—¿Puedes parar?

Luna ni siquiera se giró para mirar a Luke mientras soltaba la pregunta, su incesante tamborileo en el respaldo de los asientos la volvía loca. Se habían detenido frente a un supermercado, y Luke había enviado a JJ adentro por provisiones. Luna se dio cuenta de que JJ no quería dejarlos solos a los dos, pero entró de todos modos.

—Eres un padre terrible, ¿lo sabías? —preguntó Luna.

—Sí, no me digas —dijo Luke—. Cuéntame más.

—¿Tienes idea de lo especial que es tu hijo? —preguntó Luna—. ¿Una mínima idea?

—Es un ladrón, eso es lo que es —respondió Luke.

Luna frunció el ceño—. ¿Y qué eres tú? Un mediocre miserable que solo sabe meterse en problemas. Lejos de impresionante.

—¿Sabes que te romperá el corazón? —dijo Luke—. Crees que eres algo especial. Una especie de princesa, divirtiéndote con los chicos malos —se inclinó hacia adelante—. Eventualmente se aburrirá de ti, lo sé con certeza. Tan pronto como se canse de ti, pasará a la siguiente. No eres especial. Conozco a mi hijo.

El codo de Luna se tambaleó hacia atrás en la nariz de Luke, tirándolo hacia atrás en su asiento. Ella se volvió hacia él—. No sabes nada de él.

Apretando los dientes cuando JJ regresó, Luna vio que le entregaba a su padre un paquete de cuatro cervezas y luego tiraba las compras en la caja de la camioneta antes de volver a sentarse.

Ella se volvió hacia él—. Terminemos esto de una vez, ¿sí?

—Sí —dijo JJ, sus ojos haciendo una pregunta que nunca haría en voz alta. ¿Estás bien?

Luna asintió, arrancando el motor.

Condujeron en silencio hasta el club náutico, donde Luna estacionó la camioneta y apagó el motor. La mano de JJ dejó su rodilla, donde había estado descansando durante la mayor parte del viaje, y cuando salió de la camioneta, Luke se inclinó hacia ella.

—Recuerda lo que dije —dijo Luke.

—Cállate —dijo JJ, agarrando la camisa de su padre.

—Hazlo rápido —dijo Luna—. Oye, Luke —lo llamó, esperando a que se diera la vuelta antes de levantar su dedo medio—. Vete a la mierda.

Luke volvió a dar un paso hacia ella, pero JJ lo empujó hacia atrás—. Camina. ¡Vamos!

Esperó todo el tiempo que se atrevió, pero luego se bajó de la camioneta y caminó hasta donde JJ se despedía de su padre. Cuando lo alcanzó, Luke ya estaba navegando y Luna estaba con los brazos abiertos para que JJ cayera sobre ellos. Él la abrazó, tratando de fingir que no estaba molesto, pero Luna lo conocía demasiado bien.

Ella lo abrazó por un momento, pasando sus dedos por su pelo antes de susurrar—: Tenemos que salvar a nuestros amigos.

—Sí —dijo JJ—. Oye, ¿qué quiso decir?

—¿Con qué? —preguntó Luna.

—¿Cuando te dijo que recordaras lo que había dicho? —preguntó JJ—. ¿Dijo algo?

—Solo lo mismo de siempre —dijo Luna—. No hay nada de qué preocuparse.

—Me dirías si lo fuera, ¿no? — preguntó JJ.

Luna asintió—. Por supuesto. Sólo prométeme una cosa.

—Lo que sea.

—No te aburras de mí.

Y entonces JJ se dio cuenta de lo que debe haber dicho. Conocía a su padre y sabía cómo torcía los pensamientos de la gente con sus palabras. Lo había hecho lo suficiente cuando él le habló de Luna en el pasado, diciéndole que se aburriría y lo dejaría como los demás, por lo que no tenía dudas de que era la misma conversación que tuvo con ella, solo que al revés.

JJ negó con la cabeza—. Nunca, princesa. Mi chica para siempre, ¿eh?

Luna sonrió—. Eso pensé.

—Vamos —dijo JJ—. La Twinkie será un submarino antes de que lleguemos allí.

—Yo dije eso —dijo Luna.

JJ le tocó el hombro—. Carrera hacia la camioneta. El perdedor será el culpable del por qué llegamos tarde.

Luna puso los ojos en blanco—. Bien.

Empujó a JJ hacia atrás, sorprendiéndolo mientras salía corriendo. Ella lo escuchó gritar—: ¡No es justo! —antes de que la persiguiera.

Llegó a la camioneta antes que JJ por algún milagro, y Luna le sonrió—. Te amo.

—Sí, sí —dijo JJ—. Vamos, tenemos que darnos prisa.

—La victoria es dulce —dijo Luna subiendo a la camioneta.

JJ puso los ojos en blanco—. Tú eres dulce.

—Encantador.

Cuando regresaron a la Twinkie, la encontraron medio sumergida en el agua. John B, Sarah, Pope y Kiara estaban sentados encima, esperándolos, y Luna saltó de la camioneta.

—Lo siento —dijo Luna.

—¿Dónde diablos estaban? —preguntó Pope.

—Complicaciones maternas y paternas —respondió Luna.

—Luke estaba en el Chateau —dijo JJ.

—Y mi mamá estaba amenazando con llevar a mi papá a la corte —agregó Luna.

—Genial, mientras pasaban tiempo con sus padres, a John B lo atacó un caimán —espetó Pope.

—¿En serio? —preguntó JJ.

—¿Parece una broma? —preguntó Sarah.

—¿Qué diablos pasó? —preguntó Luna.

—¿Qué pasó? —repitió Pope—. ¡Lo mordió un caimán!

—¿Por qué me gritan? —espetó Luna.

—Porque fueron los 20 minutos...

—¡Vinimos lo más rápido que pudimos!

—¡CÁLLENSE! —gritó JJ, interrumpiendo a todos—. En serio, chicos, no aguanto más, ¿sí? Ya basta por un momento.

—JJ —susurró Luna.

—Miren, acabo de ayudar a mi papá a irse de esta isla para siempre —dijo JJ—. Nunca va a regresar. Como se dice en español: "Bon voyage".

—No es el idioma correcto —susurró Sarah.

—Todo lo que tenemos —dijo JJ—, y sé con certeza que ustedes son lo único que tengo, ¿de acuerdo? Lo sé. Y estuve a punto de perderlos a todos —se volvió hacia Luna—. Mierda, casi te ahogas; moríste, literalmente. Pope, te secuestraron. Sarah, te dispararon, y John B, casi fuiste la cena de un caimán. Así que esto de culparnos entre nosotros es una cosa muy Kook, ¿de acuerdo? Nosotros no somos así. ¿Bien? Somos Pogues. Lo siento, fue demasiado. No quise...

Los cinco oyentes comenzaron a aplaudir lentamente, y John B dijo—: Seré sincero, ese fue el mejor discurso que jamás hayas dado. Piensa en Rosetta Stone. Se te mezclan el español y el francés.

JJ les sacó el dedo medio a todos cuando Luna se acercó a él, agitando sus brazos alrededor de su cuello mientras Sarah decía—: Deberíamos bon voyage de aquí.

—Oye —le susurró JJ a Luna.

Ella le sonrió—. Oye.

—Te amo —susurró JJ.

—Te amo —dijo Luna, besando a JJ brevemente. Cuando se apartó, le sonrió—. Muy bien, saquemos a Twinkie de aquí.