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24 | rafe cameron

Al día siguiente, Luna estaba en el embarcadero con JJ y Pope mientras John B y Kiara se encontraban en el agua probando el dron que habían robado. Estaba sentada mientras Pope hacía todo el trabajo, porque sabía lo estresado que se ponía cuando la gente lo interrumpía o tocaba botones por curiosidad. Luna respetaba eso, pero JJ... bueno, era JJ.

—¿Qué es esto? —preguntó JJ mientras sus dedos se movían para presionar el botón.

Pope apartó la mano de un golpe—. No lo toques. Intento descifrar esto.

Luna miró la pantalla frente a Pope y vio a John B golpeando la lente de la cámara, frotándose los dientes con el dedo en un movimiento de limpieza. Sonrió cuando Pope puso el dron en movimiento y observó cómo pasaba junto a Kiara y John B.

—Dios bendiga a los genios raros, Pope —dijo JJ—. En serio, viejo. ¿Cómo controlaríamos los drones sin ti?

—Técnicamente no es un dron —dijo Pope—. Es un vehículo operado a distancia.

—Cállate —intervino JJ—. Es muy temprano para eso.

—Cuando tengamos el video del naufragio, lo llevaremos a un abogado y haremos un reclamo formal —dijo John B.

—Qué mentira tener que hacer eso —anunció JJ.

—Hay una ley de salvamento marítimo —dijo Pope—. No puedes ir al fondo del océano y recoger cosas.

—Lo sé —dijo JJ—. Pero los abogados no son baratos.

—Lo sabemos —dijo Luna—. En cuanto vean el video, trabajarán gratis.

—¿Cómo sabes todo eso? —preguntó Kiara.

—Porque Big John lo dijo un millón de veces —respondió Luna.

—Sí, es justo —dijo Kiara.

—Esta correa es muy larga —dijo Pope—. Con mal clima, esta cosa se zarandearía.

—Luego iremos a la calma —respondió John B.

Un trueno retumbó en lo alto y Kiara dijo—: ¿Marea floja?

—Ahora debemos esperar el clima adecuado —dijo Pope, mirando las nubes de tormenta que se acercaban rápidamente—. Y, hoy, no es ese día.

—No —dijo Luna—. ¿Tal vez mañana?

—Con suerte —respondió Pope—. Tengo que ir a entregar algunas cosas a mi papá esta tarde.

—Genial, iré contigo —ofreció Luna.

—Yo también —agregó JJ.

—Genial —dijo Pope—. Vamos.

Así fue como Luna se encontró parada en el barco del Sr. Heyward, mientras el hombre mismo le entregaba bolsas de compra. JJ estaba a su lado, tan cerca que cada vez que él se movía, Luna sentía su brazo rozando el de ella. Ella se estremecía cada vez que la tocaba, deseando no estar usando solo la parte superior del bikini. Hacía demasiado calor para una camiseta, de ahí que solo estuviera usando su traje de baño y shorts, y no podía mentir ni fingir que no veía a JJ mirarla cada vez que tenía un minuto libre.

—Ustedes tres lleven esta comida a Figure Eight —instruyó el Sr. Heyward—. Vuelvan aquí cuando terminen. Nada de pescar. Prometí que lo entregaría esta tarde —JJ tenía los brazos extendidos, esperando las bolsas mientras el Sr. Heyward continuaba—. Los ricos no quieren esperarlos, vagos hijos de... JJ, gracias... hijos de perra.

Luna rió—. Volveremos enseguida, Sr. Heyward. Lo prometo.

—Gracias, Luna —respondió el señor Heyward, señalándola—. Confío en ti más que en estos dos idiotas.

—¡Oye! —dijo JJ.

—¡Papá! —exclamó Pope.

El señor Heyward se rió entre dientes—. Vayan. Están desperdiciando la luz del día.

Luna sonrió cuando Pope tomó el timón, alejando el barco del muelle y hacia el mar abierto. Mientras navegaban hacia la Figure Eight, Luna notó el fuerte contraste entre los dos lados de la isla, que la reciente tormenta hizo más prominente que nunca.

—No parece que haya habido una tormenta allí —dijo Pope, expresando los pensamientos de Luna.

—Es porque tienen generadores, hermano —respondió JJ—. Acostúmbrate. Y dicen que en verano no habrá electricidad de nuestro lado.

—Es lindo ser un Kook —murmuró Luna.

—Malditos afortunados —dijo JJ.

Al llegar a su parada, Luna recogió las bolsas de comestibles en sus brazos y partió con Pope a su lado. JJ había ido por el otro lado, por lo que Luna y Pope caminaron silenciosamente hacia el club de golf.

—Entonces —dijo Pope—, ¿hay algo que quieras decirme?

—¿Sobre qué? —preguntó Luna.

—Sobre ti y cierto idiota llamado JJ —respondió Pope.

—No —respondió Luna fácilmente, dejando que la mentira saliera de su boca—. No pasa nada entre JJ y yo. Quiero decir, no hay nada que contar.

—Claro —dijo Pope, sonando poco convencido—. ¿Así que quieres que siga fingiendo que no los vi detrás de ese árbol y susurrando en la parte de atrás de la camioneta?

Los ojos de Luna se agrandaron—. Viste... ¿escuchaste eso?

Pope asintió—. Sí. No te preocupes, no se lo he contado a nadie. Pienso que es lindo.

—¿En serio? —preguntó Luna.

—Sí —dijo Pope—. Quiero decir, tú y JJ han estado saliendo prácticamente desde que tenían, ¿13? ¿14? Todos sabíamos que era solo cuestión de tiempo.

—Dios, pensé que estábamos siendo sutiles —suspiró Luna.

—No te preocupes —dijo Pope—. No se lo diré a nadie. Entonces... ¿están juntos?

Luna se encogió de hombros—. No. Solo estamos viendo hacia dónde van las cosas y, para ser honesta, nada ha cambiado.

—Aparte del hecho de que estaban coqueteando detrás de un árbol —dijo Pope.

Luna se rió—. Sí, aparte de eso. No lo sé, Pope. Realmente me gusta, pero tengo miedo de que esto sea solo un juego para él. Hemos sido amigos durante tanto tiempo que no quiero arruinar eso.

—Créeme, si pudieras ver la forma en que JJ te mira cuando él cree que nadie está mirando, dirías lo contrario —dijo Pope—. Puede que a veces sea un poco idiota, pero no se puede negar que se preocupa por ti.

Luna sonrió—. Eso es dulce. Nos lo estamos tomando muy despacio en este momento. Estamos intentando descifrar dónde estamos y qué queremos. Lo máximo que hemos hecho es besarnos un par de veces, así que si pudieras...

—¿No decirle a Kiara o John B? —adivinó Pope, y sonrió cuando Luna asintió—. No te preocupes, tu secreto está a salvo conmigo.

Luna le dio un leve codazo a Pope—. Gracias, Pope.

Se quedaron en silencio y estaban casi en el club de golf cuando Rafe Cameron descendió por la orilla y les bloqueó el camino. Luna se detuvo casi de inmediato, retrocediendo un poco detrás de Pope. Odiaba a Rafe después de lo que le había hecho y dicho sobre ella. Tuvo suerte de que su cabeza todavía estuviera sobre sus hombros, porque JJ había estado listo para matarlo.

—Hola, ¿qué tal? —saludó Rafe, luego los ojos se movieron hacia Luna—. Hola, hermosa. ¿Cuánto cuesta una cerveza?

Rafe detuvo a Pope con su palo de golf, empujándolo de regreso a Luna cuando ella dijo—: No están a la venta.

—Espera, puedes darnos una, ¿no? —preguntó Rafe.

—O puedes pedir una, como todos los demás —respondió Pope.

—Escucha —dijo Rafe, empujando a Pope de nuevo—. Espera. No me estás escuchando. Tienes tantas, hermano, y nosotros, nada.

—Nada —intervino Topper.

—No son mías —dijo Pope—. Ya están pagas.

—¿Pagas? —repitió Rafe, metiendo su palo de golf en la bolsa—. Probablemente las robaste, ¿no?

Arrancó la bolsa de la mano de Pope, esparciendo comida por el suelo. Los ojos de Luna se agrandaron—. ¿Qué demonios estás haciendo?

—¡Me debes por eso! —exclamó Pope, mientras Rafe le quitaba la otra bolsa de la mano.

—Rafe, ¿qué diablos? —exclamó Luna.

—Amigo, no te debo nada, Pogue —espetó Rafe.

—¡Compra tu propia mierda! —replicó Pope, empujando a Rafe lejos de él.

—Vamos —dijo Topper—. Solo queremos una cerveza —agarró la caja y trató de quitársela a Pope—. Danos una...

—¡Están locos! —gritó Pope.

—Solo danos una cerveza —espetó Topper, y cuando le arrancó la caja a Pope, cayó al suelo y se golpeó la cabeza—. ¡Mierda! Mierda, es mi culpa.

Luna marchó hacia adelante, empujando a Topper hacia atrás—. Te has divertido, ahora vete —volvió la cabeza para ver a Pope—. Pope, ¿estás bien?

Pope se puso de pie, la ira alimentó sus siguientes movimientos mientras corría hacia Topper. Rafe golpeó con su palo de golf en el pecho de Pope antes de que pudiera alcanzar a Topper, y cuando se dobló, Rafe lo arrojó sobre su espalda y Pope cayó al suelo.

—¡Oye! —gritó Luna, agarrando el palo de golf.

—¡Quédate abajo, perra! —le gritó Rafe a Pope.

—¡Hijo de puta! —exclamó Luna.

Rafe era significativamente más fuerte que ella, así que cuando sacudió el extremo del palo de golf hacia arriba, golpeó a Luna en el costado de su cara con tanta fuerza que tropezó hacia atrás. Topper empujó a Rafe hacia atrás y Luna cayó de espaldas a la arena, y cuando vio a Rafe levantar el palo de golf y soltar un grito furioso, gritó.

—¡NO!

Rafe tiró el palo de golf en la arena al lado de Pope, y Luna hizo ademán de ponerse de pie. Una mano en su hombro la empujó hacia abajo, y ella se tendió en la arena tratando de recuperar el aliento. Rafe se paró junto a ella—. Quédate abajo, zorra.

Luna tosió levemente—. Eres un psicópata.

—No los queremos aquí —dijo Rafe—. Alénjense de Figure Eight, Pogues. Nos vemos.

—Maldito psicópata —murmuró Luna, arrastrándose hacia Pope—. Oye, ¿estás bien?

La boca de Pope estaba sangrando, al igual que el costado de su cabeza. Gimió y miró a Luna—. Estoy bien.

—Vamos —dijo Luna—. Hay que limpiarte.

—A ti también —dijo Pope.

—¿Qué? —preguntó Luna, mientras ayudaba a Pope a ponerse de pie y ambos retrocedían tambaleándose por donde habían venido.

—Estás sangrando —dijo Pope.

—¿Yo? —preguntó Luna, llevándose la mano a la mejilla. Cuando el dorso de su mano rozó el lugar donde Rafe le había pegado con el palo de golf, sintió una sensación de escozor en la mejilla y su mano salió manchada de sangre—. Mierda.

—JJ lo va a matar —murmuró Pope—. Si pensamos que la última vez fue mala, no hay nada que lo detenga ahora.

—Mierda —susurró Luna—. Está bien, si pregunta, solo di que me tropecé. Eso es creíble, ¿verdad?

—Sí, para cualquiera menos JJ —respondió Pope, sujetándose las costillas—. Puede ver a través de ti y lo sabes.

—Mierda —susurró Luna—. Está bien, bueno, tal vez si yo —sacudió su pelo para que le cubriera la cara—... y me pongo la gorra, ¿no lo verá?

—Vale la pena intentarlo —respondió Pope.

Regresaron al barco malhumorados, y mientras Luna alcanzaba el botiquín de primeros auxilios, ella y Pope se sentaron en la cubierta y se limpiaron las caras con un paño cubierto con antiséptico. Ahora todo lo que tenían que hacer era enfrentar la ira de JJ cuando descubriera que alguien había lastimado a sus amigos.

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