Capítulo 10
Capítulo 10
Louis' POV
Luego de aquellos dos besos, era como si mi torpeza se hubiera multiplicado por mil. Literalmente, Harry me había dejado tonto; aunque creo que eso no había sido razón suficiente como para tropezar tres veces con mis propios pies. Así que había llegado a la conclusión de que me había dejado extra tonto con un toque de dulce. Él me había ayudado a mover los muebles de delante de la puerta; porque una vez que la adrenalina se había ido, yo había vuelto a ser el enano debilucho de siempre.
Nos habíamos quedado hablando sinsentidos por un rato, hasta que había dicho que tenía un trabajo de clase que terminar, por lo que se había ido (gracias a Dios, por la puerta).
Harry's POV
¿En serio el niño se había tragado lo de "tengo que acabar un trabajo de clase"? La última vez que había dejado tirado a alguien tan precioso por algo tan inútil como la tarea había sido... um... Oh, sí, nunca. Además, ser un "chico malo" no me impedía acabar las cosas en clase, así que no tenía ningún trabajo que terminar. Necesitaba ir a la ciudad urgentemente, había oído por ahí que Kirk ya había sido dado de alta, y tenía que darle una bienvenida... apropiada. Me la pasé de maravillas comprando cosas en sex shops, y viendo las caras extrañadas de la gente y los vendedores. Cuando volví al internado, me escabullí dentro de mi habitación con la bolsa que contenía las cosas que había adquirido, sabiendo que a las seis de la tarde ninguno de mis compañeros estaba dentro. Pasé las siguientes horas en mi cama sin hacer nada que no fuera respirar y pensar. Sabía lo que tenía que hacer.
Cuando la alarma de mi móvil comenzó a sonar, me levanté. Eran las doce en punto, la hora de comenzar con la bienvenida. Agradecía que Zayn y Aiden fuesen dos troncos cuando de dormir se trataba, ya que sino se hubieran despertado con la alarma. Busqué mi pasamontañas y me lo coloqué en la cabeza, asegurándome de meter todos mis rizos dentro. Tomé la bolsa y salí con los "piecitos de algodón", como decía cuando era pequeño, para no alertar a nadie. Caminé sigilosamente por los obscuros pasillos. En serio, ¿a quién en su sano juicio se le ocurre no poner ni un puto bombillo en pasillos de diez metros cada uno, y que están llenos de escaleras? Si no hubiese hecho esto muchas veces ya, estaría cayendo rodando por los pasillos en menos de lo que dices "ay". En uno de las esquinas del pasillo, noté una luz que se acercaba, y comencé a oír pasos rítmicos que obviamente eran de la persona que portaban la luz, que era presumiblemente de una linterna como las que tenían los guardias del internado. ¿Qué puedo decir? Luego de años de escabullirme de ellos, los conozco bastante bien. Aprovechando la escasa iluminación que me proporcionaba la linterna del guardia, encontré la escalera más cercana y bajé un tramo lo suficientemente largo como para pasar desapercibido. Me recosté boca abajo en uno de los escalones y esperé a que los pasos del guardia pasaran. Oyendo el ruido de sus zapatos al alejarse, volví a ponerme de pie y seguí caminando por el pasillo.
Al llegar delante de la puerta de la nueva habitación de Kirk, saqué unos guantes de látex de mi bolsillo y me los coloqué; no pensaba dejar huellas. Metí mi mano en el bolsillo y saqué la horquilla, forzando la cerradura. Estúpido típico riquillo, había pedido una habitación para él solo luego de volver del hospital. Cerré la puerta detrás de mí con cuidado, y tomé el frasco y el pañuelo de la bolsa. Vertí algo del líquido con aroma dulzón en la tela y me acerqué silenciosamente al cuerpo dormido. Tenía que hacer esto rápido. Tomé a Kirk de los cabellos y presioné el pañuelo contra su boca y su nariz. Él despertó y comenzó a revolverse, pero en menos de un minuto ya estaba inconsciente de nuevo. Comencé a sacar más cosas de la bolsa, y a ponerlas donde se suponía que iban. Diez minutos después, estaba hecho. Saqué mi teléfono y tomé una fotografía. Admiré mi obra maestra durante unos segundos más antes de huir. Ahora se venía la parte más difícil del plan: atravesar casi todo el edificio, atravesar la escuela, y llegar hasta la computadora en el despacho del director sin ser descubierto; enviar la fotografía a todos los celulares de los alumnos, y estar de vuelta para la una y cuarto de la mañana, que era cuando los guardias de seguridad daban una segunda pasada antes de irse a dormir.
Corrí escaleras abajo silenciosamente, solamente con la luz de la luna que se filtraba por las grandes ventanas. Bajé hasta la primera planta y forcé la cerradura de la entrada a la escuela. Wow, me sorprendente no haber hecho saltar ninguna alarma.
Lo que era genial sobre la escuela y el edificio de habitaciones, es que tenían como doscientos años de antigüedad y como el director estaba a favor de mantener el patrimonio de su abuelo intacto, no había cámaras de seguridad, y no habían demasiadas remodelaciones. Lo único de todo el internado que era completamente moderno era la cafetería.
Corrí por los pasillos, subí todas las escaleras hasta el tercer piso y caminé hacia la oficina del director. Esta podría parecer algo más difícil, ya que era una cerradura electrónica que se abría con un código de cuatro dígitos, pero yo había estado aquí tantas veces que había logrado ver cuál era. De verdad, le gente necesita ser más creativa si quiere mantener sus cosas a salvo; el código era la fecha de fundación del instituto. Abrí fácilmente y me colé dentro. La computadora estaba en el escritorio del director, obviamente. Me senté en la silla de escritorio y encendí la máquina. Para iniciar sesión pedía otro código. Bien, este sí que no me lo sabía. Si el director tenía dos neuronas en su cabeza, no sería el mismo que el de la puerta; aunque si lo intentaba no perdía nada. Tipeé el número y... Genial, no era. A ver, el director tenía mala memoria, el código debería estar escrito en alguna parte. Abrí uno de los cajones. Mierda, no veía nada. Saqué mi teléfono e iluminé el interior del cajón. Documentos, plumones, y al fondo... ¿una revista de Playboy? ¿Qué clase de director es este? Quizá se la había confiscado a algún alumno, pero quizá no.
«Concéntrate» me dije. Miré la hora en mi teléfono. Mierda, me quedaban diecisiete minutos.
Abrí el segundo cajón. Revisé el papeleo rápidamente, no había nada que me llamase la atención. Cerré el cajón, frustrado.
«Cálmate» la adrenalina me martilleaba en los oídos, y a cada segundo que pasaba sin encontrar un indicio de cuál podría ser el código me frustraba más y más.
Entonces mi mirada se posó en el portarretratos sobre el escritorio. Iluminé la fotografía. Eran el director, y una mujer, la cual asumí que era su esposa. Ambos lucían bastante jóvenes, y ella estaba vestida con un pomposo vestido blanco; supuse que era de su boda. Una idea se me cruzó por la cabeza. Tomé el portarretratos y lo abrí. Cuidadosamente saqué la fotografía del interior y la di vuelta. Bingo. Sonreí, mierda, que el pasamontañas picaba. En el dorso rezaba "John y Anette, 14/02/1978". Que malditamente cursi, se habían casado en San Valentín. Ingresé la fecha, y ¡victoria! La pantalla de inicio cambió, ahora mostrando una gran cantidad de carpetas y archivos. Entré a la carpeta que decía "Alumnado". Mierda, que éramos muchos. Era una planilla jodidamente ENORME, con los nombres ordenados por curso y también alfabéticamente. De cada nombre podía abrirse una carpeta individual que contenía la información de cada alumno. Perfecto.
Un pequeño botón en las opciones decía "Comunicados". Al director, el año pasado, se le había ocurrido hacer un nuevo proyecto escolar que consistía en poder enviar comunicados a todo el cuerpo estudiantil hacia sus teléfonos móviles. Saqué el cable USB de mi bolsillo y conecté mi móvil al viejo CPU. Copié la fotografía que había tomado de Kirk y la envié a cada teléfono celular de cada alumno. Mi teléfono vibró sobre mi pierna. Había funcionado. Sonreí. Ahora sólo restaba hacer todo el camino de vuelta. Rápidamente apagué la computadora y puse todo en orden. Me quedaban trece minutos, tenía que apresurarme. Volví a colocar la fotografía en su lugar, cerré la puerta de la dirección y corrí hacia el edificio de dormitorios. Volví a cerrar la puerta detrás de mí y subí corriendo. A ciegas llegué a mi dormitorio. Abrí la puerta y metí la bolsa, ahora casi vacía, debajo de mi cama. Me quité el pasamontañas, los zapatos, los pantalones y la camiseta, quedando en bóxers; me arrojé a mi cama y revisé qué hora era en mi celular. Santísima mierda, me había salvado, pero sólo por unos segundos. Cuando vi la luz de la linterna del guardia colarse un poco por debajo de la puerta, me permití sonreír satisfecho y deslizarme dentro del sueño.
(...)
-Pobre Kirk...- el niño veía su teléfono con algo de preocupación- ¿Quién le habrá hecho eso?
-Uh... Ni idea, pero... ¿por qué dices "pobre Kirk"? Él te hizo daño- y una mierda, no entendía nada.
-Lo sé, pero... No puedo evitar sentirme mal por él.
Rodeé su cintura con uno de mis brazos.
-Eres demasiado bueno- dije antes de besarle la sien.
Yo, si fuera Louis, estaría descorchándome de la risa. La foto era bastante humillante.
Tirado en su cama, las extremidades del tipo estaban esposadas a los cuatro postes de su cama. Un antifaz de cuero rodeaba su cabeza, y una mordaza con bola incluida le obstruía la boca. En la pared, pintado con pintura en aerosol color negro, decía "Anastasia, ¿eres tú?". Lo mejor era que nadie sabía que había sido yo, y me había asegurado de no dejar ninguna prueba que apuntara hacia mí.
-O-oye, Harry...
-¿Sí?
-¿T-tú vas a-... a... hacer a-algo esta... n-noche?
-Uh... Sí, ¿por qué?- pregunté.
-O-oh... n-nada, por nada... Y... ¿qué es lo que harás?
-Nada importante, iré a una fiesta en la casa de unos amigos.
-Oh... Y ¿p-puedo ir yo también?
Volteé mi cabeza para verlo con toda mi atención.
-¿Qué? No, no, te comerían vivo.
-¿Por qué? Yo también quiero- hizo un pequeño puchero con sus labios.
Louis' POV
-No, y punto. No voy a llevarte a esa fiesta- dijo Harry. Entrecerré mis ojos, intentando lucir furioso; lo que se fue al caño cuando el rizado frente a mí comenzó a carcajearse. Mis mejillas enrojecieron. Simplemente, yo no servía para lucir intimidante.
-¡¿Qué?!- medio grité, abochornado.
Él me abrazó.
-Eres demasiado tierno para tu propio bien; me haces querer abrazarte, ¡eso no es normal!
-Así que...- intenté.
-No, no irás a la fiesta.
«Sí, sí lo haré.» agregué en mi mente.
(...)
Bien, ya entendí por qué Harry no quería que viniera. Qué miedo, Dios. La fachada de la casa ya de por sí era algo tétrica, ya que la mayoría de las ventanas estaban rotas o tapiadas. Parte del yeso del exterior estaba cayéndose, revelando los ladrillos rojos. Dentro, la cosa tampoco estaba mucho mejor; sólo era más pasable porque estaba oscuro y no se veía mucho, excepto con la iluminación de algunas luces estroboscópicas portátiles. La gente dentro era otro de los factores intimidantes de la fiesta. La mayoría de los tipos estaban vestidos con cuero y mezclilla. Las chicas casi no estaban vestidas, por lo que no sabría decir de qué material eran sus minúsculas prendas. Todas las personas compartían algo, y eso era el aire de mala leche o de ebriedad. Yo me sentía demasiado auto-consciente con una camiseta y unos jeans algo ajustados. Me abría paso torpemente entre la gente cuando una mano grande me tomó del brazo y me arrastró inevitablemente hasta que estuve en el centro de un pequeño grupo de cinco o seis tipos. Vaya, debería crecer algo de músculos para defenderme... o al menos intentarlo.
-Miren qué tenemos aquí- dijo el que me había arrastrado, un alto rubio de ojos azules.
-Es bonito, ¿a que sí?- dijo otro, con el cabello de color azul eléctrico.
-No jodas, Mike, no es un chico, es una chica- respondió un moreno.
-Te digo que es un chico- dijo el tal "Mike"-, eres un chico, ¿verdad, cariño?- me preguntó.
-E-eh, sí...- respondí.
-Qué va, no mientas, que ningún chico tiene este culo- y, como para probar un punto, tomó mi trasero con ambas manos y le dio un apretón.
-¡Oye!- di un salto, dándome vuelta y alejándome del borracho moreno aprieta-traseros-. Soy un chico, y apreciaría que dejaras de tocarme inapropiadamente sin mi consentimiento- wow, ¿de dónde había sacado la valentía para decir eso?
El grupo entero se carcajeó.
-Y bien, chico- otro de los tipos, un pelirrojo algo bajito, dijo, remarcando la palabra "chico"-, ¿cómo te llamas?
-Uh...- realmente no quería decirles mi nombre, tendría que inventarme algo- y-yo...- ¡vamos, piensa!- Winnifred- ¿es en serio, Louis? ¡¿Es en serio?! Definitivamente, mentir no es lo mío.
Ellos me miraron raro, arquearon una ceja e incluso ladearon sus cabezas, pero luego asintieron, aunque no todos juntos. Eso hubiese sido raro. Entonces me percaté de que todos me miraban con hambre, como lobos viendo a su presa.
Harry's POV
Muchas, pero de verdad muchas, zorras se me habían acercado para follar, pero sólo estaba en esta fiesta con un objetivo: encontrar a Parker y darle el mensaje personalmente. Cualquiera habría pensado que hacerle pequeños favores a mi padre de vez en cuando me resultaba divertido, pero en realidad sólo me suponía una pequeña entretención. Totalmente preferiría estar con Louis en este momento, aunque sabía que si lo hubiese traído, él estaría en serio, serio peligro. Esta fiesta no era de gente cualquiera, sino de gente que andaba metida en drogas, prostitución, pandillas, mafias y todo ese tipo de basura. Súbditos de mi padre, prácticamente. Él era el rey de la parte en sombras de Inglaterra, y yo era el príncipe. Todos en las zonas rojas me reconocían y respetaban, porque sabían de quién era hijo y qué podía sucederles si no me complacían lo suficiente. El trato que yo tenía con el temido Gregory Styles era: yo hacía parte del trabajo sucio en Londres, y él me financiaba todo lo que yo quisiera, y me dejaba en paz el resto del tiempo.
Subí las escaleras que conducían hasta la segunda planta. Sabía exactamente en qué habitación encontrarme con Parker. Caminé por el pobremente iluminado pasillo hasta llegar a la última puerta. Abrí, encontrándome con el esperado tipo gordo con cabello rojizo grasiento, y brillantes ojillos de cerdo color mierda. Estaba sentado detrás de una mesa de madera, con una botella de wishky en la mano.
-Ah, Harry Styles, menuda sorpresa- me dedicó una sonrisa ebria e idiota.
-Se te acaba el tiempo, Parker- le dije-. Mi padre quiere que le pagues en un plazo de cuatro días.
-Hum... Vaya, qué cosa mas terrible, no tengo el dinero- dijo en tono de burla.
-Estás advertido, cerdo- le dije antes de darme la vuelta. Oí sonidos de movimiento a mis espaldas.
-¿Gregory cree que puede amenazarme con un muchacho? ¿Con un niño?- sentí cómo me tomaba por el brazo. Vi la botella acercarse a mi rostro a una velocidad casi vertiginosa. Pero yo era más rápido. Esquivé el golpe y asesté uno con mi puño en su gordo estómago, haciéndolo doblarse en dos fácilmente. Oí el sonido de la botella de vidrio hacerse añicos contra el suelo. Me liberé de su agarre fácilmente y me hice un poco hacia atrás; no quería que el tipo me vomitara encima. Saqué mi navaja de la cinturilla de mis pantalones. Cuando me aseguré de que él no vomitaría, lo empujé hacia la pared más cercana y presioné el filo contra la sudorosa piel de su cuello. Prácticamente, podía oler el miedo del tipo, junto con el sudor y el alcohol. Aquel era el repulsivo olor de un tipo cuya vida no significaba nada para mí. La lástima era que a mi padre sí le importaba, aunque fuese poco, por lo que me contenté con hacerle un tajo poco profundo del que la sangre roja y viscosa manó lentamente. Él tosió en mi cara.
-Estás advertido, Parker- le repetí, rematándolo con un golpe en las pelotas antes de irme, cerrando la puerta y pasando por el baño para limpiar mi querida navaja antes de dirigirme hacia las escaleras. Me tomé unos momentos para admirar a todas las personas dentro de la casa. Peones, esclavos, súbditos, marionetas.
«Baby, I'm preying on you tonight
Hunt you down eat you alive
Just like animals, animals, like animals-mals»
Animals, de Maroon 5, comenzó a sonar por los altavoces.
«Maybe you think that you can hide
I can smell your scent from miles
Just like animals, animals, like animals-mals»
Entonces, mi mirada encontró algo en lo que valía la pena posarse por más de un momento. ¿Por qué carajo un rubio cualquiera tenía su asqueroso brazos sobre Louis? El enojo corría por mis venas. Pero, más importante que eso... ¿qué putas estaba haciendo Louis aquí? Una oleada de urgencia barrió mi cuerpo. Tenía que sacarlo de aquí, no era seguro para él. Mierda, no era seguro para nadie, pero mucho menos para el pequeño, tímido y torpe Bambi.
Bajé las escaleras corriendo. Tenía que llegar a él y arrastrarlo fuera de aquí a como diera lugar.
Louis' POV
No tenía idea qué me habían dado, pero me sentía increíblemente feliz y enérgico, y... una parte de mí en especial estaba también muy, muy feliz. El alto rubio de ojos celestes, que se había presentado como Matt, tenía un brazo sobre mis hombros, y me susurraba algo al oído que no lograba acabar de entender.
«Baby, I'm-
So what you trying to do to me
It's like we can't stop we're enemies
But we get along when I'm inside you»
Entonces un brazo se coló en el grupo, tomándome del brazo y queriendo jalarme fuera del abrazo de Matt. Pero yo estaba tan cómodo... Matt volteó, haciendo que ya también volteara.
-¿H-Harry? ¿Qué haces aquí?- pregunté.
-Lo mismo te pregunto yo, Louis, ¿qué mierda haces aquí? ¿y por qué este idiota tiene su brazo sobre tus hombros.
-Eh, eh, chico, primero que nada, él no se llama Lewis, es Winnifred; y, segundo, apártate, yo lo vi antes que tú- le respondió Matt.
-Es Louis- le dijo Harry antes de voltear hacia mí-. Niño, déjate de joder y vámonos, no debías venir aquí, en primer lugar. Además, él es peligroso para ti- había tanto enojo en sus ojos, en su expresión, que no sabía a quién temerle más; a Matt, de quien Harry acababa de advertirme, o del propio Harry.
-Dejemos que Winnifred/Louis decida con quién quiere quedarse- dijo Matt.
Ambos me veían, expectantes.
-Yo... Uh... Ehm... t-tengo que ir al baño.
Me salí del agarre de ambos y corrí hacia el baño de la primera planta. Tan pronto como llegué, eché el cerrojo. Lo de que tenía que ir al baño era cierto, ya que estaba algo mareado. Abrí el grifo del agua fría y mojé mi rostro. Los golpes en la puerta no se hicieron esperar.
-¡Abre la puerta, niño!
-¡No!- Harry estaba muy enojado, tenía miedo de lo que podría suceder si lo dejaba entrar.
Harry's POV
«You can't deny-ny-ny-ny
The beast inside-side-side-side
Yeah, yeah, yeah»
No iba a tolerar uno de los caprichos de Louis aquí, podría hacerlo en muchos lugares, pero no en este. Saqué mi fiel horquilla del bolsillo y abrí la puerta rápidamente. Él chilló en cuanto entré al estrecho cuarto, pegándolo con mi cuero a la pared.
-Este lugar es la cueva de los lobos, no voy a dejar aquí al pequeño e indefenso Bambi- susurré en su oído.
Louis' POV
-Este lugar es la cueva de los lobos, no voy a dejar aquí al pequeño e indefenso Bambi- murmuró mientras me tenía aprisionado contra la pared.
-Una pregunta, si yo soy Bambi, ¿entonces tú eres...?
Se separó un poco de mí, lo suficiente para dejarme ver su rostro. Sonrió con algo de malicia.
-¿Yo? Yo soy el Lobo Feroz.
Y, entonces, el aullido.
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