Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

003

Nayeon. Im Nayeon.

No tenía una noción exacta del tiempo que ha convivido con ella, pueden ser años que se sienten como semanas, como si fuese el día de ayer la primera vez que la vio.

Incluso recuerda con detalle su ropa, su estatura y el gracioso flequillo que se hizo a los 18 y mantuvo por un tiempo.
Recordaba su rostro más hinchado y tierno como el encanto de un niño pequeño.

Las estruendosas risas cuando sus amigos en común le contaban algo gracioso o las bromas que solía ver de lejos cuando Jihyo y Jeongyeon estaban con ella. Recordar a Nayeon era más fácil de lo que creía, quizás porque ha sido la persona con la que ha conectado tan rápido, o porque ha sido el crush más largo que ha tenido.

Hay muchos motivos por los que ella abarca más de la mitad de sus pensamientos diarios, y sus memorias siempre regresan a ella, ella está en cada fotograma que su mente trae cada que cierra los ojos.

Supo que había caído profundamente por ella cuando sus ojos inmediatamente la buscaban en la habitación, cuando diferenciaba su voz a si sea a metros de distancia, cuando la forma en la que escribe era fácilmente legible para ella. Fue aterrador en un principio, sentimientos no tan nuevos ni desconocidos pero intensos.

Se intensificaban día con día pero… ¿Cómo le dices a alguien que te ve como un hermano que lo amas?

No tenía esa valentía, no con palabras al menos.

Cuidaba de Nayeon porque la amaba. De forma disimulada demostraba su interés, escuchaba sus peticiones, sus quejas, sus problemas porque la quería, aunque también los hacía con las demás chicas de su grupo social pero Nayeon era su prioridad.

Todas solían decir que era muy amable y con encantos únicos, tenía ese toque tierno. Incluso Nayeon lo decía y le repetía muchas veces que hacía detener su corazón mientras que sus amigas aullaban que saliesen la mayoría del tiempo.

A pesar de su enamoramiento nunca se puso imaginar como se vería ella y Nayeon como pareja.

¿Se verían bien?

Muchos solían decir que ella y Nayeon aumentaban su belleza cuando estaban juntas, un juego entre le elegancia con destellos delicados y una belleza juvenil eterna.

Sana mencionó un par de veces que harían buena pareja, de alguna forma lo hacen, Mina es un poco dispersa pero no del todo y Nayeon es alguien lineal, siempre centrada.

Mina es sensible y Nayeon no tanto.

Nayeon se asusta fácilmente y Mina le teme a muy pocas cosas.

Mina siempre denotaba calma y Nayeon la buscaba para ello.

Si pones todo eso en la mesa, podrían funcionar. Pero… sigue siendo un sueño lejano en su mente.

Bajó los ganchos de tejido, verificando que las puntadas sean correctas, amarró el hilo y cortó lo sobrante.
Sus dedos dolían por el exhaustivo tejido, nunca había hecho un trabajo tan rápido pero estuvo tan ocupada que el tiempo se vino encima.

Lo metió a una bolsita linda y pensó que escribir.

Podía poner algo de poesía que leía continuamente, podía sacar algo de sus profundos sentimientos o una confesión de amor. Habían tantas posibilidades pero todas muy directas.
Prefirió poner lo que creyó más correcto.

“Im Nayeon, mantén tu cabeza tan cálida como lo es tu corazón— Mina”


Mina estaba esperando afuera del edificio a Nayeon, hoy llegaría bastante tarde a casa por lo que sería un buen momento para dárselo.

Se sentía nerviosa, su corazón se agitaba cada que un auto se detenía esperaba recargada en una farola.

—Justamente hoy tenía que hacer tanto frío.— se quejó en voz baja. 

Un auto negro se detuvo, se enderezó para ver al pasajero que era Nayeon.

Por un momento se sintió flotando, el frío se fue de su cuerpo y de todas partes, y ver esa sonrisa sonreírle en cuanto la vio la hizo temblar.

Quiso llorar de lo hermosa que era la chica frente suya, llorar por tantos sentimientos que su corazón y mente transitaban por todo su cuerpo.

—No sabía que me esperarías afuera, ¿Qué hubieras hecho si llegaba más tarde, Mina?— regañó entre bromas Nayeon a la menor.

— Hubiera esperado hasta que tu regreso.

—¿Aquí? ¿En el frío?— preguntó Nayeon asombrada.— No deberías.

—Pero lo haría de todas formas.—

—De acuerdo, no debatiré contigo y… ¿Qué traes ahí?— apuntó a la bolsa de su mano.

—Oh, es un obsequio para ti, quería dártelo en persona antes de volver a empezar la semana ya sabes, tengo mucho trabajo.— explicó rápidamente.

A este punto Mina solo esperaba que su mente tuviese la suficiente oxigenación para concordar sus palabras y no atrofiarse.

—¡¿Un regalo?! ¡Muchas gracias!— dijo Nayeon cuando recibió en sus manos la bolsa.— Pero… no es mi cumpleaños ni nada.

—No debe serlo para darte algo, me gusta mimarte y tejer diariamente.— vio como los ojos de Nayeon brillaron por el lindo obsequio.

Un gorro de lana en beige. Había visto que Nayeon le gustaba mucho el color pero tenía pocas cosas en ese color y ni se diga de los gorros porque básicamente no tenían ninguno.

—Me gustaría aprender a tejer para darte algo cada que quisiera.— se quejó Nayeon con un puchero apreciando el gorrito.—Debes ponérmelo.

Mina dejo escapar una risa que hizo una nube de vapor alrededor de sus labios.

—¿Por qué? ¿Es alguna tradición coreana?— se burló Mina un poco.
Nayeon sonrió y asintió sin decir nada.

Mina tomó el gorrito y cubrió la cabeza de Nayeon, acomodó sus finos cabellos que sobresalían por su rostro. Sintiéndose con cada segundo más sonrojada pero por fortuna podía culpar al frío por ello.

—Te ves linda.— susurró Mina aún con sus manos sobre la tela.

—Gracias.— susurró de vuelta Nayeon.

Se quedaron un momento así tan solo observándose, detallando cada peca, lunar, color y rubor de la otra. Había algo en ese momento que parecía ser eterno, como si el tiempo se hubiese detenido a su alrededor.

Una sonrisa tímida salió de Mina seguida por Nayeon. Se estaban acercando más y más.

Hasta que el frío de una mancha blanca pasó entre sus narices haciéndolas alejarse para ver la procedencia. 
Luego otra pasó y otra más, hasta que ambas fueron cubiertas por los pequeños copos de nieve.

—Está nevando.— dijo emocionada Nayeon.

—Dices lo obvio.— ironizó Mina.

—Y tú haces lo obvio.— sonrió Nayeon haciendo confundir a Mina.

¿Hacer lo obvio? ¿Qué significa eso? Pensó la menor.

Se quedaron un momento más en silencio, solo apreciando los destellos blancos caer hasta que el frío fue más fuerte que sus resistencias y entraron a su residencia con calefacción.

Ninguna cayó en cuenta que fue su primer nevada juntas así como tampoco que ninguna dijo lo que era obvio.

Quizás, solo quizás en otro momento por fin dirían lo que callan en el fondo muy fondo de sus corazones.

ayuda me siento soft ૮ ˊ͈ . ˋ͈ ა

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro