—¿Qué hago? —le preguntó JJ a Kiara, mientras se sentaba a su lado fuera de la casa de John B. John B ni siquiera estaba allí y, sin embargo, los Pogues naturalmente se dirigían a su casa.

Luna no estaba allí, se había ido a casa inmediatamente después de la pelea y Pope se fue poco después, así que solo estaban JJ y Kiara. Estaba desesperado porque pensó que después de un tiempo para calmarse, sería más fácil hablar con Luna y tal vez perdonarlo. Ahora, sin embargo, después de la noche que habían pasado y su negativa rotunda a siquiera reconocer su disculpa, reconoció que realmente la había lastimado.

—No lo sé, JJ —respondió Kiara—. La lastimaste. ¿Rose Cameron? ¿En qué estabas pensando?

—No estaba pensando —dijo JJ—. Me ofreció el dinero y luego yo estaba...

—Detente —dijo Kiara—. No necesito los detalles.

—Lo arruiné —susurró JJ—. Dios, esto es tan exasperante. No me di cuenta de lo mucho que la necesitaba en mi vida hasta que la perdí. Incluso verla esta noche me dolió, porque sé que soy la razón por la que está así.

—Sí, eres una mierda —comentó Kiara—. Y lo digo con plena intención de ofender.

—Sé que lo soy —dijo JJ—. Así que lo aceptaré, pero la extraño, Kie. No creo que haya pasado tanto tiempo sin hablar con ella, y discutir no cuenta.

—Cometiste un error, JJ —dijo Kiara—. Tienes que demostrarle que realmente lo sientes.

—¿Cómo? —preguntó JJ.

—Muéstrale —respondió Kiara—. Y no me refiero con flores, chocolates o cosas tontas como esas. Me refiero a mostrarle realmente. Demuéstrale que es la única que quieres.

—¿Cómo hago eso? —preguntó JJ.

—No lo sé, pero no sentándote aquí lloriqueando —respondió Kiara—. Habla con ella.

Así fue como JJ se encontró afuera de la casa de Luna, esperando a que se abriera la puerta después de llamar. Esperaba que Luna respondiera, pero la suerte no estuvo de su lado esa noche. Cuando la puerta se abrió, JJ fue recibido nada menos que por el padre de Luna, quien se alzó sobre él con una expresión de decepción en su rostro.

—JJ —dijo Roger secamente.

—Señor Marshall —respondió JJ—. ¿Está Luna?

—Sí.

—¿Puedo verla?

—¿Por qué?

—Porque me equivoqué, Sr. M —respondió JJ.

—Lo sé —respondió Roger—. Me lo contó todo.

—Dios —murmuró JJ, pasando una mano por su pelo—. Dios, soy un idiota.

—Sí, y tienes suerte de que todavía estés en una pieza —respondió Roger—. Tienes valor para venir aquí después de la mierda que hiciste.

—Realmente lo siento —dijo JJ—. No quise lastimarla.

—Pero lo hiciste, entonces, ¿para qué estás aquí, JJ? —preguntó Roger.

—Esperaba hablar con Luna —respondió JJ—. Si eso está bien.

—No depende de mí —dijo Roger—. Depende de Luna.

—¿Algún consejo? —preguntó JJ.

—¿Tienes una máquina del tiempo? —preguntó Roger.

JJ suspiró—. Lo tomaré como un "no".

Roger dio un paso atrás—. Sabes dónde está su habitación —cuando JJ pasó, Roger lo agarró del brazo—. Lastimas a mi hija de nuevo y nadie encontrará tu cuerpo, ¿entiendes?

JJ tragó—. Sí señor.

—Vete —dijo Roger, empujando a JJ hacia la habitación de Luna.

JJ se dirigió hacia la habitación de Luna. Vacilante, llamó a la puerta y escuchó su voz decir—: Entra —desde adentro.

JJ abrió la puerta y entró—. Hola.

—Vete —dijo ella.

—Está bien, lo haré, pero primero, necesito que me escuches —dijo JJ.

Luna cerró el libro que estaba leyendo—. Tienes 3 minutos.

—Está bien —dijo JJ, respirando profundamente. Cerró la puerta del dormitorio de Luna detrás de él antes de continuar—. Sé que la cagué. Y sé que te lastimé. Desde que te conocí, nunca quise ser la razón por la que sufrieras. Se suponía que yo era el que evitaría que te lastimaras, pero ni siquiera pude hacer eso —señaló el corte en la mejilla de Luna—. Es solo que... nunca me he sentido así por nadie, y me asusta. Todo se siente bien contigo, Luna, y sé que probablemente ya no quieras tener nada que ver conmigo, y si ese es el caso, lo entiendo.

—2 minutos.

—No puedo vivir sin ti —dijo JJ—. Despertar contigo después de una de nuestras fiestas me hace sentir muy en paz. No tengo ese sentimiento con nadie más. Solo estoy asustado, Luna. Tengo miedo de arruinar esto, y sé que ya lo hice, pero nunca quise hacerlo. Yo... tú sacas un lado diferente de mí, y amo quién soy cuando estoy contigo. La cagué, lo sé, y sé que tomará tiempo para que me perdones, pero necesito saber que lo harás. No me di cuenta de cuánto te necesitaba hasta que no estabas allí, Luna.

—1 minuto.

—Dios, eres tan hermosa —dijo JJ, cada vez más desesperado al darse cuenta de que la expresión de Luna no había cambiado—. Mi corazón hace saltos mortales cada vez que sonríes, y te juro que nunca he visto a nadie tan hermosa como tú. Eres mi chica, Luna, y no quiero perderte. Mierda, no sé qué más decir. Kie me dijo que tengo que demostrarte que significas todo para mí.

—Se acabó el tiempo.

—¿Bien? —preguntó JJ—. ¿Cuál es tu veredicto, princesa?

Luna lo miró con lágrimas en los ojos—. Realmente me lastimaste, JJ.

—Lo sé —respondió JJ—. Y si pudiera volver atrás y hacerlo de otra manera, patearía a Rose Cameron por las escaleras.

—Pero no puedes —dijo Luna.

—Lo siento —dijo JJ—. Lo entiendo si no quieres perdonarme.

—¿Qué quieres de mi? —preguntó Luna—. ¿Esto es mutuo? ¿O simplemente estás buscando una aventura y hacerlo de una manera que no implique todo el drama innecesario?

—¿Qué? —preguntó JJ—. ¿Por qué piensas eso?

—No has hecho nada para probar lo contrario —señaló Luna.

—Buen punto —dijo JJ—. Pero sí, Luna, esto es mutuo. Cada palabra que dije cuando dije que quería ver a dónde va era verdadera. Yo sólo... soy una mierda para las relaciones.

—Me lastimaste —dijo Luna—. Realmente quería esto, JJ. Eres todo lo que quería desde que tenía 13 años. Lo deseaba tanto.

—¿Deseabas? —preguntó JJ—. ¿Ya no?

—No sé lo que quiero —respondió Luna—. Todo lo que sé es que eres mi mejor amigo, y no tenerte en mi vida no es algo que quiera que suceda. Pero después de lo que pasó, no lo sé.

—Dame otra oportunidad, Luna —prácticamente rogó JJ—. Por favor. Una oportunidad más para demostrar que esto, tú, eres todo lo que quiero.

Luna lo pensó durante tanto tiempo que JJ comenzó a preocuparse aún más. Nunca había estado así por una chica, pero verla contemplar su oferta lo estaba matando lentamente. Él no lo sabía, pero Luna disfrutaba viéndolo retorcerse. Se lo merecía después de lo que había hecho. Se dio cuenta de que su padre tenía razón, y todo lo que él decía que probablemente sentía JJ era cierto.

Finalmente, suspiró—. De acuerdo —los ojos de JJ se iluminaron, pero Luna levantó la mano—. Tienes una oportunidad más, JJ. Si la cagas otra vez, no obtendrás otra.

—Gracias a Dios —suspiró JJ aliviado.

Fue a abrazar a Luna, pero ella dio un paso atrás—. No.

—¿No?

—No —respondió ella—. Dije que tienes otra oportunidad, no que iba a ser fácil. Todo esto depende de si quieres trabajar por esto, JJ.

—Sí —respondió JJ—. Realmente quiero hacerlo.

El labio de Luna estaba partido en donde Rafe la golpeó y su mejilla estaba magullada y un poco menos hinchada por el otro incidente, pero nunca se había visto más hermosa. JJ juró que su corazón se detenía cada vez que la veía.

—Está bien —dijo Luna—. Si estás seguro...

—Cien por ciento —espetó JJ—. Te extrañé.

—Yo también te extrañé JJ —respondió Luna.

—¿Estás bien? —preguntó JJ—. Después de lo que pasó.

—Sí —respondió Luna—. Estoy bien. Rafe golpea fuerte.

—Esta vez voy a matarlo de verdad —dijo JJ—. Nadie pone una mano sobre mi chica.

Luna arqueó una ceja—. No soy tu chica, JJ.

—Todavía no —respondió JJ—. Pero no te preocupes. Después de que lo arregle, serás mi chica de verdad.