Kiara: Balto, tu te has convertido en el mas grande amor de mi vida, tu y sólo tu, no te cambiaría por nada...

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Es momento, de hacer notar el echo, de que las chicas, Porsha, Cunning y Delilah no eran las únicas que vivían allí, pero si se podría decir, que eran quienes mas resaltaban en ese lugar, al menos en lo que respectaba, a la idea de no perder la esperanza de algún día por fin escapar de ahí, y volver a ser libres. Además de ellas tres, también habían otras chicas, que por desgracia, se habían desanimado mucho, debido a su actual vida, de todas ellas, estas podían dividirse en tres grupos diferentes, o mejor dicho, en tres bandos diferentes, en el primero, estaban los que apoyaban a Porsha en su idea de seguir esperando a que alguien viniera a rescatarlas, y que por fin Niju recibiría su merecido, en el segundo, estaban todas aquellas, que tal y como Delilah ya lo había echo, también se resignaron a la idea de que jamas escaparían, y por el tercero y ultimo, estaban las chicas que pensaban como Cunning. Que no sabían si decir, que eventualmente serían rescatadas por alguien, o que si en algún otro momento, comprenderían por fin que no tenían manera alguna de escapar, y que estarían atrapadas en ese lugar para siempre, sin importar lo que hicieran, y que su triste y duro destino al final, era quedarse ahí para siempre, por el resto de sus días. Mientras que el tercer grupo, se mantenía en un punto de vista neutral, en espera de ver, que cosa se volvía más probable con el paso del tiempo, y tristemente, apuntando mas a la creencia de que nunca volverían a ver la luz del sol, sino cuando Niju lo decidiera, pues era lo único que habían visto suceder en mucho tiempo, y no parecía en serio, que alguien fuera a ayudarlas. Así que tan solo se iban a quedar de brazos cruzados, en espera de ver qué ocurría primero, si alguien iba a venir a salvarlas, o si morirían en ese lugar, lo que tuviese que ocurrir, cualquiera de las dos opciones, ellas solo esperaban estar listas para enfrentarlo.

Después de mucho tiempo de encierro, las chicas agradecieron todas y casa una, que afortunadamente pudieran estar la mayor parte del tiempo, en contacto continuo, unas con otras, esto dado que Niju quería una forma de mantenerlas vigiladas siempre a todas juntas, y en todo momento, razón por la que el lobo negro, buscaría siempre la manera de poder asegurarse de que ninguna de ellas intentara escapar, ya sea por su propia cuenta, o por equipo, ya que aún trabajando todas juntas, Niju igual se las arreglaría para atraparlas en el acto, y darle a todas las involucradas su respectivo castigo por su intento de escapa.

Algo que al final, a Niju le sirvió para darse cuenta, de que infundiéndoles miedo, el podría dar por seguro que las chicas definitivamente no iban a intentar nada, y que el y sus oscuras actividades, podrían permanecer ocultas sin temor a ser descubiertos por nadie.

Y a raíz de eso, y del tiempo que pasaban encerradas en esos sótanos obscuros y aislados del resto del mundo, a todas ellas les sirvió de mucho, al menos para poder conocerse mejor unas a otras, y sabiendo que no tendrían nunca, o al menos en mucho tiempo, ningún otro tipo de compañía, que a ellas sinceramente no les habría venido nada mal.

Además de Cunning, Porsha y Delilah, también yacían encerradas muy cruelmente y en contra de su voluntad, hembras de otros tipos de razas, es decir, todas eran perritas, o al menos de la familia de los perros, pero ningún de ellas se consideraba así misma, un ser del cuál Niju pudiera preocuparse mucho al considerarla una amenaza potencial, que el lobo negro, tuviera estar buscando la forma, en que algo o alguien saliera mal por culpa de ellas.

Niju siempre había llevado un recuento de todas las hembras que tenía en su lugar secreto, y eran bastantes.

Niju jamás había entendido porque tantas hembras, pero el solo estaba siguiendo instrucciones, y una de las tantas indicaciones que el había recibido, era la de no cuestionar, no hacer preguntas, no sugerir nada, ni mucho menos. Solo debía de obedecer y punto final.

Nada más debía hacer, y cuando su superiores le dijeron a cuantas hembras debía de tener con el, y cuáles debían de ser, a Niju no le quedó más remedio que obedecer sin decir nada, y eso fue justo lo que hizo.

A medida que las iba capturando y luego encerrando, Niju procedía a hacer un registro, de las hembras que capturaban para asegurarse de que estaban en la lista de objetivos, es decir, que fueran todas las hembras de la lista, y asegurarse también, de si estaba haciendo bien su trabajo.

Así que cualquiera que accediera a esa lista, y confíe en Niju, se daría cuenta de que en verdad eran muchas chicas, de las que se destacaban los hechos de que todas y cada una de ellas compartían ciertas características, que el no sabía para que eran, pero realmente no le importaba. Mientras ninguna de ellas le estuviera dando muchos problemas, todo estaría bien. Aunque en realidad lo de no dar problemas, fue algo que Niju no pudo tener, puesto que las chicas, o al menos una parte de éstas, siempre estuvieron queriendo desafiarlo y tratando de escapar, y Niju no soportaba no toleraba para nada, ese tipo de comportamiento, en ese caso, de lo contrario, Niju se vería en la penosa necesidad de castigarlas y darles un completo escarmiento, para así asegurarse de que no iban a intentar de nuevo, ni tampoco algo parecido nunca más. Por desgracia para ellos, y para gran frustración de Niju, parecía que no aprendían la lección nunca.

Al final, poco a poco, las chicas fueron rindiéndose, doblegandose y sometiéndose a Niju, pero solo algunas, y no todas.

Tan difícil era la situación, que Niju ya había contado quienes si lo obedecían y quiénes no.

El conteo total daba una suma de muchas hembras, de las cuales, aún había una parte muy admirable que no desistía, y que a Niju si que lo tenían terriblemente fastidiado, de modo que era por tanto, que Niju tenía en su lista, a varios nombres, que el ya no aguantaba más.

En primer lugar estaba la zorrita silvestre, llamada Cunning Tricker, a quien Niju solo toleraba hasta cierto punto, y viceversa, siendo que Cunning no gustaba de desafiarlo, pero tampoco, se ponía a sus pies, como a Niju le gustaría, pero solo lo dejaba pasar por el simple echo de que Cunning era de las pocas que casi nunca le daban problemas con los cuales tener que estar lidiando. Sin duda esa zorrita silvestre si parecía ser muy pacífica.

Después de Cunning Tricker, estaba justamente su otra mejor amiga, también conocida como Delilah Dálmata, la mayor de todas las chicas que estaban ahí, siendo ella la única que ya tenía más de treinta años, y que antes de su actual vida, había sido veterinaria, razón por la que entonces, y también por la que a causa de su relativa madurez, Niju la puso al cuidado de todas las demás, razón por la que Niju inmediatamente la calificó cómo la más dócil de todas las hembras.

Después de Delilah, quien seguía ahora, era una perrita cuyo nombre es Elira, Elira Niffer. Una perrita que en su vida anterior por decirlo así, era conocida también como una de las mejores floristas de Nueva York, la misma ciudad de origen de cierta reina de belleza, que Niju por su parte, veía como una ocupación inútil y estúpida. De Elira no había mucho que contar, solo que era de las que aún no perdía la esperanza de escapar.

A continuación, después de Elira, tenemos a otra chica, que en este caso es conocida por el nombre de Flavia, una chica un poco más enérgica y menos tranquila y calmada que Elira, su nombre completo era Flavia Grathy y de ella, se puede contar que antes de acabar por vivir así, en el pasado ella había sido maestra de educación física, que por cierto, aún cuando vivía en un lugar tan pequeño, no dejaba de ejercitarse y entrenar, cosa que a las demás les parecía un poco extraña. Con ella, se sumaba otra chica que tampoco perdía la esperanza de poder escapar en cualquier momento.

Seguida de Flavia, la siguiente en la lista es una perrita de peinado extravagante conocida como Hashana, Hashana Glam, un apellido que ella misma se puso en busca de expresar así su amor por la música fuerte, es decir, el rock, algo que en este caso, nos revela que en algún momento, Hashana había estado a punto de iniciar su carrera en el mundo de la música del rock, pero por desgracia, sus planes se arruinaron una vez que se vio encerrada en ese cuarto por Niju, con la única compañía de esas otras chicas, el encierro para Hashana, la había envuelto en una tristeza tal, que si bien no había perdido la esperanza de huir, si se había vuelto ahora una de las chicas que estaban en una postura neutral, sin darle más importancia a lo que les depararía el futuro.

La siguiente en la lista, es ahora una chica más calmada que Hashana, pero que de igual forma se sentía apasionada por la música, solo que no al mismo nivel de Hashana definitivamente, ahora en este caso su nombre era Idhalia, una chica más que a los ojos de el resto, no resaltaba mucho, Idhalia Sunnet, una chica muy diferente a Hashana en cuanto aspecto, y que si amaba la música, era porque ella solia trabajar de vendedora en una tienda de discos de música y películas, a diferencia de Hashana además, Idhalia seguía sin perder la esperanza de algún día salir de poder salir de ese lugar por el que estaba apresada injustamente por Niju.

Posteriormente a Idhalia, seguimos ahora con una chica conocida como Malia, que a pesar de su juventud y lo muy inocente que podía llegar a ser, resultó servir como una de pocas alegrías al resto de hembras que estaban encerradas en ese lugar, ella, es decir, Malia Fritz, era una chica cuya inocencia se podía llegar a comparar con la de una niña pequeña, pero que no por tanto significaba que fuera algo malo, ella también era del bando de las chicas optimistas y con un color de pelaje algo más que solo extravagantes.

Al menos hasta el momento, no parecía que ninguna de ellas hubiera sufrido algún daño significativo cómo para que aún no perdieran la esperanza.

Continuará...

Fin del Capítulo 69.