Capitulo 54, Expliquense Por favor.
Balto: ¡Kaltag!
Balto llamo de golpe, pidiendo por favor, la presencia de Kaltag, que en este momento, era la que más le interesaba a Balto.
Pero sin embargo, claro que no iba a ser el, el único a quien Balto le preguntaría por las cartas desaparecidas.
Tan pronto como el llamo, Kaltag estuvo a punto de desmayarse por los nervios, sus orejas habían caído muy bajas, su corazón comenzó a latir con demasiada fuerza, de echo, el mismo pudo escuchar a su propio corazón latiendo dentro de el, con más que suficiente fuerza, su cuerpo se paralizó por completo, por breves instantes quedó completamente inmóvil, se le bajó la presión, se petrificó, se quedó más helado de lo que podría estár, aún en un lugar como lo era Alaska, y sus pupilas se encogieron al tamaño de granos de arena, cuando vió, que al no moverse el de las escaleras en las que había estado observando, todos acabaron por darse cuenta de su presencia, y ahora lo miraban fijamente, a el junto con Star.
Todos, no solo Balto ahora todos lo miraban, el echo de sentir varios pares de ojos clavados en el, hicieron que ahora sí Kaltag quisiera huir disparado cómo bala de la casa, para nunca más volver, de echo, fue en este punto que Kaltag acabo por arrepentirse de haber pasado a la casa, aún cuando lo hizo para no perder de vista a Thalía, ahora, su pudiera regresar el tiempo, no habría entrado en el lugar, y habría dejado por completo a su suerte a Thalía, y que ella se las arreglará sola como pudiera, que al final de cuentas, ella fue la que se metió en esto y no el, ella fue la que quería estar aquí y no Kaltag, pero desgraciadamente, por el momento, no existía ninguna forma de regresar el tiempo para el, ahora estaba todo rodeado, y no tenía escapatoria alguna, se lamento enormemente.
Y después de el husky amarilla, el que siguió, fue ahora Star, que aunque Balto no lo había llamado, si sabía que pronto lo haría, y estaría en la misma situación que el, si, definitivamente Balto ya no tardaba en llamarlo.
Luego tuvieron que seguir por ley, el par de amigas, Dixie y Sylvie, aunque ahora ellas estaban del otro lado, y pese a que estaban haciendo su mejor esfuerzo para perderse en el grupo de chicas, de nada les iba a servir eso, ya que antes, ellas se habían revelado desde el principio a Balto comenzando a tratar de cortejarlo, pero claro, eso fue porque ellas no tenían ni la más mínima idea, de que algo como eso podría pasar. Ahora sí que estaban metidas en un gran problema, pero aún si trataban de mantenerse lo más escondidas posibles, no les serviría de mucho realmente, ahora Balto estaba muy interesado en hacerles ciertas preguntas a Kaltag y compañía, y si ellas no pensaban en escucharlo, entonces el resto de chicas serían capaces de sacarles a ellas la información que necesitaban pero por las malas claro.
La única que al parecer, seguía estando aparente segura, era Thalía, la prima de Kaltag, que durante todo ese momento, no se movió de las sombras, o más exactamente, a pesar de estar en la sala, Thalía no fue notada, porque en ningún momento se apartó de la oscuridad, de las sombras, de los rincones más oscuros de la sala de la casa. Mismos en los que al final, Thalía pudo mantenerse para su suerte, lo suficientemente bien escondida, como para que nadie de los que estaban ahí, se percataran de su presencia.
Pero esa suerte que tenía, no le iba a durar para siempre, y ella lo sabía muy bien, de echo, Thalía ya se iba haciendo a la idea, de que si no era por su primo Kaltag, entonces podría ser las propias Dixie y Sylvie, que para este punto, ya se les veía, que en cuanto les empezarán a hacer preguntas, ninguna de las dos, iba a dudar, ni por un solo momento, para comenzar a señalar a todos cuánto pudieran, eso desde luego, era algo que Thalía ya daba por echo.
Kaltag estaba inmóvil, sin poder reaccionar, aún por mucho que el quisiera moverse, no podía, los nervios se habían apoderado de todo su cuerpo, y no había nada al parecer, que Kaltag pudiera hacer para ponerle fin a ello.
Aún por más miedo que tuviera ahora, Star resultó incluso, estar en mucho mejor estado, que el de su amigo, que parecía ya no responder a los llamados diferentes que le estaban haciendo.
Star intento inútilmente hacer reaccionar a Star con leves toques que si llevaban algo de fuerza, pero Kaltag no se movía, y mientras lo seguían y lo seguían llamando, Star trató también, de susurrar a su oído, cada vez más desesperado, pero sin obtener resultado alguno, lo cual ahora sí acabo de preocupar mucho al husky más pequeño.
Después de mucho intentar e intentar, una y otra vez, finalmente vino Nikki, quien tuvo que golpear a Kaltag en el costado para sacarlo de su trance y estado de congelación. Cosa que al final, si logro con éxito, pues ahora sí que habían preocupado al husky marrón.
Nikki definitivamente solo podía mirar, estaba seguro de que no le sería nada conveniente para si mismo, el buscar intervenir en la situación, aunque aún así no se pensaba detener realmente, por nada del mundo, para pensar en lo que iba a pasar a continuación, que de ser malo, entonces era algo obvio que tendría que intervenir y meter las patas para tratar de calmar a todos, si acaso las cosas se ponían feas.
Nikki en serio no hubiese querido problemas de ninguna manera para sus amigos, Star y Kaltag, tampoco lo quería en lo absoluto para las otras dos perritas, Dixie y Sylvie, sin embargo, tal y como el ya había dicho antes, Nikki seguía pensando que este era un problema que ellos mismos se habían buscado, es decir, si tan solo hubieran esperado un poco más, si tan solo se lo hubieran pensado dos veces, antes de querer tomar, llevarse, abrir y leer unas cartas que no estaban en lo absoluto, dirigidas a ellos, si hubieran pensado de una forma mucho más razonable y prudente, en ese caso, ellos no se verían metidos en este nuevo gran problema, y tampoco tendrían porque tener miedo, pero no fue así.
Ahora, Nikki no quería abandonarlos a su suerte, pero tampoco pensaba defenderlos, después de todo, tenían que afrontar las consecuencias de sus actos, además que ya todo estaba demasiado mal como para que ahora se intentará abogar inútilmente por ellos, lo cual, es en realidad el segundo punto aquí, que no había argumento ni excusa para lo que habían echo, es decir que simplemente no era posible defenderlos, y ellos lo sabían muy bien, Balto se enojaría, tan solo se enojaría, pero intentar minimizar el daño echo, tan solo llevaría a qué todo acabará en un completo desastre. Era cierto que Kaltag quería huir en ese momento, cuando escucho como Balto lo llamaba y se giró a Nikki, en busca de ayuda, pero el solo lo miro con una expresion algo molesta como queriendo indicarle que ya dejara de acobardarse y le contara toda la verdad a Balto, al final del día, eso sería lo mejor.
Después del segundo llamado, que realmente no fue que Balto lo dijera gritando, pero si en un tono que se podía entender, que le estaba pidiendo a Kaltag que por favor se de prisa y que ya se venga con ellos, ante esto, Dixie y Sylvie, solo pudieron tragar saliva, muy temerosas por lo que fuera a pasar.
A Kaltag por su parte, no le quedó mayor ni mejor opción, que obedecer a Balto, como si fuera un niño pequeño siendo regañado por sus padres, pero claro, Kaltag sabía muy bien, que esto era así por algo, y desgraciadamente, no parecía haber nada que el pudiera hacer para remediarlo.
Después de haber echo tal cosa, y habérselo ocultado a Balto, Kaltag ya iba echo a la idea de que si amigo, estaría, muy pero muy enojado con el, pero de una manera algo extraña, más que por Balto, Kaltag en ese momento, temia enormemente, por sus amigas, por las amigas de Balto, y con justa razón, ahora ellas, todas por igual, ahora lo responsabilizaban enormemente por el echo de que había sido su culpa, el que los mensajes de cada una para Balto, nunca llegaron a su destino, en serio que para este punto, toda la culpa se la estaban echando, a nadie más, mas que a Kaltag, ahora todo se había terminado para el, y si a Kaltag le iba a ir mal con Balto, también era muy seguro de que le podría ir incluso peor que las chicas, chicas a las que desde la pelea en la calle, en la cuál, el pudo verlas a todas comportándose como unss verdaderas fieras, sin ofender a Nala, Kiara y Vitani claro, pero que en serio lograron darle a Kaltag, uno de los mayores sustos de su vida, siendoles que en todo el tiempo que ya llevaba de verlas a todas, ellas lograron con mucho éxito, provocarle a Kaltag un miedo, que luego se fue desarrollando, hasta que la compañía de estás chicas, lo ponía muy, pero en serio muy, nervioso, y Kaltag en serio que no quería tener ni una sola razón buena o mala, para que estás chicas se enojaran con el, pues en este caso, ahora sabía muy bien, que todo el gran problema del momento, era por algo que el había echo. Si se iban sobre el, Kaltag no tendría manera alguna de detenerlas, ya que ni siquiera fue capaz de detener a su propia prima, Thalía, a quien en este momento, vaya que envidiaba locamente, por ver qué en serio no había sido notada por Balto. O por las otras amigas del perro lobo.
Se encamino con cuidado, y de acercó lentamente, hasta que por fin llegó, a dónde Balto lo estaba esperando.
Kaltag tenía la cabeza baja, le temblaban mucho las patas delanteras y un sudor helado le estaba mojando la nuca.
Balto: Kaltag, ¿Tu entraste a mi casa la semana pasada?
El husky amarillo no pensaba de ninguna manera, hacer ni el más mínimo intento de negarlo. Sería a partir de esa pregunta, que una nueva discusión, estaba ya próxima a comenzar, y ahora Kaltag también se estába haciendo además, a la idea, de que después de finalmente confesar, su amistad con el, en serio podría verse muy afectada.
Continuara.
Fin del Capítulo 54.
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