100 | un susto
—¡JJ! —gritó Luna, saltando de la camioneta y corriendo hacia la motocicleta—. ¡JJ! No, no, no. ¡JJ! ¿JJ? ¿Dónde está?
Sarah la miró—. Luna...
La respiración de Luna era inestable mientras trataba de contener los sollozos—. JJ... ¡JJ! ¿Dónde está?
—Quizá está en el puente —sugirió Pope.
—No, no, no —dijo Luna, sus dedos enredados en su cabello mientras luchaba por respirar. Se agachó y soltó un sollozo.
—Me gustaría decir que lo hice a propósito —dijo una voz detrás de ella, y Luna se dio la vuelta para ver a JJ quitándose el polvo del gorro—, pero fue la mejor acrobacia de mi vida.
Luna se puso de pie en un instante, el resto de los Pogues le dieron la oportunidad de acercarse primera a JJ. A decir verdad, una parte de ellos se preguntaba cómo reaccionaría, y cuando Luna se abalanzó sobre JJ, golpeó su pecho con ambas manos y lo empujó hacia atrás.
—¡Eres... un... completo... imbécil, JJ! —pronunció cada palabra con un empujón. Se arrojó a sus brazos y él la atrapó con fuerza—. Me asustaste tanto —entonces suspiró—. Estás vivo.
—Lo sé, yo también estoy sorprendido —dijo JJ, aferrándose a Luna.
—Mierda, eso fue genial —dijo Topper.
Luna aún no había soltado a JJ, llorando en su hombro mientras él la rodeaba con sus brazos. Sarah dijo—: Pensamos que habías muerto esta vez, JJ.
—No, hoy no —respondió JJ, desprendiéndose de los brazos de Luna—. Oye, princesa, estoy bien.
Ella lo empujó de nuevo—. Te odio.
—Claro que no.
—No —dijo Luna—. ¡Nunca vuelvas a hacer eso!
—Esto es lindo, pero debemos irnos —dijo Pope.
—Sí, vámonos —dijo Topper.
Luna miró a JJ a los ojos—. ¿Me escuchaste? Nunca vuelvas a hacer eso.
—No prometo nada.
—¡Oigan! ¡No se muevan! —JJ agarró a Luna de la mano y la tiró hacia la camioneta de Topper mientras un policía en el puente les gritaba—. ¡Dije que no se muevan!
—No puede ser —dijo JJ, mientras subían a la camioneta de Topper.
Una vez en ella, y al alejarse de la escena, estalló una discusión entre ellos sobre a dónde se suponía que debían ir y qué tan rápido deberían haber ido.
—Son una pesadilla —dijo Topper—. ¿Discuten por todo?
—Absolutamente todo —confirmó Luna—. Sí.
Topper aceleró a regañadientes, y cuando golpearon un bache, fueron arrojados con fuerza y la caja en la parte trasera de la camioneta se cayó, golpeando el suelo. Topper frenó bruscamente y detuvo la camioneta. Todas sus voces se entremezclaron mientras discutían antes de salir de la camioneta y revisar los daños.
Dentro de la caja no había ninguna cruz. Eran simplemente neumáticos y otros suministros. El pecho de Luna se sintió apretado cuando se dio cuenta de que todo lo que habían hecho había sido en vano.
—Pope, lo siento mucho —dijo Sarah en voz baja.
—Entonces, ¿dónde está la verdadera cruz? —preguntó Luna.
Oyeron sirenas a lo lejos y Topper dijo—: ¿Escucharon eso? No puedo estar aquí, mi abuelo es juez.
—¿Puedes calmarte? —preguntó JJ—. No van a pensar que un tipo en chanclas es parte de un robo, ¿de acuerdo?
—Sí, con la caja junto a mi camioneta —dijo Topper.
—Tenemos que irnos —dijo Luna.
Una vez más, se amontonaron en la parte trasera de la camioneta de Topper, Luna se sentó medio encima de JJ y Kiara para tratar de hacer espacio, antes de partir de nuevo, huyendo de la escena de otro crimen cometido en nombre de recuperar lo que les pertenecía por derecho.
—
Luna realmente pensó que había perdido a JJ. Eran escenarios que nunca pensó que tendría que experimentar, pero ese fue el momento en que supo que todo su mundo había comenzado a desmoronarse a su alrededor, viendo cómo el concreto se rompía y la motocicleta de JJ se precipitaba hacia ellos.
Después, tuvo tiempo de procesar lo que había sucedido y se dio cuenta de lo cerca que había estado de perderlo. Cómo había actuado desinteresadamente en nombre de todo el grupo, asegurándose de que ella estuviera a salvo ante todo. Si él hubiera muerto, y ella nunca hubiera llegado a decirle que lo amaba por última vez, no sabía lo que habría hecho.
Cuando Topper los dejó afuera de la casa de Luna, ella y JJ caminaron miserablemente hasta la puerta principal. Roger, afortunadamente, no estaba en casa y había dejado una nota en el mostrador diciendo que estaba con Lainey y que había cena en el refrigerador para ellos.
No hablaron mucho mientras comían, porque JJ podía sentir que Luna estaba conmocionada por los eventos de esa noche. No había considerado en el momento cómo iba a salir de esa situación, su único pensamiento era asegurarse de que Luna estuviera a salvo y darle tiempo a sus amigos para ponerse a salvo. Su imprudencia casi le había costado la vida, y sabía que no era algo con lo que Luna pudiera lidiar sola.
Cuando se acostaron, ella se puso el pijama y se metió en la cama sin decir una palabra. JJ se quitó la ropa y se metió en la cama junto a ella, tendido de costado y mirándola. Ella estaba de espaldas a él, por lo que susurró—: ¿Luna?
—Pudiste haber muerto, JJ —respondió Luna—. Pensé que estabas muerto.
—Lo... lo sé —tartamudeó JJ, poniendo su mano en su cadera—. Lo siento.
—Está bien —dijo Luna, sollozando ligeramente—. No puedo perderte, JJ. Por favor, no vuelvas a hacer nada así de estúpido.
—Haré lo mejor que pueda, princesa —dijo JJ—. Ahora, ven aquí para que pueda darte algunos abrazos como una forma de compensarte.
Luna rodó sobre sí misma, dejándose caer en los brazos expectantes de JJ. Él la besó suavemente y ella le sonrió—. Te amo, JJ.
—Yo también te amo, princesa —respondió JJ, acomodando su cabello detrás de su oreja y fuera de su rostro—. Ahí está mi chica hermosa.
Luna colocó su mano en la mejilla de JJ—. Y ahí está mi chico.
—¿Quieres dormir? —preguntó JJ—. Ha sido un largo día... y noche.
Luna miró a JJ con un brillo en sus ojos—. Me queda algo de energía, ¿y a ti?
—Si me estás preguntando lo qué creo que me estás preguntando, entonces, cariño, siempre tengo energía para eso —dijo JJ con una sonrisa tonta—. ¿Una oportunidad de desnudar a mi chica? ¿Qué tonto se perdería eso?
Luna puso los ojos en blanco, deslizando su mano alrededor de la nuca de JJ—. Ven aquí.
—Sí, señora.
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