Capitulo veinticinco. Bromista.
Me senté en el frio suelo, agotada, frustrada y con miedo. Las voces no paraban, y yo no lograba entenderlas. No quería gritar, no tenía fuerzas para hacerlo. A donde sea que me haya llevado el Stiles malo, no creo que los chicos logren encontrarme fácilmente. Tome mi cabeza entre mis manos, tratando de amortiguar los gritos de la gente que murió ahí. Lo odiaba, era horroroso, estaba volviéndome loca.
Me levante, caminando por el estrecho pasillo que apestaba a muerto. Era insoportable. Estaban por todos lados, el sufrimiento me daba de lleno en el corazón.
Un grito horroroso se escuchó haciéndome sobresaltar. No podía, mierda, necesitaba salir de ahí.
-Los escuchas-Susurro una voz detrás de mí. Me gire y vi su silueta a lo lejos-Es más fuerte de lo usual ¿Oh no? Bueno...eso es porque muchas cosas malas pasaron en este lugar.
Yo retrocedí inmediatamente. Era pálido, sus ojos eran malvados, y el aura que emanaba me daba escalofríos. Camine desesperadamente lejos de él.
-¿Qué te dicen las voces?-Pregunto lentamente. Era horroroso-¿Qué te dicen...?-Pregunto en tono burlón-¿Qué Stiles está muriendo...?
Y los lamentos se escucharon más fuerte, las voces gritaban, pedían ayuda, pero nadie podía rescatarlos, yo no podía, era demasiado tarde.
-Es cierto-Rio malvadamente-Está muriendo...
Seguí corriendo y doble en un pasillo y grite:
-¿Entonces para que me necesitas? ¿Crees que yo pueda decirte algo?-Golpee la reja que impedía mi salida. Su risa lleno todo el lugar.
-Sí que puedes...-Rio más.
-¡NO VOY A DECIRTE NADA!-Golpee otra vez la reja desesperada.
-No será necesario-Lo mire asustada, estaba a unos cuantos centímetros de mi-Vas a gritarlo-Susurro.
Y entonces lo hice.
Se alejó de mí, y corrí hacia el otro lado, pero también había una reja que impedía mi libertad. La golpee con furia, estaba enojada, quería salir de ahí, quería matarlo, quería que muriera.
-Me encontraran-Hable con voz segura-Mis amigos van a encontrarme, y mi novio seguramente te partirá la cara.
-Eso crees-Susurro detrás de mí-Yo mismo me preguntaba que estaban haciendo ahora, que inútil pista están siguiendo...me pregunto, si alguno de ellos tiene problemas más importantes que enfrentar...están dedicando, cada minuto a buscarte, oh...esperan a que caiga la noche, concentrados en cosas inútiles, para pasar el tiempo.
Me voltee lentamente mientras me sostenía en las estrechas paredes que me rodeaban.
-¿Qué es lo que quieres?-Pregunte.
-Mas-Se levantó de las pequeñas escaleras en las que estaba sentado.
-¿Mas qué?
-Las historias de bromistas, tratan de alimento, Adeline...el coyote y el cuervo, el zorro, todos tienen hambre-Bajo lentamente y yo trague saliva sin apartar la mirada de el-Yo soy igual-Las lágrimas bajaron por mis mejillas-Mi antojo es de algo diferente-Le di la espalda y comencé a temblar-Yo me alimento de lo que sientes.
Se acercó a mí, invadiendo mi espacio personal. Hizo a un lado mi cabello, y paso su boca por mi oreja, llevando a todo mi cuerpo un escalofrió.
-Y soy insaciable-Susurro mientras acariciaba mi cabello.
Desapareció sin decir nada, mis rodillas fallaron y caí al piso de golpee. Comencé a llorar. Y sentí, lo sentí de nuevo, invadiéndome, la sensación de muerte estaba por todos lados. Y no quería aceptarlo, no quería que los chicos vinieran, sabía que algo saldría realmente mal. Lo sabía.
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