Louis' POV

Dios, no otra vez. Llegaba tarde y estaba realmente lejos del laboratorio de Química. Corrí lo más rápido que mis cortas piernas me permitieron y, ¿cómo no?, tropecé con mis propios pies y caí al suelo, esparciendo mis libros y lentes por el suelo.
-No... torpe, torpe...- susurré mientras juntaba mis libros rápidamente, sintiendo las miradas de todas las personas que pasaban a mi lado. Encontré mis lentes y me los coloqué.
El libro de Química estaba a dos metros por delante mío. Me levanté del suelo lentamente, mis rodillas, manos y todo el resto de mi cuerpo, doloridos. Caminé hacia el libro y me incliné para recogerlo, pero antes de que pudiera hacerlo, un par de piernas largas enfundadas en skinny jeans aparecieron delante de mí. Lo siguiente que vi fueron unos rizos color chocolate delante de mis ojos antes de volver a ver las piernas. Levanté la cabeza y me sonrojé.
Ahí estaba. Harry Styles. El chico más mujeriego de todo el internado Rosemarie. Y también mi crush adolescente.
Tenía mi libro de Química en la mano y me miraba con una sonrisa condescendiente.
-Ten más cuidado la próxima vez, niño- dijo con su voz ronca mientras me tendía el libro.
Fruncí el ceño.
-¿Q-qué quieres?- era obvio que él quería algo.
Puso cara de inocente.
-Nada, sólo toma tu libro- insistió.
Extendí la mano para tomarlo, desconfiado. Cuando estaba a medio centímetro del libro, él lo retiró de mi alcance.
-Te lo daré, pero con una condición.
Bufé y rodé los ojos.
-¿Qué?
Puso el brazo detrás de su espalda y se acercó a mí. Yo abrí mucho los ojos y di un paso hacia atrás, volviendo a tropezar. Y me hubiera caído sentado al suelo si Harry no me hubiera tomado del brazo para evitar que cayera.
-Gracias... creo...- miré sus ojos por unos segundos y me perdí en ellos, eran un bosque verde brillante... sacudí la cabeza levemente, estaba actuando como una preadolescente cuando ve a su ídolo- ¿Qué quieres, Harry?- pregunté.
-Que nos encontremos después de clases en la salida del internado- dijo sin rodeos.
-¿Por qué?- pregunté.
-Porque quiero llevarte a tomar un café en el centro, niño.
-Primero, no me llames niño, soy apenas un año menor que tú. Y, segundo, ¿por qué quieres llevarme a tomar un café en el centro?
-Porque es otoño y no hace el calor suficiente como para llevarte a tomar un helado, niño- remarcó la última palabra como diciendo "te llamaré niño, quieras o no".
-¿Y qué pasa si yo no quiero?- respondí. Obviamente había algún truco en esa "invitación".
-Escucha, niño, ¿quieres tu libro de Química o no? Hoy te tocan dos horas con la Srta. Stewart y no creo que quieras no tener el libro para su clase.
-¿Cómo sabes que hoy tengo Química si nadie nota en qué clase estoy?- pregunté. Era verdad, no era notado por nadie, no tenía ningún amigo aquí.
Rodó los ojos y me empujó fácilmente contra la pared, acorralándome.
-Niño, haces demasiadas preguntas, ¿te lo han dicho alguna vez?- habló amenazantemente a centímetros de mi rostro. Su aliento caliente con un aroma suave a menta se escurría entre mis labios y me acariciaba la lengua. Estaba ruborizado, mierda que lo estaba, sentía que en cualquier momento mis mejillas explotarían- Hoy, a las cinco, en la puerta de salida. Sé puntual, me molestaré mucho si llegas tarde- me dijo, mirándome a los ojos. Sus penetrantes ojos verdes de nuevo. Me hacían sentir expuesto, desnudo. Vulnerable.
Sentí algo rectangular presionarse sobre mi estómago, el libro.
Sin decir nada más, se alejó de mí. Tuve que reaccionar rápido para bajar de la estratósfera y tomar el libro antes de que volviera a caerse. Me acomodé los lentes, aún sonrojado.
Ése tipo estaba mal, mentalmente, quiero decir. Pero, aún así, seguía robándome el aliento.
-Dios, Louis, estás loco- me dije a mí mismo antes de correr nuevamente por los pasillos hasta llegar, milagrosamente sin tropezar con nada, todo desarreglado al laboratorio. Me arreglé un poco antes de dar unos toques tímidos a la puerta y abrir un poco.
-Llega diez minutos tarde, señor Tomlinson- me reprendió la profesora Stewart. Oh, Señor, ¿es que no podía tener clase con una profesora con mejor genio?-. No espere que por ser menor que todos sus compañeros sea tratado de otra manera.
Ok, está bien, yo podía ser muy tímido y todo eso, pero, ¿pensar que quería un trato especial? ¡Por supuesto que no!
-No pretendo eso, señorita Stewart- hablé con un nudo en la garganta.
-Bien, pase- agaché la cabeza un poco y entré, cerrando la puerta luego-. Y, señor Tomlinson- volvió a llamarme.
Rodé los ojos, ¿qué quería ahora? ¿acaso no notaba que toda la clase estaba mirándome? Volteé.
-¿Sí?
-Tiene los lentes al revés- dijo igualmente seria.
Noté como mis mejillas se sonrojaban al tiempo que casi toda la clase estallaba en risas.
Definitivamente, quería desaparecer, que la tierra se abriera y me tragara.
Tomé mis lentes rápidamente, con la mano temblorosa. Y se cayeron al suelo. Cerré los ojos, abochornado, mientras las carcajadas resonaban en mis oídos. Me agaché a recogerlos y me los coloqué bien. Volteé nuevamente y vi que casi todos se reían. Se reían de mí, Jesús, que vergüenza. Y, sí, casi todos. Sólo una persona no se reía. Estaba en una mesa entre todas las ocupadas por sus amigos populares, con la novia de su mejor amigo, una rubia con curvas que me daba asco llamada Roxy, en realidad, Rochelle. Harry me miraba serio. Y cuando lo miré, me devolvió la mirada. Tan intensamente que me sentí mareado y debí apartar la vista.
Volví a bajar la cabeza y caminé rápidamente hasta el asiento al fondo del laboratorio, solo.
Rápidamente, la señorita Stewart hizo callar a todo el mundo y prosiguió con la clase.
Luego de dos tediosas horas de clase, la campana del receso sonó. Aliviado, suspiré y recogí cuidadosamente mis cosas para no tener más accidentes y salí del laboratorio tarareando "Give Your Heart A Break" de Demi Lovato. Sí, Demi Lovato. Teniendo cuatro hermanas menores, conoces muchos artistas de lo más variados, desde Barney y Los Teletubbies a Demi Lovato. Además, las canciones de la chica Lovato me gustaban.
El día de clases pasó sin incidentes mayores, sólo unos tropezones, caídas, golpes contra el piso y choques con varias personas que me miraron mal.
La campana de finalización de clases sonó. Yo comencé a ponerme nervioso. No sabía si ir o no ir. Miré el reloj de mi móvil. Las 16:45. Faltaban quince minutos para que fueran las 5, la hora que Harry me había dicho que me esperaba en la salida. ¿Iba? ¿No iba? Creo que lo más obvio era que no iría, pero Harry daba bastante miedo con su mirada penetrante e intensa, su voz ronca, su tamaño y su actitud. No sabía qué sucedería si no iba.
Me lo pensé bien, no quería ir, casi como que tenía miedo, pero no iría si no quería. Pensaba quedarme hasta el lunes por la mañana en mi habitación, la que no compartía con nadie, excepto para ir a la cafetería y comer algo.
Tomé mis cosas y comencé a caminar tranquilamente hacia el edificio de departamentos que estaba conectado mediante un pasillo a la escuela. Mientras subía las escaleras, mi móvil vibró, haciéndome pegar un saltito del sobresalto. Todas mis cosas cayeron por las escaleras hacia abajo. Bajé cuidadosamente para no pegarme el porrazo del siglo con las escaleras y recogí todo antes de sacar mi móvil de mi bolsillo trasero.

De: Desconocido
Estoy esperándote, niño.

Mis ojos se abrieron como platos, ¿cómo había conseguido mi número? Fruncí el ceño y comencé a subir nuevamente.
Llegué medio muerto y casi jadeando al tercer piso, que era donde mi habitación se encontraba. Caminé hasta llegar a la puerta con un 214 de algún metal dorado pegado.
Mi móvil volvió a vibrar. Otro mensaje.

De: Desconocido
Que maleducado eres, niño. No respondiendo los mensajes...

¡Que tipo insistente! No iba a ir, no quería ir. ¿Puntos suspensivos? ¿Para que p...?
Repentinamente, un brazo se coló por mi abdomen y otro tapó mi boca para que no se oyera el grito ahogado que di. De puro sobresalto, solté todas mis cosas. Un aliento tibio rozaba mi oreja y parte de mi mejilla. Sentía sus rizos acariciándome el cuello.
-... y huyendo- habló bajito en mi oído con su voz ronca. Se me puso la piel de gallina.
-¡S-suéltame!- quise exclamar, pero sólo me salió una especie de "smpfss" gracias a su mano, que seguía en mi boca.
-Si quito mi mano de tu boca, no vas a gritar, ¿verdad?
Negué con la cabeza rápidamente. Lentamente, fue desplazando su mano por mis labios hacia la izquierda, y los acarició ligeramente con sus dedos índice y corazón. Los pelillos de la nuca se me erizaron como si me hubiera electrocutado.
Cuando su mano se retiró por completo, quise gritar. Me fue imposible hacerlo. Le había prometido a Harry no hacerlo. Raro, ¿no? Pero él tenía sobre mí algún poder extraño que le dejaba convencerme.
-Y deja de temblar, niño, no voy a comerte. Prometo no hacerte daño, por si eso te tranquiliza- añadió. Exhaló en mi oído, haciendome ruborizarme-. Entra.
-¿Q-qué?
-Que entres a tu dormitorio- dijo.
-¡No! No lo haré si no me sueltas primero.
-Entonces, prepárate para llevar tus cosas por toda la ciudad, porque no pienso soltarte, es mi seguro de que no escaparás... de nuevo. Vamos a ir por ése café, sigo teniendo los mismos planes que antes, sólo que ahora quizá te haga quedarte conmigo en una de las zonas rojas de Londres.
-¿Zonas rojas? No sé que sean, pero no quiero- le hablé con un poco de convicción por primera vez en la vida.
-Oh, sí. Tú me has hecho esperar, yo pensaba volver a traerte antes de ir, pero ahora que se ha hecho más tarde... tú te quedas conmigo- afirmó-. Ahora, entra.
-No quiero...
-¿Sabes una cosa, niño?- cambió de tema- Me recuerdas a Bambi, el cervatillo... pequeño, tímido, torpe, débil...
-Ya entendí, ¿bien? ¿Podrías dejar de hacer una lista de mis horrorosas características y soltarme de una vez?
Él soltó una pequeña risita ronca y siguió enumerando.
-Tierno... lindo...
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Hola!!!
Aquí está el primer capítulo de Bambi :3 Espero ya hayan notado por qué la novela se llama así ;)

Bueno, espero recibir sus feedbacks (?, dudas, votos, comentarios de aliento o lo que sea que quieran darme (?x2 jajaja

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Megakisses
Anto :*