SOBRE TARANTINO Y NOVELAS INTERMINABLES
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JEY
Las enormes puertas de casa de mis padres se despliegan ante mí, dios como odio venir aquí. Llamo al timbre un poco a regañadientes, mi madre me ha pedido que la ayude a "Terminez une de vos créations" como diría ella con ese francés tan pulcro y refinado que la caracteriza. Solo él aceptó por dos razones: para que me deje de llamar para preguntar como estoy y por que me ha prometido que él, mi padre no estaría. Cassandra abre la puerta unos segundos después de llamar al timbre, y como de costumbre me da una palmadita en la espalda y me dice "The part of the righteous men..." solo con eso nos entendemos, siempre a cuidado de mi ya acudido cuando lo he necesitado, hasta se podría decir que me quiere más que mis padres. Desafiando a mis piernas que ahora mismo en cualquier momento me podría fallar llegó hasta el salón, el aspecto de este es considerable, hay más cajas que muebles. Son para la exposición de cuyo artista me parió, mi madre, una mujer fuerte y valiente que se vuelve débil y frágil ante la presencia de mi padre. Es una mujer de altura mediana, pelo castaño con tonos dorados y ondas perfectas, tiene unos preciosos ojos caoba y acento de Londres. Me acerco cuidadosamente a ella y con su característica dulzura me da un beso en la mejilla, eso es todo, ni una palabra, ni un " ¿como estás cariño?, nada. De seguida me pone a trabajar, yo hago el trabajo bruto y pesado, tengo que llevar las cajas de sus creaciones de un lado a otro. Durante la primera media hora no intercambia conmigo ni siquiera una pésima mirada, casi parece que yo no existe para ella. Después de una hora seguimos en la misma situación así que. Decidí marcharme, este sitio. Me pone enfermo De verdad que no entiendo porque me pasó cinco horas en un tren solo para esto, para absolutamente nada. Me levanto a colocar la última caja, después de que me voy a despedir de ella, le doy un beso en la frente y. ni siquiera se inmuta, ni siquiera aparta la mirada de una de las esculturas que está envolviendo antes de meterla en una caja, lo único que hace es decir-me "Adiós hijo" como si ella tuviera derecho a llamarme hijo.
El resto del día lo paso con antiguos amigos del instituto, pero no puedo evitar tener una nota melancólica en la voz cada vez que abro la boca, hace tiempo que solo tengo anhelo de tener menos cosas materiales y más sentimentales, lo único que él deseaba. ha sido el afecto de unos padres y eso a sido lo único que no he tenido. En su momento busque el eso que tanto necesitaba en otras partes pero ha medida que me hacía mayor me convencí que no lo necesitaba, que no necesitaba ni amor, ni cariño. El resto de los chicos van a salir pero yo decidí coger un tren de vuelta a Carolina, ahora es lo único que me apetece hacer, volver y verla...
El trayecto es largo y pesado pero cuando finalmente llegamos a la estación lo único que tengo ganas de hacer es ver a Miranda, sin pensarlo dos veces me monto en el coche y voy hacia su residencia. ¿Estoy loco por presentarme sin previo aviso? Quizás sí, de hecho es lo más probable ¿pero que cojones importan si es lo que quiero?. Entró por las puertas de su residencia, hay unas cuantas chicas hablando entretenidas, no me havía dado cuenta hasta ahora que es una residencia femenina, no está permitida la entrada de chicos y aún menos a estas horas de la noches, pero al ver que el El encargado está distraído pintándose las uñas decididas que no corroen ningún peligro. Subo por las escaleras y relajadamente camino por el pasillo hasta encontrar la puerta correspondiente, realmente no se exactamente cual es la suya pero por alguna razón estoy seguro de que es esta, la quinze. Me acerco con precaución y suavemente llamó a la puerta. En un principio no abre nadie, pero al cabo de unos minutos oigo como la puerta se abre lentamente y entonces me chocó contra ese precioso mar en miniatura, lentamente mis ojos van enfocando la cara de Miranda, está muy distinta de la otra noche, lleva Puesta una camiseta enorme que tapa cuasi por completo unos cortísimos pantalones, esto si que da rienda suelta a mi imaginación. Miranda parece sorprendida con mi visita, no me extraña que aparezca aquí como si nada.
-¿¿Jey??- su voz me acaba de confirmar la sorpresa que le produce mi visita- ¿Qué haces aquí? son más de las doce, el horario de visitas es de tres a cinco...
- ¿De verdad crees que me importa el horario?
- ¿Qué haces aquí?- Miranda parece irritada, quizás no ha sido tan buena idea venir.
- Heeem, yo...- Joder, Jey piensa...- He venido para... heeem..., pedirte... Un libro- Venga en serio Jey, eso es lo único que se te ocurre ¿un libro ?.
Miranda me otorga una severa mirada antes de volver a entrar por la puerta de su habitación, sin dudarlo dos veces la sigo adentro y examina cuidadosamente todos sus estantes y los recovecos que se encuentran en ellas, entre las cuales hay un millón de libros ordenados pulcramente. y un montón de fotos con otra chica que reconozco al instante, es la ex de Jackson. Fue una cabrona con él, lo dejó tirado sin ni siquiera avisar.
La habitación de miranda no es ni mucho menos un cuadro de mil colores, simplemente son quatro paredes lisas, una cama y un par de estantes con libros, pero para mi es más que suficiente para poder observar otro pequeño pedacito de ella, de esa chica. de ojos tristes y mirada perdida, de esa chica de pelo negro como la noche repleta de mil constelaciones y de esa mente tan brillante que se esconde detrás de todo un mundo de angustia e inseguridad. Finalmente después de observar con suma cautela su habitación dirijo mi mirada a ella, repasó sus piernas al descubierto que hacen volar mi imaginación hasta tierras extrañas y remotas, hasta sitios desconocidos de su cuerpo que tanto ansío descubrir. Un suave roce de algo me hace volver de mis ensoñaciones, dirijo la mirada hacia el punto de partida de donde procede el golpe, me encuentro ante mi una preciosa edición de un libro, el cual está recubierto de flores doradas en contraste con un bonito fondo. azul marino, en la parte superior pone en tipografía clásica y letras de oro; "Little Womens", tengo entendido que es un clásico de la literatura, pero sinceramente nunca le he prestado la mínima atención en descubrir más sobre él.
- Aquí tienes tu ansiado libro - la voz de Miranda ahora es solemne y rígida, pero al tiempo que cada una de las palabras surgen por su boca el tono de voz se va volviendo más relajado- empezaremos con los clásicos, tienes un mes para leerlo .
No se que le sucede, pero es más obvio que aquí estoy molestando, en cambio cuando hago referencia a marcharme se pone neguitosa y no parece estar tan concorde conmigo al hecho de que me marche. Pero tampoco me retiene allí cuando le dijo que es tarde y que debería marchar, por tanto como no parece querer impedir esta acción yo la prosigo con naturalidad, sin dejar que pueda ver lo que hay en realidad en mi, impidiendo que pueda observar el amor. que está mirando dentro de mi corazón. Simplemente le deseó las buenas noches y desaparezco de su lado lo más rápido posible para que no pueda ver a través de mi, para que no pueda ver más qué obstinación y arrogancia, cuando en realidad lo que me envuelve los sentidos es justo lo contrario a esas dos palabras.
Salgo del enorme edificio chocando contra un horrible frío otoñal que me cala hasta los huesos y puede que hasta un poco más, puede que el frío marchite un poco mi humor y congele mi radiante alegría, es probable que haga polvo cualquier atisbo de felicidad que intente nacer en mi. Simplemente decidí dejar correr este largo día y esperar a que el siguiente esté lleno de luz y no volver a perderme en las tinieblas de las sombras.
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