Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

50 | bastante afortunada

JJ y Luna se sentaron con los pies en el jacuzzi a la mañana siguiente mientras Kiara y Pope probaban el cabrestante. JJ sostenía una cerveza en una mano y la otra estaba agarrando la de Luna. No la había soltado desde la noche anterior, incluso eligió preparar su desayuno con una mano para poder sujetar a su chica.

—John B desapareció.

—Sí, ¿dónde está? —preguntó Pope—. Tengo la entrevista por la beca mañana. Debemos terminar.

—Hablando del diablo —dijo Luna, al ver que John B se acercaba—. ¡Oye!

—Amigo, preparé el cabrestante para sacar el oro y todo —dijo JJ.

—No. Yo lo hice —corrigió Pope.

—Oye, John B —dijo Kiara, mientras John B pasaba junto a ellos sin decir una palabra y entraba en su casa.

—Bueno, ¿eso es todo? —preguntó JJ.

—¿Qué fue eso? —preguntó Pope.

—Iba a preguntarte lo mismo —respondió JJ.

Pope lideró el camino hacia la casa, donde John B buscaba frenéticamente en los cajones de la cómoda—. ¿Estás bien?

—¿Qué pasa? —preguntó Luna.

—¿Qué buscas? —intervino Kiara.

—Hermano, ¿qué pasa? —preguntó JJ.

John B encontró el arma de JJ escondida debajo de los cojines del sofá y Luna preguntó—: John B, ¿para qué necesitas el arma?

—Oye, hombre —dijo JJ, dando un paso adelante.

John B lo empujó y los ojos de Luna se abrieron—. ¡John B, tranquilo!

—¿Qué haces? —exclamó Kiara.

—¿Eres JJ ahora? —preguntó Pope, tratando de bloquear el camino de John B pero solo logrando ser empujado a un lado.

—Mierda —susurró Kiara—. ¿Estás bien?

Luna siguió a John B fuera de la casa—. John B, ¿qué diablos haces? —estaba acelerando la motocicleta de JJ—. ¿Qué diablos?

—¡Ward sabe lo del oro! —gritó John B—. ¡Mató a mi papá!

Luna se detuvo. Sus ojos se abrieron con horror cuando John B se alejó por el camino de entrada—. Mierda.

—¿Ward Cameron? —preguntó Kiara—. ¿Ward Cameron mató a Big John?

—Ni siquiera sabía que se conocían —dijo Luna en voz baja.

—Tenemos que detenerlo —dijo Pope—. Tenemos que averiguar adónde va.

—Deberíamos comprobar la casa de los Cameron —dijo Luna.

JJ asintió—. Sí.

Los Pogues subieron al bote y, con Pope al timón, se alejaron a toda velocidad por el puerto hacia la casa de los Cameron. Estaba oscuro cuando llegaron allí, y mientras Pope amarraba el bote junto al costoso yate de los Cameron, Luna miró hacia la casa.

—¿Y ahora qué? Vamos a la puerta y preguntamos: "Oigan, ¿vieron a John B?" —preguntó JJ.

—Ahora vive en Tannyhill —dijo Kiara—. Es posible. Hagámonos los tontos.

—¿Los tontos? —preguntó JJ.

—Es muy tarde —dijo Pope.

—Mira, nunca vi a John B así —dijo Kiara—. Deberíamos ir a la policía.

—Sí, ¿y decir qué, Kie? —preguntó JJ—. ¿Nos preocupa nuestro amigo que se enfureció porque Ward Cameron mató a Big John? ¡No nos van a creer!

Pope, que estaba mirando a través de sus binoculares, dijo—: Oigan, veo a Ward.

—Déjame ver —dijo Kiara, tomando los binoculares.

—No me parece muerto —dijo Pope—. Vamos a casa.

—Espera —preguntó Kiara.

—Bien. Obviamente el Sr. Cameron está bien —dijo Pope—. E incluso si John B estuviera aquí, no está ahora. Además, tengo el momento más importante de mi vida en seis horas.

—Sí, nuestro amigo tiene problemas —dijo Kiara.

—Yo tengo problemas —respondió Pope—. Hace tres días que no voy a casa. Mi papá ya debe haber tirado mis cosas en la calle.

—Bien, ¿eso es todo? —preguntó Kiara—. En un momento de necesidad, ¿te vas a ir?

—Chicos, ¿podríamos no hacer esto ahora? —preguntó JJ.

—Oye, tengo una entrevista por una beca a la mañana —dijo Pope—. No puedo...

—¿Y qué hay de John B? —espetó Kiara.

—¿Por qué siempre se trata de John B? —preguntó Pope.

—No siempre se trata de John B —respondió Kaira—. Eres estúpido. Sería cualquiera de ustedes en esta situación.

—Mentira —replicó Pope.

—Chicos —dijo Luna.

—¡Se trata de amistad! —gritó Kiara.

—Cálmense —advirtió JJ.

—¡Se trata de los Pogues de por vida! —gritó Kiara.

—¿Qué hay de la patología forense? —preguntó Pope.

—¿Patología forense?

—Sí, es mi vida —argumentó Pope—. Eso todo por lo que he trabajado.

—¿Es tu prioridad? —exclamó Kiara.

—¿Pararías con la tontería moral?—espetó Pope.

—Pope, vamos —dijo JJ.

—No —dijo Pope—. No tiene derecho de hablar. ¿Dónde estabas cuando Big John desapareció? Tú no estabas. No estabas ahí para John B. Para ninguno de nosotros. ¿Recuerdas tu año Kook?

—Amigo —dijo Luna.

—Sí, te olvidaste de nosotros —dijo Pope—. Ahora te sientes culpable.

—Ya para —espetó Kiara, empujando a Pope hacia atrás—. ¿Eso necesitas?

Estaban peleando físicamente, por lo que JJ y Luna no tuvieron más remedio que involucrarse. JJ saltó entre los dos—. Oigan, ya basta, ¿sí? Si yo soy el mediador, tocamos fondo —señaló a Pope—. A la proa, ahora. Ve.

—Pope, te dejaremos —dijo Luna

El viaje en bote fue silencioso, y permaneció así hasta que dejaron a Pope y regresaron al Chateau, momento en el que Kiara se despidió y se dirigió al interior. Luna, sin embargo, se quedó afuera en la hamaca, acostada boca arriba mientras miraba a través del dosel hacia el cielo sobre ella. Cuando sintió la hamaca moverse, se volvió y vio que JJ se había unido a ella.

—¿Cómo está Kie? —preguntó Luna.

—Bien —respondió JJ—. Sigue enojada.

—Entiendo por qué —dijo Luna.

—Sí —dijo JJ, acostado junto a Luna en la hamaca—. ¿Crees que John B volverá?

—Tú lo hiciste —respondió Luna, mirando a JJ—. Y John B lo hará.

JJ asintió—. Dios, no quiero ir a casa.

—Bueno, estuve pensando —dijo Luna en voz baja.

—¿En qué?

—En hablar con mi papá —dijo Luna—. Le iba a sugerir que tal vez se presente para convertirse en tu tutor legal. De esa manera no tendrás que... volver con tu papá.

—¿Crees que estaría de acuerdo con eso? —preguntó JJ.

Luna se encogió de hombros—. Mi papá te ama, a veces más de lo que me ama a mí. Estoy segura de que podría convencerlo.

—¿Harías eso por mí? —preguntó JJ.

—Sí —respondió Luna—. Por supuesto que lo haría, JJ. Haría cualquier cosa por ti.

JJ sonrió—. ¿Qué hice para merecerte?

—Podría preguntarte lo mismo —respondió Luna—. ¿Cómo están tus moretones?

—Bien —respondió JJ—. ¿Y tu cara?

—Está bien —dijo Luna, frunciendo levemente el ceño—. Ahora voy a tener una cicatriz.

—Y, sin embargo, seguirás siendo la chica más hermosa de la isla —dijo JJ.

El ceño fruncido de Luna se convirtió en una media sonrisa—. Eres demasiado bueno conmigo.

—No lo creo —respondió JJ—. En todo caso, no soy lo suficientemente bueno. Ni siquiera te he llevado a una cita adecuada todavía.

—Nos hicimos los tatuajes —dijo Luna—. Lo considero una cita.

—Bueno, quiero llevarte a una —dijo JJ—. Una en el que nos vistamos bien y vayamos a cenar a un restaurante. Solo... quiero hacer lo correcto por ti.

—Y haces —dijo Luna—. Solo estando aquí.

JJ sonrió, inclinándose para besar a Luna suavemente. Cuando ella deslizó su mano alrededor de su cuello, JJ rodó un poco para que su pierna descansara entre las de Luna, y él estaba medio acostado encima de ella. Ella lo acercó más con una mano, deslizando su mano por su camisa con la otra.

Las hamacas no eran los lugares más convenientes para besarse, y cuando JJ se inclinó demasiado hacia un lado, se volteó todo y lo siguiente que Luna supo fue que estaba acostada encima de JJ, quien se había caído de espaldas.

Ambos se quedaron allí por un momento, gimiendo de dolor mientras sus heridas protestaban por el golpe, pero cuando se recuperaron, JJ logró sonreír—. No tenemos la mejor suerte.

—No lo sé, te tengo a ti —dijo Luna en voz baja—. Me hace bastante afortunada.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro