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Capitulo 60: Reflejos

https://youtu.be/5hDEd0h9KYQ

Quiero ver tu sonrisa volver

(Se ve a Wolfurio, Lirian y Boulderon, quienes parecen ser los que están cantando. La imagen se ve de blanco y negro).

Ya no veré hacía atrás

(Aun blanco y negro, se ve a Camilo con la expresión agachada, sentado en un trono de piedra).

Quiero caminar de frente pero tu cansado estas.

(Se ve a los Peleadores reunidos en una sala de estar, cansados y derrotados).

De tanto sonreír.

(Se muestra el collar de Pegaso que Claire le regalo a Camilo en navidad tirado en el suelo)

No tienes que fingir.

(Se ve la sala del Orbe Sagrado, y al Orbe, aun en blanco y negro, brillar intensamente)

Es buenos ser feliz de vez en cuando para ti.

(Se ve a los Peleadores, Claire y Ginebra levantarse, con expresiones decididas en sus rostros).

(La música suena mientras se ve a Marduk mirando al horizonte desde lejos, para hacer un acercamiento más de cerca rápidamente. La imagen cambia de golpe para mostrar un casco con un yelmo que cubre el rostro de quien lo usa).

(Seguidamente, se muestra el titulo del fic en un espacio parecido a un cielo despejado, siendo la primera imagen a color).

Tu tierna voz no siempre trajo sufrimiento y no quiero arrancarlo desde adentro

(Se muestra desde la perspectiva dos escenas: a Camilo, acercándose a un Marduk llorando después de que ambos perdieran a sus compañeros y a Camilo conociendo a Claire).

Quiero que vuelvas, pero si lo fuerzo puedo lastimarte más que ahora.

(La escena cambia de golpe, con una Claire en medio de una calle en una ciudad a oscuras. Se muestra en imagen muy brillante el momento en que Camilo y Claire estrechan sus manos la primera vez, haciendo énfasis en ese momento).

Ya no existen las palabras, pero todo lo que haces me revela la verdad...

(Camilo y Marduk pasan uno frente al otro, como si fueran fantasmas atravesándose. La imagen muestra a Camilo de pie en una calle).

Y no se haya nada más.

(Al mismo tiempo que Camilo se da la vuelta, el fondo se quema y muestra a Goodwin en un espacio oscuro, extendiéndole la mano a Camilo, invitándolo).

Guárdalo en lo más profundo si.

(Se muestran rápidamente y uno a uno a todos los amigos que los Peleadores hicieron: a los Vexos, la Resistencia, Daku, Fabia, Serah, Linus, Ren, Mason, Zenet, Lena, Relena, Alfredo, Serena, John, Ashoka, Felipe, Sabine, Rafe, Page, terminando con mostrar a los miembros de los equipos Anubias y Sellon).

Si somos libres para amar, será bueno dejar de soñar.

(Se muestra la imagen de un hombre moreno que parpadea hasta transformarse en el Caballero Esqueleto. Después, se muestra la imagen de un Goodwin en sus veinte que parpadea hasta mostrarse al Goodwin de la actualidad, el empresario).

Y si no quieres volverlo a hablar.

(Con un movimiento de capa, se muestra a Goodwin y la imagen retrocede, mostrando a Anubias, Sellon, Caligula, Kazarina y Dukhan mientras la imagen se alejaba más, mostrando ahora una vista completa del castillo).

Yo nunca te abandonaré.

(Se ve a Camilo sentado en un trono de piedra, con una sombra oscura envolviéndolo lentamente).

¡Contigo estaré!

(Se ve a Marduk levantarse).

Quiero ver tu sonrisa volver.

(Se muestra a los Vexos juntos y la imagen asciende para mostrar sus Bakugan juntos y alineados).

Ya no veré hacía atrás.

(Los Bakugan lanza sus ataques al unísono contra una figura oscura que repele sus ataques fácilmente).

Quiero caminar de frente pero tu cansado estas.

(Drago lanza un rayo de energía contra Némesis, que lo esquiva en el aire y lanza su propio rayo que Drago esquiva y ambos chocan sus garras, mirándose con odio desmedido).

De tanto sonreír, no tienes que fingir.

(Lionel atrapa su espada, mirando adelante suyo a Inhar Lumagrow Haos que carga un ataque en su boca. La imagen muestra a Vladitor blandiendo su espada de doble hoja, liberando energía purpura hacía el frente).

Es bueno ser feliz de ves en cuando para ti.

(Se muestra la imagen de Camilo de espaldas caminando hacía adelante. Una sombra lo cubre por completo, y al girarse, se lo ve con la armadura oscura de sus visiones y sus ojos eran dorados de un tono oscuro).
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-Esta enfermedad me asfixia. Siento... dolor. Todo el tiempo. Hasta los huesos. Lo odio. Yo... debo vengarme de todos-.

Esas habían sido las últimas palabras que la madre de Kazarina le había dicho. Cuando despertó a la mañana siguiente, se enteró de que ella había muerto debido a una enfermedad degenerativa que había extraído después de uno de sus experimentos con los Bakugan Corruptos. Unos años después, ella se había ido del territorio del espacio gobernado por su padre, desesperada por ver qué había en el resto del universo, de alejarse del pozo oscuro y sin fondo que era su progenitor. Tenía ocho años cuando su madre murió y diecisiete años cuando escapo.

Había viajado por algunos planetas durante un año entero antes de llegar a Gundalia. Allí, paso como una Gundaliana más gracias a que había heredado todos los rasgos de su madre. Quiso saber como era el planeta de origen de su madre, el planeta que la expulso. Al estar en un sistema muy lejano a los territorios de Apocolyps, Kazarina pensó que su padre no llegaría hasta muchos años después.

En esa época, ello entró como científica a un instituto científico de la capital usando documentos falsos que aprendió a realizar. Rápidamente destaco sobre todos, mostrando sus avances. Sus superiores considerados sus experimentos y desarrollo crueles y abominables.

Tontos. Todos ellos eran tontos. La ciencia no podía avanzar sin sacrificio. ¿Querían resultados? Ella se los daba. El método no importaba.

Pero esos inútiles de mente cerrada la terminaron expulsando del área de pruebas, y esparcieron la mala lengua sobre ella, haciendo que ningún instituto científico de Gundalia la quisiera aceptar.

Kazarina había entendido porque su madre odiaba a estos ineptos. Porque quería vengarse. Todos eran débiles de mentes que no podían ver más allá de una moral que se podía moldear. Era adecuado que fueran gobernados por un rey débil.

Pero cuando parecía que iba a irse del planeta, un cadete de Gundalia, que en el futuro ella conocería como Gill, la encontró y le dijo que el príncipe de Gundalia quería verla.

Escuchar que el mismo príncipe de Gundalia quería verla había despertado su curiosidad natural, lo que la hizo seguir al soldado hasta una choza a las afuera de la ciudad capital, un lugar que uno no pensaría sería el lugar de reunión de alguien de la realeza, pero por eso mismo funcionaba para encuentros secretos.

Gill la dejo entrar a la choza y se quedo afuera. Ahí, conoció al futuro Emperador Barodius, pero en ese entonces era el Príncipe Barodius, mirando por la ventana hacías las afueras de la ciudad. Un joven Gundaliano de 22 años, de porte firme y poderoso, emanando un aura que exigía obediencia.

Kazarina podría haberse sentido intimidada por él si Apocolyps no fuera su padre.

-Kazarina es tu nombre, ¿verdad? Soy el Príncipe Barodius, aunque eso ya lo sabes- fue lo primero que dijo, apenas viéndola un segundo antes de volver a posar sus ojos en la ventana.

Kazarina se sintió molesta por esta poca falta de interés en ella, a pesar de que fue él quien la llamo, pero se mantuvo fiel a su papel de simple Gundaliana y hablo con la voz de humildad y cierto temor que alguien podría tener frente a la realeza, pero sin sonar demasiado forzado.

-S-Si, ese es mi nombre. M-Me halaga que el príncipe sepa quien soy-.

-Es normal que sepa el nombre de mis súbditos. Pero tenía que estar seguro que era tu nombre, ya que podría ser falso como todo lo demás en tus documentos-.

Kazarina se tensó. ¿Cómo sabía este hombre que sus transcripciones eran falsas? Ella las había hecho de tal manera para que nadie pudiera sospechar, además de usar su hipnosis que apenas dominaba, en algunos individuos para asegurar que no iniciaran una investigación sobre ella.

-Tus transcripciones eran perfectas, tan perfectas que fue eso mismo lo que me dijo que eran falsas- dijo Barodius, respondiendo a sus dudas no verbalizadas. -El como averigüé que no eres nativa de Gundalia es por tres motivos- se giro en su lugar, decidiendo verla fijamente. -Uno: no tienes un compañero Bakugan. Cualquier Gundaliano tiene un Bakugan y son muy pocos los que no tienen uno, lo que ya llama la atención sobre uno mismo. Dos, y esto se puede atribuir más a la suerte: estuve presente cuando presentaste tu prueba a la institución. Me llamo bastante la atención los resultados e hizo que generara un leve interés en tu carrera. Y tu teoría de vehículos vivientes creados a base de células Bakugan me gusto mucho-.

Aunque se sentía bien escuchar que alguien elogiaba su trabajo, Kazarina se estaba poniendo nerviosa al ver lo cómodo que él se veía parado en su lugar. Movió de manera imperceptible el brazo derecho, donde guardaba un cuchillo oculto por la manga de su ropa. No parecía haber nadie más aparte de ellos y el soldado que estaba afuera.

-¿Y la tercera razón?- No pudo evitar preguntar.

Barodius la señalo con el dedo índice derecho. -Todo Gundaliano puro tiene piel gris y sus cuernos son notables. Tu piel azulada y lo pequeño que son tus cuernos en comparación, me dicen que no eres una Gundaliana pura, sino una mestiza. Y te aseguro que no solo yo me di cuenta-.

Kazarina había notado ese rasgo en la piel de los Gundalianos cuando llegó, pero no lo creyó tan importante. Un pensamiento ingenuo y estúpido que la dejo más expuesta de lo que imagino.

-Durante el reinado de mi abuelo, desterró al espacio a muchos Gundalianos que se opusieron a él en la rebelión Kruth, y mi padre también ha desterrado a unos pocos individuos del planeta como pena máxima. Debo suponer que eres descendiente de alguno de ellos que llegaron a otros planetas, tal vez nieta o hija- dedujo Barodius. -Pero eso no me importa. No te llame aquí para que me cuentes tu historia o la de tu familia-.

-¿Entonces porque estoy aquí?-.

-Por que vi tus experimentos y leí tus teorías. No fueron cosas que descubriste a través de estudio o experimentos. Fueron cosas que ya sabías y pusiste en práctica- no fue una suposición o una pregunta, sino una afirmación de parte del príncipe. -Se dice que hace mucho, cientos de Bakugan llegaron a Neathia y Gundalia de un mundo llamado Vestal. Tal vez encontraste ese mundo y a los Bakugan que existen ahí. Aunque estoy intrigado, como dije, no me importa tu historia. Me importa lo que puedes hacer-.

Sin hacer ningún movimiento, señalo la repisa en una chimenea vieja y abandonada. Allí había una pequeña pila de papeles. Kazarina se acercó y lo recogió. Estaban sus teorías escritas y entregadas a los instructores de la institución, así como notas y comentarios de varios de ellos en algunas partes que ella no leyó.

Pero lo que llamo su atención eran hojas que tenían anotaciones y teorías con cálculos e información iguales a los de ella, pero que no eran suyos.

-¿Qué es esto?- Le pregunto a Barodius, volviéndose hacía él, levantando los papeles.

-Son la teoría escrita de algunos científicos que le mostraron a mi padre sobre como mejorar militarmente nuestras fuerzas en la última reunión- respondió Barodius, de pie allí en silencio y con paciencia. -Mi padre los rechazo, ya que un fortalecimiento de nuestra armada podría verse como un acto de agresión a Neathia. Otra más de las decisiones estúpidas del anciano- no dudo en insultar a su propio padre. Se podía notar el desagrado en su voz. -Pero es curioso como las notas y resultados son los mismos que los tuyos, ¿no?-.

Kazarina sabía lo que estaba tratando de decir y lo comprendía. A pesar de que llamaron sus pruebas y experimentos aborrecibles y nada morales, ellos hicieron los mismos experimentos y se los presentaron al Emperador de Gundalia, ¿para que? ¿Para ganarse su favor y ascender en posición? ¿Cómo se atrevían esos gusanos insignificantes? La rabia que sentía era tan grande que sus manos temblaban mientras estrujaba las hojas.

-¿Qué quieres de mi?- Finalmente hizo la pregunta que era el punto cenit de todo esto.

-Para responder eso, quiero hacerte otra pregunta- dijo Barodius, acercándose hasta detenerse a una distancia de tres pasos de ella. -¿Qué harías si vieras dos caminos que se bifurcan frente a ti? Dos opciones de igual peso. ¿Tu decisión en ese momento se debe a que conoces los caminos? ¿Qué tan dispuesto estas a recorrer ese camino hasta el final?-.

-¿Qué mierda significa eso?- Preguntó Kazarina sin entender, pero el peso de dichas palabras había calado hondo en ser por alguna razón.

-Esa pregunta me la hizo alguien hace un año, al mismo tiempo que me revelo que mi padre planeaba poner a mi hermano menor en el trono en lugar de a mi, su legitimo heredero-.

Kazarina había escuchado de la muerte del segundo y tercer príncipe de Gundalia, hijos del Emperador con las dos concubinas que tenía. Barodius había sido el mayor de sus tres hijos y actualmente era el único heredero al trono. Ese suceso paso antes de que llegara al planeta, pero había impactado tanto que aún ahora se hablaba del suceso, aún más porque hace una semana se cumplió oficialmente un año. Había escuchado rumores sobre que el segundo príncipe había sido el favorito para suceder a su padre por ser amado por todo el pueblo por su generosidad.

Y al parecer, los rumores de que Barodius mato a sus hermanos para quedarse con el trono eran ciertos.

Barodius giro un poco la cabeza para mirar por la ventana. -No le vi el rostro, pero sabía que no era Gundaliano. Nunca supe quien era y probablemente nunca lo sabré, pero ese encuentro me hizo abrir los ojos hacía mi destino-.

-¿Tu destino?- Preguntó Kazarina con un hilo de voz. Se encontró que no podía apartar los ojos de Barodius.

Barodius levanto su brazo derecho con la mano abierta, que cerró fuertemente en un puño. -Mi destino es el poder absoluto de todo. El Orbe Sagrado esta en Neathia, siendo desperdiciado por esos estúpidos pacificadores Neathianos que no se dan cuenta de su poder, mientras que aquí, el reino se queda estancado bajo el gobierno de un emperador viejo y tonto que solo es la sombra de lo que un día debió ser un guerrero digno que pudo haber puesto de rodillas a quien sea. En esa conversación con aquel mago, se me mostraron los caminos posibles, donde elegí el camino por el cual estoy destinado-.

Las palabras eran familiares. Las había escuchado de su padre, de alguno de los generales que tenía a su mando, incluso de su propia madre; pero había una pasión en cada palabra que no había sentido en ninguno de ellos. Era un fuego de conquista al que su alma se sentía atraída.

-Pero se que para llegar a ese destino tomará algo de tiempo, y de muchos recursos. Ya estoy encargándome de todo eso, pero necesito algo más que no puedo conseguir: necesito aliados. Gente a mi servicio que sea competente y me sea leal. Estoy en proceso de reunir a esas personas. El soldado que te trajo es el primero de ellos, pero necesito más que fuerza, necesito inteligencia para superar lo que la fuerza bruta no pueda-.

-¿Y es por eso que me quieres?- Preguntó Kazarina, casi murmurando.

La interrupción no molesto a Barodius. En su lugar, sonrió mostrando sus dientes, pareciendo haber esperado esa respuesta.

-No se de donde vienes ni me importa. Puedes dejar este planeta esta misma noche si quieres...- aún con el brazo derecho levantado, le tendió el izquierdo a Kazarina. -O... unirte a mi y convertirte en alguien bajo mi mando, en alguien que todos respeten y teman. En alguien que tenga poder sobre todos y la libertad de ejercerlo mientras sea a mi beneficio-.

Si rechazaba la oferta, se iría de Gundalia y viajaría a otro planeta desconocido, vagando sin rumbo hasta que su padre la encuentre o se termine cansando de viajar, siempre con el temor de su sombra, sin pertenecer a ningún lugar.

Si aceptaba la oferta, se quedaría en Gundalia, sirviendo a alguien, algo poco digno y humillante de quien se supone es la princesa de todo un imperio galáctico, pero podría ser libre de una forma que nunca lo sería con su padre, sin su sombra encima suyo, ejerciendo poder propio y ganado y no por ser la hija de alguien.

Dos caminos se bifurcan frente a ella. Dos caminos con resultados totalmente diferentes que cambiarían su vida. Si elegía uno de ellos... ¿hasta donde estaría dispuesta a llegar?

-¿Por que me haces esta oferta en lugar de obligarme?- Preguntó Kazarina.

-Como te dije antes, necesito gente competente, pero sobre todo, necesito gente leal a mi causa. Si te forzara, buscarías la forma de liberarte de mi control al punto de traicionarme, y no necesito cuidarme las espaldas constantemente- respondió Barodius. -Te dije que vi tus resultados y tus teorías. Son muy prometedores y podrían servir a mi causa. Y la misma gente que los rechazo ahora la quiere usar para su beneficio. Hasta yo tengo un limite para soportar la hipocresía. Juntos, se que podríamos lograr muchas cosas juntos, pero al final, debe ser tu decisión unirte a mi-.

Kazarina miró la mano que le era ofrecida. Tal vez era la primera vez que alguien le daba la opción de elegir su destino. La primera vez que alguien la quería, no por su padre o posición, sino por sus propias habilidades. Por ser ella.

Y al aceptar esa mano con la suya propia, Kazarina tomo su elección.

Y como prueba de lealtad, fue ella quien creo el veneno que mato a la noche siguiente al padre de Barodius, un veneno tan letal, pero silencioso y que no dejaba rastro, haciendo pensar que la victima murió de forma natural.

Salve Emperador Barodius.
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Claire odiaba sentirse tan impotente.

Ese sentimiento le traía los recuerdos que había recuperado de su tiempo como prisionera de Apocolyps, de los entrenamientos brutales y crueles de Dukhan. Era una suerte que no tuviera casi nada de recuerdos de los experimentos que debió haber sufrido para que sus poderes como Celestial se hubieran maximizado al punto que tiene ahora, porque sin duda eso ameritaría un trauma del que difícilmente se recuperaría.

Mientras Dan y los demás están en el Interespacio, Merlín se fue con Xerxes a hacer algo que ellos desconocían, y el resto no tenían de otra que esperar, ya que Marucho advirtió que nadie más entrara al Interespacio hasta encontrar una forma de salir, ya que entrar imprudentemente dejaría desprotegido el mundo real si Goodwin decidía lanzar un ataque fuera del IB.

A Claire y los demás no les gustaban, pero no tenían de otra que aceptar. Eso permitía a los que estaban heridos más tiempo para descansar.

De todo eso, hace ya dos horas.

La pelinegra estaba viendo como las olas de la playa tocaban la arena desde la arriba en la zona de peatones a un lado de la calle. Lionel estaba en su hombro derecho, observando con ella el suave ascenso y descenso de las olas. En la playa habían algunas personas en el lugar: familias con niños, parejas disfrutando o gente que solo vino a relajarse y tener un momento a solas. Todos ignorantes de la amenaza que se cierne sobre todos. Tal vez sea lo mejor.

Claire casi los envidia por no saber lo que estaba pasando. Ellos no se sentirían como ella ahora mismo: estar lamentándose por algo que estaba fuera de su control.

-Soy demasiado débil para hacer algo- se dijo a si misma.

Se suponía que ella era la última de una raza que nació con el universo. Qué tenía un poder que la hacía prácticamente una diosa, un poder que hasta un ser de pura maldad y deseo de poder como Apocolyps deseaba. ¿Y de que le ha servido ese poder al final del día? Para nada. Solo le ha traído dolor. No puede ayudar a Dan y a los demás a cuidar a los chicos de lnterespacio. Camilo, la persona que más lo ha ayudado, que le dio un nombre y una vida, estaba siendo poseído junto a Leonidas para ser los recipientes de un ser que quería destruir todo en el universo. Quién más le ayudo y significaba más para ella que nadie necesitaba ayuda, y ella no podía hacer nada por él.

¿Cuán patética puede ser alguien? Solo esta de adorno.

Lionel se elevo en el aire cuando sintió que ya no estaban solos. Fue un cambio sutil que nadie habría notado, pero que él, gracias a sus sentidos mejorados dentro y fuera del campo de batalla, pudo sentir.

-Señorita Claire, alguien se acerca-.

Claire se tensó al oír eso, viendo por todas las direcciones, pero no viendo nada más que vehículos que pasaban en la calle y algunas personas. Ella no noto nada, hasta que de repente, una luz apareció frente a ella, iluminando todo hasta el punto de cegarla a ella y a Lionel como de una granada de luz se tratase.

Cuando abrió los ojos, ya no estaba en la playa, sino en una especie de arena de batalla. Había dos estatuas de Preyas a los costados y canales con agua flotando en los costados. Debajo de la arena y las dos plataformas que había, estaba un gran campo de agua.

-Bienvenida Claire-.

La Celestial miró hacía adelante, frunciendo el ceño al ver quien estaba de pie en la otra plataforma.

Kazarina sonrió al ver que tenía su atención. -¿Te gusta el lugar? Aquí será donde caerás-.

-Kazarina. ¿Cómo me trajiste hasta aquí?- Preguntó Claire, tensando su cuerpo, buscando cualquier zona para escapar.

-Una ventaja de mi asociación actual. Estas arenas son dimensiones de bolsillo que Rex nos deja usar libremente. Bastante impresionante, tengo que admitir- respondió Kazarina. -Y ni intentes escapar, esta dimensión de bolsillo esta bajo mi total control. Solo se desvanecerá después de nuestra batalla Bakugan-.

-¿Para que me trajiste hasta aquí?- Aunque Claire se hacía una idea, no perdía nada con escucharlo.

-Un poder de un Celestial se desperdicia en una chiquilla como tú. Mi padre tenía razón sobre eso. Pienso tomar ese poder de tu cadáver-.

Por supuesto que tenía que ver con su poder de Celestial. Siempre era por eso. Hasta ahora, ese poder ha sido más una maldición encima de ella que le ha arrebatado oportunidades de ser feliz, de vivir. Aunque ese poder le ha podido ayudar en contadas ocasiones, como cuando salvo a Camilo de morir o hizo evolucionar a Lionel para derrotar a Ionia, ha traído más desgracias y la ha hecho un blanco de ataques como el de ahora.

Pero ya estaba harta.

Aunque este poder no sea algo que ella deseo, es suyo. Es su responsabilidad. No podía dejar que sujetos como Apocolyps o Kazarina lo tuvieran. Aunque era una maldición, sería peor si dejaba que estuviera en manos como las de ellos.

Pero no solo por eso.

-¿Qué tal Claire? Es un nombre que se me ocurrió de un personaje de videojuegos, y podríamos usarlo hasta que recuerdes el tuyo. Aunque si no te gusta, podemos usar otro-.

-No, me gusta ese. Claire. Es bonito, gracias-.

Y usaría este poder para poder salvarlo. A la persona que le dio un nombre. A la persona que cuando no tenía nada, ni sus propias memorias, fue la luz de su salvación.

-Por mis objetivos. Por mi futuro-.

-Para salvarlo. Por la vida que he forjado aquí con todos-.

Kazarina y Claire pensaban al mismo tiempo mientras tomaban a sus respectivos Bakugan.

-¡Por mi!-.

-¡Por él!-.

-¡VOY A GANAR!- Gritaron al unísono. -¡Bakugan pelea!-.
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(Con Merlín)

Aunque le hubiera gustado disfrutar más de las emociones de sorpresa, desconcierto y sorpresa de las personas del edificio gubernamental del gobierno mientras lo veían caminar.

Las personas, los humanos. Pensar que existió un tiempo en que él era inmenso en todos los sentidos de su vida pasada, la existencia de ellos parecía algo pequeño. Curioso e interesante, si, pero muy pequeños a comparación suya y la de sus pares.

Y aunque algunos pensamientos se quedaron arraigados en su forma de ser, otros habían cambiado con el tiempo. Estar unos siglos sellados por Morgan y luego pasar más siglos viendo las historias de los humanos hacen que inevitablemente, él cambiara.

Es lo que pasa con el paso del tiempo. De forma en que uno no se da cuenta, cambia. Las interacciones entre las personas hacen más notable ese cambio. El Merlín que es ahora no es el mismo Merlín que aconsejo y guio a Arturo Pendragon, por más que las diferencias no sean muchas.

En donde antes, todos ellos eran insignificantemente pequeños para un él, ahora eran seres a los que podía ver como semejantes o iguales, seres que tenían el potencial de cambiar y evolucionar, un potencial que él no tenía.

-¿A donde vamos?- Preguntó Xerxes en su hombro izquierdo.

-A liberar a tu compañero, y dañar un poco los planes de Goodwin- respondió Merlín, subiendo al ascensor apenas las puertas se abrieron. Lo cerró antes que alguien entrara. Aunque fue descortés, la subida sería más amena siendo solo ellos dos.

-¿Cómo?- Preguntó Xerxes.

-Goodwin quería usar el Interespacio para obligar a los Peleadores a luchar más, a gastarlos mientras absorbía energía para Logos, que es justo lo que esta pasando ahora. Por eso atrajo a jóvenes. También aprovechará la oportunidad para tomar la Puerta y la Llave de Dan y Drago, y las posibilidades de que obtenga una de las dos es muy alta-.

-Entonces debemos hacer algo-.

-Y lo estoy haciendo. Necesitaremos a tantos peleadores buenos que sean posibles, y tu compañero entra en ese rango. Además, evitaré algo molesto e innecesario para este punto de la historia?-.

-¿A que te refieres?-.

Las puertas del ascensor se abrieron en el decimo piso, y Merlín salió, avanzando por el pasillo.

-Goodwin había sobornado a un agente del FBI llamado Peterson y lo ayudo a ascender a su puesto. Era uno de sus contactos dentro del gobierno. Después de que los Peleadores se desgastaran en el Interespacio, Peterson recibió ordenes de Goodwin para arrestarlos y quitarles a sus Bakugan como un medio para ganar más tiempo para que el control de Camilo y Leonidas sea más permanente- explico Merlín.

-Y viniste a detenerlo- dijo Xerxes.

-Si- asintió Merlín, deteniéndose frente a la oficina de Abbot, de las cuales se oían gritos tan fuertes que se escuchaban hasta afuera.

-¡Tenemos que arrestar a esos chicos y las monstruosidades que tienen antes que sea tarde!-.

-¡Ellos no son la amenaza, Peterson! ¡Son lo único que puede salvarnos de esas criaturas!-.

-¡Escucha a H, Peterson!-.

-¡Silencio, Abott! ¡Hicimos las cosas a su manera y no funciono, ahora tomaré el control!-.

En vez de entrar por la puerta como lo haría una persona normal, Merlín golpeo la parte trasera de su báculo contra el suelo, desapareciendo en un destello y apareciendo dentro de la oficina, saltando pétalos de flores con su presencia.

Los agentes H y O, Abott y Peterson quedaron en estado de shock ante su repentina aparición.

Peterson cayo en su silla, atónito al ver a Merlín. -¿Quién es usted? ¿Cómo entro aquí?-.

H miro a Merlín con los ojos entrecerrados. -...¿Agente M?- Pregunto con dudas.

-¡Si! ¡El gran Merlín entra al escenario secundario!- Exclamo Merlín, feliz al ver y sentir sus reacciones puras. -He venido para detener una mala participación innecesaria y molesta- apuntó con su báculo a Peterson. -Como dijo un japonés en un programa de televisión: es hora de contar tus pecados-.
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(Con Eve)

Guerreros. Eve necesitaba guerreros para derrotar a los receptáculos de Logos antes que su poder aumentara demasiado. Ya era grande de por si, pero si le permitía ganar más poder, sería invencible.

Daniel y Dragonoid demostraron no tener la voluntad para dejar de lado sus apegos y acabar con la amenaza. Por su culpa, todos sus hijos y el universo entero estaba en jaque.

Cuanto deseaba tener forma física en estos instantes, pero aún si pudiera crear un cuerpo para enfrentar a la abominación de Logos, no podía asegurar que fuera tan fuerte para derrotarlo. Y además, Eve sabía que no tenía nada de experiencia en combate, mientras que Leonidas fue creado para la batalla. La habilidad y experiencia podían superar barreras que el poder bruto no podía.

Ella era considerada como un ser divino por los Neathianos, pero en esta situación, era tan o más impotente que ellos. ¿Así se habían sentido todos los afectados en la guerra por Barodius y Dharaknoid?

Pero aún había esperanza.

Esos cuatro Bakugan que aumento sus poderes y les dio a ese grupo de Vestal para luchar. Era el momento de que esos cuatro, más los otros dos con los que formaban equipo, expiaran sus pecados ante aquel intento de acabar con los Bakugan en Nueva Vestroia.

Separados no podrían contra la creación de Logos, pero juntos tenían una posibilidad.

Esa posibilidad, por más pequeña que sea, era lo que necesitaban para triunfar.

Su atención se desvió de la batalla en el mundo digital que los humanos crearon y se adentro a las mentes y cuerpos de los seis guerreros que serían el siguiente objetivo de Logos, y que serían la mejor oportunidad de ganar.

Al igual que con Daniel y Titanium, los puso a dormir suavemente y trajo sus consciencias al mismo espacio para poder comunicarles su voluntad y deseo.

En cuestión de segundos, seis figuras pequeñas y otras seis más grande aparecieron flotando delante de ella.

-¿Qué? ¿Dónde estamos?- Pregunto Keith Clay, mirando con desconcierto su alrededor, al igual que sus compañeros.

-Los traje aquí, porque necesito que hagan algo importante-.
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(Con Goodwin)

Rex estaba sentado en el asiento en el que antes estaba Camilo conectado a la maquina que lo convirtió en Haou. Dicha maquina estaba a un lado del trono.

¿Y que estaba haciendo él? Relajándose con una copa de vino en mano que tomaba lentamente. Esta podría ser la última oportunidad que tenga, así que quiere aprovecharla al máximo.

Cuando las sombras del lugar se movieron y se alinearon en un punto, Rex supo que ya no estaba solo.

-¿No estas demasiado relajado?- Preguntó el Caballero Esqueleto, surgiendo de las sombras reunidas y caminando hasta estar a una distancia de diez frente al trono en donde Rex se sentaba.

-Puede que sea la última vez que pueda relajarme, así que quiero aprovecharla al máximo- respondió Goodwin, sorbiendo un poco del vino en la copa. -¿Por que no darme ese capricho? Todo va como quiero-.

-¿En serio?- Por el tono del Caballero Esqueleto, no parecía creer en esa afirmación.

-Sellon va a infiltrarse entre los Peleadores con la historia de que la iba a eliminar por fallar seguidamente y huyo hacía los Peleadores para salvar su vida, acercándose a ellos y teniendo la oportunidad de robar la Llave de Dan Kuso. Y ya tengo un plan para obtener la Puerta de Drago. Todo mientras ellos gastan energías en salvar a los tontos chicos que entraron al Interespacio. El receptáculo para Logos esta casi listo y los propios aliados de los Peleadores están cayendo. ¿En donde podría estar mi falla?-.

-En tu arrogancia- declaro el Caballero Esqueleto. -En creer que tienes todo controlado, cuando no es así-.

-Si te refieres a Kazarina y Dukhan, se desde el inicio que van a traicionarme. No me importa. Ya cumplieron su papel a la perfección y si no quieren vivir en el nuevo universo, entonces los eliminaré- respondió Goodwin con simpleza. -Y cualquier pequeño tropiezo que surja no será más que una molestia- dejo la copa en el descansabrazos. Sus ojos miraron adelante, pero parecían ver más allá de lo que estaban en estos muros. -He pensado en esto y lo he llevado a cabo por más de 2000 años. En todo ese tiempo, me he preguntado si era lo correcto. Ahora lo se: este camino es el correcto, si quiero salvar a la humanidad-.

-¿Realmente será salvación lo que lograras, o solo imponer tu ego?- Insistió el Caballero Esqueleto.

-¿Importa a este punto?-.

-Tal vez no. Pero sabes que existen quienes se interpondrán en tu camino-.

-Entonces los aplastaré. He llegado demasiado lejos como para retroceder. Nadie puede detenerme para este punto-.

-Pronunciaste esas mismas palabras hace 2000 años, y ambos sabemos como termino eso-.

Esas palabras lograron romper la compostura de Goodwin, haciéndole fruncir el ceño y expresar una mirada de ira hacía el esqueleto parlante.

-¿Estas volviendo a conspirar en mi contra? ¿Crees poder detenerme ahora?- Preguntó Goodwin, levantándose.

-Se que ya no tengo el poder para detenerte aún si lo intentará- respondió el Caballero Esqueleto. -Pero como alguien que ha vivido tanto como tú, comprendo un poco de tus sentimientos, pero debes entender que nuestro paso. Qué no somos más que remanentes del pasado que debimos haber partido hace mucho tiempo-.

-¿Y confiar de manera irresponsable a las personas de este mundo, de este universo? No. La humanidad tuvo milenios para mejorar. Yo me mantuve como espectador hasta ahora, y por eso vi como la humanidad esta condenada a la destrucción por su mano. Como alguien con el poder para cambiar las cosas, me niego a aceptarlo más. Logos cambiara todo para mejor-.

Ambos seres se mantuvieron la mirada por tensos segundos. Aunque era difícil saber que emociones tenía el Caballero Esqueleto por ser precisamente un esqueleto, Rex lo conocía lo suficiente para saber lo que pasaba.

-...Si ese es el camino que has elegido, entonces sigue hasta el final- las sombras comenzaron a arremolinarse alrededor de los pies del Caballero Esqueleto. -Solo vine a comprobar que tan determinado estas a seguir este camino. No volveremos a vernos en esta vida- las sombras subieron hasta llegar a su cuello. -Adiós... hermano-.

Las sombras cubrieron al Caballero Esqueleto por completo, y unos segundos después, se liberaron al aire, haciéndolo desaparecer.

Goodwin volvió a sentarse en el trono. -Mi querido hermano mayor, quien detuvo mis planes hace 2000 años... tus intentos serán en vano, pero no te detendré. Has lo que quieras, pero nada cambiara-.

Goodwin no permitiría más fallos. Estaba tan cerca que no dejaría que nada más se interponga en su camino. Sus manos se mancharon hace dos mil años y se siguieron manchando en estos dos milenios que pasaron. Mancharlas un poco más no cambiara nada.

Después de todo, ningún costo era demasiado alto por salvar el universo.
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N/A: Hasta aquí el capitulo. Uno tenso y sin acción, pero importante para el desarrollo de los que aparecieron en este capítulo.

El título del capítulo representa como cada personaje es un reflejo del otro. Kazarina y Claire. Merlín y Eve. El Caballero Esqueleto y Goodwin.

Y para los que siguen todas mis historias, habrán notado que últimamente agarre la narrativa de escribir flashbacks del pasado al inicio del capítulo para darle más contexto a las historias y personajes. Es algo que vi que muchos autores hacían en sus historias y quise intentarlo. Termino por gustarme.

En este flashback, se explora a Kazarina, viendo parcialmente las razones de porque dejo a Apocolyps, como llegó a Gundalia y conoció a Barodius. La verdad, no creí que usaría a Kazarina más allá de un villano secundario, pero me di cuenta que ella puede dar para más, así que la estoy profundizando. Tal vez un poco tarde, pero mejor tarde que nunca.

Y el paralelo que ella formo con Claire tras el flashback al inicio del capítulo hasta a mi me sorprendió. Sin quererlo, a lo largo de los dos libros, hice que ambas fueran un tipo de reflejo de la vida de la otra.

El siguiente capítulo será su enfrentamiento. Ese tendrá acción.

También vimos lo que hará Merlín, lo que no es tan importante. Lo que si es importante es lo que hace Eve, revelando la razón de porque envió a sus Bakugan a los Vexos, teniendo todo planeado para este momento.

Haou vs Los Vexos. ¿Alguien lo esperaba?

Y esta la conversación entre el Caballero Esqueleto y Rex, revelando su parentesco y que fue el Caballero quien detuvo los planes de Goodwin de hace 2000 años, época que aún es un misterio, pero que gana cada vez más peso.

Habrá un cambio de opening para el siguiente capítulo.

Sin nada más que decir me despido. Visiten y comenten el resto de mis historias por favor. CHAO.

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