Era muy pequeña no sabía que sucedía, pero mi madre siempre me calmaba cuando había alguna mujer llorando.

Recuerdo una vez que estaba caminando en el pasillo para ir al médico como es de costumbre todos los viernes en la noche.

Esa noche en específica ví a la madre de Eli entrando a una habitación completamente transparente, estaba desnuda y la obligaron a cortarse en el una cama, le pusieron unas pinzas, y empezaron a electrocutarla, ella lloraba de dolor, y cada grito aumentaba más, al rato un hombre se bajo de sus pantalones y empezo a meterle adentro, ella se quejaba, pero un médico la obligó a callarla dandole de beber una dopima.

Las dopimas son una especie de drogas que obligan a las mujeres fértiles a quedarse embarazada, la madre de Eli era estéril le costaba tener otro hijo, y sin embargo está siendo sometida por la dopima.

El guardia que siempre me guía me aparto y seguimos caminando, entro a la habitación y encuentro otro médico diferente a lo habitual.

-Buenos días Andrea.

El sonreía mientras agarraba una inyección, me acerco a el y le devuelvo la sonrisa, el me sienta y me inyecta, en el cual grito de dolor.

Al rato ellos me atan las manos, y empezaron a electrocutarme, lloraba de dolor y sufría mucho, estuve así alrededor de media hora.

El médico anotaba cada electrocución que recorría mi cuerpo, al rato el me desata y me sube a la cama, y sigue anotando.

- Tu cuerpo sobrevivió a los 200 volteos, un nuevo récord.

-Ya veo -bajo la mirada y empiezo a llorar-.

-No llores niña, esto es algo que debemos hacer nosotros los adultos por el bien de nuestro país.

-Susurro con la cabeza abajo- por el bien de nuestro país.

Eli y yo cumplimos 15 años, en el cual fuimos liberadas del experimento Junior y nos unimos al ejército Azul en el cual estoy al mando del equipo Alpha.

Fin.