Feliz dia de las mamasitas
⚠️Advertencias⚠️
• Los personajes le pertenecen a su autor original yo solo hago un fan fic sin fines de lucro.
• Los personajes pueden ser un poco/bastante OC's
• Las tramas son inventadas nada de lo que aparecera en este o en otros One-shots me representa. Es ficcion amigos.
• A veces escribo en la madrugada asi que puede haber pocas o muchas faltas de ortografia. Si la ven comenten para cambiarlo
• Puede haber descripciones de tortura y cosas no eticas que puede ser sensibles para algunas personas. Si no les agrada o no pueden leer ese tipo de situaciones, abstenerse de leer.
• Puede o no haber palabras denigrantes o momentos incomodos y de dudosa estabilidad mental. Si les incomoda salgan de aqui de inmediato.
• Au sin quirk
• Angustia sin consuelo
*Este es un one shot creado para regalarse a Miya el dia de las mamasitas solo que hay exclusividad obvio. Espero les guste*
Tituló:
UNA JAULA DE ORO...
Introduccion:
Dos almas gemelas separadas por dos bandos en guerra, un cruel destino para dos amantes.
O también dicho de otra manera la apuesta que salió mal.
Pareja:
DEKUBAKU
😇😈
El silencio sepulcral fue abruptamente detenido cuando se escuchó el resonar de unos pasos. El indefenso hombre encerrado en la enorme jaula ni siquiera levanto la vista a pesar que su cuerpo temblaba ante el acercamiento de esa presencia. El aura oscura llena de maldad del intruso volvía mucho más aterradora la penumbra en la que se encontraba confinado.
Tum, Tum, Tum...
El latir de su corazón sonaban incluso más fuerte que esos pasos. El eco que rebotaba tan lentamente demostraba cuan grande era el lugar donde estaba apresado.
Los pasos se detuvieron. Hubo silencio de nuevo y por un momento eso fue más aterrador que el sonido de los pasos.
Por que la eminente realidad lo alcanzaba. Él habia vuelto....
Sus hebras rubias se sacudieron ante la cercanía. Lo sintió. El aire frio que lo acompaña y ese característico aroma a azufre, pero a pesar del pestilente aroma había un toque dulce que opacaba ese rasgo tan notario de su especie.
Alzo su cabeza, lo único que podía hacer al no tener las fuerzas suficientes y al estar atado con grilletes pesados. A pesar de estar encerrado en una jaula como un pájaro también tenía que ser humillado a tener sus tobillos envueltos en un frio metal, tan apretados que escocian su piel nívea al menor indicio de moverse.
Gracias a eso tenía como resultado de su intento de escapar heridas en carne viva. Por suerte para él hace mucho que el dolor desapareció dejando solo el entumecimiento, un presagio no favorable para su estado físico.
-Extrañe ver tus hermosos ojos Katsuki...
Sonrió, dientes blancos sin colmillos a la vista; si no lo conociera pensaría que era alguien amigable por la sonrisa amable que esbozaba.
Otro silenció, pero la persona delante de él acostumbrado a la incomodidad de una comunicación unilateral prosiguió sin verse afectado.
-Hoy te ves más hermoso que ayer. Te traje un regalo.... espero que esta vez sí lo aceptes, cariño
Por un momento sus ojos oscuros se aclararon con felicidad verdadera pero como si recordara algo rápidamente se esfumo dejando la frialdad y oscuridad de siempre.
Un aroma fresco y floral llego a su nariz y con un giro de su brazo apareció ante el un ramo de camelias color rosado con una hermosa orquídea blanca en medio de ellas. El ramo estaba mal hecho, el tamaño y la proporción no encajaban y las camelias, aunque tenían un bello color estaba algo aplastadas como si las hubieran unido con demasiada fuerza.
El destinatario solo las miro un segundo ante de girar su cabeza no queriendo dar algún vistazo más al regalo de ese loco.
-Esto será así ¿eh?
Su voz gruesa y fuerte bajo unos decibeles siendo casi un susurro que si no fuera por la habitación silenciosa jamás seria escuchada por el rubio. Eso no le importo mucho a Katsuki, en todo el tiempo que lo tuvo en ese lugar jamás recibió algo de él, ya fuera un regalo o cualquier cosa para sustentar su vida. Muchas veces lo obligo a comer para no caer en la inanición por no probar agua o comida por dias, solo el pensar que ahora lo necesitaba era tan... cruel...
-¡Estoy cansado, un año y aun no logras...! tu... tu no lo haces... lo xxxx....
Su grito lo sobresalto. Esto pareció agotar el temperamento del demonio por que bajo su voz hasta que fue un farfullo tan pequeño que no logró comprender por completo. No es que le interesaba, Katsuki tan agotado como estaba solo deseaba dormir un rato más.
Cerró sus ojos. De nuevo la conversación entre los dos termino así. Solo era un dia más sin poder llegar a nada.
Una explosión a lo lejo hizo vibrar el suelo. Gritos y el correr de unos pasos, a lo lejos de la habitación se escuchó el golpe frenético del metal. Las flores cayeron y el aroma de ellas se esparció por toda la habitación.
Ninguno se dio cuenta que lentamente el ramo se marchitaba hasta que solo quedo polvo.
El demonio corrió hacia la entrada, nadie nunca lo molestaba en ese lugar.
Al abrir la puerta se encontró los rastros de sangre de sus soldados.
El frio del metal de una espada nunca llego, en cambio algo caliente presiono su cuerpo inmovilizado. El hedor de la putrefacción y la sangre golpearon su nariz al mismo tiempo que el dolor en su pecho. Se había confiado demasiado, no debió ir al mundo humano por las flores, fue un riesgo enorme exponerse cuando aún los buscaban, debió esperar a que él se recuperara, si tan solo se hubiera preparado mejor, si tan solo hubiera llegado a tiempo...
Aunque quisiera tanto devolver el tiempo, es tarde, demasiado tarde...
En el mundo humano había un dicho. Él hubiera no existe.
Pero aun podía hacer una última cosa. Todavia le quedaban fuerzas para detenerlos, esta vez si podía protegerlo. La espada cargada de la sangre de sus compatriotas junto el veneno celestial quemaba su piel. Era notorio en el temblar de sus manos que estaba efectado.
Sus pensamientos duraron un segundo y sin esperar a ser atravesado empujo con una onda de poder a los nephilim que se atrevieron a entrar en sus dominios. Marcas intricadas y con símbolos extraños aparecieron en sus manos. Esas marcas se iluminaban por su cuerpo hasta cubrir su cuello. Una explosión, sangre derramada por las baldosas y el grito ahogado de un nephilim muriendo. Luego hubo dolor, su pecho ardía al igual que sus brazos. No debería estar herido, el veneno celestial no era algo que temiera, era un ser del inferno y uno de los gobernantes del noveno circulo; con un poder inimaginable solo un nivel más bajo de Morningstar, podía revertirlo.
Antes de poder hacer algo contra el veneno que circulaba su cuerpo sintió un atroz dolor en su brazo.
-¡Hijo de perra!
Un punto ciego, dio paso libre que la hoja afilada de una espada cortara su carne y con ella una extremidad. Se quejo y maldijo, pero aun así no grito, dolía como un demonio, pero no les daría la satisfacción a esos celestiales de regodearse de su dolor. A veces se preguntaba quién de los dos era más un demonio.
Se tambaleó, en donde solía estar su brazo izquierdo solo había sangre. Demasiado endeble para mantenerse de pie, sus rodillas flaquearon. Cayo de rodillas sin que lo obligarán a hacerlo. El brillo de la espada Flamígera brillo sobre él y lo hizo comprender por qué había sido tan fácil mutilarlo y reducirlo a una escoria sin que el se diera cuenta de su precencia.
Escucho la risa burlona de su atacante, reconoció quién era con facilidad no era tonto el aura dorada y la espada en llamas no era dificil adivinar. Lo atacó un arcángel y no solo eso, él conocía muy bien a dicho celestial.
- No le haces justicia a los rumores. Fue tan facil reducirte a nada. Jaja el gran demonio Izuku, el devorador, a mis pies. Como debe de ser....
Gruño cuando la espada se clavó en su hombro, el brazo sano se movía errático con la intención de atacar, pero el poder demoniaco no se activaba a causa de la debilidad y la infestación casi completa del veneno. El filo apuñalo con más fuerza su cuerpo, su expresión serena e indiferente a pesar de la herida casi mortal que le estaba infligiendo.
Ese olor a corrupción y envidia no era fácil de olvidar, no cuando ese aroma venía de un ángel. Por su culpa tuvo que salir del infierno y esconderse entre los humanos, vivir en las sombras tratando de ocultar su presencia y su poder. Hasta hizo eso para desaparecer de su radar, pero ahora todo fue en vano.
Lo miro, sus ojos verdes se oscurecían poco a poco hasta volverse totalmente negros. Su cuerpo pronto estaría tan débil que no podrá sostener la transformación. Pero no se rediría, un demonio no podía fácilmente y ese ángel lo sabía por qué no intentaba matarlo tan herido como estaba solo tenía una opción; ser desterrado al noveno circulo y donde seria castigado por todos sus pecados.
En su mente palabras en latín al revés se formaban, la curación, aunque lenta se estaba gestando. Un poco más, solo un poco más...
-Un año completo lograste escapar de mi... y ahora por fin llego tu perdición...
La cuchilla atravesó su hombro y luego en un corte rápido hizo un corte diagonal en su pecho. Débil su cuerpo cayó al suelo.
El ángel con cabello rojo como fuego tenía una mirada indiferentes y fría mientras miraba el cuerpo del demonio que tanto despreciaba. Luego su expresión cambió, la amabilidad y preocupación emergieron; si no fuera por la rapidez que cambio su rostro uno creería que en verdad sentía todo lo que mostraba su hermoso rostro. Luego saco un puñal de la funda de su cinturón y con rapidez acuchillo su costado. La sangre dorada empapó su túnica blanca, los nephilim heridos levantaron sus cuerpos después de ver la serie de acciones de su líder, esperando por una señal para correr hacia la habitación oscura a la cual entro con tropezones.
-¡Katchan, estas aquí!
La voz quebrada resonó en la oscura habitación. La tenue luz solo alumbraba una jaula con intricados de oro que brillaba a pesar de la poca luz, pero nada se comparaba al brillo de la cabellera detrás de los barrotes.
Hubo un sonido de una cadena, una respiración acelerada y un quejido doloroso.
-¿Pelos de mierda...? - La voz titubeo y luego como si se diera cuenta que no era un sueño. No se podía sentir el dolor en los sueños y el escozor en su pierna era evidencia que esto era real. Su Kirishima había venido por él.
- ¡¿Eres tú Kirishima?!
Pasos apresurados y quejidos bajos. Luego una presencia se hizo presente y con la poca luz vislumbro cabello rojizo y dorado brillante. Katsuki se emocionó al ver ese rostro tan familiar. Lo encontró, por fin lo encontró, sus manos cruzaron los barrotes y a pesar del dolor se mantuvo en pie y acaricio su rostro con urgencia desesperada.
-Si, Katchan soy yo...- susurro como si no quisiera romper ese momento. Ambos anhelaban esto, una caricia tibia que alejara su pasado como un mal sueño. Como si el destino les dijera que no era el momento, Eijiro se quejó y Bakugo por fin vio que era el brillo dorado que vio a primera vista. Sangraba y mucho. La preocupación cruzo el rostro y luego el entendimiento de quién le hizo eso a su Eijiro.
-Fue él, ¿cierto?...
Kirishima no contestó, pero estaba implícito en su silenció. Bakugo prometió en su mente que desterraría al infierno al bastardo.
-Hablaremos de eso después, hazte un lado Katchan romperé esta jaula.
A pesar del dolor Kirishima levanto su espada pesada, Bakugo se alejó con un gemido adolorido.
Crash, Crac, crac...
El sonido de un golpe fue seguido de grietas formándose y expandiéndose hasta que la pesada puerta de la jaula cayo con un sonido sordo. Kirishima entro y al ver el estado de su amado gimió de dolor. Bakugo estaba en el suelo de nuevo sin poder aguantar más el peso de su propio cuerpo con sus magulladas piernas. Eijiro no se atrevió a retrasarse más, golpeo las cadenas y las rompió con la misma facilidad que la jaula. A pesar de estar hecha del metal fundido por el fuego del purgatorio, no era nada a la espada bendita por el dios de la creación. El pelirrojo se acercó a su amado tratándolo con un cuidado tan meticuloso. Bakugo sonrió, por fin seria libre pero antes de que pudiera ser abrazado por los fuertes brazos de su amado lo vio, sus ojos oscuros que por primera vez los veía con intensiones asesinas.
-¡No!
Empujando a Kirishima tomo en su cuerpo el filo de una daga. El dolor llegó y en su pecho se formó una mancha húmeda de color rojo. Sin sus alas era un ángel caído y como tal su cuerpo se había convertido en nada más que un mortal débil.
Y como si alguien hubiera presionado el botón de pausa los tres no se movieron, hasta que la sangre broto de los labios de Bakugo. El parche rojo se estaba extendió a la vez que su débil cuerpo caía a los brazos del demonio.
¿Por qué con él? En su débil conciencia su cuerpo se movió por sí solo, queriendo obtener consuelo del aterrador diablo en su forma demoniaca.
-¡Kacchan! -El dolor en esa voz grave no podía ocultar cuán importante y apegado estaba a la persona ligada a ese mote.
Su mirada se oscurecía en los bordes. Se desmayaría, conocía bien ese sentimiento, pero jamás así. Siempre era un adormecimiento sin dolor nada como esa aguda y penetrante tortura. Pero estaba vez estaba seguro que no se despertaría como la otras veces; su cuerpo humano siempre terminaba sanando cuando se cortaba o lesionada de gravedad hasta que volvia a intentar escapar y sus heridas nuevamente se agrandaba de nuevo. Ahora ya no es un tonto, ya no cree que eso era los últimos vestigios de su escencia angelical sanandolo, había sido él. Siempre fue él.
Miro esos ojos verdes que ya no era oscuros y eran claros y brillante. Su mente obstruida por una maldición se destapo por fin dejando entrar un río de información. Recuerdos dispersos y sin cronología, pero había algo en común y eso era al sonriente y amable demonio en ellas.
Hubo felicidad desbordante, corazones latiendo al mismo ritmo y momentos de pasion prohibidos que eran robados por ellos.
Luego un recuerdo se instaló en su memoria, jadeos lascivos, toques ardientes y un susurro cercano a su oreja. Aun podía sentirlo, el calor de su aliento y los lentos movimientos que lo hicieron gritar:
"Izuku~"
"Kacchan... mi precioso y amado ángel..."
"Ah~"
"Algún día te llevare lejos, una vida donde nos acompañaremos y nos amaremos eternamente..."
Promesas susurradas con amor desmesurado. Lloro. Porque en ese momento recordó al amor de su vida y no el engaño que le fue programado. La red de mentiras que le fue implantada en su mente no pudo cambiar su corazón. Por que su tonto y testarudo corazón sólo tenía un dueño y era ese ser oscuro que todos odiaban. Su amado demonio. Tardó tanto en recocerlo, las promesas se cumplieron pero ahora ya era tarde.
-Deku... perdón...
Murmuro con un quejido, el suplicio de su amante apago la felicidad del consuelo de por fin ser reconocido.
Su Kacchan volvió a llamarlo, por fin volvió a él.
Parecían horas en su brazo, pero tan solo había pasado un minuto. Kirishima se alzó con la espada que una vez fue su amiga y sin poder evitarlo (no queriendo hacerlo), se enfrentó al destino. Dejo acceso fácil a su punto débil. Bakugo vio con horror como fue apuñalado su amado.
-Mierda, todo iba tan perfecto... ¡debías arruinarlo!... - Los amantes heridos no escucharon la diatriba del ángel, ambos demasiado concentrado en los últimos momentos que les quedaba. Tiempo robado al destino, ojala pudieran tener solo un poco más.
Izuku sonrió, sangre negra brotando de su boca. Al menos esta vez estaba con Kacchan, no lo traicionó, cumplió su promesa.
-Te amo, Kacchan
Antes de que el ángel caído pudiera pronunciar cualquier cosa lo beso, la sangre de ambos se mezcló en un beso profundo. El tiempo se ralentizo, solo estaba ellos dos en el mundo justo como había sido hace tiempo atrás, antes de ser condenados a una maldición por uno de los pecados más mortales en sus reinos.
La traición por amor.
Izuku, se alejó debilitado. Uso su poder restante para lograr matar a los nephilim que quedaban y sus ultimas fuerzas en correr a matar al último objetivo, olvidando así por completo curarse de sus heridas mortales. El veneno avanzó demasiado rápido hasta penetrar por completo en su nucleó. Mucho antes de ser apuñalado en la fuente de su poder su cuerpo estaba acabado. Su vida por salvar a su Kacchan valía totalmente la pena, no le importo ceder a los últimos rastros de su poder para lograr convocar a la daga de la perdición y asesinar al arcángel que era el verdugo de su amado.
Llego tarde, todo fue en vano... este era su castigó por ser ambicioso. Debió dejarlo ir cuando tuvo la oportunidad, aunque terminará siendo odiado por Kacchan por la eternidad al menos estaría vivo y siendo alabado por todos como el guerrero que es.
-Te amo, Deku....
El ángel con el ultimo de sus fuerzas acaricio el rostro de su amado. Tan superficial como el toque de las alas de una mariposa, pero que duraría para ser recordado como la última demostración de amor de un ángel.
Su mano cayo, y los hermosos ojos de su amado perdieron toda vitalidad. Izuku volvió a escupir sangre, su muerte más lenta y dolorosa consecuencia de su maldición. Abrazo con fuerza a Katsuki queriendo fundirse en uno, asi jamás lo volverían a separar.
Sólo una última vez más déjame ser egoísta.
Sin decir nada, una única lágrima se derramó por su mejilla antes de perderse en el camino.
Kirishima maldijo, no podía hacer nada ahora. Katchan había perdido sus alas y por consecuencia su esencia divina. Ni siquiera podía llevar su cuerpo de regreso. Seria castigado, fue su culpa perderlo en primer lugar. Enderezándose salió de la jaula. Unas hermosas alas se formaron a partir de formas de luz y se alejó apretando la empuñadora de la espada que seguía brillando en luz roja, protestando por ser separado de nuevo de su dueño original.
-Tsk, que estúpidos....
Recordó. El amor de dos tontos que pensaban que podían ir contra su destino.
Había sido una vez que el arcángel Katsuki fue admirado y alabado por todos. Fue reconocido como el príncipe de las naciones. Y todo eso fue desechado en un sólo día, se enamoró y eso estaba prohibido para los de su tipo; pero el castigo del incumplir esa norma no era nada a lado de enamorarse de un demonio.
"¡Lo amo, como puede ser un pecado esto!"
"Mancillaste el cuerpo otorgado por Dios y eso es el pecado más grande"
"¡No quieren escucharme ¡Él es diferente. El renunciaría a su reino por mi..."
"El tribunal celestial ha debatido, por unanimidad se decidio tu veredicto. Como el arcángel más fuerte no podemos permitirnos que abdicas de tu puesto. Así que se te condena... ¡Tu condena Arcángel Katsuki es una vida de olvido! Por la eternidad solo podras recordar lo que queremos que seas, ya no tendras individualidad y seras solo un arma para pelear contra el mal. Tu castigó es matar a los de la especie de tu amado sin recordar que una vez confraternizastes con uno de ellos. Es una maldición perfecta para un pecador como tú"
"¡No! Todo menos eso... ¡no! ¡suéltenme! ¡Izuku!, Izukuu...!"
Dos amantes, una promesa incumplida, dolor de una traición y una condena eterna.
¿Una apuesta, no sería divertido?
¿Qué clase de apuesta?
Que te parece saber si dos seres tan diferentes podrían amarse y pelear por ese amor. ¿Un ángel y un demonio irían contra su destino? Creo que uno traicionara al otro, después de todo tus ángeles son tan aburrido que mi diablo se aburrirá rápido
Divertido, el amor es una fuerza poderosa y te atreves a jugar con ella. Bien, es una apuesta...
Todo estaba planeado. Hilos del destino tirando de ellos como títeres...
Una apuesta, solo un ganador y la recompesa es la vida...
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Imagenes de inspiración:
😇Fin de la parte 1😈
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Parte 2 en proceso~
Esten atento por que habra más de este mundo....
❤ Por favor comenten y den estrellas para saber si les gusta lo que escribo❤
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