capitulo 5
Seungmin miró sorprendido
aquel mensaje y le
respondió un “Sí, gracias
por preguntar" de cortesía.
Primero lo trataba mal y
luego le preguntaba si había
llegado bien. Rodó los ojos,
era realmente cambiante.
Como nunca, dejó
programada la alarma para
las ocho y se acostó.
Cuando se despertó, atacó
las galletas que tenia
en el mueble junto a la
mermelada de la heladera
y se tomó un tế. Debería ir
a comprar algunos víveres
para el almuerzo.
Ya que volvía todos los
sábados a la ciudad,
siempre tenía algo para
comer o algo así en la
heladera.
-Mierda, no tengo ganas
de ir a la obra –. Se quejó
mientras se ponía sus
botines.
Tras una larga mañana
llena de trabajo y
revisiones, por fin llegó
la hora de almorzar que
Seungmin tanto anhelaba.
Usualmente, comía mal,
dormía mal, y básicamente
hacia todo mal.
Pero los días en los que
visitaba la obra, comía
a horario, dormía a
horarioy todo iba bien.
Nadie mentía acerca de
su profesionalismo y su
responsabilidad a la hora
de trabajar. Era realmente
admirable.
-Y.. Vas a cocinar tú
¿Verdad? Linda, preciosa,
hermosa, reina, amorosa,la mejor del mundo
-. Hizo
ojitos.
-Obviamente voy a
Cocinar yo, si lo hicieras
tú, probablemente
comeríamos sándwiches de
lechuga, tomate y quesos
acompañados con alguna
cajita de jugo.
-No soy tan así..
-Ambos sabemos que sí -.
Rió, colocándose el delantal
personalizado con su
nombre.
Cada juntada que tenían
entre colegas o amigos,
era nayeon la encargada de
cocina, junto a chaewon
y algunas veces sakura,
dependiendo de qué
querían cocinar.
-En fin, no sé si hablaste
Con innie, pero... Ya te dijo
lo de su nueva relación,
¿No?-La pelirubia asintió -.
Casi me hace salirme de la
carretera en cuanto me lo
dijo.
-Lo sé, yo escupí mi jugo de
fresas. Y eso debe ser tan
solo la punta del maldito
iceberg-. Se ató el cabello
y después se enjuagó las
manos-. Puedo asegurar
que cuando vuelva de
Nueva Zelanda, más de una
bomba tendrá.
-Es una caja de sorpresas
y, mierda, vaya sorpresas -.
Negó y suspiró –. Ya, ahora
volviendo a ti, mi cielito
lindo. ¿Qué con tu historia?
-Mira, mi actual secretaria
me está tirando demasiados
Coqueteos que, si fuesen
materiales de construcción,
ya tendría hecho un
edificio más alto que el
mismísimo Burj Khalifa -.
Rió -. No sé como sentirme
al respecto. Ella... Es...
L-Linda ¿S-Sabes? -Oh no,
aquí viene, pensó seungmin -.
Pero yo soy completamente
heterosexual, salgo con un
hombre precioso al que
amo.
-yeoni...
-Y-Yo lo amo, y tener sexo con él es super placentero.
No necesito más.
-yonie...
-¡Ella no es quien para
venir y simplemente-
-Clavó el cuchillo de cocina
Con fuerza en la tabla -.
¡Ugh!
-Mira, voy a decírtelo una
sola vez ¿Bien? -La señaló
-. Eres grande y sabes bien
lo que quieres, que no
quieras asumirlo porque te
preocupas más por lo que
quieren los demás que por
lo que tú quieres, es otra
cosa -. Nayeon tragó saliva-.
Debes saber que yo estaré
aquí para ti y no voy a
juzgarte ¿Sí?
-Es que-
-Ya hiciste demasiado,
prioriza tu felicidad por
una vez en la vida –, La
regañó.
-Te prometo por mi
secretaria que lo haré -.
Sonrió -. Ahora, cuéntanme
sobre el incidente con el
mecánico.
-Oh, ese imbécil...-
Comenzó a relatar aquel
encuentro.
Eran pasadas las siete de
la noche cuando el BMW
de seungmin entró al pueblo,
cansado y con ganas de
mirar una buena película
en el sofá.
Finalmente, ternminó
volviendo antes de lo
esperado porque nayeon
se decidió por ir al
departamento de su
secretaria antes de perder
toda la confianza que había
adquirido luego de una
larga conversación sobre
salir del closet.
-Mierda, me siento enfermo
-. Jadeó, subiendo las
escaleras para ir a ponerse
su pijama.
Fue hasta la cocina,
dispuesto a cenar una
buena sopa de sobre junto a
unas galletas y así. Luego, se
llevó las mantas al sofá y se
tapó hasta el cuello.
Recordó lo del mensaje que
Chan le había enviado, sin
embargo, no tenía ganas de
verle la cara y aquellas dos
prendas más el paraguas
eran algo que simplemente
podría volver a comprar
online. No es que aquellos
objetos eran sus favoritos
y no tenían remplazo,
eran cosas comunes y
corrientes sin ningún valor
sentimental.
-Bien, voy a dormir hasta
las diez y luego veré alguna película...
- Sus ojitos se
cerraron poco a poco
hasta que leves ronquidos
comenzaron a oírse.
Se despertó alarmado
unas horas después debido
al timbre sonando con
insistencia y vio la hora en
su celular, eran pasadas
las doce, casi la una de la
mañana.
Cuando se paró, todo le
daba vueltas y se quedó
quieto un momento antes
de caminar hacia la puerta
y ver quien dermonios era.
-Hola..
Chan estaba ahí, de pie
frente a él y, aunque sintió ganas de patearlo, no tenía
fuerzas para realizar tal
acción.
-¿Qué quieres? -Preguntó.
-Vine a devolverte lo que
dejaste en mi casa y.. uhm,
eso...- Tendió los objetos.
-Gracias -. Los tomó y se
dio la vuelta, dispuesto a
volver al sofá.
Sin embargo, fue tomado
del brazo y girado un poco
brusco.
-¿Qué quieres? -Bufó.
-Pedirte disculpas, eso -.
Lo miró fijamente -Quería
pedirte disculpas por lo que te dije el otro día en el
taller, lamento haber sido
un idiota –. Se rascó la nuca,
-Bien -. Respondió, una
leve sonrisa formándose
en su rostro, porque
podía notar la sinceridad
en su tono y aquello era
suficiente
-. Disculpas
aceptadas, chamin... bang..
Chan...
Y cayó hacia adelante,
siendo atrapado por los
grandes brazos de chan,
quien volvió a asustarse.
-Me caí –. Rió.
-¿Tienes algo con caerte
en mi presencia? -Suspiró,
cargándolo nuevamente Como si se tratase de un
bebé.
-N-No lo sé –. Se acurrucó
en su pecho y se aferró a su
chaqueta.
-¿Cuál es tu habitación?
-Cerró la puerta detrás de
él.
-Mi sofá es cama –. Jadeó,
estaba sudando.
El chico gardenia estaba
hecho una bola de fiebre.
Obedeció y lo dejó sobre el
sofá, cubriendo su cuerpo
con la manta más liviana
que allí había.
Se quitó la
chaqueta y luego buscó
el baño, de ahí sacó unas toallas que mojó para luego
volver hacia el pelicastaño y
colocarlas en su frente.
Revisó su heladera en busca
de pastillas y, cuando halló
un paracetamol, tomó
además de una botella de
agua con piquito y se la
llevó a seungmin.
-Toma esto, por favor...
A duras penas, el pelicastaño
se tragó el medicamento y
volvió a recostarse, bajo la
atenta mirada de chan,
quien realmente no estaba
seguro de irse a su casa.
-¿Mejor? -Preguntó luego
de unos minutos.
-No...- Se quejó -. Ven -.
Dio golpecitos a un lado del
sofá -. Te disculpaste, ya no
tengo nada en contra de ti.
Chan rió, aunque, aun
así, hizo lo que seungmin le
pedía, hipnotizado por las
pequeñas risas que soltaba
de vez en cuando.
Se sentó a su lado, pero
al parecer aquello no le
bastó, porque una de sus
pequeñas manos tomó su
cintura y lo hizo recostarse.
-Tú solo quédate quieto
¿Sí? -Le tomó una de sus
manos y la llevó a su frente,
reemplazándola por la
toalla.
Una de las cosas que
extrañamente lo hacía
sentir mejor, era tener calor
humano, por así decirlo.
Solía hacerlo con jeongin o
Nayeon cuando la migraña no
Cisaba y eso lo calmaba un
poco.
Quizá cuando despertase
a la mitad de la mañana,
ba a ponerse rojo de la
vergüenza, pero se sentía
bien, así que lo valía, claro
que lo hacía.
Espero y les este gustando chanmin mis papas
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