seokjintomía
Dicen que no hay seres humanos perfectos, y probablemente esta afirmación sea cierta. Sin embargo, todos alguna vez creemos en la perfección física cuando encontramos a alguien a quien no podemos arrancarle los ojos de encima. Y no necesariamente por deseo; de esa mirada puede florecer su contraparte o incluso cualquier sentimiento que en el momento que ves a esa persona se te cruce por el pecho. Esto puede variar desde lo más inocuo hasta lo más pecaminoso dependiendo de a quién y con qué intenciones se le mire.
Yo por Seokjin me he encontrado confusa a veces sobre lo que me produce, porque sinceramente, su belleza tiene tantas aristas que cuando veo su rostro es como si acabara de poner el ojo en un caleidoscopio y de repente ya todo deja de ser unicolor y un multiverso se abre ante mí.
Pero primero, antes de pasar a las variadas cosas que Seokjin me hace sentir quiero destacar que cuando lo vi por primera vez entre sus pares fue el primero en el que me fijé. Cien puntos a su sonrisa perfecta por eso. Me pregunté, ¿cómo podría haber alguien con aquel rostro? Y esa pregunta sólo fue el principio de una serie de desafortunados eventos para mi sanidad mental porque cuando menos lo esperé ya había caído por sus encantos. Cada centímetro de piel, cada curva de sus labios, cada pestaña delicada en sus párpados estaban juntadas de manera precisa como quien teje la más exquisita manta sin un sólo error.
¿Saben de lo que hablo? Es algo que se experimenta cuando se tiene a alguien superior al frente y uno se queda sin palabras.
El siguiente ítem de la colección de reliquias que alberga en su anatomía que me embrujó fueron sus labios; y no porque quisiera besarlos sino porque mi más inocente fantasía era rozarlos con mis dedos y sentir la textura. Sin ninguna connotación sexual quisiera decir, pero es que hay cosas en el mundo que uno simplemente desea tocar.
Como cuando vas a un museo interactivo y te permiten sumergirte en la obra de arte. Básicamente es el mismo sentimiento que albergo por los labios de Seokjin desde que lo conocí.
Ahora, cuando hablaba de mirarlo como a través de un caleidoscopio y que el destello cientos de formas y colores es lo que más me turba y al mismo tiempo me hace feliz me refería a lo siguiente: Una mescolanza de sensaciones cuando de repente ríe como un chico inocente y me contagia su risa y de pronto, con tan sólo trazar sus cabellos hacia atrás y dejar al descubierto su frente de porcelana ya me tiene hecha un desastre. Es como ser golpeada por un tren a toda velocidad.
¿Cuándo dejamos de reírnos y ahora no puedo dejar de ver cada detalle de tus manos, de tus finos y alargados dedos?
En ese punto ya no quiero contagiarme de sus sonrisa sino dimitir ante los nervios de ser su próxima presa como si fuese un halcón. Vamos, nadie está ciego para decir que Seokjin es sólo risas y diversión; ese hombre tiene el potencial de todos los países desarrollados para ser llamado "señor" ó dígase algo más subido de tono.
Pero continuamos.
Hay otra cosa que llama poderosamente la atención en mí cuando lo veo y es que no consigo ningún ángulo que esté marginado en su cuerpo. Es como que la vida decidió bendecirlo con belleza mírese por dónde se mire. Desde un lado de sus pómulos lisos, por detrás de su espalda gruesa o hacia un costado donde puedo delinear con mi mirada su figura de cabeza a pies.
Gracias al cielo nunca me encontrará haciendo esto último porque sé que pueden existir dos posibilidades: Una que me lance uno de esos besos al aire que dejarían a mi corazón tieso en su lugar o que me clave sus oscuros y hermosos ojos negruzcos por impertinente. El punto es, que encontrarme admirándolo con un atisbo de querencia podría significar una muerte figurada para mí; y creo que todavía no quiero morir porque significaría no volver a verlo más.
Pero me alejaré de pensamientos indeseados y me concentraré en algo un poco más dulce que he encontrado totalmente tierno de Seokjin y es que cuando ríe casi dejando los pulmones en el suelo o se encuentra molesto, o diciendo una mentirilla... Sus orejas. Se tornan de un carmesí puro que enternece y aunque es algo que pase desapercibido para algunos yo no puedo dejar de nombrarlo porque forma parte de esos colores de caleidoscopio que mencionaba anteriormente.
Y por último, me afincaré resaltando lo que físicamente me gusta de Seokjin ya que sus miles de otras cualidades las dejaremos para otra oportunidad. Esto puede ser un poco extraño pero no se puede quedar sin ser mencionado. Su tórax. No es ni enorme ni menudo, y eso es exactamente perfecto para mí, se ve correcto y necesario para cuando quieres un abrazo de esos que sabes que te van a curar el alma.
Siempre he soñado aunque sé que no tendré la oportunidad y sólo podré admirarlo a lo lejos en ser abrazada por él y que aquello dure unos segundos. Un abrazo estrecho pero de apoyo bilateral porque le deseo siempre que siga tan encantador y risueño como me gusta verlo pero, que cuando la oscuridad se cierna sobre él, sepa que también me tiene para apoyarlo incondicionalmente.
Sé que entre sus brazos y en el medio de su pecho donde podría escuchar mínimamente los latidos de su corazón las cosas serían mejores y el mundo no luciría tan lúgubre porque al igual que la sonrisa de Seokjin, lo otro que puede ayudarme a sentir esto es saber que detrás de su pecho existe un corazón noble que he tenido el placer de conocer a la distancia en la misma línea de tiempo de mi existencia.
Comenzamos diciendo que dicen que no hay seres humanos perfectos, ¿no? Bueno, me gustaría decir que Seokjin lo es. No importa que otros no estén de acuerdo conmigo, no todos creemos que la Tierra es plana así que, cuando se piense que este buen caballero carece de belleza es ahí donde me gustaría invitar a la otra persona con un cortés:
Pues míralo una vez más y piénsalo de nuevo.
con amor, Army.
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