Capitulo 47: Punto de Ruptura
https://youtu.be/TdtArl4ekOE
(Cuando la música comenzó a sonar, los símbolos de los elementos Bakugan pasaron como guiados por el viento hasta aparecer el símbolo de los seis atributos juntos, y adelante apareció el titulo)
Tal como gotas de lluvia que caen sin rumbo, sin fijar dirección.
(De noche, Dan ve la luna con algunas hojas llevadas por el viento pasando. Las hojas pasan cerca de su rostro, que se alzo al frente con ojos llenos de determinación. En una toma diferente, se ve a Camilo de espaldas a Dan, quien bajo la mirada con algo de tristeza. Se ve por unos instantes el domo de acceso al Interespacio de día)
¡Nuestros sentimientos siguen el camino que eligen!
(Luna mira a la luna con tristeza, para ver a Marduk ponerse a su lado y sonrió. De manera consecutiva se ve al resto de peleadores: Shun sentado en la rama de un árbol, Snow chocando sus puños con una sonrisa, Marucho tecleando en su computadora, Felipe de pie en una arena de combate, Page, Rafe y Serah hablando hasta ver hacía adelante).
Un negro amanecer, verás que pronto llega. Pronto vendrá...
(Goodwin, usando una armadura de plata encima de su traje camina por los pasillos del castillo, su capa blanca ondeo. Paso al lado de Kazarina, quien sonrió cruelmente al verlo. Se ve desde abajo y subiendo rápidamente el oscuro castillo, hasta la punta, donde Goodwin estaba de pie, a su izquierda estaban Kazarina y Sellon, y a su derecha, Anubias y Caligula. Los cuatro con sus Bakugan).
(Se ve una imagen dividida de la Puerta y la Llave que tienen Dan y Drago).
Los pedazos de este sueño solo pueden causar dolor. Incluso llegar a tener miedo a creer.
(Selen lanzo un rayo de luz que Fury aparto fácilmente retrocediendo en el aire. Vladitor se acerco a Fury y choco su espada con las cuchillas de su enemigo, soltando chispas. Caligula tenía una mirada de oscura excitación al ver la batalla).
¿Qué marca, yo dejaré en este mundo junto con mi decisión? Yo quiero saber...
(H y Abbott miran al cielo azul con una mirada preocupada. Abbott y H se miran, asintiendo y el segundo se retira. El escenario cambia al Interespacio, donde Lumagrow salta en el aire y el cielo es rojizo).
Superándome a mi mismo se que yo volveré a nacer. ¡La fe es lo único que me podrá fortalecer!
(Lionel choca su espada con las garras de Lumagrow en un combate intenso donde ambos caen en el aire. Al mismo tiempo, Horridian esquivo una flecha, y Artemis cargaba en su arco otra flecha que disparo al mismo tiempo que Horridian lanzaba rayos de energía de sus bocas, creando una explosión al chocar. Entre las llamas de la explosión, Lirian desvía los ataques de Isis mientras ambas pelean en el aire).
¿Qué marca, yo dejaré en este mundo junto con mi decisión?
(Drago hace a un lado las llamas mientras ve como un ejercito de Bakugan Caos se acerca a él. Wolfuro y Boulderon se alzaron con sus Bakunanos. Secuencialmente, se ve el ojo de Leonidas cambiar de su color normal a un tono rojizo, a Ginebra viendo el amanecer, a alguien usando una armadura oscura, un cuerpo en el suelo con un agujero en el pecho y sangrando y a Claire con las manos juntas como si estuviera rezando).
¡La oportunidad llegara!
(En un destello, se ve a Camilo abriendo los ojos y la imagen lo rodea para ver que estaba de pie frente a Goodwin. En su espacio oscuro, el Dragón Carmesí extiendo sus alas para que en otra toma, se vea a un individuo de armadura negra de espaldas viendo al horizonte desde el castillo negro de Goodwin con su capa roja ondeando).
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Camilo estaba en la terraza de su departamento, viendo hacía afuera, aunque no veía en ningún punto fijo, solo la nada misma. Leonidas estaba encerrado en su forma esfera, indispuesto con hablar con alguien.
-¿Cuánto tiempo ha estado así?- Pregunto Claire, secándose las manos con un paño. Había lavado los platos después de almorzar cuando volvieron a la casa.
-Desde que volvimos del funeral estaba así, y volvió a estar así después de almorzar- respondió Ginebra.
Ninguna sabía que sería más fácil: escuchar los sollozos de Camilo, o el estado en que esta ahora: una de silencio que parecía mortal. Ambas eran malas opciones, pero llorar sonaba mejor; al menos se escuchaba algo de él, sabrían que estaba sintiendo.
Pero este silencio que mantenía... las asustaba. Nunca habían visto a Camilo así. Apena a hablado el día de hoy. Se veía tan apagado, pálido. Parecía muerto.
-Y lo esta, al menos una parte de él- pensó Claire con tristeza.
Snow había sido un importante amigo para Camilo, un apoyo cuando este perdió a Leonidas y se mudo, teniendo que dejar a los Peleadores. Era obvio que él sentía más que cualquiera el dolor de la perdida. Sobre todo por haberlo visto en sus últimos instantes.
Si Snow sintió cierto alivio y paz por haberse ido en los brazos de su mejor amigo, para Camilo debió ser lo contrario.
Inhalando fuertemente y dejando escapar un suspiro, Claire se armo de valor y se acerco a Camilo. No le gustaba ver a su enamorado así, sentía que debía hacer algo, cualquier cosa para ayudarlo. No tiene experiencia en estas situaciones y no sabe que hacer, pero es mejor intentar que no hacer nada.
La terraza del departamento no era nada especial: una mesita con dos sillas a los lados para ver afuera, una reja elástica que la Madre de Camilo había instalado cuando lo ayudo a mudarse como seguridad y un par de plantas en las esquinas en el suelo.
Claire observo al Peleador Haos un segundo. Seguía usando la ropa que uso para ir al funeral, salvo que se quito la chaqueta que quedo colgada en la silla en la que estaba sentado ahora, quedando solo con la camisa blanca. Tenía una pierna sobre la otra de lado y miraba a la nada, la mano derecha sobre la mesa mientras apoyaba su cabeza en la izquierda. Ni siquiera había volteado a verla cuando tomo asiento frente suyo.
Ella tomo la mano derecha entre sus manos con delicadeza, acariciando el dorso con sus pulgares. Eso provoco que sus ojos finalmente la vieran por un segundo antes de que volviera a mirar a la nada.
-Camilo. Por favor... di algo-.
-...Algo-.
Eso le saco una pequeña sonrisa a la pelinegra, antes de que su expresión decayera de nuevo al notar que su cara seguía sin cambio.
-¿Qué ves?- Pregunto delicadamente.
Pasaron unos segundos en que él no dijo nada y miro afuera, al clima cada vez peor que había fuera. Seguramente llovería esta noche.
-Lo recuerdo...- dijo con voz apagada, apretando levemente los dientes. -No puedo dejar de recordar... de como no pude hacer nada...- puso la pierna que estaba encima de la otra en el suelo y su brazo izquierdo contra la mesa. -De como solo estuve ahí...-.
-Y eso fue suficiente para él- dijo Claire, notando la tristeza e ira en su expresión y voz. -Solo puedo imaginar lo que sentiste, pero estoy segura que Snow pudo irse en paz al estar contigo al final-.
-Lo hizo- aseguro Camilo, levantando la mirada, como si quisiera ocultar algo; tal vez eran lágrimas. -Pero eso no importa. Él... se fue. Todo por mi culpa-.
-No fue tu culpa-.
-¡Si lo fue!- Grito con rabia en su voz, golpeando la mesa con su puño izquierdo, asustándola de sorpresa. Él se puso de pie, con dos pasos quedo cara a cara con la pared de la terraza. -Fue mi culpa... todo fue mi culpa-.
-¿Por que dices eso?- Pregunto Claire confundida. Entendía que Camilo pudiera culparse por no haber podido salvar a Snow cuando lo encontró, pero él era una persona lógica, sabía que pudo haber hecho algo en ese momento... pero por su voz, parecía haber más. -Aunque hubieras llamado a una ambulancia, no hubieran llegado a tiempo. Eso lo sabes y...-.
-Por que estuvo ahí por mi...- Camilo ya no pudo soportar y cuando volteo, Claire vio las lágrimas empezando a acumularse en sus ojos. -Dukhan lo mato para lastimarme. Para vengarse de mi. Snow no debía morir, no lo merecía. ¡Es mi culpa!-.
-No digas eso...- Claire se levanto y puso una mano en el hombro de Camilo. -No es tu culpa, no sabías. El único culpable es Dukhan-.
-Lo odio- declaro con voz tambaleante. -¡Los odio!-.
Camilo ha sentido despreció por muchas personas: por Naga y su obsesión por poder que lastimaba a sus amigos e inocentes. Por Barodius, que comenzó una guerra, no por recursos o que Neathia atacara primero, sino por el poder del Orbe Sagrado. Por Apocolyps, que era un tirano malvado en toda la regla. Su propio hermano por mentirle y engañarlo para sus negocios en un momento de vulnerabilidad emocional.
Dukhan era la primera persona que odiaba. La primera persona que deseaba su muerte.
Pero no la única.
-Los odio- repitió, su voz sonó apagada y débil. -Y se que no es correcto, que debo ser mejor que esto, mejor que ellos... pero... pero...-.
Ginebra, que se había mantenido observadora hasta ahora, se acerco a donde estaba sentado su amo, se arrodillo lo suficiente para estar a su altura y lo abrazo, rodeando su cuello con sus brazos y depositando con cuidado su frente en su hombro derecho. La acción tomo por sorpresa a Camilo un segundo, pero no hizo gesto para apartarla.
-He visto a muchas personas odiar. No esta mal odiar, es un sentimiento, algo que viene del corazón, ¿no? Lo que he aprendido últimamente me ha enseñado a que sentir no esta mal... pero por favor, Camilo-sama, no se deje llevar por ese odio- consoló Ginebra con palabras suaves y un tono que uno no esperaría de alguien que no expresa casi nunca. -Usted es el más fuerte de todos... así que odie, pero no se deje llevar por el odio, por favor- elevo una de sus manos y acaricio suavemente el cabello negro de Camilo. -Leonidas, Claire y yo lo necesitamos-.
No se refirió a Dan y al resto de sus amigos, no se refirió a las personas que salvo o tiene que salvar, tampoco metió el tema de que debía estar recuperado para la inevitable batalla.
Sus palabras fueron con el propósito de que supiera que no estaba solo, que tenía a los mencionados a su lado, y que ellos lo necesitaban, así como él los necesitaba.
No sabía si era la dulzura en la voz de Ginebra, el abrazo reconfortante que le daba, y que era el primer abrazo de ella, la preocupación por él que destellaba en sus palabras, pero Camilo ya no pudo permanecer en su fachada de fría indiferencia. La opresión dolorosa que había intentado esconder de todos después de romper en llanto cuando estuvo en los últimos momentos de su amigo volvió a desbordarse en lágrimas de sus ojos y sollozos lastimeros que escapaban de lo más profundo de su garganta.
Ginebra lo sostuvo en sus brazos, dejando que las lágrimas del joven que estaba sirviendo mancharan su hombro. Este joven que al inicio por programación y deber frío e indiferente, pero que en tan solo un año, lo llega a servir por genuina lealtad.
-¿Tu sirves a Camilo porque quieres o por tu ley?-.
Recordó la pregunta que Sellon le hizo cuando la confronto después de haberles dejado ganar en el combate doble.
Ahora tenía su respuesta.
-Supongo que Isabella tenía razón sobre el amor-.
Camilo y Ginebra sintieron que a pocos segundos de que el primero liberara el dolor de su corazón, Claire se les unió, envolviéndolos a ambos en un abrazo. Ginebra separo su mano derecha para abrazar por la espalda a la peleadora Pyrus.
Y Camilo, destrozado, roto, lleno de odio a los responsables de eliminar de este mundo una luz brillante que era su mejor amigo rubio, con un dolor mayor que el que sintió cuando creyó haber perdido a Leonidas... sintió la calidez, el cariño y la preocupación de estas dos mujeres que lo abrazaban ahora.
No sabe cuanto tiempo estuvo llorando en el hombro de Ginebra, cuanto sollozo hasta que su garganta quedo seca, pero el tiempo fue relativo, comparación con el apoyo que le daban.
Después de un tiempo indeterminado, Camilo dejo de llorar y respiro hondo, calmando sus emociones, teniendo por primera vez en tres días un momento de claridad. Se separo con cuidado de Ginebra, rompiendo el abrazo grupal.
-Gracias chicas... en serio- dijo profundamente agradecido. No sabe que hizo para merécelas. -Son las mejores-.
-Solo devolvemos lo que nos diste- dijo Claire.
-Será mejor que entre, Camilo-sama, puede llover en cualquier momento- dijo Ginebra. -Encenderé la estufa eléctrica-.
-¿Desde cuando tenemos estufa eléctrica?- Pregunto curioso.
-La compre con el dinero que me dio Morgana por el trabajo que le hice-.
-¿Qué trabajo?-.
-Oh, cierto, se me olvido contarle ese detalle. Ups-.
Claire suspiro, feliz. Sentía que la normalidad de antes volvía.
Ginebra fue al interior del departamento y ella la iba a seguir, pero Camilo la detuvo, tomándola de la mano.
-Claire, espera-.
-¿Qué pasa?-.
Camilo abrió la boca para luego cerrarla. Un conflicto entre hacer lo correcto, aunque fuera doloroso, y mantener una promesa justa. Pero ya no podía callar, Claire acababa de ayudarlo en su peor momento, ella siempre era transparente con él, justa y amable, nunca pidiéndole nada.
Hace un año había estado de acuerdo en mantener esto en secreto por el momento, y el escenario podría ser el peor. Acababan de perder a un amigo importante para ambos y soltar esta bomba podría fragmentar el lazo que tenían.
Pero ya no podía soportar ese peso. Ella merecía saberlo. Sin importar las repercusiones que vengan, las aceptara y la ayudara a sobrellevarlo, aun si ella lo odia.
-Hay algo que necesitas saber...-.
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(En otra parte)
Luna y John se habían reunido atrás del domo del Interespacio. Goodwin había hecho una jugada que daño a todos, pero que además decía que ya no iba a ser discreto. Fue estúpido pensar que lo sería después de haber soltado a Caligula contra ella y Marduk aquella vez.
-Ya no tenemos tiempo. Quiero que vayas a la oficina de Rex, haces una copia de todos sus archivos y me lo envíes a mi correo. Más tarde yo lo descifrare-.
-¿Estas segura? Dijiste que eso podría conectarte a ti y que sería riesgoso dado el caso-.
-Goodwin tiro la sutileza por la ventana, debemos hacer lo mismo. La verdad, no se cuanto de esta información sea de ayuda, pero cualquier cosa debe servir-.
-Entiendo. ¿Segura de que esta bien hacerlo sin lo demás?-.
-El plan era para hacerlo más seguro y sin dejar rastros. Ya no importa si hay rastros o no, aunque trata de ser cuidadoso. Ellos se enterarán después, que pasen el duelo mientras puedan-.
Luna saco un mapa holográfico del edificio de la compañía, mostrándoselo al marciano.
-Primero deshabilita las cámaras de seguridad. Aparte de la que están en la oficina, seguramente hay escondidas. Podrías encender la alarma de incendios para evacuar a las personas y hacerlo más fácil, o noquear a los de seguridad. ¿Podrás hacerlo?-.
-Sin problema-.
-Bien. Intenta memorizarte los planos, por cualquier cosa. En cuanto terminemos aquí, irás de inmediato-.
-Entendido-.
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Felipe y Sabine estaban sentados en la plaza de un parque cerca de la casa de Marucho. Ambos estaban en silencio, viendo en nada específico.
-¿Eras muy cercano a Snow?- Pregunto Sabine.
-No tanto como los demás- respondió. -Era un gran tipo. Amigable, me había ayudado a entrenar- suspiro. -Nunca espere que terminara así-.
-La muerte nos llega a todos tarde o temprano- dijo Xerxes. -Solo espero que a los Peleadores puedan recuperarse de esto-.
-Lo harán- aseguro Sabine. -En el tiempo que los he estado observando, aunque no son el grupo de elite que esperaba, son fuertes. Podrán devolver el golpe-.
-Es raro escucharte hablar bien- comento Felipe. -Creí que estarías con Claire-.
-Lo estaría, pero no soy buena consolando a las personas, y esta con Camilo y Ginebra. Son buenas personas, a pesar de mis opiniones con él-.
La rubia no confiaba tanto en Ginebra, y aun tenía cierta espinita contra Camilo por haber dejado a Claire cuando más lo necesitaba, pero era capaz de admitir sus puntos buenos y cuanta buena influencia tienen en Claire.
-Solo espero que sea a tiempo para la tormenta que venga-.
-Yo también-.
Ambos se acercaron más, haciendo que sus hombros se tocaran, sus manos a corta distancia de la del otro.
Pero el momento se arruino cuando una camioneta con el logo de la FBI se estaciono a un costado, bajando unos oficiales armado, y Peterson. Todos caminando hacía ellos.
-Felipe Fonseca, queda bajo arresto- declaro Peterson, mostrando su placa. -Queda bajo arresto de fraude conspirativo-.
-¡¿Qué?!- Exclamo el latino, poniéndose de pie, junto a Sabine. -No me pueden arrestar, nada esta probado, y además tengo...-.
-El Director Goodwin revoco su protección, así que podemos arrestarlo por sospecha- interrumpió Peterson.
Un oficial se acerco a Felipe para esposarlo. Sabine se interpuso entre ambos.
-No se interponga o será arrestada por interferencia de la ley, señorita- dijo el oficial.
-¡Esto es una tontería!- Ladro la rubia furiosa. -¿Qué pistas tiene para hacer esto? ¿Acaso así funciona la ley de este planeta?-.
El oficial de enfrente la iba apartar. Sabine ya estaba lista para romperle la mano si el tipo la tocaba; pero Felipe la hizo moverse hacía atrás.
-No hagamos una escena- Felipe señalo con la mirada al otro lado, refiriéndose a las personas que andaban por el lugar y se detuvieron a ver lo que pasaba.
-¡Pero esto es injusto!- Grito Sabine.
-Y no dejaré que te metan en esto- Felipe tomo la mano de Sabine, y ella sintió que algo caía en su palma. -Habla con Dan y Camilo- murmuro para que los oficiales no lo oyeran. -Sabrán que hacer-.
La chica quería gritar, protestar por lo estúpido que era esto, pero entendiendo que no ganaría nada y podría complicar la situación, solo pudo morderse el labio mientras Felipe era esposado y metido adentro del camión.
-¿Y su Bakugan?- Pregunto Peterson.
-Esto es sobre mi, ¿verdad?- Señalo Felipe.
-Es un cómplice del crimen-.
-Sabe que eso no es válido. Además, dudo que las leyes involucren a alguien que no es de este planeta-.
Frunciendo el ceño, el oficial no dijo nada mientras volvía a subir a la camioneta con el resto de los hombres.
Sabine solo pudo ver la camioneta irse, mientras miraba lo que Felipe le dio: a Xerxes.
Y sin perder tiempo, salió corriendo hacía la casa de Marucho.
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(En otra parte)
-Ya deja eso, H-.
El rubio ignoro el pedido de O, terminando su segunda botella de cerveza en el día y tirándola al suelo de su oficina, camino a la tercera.
Como cualquiera que se encariño mucho con Snow, H sufrió y lloro al enterarse de la muerte de Snow. A diferencia del resto, él vio su cuerpo en los brazos de Camilo, vio su expresión de paz, contrarrestando el dolor que sentía. Por un momento se pregunto como estaría Camilo. Ese chico debe sentirse como la mierda.
Se había encariñado con Snow, le recordó a él de joven: un joven imprudente, emocional que parecía no tener futuro hasta que alguien le extendió la mano. Él deseaba ser quien le extendiera la mano a Snow para darle un futuro. Pero tuvo que venir un bastardo hijo de puta a arruinar todo.
Si alguna vez se encuentra con el tal Dukhan, le volara los cesos.
Y como cualquier adulto que llora, decidió ahogar sus penas en alcohol. Tuvo la decencia de no ir a un bar a emborracharse, sino hacerlo en su oficina privada.
Pero claro, con una compañera tan leal y responsable como O, no lo dejaría emborracharse.
-Déjame O. Quiero estar solo por hoy-.
-¿Para que? ¿Para emborracharte? Habías dejado de tomar hace un año. ¿Volverás a recaer?- Exclamo la pelinegra.
-¿Qué te importa?-.
-¡Somos compañeros, idiota!- Exclamo molesta. -¡Claro que me importa!-.
O puede ver como sufre su compañero. Conoce la historia de como H se volvió agente, su pasado de delincuente. Seguramente se vio reflejado en Snow. De los dos, es quien más a estado apegado al grupo, sobre todo al rubio por lo mismo.
No es que ella sea indiferente. Con el tiempo, se ha encariñado con los Peleadores, y que uno de esos jóvenes con el potencial de cambiar, para bien o para mal el mundo, terminara así era injusto y cruel. Pero ser alguien lógica la ayuda mucho a sobrellevar este tipo de situaciones, sobre todo teniendo a un compañero como H.
-Henry- lo llamo por su verdadero nombre, olvidándose que podían ser oídos. Camino hasta estar a su lado y tomo la mano de él que ya tenía la tercera botella. -Para, por favor. Esto no te hace ningún bien y lo sabes-.
Claro que lo sabía. No era la primera vez que se emborrachaba por la muerte de alguien cercano. O no fue su primera compañera, y Snow no fue la primera persona muerta que intenta reclutar. En su línea de trabajo, cada día puede ser el último. Ahogarse de alcohol ayuda a sobrellevar la perdida.
-¿Y qué quieres que haga?- Pregunto H irritado, dejando que ella le quitara la botella. -Somos inútiles en todo esto-.
-Eso no...-.
-Es cierto y lo sabes- la interrumpió. -Esferas parlantes del espacio que pueden volverse Kaijus, asesinos del espacio. Nada nos preparo para algo como esto. ¿De que sirve un revolver contra una de esas bestias? ¡Nada! Solo podemos sentarnos y ver como esos chicos se encargan de todo. Eso... me molesta-.
H le molestaba ser inútil, tan impotente. Los chicos no deberían preocuparse por esas cosas, deberían preocuparse por notas, dramas adolescentes y que sus padres no los reten. No gigantes del espacio.
-Entiendo lo que dices, me siento igual- dijo O con empatía. -Pero si podemos ayudarlos, podemos protegerlos, asegurar que esos chicos no terminen en prisión y sus Bakugan no sean usados como armas o como experimentos-.
-Y mira como nos ha ido...-.
-Si no me crees, vale, pero escucha al agente M cuando llegue-.
Eso si llamo la atención de H, quien la miro con los ojos abiertos y como si algo de la borrachera se le hubiera ido.
-¿M vendrá?-.
Ella asintió. -Si, dijo que llegaría en cualquier momento-.
O se alegro de ver un destello de optimismo en los ojos azules de su compañero.
-¡Bien! Si alguien puede ayudarnos en esta situación, es M-.
El agente M es líder del cuerpo informativo de la Interpol y uno de los mejores agentes de la agencia. Él sabe todo lo que cualquier necesita de información casi en momento real, también tiene un carisma impresionante. H vio una vez como convenció a un embajador de Rusia para que haga un tratado con su país vecino. ¡A Rusia, de todos!
Si alguien puede ayudar en esta situación, es él.
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(Con Marucho)
Marucho estaba trabajando en su oficina, viendo un modo de mejorar el sistema de seguridad del Interespacio, algo que impida que sus enemigos usen portales interdimensionales para entrar y salir. Debió haber hecho esto desde antes, pero es mejor tarde que nunca.
-¿Hm?- Vio una notificación en su pantalla.
Antes de verla, la puerta se abrió fuerte, asustándolo. Sabine entro, por la capa de sudor, debió estar corriendo. ¿Llegó aquí por las escaleras?
-¿Qué pasa?- Pregunto Marucho.
-Se llevaron a Felipe- dijo Sabine.
-¿Quién?-.
-Los federales- dijo Xerxes.
-¡¿Qué?!- Exclamo Tristar. -¿Cómo es posible? No pueden arrestarlo... ¿o si?-.
-Pueden por sospecha, pero no solo eso- dijo Xerxes. -Goodwin retiro su ayuda, por eso pudieron ahora-.
-¿Por que?-.
-Si lo supiera, no estaría aquí preguntando eso-.
Marucho iba a decir algo, pero la notificación que vio antes se abrió sola, revelando una ventana de "!ALERTA!" en su pantalla.
Cuando le dio click, abrió los ojos al ver lo que pasaba. Rápidamente se conecto a los lanzadores de todos sus amigos para que recibieran el mensaje.
-¡A todos los Peleadores, hay una emergencia! ¡Repito, emergencia! ¡Vayan todos al Interespacio!-.
-¿Qué pasa?- Pregunto Sabine.
-¡Los Bakugan Caos han vuelto!- Dijo Marucho, comenzando a correr. -¡Hay que detenerlos, pronto!-.
Sabine lo siguió detrás hasta que subieron al ascensor.
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(Con Camilo)
Lo dijo.
Dijo sobre como Youma se suicido y porque lo hizo, revelando que era el Padre de Claire, haciendo que de paso la mujer Partita, fuera su madre por ser su esposa. También dijo que lo sabía desde el final de la guerra, hace un año, y no dijo nada porque no era el momento, por temor a su reacción.
No dijo que el Sabio Alfredo también sabía y que fue quien lo convenció de guardar el secreto. No lo iba a tirar del bus. Aunque, como fue él quien les conto más sobre Youma, Claire puede unir fácilmente las piezas y descubrir que él también sabe.
Unos incomodos y tensos segundos siguieron tras contar todo. Claire tenía la mirada en el suelo, sus mechones cayendo y colgando frente suyo. Era obvio que estaría afectada tras saber la verdad.
Youma, la persona que la secuestro en medio del ataque de Naga, quien es, junto Apocolyps, el principal responsable del sufrimiento que paso por 4 años hasta que con ayuda de Marduk escapo, perdiendo la memoria en el proceso. La persona, quien después la persiguió, haciendo sufrir a ella y amigos por igual, quien casi lo asesina... es su Padre.
La primera reacción de Claire después de un segundo de estupor y procesamiento fue taparse la cara con las manos, ocultando las lágrimas, como si eso la protegiera de la aplastante y cruel verdad.
Claire quería creer que era una broma de mal gusto, una mentira; pero Camilo nunca miente o bromea con este tipo de cosas. Nunca. El que haya guardado silencio tanto tiempo era comprensible y no podía culparlo. Si le hubiera dicho justo después terminada la guerra o los meses posteriores, hubiera rechazado esa verdad con tanta fuerza que hubiera hecho algo estúpido y lastimado sin querer a alguien.
Pero ahora, tras haber tenido un maravilloso año de paz y tranquilidad, de haber madurado más y hacerse más fuerte, la revelación la golpea tan fuerte como era esperado, pero es capaz de expresarse no violentamente, sino de una manera más tranquila: con lágrimas.
Lágrimas de dolor. Lágrimas por ella. Por que el hombre que ayudo a que existiera, quien se suponía debía protegerla de todo mal... era un psicópata loco que arruino muchas vidas e hizo sufrir a muchos. Separo a Ren y a Relena, le hizo daño a sus amigos, casi mata al hombre que amaba, y no hizo nada por ella en todo el tiempo que estuvo prisionera.
Youma de Mefistófeles era su padre. ¡Su padre! ¿Qué tan cruel debía ser la vida con esta broma de mal gusto? ¿Acaso al universo le divertía su dolor?
Su mente era un torbellino de emociones que no podía controlar. Ni siquiera se había dado cuenta que su cabello y ojos cambiaron a rojo y azules respectivamente como pasaba cuando usaba sus poderes, cuando sus emociones eran muy altas; pero esta vez la emoción no era determinación u odio: era dolor.
Sintió como Camilo tomaba con cuidado su rostro en sus manos, haciendo que sus ojos se encontraran. Él limpio con cuidado las lágrimas que caían de sus ojos en un esfuerzo inútil, ya que las lágrimas no se detenían. Camilo no lo diría, pero le gusta el look de Claire con cabello rojo y ojos azules; pero en este instante, le duele verla con ese look llorando, sufriendo por su culpa.
-Lo siento-.
Ella negó con la cabeza enérgicamente. No quería que él se sintiera mal, que dejara de lado su dolor solo para consolarla. Aunque una parte de ella quería que él la ayudara, la protegiera, no podía ser egoísta, no era justo para ambos.
-N-No, t-tu no tienes la culpa- dijo tartamudeando con el labio inferior temblando. -Tuviste razón al ocultarlo, so-solo es...- no pudiendo soportarlo más, ella lo abrazo, teniendo el suficiente control de su para no hacerle daño por error con su fuerza aumentada. -¿Por que me aceptaste aun sabiendo esto?- Pregunto con aflicción.
Camilo correspondió el brazo. -Por que tu no tienes la culpa de nada de lo que él hizo. Tu eres tu, y es lo único que me importa-.
A pesar de sus intentos de ser madura y no actuar con egoísmo, sentir los brazos de Camilo envolviéndola, protegiéndola, el bombeo de su corazón en su pecho y el calor de su cuerpo se sintieron como un refugio para ella. Un refugio en el que se escondió del mundo, de la verdad que no quería aceptar.
Antes de que pudiera dar rienda suelta a sus emociones conflictivas, las pulseras de ambos sonaron en alerta, apareciendo el mensaje de alerta de Marucho que los invocaba al Interespacio.
Claire se separo de Camilo, cesando sus sollozos y limpiándose las lágrimas. Había ganado el suficiente control de sus emociones para detenerse y enfocarse en lo que debe hacer en una emergencia.
Camilo la vio tomar algunas respiraciones para tranquilizarse. Sirviendo, ya que el cabello y ojos de Claire volvieron a su negro y rojos habituales.
-¿Lista?-.
Ella asintió. -Lo suficiente-.
Cuando se levantaron, Ginebra ya los estaba esperando. Claramente también le llego la alerta.
Ginebra abrió la puerta del departamento y fueron al ascensor, donde bajaron al primer piso y comenzaron a correr en dirección al domo del Interespacio.
Pero recién saliendo, el celular de Camilo sonó por una llamada. El pelinegro se detuvo y lo saco, abriendo ampliamente los ojos al ver el número.
-¿Camilo-sama?- Llamo Ginebra. Ella y Claire se detuvieron al notar que él se detuvo.
-...Adelántense, llegaré pronto. Marucho los necesita- las apresuro Camilo.
Ambas se vieron inseguras, pero por la emergencia de la situación, hicieron caso y aceleraron paso.
Cuando las vio a la suficiente distancia, Camilo contesto la llamada.
-¿Cómo te atreves a llamarme?-.
-"Pensé que ya era hora de contarte mi secreto"-.
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(Momentos antes)
A las afueras del castillo, Goodwin, con sus tres esbirros, Kazarina y Dukhan detrás, camino por el puente, su capa blanca hondeándose y su armadura de plata brillando en la penumbra del lugar. Al cruzar el puente, se planto fuerte frente al gran ejercito de cientos y cientos de Bakugan Caos. Todos hijos del Dragón Carmesí.
-Hijos de nuestro Dios- la voz de Rex retumbo por todo el lugar, a pesar de no tener megáfono u algún equipo para hacer más fuerte su voz. -Este es un momento histórico. Este día, será el comienzo de un nuevo mundo, el nacimiento de una nueva era, una de paz en donde el hombre dejara de destruirse, donde la sombra de nuestro Dios, el padre de todos ustedes, se alzara sobre el mundo, sobre la Galaxia, como un manto protector...-.
-Le gustan los discursos, ¿no?- Dijo Kazarina.
-Si- respondieron Anubias y Caligula.
-¡Hoy es el día, en donde los falsos y arrogantes defensores del mundo probaran la derrota! Hoy, tomaremos el Interespacio Bakugan como primer paso de nuestra lucha. Para ellos, ustedes son hormigas, pero cuando las hormigas se unen y pican juntas, son capaces de derribar a un dinosaurio. No teman al cielo, porque el infierno esta de nuestro lado, y cuando el infierno se revela, es cuando el cielo tiembla. ¡VICTORIA O MUERTE!-.
Todos los Bakugan Caos gritaron, llenos de energía, con ganas de luchar, de pelear y ganar o morir en combate. Pueden ser bestias de puro instinto, pero hasta las bestias se recocijan.
Goodwin se giro hacía sus aliados.
-Bonito discurso- dijo Kazarina de brazos cruzados bajo el busto.
-Hasta los Bakugan Caos necesitan ánimos, y un discurso antes de luchar sonaba apropiado- respondió Goodwin con una sonrisa, antes de cambiar su expresión a una más seria. -Anubias, tu lideraras el ataque y las tropas hasta que llegue-.
-Bien- el cuerpo de Anubias brillo, adoptando su forma Gundaliana.
-Sellon, tu lideraras tu escuadrón. Tienes la misión de tomar la Puerta y la Llave de Dan Kuso y de Drago-.
-No fallaré, maestro Goodwin- el cuerpo de Sellon brillo, adoptando su forma Neathiana.
-Tienen permiso de usar los Mechtogan. Quiero victoria, no derrota, ¿entendieron?-.
-¡SI!- Respondieron ambos al unísono.
-Kazarina, Caligula, ya saben que hacer-.
-Me voy a divertir mucho- Caligula sonrió como loco.
-Será un placer hacerme cargo del noviecito de la princesa- dijo Kazarina.
-Dukhan, conmigo. Es hora de terminar la primera fase-.
-¿Estas seguro de quererme aquí y no enviarme al campo de batalla?- Cuestiono Dukhan.
-Nuestra victoria es segura. Los Peleadores no tendrán de otra más que retroceder o morir. Te necesito a ti porque Némesis es la clave para esto. Hay que aprovechar que nuestro enemigo aun no sabe de su existencia-.
Dukhan entendió la lógica del plan, así que no dio más protesta.
Casi una decena de portales interdimensionales se abrieron en el cielo frente al castillo.
-¡Vayan y luchen! ¡Demuéstrenle al enemigo porque son Bakugan Caos!- Grito Goodwin.
Tan pronto dijo eso, los Bakugan Caos volaron a los portales, hacía su objetivo, hacía la lucha.
Anubias, Sellon, Caligula y Kazarina saltaron, cada uno a la espalda de un Bakugan Caos, entrando cada uno por un portal diferente.
Anubias comenzó a ingresar al interior del castillo seguido de Dukhan. Saco su celular y marco cierto número. Espero un poco hasta que la voz se escucho del otro lado de la línea.
-"¿Cómo te atreves a llamarme?"-.
-Pensé que ya era hora de que te contara mis secretos-.
-"¿Secretos?"-.
-Te lo contaré todo. Quien soy en realidad, que quiero, y lo más importante... quien es en realidad Leonidas-.
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N/A: Hasta aquí el capitulo. Pensaba hacerlo más largo, pero creo que mejor dejarlo así. El siguiente capitulo será toda una batalla campal de los Peleadores contra los Bakugan Caos. La bomba finalmente estallo.
¿Cómo les ha parecido la forma en que interprete el duelo de Camilo? ¿Fue buena o mala? Ustedes lo dirán.
Y Claire ya sabe que Youma es su padre. Pensé en muchas formas de como ella podría reaccionar al saberlo, pero al ver su evolución en esta historia, decidí darle una más real y normal. Me base en la reacción de Leía cuando Luke le dijo que Vader era su Padre de la novela del episodio 6.
De hecho, el rechazo de Claire a Youma será el mismo que Leía le tiene a su padre en el canon actual.
Ya se viene lo épico señores.
Sin nada más que decir me despido. Visiten y comenten el resto de mis historias por favor. CHAO.
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