no pasó por mi mente:

—Luna Lunita de mi Corazón.

—Dime Barbarita — Pícara sonrisa la tuya.

—No me llames así, sabes que me choca.

—¿Hasta viniendo de mí?

—Sí.

—Está bien, ¿Qué es lo que pasa?

—Te echo mucho de menos.

-—Acostúmbrate. — ¡Pero no podré!

—¡¿Cómo?!

—No te exaltes — la Luna se apagaba poco a poco — No te iba a durar toda la vida, aprende a estar sin mí, hazte cargo de mi papá, te delego esa
responsabilidad, sabes que también tiene diabetes...

—¡No me des responsabilidades! ¡Las detesto!

—Ya no estoy para tenerlas yo, ya necesitas hacerte independiente, ya no puedes depender de mí, ya no
soy tangible...

—Luna...

—Dale las pastillas, dale un beso a mamá de mi parte, las nubes van a taparme, ya pronto vas a despertar...

...

Ahora que ya lo saben, tienen toda la autoridad del Mundo para hacerme daño, les di todas las herramientas
necesarias para hacerme llorar cuando se les antoje, Misel no lo sabe, tal vez se lo diga, aunque no lo conozco perfectamente es de mi entera confianza... ¿Pero estaré en
lo correcto de confiar mis más íntimos secretos a nadie que
no sea mi familia? ¡No lo sé! Por ahora solo voy a esperar que sea Diciembre, no falta mucho, estoy eufórica. El reloj de arena se está acabando... pero tengo miedo, no sé si al terminarse la arena los resultados sean buenos.

¿Estaré haciendo lo correcto?

Creo que es hora de volver al presente.