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64 | en el desagüe

—Este es el desagüe norte —explicó JJ—. Debió desembocar aquí. Si hubiera venido por este desagüe, habría terminado...

—Entre esta basura —terminó Pope.

—Sí.

Kiara suspiró—. Por Dios. Los que usan plástico deberían morir.

—Personalmente, adoro el plástico —dijo JJ—. Lo uso todos los días.

—Con suerte lo reciclas y no lo arrojas al mar —dijo Kiara.

—Pensé que dirías algo así —dijo Pope—. Así que traje bolsas de residuos.

—¿Tuviste una idea para cuidar el medioambiente? —preguntó Kiara.

—Quizá.

—¿Quieren que los dejemos solos o qué pasa? —preguntó JJ, ganando que Pope le arroje un rollo de bolsas de residuo en la cara.

—Solo junta la basura —dijo Pope.

—La persona que junte menos paga el almuerzo —apostó JJ.

—Bien —sonrió Kiara—. Chicas contra chicos. Tengo unos 7 dólares conmigo. ¿Luna?

—No sé —dijo Luna, sacando un billete de 20 dólares arrugado de su bolsillo—. 20.

—Bueno, si las chicas pierden, es un almuerzo barato —dijo JJ.

—También será un almuerzo barato si perdemos nosotros —le recordó Pope—. Tengo 10 dólares.

—Bien, solucionaremos los problemas más tarde —dijo JJ—. Hagamos esto.

Una hora más tarde, habían llenado seis bolsas de residuo con basura sin encontrar el arma.

—Fue divertido.

—Si no está en la basura, debe estar en el desagüe —dijo Pope.

—Sí, tiene que estar ahí —murmuró JJ.

—Maldición —siseó Pope.

—Claro —suspiró Kiara.

—Menos mal que traje la barreta —dijo JJ, hurgando en su mochila.

—Entonces, ¿haremos piedra, papel o tijera? —preguntó Kiara.

—No —respondió JJ.

—¿Por alfabeto? —preguntó Luna.

—No.

—Entonces, ¿va el mayor? —preguntó Kiara.

—En la alcantarilla, hay un gusano que se te mete —explicó JJ—. Se mete en la sangre y te sale por el pene. Así que yo no iré.

—No, yo tampoco —dijo Pope.

—No, entendemos —asintió Kiara—. Tienen miedo —JJ y Pope intentaron protestar—. Lo entendemos. Es un poco tierno.

—Vamos, Kie —dijo Luna—. ¿Piedra, papel o tijera?

Kiara asintió—. Claro.

Luna y Kiara mostraron sus manos. La piedra de Kiara aplastó las tijeras de Luna y ella suspiró derrotada—. Bueno, no sería la primera vez que nado por agua que podría matarme.

—Bien, ten cuidado —dijo JJ.

—Tendré mucho cuidado —respondió Luna.

JJ puso los ojos en blanco—. Me merecía eso —mientras Luna iba a gatear por el desagüe, él la detuvo—. Oye, dame un beso.

—¿Por qué?

—Porque si mueres ahí abajo, quiero besarte una vez más.

—Idiota —dijo Luna, besando a JJ de todos modos—. ¿Feliz?

—Sí. No mueras.

—No planeo hacerlo —respondió Luna, comenzando a arrastrarse por el desagüe—. ¿Podemos no decirle a mi papá sobre esto?

—¿Por qué no? —preguntó JJ con sarcasmo—. Estoy seguro de que le encantaría saber que su hija se pasea el día chapoteando en aguas grises.

—¿Qué diablos es aguas grises? —preguntó Luna, arrastrándose por la tubería—. Dios, esto es repugnante.

—El agua gris es mierda —dijo JJ—. Básicamente, estás gateando por toda el agua de los inodoros del OBX.

—Cállate, JJ.

—Lo siento —dijo JJ—. Grita si necesitas algo, ¿sí? Y nosotros gritaremos.

—Muy útil. Gracias.

Luna estaba callada mientras gateaba por el desagüe. Para ser justos, JJ ni Pope habrían logrado pasar, porque incluso Luna estaba luchando. Aun así, continuó, tratando de ignorar el olor y el hecho de que probablemente terminaría increíblemente enferma por esto.

—Luna, ¿encontraste algo? —preguntó Pope.

—Sí, Lu, ¿ves el arma? —preguntó JJ.

—Nada —respondió Luna.

—Probablemente esté en el fondo del retén —dijo Pope.

—Genial —murmuró Luna. Sobre su cabeza, vio una tapa de alcantarilla antes de comenzar a pescar en el agua en busca del arma. Al encontrarse con cantidades infinitas de desechos plásticos, suspiró—. Dios, la gente es una mierda.

Se estremecía cada vez que tocaba algo viscoso, encogiéndose cuando se encontraba con más desechos plásticos. A Kiara le daría un ataque si pudiera ver esto, así que Luna estaba agradecida de que no estuviera cerca. Sin embargo, si pudiera cambiar de lugar, lo haría.

Luna recordó el pozo de la Sra. Crain y se estremeció visiblemente cuando recordó que sus amigos la dejaron caer al pozo y descubrió que lo estaba compartiendo con el cuerpo del esposo de la Sra. Crain. Nunca antes había estado tan asustada en su vida, o tan completamente disgustada.

Se encontró con algo y gritó—: ¡Chicos, creo que encontré algo!

—¿Encontraste el arma? —gritó Pope.

Luna agarró lo que fuera y lo sacó del agua, soltando un grito cuando vio que parecía ser una parte del cuerpo de algún tipo. Su chillido hizo eco a los chicos y a Kiara, y los nudillos de JJ se blanquearon en la cubierta de la rejilla en la abertura del desagüe.

—¡Lu! —gritó JJ—. Lu, ¿estás bien?

—Chicos, ¡hay algo muerto aquí! —gritó Luna.

—¿Una persona? —preguntó Pope.

Luna chilló de nuevo—. ¡Por dios! ¡Hay algo muerto! Repito: ¡hay algo muerto aquí!

—¿Encontraste el arma? —preguntó Pope.

—¿Es Gavin? —preguntó JJ.

—¡No lo toques! —gritó Kiara.

—¡Tengo problemas más grandes que tocarlo! —gritó Luna—. ¡Ya lo hice!

—Luna, ¿ves el arma? —preguntó JJ.

La rodilla de Luna empujó algo debajo del agua, y escuchó un sutil roce contra el cemento debajo de ella. Cerrando los ojos, rezó a cualquier Dios que estuviera escuchando, disculpándose por nunca haber sido muy religiosa, antes de agacharse y sacar el arma. Su respiración se atascó en su garganta cuando se dio cuenta de que estaba sosteniendo el arma que había matado a Peterkin, Gavin y era la razón por la que John B era un fugitivo en las Bahamas.

Metiendo la pistola en la cintura de sus shorts, Luna gritó—: ¡Me deben de por vida! ¡No voy a pagar para que coman hoy!

—¡Tenemos problemas más grandes! —gritó Pope.

—Vete a la mierda, Pope, ¡lo sé! —replicó Luna, volviéndose cuando sintió que el agua se precipitaba hacia la alcantarilla—. Mierda. ¿Chicos? ¡Chicos, el agua!

—¡Luna! ¡Sal de ahí ahora! —gritó Pope.

—¡No tengo tiempo! —respondió Luna, sabiendo que nunca saldría sin ser atrapada por el agua—. ¡Chicos!

Podía escuchar a JJ, Pope y Kiara gritando su nombre mientras ella permanecía atrapada en el desagüe. Trepando por la escalera hacia la tapa de la alcantarilla, Luna trató de no entrar en pánico cuando sintió que el agua le llegaba a los tobillos, sin ningún lugar adonde ir ya que la tapa de la alcantarilla la atrapó en lo que muy probablemente terminaría siendo su ataúd.

—¡JJ! —gritó Luna cuando ese pensamiento le infundió terror—. ¡JJ! ¡Ayuda! ¡JJ, por favor!

Empujó la rejilla sobre su cabeza, gritando por cualquiera que pudiera oír—. ¡Por favor, JJ! ¡Chicos! ¡Kie! ¡Ayuda, estoy aquí! ¡Pope!

—¡Lu! —escuchó gritar a JJ, su voz distante—. ¡Lu, ya vamos!

—¡Chicos! —gritó Luna—. ¡Estoy aquí! ¡Por favor! ¡El agua está subiendo!

—¡Lu!

Vio a JJ encima de ella y soltó un sollozo—. ¡JJ!

—Te sacaremos de allí —prometió JJ—. ¡Espera, Lu!

—¡Jala! —gritó Luna—. ¡Jala!

El agua le había llegado a los hombros y Luna dejó escapar un grito de terror—. ¡Pope! ¡JJ! ¡Kie! ¡Por favor! ¡Chicos, por favor!

JJ escuchó a Luna respirar profundamente antes de que el agua la tragara por completo. Los latidos de su corazón martilleaban en su pecho mientras él, Pope y Kiara luchaban por quitar la tapa de la alcantarilla, el agua brotaba de la rejilla y empapaba sus manos. Las manos de Luna seguían agarrando el metal, pero JJ podía ver que perdían fuerza. Cuando se alejaron de la rejilla, su corazón casi se detuvo, pero luego sintió el metal arriba.

Con un último tirón, la tapa de la alcantarilla se desprendió y salió agua por el desagüe. JJ, sin pensarlo, se tiró boca abajo y metió la mano en el desagüe, agarrando con los dedos el brazo de Luna. Enganchando su mano debajo de su brazo, la levantó y, con la ayuda de Pope, la arrastró fuera del desagüe y la acostó en el camino.

—Mierda —jadeó JJ—. ¿Está respirando? —Pope estaba comprobando su pulso—. Pope, ¿está respirando?

—Creo que tiene agua en los pulmones —dijo Pope.

Kiara se tapó la boca con las manos—. Chicos, ¿qué hacemos?

—Muy bien —dijo Pope—. JJ, empieza a hacer compresiones en su pecho.

JJ hizo lo que le dijo, mirando con miedo como Pope inclinaba la barbilla de Luna hacia atrás. Tenía los ojos cerrados y definitivamente no respiraba, y el corazón de JJ se estaba burlando de él, latiendo en sus oídos y tatuando un latido contra sus costillas mientras la chica que amaba yacía ante él, inmóvil.

—Despierta —respiró JJ, todavía haciendo compresiones—. Despierta, princesa. ¡Despierta!

—Sigue —dijo Pope—. JJ, pase lo que pase, no hagas respiración boca a boca.

Las compresiones frenéticas de JJ no parecían estar haciendo lo suficiente, y mientras le rogaba en voz baja a Luna que no lo dejara, se estremeció cuando ella dejó escapar una tos ahogada, el agua goteaba de su boca y su rostro mientras se sentaba tan bruscamente que casi se golpea la cabeza con Pope.

Los ojos de JJ se agrandaron por pura sorpresa cuando Luna se frotó los ojos, tosiendo para expulsar el resto del agua de sus pulmones. Kiara le frotaba la espalda, ayudando a sostener a Luna mientras continuaba tosiendo.

—Luna —susurró JJ, acercándola a él y abrazándola.

Ella se aferró a él, su cabeza contra su pecho mientras respiraba pesadamente, tratando de llenar sus pulmones con aire en lugar de agua. Los brazos de JJ estaban apretados alrededor de ella, temerosos de dejarla ir de nuevo, sus dedos se enredaron en su cabello mientras la abrazó lo más cerca posible.

—Pensé que te había perdido —dijo JJ.

—Luna, ¿estás bien? —preguntó Pope.

Ella le dio un pulgar hacia arriba—. Mejor imposible.

—Estabas muerta, Luna —dijo Kiara con lágrimas en los ojos—. Lu, estabas muerta.

—Bueno, gracias por revivirme —dijo Luna, todavía sosteniendo los brazos de JJ—. Valoro eso.

Metió la mano detrás de ella, en la cintura de su short y sacó el arma. Sosteniéndola, le sonrió a sus amigos.

—¿No era esto lo que buscábamos?

—Mierda, ¿la tienes? —preguntó Kiara.

—Sí, la tengo —asintió Luna.

—Vamos a atrapar a este hijo de puta —rió JJ con alegría.

—Buen trabajo —dijo Pope, ayudando a Luna a ponerse de pie mientras JJ envolvía la pistola en su pañuelo.

—Lo lograste, Lu —suspiró JJ, sin estar completamente seguro de qué hacer con él o con sus emociones—. Lo lograste. Ven aquí.

Luna sintió que sus amigos la empujaban hacia un abrazo grupal y se rió, metiendo la mano en el bolsillo—. Una cosa más —sacó su billete de 20 dólares empapado y lo vio desmoronarse en sus manos—. El almuerzo corre por cuenta de ustedes.

—Lo que quieras —dijo Pope.

—Definitivamente —dijo Kiara.

Luna miró el arma en las manos de JJ—. Muy bien, llevemos esto a Shoupe.

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