✘ Capítulo IXX. ✘
Dedicado a: MartiChosen quien adivinó a quien iba dirigido el pequeño capitulo anterior. ¡Felicidades! ❤️
Respuesta: De Felix a ChangBin.
▲•▼•▲『✘』▲•▼•▲
Yo solo quiero ayudar
pero ustedes no hacen más que rechazarme sin parar.
Mi amigo tú eres
¿Entonces porque me rechazas tan dolorosamente?
Sé que está mal.
Sé que no debería meterme.
Pero me preocupas en magnitud
y nada más deseo saber el por qué tu actitud.
Permíteme entrar.
Permíteme apoyarte.
Permíteme protegerte.
Permíteme... Quererte.
...
No, no vale la pena.
▲•▼•▲『✘』▲•▼•▲
JeongIn respiró realmente profundo al estar frente la puerta del cuarto de Hwang.
Quería descubrir el por qué todos le decían y advertían estar alejado del chico, aunque a la vez no. ¿Y si en realidad era para protegerlo? ¿Y si HyunJin andaba volatil y acabase dándole una tremenda paliza? Pff, estaba seguro que esta vez si no lo mataba, sería un milagro.
Muequeó ante esos pensamientos y rezó tres veces el padre nuestro antes de reunir toda la valentía que podía y tocar la puerta. Era cierto que el sonido de que algo era golpeado dentro se escuchaba afuera, y este mismo constante ruido se detuvo tan inmediatamente como el primer golpe a la madera fue efectuado.
Lo siguiente fue absoluto silencio.
— ¿Quién es? —escuchó al rato desde dentro; una voz quebrada, dolida.
— Soy yo... JeongIn —respondió en un murmullo, tragando grueso—. ¿Me dejarías pa-?
— No —interrumpió de anticipo HyunJin, sabiendo lo que pediría—. Por favor, vete de acá, pequeño bro. Quiero estar solo.
«A pesar de todo, sigue llamándome por ese lindo mote...»
No iba a rendirse tan fácil.
— Me lo han dicho... —admitió, posando una mano sobre la puerta.
— Pues deberías hacer caso, ¿no crees?
Su mandíbula se tensó.
— Quiero saber que tienes —fue directo al grano.
— No. Vete.
— Me preocupo por ti, por favor...
— Vete.
— Estás llorando.
— No es así.
— Lo estabas. Lo noto en tu tono de voz.
De nuevo todo quedó en total silencio, hasta que dentro de la habitación se pudo oír un suspiro cargado de pesadez. JeongIn se mordió el labio inferior.
— Necesito estar solo, al menos por hoy. Mañana... Podremos hacer todo lo que quieras. Pero hoy solo te pido que me dejes solo —suplicó Hwang, con ese mismo timbre desanimado y tembloroso. Parecía que rompería a llorar en cualquier momento.
Y eso pesaba en el corazón de JeongIn.
— Al menos déjame verte, aunque sea un segundo —pidió, apoyando ahora sus dos manos en la puerta.
No, seguía sin darse por vencido.
— JeongIn...
— HyunJin...
— No es gracioso. Me estoy molestando y no vas a querer que en serio me moleste.
— Tomaré el riesgo —expresó, seguro.
«Estas loco» le recriminó su subconsciente a la par que un tercer silencio les envolvía, siendo este interrumpido no por palabras, como con anterioridad, sino por pasos que daban la sensación de ser fúricos.
Yang rezó una vez más antes de que la puerta fuese abierta tan solo un poquito, dejando ver una pequeña parte del rostro de HyunJin; un ojo enrojecido y ojera más marcada de lo usual. Además, la mejilla se veía húmeda, con algunos arañazos.
— Ya, ¿feliz? Me haz visto, así que te puedes ir.
— ¿Qué...? ¡No!
JeongIn había aprendido de su anterior error con BangMind, y vaya que muy bien, por lo que en esta ocasión, en lugar de interponerse a detener el cierre de puerta, solo se impulsó con rapidez y entró al cuarto.
Y mientras HyunJin se sorprendía de aquello, In cerraba la dichosa puerta tras sí, exhalando para luego mirarle directamente.
Su corazón se le hizo como de plomo.
— HyunJinnie... —acercándosele lentamente, lo apreció lo mejor que podía con la casi inexistente luz del cuarto; en efecto, sus ojos estaban enrojecidos e hinchados, con bolsas grandísimas debajo en un color grisáceo. Sus mofletes, con marcas pequeñas y grandes de rasguños no tan graves, se veían empapados por lo que intuyó eran lágrimas. Y sus manos... Con los nudillos destrozados y la sangre manchando no solo estas, sino también diversas partes de su ropa y hasta, inclusive, el mismísimo cuarto que era un desastre de cosas tiradas y destrozadas—. ¿Por qué...?
HyunJin apartó la cara y dió un paso de retroceso cuando las manos de JeongIn intentaron tocar su rostro, frustrado, sintiéndose impotente.
— Te dije que te fueras, y haces todo lo contrario...
— Estoy preocupado por ti —recalcó Yang, y Hwang negó.
— Eres muy terco, ¿te lo han dicho?
— Yo únicamente qui-
— No puedes continuar así —gruñó, causando un temblor estremecedor en el hacker—. Esto no es tu asunto. Entiendo que te preocupe, pero... No. Hay cosas que solo no se pueden decir, que me gustaría mantener únicamente conmigo.
— Yo comprendo eso, pero tú eres mi amigo, ¿no es así? —boqueó—. Hace algún tiempo me dijiste que podía confiar en ti...
— Pero no lo hiciste.
— ¡Sí lo hice! Pero no valía la pena contarlo, ¡no era nada importante!
— ¡Esto no es nada tampoco!
— Mentiroso...
JeongIn observó como tanto el rostro como el cuerpo de HyunJin se tensaban, como sus manos se hacían puños y sus ojos se volvían más oscuros.
Estaba colmando el vaso...
— Cállate, JeongIn, porque si yo soy mentiroso, tú eres un entrometido.
El susodicho percibió el latir de su corazón acelerarse y después negó, acercándose con la intención de abrazar al más alto.
— Quiero ayudarte...
— ¡No! —le dió un empujón, alejándolo, casi haciéndolo caer. La gota rebasó, fue lo último...—. ¡No puedes, mierda! ¡Deja de andar metiéndote en cosas que no son de tu maldita incumbencia o acabarán jodiéndote! ¿¡Por qué no lo entiendes!? ¡Nada arreglaría eso! ¡Nada puede solucionarlo!
HyunJin fue decayendo en tanto bramaba, sintiendo sus piernas flaquear, a punto de fallarle, provocando su inminente caída.
— Nada puede... No los traerás de vuelta —el llanto fue tan inevitable como la debilidad de su ser, volviendo a formar cascadas saladas por sus heridas mejillas—. Nada... Ellos...
— Jinnie... —Yang fue hasta él al momento que le visualizó desplomarse, de rodillas al suelo. Sus manos se apresuraron a tapar su rostro y JeongIn solo le envolvió con sus brazos, reposando su cabeza sobre la ajena—. ¿A quienes...?
— Mis padres... —sollozó el chico, tan destrozado que In se sintió inmensamente culpable de haberlo forzado a contarle—. Los extraño tanto, JeongInnie...
Ahora entendía...
— Ellos...
— ... m-murieron, hace cinco años ya —completó, aferrándose ahora a la delgada figura del más joven—. Hoy es... El día que los perdí.
— Oh...
Decidió callar, porque ya había hecho suficiente con la situación de antes. Demonios, era un completo estúpido, un imbecil, y HyunJin tenía razón con lo de entrometido; acabaría jodiendolo tarde o temprano.
Para remendar lo hecho, dotó de calidez, comprensión y mimos a HyunJin, callado, solo escuchándole llorar e hipar un rato más. Y así mismo, unos cuantos segundos transcurrieron. Segundos que se hicieron minutos, y minutos que fueron eternos para JeongIn, mismo que cargaba con el peso de una culpa que se negaba a irse hasta los momentos.
Aunque para su alivio, HyunJin fue calmándose con el paso del tiempo, al punto que solo hipaba muy irregularmente.
Pero al menos ya no había más lágrimas.
— Lo siento, HyunJin... —empezó JeongIn, separándose un poco para verle a los ojos. Sus manos acariciando sus mofletes—. No debí obligarte a eso, fue muy tonto de mi parte. De verdad, perdóname. Haré lo que quieras, sin importar qué. Yo-
— Acompañame a verlos.
El menor se paralizó cuando esas seguras palabras fueron capturadas por su sistena auditivo, observándolo fijamente luego; la mirada de Hwang era frágil, denotando un corazón roto. Era evidente que cargaba gran dolor y demasiada tristeza, y eso era un estado en el que nunca antes lo había llegado a presenciar ni se imaginó siquiera vivirlo alguna vez.
— Tú... ¿Estás seguro?
— Sí... No los... No los he visto desde que los enterraron —informó, sorbiendo su nariz y secando torpe las gotitas saladas que habían quedado en sus mofletes—. No he podido porque no tengo con quien ir, pero si tú me acompañases, tal vez... —bajó la mirada—... tal vez si pueda...
— Está bien —aceptó sin pensar, porque se la debía. No podría rechazarle nada con la recién situación acontecida—. ¿Ahora o...?
— Ahora... —se puso de pie con ayuda de JeongIn, quien le sostenía fuerte de los brazos—. ¿Está bien?
— Claro que sí —le regaló una bonita sonrisa—. Vamos.
Y agarrándolo de la mano, ambos emprendieron camino al cementerio donde los cuerpos de los padres de Hwang descansaban en absoluta paz...
... Sin darse cuenta que alguien más, en una ventana cercana, los observaba.
El cielo ese día estaba abarrotado por nubes grisáceas que daban esa sensación de que llovería pronto. Sin embargo, ninguna gota caía. Solo estaban ahí, oscureciendo el día, dándole una vibra depresiva y desmotivante para los que sea que saliesen y lo viesen aunque sea unos segundos.
Jeongin y HyunJin ya habían llegado, luego de un rato de extensa caminata y silencio. Ninguno había soltado ni el más mínimo comentario, el menor por miedo a cagarla más y HyunJin porque no tenía nada que decir.
— Es aquí...
Alzando sus ojitos, Yang sintió como la fría mano de Hwang soltaba la suya y el chico caminaba hasta el espacio plano que había en medio de las dos tumbas, sentándose después. Lápidas oscuras, desgastadas y con algunas plantas trepándose. HyunJin las acarició, como si así pudiese sentir a sus padres, antes de suspirar y pasar sus dedos por el césped no tan alto de cada espacio, donde sus progenitores tenían santa paz.
Todavía recordaba demasiado bien ese día...
«Tan solo un adolescente muy joven, todavía categorizado como niño, llorando a mares exactamente en el mismo lugar que ese futuro no tan lejano.
Sus pequeñas manos descansaban sobre cada una de las elevaciones de tierra fresca, húmeda y recién puesta, barriendo sus ojos de una a la otra.
Huérfano.
Una palabra de ocho letras que para cualquiera no tendría un significado muy relevante. Una palabra que puede decirse con facilidad, simpleza, pero para él ahora representaba un drástico cambio de 180°.
Los había perdido.
— Prometieron quedarse... —musitó aquella alma inocente, sollozando más. No podía parar de llorar, las lágrimas solo seguían y seguían saliendo—. Prometieron llevarme al parque nuevo y comprarme un perrito... Kkami te gustaba, ¿no, mamá?
— Niño, ¿cuánto llevas aquí que ya haz empezado a hablar solo?
Asustado, el más joven se giró y de todas las personas que pensó se encontraría –incluso pensó en personas encargadas del mismísimo cementerio–, no se lo imaginó a... Él.
— Y-yo... —tembloroso, comenzó a limpiarse la carita con la manga de su suéter—. No quiero... Irme.
— Ya, pobre —el otro se acercó un poco más y acto seguido se arrodilló frente a HyunJin, que de inmediato bajó la mirada al suelo—. ¿Te acuerdas de mí, uh?
— Sí... El primo JinYoung.
El mayor sonrió. — Así es.
JinYoung no le caía mal ni nada parecido, de hecho, existieron muchas ocasiones en que realmente le llegó a parecer muy genial y disfrutó de su compañía. Pero con el pasar de unos años, JinYoung empezó a actuar extraño, por lo que dejó de verlo seguido para solo verlo que si dos o hasta una vez al año.
Esta era una de esas veces.
— ¿Por qué... Estás aquí? —preguntó Jin, curioso—. Llevaba mucho sin verte...
— Lo sé. Vine por lo de tus padres —respondió, observando las dos tumbas—. Lamento mucho que esto pasase.
HyunJin se hizo de hombros, no por desinterés, sino porque ya estaba cansado de recibir las mismas palabras. Las lágrimas de nuevo se le acumulaban en los ojos.
— Debe ser duro —puso una mano en el hombro del pequeño, provocando que se alertase y viese, ahora sí, a JinYoung—. Pero, ¿sabes? No debes preocuparte porque justo ahora te tengo muy buenas noticias.
— ¿Ah, si? ¿Y qué es? —quiso saber, tallando sus ojitos y sorbiendo su naricita.
— Vendrás a vivir conmigo —soltó sin más el mayor a lo que HyunJin se congelo—. ¿No te agrada la idea? ¡La pasaremos increíble! ¿Acaso no soy el primo más genial que tienes?
— En realidad... Eres el único.
— Bueno, ¿pero si soy genial, no?
Ambos se vieron y el más joven solo asintió, no dándole demasiada importancia al tema.
— Supongo que si...
— ¡Sabes bien que si! —entonces, el pelinegro se alzó y levantó también a HyunJin de un jalón, causando que el adolescente se tambalease un poco debido al brusco alzar—. Anda, igual, soy el único familiar que te queda, así que te quedarás conmigo sí o sí.
HyunJin sabía que no tenía opción ni voz en esa situación. Tan solo se trataba de un niño, uno que había quedado desamparado, solo, a los azares de la vida, sin nadie más. Y en el instante en el que el otro le agarró con firmeza de un brazo y le sacó de ahí, casi que arrastrándolo y parloteando sobre lo maravilloso que sería el tiempo que pasarían juntos, lo supo, e ingenua y tontamente le creyó, a ciegas, pensando en que quizás había esperanzas después de todo.
Si tan solo hubiese sabido...»
— Lo siento... —susurró a aquellos que ya no tenían cabida en el mundo terrenal—. Lo siento, perdón... Dios, deben estar tan decepcionados de mi.
— Oye... —JeongIn se puso detrás y lo volvió a abrazar como antes, en la BangGang—. No digas esas cosas, ellos seguro no lo están.
— No me criaron para llegar a esto... —el mayor se cohibió—. Todo es su culpa...
— ¿Culpa de quién?
HyunJin suspiró, volteándose para quedar cara a cara con JeongIn. El más joven mantuvo sus manos en la cintura de Hwang.
— Es una... Una larga historia. ¿Seguro que quieres oírla?
E In asintió, efusivo.
— Bueno —el de mayor altura inhaló y exhaló muy profundo, parpadeando varias veces—. Cuando tenía catorce... Mis padres murieron gracias a un incendio en mi casa. Yo sobreviví porque estaba afuera, con unos amigos, en ese momento —Yang afirmó, indicándole que escuchaba atentamente—. Quedé al cuidado de un primo, JinYoung.
» Él me caía bien, antes era muy amigable, jugábamos videojuegos y me enseñó a bailar. Pero luego de un tiempo ya no nos veíamos mucho, mis papás... Decían que había cambiado demasiado, que era mejor que estuviese alejado. Pero después de su muerte, él era mi único familiar, así que no tenía con quién más irme.
— ¿Y tus abuelas? ¿Tíos? ¿Nadie?
— No vivían cerca de nosotros. Mis padres eran como "las ovejas negras" de la familia, así que estábamos bastante rechazados.
— Entiendo... ¿Que sucedió luego?
— Pues, al principio, vivir con JinYoung fue genial... —Hwang se recostó en el pecho de In—. Hacíamos lo que queríamos, comía lo que quería, cuando quería y todo era risas, bromas y juegos tontos. De verdad me sentía muy bien, pasando el luto de mis padres.
— Pero...
— Pero... —exhaló—. Un día, él llegó y me dijo "te haz divertido lo suficiente. Es hora de que empieces a saldar la deuda". Yo obviamente no entendí, ¡era prácticamente un niño! Así que no hice nada... Y luego de eso me dió una paliza. Dios, jamás olvidaré eso. Fue horrible, demasiado horrible, jamás me habían maltratado de esa forma. Me dijo que por qué no tenía el dinero y yo le dije que como lo conseguiría, no podía trabajar ni hacer nada legal para obtenerlo, entonces él me respondió que como sea, debía conseguirlo o entonces recibiría otra golpiza como esa...
Yang pasó saliva, con dificultad, a la vez que acariciaba el cabello de Hyun.
— Después de ese día... —su adverso siguió—... no dudé en encontrar forma de conseguir dinero, y la única manera era... Robar. Robaba muchísimo, de miles de formas. Las primeras veces casi me atrapan, pero con el tiempo ya me volví un experto en eso. Y si me atrapaban, los golpeaba hasta dejarlos inconsciente.
— Así que por eso eres tan bueno...
— Cuatro años haciéndolo... —miró a JeongIn, sonriendo dolido—. Debían valer de algo, ¿no...? —In no supo que decir, así que le dedicó una mirada triste—. En fin... El dinero que traía... JinYoung lo usaba en alcohol y no en mí. Cuando le decía que tenía hambre, solo se reía en mi cara y se iba. Me dejaba solo, me encerraba y solo me dejaba salir para ir a buscar el dinero que usaba para embriagarse, así que empecé a deprimirme y ponerme demasiado delgado. Extrañaba a mis padres y en un punto comencé a comer cualquier cosa que me encontrase, pero era tan poco, lo mínimo para sobrevivir...
» En una ocasión no pude conseguir nada de dinero, pero nada, a pesar de que traté mucho. Él se enfureció, aparte de que estaba hasta la médula de borracho, y me golpeó. Pero esta paliza no fue como las otras... No. Fue tan... Mierda, ni siquiera tengo palabras para describirlo. Fue... Extremadamente brutal. Hasta por un momento de verdad pensé que había muerto.
JeongIn lo apretó fuerte entre sus brazos al oír eso. ¿Cómo alguien, que siempre sonreía y se veía tan feliz, había vivido todo ello? Le costaba imaginárselo. Él no podría.
— De alguna manera acabé en un hospital y fue ahí que se dieron cuenta del maltrato, la desnutrición y el horrible estado en el que vivía —continuó—. Lo arrestaron, y como yo ya contaba con dieciocho años... Me dieron de alta apenas estuve recuperado. En ese momento ya conocía a BangMind, así que me mudé con él a la gang. Me ayudó mucho a superar todos esos traumas, ¿sabes? BangMind... Es un buen tipo, pero él también ha tenido sus cosas, supongo. No creo que siempre haya sido como es y... Jamás habla de sí mismo o de su familia.
— Es un enigma... —repitió las palabras que alguna vez, hace bastante, HyunJin había utilizado para referirse a Chan. El mayor rió.
— Así es... Y creo que jamás lo descubriremos.
JeongIn asintió.
— Entonces... ¿BangMind sabe de esto? —Hwang murmuró un simple "sí"—. ¿Nadie más?
— Nadie más. Solo él y, bueno, ahora tú.
— Y todos estos años... ¿Pasaste por esto solo?
— Sí, no veía necesidad de decirlo porque, bueno, en la BangGang igual no hablamos de cómo nos sentimos. Además, los chicos se acostumbraron a eso. Nunca intervinieron y estaba bien así, no quería que me viesen débil, solo quería que viesen al alegre HyunJin que siempre sonríe y hace bromas tontas.
— No creo que eso esté bien...
Lo observó encogerse de hombros.
— Creo que todos tenemos secretos y eso tampoco está bien, pero ninguno le hace caso y todo sigue "como si nada", así que...
— HyunJin —el chico alzó su vista, observando al menor—. Yo no soy bueno dando consejos, pero me gusta escuchar a la gente si eso les ayuda. Así que si te sientes mal y quieres llorar, ven conmigo y hazlo. No te voy a juzgar, no te voy a decir nada malo. Llorar es normal y... No te hace alguien débil, ¿bueno? Está bien si lo necesitas...
El alto lo miró por un par de segundos y, después, soltó un par de risillas. El azabache de menos edad no comprendió e iba a preguntar, de no ser porque HyunJin abrió la boca primero y dijo:
— Pequeño bro, eres tan lindo y tan tonto a la vez. ¿Como no te haz dado cuenta?
Y las pocas neuronas que todavía conservaba Yang parecieron morir en ese mismo instante, porque su mente quedó en blanco absoluto al escuchar a su amigo.
¿A qué se refería y por qué tenía cierto extraño presentimiento?
— ¿Dado cuenta de qué? —le preguntó, desorientado.
Entonces Hwang volvió a reír y su cabeza se movió de lado a lado, esbozando una tímida sonrisa.
— Bueno... Eso es otro secreto que me gustaría contarte, pero para eso debes acercarte un poco más.
Al hacker le extrañó el pedido, ya que en su punto de vista, ya estaban lo suficientemente cerca. De cualquier forma, obedeció y se aproximó mucho más al peleador, tanto que cuando sintió la respiración del otro sobre sus labios fue que se percató de lo verdaderamente cercanos que estaban.
Mordió con fuerza su labio.
— ¿Por qué tenemos que estar tan-
— Me gustas.
Lo siguiente que sintió fue un choque suave y cálido contra sus labios, sus mejillas picando, sus orejas enrojeciendo.
HyunJin lo estaba besando.
Verdades, verdades, verdades...
***
¡Hey!
Buenas buenas, ¿cómo están?
Hoy pude actualizar temprano y eso me hace feliz ~
Espero que les haya gustado este capítulo. Creo que he revelado demasiado JAJAJAJAJAJ, ay, pero me encanta.
¿Que piensan del pasado de HyunJin? Realmente es muy fuerte, pero creo que ahora tiene sentido muchas de sus acciones.
En fin, esto es todo. ¡Nos vemos la próxima semana! Lxs amo muchooooo. ❤️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro