
Capítulo 6
Acordaron pasar el día en la casa de Namjoon, las cortinas metálicas no dejaban pasar los rayos del sol y era una fortaleza, ideal para descansar antes de ejecutar los planes de alianzas. Cada uno se acomodó ya fuera en una habitación o en un sofá, la casa era pequeña y resultaba algo incómoda pero era solo por una noche. Las horas pasaban lentas en un sueño tranquilo para cada vampiro, dormidos pero con las armas cerca como guerreros natos. Cada uno era letal a su manera, cada uno tenía un arma predilecta y era especialista en su ramo.
Namjoon es un hacker indetectable, puede vencer cualquier sistema, habla varios idiomas a la perfección y es experto en artes marciales mixtas, es un francotirador excepcional, un líder sin nombramiento oficial pero todos los guerreros saben que él se ha ganado el puesto a pulso y lo respetan por ello. Leal a sus hermanos siempre intenta que estén juntos pero es una tarea que pone a prueba su paciencia.
Hoseok aunque siempre esté sonriendo, bromeando y provocando a sus hermanos, en combate mano a mano no tiene comparación, tiene la admiración no solo de los guerreros, toda la sociedad vampírica sabe que él no necesita armas, él es el arma. Es un rastreador de nacimiento y aunque siempre le gusta matar a mano limpia, lleva consigo dagas y su sello personal, una escopeta recortada cruzada a su espalda.
Jimin no podría pasar desapercibido en ningún lado, todos lo notan en cuanto entra a algún lugar, sin embargo es el mejor espía de la hermandad, colocando micrófonos y dispositivos de grabación en los sitios adecuados, aunque tenga una cara angelical, es un combatiente letal, es el encargado de torturar si así es necesario y lo disfruta como ninguno, tiene también en su poder toda clase de venenos y puede mirar como sus enemigos se deshacen lentamente mientras el sonríe.
Jin lleva siempre consigo dos Glock modificadas con balas expansivas, un par de Berretas rojas, su marca personal, sus balas nunca fallan, además de las dagas que todo guerrero usa para matar. Es experto en artes marciales y lo que lo distingue es la fuerza de sus patadas, capaz de romper huesos con un solo aseste de éstas. Cuida de los guerreros menores sutilmente y defiende con su vida a sus hermanos. Igual de fuerte en cuerpo que en espíritu, combinación letal si quieres enfrentarlo.
Suga es experto en explosivos, puede armar una bomba con casi cualquier cosa, conoce a la perfección los elementos necesarios para crear caos, incendiar y hacer reventar desde los cimientos los edificios más vigilados, no tiene un similar, él es único. También es un excepcional gatillero y un ágil combatiente, su trabajo es más de campo antes de que sus hermanos lleguen a la escena de combate, preparando el terreno para una victoria asegurada.
Taehyung por su parte prefiere las dagas sobre todas las armas, lo hace mas personal según su lógica. Es ágil, lo suficientemente flexible para evadir los golpes más certeros, no tiene rivalidad en cuanto a rapidez para matar con el filo de las dagas, no le importa tampoco recibir una herida para salvar a sus hermanos, bajo sus ropas siempre lleva guardadas cuatro dagas más pequeñas bañadas de veneno que Jimin le regaló, además de una Glock cuando sale a cazar.
Poco antes de que la Luna saliera a observar a todos sus hijos, Taehyung ya estaba despierto, en su mente solo rondaban un par de hermosos ojos del color de las almendras que lo miraban destellando deseo y algo más que no se atrevía a analizar. Apenas iban unas horas desde que se encontraron en el bar y ya estaba ansiando verlo de nuevo aunque se resistía a admitirlo. No, solo debía asegurarse de mantenerlo a salvo y que pase la transición, nada más...si, eso, como sea, ajá.
Entró con cuidado al cuarto de Namjoon para ducharse y usar la ropa de su mayor antes de salir de nuevo al bar. Debía ver a Jungkook aunque fuera a distancia, vigilarlo y matar lentamente a todo aquél que se le acercara, humano, vampiro, lobo, cambia formas, bruja, mago, hada, duende, orco, úrgalo, dragón, demonio, zombie o lo que respirara cerca de él. Salió de la habitación determinado a mantenerse a una distancia prudente para dejar al niño trabajar, bajó a la cocina a buscar su primera comida. Los vampiros además de sangre necesitan alimentarse, algo que parecía que Namjoon no hacía adecuadamente ya que solo había cervezas y leche en el refrigerador, buscó en la alacena, había solo una caja de cereal, serviría por unas horas.
Vertió cereal y leche en un tazón dispuesto a comer tranquilamente y en silencio cuando su móvil vibró, sus pensamientos volaron a Jungkook. Sin importar que casi muere por atragantamiento con cereal sacó el teléfono lo más rápido que le dieron los reflejos, solo para leer un "Que tengas una linda noche Taehyung. Todavía no me siento mal pero, sería posible que vengas al bar?"
Se quedó embobado leyendo varias veces el mensaje con una sonrisa gigantezca plantada en su cara, no supo cuanto tiempo pasó mirando la pantalla absorto en esas palabras hasta que unas risitas lo sacaron de su burbuja.
—Por la Luna, nunca creí vivir lo suficiente para verte enamorado pero ¡Mírate! Estás perdido hasta los colmillos por ese niño— Hoseok y Jimin husmeaban sobre los hombros de Tae leyendo el mensaje del humano, ambos no creían posible que el pelinegro sonriera genuinamente
—Jimin y yo seremos los pajes en tu boda, aventaremos flores de colores mientras caminas hacia el altar—El castaño repitió el mensaje con voz exagerada causando que los ojos de Jimin desaparecieran por las risas. Taehyung por su parte miraba a la Luna por la ventana en busca de paciencia.
—Hermano vamos juntos al SHINee, queremos conocer a tu futuro esposo, además tenemos asuntos que tratar con Taemin—Explicó Hoseok que para ese momento le estaba robando el tazón de cereal a Taehyung
—Ni piensen en dirigirle la palabra, no se le acerquen—El tono grave en la voz del pelinegro era una declaración de guerra si se metían con su humano...¿Acababa de nombrar a Jungkook como suyo? Menos mal que solo lo pensó
Hoseok mostró las palmas de sus manos en señal de rendición —Tranquilo Tae Cullen, no nos acercaremos a tu Jungkook Swan. ¿Verdad Jimin?—El peliplata asintió solemne —Nos mantendremos a distancia, solo iremos a ver a Taemin—
Taehyung suspiró pesadamente, ni por un segundo creyó en que sus hermanos no lo avergonzarían frente a Jungkook.
Salieron los tres juntos, se rindieron en tener una comida decente en la casa de Namjoon y decidieron comer en una cafetería cerca del SHINee. Al salir los golpeó el frío de la noche, las calles estaban plagadas de humanos en busca de fiesta y de criaturas de la noche absortos en sus propios asuntos. Entraron por la puerta principal del bar de su destino de esa noche, el SHINee, que a esas horas estaba a reventar. Taehyung de inmediato buscó a Jungkook con la mirada pero no podía distinguirlo por lo lleno del lugar.
—No desesperes amigo mío, aún no es su hora de trabajo—Taemin apareció a su lado, saludando al más alto chocando los puños
—Hey demonio, no sé de que hablas, revisaba tu bar en busca de enemigos, de nada—Taehyung desvió la mirada de nuevo a la barra con la esperanza de que el humano apareciera
—Ajá—Fue todo lo que Taemin dijo antes de enfocarse en Hoseok y Jimin, el pelinegro suspiró de alivio ahora que el demonio no le prestaba más atención. En ese instante el aroma de Jungkook se hizo presente, su cuerpo vibró, se acercó a la barra, aún no lo veía pero sabía claramente que estaba cerca. Lo divisó a unos metros y enseguida el vampiro enfureció, una chica rubia falsa con el escote muy profundo y el vestido apenas cubriéndole el trasero estaba demasiado cerca de Jungkook, el se alejaba pero la Barbie venida a menos tiraba de la camisa del humano para que no se fuera. La cordura de Taehyung se quebró cuando la rubia tomó la mano de Jungkook y la puso en su plástico seno. Eso fue todo, el vampiro se acercó a la rubia y de un tirón se llevó al humano fuera del alcance de la rubia.
Jungkook sorprendido y asustado por la facilidad con la que el vampiro lo llevaba a un rincón del bar, no pudo ofrecer resistencia alguna, la fuerza que como humano poseía no se comparaba en nada a la de Taehyung, cuando estuvieron cara a cara, Jungkook por instinto quería huir y el vampiro lo notó porque lo tomó por la camisa, sus ojos centelleaban en rojo, olisqueó el cuello del humano, olía a óxido y acre, el olor del miedo. Tae suspiró y lo soltó, Jungkook miró sobre la espalda a dos tipos altos que emanaban peligro a distancia, uno castaño y otro tenía el cabello del color de la plata oscura, en su periferia distinguió a su jefe, tragó en seco porque había visto como el demonio cambiaba de humor y era capaz no solo de correrlo en ese instante por el escena que hizo con Tae, también podía matarlo con solo meterse en su cabeza, lo había visto antes, sin embargo, el demonio sonreía divertido al igual que los otros dos vampiros, mirando como Taehyung intentaba con todas sus fuerzas controlar su mal humor.
—De...Debo trabajar—Fue todo lo que su humana mente pudo pensar para quitarse de encima al vampiro, se deslizó fuera del alcance del vampiro, hizo una reverencia hacia su jefe quien le dio un apretón en un hombro y le guiñó un ojo, miró hacia atrás hacia el pelinegro, este de nuevo tenía los ojos rojos pero reunió todo el valor que su pequeño cuerpo tenía y siguió a paso firme hacia la barra, relevó a su compañero y se dispuso a servir tragos ignorando a los seres sobrenaturales que lo observaban.
Trató de no prestar atención a los pares de ojos que lo escaneaban con curiosidad, se sentía más como un animal en exhibición que en su lugar de trabajo. Se relajó un poco cuando de reojo pudo notar que los vampiros estaban enfrascados con su jefe conversando y bebiendo, sin embargo, Taehyung decidió quedarse en la misma esquina a observar al humano, éste sudaba, temblaba ligeramente al servir los tragos, cuando sus compañeros le hablaban al oído por lo alto de la música, éste los miraba molesto, podía escuchar perfectamente a pesar del ruido, lo cual eran claros síntomas de que el cambio estaba próximo.
Caminó lentamente a la barra, anunciando a paso pesado que se aproximaba al humano, Jungkook seguía trabajando concentrado, sin embargo el olor del vampiro lo hizo parar de servir un shot y mirar al nuevo cliente que estaba parado frente a él.
—Dame lo más fuerte que tengas—Dijo el vampiro en un claro doble sentido
—¿Q...Qué?—Preguntó contrariado
—Si, tequila, vodka, lo que sea—Dijo con voz grave el vampiro disimulando una sonrisa, cada gesto del humano lo fascinaba más.
—Ah, claro ya va—Sirvió la especialidad de la casa, mezcla de varias bebidas que bien podían matar a un humano con solo un trago, le ofreció el vaso y el vampiro bebió hasta acabar el vaso.
—Wow—Jungkook asombrado le sirvió otro pero el vampiro no desviaba la mirada del humano.
—¿Me temes?—No le dio tiempo a contestar, el vampiro tomó la mano del humano apretando suavemente, acariciando con el pulgar el dorso de la mano humana, Jungkook no sabía que responderle, desvió la mirada a sus manos unidas y se veían...bien. De pronto se le olvidó como hablar al parecer, empezaba a respirar con dificultad, su corazón estaba bailando freestyle en su pecho...la pregunta pesó más que nunca...¿Le temía?
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