Maebong Mountain Park, Seúl, Corea Del Sur.

Cerca de la medianoche, Baekhuyn y Chanyeol, ambos líderes del aquelarre de brujos de Seúl, tenían un asamblea secreta con G Dragon, líder del principado de Corea, para mostrarle los avances de sus experimentos.

—Buenas noches caballeros, díganme ¿Qué novedades me tienen que puedan ser de utilidad para acabar con los Bang Tan?—Mencionó el príncipe de los vampiros.

Baekhyun hizo una seña con la mano para que dos brujos menores se acercaran con los cadáveres de 2 vampiros, los tiraron en la tierra, el brujo sonrió burlón ante la mueca de disgusto de G Dragon.

—¿Son puros?—

—¿Es lo único que te preocupa vampiro?—Chanyeol sonrió de lado

—No lo son, mantendremos nuestra palabra de no meternos con los puros de tu raza, sin embargo el acuerdo es que nos dejes experimentar con los mestizos, ¿Mantienes tu palabra?—

G Dragon chasqueó la lengua —No me interesan los impuros, licúenlos si quieren solo no se metan con los de linaje y yo cubriré sus experimentos—

—Bien, empecemos, la luna está en su punto más alto y no podemos perder tiempo—

Baekhyun se acercó a los cadáveres y vertió lo que parecía un polvo rojo neón alrededor de los cuerpos, inmediatamente Chanyeol comenzó a recitar los versos de un libro que a G Dragon le pareció sumamente extraño, las páginas parecían estar hechas de piel humana. No podía descifrar el idioma que Chanyeol pronunciaba, sin embargo, por la cadencia de las palabras suponía que era de los primeros idiomas inventados en la Tierra. 

El suelo vibró, los animales que habitaban el bosque silenciaron sus sonidos cotidianos para dar paso a un silencio sepulcral. Fue entonces que de las costillas de los cadáveres salió el remanente de sangre que aún conservaban. Chanyeol se acercó con una copa hecha de hueso en una mano y vertió el contenido en los cuerpos: era sangre.

—Para poder controlar a los cuerpos, es necesario que posean algo de nuestras sangres—Chanyeol sonrió triunfante al mirar como los cadáveres comenzaron a retorcerse.

G Dragon miraba la escena con fascinación, se preguntaba si era posible que el pudiera controlar los cuerpos para deshacerse de los brujos, pero olvidó por completo el poder que poseía aquél par que lideraba el aquelarre más poderoso de ese lado del mundo: ambos podían leer las mentes a voluntad, es por eso que eran tan temidos.

—No vampiro, no podrás prescindir de nosotros, sin el libro de hechizos y los polvos que nosotros preparamos es imposible, así que desecha esos pensamientos si no quieres convertirte en un títere manipulado por nosotros— Lo amenazó Baekhyun

Desde hace mucho tiempo G Dragon no sentía miedo, pensaba que era inmune a esa emoción, su cuerpo comenzó a vibrar y su instinto le gritaba que corriera los más lejos de los brujos, Chanyeol soltó secas carcajadas de burla hacia el Príncipe de los vampiros.

—¡Paren joder! Entendí la advertencia—

Al instante esa sensación de miedo y peligro se disipó del sistema del vampiro, éste suspiró de alivio, en ese momento los cadáveres estaban despiertos y de pie, Baekhyun se acercó a ellos y les mostró una foto de la siguiente víctima.

—Encuéntrenlo, maten a quien se interponga en su encomienda y entréguenlo ileso en este mismo sitio ¿Entendieron?—

Ambas criaturas miraron la foto, asintieron para después salir corriendo hacia el centro de Seúl.  Era una foto de Jungkook...

En el bar SHINee las cosas marchaban a la perfección, la clientela aumentaba, la policía humana no se metía más en los asuntos de los demonios, los problemas parecían haber desaparecido, eso le ponía los pelos de punta al dueño del bar más famoso de todo Corea, Taemin se encontraba revisando las muestras de las nuevas droga, tenía a los líderes de los carteles coreanos a su merced, inhalaba o probaba las muestras como si fueran cualquier cosa, desechaba las que no consideraba de calidad y pagaba en efectivo a las que si lo eran. Una de sus asistentes entró a la oficina.

—Jefe, el niño ha venido, pregunta por usted—

Taemin despidió con una señal a los proveedores, siguió inhalando líneas de cocaína como si su vida dependiera de ello, minutos después salió al área pública del bar, en uno de los privados vacíos se encontraba Jungkook solo, eso llamó a la curiosidad del demonio.

—¿Y tus niñeras?—Se sentó en el banco frente al humano, lo analizó de pies a cabeza, su cambio estaba cada vez más cerca.

—Jefe, quiero volver al trabajo, siento que voy a enloquecer si me quedo en esa casa y ya estoy repuesto de mis heridas—

Jungkook miró al demonio con esos ojos de cachorro brillantes, el demonio sonrió levemente.

—Espero que vengas preparado porque tu puesto sigue vacante así que todo tuyo niño, por cierto, si necesitas más balas están en la habitación contigua a mi oficina toma las que necesites—

—Gracias jefe— Jungkook sonrió mostrando sus dientes de conejo, era demasiado tierno para su propio bien.

—No hay problema niño, a trabajar, si me necesitas estaré en la oficina—Se fue al área privada del bar para seguir con sus pruebas. Jungkook se cambió a su uniforme habitual, extrañaba su rutina, lo ponía de buen humor saber que no era un inútil después de todo. Salió antes de que anocheciera para que sus colmilludos amigos no protestaran por regresar a su trabajo pero ellos no entendían que si no tenía un propósito podría enloquecer. Saludó a sus compañeros conforme iban llegando, se sorprendieron de verlo de regreso, tuvo conversaciones casuales con ellos mientras limpiaban el bar y alistaban las botellas y vasos para recibir a los clientes.

Todo iba como si el nunca se hubiera ausentado sin embargo algunos detalles eran diferentes: guardaba su arma en la cintura de sus pantalones, mantenía el celular que le dio Kadraj en la bolsa trasera del pantalón y también esperaba que en el instante en que anocheciera podía esperar una llamada de ese malhumorado vampiro que en pocos días se convirtió en su amante, o también podían llamarle sus nuevos hermanos, el esperar algo de alguien que se preocupara por el era nuevo aún para el joven humano, sonreía mientras limpiaba la barra. Sus expectativas fueron rebasadas cuando todos los Bang Tan entraron por las puertas del bar en cuanto el local abrió al público, a diferencia de las otras veces que los vampiros entraron al bar, no se dirigieron a algún privado, todos se sentaron en la barra con curiosidad, Hoseok sonriendo, Jimin buscando con la mirada al demonio y Suga mirando de reojo a Jimin, Jin y Namjoon flanquearon a Taehyung en los bancos mientras Jungkook les sonreía a todos.

—Hola, ¿Les sirvo algo?—

—Si querías hacer algo podrías patrullar con nosotros— Le dijo seriamente su vampiro. Los demás murmuraron o rodaron los ojos

—Por la Luna Tae dale un respiro al niño, el debe elegir que puede y no hacer—Le dijo Nam mientras miraba a Jungkook —Una cerveza por favor—Sonrió mostrando sus hoyuelos.

Los demás ordenaron también cervezas y tragos mirando atentos la destreza del humano tras la barra. 

—Quiero trabajar aquí, si salgo a patrullar solo seré una distracción, aquí puedo ser útil y prometo que si veo algo anormal les llamaré ¿De acuerdo, quién está libre hoy?—

—Tenemos turno todos, Jimin y Suga patrullarán cerca del bar, los demás estaremos en el perímetro de la ciudad, nos volveremos ancianos si no matamos a alguien—Todos rieron menos el humano, aún la idea de matar le removía las tripas aunque entendía que no mataban por placer, sólo por salvar a la raza.

Jungkook les sirvió otra ronda de tragos, estos iban por su cuenta en retribución por todo lo que han hecho por el, los vampiros agradecieron y se despidieron del humano antes de salir del bar revolviendo el cabello del más joven, esto también era nuevo para él, que se preocuparan por su bienestar, al llegar a las puertas del bar, Taehyung regresó a la barra para despedirse con un beso apasionado del humano, las burlas no se hicieron esperar, tanto de los Bang Tan como del mismísimo jefe del SHINee, el humano solo sonrió embobado mientras Tae le mostraba el dedo medio al demonio y se acercó al grupo del colmilludos para golpearlos pero nada podía borrarle la sonrisa del rostro.

Todo cambiaría radicalmente esa noche...

Los vampiros llevaban con relativa tranquilidad el patrullaje de esa noche, rescataron unas cuantas víctimas, ciudadanas vampiras de clase baja que sufrían maltrato laboral o doméstico de parte de los de clase alta, los Bang Tan aún no podían entender esa diferencia tan marcada que existía en la sociedad vampírica, es decir, si eres de clase alta eres mejor que aquel de clase baja, es por eso que los guerreros estaban tan comprometidos en cuidar a los indefensos, se llenan de rabia cada vez que se enteran de que los miembros del jodido principado abusaban de los demás, esto se debía en parte a las tradiciones arcaicas y sin sentido de tiempos atrás y que aún siguen vigentes, pero también en gran parte es por el libertinaje y la soberbia con la que reina el líder del principado, ignora las peticiones de la clase baja por igualdad y las acusaciones hacia los de la clase alta las desecha de inmediato. Esa es la razón principal por lo cual los Bang Tan siguen en pie de lucha, a pesar de los intentos diplomáticos del líder del principado por acabar con ellos y así poder dominar a la raza a su antojo.

Suga y Taehyung tuvieron la idea de vigilar su área desde la azotea de un viejo edificio abandonado, fue así como pudieron divisar dos vampiros, o eso creyeron por la distancia a la que estaban de aquel par de extraños, que corrían de manera errática y tambaleante y agredían a cuanta criatura se interpusiera en su camino, una regla tácita entre las criaturas de la noche era pasar desapercibidos para los humanos y al ver que un chico humano empezó a grabar con su teléfono como esos dos extraños irrumpían por la avenida secundaria, fue motivo más que apremiante para que Tae y Suga contactaran a los demás y así interceptar y frenar su avance.

—¡Mierda Tae, son resucitados!—

Gritó Suga furioso, no podía creer que los líderes brujos les siguieran jodiendo la existencia, se materializaron a un par de metros de las criaturas, Tae con todo el tacto del que fue capaz, dejó inconsciente al humano, lo dejó dentro de un callejón y se encargó de borrar ese video, acto seguido atacó a uno de los resucitados, la pelea se llevó a cabo a toda velocidad, cuerpo a cuerpo los golpes caían como una lluvia torrencial y furiosa, Taehyung escuchó el sonoro crujir de los huesos de la mano derecha, eso lo enfureció el triple, desenfundó sus dagas y cortó el aire trazando un arco hacia el pecho del resucitado, el líquido emitía un hedor nauseabundo, picó en las fosas nasales de Tae, de reojo miró a Suga, este llevaba también heridas de batalla pero se estaba defendiendo bien, el vampiro peliblanco le gritó al menor que se concentrara, no podían cometer errores así en el campo de batalla pero era imposible no preocuparse por sus hermanos, regresó su atención en el resucitado, sacó su segunda daga del arnés, cruzó ambas dagas con los filos rosando el cuello del cadáver viviente y con un movimiento exacto lo degolló, chorros espesos brotaban del cuello de aquel ser, la cabeza pendía solo de unos cuantos hilos de nervios que terminaron cediendo por el peso del cráneo hasta que ésta terminó ante los pies de Tae

—Que puto asco— Exclamó el vampiro pelinegro

Avanzó hasta donde se encontraba su compañero, pensando que tenían la batalla ganada, pero este par de guerreros no contaban con que los brujos tenían un as bajo la manga, un brujo seguía los pasos de los dos enviados por Baekhyun, al ver que el cadáver quedó degollado, lo arrastró hacia un callejón junto con su cabeza y pronto con un par de hechizos pudo remendar el cuerpo hasta que este recobró sus movimientos.

—El camino directo al SHINee es por aquí, sigue el rastro— Le dijo el brujo a la criatura que permanecía estático, hasta que de pronto comenzó a avanzar, seguramente por órdenes de alguno de los líderes brujos.

Los vampiros terminaron con la existencia de la criatura restante, un destello salió del pecho del extraño cuando Suga clavó su daga, estaban tan distraídos que no se dieron cuenta que la otra creación de los brujos se estaba escapando frente a sus narices...