91 | un largo mes
Si el paraíso era un lugar, sería Poguelandia. Durante casi un mes, Luna y los pogues habían estado viviendo en la isla en la que fueron arrojados, libres de las luchas cotidianas generales de la vida. Su única fuente de problemas era encontrar comida, pero una vez que John B y Pope consiguieron algunos cocos y JJ talló palos para pescar, se las arreglaron con lo que tenían.
JJ y Luna exploraron toda la isla, a menudo desapareciendo durante días en sus aventuras. Sin nada más que hacer y una cantidad infinita de tiempo a su disposición, aprovecharon al máximo su libertad.
Todavía tenían una pequeña esperanza de rescate, por supuesto. Pope y Cleo armaron un fuego como señal por si alguna vez veían barcos o aviones cerca, pero hasta ahora no lo habían encendido. Si bien era divertido estar sola, Luna extrañaba su casa.
Mientras caminaba a través del pequeño bosquecillo de árboles con JJ justo delante de ella, pensó en su padre. Se habían ido por mucho tiempo, y aunque John B, JJ, Kie y Sarah no parecían querer irse a casa, Luna tenía una opinión diferente. Extrañaba a su padre y se preguntaba cómo le había afectado su desaparición. Por mucho que amara Poguelandia, y estar sola con sus amigos, había una pequeña parte de ella que añoraba su hogar, negándose a permitirle vivir en esa vida por el resto de sus días.
—¿JJ? —dijo Luna.
—¿Si, princesa?
—¿Qué vamos a hacer si alguien nos encuentra?
Había pasado casi un mes desde que llegaron a la isla, y Luna podía notar que la comodidad comenzaba a establecerse. Sus amigos estaban totalmente satisfechos con esta vida o se permitían ceder y aceptar que así serían las cosas. No estaba segura de si aceptaban su situación por verdadera alegría o por necesidad. Pero ella no había resuelto eso todavía.
Era una pregunta en la que pensaba a menudo, pero que aún no le había expresado a sus amigos. Sabía que JJ y Kiara estarían felices de vivir en la isla por el resto de sus vidas, pero Luna no estaba segura de poder hacer eso. Si no tuviera ninguna familia a la que regresar, podría haber pensado de otra manera. Luna quería ver a su papá.
—No lo sé —respondió JJ—. Depende de lo que los demás quieran hacer.
—¿Y tú? —preguntó Luna—. ¿Quieres ir a casa?
—¿A casa? —preguntó JJ—. ¿A OBX? Ese lugar ya no es mi casa.
—¿Ni siquiera conmigo? —inquirió Luna, levantando las cejas.
JJ se dio la vuelta, sonriéndole a Luna—. Oye, vamos, sabes que cualquier lugar contigo es como estar en casa.
—¿Pero no OBX? —preguntó Luna.
JJ se encogió de hombros—. Me gusta estar aquí.
Después de eso, la conversación se interrumpió, en parte debido a que Luna no tenía nada más que decir, pero también porque tropezó con una raíz y cayó al suelo, aterrizando en un trozo acolchado de hierba. JJ se giró al escucharla soltar un pequeño "auch" al golpear el suelo, estallando en carcajadas al verla.
—¿Cómo hiciste eso? —preguntó JJ, con las manos en las rodillas mientras se doblaba de risa.
Luna puso los ojos en blanco, acostándose boca arriba—. De la misma manera que hago todo lo demás. Talento natural.
—Ven aquí —dijo JJ, tendiéndole las manos—. No puedo permitir que mi chica se ensucie.
—Dices eso como si no hubiéramos estado en una isla durante las últimas dos semanas —dijo Luna, mientras JJ la levantaba—. Sin duchas ni jabón.
—Oye, tu hedor se mezcla con el mío —dijo JJ—. No se nota.
Luna se rió—. Cállate, no apestamos.
—Hmm, no estaría muy seguro —dijo JJ en broma.
—Bueno —dijo Luna, empujándolo juguetonamente—, si apesto demasiado, supongo que tendrás que dormir solo esta noche.
—No, no digas eso —dijo JJ, agarrando a Luna por la cintura—. No quiero dormir solo.
—Está bien —dijo Luna, sonriendo—. Vamos, deberíamos volver. Hace dos días que nos fuimos.
—Sí, deberíamos regresar —dijo JJ, tomando la mano de Luna—. Vamos, princesa de Poguelandia, a reunirnos con nuestra corte real.
—
—Pensamos que eventualmente regresarían —dijo Sarah, mientras JJ y Luna regresaban a la playa donde habían acampado—. ¿Encontraron algo?
—Solo algunas vistas espectaculares y Luna tropezando con todo lo que estaba a la vista —dijo JJ—. Sin signos de civilización.
—Nada nuevo —dijo John B.
Luna asintió—. Solo nosotros y el mar abierto.
—Bueno, hicimos la cena —dijo Kiara—. Tenemos lo de siempre... pescado y cocos.
—Delicioso —dijo Luna—. Me encanta la variación.
—Es lo mejor que podemos hacer —dijo Pope, encogiéndose de hombros y dándole a Luna un palo con un pez clavado en él—. Sin quejas.
—Sin quejas —prometió Luna—. Comamos.
La vida en la isla no era del todo mala. Una vez que comieron, Luna y JJ se dirigieron hacia las olas, compitiendo entre sí en el agua. Luna chapoteó en las aguas poco profundas, agarrando la mano de JJ mientras la empujaba y derribaba. Su brazo se envolvió alrededor de su cintura, acercándola más mientras las olas los empujaban suavemente hacia adelante. Ella envolvió sus piernas alrededor de su cintura, sus brazos cubrieron su hombro.
—¿Alguien te ha dicho alguna vez que eres hermosa? —preguntó JJ, apartando el pelo de Luna de su cara.
Ella sonrió—. Sí.
—¿Ah, en serio? ¿Quién? —preguntó JJ.
—Un chico que conozco —dijo Luna, encogiéndose de hombros.
—¿Es hermoso?
—Depende de la definición —dijo Luna. Se las arregló para respirar antes de que JJ la sumergiera bajo el agua y salió riéndose—. Solo estoy bromeando, JJ.
—Eso espero —dijo JJ—. Sé que eres hermosa, pero no puedo permitir que nadie más te diga eso. Puede que se te suba a la cabeza.
Luna se rió—. Lo dice el chico con el ego más grande del planeta Tierra.
JJ sonrió—. Bueno, mi ego aumenta porque estoy saliendo con la chica más linda de la isla.
—Eso es un insulto para Sarah, Kie y Cleo —dijo Luna—. ¿Las has visto?
—No son nada comparadas contigo —dijo JJ.
Luna sonrió, besando a JJ suavemente—. Eres lindo, JJ.
—Tú también —murmuró JJ—. Vamos, no quiero que tengas frío. El sol se está poniendo.
Luna no pudo hacer nada cuando JJ la levantó sobre su hombro y la sacó del océano.
A/N:
perdón por tardar tanto en actualizar, pero estoy lidiando con mi salud mental y me tomé un tiempo de wattpad.
pero ya estoy volviendo de a poco <3
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