2° Función: Thanatos
Thanatos
YoonGi se encuentra desesperado por encontrar al culpable del homicidio de su pareja, al punto de iniciar un riesgoso plan de búsqueda para dar con el criminal. Por si no fuera poco, no es esta investigación lo único que perturba su vida: amores pasados, intrigas y malicia acechan en cada rincón; ¿en qué terminará este derrotero?, ¿habrá justicia real?, ¿o acaso la maldad arrasará con todo?
Género: Policial
Directora: Jlucie_write
Reparto: YoonMin
Clasificación: C
Función: 2
YoonGi sintió el alma caer a sus pies en cuanto vió el cuerpo tirado en el suelo, parcialmente cubierto de hojas y ramas. El ritmo cardiaco que mantenía su corazón bajó abruptamente ocasionándole dolor y mareo. Las ganas de vomitar se hicieron presentes junto al querer llorar.
¿Cómo podía eso ser posible si hace unos días se encontraban cenando en casa, pasando el tiempo juntos? ¿Por qué su desaparición tenía que terminar así? ¿Cómo terminó en una ladera, con marcas de estrangulamiento en el cuello y heridas abiertas por todo su torso?
No lo entendía. Apenas estaban volviendo a charlar, a reconciliarse... ¿de verdad tan mala suerte tenía? ¿Por qué razón siempre algún amorío que tenía terminaba herido de alguna u otra manera? Pero esta vez fue demasiado lejos. No solo él se encontraba devastado; cuando su familia lo supiera de seguro estarían peor. Ellos mantenían la esperanza de que lo encontrarían vivo, de que probablemente era un secuestro, pero jamás se imaginarían de que tendría un doloroso desenlace de homicidio.
YoonGi solo podía mirar fijamente el cuerpo de JungKook tirado en el suelo, imaginando como probablemente horas antes se había aferrado a la vida; las heridas en sus manos lo demostraban, había luchado contra su agresor, lastimosamente esa lucha tuvo un final desagradable y doloroso. Para él y para todos. No era capaz de llorar, las lágrimas simplemente no salían por más que quisiera, no podía gritar, ni objetar, ni responder a sus colegas que examinaban la escena del crimen. Estaba en shock, en estado de negación.
No, ese no era JungKook. Él estaba vivo, en algún lugar. Se repetía una y otra vez lo mismo. Pero es que reconocía ese rostro muy bien, la impresión no dejaba que aceptara la realidad y cuando lo logró, un odio y un rencor comenzó a crecer en su interior, jurando dentro de sí que la persona que había hecho todo eso iba a pagarlo muy caro.
[...]
— ¿Todavía sigues con eso?
— ¿hm? —levantó la vista de los papeles en sus manos para observar a la persona que le hablaba.
Era un chico recién transferido en esa estación de policía, su nombre era JiMin. Los ojos avellanados, los labios gruesos, y las mejillas abultadas eran sus rasgos más característicos. JiMin y YoonGi habían tenido una aventura durante los años que estuvieron juntos estudiando criminología y ciencias de la seguridad; nunca fue algo oficial, al menos no para YoonGi. Él simplemente buscaba pasar de página debido a su ruptura con JungKook en ese entonces. Mientras que JiMin parecía tomárselo un poco más en serio.
YoonGi tuvo que ponerle fin a ello cuando JiMin comenzó a ser más celoso y posesivo, un cambio drástico a comparación de las primeras veces en las que estuvieron juntos. La actitud que había adquirido era sombría, no le podías decir "no" porque llegaba a alterarse y enojarse demasiado, e incluso llegaba en ocasiones a ser impulsivo. YoonGi se mantenía al margen, en una de las tantas veces que discutieron llegaron a los golpes, por lo que, de esa vez en adelante trató de ser más reservado. Y con el pasar del tiempo la forma de actuar de JiMin solo empeoraba.
— Que si todavía sigues con eso de que lo de tu ex fue homicidio.
— Este... sí —volvió a dirigir su mirada a los papeles.
Fue lo único que logró responder. Aunque JiMin fuera nuevo, le gustaba hacer las cosas solo. No le agradaba mucho la idea de que sus colegas husmeen en su vida privada. Simplemente no tiene por qué interesarles, y JiMin tiene cosas más importantes que hacer en vez de provocar su mal genio. Este era su caso, JiMin no tenía ninguna clase de acceso a él por más de que fuera nuevo en la estación.
— Creo que deberías concentrarte en otros casos—Inclinó su cuerpo delante suyo, apoyando el antebrazo en el escritorio y mirando fijamente al castaño—, llevas más de un año en esto, incluso antes de que yo entrara aquí y aún no hay nada. Mucha gente sigue esperando para que investiguen sus casos. Es un poco egoísta de tu parte —Suspiró pesadamente, no quería seguirle el juego a JiMin.
— Si no vas a ayudarme a investigar, te pido amablemente que te retires.
Escuchó a JiMin levantar el torso, de soslayo pudo verlo rodear el escritorio y caminar hasta quedar detrás de su silla. Un escalofrío recorrió su cuerpo cuando sintió los calientes dedos del menor rozar su cuello, marcando un camino desde su manzana de adán hasta su nuca. Mierda, era una cosa que también odiaba de JiMin: su habilidad para seducirle.
— Estás muy tenso, deberías tomar un descanso —comenzó a dar masajes en los hombros de YoonGi.
— JiMin, me distraes.
— ¿Sabes? He pensado que... en ocasiones simplemente debemos dejar el pasado atrás —El masaje se hizo más lento, más como una suave caricia—, simplemente aceptarlo y buscar nuevas metas, nuevos objetivos... —Inclinó de nuevo su cuerpo y acercó su boca al oído izquierdo de YoonGi— nuevos amores —susurró finalmente.
Una alarma en la cabeza del mayor sonó, y como si su sola existencia quemara, se levantó bruscamente de la silla ignorando completamente a JiMin, tomó su abrigo y salió del lugar dando un portazo.
¿Cómo es que JiMin podía decirlo tan fácilmente? ¡Era la persona que amaba la que se fue para toda la eternidad! Esa mirada que adoraba ver todas las mañanas a su lado se apagó para siempre, sus risas fueron ahogadas junto a su voz, sus sueños fueron arrebatados y la oportunidad de vivir siendo feliz simplemente se esfumó.
No, no era culpa del destino ni ninguna mierda. El asesino de JungKook aún seguía suelto, probablemente viviendo feliz y tranquilo, todo lo contrario a cómo se sentía él, y pensar en ello solo hacía que la sangre le hirviera.
El problema radicaba en que no tenía pruebas, testigos, sospechoso y tampoco indicios en el expediente de la autopsia de JungKook que le diera alguna pista sobre su asesino. Su caso se mantenía en pie solo por las miserables marcas en su cuello, y las pruebas de ADN en sus uñas. Debía darse prisa. Solo rogaba internamente porque un milagro ocurriera, y algún testigo o indicio más que le ayudara.
Incluso ya había interrogado varios sospechosos, entre ellos ex parejas, pero la coartada de cada uno era verdadera. Y las pruebas de ADN tampoco coincidían.
Recostó su cuerpo contra la pared, sacó un cigarrillo de una caja que tenía en el bolsillo y lo prendió con el encendedor. La nicotina calmaba su mente durante un tiempo, disminuía el desespero y la ansiedad que invadía su cuerpo. Cerró lo ojos, con una mano fumaba y la otra permaneció en el bolsillo de su chaqueta. El frío que hacía era espantoso.
— Hey.
Oyó que dijeron a su lado y saliendo de su trance observó. Era TaeHyung, uno de sus más antiguos colegas; con una personalidad sociable y divertida, era ágil en llevarse bien con la gente por lo que tenía varias palancas en distintos sitios. Sin duda era una buena ayuda.
— Hola Tae, ¿Qué tal?
— Bien, supongo... ser detective te da mucho trabajo ¿no crees?
— Oh sí.
— ¿Algo nuevo con el caso de JungKook, o todavía nada?
— Nada... —suspira frustrado.
— ¿Sabes? Oí que la chica de medicina legal, la que maneja la información de los cuerpos ha sido cambiada . La anterior era demasiado obstinada y creo que por un error grave la despidieron —prendió un cigarrillo también y copió la posición en la que estaba YoonGi—, podrías intentar hablar con ella esta vez, es probable que puedan encontrar algo que haya sido ignorado antes.
— Woah, no lo sabía.
Una especie de emoción se arremolinaba en su estómago.
— ¿Enserio? Pensé que Park te lo había dicho... lo habían mandado a él.
— Agh, ese tipo me está dando muchos problemas.
— ¿Ya se conocían antes? Hay un rumor rondando por ahí... Y en algunas ocasiones los he escuchado a ambos llamarse por el nombre, ¿son así de cercanos?
YoonGi calló, no podía revelar eso.
— No. Iré a mirar inmediatamente lo de la chica, dile al jefe que voy al hospital. Gracias por la información, Tae.
Apagó la colilla y la tiró a la basura, caminando a paso rápido regresó a su cuarto de trabajo encontrando a JiMin sentado muy relajadamente en su silla con los pies cruzados sobre la mesa. Al entrar sus miradas se conectaron, pero decidió ignorarlo de nuevo y solo caminó a su escritorio tomando algunas de sus cosas que creyó necesarias. Le enfermaba compartir el mismo espacio con Park, era demasiado complicado.
— ¿A dónde vas?
Su persistencia en querer saber todo lo que hacía lo agobiaba.
— ¿Para qué quieres saber?
— Eres grosero para ser un colega, ¿no te da pena tratar así a alguien nuevo?
— No te hagas el idiota, JiMin. Ambos sabemos que no estás aquí solo por el trabajo, tu afán por querer saber sobre mi vida ha ido demasiado lejos.
JiMin chasqueó la lengua y se levantó de la silla para quedar cara a cara con YoonGi.
— No te sobreestimes, Min. Mi mundo no gira únicamente alrededor de ti, que esté en este lugar ha sido casualidad —acunó la mejilla del mayor y con el pulgar acarició el labio delgado inferior dirigiendo su mirada a él—. Aigoo... tienes que aprender a separar lo personal de lo profesional —tomó su mentón con brusquedad haciendo presión con sus dedos en las mejillas, acercó su boca a los labios contrarios. YoonGi se estaba enojando mucho, pero no podía dejarse llevar por sus instintos, así que se alejó antes de que JiMin lo besara.
— Iré al hospital.
— Voy contigo.
— No, tú te quedas aquí.
— Se supone que me estás ayudando con el manejo de las cosas aquí, así que voy contigo —dijo mientras buscaba su abrigo.
— No necesitas una maldita guía para llegar a un hospital. No tengo cara de GPS. Voy a ir solo —sentenció y salió del lugar.
Al llegar fue enseguida a buscar a la chica. Los hospitales no eran de su agrado, pero si algo era por JungKook no podía verlo tan mal.
— Oh, ¿tú eres YoonGi? —dijo la chica una vez que lo vio llegar— vienes para revisar de nuevo el archivo de Jeon, ¿verdad? —YoonGi asiente—. Bueno, ya me habían avisado con anterioridad y estuve revisando —abrió un cajón y empezó a buscar una carpeta— Algo me parece demasiado extraño, no sé porqué pero terminé encontrando dos carpetas de la misma persona.
La chica sacó ambas carpetas y las dejó sobre el mesón. YoonGi enseguida confirmó que todo había sido planeado, y el culpable era astuto.
— En la primera solo está lo que conocemos parcialmente, como la prueba de ADN en las uñas y las marcas de estrangulamiento en el cuello.
YoonGi tomó la carpeta y la observó, confirmando lo que la chica le decía y a la vez, recordando que eso fue lo que le dijeron luego de la autopsia.
— Pero en esta... la cosa cambia —YoonGi enseguida dejó la otra a un lado y tomó con rapidez la restante— En el examen de sangre hay ciclopentolato en pequeña cantidad, hay datos sobre el arma blanca que se usó para apuñalarlo y lo último no te va a gustar...
— Oh, mierda...
Sus ojos se aguaron enseguida, una sensación horrible se instaló en su pecho y sintió un líquido subir por su garganta quemándole en el proceso. Sin embargo, logró reprimir las ganas de vomitar. Tapó su boca y dejó la carpeta en el escritorio, para luego apoyarse contra él debido al mareo por la impresión.
— ¿P-Por qué ocultarían esto? — Logró apenas pronunciar.
— Todas tienen pruebas de ADN del culpable, son cosas que no se veían a simple vista cuando encontraste el cuerpo. De alguna manera alguien no quería que lo supiéramos, o que tú lo supieras.
— De todos modos sigo en las mismas —suspiró pesadamente y se reincorporó—, ninguno de los sospechosos que he interrogado coinciden.
— ¿Algún testigo?
— Nada... volveré a publicar una recompensa para quien sepa de esto
— ¿Por qué no hicieron eso desde un principio?
— Lo hicimos, cuando fue reportado como desaparecido. Pero tal vez ahora que es un homicidio ayude en algo...
— Suerte con ello.
YoonGi desanimado salió del hospital. No podía creer cómo alguien pudo hacerle tanto daño a JungKook. Al menos, con los nuevos datos, si encontraba al culpable podría acusarlo de diversos crímenes, entre ellos el abuso sexual y no solo se quedaría como homicidio negligente.
— ¿Encontraste algo?
La voz hizo que se sobresaltara, girando el cuerpo para buscar el origen.
— ¿Qué haces aquí? —Lo miró serio, ya fastidiado de su persistencia.
— El jefe me dijo que viniera pero no me dejaron entrar —encogió los hombros e hizo un puchero.
YoonGi rodó los ojos, a este paso terminará pidiendo un cambio de estación. Lo ignoró nuevamente y empezó a caminar directo a la estación, pero JiMin comenzó a seguirlo de nuevo.
Trató de ignorarlo durante todo el camino, y luego entraron de nuevo a la pequeña oficina una vez llegaron a su destino.
— ¿¡No te cansas de seguirme!? —Giró bruscamente para encararlo.
— ¿¡Cual es tu problema, conmigo!? ¿Tan difícil es para ti mirarme como un compañero? ¿Tanto te cuesta? Además trabajamos en el mismo lugar, genio.
— Oh, vamos, JiMin. No te hagas el imbécil, te lo digo por enésima vez. Si solo quisieras ser mi compañero no hubieras intentado besarme aquí antes.
JiMin miró durante un rato a YoonGi, manteniendo un semblante serio; pero luego una sonrisa burlona apareció en su rostro. Ahora el mayor se encontraba confundido.
— Ay, por favor, no seas tan cínico.
— ¿Por qué? ¿Está mal hacer lo que sea para que el chico que te gusta se fije en ti? No es un pecado querer estar con la persona que amas.
— ¿Eso es una confesión? —alzó una ceja, ya queriendo darle fin al tema— pues no me interesa.
El menor se abalanzó contra YoonGi, siendo acorralado en una pared del lugar. Un poco desorientado y tratando de entender que sucedía, miró directo a los ojos del rubio, sorprendiendose debido a lo vacíos que eran; los orbes inexpresivos, una mirada fría y sin empatía, era la que estaba observando. Se convenció a sí mismo de que era porque se encontraba enojado.
— ¡Si, YoonGi! ¡Me gustas! ¿Ya? Y me voy a encargar de que te quede muy claro.
Unos toques en la puerta rompió el ambiente, y mientras JiMin maldijo YoonGi agradeció mentalmente.
— Adelante —se alejó del chico para poder recibir a quien sea que estuviera en la puerta.
— Detective Min, un testigo ha venido para verlo. Asegura haber visto a JungKook horas antes de su muerte y vio con quien estaba. Tiene que venir urgente.
El corazón del castaño se aceleró, un sentimiento de alivio también se hizo presente, y casi como alma que lleva el diablo salió corriendo de allí con JiMin detrás de él, para dirigirse hacia donde se encontraba el testigo.
Llegaron a donde al lugar, encontrándose con una mujer de al menos unos veintiocho años de edad, de cabello marrón y vestimenta elegante, sentada en una silla frente a una mesa, sola. YoonGi dudó un poco, pero eso tal vez era lo único que necesitaba para encontrar al culpable.
— Buenas tardes, soy el detective Min YoonGi, encargado del caso de JungKook. ¿Usted es un testigo?
La muchacha asiente y con una voz preocupada pronuncia: — Todo es confidencial, ¿verdad? Si él sabe que yo vine a testificar de seguro sería capaz de asesinarme a mí.
— No se preocupe, todo quedará entre nosotros —miró a su compañero lanzándole una mirada de advertencia— JiMin, esperame afuera, por favor.
El mencionado sin objetar nada salió de allí cerrando la puerta, dejando a YoonGi y a la muchacha solos. Pero cuando miró a la chica después de sentarse frente a ella la notó algo distraída y asustada.
— Fue él... —susurró.
— ¿Cómo dice?
— Detective, —tomó las manos de YoonGi sobre la mesa y lo miró con los ojos llorosos— ¿me creería si le digo que el asesino es alguien que usted conoce? No me importa si el día de mañana amanezco muerta, no es justo lo que a ese chico le hicieron. Y he callado durante mucho tiempo —la voz le tembló y rompió a llorar—, todo por el miedo, y he vivido con esta espina en el pecho que me recuerda cada día que ese joven merece justicia...
YoonGi no sabía qué decir o qué hacer, pero el saber que esa chica sentía su dolor de alguna manera le reconfortaba. Sin embargo, aunque estaba tan cerca del culpable, aunque estuviera a punto de poder hacer justicia; su corazón dolía. JungKook no merecía nada de lo que le hicieron, todo era demasiado cruel, cada noche se imaginaba el dolor y el desespero que pudo haber sentido. Cómo la esperanza se apagaba con cada día que pasaba, sabiendo en el fondo que aunque lo deseara con todas sus fuerzas no podía hacer nada para escapar, que todo era posible y podría morir.
Sientió que fracasó como detective, que tal vez pudo haberse esforzado un poco más y encontrarlo sano y salvo. Sinceramente no se esperaba un desenlace así, no cuando incluso planeaba pedirle matrimonio.
Un nudo en la garganta le impidió responder a la desconsolada mujer, pero tomó las fuerzas necesarias para hacerlo.
— Escuche... yo soy su pareja —la mujer levantó la mirada asombrada— y de verdad, le agradecería si me dijera quien le hizo aquello.
— F-Fue ese chico que venía con usted.
Un semblante de desconcierto envolvió a YoonGi, ¿cómo podía ser eso posible? Ni siquiera por la mente se le pasó la idea, pero si unía las piezas cuadraba. Cualquier asesino no tendría acceso a los archivos de un hospital, ni estaría al tanto de los avances de una investigación. ¿Tal vez por eso es que JiMin lo seguía a todas partes temiendo que descubriera algo que lo delatara?
— No puede ser...
— Esa noche ví a ese chico salir de un edificio con el otro joven, se veía agresivo y algo alterado, recuerdo que también el otro gritaba desesperado que lo dejara ir, que no diría nada al respecto pero le rogaba por piedad. Era una zona solitaria, así que era muy poco probable que alguien lo oyera. Y luego, ambos subieron a un auto gris. Yo por miedo no fui capaz de llamar las autoridades, y me arrepentí totalmente cuando ese chico que estaba con usted regresó con la ropa manchada de sangre. Supe entonces que lo había matado —dijo una vez que calmó su llanto.
Con esa información pudo armar los hechos. Durante el tiempo en que JungKook desapareció, estuvo en aquél edificio con el culpable, estando expuesto a maltratos físicos y abusos; no sabía que desencadenó o que ocasionó que JiMin lo matara, pero lo sacó del edificio a pesar de las súplicas, le dio ciclopentolato para adormecer sus sentidos, lo llevó a una zona alejada y allí lo apuñaló una y otra vez, dando por entendido que había sido un ataque de odio; y finalmente, lo estranguló para asegurarse de que muriera.
Entonces, aun en estado de shock se levantó estrepitosamente y salió corriendo. No sin antes advertirle a uno de los oficiales que protegiera a la chica.
— ¿¡Dónde está JiMin!? —preguntó alterado a uno de los guardias.
— Salió corriendo hace unos minutos, no sé a dónde.
Maldijo en voz baja, pensando a qué lugar podría ir. Pensó en que tal vez perdería su rastro si huía, así que debía darse prisa. Miró a los alrededores y su auto gris estaba estacionado, no debió haber ido demasiado lejos. Entonces, regresó de nuevo a la estación para pedir la orden de arresto y buscar una manera de encontrarlo.
Durante el resto del día no hubo rastro, y finalizando el día regresó a casa, desesperado, destruido, sintiéndose traicionado y herido. Sabía que JiMin había visto a la chica, por lo que él mismo se encargó de buscar alguien que la protegiera mientras lo capturaban. Entró arrastrando los pies, demasiado agotado tanto física como emocionalmente, su mente era un caos; imaginó que el asesino de su pareja podría ser alguien de la familia de él, un ex novio o incluso un enemigo. Pero jamás pensó que sería uno de sus ex amores.
Cuando entró sintió un aroma extraño, y preparando un arma se dirigió hasta la cocina, encontrándose con la persona que estuvo buscando todo el día.
— Oh, ¿llegaste, cariño? —dijo girando el cuerpo, dirigiendo enseguida su vista al arma — aigoo... ¿enserio le creíste a esa chica? Dios, que ingenuo eres.
— ¡No juegues conmigo! —gritó.
— Para ser un detective te ves nervioso, ¿estás seguro que podrías dispararme? Te veo temblando —empezó a caminar sigilosamente, acercándose.
— ¡No te acerques o te disparo! Yo sé que tú lo mataste, no tengo porqué pensar en tu vida. No tuviste piedad de él y yo tampoco la tendré contigo.
Debió verlo desde un principio, todas las actitudes de JiMin cumplían perfectamente con el perfil de un psicópata. La forma de manipular, la falta de empatía, el querer controlar a los demás, y el creer que según él estaba bien, son características y defectos que ignoró siempre y que ahora había visto las consecuencias de ello.
— Estás difamando. Solo tienes pruebas circunstanciales, estás haciendo solo suposiciones. No hay pruebas físicas, y un testigo puede estar mintiendo. ¿Con qué derecho vienes a decir que fui yo?
— No des un paso más.
— Escucha —suspiró—, ya sé que te dije que te amaba pero yo nunca sería capaz de hacer algo así, YoonGi. Mírame, ¿crees que haría algo tan atroz? Soy un detective también, estoy a favor de la justicia, no en contra.
Te está manipulando, no te dejes convencer.
Se acercó más, mirando fijamente los ojos de YoonGi, para mantener su atención. Pero, en un descuido, JiMin arrebató el arma de la mano del mayor y le disparó en la pantorrilla. YoonGi gritó de dolor y antes de tirarse al suelo para intentar detener el sangrado, JiMin lo acorraló una vez más contra la pared y esta vez sintió algo rozar su estómago.
— ¿Sabes qué, YoonGi? ¡Si, yo lo maté! ¿Y qué? Solamente era una piedra en el camino que tu y yo construimos. Fue solo un acto de amor, ¿no lo entiendes? ¡Porque te amo fue que lo quité del camino! Él siempre se interpuso entre tú y yo, siempre te distraía. Es increíble que también tuve que alejar a esos otros hombres que se te acercaban, finalmente JungKook fue mi mayor rival, tenía que hacer algo al respecto.
— JungKook era mejor que tú en muchos aspectos. Era elocuente, era sensible, ¡tenía empatía por los demás! Jamás intentó controlarme y no era impulsivo, tú solo eres un maldito psicópata obsesivo con aires de persona sana. Eres un farsante, un hipócrita, desagradable y un interesado—dijo con rabia.
Y luego de ver el desconcierto en los ojos de JiMin, junto a un tic en su ojo supo que había cometido un error al decir eso.
— Pero no tiene que ser así, no hagas esto. T-Te daré otra oportunidad, y olvidaremos esto ¿si?
YoonGi tenía miedo de respirar, sentía que el filo de aquél cuchillo en cualquier momento traspasaría su piel. Y el dolor que sentía en la pierna bloqueaba su capacidad de pensar racionalmente.
— ¡Cállate! Mierda, incluso hasta el final eres malo conmigo. ¿¡Tanto me odias!? ¿¡Tan malo soy para tí!? —Gritó— ¿Sabes qué? Se acabó, Min. —Empujó con la lengua su mejilla derecha interior, la ansiedad se notaba en su rostro— No tiene caso arreglar lo que está roto. Pero no me arrepiento de nada, JungKook tampoco era bueno para ti.
— ¿Q-Qué no te das cuenta del dolor que causaste? ¡Él era una persona como tú y yo y tenía derecho a vivir! —Se animó a decir cuando la punta del arma hizo presión en su piel.
— ¡Ese dolor también lo sentí yo cuando me rechazaste una y otra vez! —alzó la voz, y unas lágrimas comenzaron a salir de sus ojos— lo dí todo por tí, ¡di todo de mí por ti! ¿Por qué no te diste cuenta de eso? ¿Por qué siempre miras lo malo que tengo? ¡Nunca te fijaste en las cosas buenas! —Finalmente enterró el cuchillo.
Un alarido de dolor se escuchó por toda la cocina, YoonGi empezó a hiperventilar, abrió la boca tratando de decir algo pero no podía, bajó la vista y vio cómo JiMin intentaba girar el cuchillo y lo profundizaba más. Se sintió mareado, el dolor nubló tanto su vista que por un momento creyó que iba a desmayarse. El ardor de la herida abierta era fuerte, y sentía cómo el frío objeto externo abría tortuosamente su piel.
— B-Basta por favor —susurró entre jadeos, cerrando fuertemente los ojos debido al profundo dolor y al sentir cómo la sangre se escurría.
— Si tan solo hubieras seguido conmigo, no hubiera llegado a estos extremos. Te dí tiempo, YoonGi, me esforcé para que te dieras cuenta de que te amo con todo mi ser y que no soy mala persona como dicen. Incluso me esforcé en cambiar mi actitud, pero, ¿qué crees? ¡No funcionó! El dolor que sintió mi corazón no se compara con el que estás sintiendo ahora, tal vez debería aumentarlo —Bruscamente sacó el arma blanca y volvió a enterrarlo un poco más a la derecha, repitiendo el mismo proceso.
YoonGi era incapaz de defenderse, en su mente solo estaba: JungKook. ¿El dolor que ahora mismo estaba sintiendo lo sintió él también? ¿Incluso esa sensación de agonía, de desespero e impotencia? No, YoonGi aseguró que fue mucho peor. Él no está siendo violado, ni estrangulado; tenía solo tres heridas por el momento, y aunque sentía desfallecer quería aferrarse a la vida para poder hacer justicia para su pareja.
— Aquí el único malo, eres tú. Eres cruel. Piensa en cómo me trataste durante este año, tuve que soportar tus groserías, tus rechazos. Y cuando estábamos juntos tenía que soportar el hecho de que cuando tenías sexo conmigo, solo pensabas en él; que era él a quien amabas y que a mí solo me tenías como alguien para tener un buen polvo una noche ¿Crees que eso no duele? ¿Ah?
YoonGi ya no escuchaba bien, los jadeos habían secado su garganta y empezó a toser. El dolor era tan fuerte que había perdido totalmente la noción del tiempo y el espacio. Pero no iba a dejar que el malo ganara, no, la maldad no gana, y aunque en la lucha él muera en el intento quería que el culpable pague por sus delitos. Así que, tomando algo de fuerza empujó a JiMin y con toda la rabia contenida golpeó con el puño la mejilla del menor, haciendo que cayera; cojeando y quejandose mientras presionaba sus heridas corrió a una de las habitaciones para darse algo de tiempo y cerró la puerta con pestillo una vez entró.
Tomó rápidamente un teléfono y llamó a la estación de policía.
— S-Soy el detective Min. El culpable del asesinato de JungKook está en mi casa, estoy herido y necesito refuerzos, por favor, vengan rápido —dijo jadeando y gruñendo mientras hacía presión en su estómago. Soltó enseguida el teléfono cuando escuchó un disparo cerca, y posteriormente la puerta abrirse.
JiMin había disparado contra la manecilla de la puerta.
— ¡Mierda, que no te rindes! —Se abalanzó una vez más contra él, esta vez tumbandolo haciendo que se golpeara la cabeza, a horcajadas se sentó en el estómago de YoonGi y levantó el cuchillo para volver a enterrarlo, pero el mayor logró retenerlo sosteniendo las manos del rubio — Joder, ¿eres consciente del daño que me hiciste? ¡Me heriste, YoonGi! Pudimos ser felices tú y yo —Comenzó a llorar amargamente.
— ¡D-Detente ya! Mírate, mira lo que estás haciendo. Por favor, recapacita—suplicó, esperando esta vez ser escuchado.
Tal vez no servía de nada ser orgulloso, su último chance era rogar.
— Sería más fácil si tomara el arma y te disparara en la maldita boca para que te callaras de una vez por todas. Pero quiero verte sufrir, YoonGi. ¡Que sientas el dolor que una persona siente cuando es usada y tirada como muñeca de trapo! —Después de un forcejeo intenso, JiMin logró enterrar el arma cortopunzante en el pecho de YoonGi.
El grito tan desgarrador que soltó el castaño fue ensordecedor, pero JiMin no se detuvo ahí y clavó otra puñalada un poco más abajo.
La vida de YoonGi se iba con cada gota de sangre que se escapaba de su cuerpo, quería ver a su madre una última vez, decirle cuánto la amaba, a su padre decirle cuánto lo admiraba. Quería poder ser aquella persona justa que desde pequeño deseó, quería hacer justicia para las familias devastadas por asesinatos. Y en ese momento, justo cuando empezaba a agonizar, se dio cuenta de cuán valiosa era la vida, de cuanto le quedaba por hacer, justo ahí, supo en carne propia lo que era la maldad en las personas.
Y en el fondo deseó, que se hiciera justicia por él y por JungKook.
[...]
— El señor Park JiMin es acusado de homicidio en primer grado y segundo grado, por asesinar al joven Jeon JungKook, abusar de él sexualmente, y por asesinar a un oficial del orden público; el acusado es encontrado culpable y es condenado a cadena perpetua.
Todos los presentes miraron al rubio, quien tenía el aura tan seria y tranquila que no parecía ser un criminal. Pero su mirada vacía, y sus expresiones frías lo delataban. La maldad la llevaba allí, la cargaba consigo como si ya fuera parte de su propia existencia.
✷ · ˚ * . * *
"Ningún hombre conoce lo malo que es hasta que no ha tratado de ser bueno. Solo podrás conocer la fuerza de un viento tratando de caminar contra él, no dejándote llevar."
—Clive Staples Lewis.
▬▬▬▬▬│┣•.¸¸.•*'¨'*•.¸¸.•*'¨'*•.¸¸.•
©FlyKingSquad
16012020
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro