Capítulo treinta y cinco. AIDEN.
Después de todo, les había contado sobre la lista de muerte y los asesinatos. Lydia también estaba en lo mismo que yo, aunque un poco menos. Llegué a la escuela con Derek y Scott, al parecer querían hablar con Liam sobre la siguiente luna llena, en la cual abría un partido.
-No puedo entrar a los vestidores de hombres -Dije al ver que nos dirigiamos hacia allí.
-No hay nadie -Contestó Scott.
Resople y entre junto con ellos, a decir verdad, pensé que iba a oler mal, pero no. Y además, no había cosas tiradas por ningún lado.
Después de que Derek tomará el Stick de Liam nos quedamos en silencio. Nisiquiera entendía cual era el plan.
-¿Qué diablos pasa? -Escuche decir a alguien a lo lejos- ¿Dónde esta mi palo? -Pregunto enojado.
Derek hizo ruidos a proposito para que el lo escuchará. Me hizo una seña para que lo esperará ahí junto con Scott. Suspire y me crucé de brazos.
-¿Esto es tuyo? -Pregunto el morocho.
Para después escuchar como lo rompía y se lo lanzaba a los pies. Luego oí otro golpe. Vaya que Derek aún seguía teniendo su fuerza de siempre. Mi hermano comenzó a decir su nombre, pero el no dejaba de gruñir y respirar agitadamente.
Salí junto con Scott y vi a Derek sosteniendolo del cuello.
-Tienes razón, es bravo -Sonreí de lado.
Lo soltó y yo saqué el verdadero Stick, el que era de el.
-Este es el tuyo -Liam observó a mi hermano y luego a mi, suavizo su mirada un poco.
Se lo avente y luego le guiñe un ojo. El timbre sono.
-Ve a clase Liam -Le dijo mi hermano.
Nos observó a todos y luego se marchó. Derek tenia una mirada extraña en la cara.
-¿Por que sonríes? -Pregunto Scott asustado.
-Vas a ser bueno para esto.
-¿Bromeas? No tengo ninguna preparación, ¿recuerdas que dijiste que me enseñarias algo?. Creo que me vendría bien un curso intensivo en este momento.
-Te dire una cosa, esa ira que el tiene lo hará fuerte.
-Y peligroso -Completo Scott.
-Mucho.
Mi hermano, claramente cansado, se sentó en una de las bancas.
-Este debía ser el semestre que me concentraria en la escuela. Pero Kate regresó. Y tengo a un Beta. Y hay una lista negra.
Rodee los ojos.
-Si nuestros nombres están en esa lista, deberíamos concentrarnos en eso -Alce una ceja.
-Bien -Hablé- Yo mejor me voy, oh comenzare a vomitar arcoiris.
Agarre mi mochila y estaba dispuesta a irme, pero la voz de Derek me detuvo.
-¿No te vas a despedir? -Me giré y lo mire.
-¿Quieres que te de un beso de despedida? -El sólo asintio- Pues pideselo a Kate.
Y azote la puerta. Apenas iba a librarme de alguno de los chicos, cuando Malia llegó y enredo su brazo con el mío.
-Creo que deberiamos de concentrarnos en la segunda clave ¿No crees?
-¿Y como haremos eso? -Pregunté curiosa.
-Bueno, pensé que como dijeron que habías hecho un dibujo del nemeton, pues alomejor y podías dibujar algo que nos llevará a eso.
Y así fue, Malia me jaló hasta el salón de Artes. Sabía dibujar, lo admito, pero no me sentía con ánimos de hacerlo, no tenía ninguna sensación en este momento. Me senté en una de las sillas frente a un cuadro, tome un lápiz y suspire. La chica coyote parecía ansiosa, como esperando que encontrará algo, pero no creo hacerlo, oh tal ves si, siempre llegan sin previó aviso.
Trataba de escribir algo, pero no me dejaba.
-Deja de rondar -La reprimi.
-No estoy rondando. Estoy esperando. Dibuja algo, escribe algo. Necesitamos saber quien más esta en esa lista -Apreté el lápiz con mucha fuerza.
No era tan fácil.
-Quieres saber si estas en la lista -Confirme.
-Si alguien viene a decapitarme, si, me gustaría saberlo.
Me quedé callada unos segundos, esperando algo, intentando escribir algo, pero Malia estaba prácticamente encima de mi.
-¿Puedes sentarte, por favor? -Pregunté enojada- Estas poniendome nerviosa.
Se sentó en una de las mesas y tomó un libro mientras se disculpaba. Cerré los ojos, sentía que debía dibujar algo. Pero como siempre...
-Adeline -Me llamó.
-¿Qué? -Estaba perdiendo la paciencia- Oh Dios mío, ¿qué?
Cerró el libro.
-Quizá necesitamos ayuda, de otra banshee.
-Meredith -Susurre.
Y vaya que Meredith nos había ayudado mucho con todo el asunto del nogitsune.
Salimos del salón, teníamos que hablar con ella, pero era bastante difícil.
-Eichen ordena que Meredith no reciba visitas sin permiso de un familiar -Contesté sin dejar de caminar.
-Eso no será fácil, ya que toda su familia falleció.
-Perfecto -Hablé con sarcasmo.
-Bien, regresemos al salón de arte o al de música -Me detuve.
-No voy a tocar dos horas las cuerdas del piano esperando alguna inspiración sobrenatural.
-Bien -Pareció pensar- ¿Qué más hacen las banshees?
-¿Crees que yo se? -Pregunté llena de ira.
No respondió nada.
-No puedo activar esto así nada más, no soy como ustedes -Me acerqué a ella lentamente- No tengo garras ni ojos brillantes, ni super sentidos -Las lágrimas amenazaban con salir- Sólo oigo voces en mi cabeza.
Unas personas que estaba cerca de nosotros, nos estaban mirando. Suspire y me aleje de Malia. No era tan fácil, no es como tener poderes, no, es encontrar muertos, provocar muertes y todo siempre es sobre muerte.
Iba caminado hacia la salida, al parecer hoy llegarían los de la otra escuela. No estaba interesada, pero vi como Liam se dirigía hacia ellos mientras su amigo el moreno le decía que esperará.
-Brett -Escuche como grito.
Un chico alto, guapo y con un poco de músculo se bajo del camión. Vestía una camiseta negra, vaya chico, era bastante guapo. Caminaron hacia ellos y yo hice lo mismo. Me puse al lado del chico moreno, me miró y alzó los hombros. Yo sólo frunci el ceño.
-¿Qué es lo que hará? -Pregunté en un susurro.
-Sólo quería decirte -Comenzó a hablar- Suerte en el juego -Solté todo el aire que estaba conteniendo.
El chico y sus amigos sólo rieron.
-Que ternura, Liam -Contestó- ¿Fue lo que te enseñaron en "manejo de la ira? ¿Pide disculpas y todo esta bien?
Apreté los puños.
-Destrozaste el auto del entrenador.
-Pague por ello -Contestó un Liam muy enojado.
-Si, vas a pagar por ello. Vamos a partirte en dos alla afuera. Y toda la culpa será tuya.
Okay, ahora yo estaba perdiendo el control.
Vi como sangre salía de sus puños. Di un paso al frente y agarre a Liam de la mano.
-Mi amor -Entrelace nuestros dedos- Es hora de irnos, ya sabes -Solté una risita tonta- A mi casa.
Brett fruncio el ceño confundido.
-¿Está es tu novia Liam? -Pregunto burlón.
-¿Algún problema con ello? -Me acerqué a el peligrosamente- Más vale que tengas cuidado con lo que haces niño, porque no creo que quieras meterte con una banshee -Susurre sólo para que el escuchara.
Me lleve a Liam, podía sentir que tenía sangre en las palmas. Era un buen chico, no merecía nada de esto. Stiles y Scott nos siguieron y se lo llevaron a las duchas para calmarlo. Antes de eso, lo abrace.
-Tranquilo Liam -Besé su mejilla y se fueron.
Suspire y agarre bien mi mochila. Debía prepararme para el partido de Lacrosse de en la noche, tenía que ver como mi escuela le partía el trasero a los idiotas que insultaron a Liam. Camine a casa, no estaba tan lejos. Y como siempre, no había nadie. No quería llegar tarde, por lo que me duché pronto y me cambie.
Iba bastante sencilla, un pantalón de mezclilla, unas vans blancas y una blusa de manga larga del mismo color.
Estaba dispuesta a irme cuando mi teléfono sono. Era un mensaje del señor Stilinski.
A la comisaría, ahora.
Lo que me faltaba. No están dispuesta a caminar hacia alla, lo único que me quedaba era tomar la motocicleta de Scott. Baje y agarre las llaves, las cuales estaban en la encimera de la cocina.
Salí de casa y admire la moto. Alce los hombros y me subí en ella.
El trayecto no fue tan largo, pero ya había caminado lo suficiente por hoy. Me baje y camine hacia la comisaría. Lo primero que vi al entrar fue al papá de Stiles. ¿Tan importante era?
Me hizo una seña con la cabeza para que lo siguiera.
-Se que quizá esto tenga que ver con la lista negra -Mi corazón latio más rápido de lo normal- Pero no puedo dejarla salir de la estación. Y en un minuto llamaré a la casa Eichen para decirles que esta aquí.
Vi a traves del vidrio del despacho.
Meredith.
-Dame una hora -Susurre.
-Tienes quince minutos -Yo sólo asenti.
Le pasé por el lado y entre, lo mismo hicieron Parrish y Stilinski. Dios mío, el primero cada ves se veía más guapo. Mierda Adeline, tienes novio. Okay, concentrate en Meredith.
-Pregunta lo que quieras.
Agarre mi celular y se lo extendi a ella. Lo agarró y me sonrió.
-Meredith, ¿no vas a responder?
Se levantó del sillón y se acercó a mi oído.
-No esta sonando.
Se volvió a sentar y yo me crucé de brazos. Era difícil tratar con ella. Me agache para estar a su altura.
-Meredith, viniste a ayudarnos ¿recuerdas?
-Tu me llamaste -Apreté los labios.
-¿A que te refieres con que te llame? -Pregunté confundida.
-Te oí -Susurro.
-Meredith -Interrumpió Parrish- ¿Puedo hacerte una pregunta?
Hizo lo mismo que yo, se agachó para poder verla bien.
-Cuando necesitas ayuda, cuando quiera encontrar algo, ¿tienes a quien acudir? ¿puedes llamar a alguien?
Ambos la miramos.
-Depende, gente distinta para cosas distintas.
-¿Quizá haya un número que pueda ayudarnos? Alguien a quien podamos llamar -Pregunto Parrish.
-Si -Contestó.
-¿Estarías de acuerdo en decirnoslo?
-Si.
Tome mi celular y abrí para apuntar un número.
-Es dos, cuatro, tres, seis.
Frunci el ceño, había parado de decirlo.
-Los números telefónicos, tienen 10 dígitos -Hable claramente enojada.
-Ese es el número.
-Meredith -La llame con rudeza- Los números telefónicos tienen 10 dígitos.
-Ese es el número -Repitió.
-Meredith.
-Adeline -Me llamó Stilinsli para que la dejara en paz- Oye, ven -Me ayudó a levantarme- Creo que es todo lo que obtendremos.
-No -Susurre.
No podía ser de esa manera, tenía que ayudarnos, si no todos moririamos.
-Tiene que haber más -Dejé ver al mayor y me gire para verla a ella- ¿Cuál es el resto Meredith?
Había perdido los estribos.
-¡Concentrate!
-Pero ese es el número -Volvió a decir.
-Concentrate.
Y volvió a decir lo mismo, una y otra ves.
Parrish trato de tranquilizarla, pero ella sólo gritaba lo mismo.
Al final, Stilinski llamó a la casa Eichen, los dos se encontraban acompañandola en la sala de espera. Yo estaba sola en el despacho, pensando en que hacer, ese número no funcionaba.
Estaba dando vueltas por el escritorio, con el número escrito en un papel. Frunci el ceño.
-¿Y si es como el álgebra? -Pregunté en un susurro- ¿Y si los números son letras?
Agarre el teléfono que estaba ahí.
Escribí las letras en un papel y las encerre conforme los números.
-Oh por Dios.
Agarre mi laptop y la encendí. No podía ser cierto, esto no.
Y la clave era esa.
AIDEN.
Y entonces, nuevamente comenzaron a aparecer.
Abrieron la puerta de golpee y cerré la computadora.
-Perdón, vine a ver si estabas bien -Sonrió- ¿Quieres que te lleve a casa?
Negue con la cabeza.
-No, estaré bien.
El asintio y cerro la puerta. No puedo creerlo, no puedo creer que el nombre de Parrish este en la lista.
***
Las adoro.
Las invito a pasarse por mi novela de Alpha.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro