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Capitulo 63, Sin Escapatoria Alguna.

Dixie. M: Solo tu Balto, seras a quien yo por siempre amare, tu me haces sentir completa.

•••

En aquella Tierra, que para Nitti, en serio era un lugar muy hermoso, un cálido hogar, un sitio muy cálido para ella, y en el que mas que nada, pudo volver a encontrarse con su padre, y luego con su hermano perdido, después de lo que para ella fue mucho tiempo, también estaba ocurriendo algo, algo muy malo al parecer, pero nadie lo sabia, nadie sabia nada acerca de ello, pues este terrible echo, se estaba desarrollando, fuera de el alcance del ojo de todos, así que no estaba a la vista de nadie, y nadie era conocedor de esto en lo mas mínimo, justo lo que el, quería, que se mantuviera así.

A unas cuantas calles, de donde vivía Nitti, es decir, algo lejos de donde estaba la residencia que Kitok había construido, se encontraba en este caso, una residencia mucho mas antigua, que ya llevaba años de existencia, y que para los que les preguntaras, te dirían que en ese lugar, pese a todo el tiempo que ya llevaba existiendo, nunca ha ocurrido nada interesante en el mismo.

Sin embargo, la verdad era otra, y lo cierto, que todas esas personas que así pensaran, en realidad estaban muy equivocadas.

Pues en esa casa, algo muy malo estaba pasando, y para descubrirlo, no bastaría con solo traspasar sus puertas, sino que también iba a ser necesario, explorar la casa a fondo, y también, interrogar a su dueño, para revelar lo que estaba ocurriendo ahí dentro, que a cualquiera podría dejar impactado.

Pero por supuesto, eso era algo, que nadie tenia que saber.

Esta casa, era bastante grande, pero no tanto como la casa de Kitok, sin embargo, si era por mucho, mas antigua, ya que llevaba muchísimos años de haber sido construida ahí, y a lo largo de su historia, también tuvo muchos dueños. Sin embargo, como ya se dijo, todos creían que en toda la historia de aquella casa, nunca había ocurrido nada interesante, o que haya resaltado en la historia de ese vecindario.

Pero no seria, hasta la época actual de esta historia, en la que por fin, algo interesante estaría ocurriendo en ese lugar.

La casa era de aproximadamente ocho pisos, y tenia muchas cosas interesantes en la misma, dignas de hacerla considerarse como la propiedad de una persona bastante adinerada. Pues la misma tenia de todo, tenia piscina, un jardín con fuente y estatuas, invernadero, un cancha de juegos, y el interior de la misma tampoco se quedaba atrás, pues en el interior, la misma también tenia muchos cuartos, todos con grandes salas, y otras cosas mas aparte.

Sin embargo, esto no significaba que todo estuviera bien dentro de esa casa, pues el secreto que se guardaba dentro de ella, resulto estar muy bien oculto.

En esta casa, vivían mas de una persona, así es, eran varias personas, las que residían allí, y sin embargo, solo una de ellas, era la dueña de dicha casa, esto porque también era esta misma persona, la única que se hacia cargo de todos sus gastos, aun cuando no pareciera así. Pues la verdad, era que el resto de integrantes, también tenían sus propias ocupaciones, sin embargo esto no significaba que fuera por tanto, alguna especia de contribución.

Es algo complicado de explicar, Niju, era como se conocía a su propietario, un lobo de raza pura, muy temido, y conocido por su actitud cascarrabias, y siempre enojado y molesto con todos y con todo. El era el dueño actual de la casa. No tenia familia alguna, ni padres, ni esposa, ni hijos, pero eso no significaba que el viviera solo por tanto, por supuesto que no, sino que solo quería decir, que aun cuando no viviera ahí solo el, la casa era únicamente de su propiedad. Así que si, Niju también compartía la casa, aun cuando para el no lo llamaría con ese termino, pero si, al final de cuentas era eso, Niju tenia también a otras personas viviendo en su casa además de el.

Y aun así, esto era justamente, el secreto que se escondía en su interior, el tan perturbador y oscuro secreto.

A muchos, Niju siempre les dio mala espina con su presencia, ya que a veces parecía que se traía algo entre manos, pero la mayor parte del tiempo, el lograba esconder bastante bien esto.

Y también se aseguraba de que los que vivían con el en esa casa, no dijeran nunca nada, porque si lo hacían, entonces lo lamentarían mucho.

Esto porque la única verdad, era que Niju, era un lobo muy malvado, que en este momento, tenia a varias chicas secuestradas, presas y retenidas en esa casa, completamente, en contra de la voluntad de ellas, y a las que el tenia amenazadas para que nunca se atrevieran a decir nada, pues de lo contrario, a todas podría irles muy mal.

Todas estas chicas, habían llegado a tocar a las puertas de esta casa, ingenuamente, sin tener la menor idea, de que una vez que entraran ahí, ya nunca mas, volverían a salir de ahí, pues por lo visto, quien entraba ahí, ya nunca podría irse de ahí, todo el que entraba, inmediatamente se condenaba sin saberlo, a estar atado a esa casa por el resto de la eternidad, esto por causa de su actual ocupante Niju.

Ya llevaba un tiempo haciendo esto, desde hace un tiempo ya que Niju había comprado aquella casa, con la intención de atraer a chicas viajeras, en busca de un empleo, que prometía una muy buena paga, y un hogar bueno y acogedor en dicha vivienda, pero cuando una de ellas, caía en la trampa, era encerrada para toda su vida, básicamente, era secuestrada, y Niju no sentía ningún tipo de remordimiento por hacer esto, el de echo, no parecía sentir dolor alguno, ni tampoco tristeza contra nadie.

A sus prisioneras, Niju las tenia viviendo en condiciones terribles y deplorables, todos los que no vivían allí, pensarían que todas las chicas que habían entrado, ahí, seguramente se estaban quedando cada una, en una de las tantas habitaciones que tenia la casa, ya que siempre veían al menos, a un par de ellas salir de ahí, y cuando eso pasaba, no parecía que algo estuviera mal con ellas, ni que algo malo les estuviera pasando, aun cuando la verdad era otra.

Niju siempre las había mantenido, a todas sus chicas secuestradas, viviendo en condiciones bastante deplorables, aquella casa, tenia cuartos subterráneos, que no había que confundir con un sótano, porque no eran eso, pero que si estaban bastante ocultos bajo tierra, y siendo ahí, donde todas estas desafortunadas hembras, pasaban el resto de sus días, salvo los momentos, en los que Niju dejaba salir por turnos, a al menos un par de ellos, si estas por su parte se portaban bien, o bien, cuando el las necesitaba para un trabajo, ya sea limpiar la casa, arreglar algo en ella, o exponer sus vidas, poniéndolas en situaciones graves de riesgo, cuando el obviamente no lo haría, pero por eso estaban ellas, para que lo hicieran por el. Ninguna de ellas podía negarse, aun por mas que dijeran que no, ya que de hacerlo, entonces lo único que conseguirían, seria que Niju las castigara cruelmente, con latigazos, o golpes a pata limpia, de las que claro, ellas no podían defenderse en lo mas mínimo. Ya que de revelarse una sola, o si una sola intentaba escapar, todas las demás lo pagarían muy caro, también había veces en las que cuando Niju estaba enojado, llegaba, y solo así como así, es decir, tan solo porque le venia en gana, comenzaba a torturar a las pobres chicas. Algo que por supuesto, ellas no podían evitar, aun por mas que tratasen de hacerlo.

Niju había impuesto reglas, si las chicas querían que al menos les fuera bien con el, y esas reglas, eran las de no intentar escapar por supuesto, no intentar nada contra el, y nunca contar a nadie, nada de lo que el hacia a nadie, cada vez que el las dejaba salir.

El sótano en el que vivían, tampoco era algo parecido a una especia de calabozo, pero tampoco era un lugar, donde uno pudiera disfrutar su estadía. Siempre muy frío y oscuro, cuando llegaba la hora de dormir, Niju las encadenaba a su cama para que no se alejaran de la misma, además de dejarles un balde si querían ir al baño. A menos que fuera su turno de su salir, o de que las necesitara para algo, Niju no las dejaba salir nunca del cuarto que le fue asignado a cada una. El luego les llevaba comida, pero si no se acordaba de alimentarlas, las chicas luego tenían que gritarle desde el sótano, aunque claro, esto no servía de nada, por lo que después de eso, debían esperar tristes y hambrientas, a que el decidiera bajar al mismo, también además, si querían algo, si había algo que alguna quería para pasar el tiempo, Niju les había dicho que tendrían que ganárselo, y a las chicas no les quedaba mayor remedio que obedecer. Afortunadamente para ellas, Niju nunca sintió el deseo de aprovecharse ni abusar de ninguna de ellas, por lo que en esa casa, y aun en ese sótano, nunca se dio ningún tipo de violación, porque a Niju eso no le interesaba, o mas bien, también se le había ordenado, no hacer nunca eso.

Desde hace unos seis años, que estas pobres chicas, habían estado viviendo en esas condiciones, sin que nadie pudiera ayudarlas, y ellas por su parte, vaya que sufrían, por haber confiado ciegamente, en alguien que las había privado de su libertad. Y no tenia derecho alguno a hacerlo, esa era su vida y no parecía que fuera a acabar en algún futuro próximo.

De algunas de las chicas secuestradas, se podían destacar tres, de todas hembras aprisionadas, había tres que ya se estaban volviendo un problema para Niju, sus nombres, pero también eran, las que mas sobresalían para el, sus nombres, eran Delilah, Porsha Crystal y Cunning Tricker, la primera, era una perrita dálmata, ya mayor, o bueno, lo suficientemente mayor, siendo que ella era la de todas las chicas, era la única que ya estaba en sus treinta, la segunda era una lobita joven, que aun estaba tan solo, en el inicio de sus veinte, aun era bastante joven, y la tercer y la ultima, era también una joven zorrita en sus veintes, como Porsha, las tres, llevaban ya, al menos seis años, estando presas por Niju.

Pero aun así, seguían aguardando por el día, en que por fin pudieran escapar de ahí, y ser libres.

Continuara...

Fin del Capitulo 63.

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