62 | extraviar el arma homicida
Justo cuando Luna pensó que la noche no podía ir peor, empezó a llover.
Fue como si los cielos se hubieran abierto, un torrente de lluvia cayendo del cielo en un aguacero implacable. En minutos, la ropa de Luna estaba empapada, pegada a su piel, y JJ hizo una broma sobre cómo podía ver su sostén a través de su camiseta mojada, a lo que Kiara le dio un puñetazo en el hombro y lo reprendió. En respuesta, y como forma de disculparse, JJ se quitó su gorra roja de béisbol y se la colocó en la cabeza a Luna, protegiendo así su rostro de la lluvia.
Pope sacó una vieja cámara de video, y cuando JJ la vio, no pudo detenerse—. Linda cámara. ¿De dónde salió? ¿Por qué no usas tu teléfono?
—Primero, me gusta antigua y todo —respondió Pope—. Y segundo, es un teleobjetivo. Me permite obtener imágenes cercanas desde lejos.
—El señor de los ñoños —murmuró Kiara.
—Necesitaremos imagen de calidad si queremos usarlo de prueba —respondió Pope.
—Ahí está —susurró Luna, señalando a Ward a sus amigos.
—Agáchense —siseó JJ, mientras todos se agachaban detrás de la cerca.
—Ahí está Gavin —dijo Pope, que permaneció de pie para obtener imágenes—. ¿Adónde vas, hijo de puta? ¡No! Se nos escapa. ¡Mierda! ¿Adónde va?
—Esperen —dijo JJ, desapareciendo por un momento. Luna se volvió y lo vio al final del callejón. Dejó escapar un silbido agudo—. ¡Oigan! Encontré un lugar. Vengan.
Luna trotó hacia JJ, quien señaló una escalera de incendios—. Tenemos que subir.
—Date prisa —le pidió Kiara—. Nos lo perderemos.
Una vez que estaban en el techo del edificio al otro lado de la calle del sitio de construcción, JJ preguntó—: ¿Estás grabando, Pope?
—¿Se ve bien? —preguntó Kiara.
—Sí. Los tengo —dijo Pope—. Ward le dio algo a Gavin. Parece una bolsa.
—¿Dinero? —adivinó Luna.
—Chicos, creo que esto es un soborno —dijo JJ.
Los ojos de Luna se agrandaron—. Si tenemos esto, Shoupe tendrá que investigar.
—Gavin parece molesto —dijo Pope—. Creo que le está gritando a Ward.
—¿Por qué? —preguntó Kiara.
—No lo sé, pero está enojado —respondió Pope.
Después de unos segundos, Luna vio a Gavin arremeter contra Ward—. Mierda.
—Están forcejeando —dijo JJ.
—¿Qué pasa? —preguntó Kie.
—No lo sé —respondió Pope—. Están peleando por algo. Se puso intenso. Ward le está dando una paliza.
—¿Por qué? —preguntó Luna.
—No lo sé —respondió Pope—. Estoy tratando de ver. ¡Mierda! Ward tiene un arma.
—Apuesto a que es el arma homicida —dijo Kiara.
Luna observó desde su posición ventajosa mientras Ward y Gavin hablaban. No podía escuchar lo que decían, pero vio a Ward levantarse y alejarse. Luna vio a Ward detenerse, tiempo durante el cual Gavin debió haber dicho algo, antes de darse la vuelta y levantar el arma.
Escucharon los disparos desde el otro lado de la calle, incluso a través del sonido de la lluvia. Luna dejó escapar un grito ahogado cuando sintió que JJ tiraba de ella detrás de la pared.
—Dios mío —susurró Luna.
—¿Qué carajos? —respiró JJ.
—No, no, no —murmuró Kiara—. Dime que no fue real. ¿Qué está pasando?
—Dime que lo grabaste —le preguntó JJ a Pope.
—Lo suficiente para encerrar a este imbécil de por vida —respondió Pope—. Esto es una locura. Ay, no. ¡Abajo!
Agachándose, JJ dejó escapar un silencioso—: Oh, mierda.
—Debemos irnos —dijo Luna.
—Pope, grabaste suficiente, ¿no? —preguntó JJ.
—Sí —dijo Pope—. Esperen. Está saliendo. Se va. Creo que busca el arma.
—¿Qué? ¿La dejó caer? —preguntó Luna, viendo a Ward caer de rodillas.
—Creo que el arma se fue por el drenaje —dijo Pope—. La está buscando. Busca el arma.
—Sostén esto —dijo Kiara, entregándole su bolso a JJ.
—¿Qué haces, Kie? —preguntó Luna.
—¿Qué carajo te pasa? —gritó Kiara, poniéndose de pie—. ¡Asesino!
Pope le tapó la boca con la mano y la apartó de la pared mientras Kiara le seguía gritando a Ward.
—¿Qué diablos estás haciendo? —preguntó Luna.
—¿Estás loca? —preguntó Pope.
—No me importa si me escucha —dijo Kaira—. Es un asesino.
—Sí, y nos matará, Kie —respondió JJ.
—Chicos, nos vio —dijo Pope.
—¿Hablas en serio? —preguntó JJ.
—Tenemos que largarnos de aquí —dijo Luna.
Ella fue la primera en bajar la escalera, Pope justo detrás de ella. Escuchó a JJ soltar un grito de—: ¡Ah! ¡Mi mano! —antes de patear a Pope en la cara y caer de la escalera llevándose a Luna con ellos. Su pie resbaló de los peldaños y golpeó el suelo de espaldas, JJ y Pope a cada lado de ella.
—¡Luna! —exclamó JJ—. Mierda, Lu, lo siento mucho.
—Estoy bien —dijo Luna mientras JJ la ayudaba a ponerse de pie—. No caí tan lejos.
—Cielos —dijo JJ, volviéndose hacia Pope, que sostenía el telefoto roto en sus manos—. ¿Es en serio? ¿Se te cayó?
—¡Me pateaste en la cara!
—¡Me pisó la mano!
—¡Estaba tratando de darme prisa! —protestó Kiara.
—¡Tenemos que irnos! —intervino Luna—. Ahora.
—Sí —dijo JJ, agarrando la mano de Luna.
Él y Pope ayudaron a Luna y Kiara a cruzar la cerca antes de saltar y correr hacia el auto. Cuando estuvieron a salvo, con las puertas cerradas, JJ dijo—: ¿Alguien me ayuda a entender lo que acaba de pasar?
Pope soltó un grito enojado.
—No puedo respirar —susurró JJ—. Mierda, no puedo creerlo. ¿Por qué estaban peleando?
—Era un arma —replicó Pope—. El arma que usó Rafe. Debe haberla guardado.
—¡Por supuesto!— exclamó JJ—. ¡El arma homicida!
Desde el asiento del conductor, Kiara murmuró—: Contesta, contesta, contesta.
—¿A quién llamas? —preguntó JJ.
—¿A quién crees? —preguntó Kiara.
—¿La policía? —preguntó Pope.
—¿A quién más?
—¿Por qué los llamarías? —preguntó JJ—. ¡Es Ward!
—¡Cállate! —gritó Kiara—. ¿Hola? ¡Hola, mataron a alguien en la obra de la calle principal! ¡Deben apurarse porque se está muriendo! No sé si ya está muerto o no. ¡Dense prisa!
—Tenemos que irnos —dijo JJ—. Somos blanco fácil.
—¿Qué hago? —preguntó Kiara.
—¡Solo conduce! —respondió Pope.
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