Si bien puede que en cierto modo, ella los extrañe mucho, a aquellos días, lo cierto es que en realidad no lo hacía tanto como para querer con gran anhelo regresar allá, a su tierra natal, lo cierto en realidad, es que Rita estaba más que dispuesta a darle una oportunidad a su nuevo hogar, mismo al que no tenía mucho tiempo de haberse mudado.

Rita era una perrita joven de raza saluki, bastante bonita y con una muy atractiva cabellera cafe peinada al más puro estilo de una cabellera humana de mujer, con un pelaje igual de delicado y cuidado en el resto de su cuerpo, a pesar de aparentar estar algo alborotado más no descuidado, sin embargo, los colores de su cuerpo, café, claro y oscuro, tanto en el pelo de su cabeza como en del demás resto de su cuerpo, eran unos colores en tonos realmente bellos. Los cuales se encargaron de darle a Rita su propia identidad al menos en lo que respecta su físico, porque en lo que respecta su personalidad, Rita siempre había sido una chica fuerte y poderosa, pero que se preocupaba por aquellos a quiénes más quería ella, su familia.

Rita no vivía sola, cuando se mudo a la ciudad de Nome en Alaska, lo hizo junto con toda su familia, la cuál por supuesto, constaba de un humano, su dueño, un hombre ya maduro, que se dedicaba a vender cosas, y sus mejores amigos de casi toda la vida, tres perros mucho mayores que ella, llamados Francis, Tito y Einstein, quienes a pesar de ser perros de razas completamente diferentes, eran casi como sus hermanos para ella, pues habían crecido juntos, a partir del momento en que cada uno nació, pero el caso con Rita era distinto, ella llegó siendo aún muy joven mientras ellos eran ya bastante maduros.

Así que si, Rita era como la hermana menor de toda esta familia, criada casi con una completa prioridad al ser la única chica de la familia, es decir, ella era muy querida por ellos y por esto mismo Rita también los amaba muchísimo. Sin embargo, ella aún así se mostró muy molesta, con la idea de mudarse, pero luego lo comprendió de inmediato una vez que comprendió que su vida sería mejor de ahora en adelante gracias a eso, mucho mejor en realidad.

Lo único que preocupaba a Rita de el nuevo lugar en el que vivirían ahora, sería las personas del lugar, ella desde lejos pudo ver a las perritas, que vivían en Nome, y ella misma no sabía porque, pero la gran mayoría de ellas no habían terminado de caerle bien en realidad, y ya sea para bien, o para mal, Rita no quería hacer caso a las indicaciones de su familia, cuando le pedían a ella que saliera a conocer gente y que hiciera amigos, y quién sabe, quizás en una de esas, ella por fin podría conocer a algún chico, según sus hermanos le dijeron.

Rita no se había detenido a pensar en eso, pero lo cierto es que la idea si le había llamado mucho la atención, y si se lo preguntaban ella ya llevaba un tiempo, mirando desde lejos a un chico con el que aún no había podido hablar, pero al que siempre saludaba desde lejos con su pata, cada vez que lo veía y el por su parte, solo se limitaba a corresponder los gestos, pero sin concretar nada, aumentando con ello, la gran curiosidad de Rita así como su intriga.

Continuará...

Fin del Capítulo Balto X Rita.