Capitulo 45: Amigos
https://youtu.be/TdtArl4ekOE
(Cuando la música comenzó a sonar, los símbolos de los elementos Bakugan pasaron como guiados por el viento hasta aparecer el símbolo de los seis atributos juntos, y adelante apareció el titulo)
Tal como gotas de lluvia que caen sin rumbo, sin fijar dirección.
(De noche, Dan ve la luna con algunas hojas llevadas por el viento pasando. Las hojas pasan cerca de su rostro, que se alzo al frente con ojos llenos de determinación. En una toma diferente, se ve a Camilo de espaldas a Dan, quien bajo la mirada con algo de tristeza. Se ve por unos instantes el domo de acceso al Interespacio de día)
¡Nuestros sentimientos siguen el camino que eligen!
(Luna mira a la luna con tristeza, para ver a Marduk ponerse a su lado y sonrió. De manera consecutiva se ve al resto de peleadores: Shun sentado en la rama de un árbol, Snow chocando sus puños con una sonrisa, Marucho tecleando en su computadora, Felipe de pie en una arena de combate, Page, Rafe y Serah hablando hasta ver hacía adelante).
Un negro amanecer, verás que pronto llega. Pronto vendrá...
(Goodwin, usando una armadura de plata encima de su traje camina por los pasillos del castillo, su capa blanca ondeo. Paso al lado de Kazarina, quien sonrió cruelmente al verlo. Se ve desde abajo y subiendo rápidamente el oscuro castillo, hasta la punta, donde Goodwin estaba de pie, a su izquierda estaban Kazarina y Sellon, y a su derecha, Anubias y Caligula. Los cuatro con sus Bakugan).
(Se ve una imagen dividida de la Puerta y la Llave que tienen Dan y Drago).
Los pedazos de este sueño solo pueden causar dolor. Incluso llegar a tener miedo a creer.
Selen lanzo un rayo de luz que Fury aparto fácilmente retrocediendo en el aire. Vladitor se acerco a Fury y choco su espada con las cuchillas de su enemigo, soltando chispas. Caligula tenía una mirada de oscura excitación al ver la batalla).
¿Qué marca, yo dejaré en este mundo junto con mi decisión? Yo quiero saber...
(H y Abbott miran al cielo azul con una mirada preocupada. Abbott y H se miran, asintiendo y el segundo se retira. El escenario cambia al Interespacio, donde Lumagrow salta en el aire y el cielo es rojizo).
Superándome a mi mismo se que yo volveré a nacer. ¡La fe es lo único que me podrá fortalecer!
(Xerxes choca sus armas con las garras de Lumagrow en un combate intenso donde ambos caen en el aire. Al mismo tiempo, Horridian esquivo una flecha, e Artemis cargaba en su arco otra flecha que disparo al mismo tiempo que Horridian lanzaba rayos de energía de sus bocas, creando una explosión al chocar. Entre las llamas de la explosión, Lirian desvía los ataques de Isis mientras ambas pelean en el aire).
¿Qué marca, yo dejaré en este mundo junto con mi decisión?
(Drago hace a un lado las llamas mientras ve como un ejercito de Bakugan Caos se acerca a él. Onix, Wolfuro y Boulderon se alzaron con su armamento y Bakunanos respectivamente. Secuencialmente, se ve el ojo de Leonidas cambiar de su color normal a un tono rojizo, a Ginebra viendo el amanecer, a alguien usando una armadura oscura, un cuerpo en el suelo con un agujero en el pecho y sangrando y a Morgan con las manos juntas como si estuviera rezando).
¡La oportunidad llegara!
(En un destello, se ve a Camilo abriendo los ojos y la imagen lo rodea para ver que estaba de pie frente a Goodwin. En su espacio oscuro, el Dragón Carmesí extiendo sus alas para que en otra toma, se vea a un individuo de armadura negra de espaldas viendo al horizonte desde el castillo negro de Goodwin con su capa roja ondeando).
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Aquellos que conocen a Leonidas, ya sea por una conversación corta o por reputación, creerían que es un Bakugan feroz que ama las batallas y que solo se preocupa por si mismo y por su compañero. La mitad de ese argumento es cierto. Leonidas ama los combates y aunque se preocupa por él y Camilo, también se preocupa por sus camaradas, incluso por sus oponentes. Siempre se contiene contra alguien que no sea miembro de los Peleadores por riesgo a que su poder sea demasiado y dañe al Peleador. No se preocupa por los Bakugan porque casi todos son digitales.
Pero nadie, ni siquiera quienes lo conocen bien, creerían que Leonidas tenía otro tipo de gusto.
-¡No, Juan Carlos de la Cruz! ¡No confíes en Luis Jorge de la Mancha! ¡Es un bastardo en toda la regla! ¡No es de confianza!-.
Nadie imaginaria que el grande y feroz Leonidas, mayor rival de Vladitor, uno de los pocos en poder darle pelea de tu a tu con Drago, asesino de Apocolyps, era un amante de las telenovelas y series mexicanas.
Todo empezó un día hace años, después de ganar la semifinal del torneo de Batalla Total, antes de la final y que Marduk y Vladitor revelaran su origen. Ese día, Camilo fue a clases y lo dejo en casa. Aburrido y sin nada más que hacer aparte de quejarse, Leonidas exploro la casa de su humano, topándose que la Madre de su compañero veía una telenovela, algo desconocido para él en ese entonces.
Cuando se acerco a verla y preguntar que veía, ella le explico que eran las telenovelas y lo invito a verlo. Acepto porque no tenía nada más que hacer, y porque la mujer ya le había infundido el miedo y no quería volver a ponerse en su lado malo, aunque claro, nunca lo admitiría. Así que la humana puso la serie desde el inicio para que la viera.
Pensó que se iba a morir de aburrimiento; pero resulto que al final, quedo tan atrapado que cuando Camilo llego para que fueran al torneo, él ni se había dado cuenta del tiempo. De hecho, tan atrapado quedo, que para quitarse la mala sensación de que su origen fuera revelado ese día, se paso la noche viendo el resto de temporadas de la telenovela.
Así comenzó su gusto por estas series.
Tanto le gustaron, que de las primeras cosas que hizo tras volver a la Tierra después de la Guerra Imperial, fue ponerse al día con todas las telenovelas que le quedaron pendiente, y volviendo a ver algunas para estar al día con las temporadas actualizadas.
De hecho, la telenovela que estaba viendo actualmente es de sus favoritas.
Se trata de que un chico de campo se reencuentra después de muchos años a su mejor amigo que había viajado al extraño. Lo que el chico no sabía, es que su amigo era el hijo de un narco poderoso y él había vuelto para ser su heredero y como el chico no quería perder a su amigo al ser el único verdadero que tenía, se lo oculto mientras estaban juntos.
A mitad de la temporada el chico de campo descubrió la verdad, y para ese entonces, él se había involucrado sin querer con el heredero un narco rival de la familia de su amigo que fue hacía él por ser amigo del otro chico. Al final, ambos decidieron trabajar juntos para salir de esta vivos.
La temporada termino con que el heredero rival perdió y su padre lo hecho, pero revelando de paso que no quería ser un narco, sino que lo hizo solo porque su padre lo obligo. Apiadándose de él, el chico de campo le extendió una mano amiga, sin importarle que casi lo asesina y se vuelven amigos.
Esa solo fue la primera temporada de 5. Ahora estaban en la tercera. En donde el chico de campo, habiendo aprendido del oficio y volviéndose alguien incluso más influyente que su amigo, gano la atención de un jefe criminal que se acerco a él fingiendo acogerlo bajo su ala para protegerlo de unos competidores, cuando la realidad era que el jefe quería al chico como su heredero al ver todo el potencial que tenía, pero sabiendo que no podrá convencerlo, decide manipularlo para obligarlo.
-No tiene opción. La influencia de Luis Jorge es mayor que la suya. Si no aceptaba, podría perjudicarlo a él y a su grupo- opino Ginebra.
-No puedo creer que él y los demás de su grupo sean tan tontos para no darse cuenta del peligro que representa- opino Claire.
-Saben que es peligroso, pero no saben cuan peligroso es, algo que Luis Jorge se ha asegurado de mantener escondido bien. Pueden sospechar mucho, pero al final, no tienen nada concreto- respondió Ginebra.
¿Y que hacen ambas chicas viendo la telenovela con Leonidas? Fácil. Un día que Camilo estuvo fuera, ambas vieron que Leonidas estaba viendo una de estas telenovelas e interesadas por ver que eran se unieron. Desde entonces, a veces se unen a Leonidas a ver estas series, aunque no siempre, ya sea porque algunas no les gustan o por obligaciones.
Camilo también era invitado a unirse, pero a él no le gustan las telenovelas, prefiriendo cosas más de ciencia ficción o acción, así que casi nunca ve con Leonidas estas series.
-Yo digo que solo deben tomar un arma, acercarse a Luis Jorge, ¡y matarlo!- Opino Julie. -Después esconden su rastro y ya. Solo deben asegurarse de no ser visto por las cámaras, tener una buena excusa y usar guantes para que no dejen huellas en el arma-.
¿Y que hace Julie en el departamento? Pues su familia aun tendrá un par de días más en Estados Unidos, y Julie aprovecho de visitar a su nuevo "hermano" solo para que le digan que no esta en casa y como no tenía nada mejor que hacer, se quedo para la maratón de telenovela que veían actualmente, una que a ella le gustaba.
Y hablando de gustos...
-Y bien... ¿cual chica creen que es la mejor para Juan Carlos?-.
Como toda telenovela, debía haber romance y drama de ese estilo. En este caso, surgió en la segunda temporada, donde Juan Carlos ayudo a una chica que llego recién a la ciudad llamada Eliza, que era perseguida por una banda de mercenarios porque es la última de un noble linaje y por lo tanto, todas las riquezas van hacía ella, pero tenía un enemigo que quería esa riqueza, por lo que mando a sus asesinos profesionales a matarla. Al final los asesinos y el enemigo de Eliza fueron asesinados al final de la segunda temporada.
Lo que Eliza no sabía y Juan termino descubriendo al final de la segunda temporada, es que el líder de los asesinos era también el Padre de Eliza, que se había unido a su enemigo para ganarse su confianza y matarlo. Juan Carlos aun no le decía la verdad, ya que temía como reaccionaría la chica.
Durante la segunda temporada, el chico conoció a Fernanda, una chica seria y estoica que no entendía bien las emociones al no haberlas experimentado al haber sido entrenada como asesina toda su vida. Cuando Juan Carlos le perdono la vida, ella decidió servirle hasta pagar su deuda de vida, volviéndose su asistente en el trabajo.
La interacción entre los tres comenzó a soltar chispas cuando Eliza y Fernanda mostraron cada una, a su forma, interés por Juan Carlos, quien no se daba cuenta, a pesar de que era obvio para el resto.
-Eliza/Fernanda- respondieron Claire y Ginebra al unísono respectivamente.
Su respuesta contraria ocasiono que ambas se miraran.
-¿Qué quieres decir que Fernanda es mejor que Eliza?- Pregunto Claire incrédula.
-Quiero decir- gruño Ginebra. -Solo porque Eliza sea bonita y amable, no la convierte en la mejor candidata. En la segunda temporada, apenas tuvo algo de participación más allá de ser la damisela en apuros. Es una inútil que recién ahora va ganando algo de valor, pero que aun así es desplazada-.
-¡Ella estuvo para Juan Carlos desde el inicio de la segunda temporada! ¡Lo apoyo en todo momento y eso lo motivaba! ¡Que no pudiera hacer nada es porque no tenía experiencia y la situación la superaba, a diferencia de ahora, que es más experimentada y tiene más poder y recursos para usar!- Respondió Claire.
-Aun así es una inútil, que a pesar de haber vivido con él por un año, recién ahora esta admitiendo que le gusta-.
-¡Difícilmente Fernanda es mejor! Al menos Eliza tiene personalidad, ¡a diferencia de Fernanda, que no tiene!-.
Eso provoco que la expresión en blanco de Ginebra se rompiera con un ceño fruncido, como si ese comentario hubiera sido una blasfemia.
-Fernanda fue criada como asesina toda su vida. No sabía que eran cosas como el amor o felicidad, aunque las entendía. Ahora esta aprendiendo al ver a Juan Carlos y su alrededor. Ella no necesita ser expresiva para...-.
-¡Ella tuvo un capitulo para desarrollarse!- Interrumpió Claire. -¡UNO! ¡Después de eso a quedado como personaje de fondo insulso hasta ahora!-.
La de pelo corto la miro con frialdad. -Al menos ella es útil en las tareas para que Juan Carlos este ocupado en lo importante y no es una inútil como Eliza-.
-¡Ella es una inútil!-.
-¡Tu eres una inútil!-.
Claire jadeo y retrocedió en el sofá como si la hubieran golpeado. Julie estaba impresionada de lo que ocasiono su pregunta. Nunca se espero que preguntar cual chica era mejor para el prota desembocaría esto. Guau.
AmirGoul y Lionel se abrieron en la mesa frente al sofá.
-¿Siguen hablando de la serie?-.
-No lo se...-.
-Mujeres- gruño Leonidas, saltando hacía el control de la tele para pasar al siguiente capitulo. El Bakugan Haos sabe que tiene que aprovechar este corto tiempo de paz, porque en cualquier momento la verdadera lucha se destara.
Pero no importaba que, él y Camilo estarían listos como siempre. No hay nada que su compañero no pueda manejar.
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(Con Camilo)
Camilo no podía manejar esto.
No es la primera vez que su vida esta en peligro, pero casi siempre tenía a Leonidas consigo para enfrentar las amenazas que se podían solucionar mediante batallas Bakugan. La última vez que enfrento una amenaza de vida a muerte por su cuenta fue cuando Dukhan intento matarlo durante su pelea en Gundalia. Esa vez solo pudo salvarse porque Dukhan se distrajo fácilmente por los ataques de Leonidas y porque fue más listo.
Esta vez no tiene nada de esto.
-¡Corre ratón, corre!- Grito desquiciadamente Caligula, disfrutando la persecución. Disparo a un puesto de figuras de cristal cerca de donde corría Camilo, explotándola en pedazos, asustando al chico, quien se giro al lado contrario en un intento de escapar.
Los pasillos del centro comercial estaban casi vacíos. El sonido de los disparos de Caligula fue suficiente para que se escuchara por todo el lugar y las personas salieran corriendo por sus vidas.
Pero el lunático no vino a robar o matar al azar. Por sus movimientos, palabras y que no le a quitado la vista hasta ahora, es claro que él es su objetivo. ¿Se cansaron de usar a los Bakugan y decidieron eliminarlo de la manera terrícola? Tendría sentido, sino fuera porque es demasiado llamativo la forma y que había mejores formas de matar a alguien que perseguirlo por un centro comercial.
Y apenas han pasado cinco minutos desde que el tipo comenzó a perseguirlo. Los de seguridad aun no se presentan, pero no deberían tardar mucho, o eso esperaba Camilo. Sabía defenderse y correr, pero no era como Shun, no tenía habilidades marciales.
-Tal vez debería aprender karate- pensó mientras se escondía detrás de un muro.
-¡Alto!- La seguridad finalmente llegó: cuatro oficiales armados apuntaron por la espalda a Caligula. -¡Levanta las manos y suelta las armas!-.
-Ya llegaron los entrometidos. Que molestos- se quejo Caligula, ignorando a los hombres para caminar hacía donde fue Camilo.
-¡Ni un paso más!- Grito otro oficial. -¡Las manos a la cabeza, ahora!-.
Caligula lo ignoro.
-¡Detente! ¡No estamos bromeando! ¡Vamos a disparar si es necesario!- Grito un tercero.
-Entonces hazlo si tienes los huevos- respondió Caligula, siguiendo su camino.
Entrando en pánico, el tercer oficial disparo a Caligula. El resto de oficiales lo miraron con asombro, pero su asombro fue reemplazado por shock cuando Caligula se dio la vuelta lentamente.
-...Realmente disparaste, impresionante-.
Los 4 oficiales quedaron pasmados, no porque la bala no dio, porque si lo hizo, así lo demostraba el agujero que tenía Caligula en la espalda que atravesó su pecho, ¡sino porque no parece afectarle!
-Sabía que era una buena idea venir de rojo- comento al notar como la sangre salía del agujero que le hicieron, aunque era un poco difícil de notar con su ropa de un rojo brillante. -Aunque extraño un poco la sensación de dolor... meh, a este punto, ya no me importa-.
-¿Qué eres...?- Jadeo de miedo el oficial que disparo, no pudiendo creer que alguien siguiera vivo y hablara después de recibir una bala en el pecho como si nada.
Caligula lo miro un segundo... antes de levantar una de sus escopetas y dispararle en la cara.
Los otros oficiales reaccionaron tarde: levantaron firmemente sus armas y balearon a Caligula, quien solo se acerco para disparar a quemarropa a los oficiales que quedaban, uno por uno.
-Ahora...- empapado de su propia sangre y de la sangre salpicada de los oficiales que le llego, Caligula retomo su juego. -¿A donde se fue mi ratoncito?-.
Comenzó a acelerar el paso por donde se fue Camilo. Sus pasos quedaban marcados en el suelo por la sangre de los oficiales que mancharon sus botas.
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(Con Snow)
-Un héroe nunca tiene la vida fácil, ¿eh?- Pensó Snow para si mismo, intentando aliviar la tensión de sus músculos con chistes.
Némesis Dragonoid, el clon malvado de Drago, descendió desde el aire para embestir a Onix, quien guardo su hacha con uno de sus lados rota por el mordisco que le dio su enemigo antes, en su espalda. Planto bien los pies en el suelo, resistiendo la embestida de Némesis cuando impacto. El vikingo puso sus manos sobre el hombro del dragón para detener el retroceso, dejando un rastro de las suelas de sus botas en la arena.
Los gruñidos de Onix demostraban que frenar al clon era una tarea sumamente difícil, pero en un momento de creatividad, Onix tomo firmemente los hombros de Némesis, antes de hacerse a un lado y soltarlo, provocando que este se fuera de largo y cayera fuera del estadio en la arena que caía como rio de una catarata a quien sabe donde.
Némesis se levanto con la arena cayendo de su cabeza y hombros, gruñendo de furia por esa jugada de su enemigo que lo hizo ver como tonto.
-Poder activado: Explosión Blitz- Activo Dukhan como ofensiva.
-¡Poder activado: Protector de Montañas!-.
Al mismo tiempo que Némesis disparo una bengala de fuego de energía, Onix estrello su puño contra el suelo, levantando un grueso muro de tierra que bloqueo el ataque.
Pero Némesis no se detuvo. Disparo bengalas de energía consecutivamente que explotaban contra el muro, sacudiéndolo hasta comenzar a resquebrajarlo un poco.
-Poder activado: Onda Blitz- Némesis detuvo sus bengalas y reunió partículas en su garra derecha y con un rugido, salto y dio un puñetazo contra el muro de tierra, destruyéndolo de un golpe que libero un rayo de energía hacía adelante.
Pero cuando el muro se desquebrajo y comenzó a caer en pedazos, Onix no estaba detrás suyo.
-¡Atrás tuyo!-.
La alerta de Dukhan llego tarde para Némesis, quien sintió los brazos de su enemigo rodear su cintura por atrás y tiro su cuerpo hacía atrás formando un arco, llevándose a Némesis con él, estrellando su cabeza con cuerno y todo contra el suelo usando el peso de ambos para estrellarlo, rebotando su cuerpo un poco antes de desplomarse.
-¡Si! ¡Te dije que ver esa maratón de lucha libre sería buena idea!- Grito Snow alegre ante el exitoso suplex de su compañero.
Onix no lo admitiría, pero estaba de acuerdo con su amigo rubio. Ver como los humanos luchaban entre si en ese cuadrilátero en televisión fue inspirados y le dio ideas para algunos movimientos de pelea, como el recién realizado.
Pero el triunfo les duro poco. Némesis en el suelo agarro el tobillo de Onix, tirándolo, dejándolo sentado en el suelo, ante de batir sus alas y elevarse de manera rápida, llevándose al vikingo consigo, bien agarrado de su pie.
-¡Suéltame, animal!- Exigió Onix con una mano encima de su casco vikingo para que no se cayera por la gravedad, viendo como se elevaba más y más en el aire de este espacio.
Y así lo hizo Némesis. Lo soltó cuando estuvieron a la altura de un edificio de unos aproximados 60 pisos de altura. Onix vio la caída que iba a tener, y aunque era algo a lo que podría sobrevivir, no sería sin algo de daño. Lo peor no sería para él, sino que Snow también sentiría la caída aun cuando él estuviera en el suelo.
Pero Dukhan no se iba a contentar con solo dejar al Bakugan Subterra caer. Sabía que un guerrero de su calibre podría soportar bastante bien una caída y que se aseguraría de aterrizar con el menor daño posible, más para que su compañero no sufriera daño que para si mismo.
-¡Poder activado: Labolt!-.
En un parpadeo, Némesis ya no estaba en el aire, sino a la misma altura que Onix cayendo. El Subterra no tuvo tiempo de sorprenderse, porque su enemigo le dio un golpe con su cola que lo mando a estrellar contra una de las estatuas de Gorem, rompiendo rompiendo la cabeza, cuyos fragmentos cayeron a hundirse a la arena, mientras el Subterra quedo estrellado en lo que sería el cuello de la estatua.
Snow apretó los dientes ante el dolor ocasionado por el golpe y choque que sintió Onix. No puede mostrarse débil en este momento, debe resistir.
-Ese ataque no es de Drago- dijo Snow, refiriéndose al último poder. No había tenido la oportunidad de ver a Blitz Dragonoid Pyrus en acción, pero sabía que Drago, incluso ahora, no tiene un poder tan roto como teletransportarse en medio de la pelea.
-No, este es de Dharak. Cuando se creo a Némesis, la ama Kazarina también tenía pequeñas cantidades del Código Genético de Dharak que implemento en Némesis para darle poder extra, ocasionando que tenga algunas habilidades de Dharak- explico Dukhan.
Claro que se salto el decir que solo tiene otro poder de Dharak aparte de Labolt, y solo podía usar este poder tres veces en una batalla, donde le quedan solo 2 usos más. No debe ser irresponsable con un poder tan efectivo pero con limites.
-¡Poder activado: Partículas Salvajes!- Dukhan no iba a cesar con sus ataques.
Némesis comenzó a reunir rápidamente partículas de energía en el aire hacía sus alas, que brillaban de poder.
-¡Snow!- Llamo Onix a su compañero.
-Descuida, lo tengo- aseguro el rubio. -Es hora de usar el truco en el que hemos estado trabajando-.
Al escuchar esas palabras, Onix entendió todo y desde su posición encima de la estatua sin cabeza de Gorem, se puso de pie, preparado.
El intercambio de palabras duro menos de 10 segundos, en los que Némesis termino de reunir energía y libero su ataque desde sus alas como ráfagas de relámpagos carmesíes.
-¡Poder activado: Presión Gea!-.
Un aura naranja cubrió todo el campo de batalla, cubriendo los relámpagos que estaban a punto de golpear a Onix, hasta que se desvanecieron en el aire como polvo. No fue lo único que sorprendió a Dukhan, sino que también al ver como Némesis aterrizaba en la arena y sus alas se inclinaban hacía abajo, como si no pudiera mantenerlas en alto.
-¿Qué hiciste?- Pregunto Dukhan al terrícola.
-Es algo en lo que hemos estado trabajando desde la guerra, y que recién pudimos dominar: Presión Gea es un poder que desactiva los poderes del oponente y lo devuelve a su fuerza base. De paso, tiene el maravilloso agregado duplica el peso de cualquier Bakugan que no sea Subterra, por lo que tu mala copia de Drago no podrá mantenerse mucho en el aire- explico Snow con aire de victoria ante la cara de sorpresa de su enemigo.
Onix era fuerte, pero contaba con muchas debilidades notables: no podía volar, era corpulento y robusto, lo que lo hacía lento. Era lo que se llama un Tanque, pero con esas debilidades obvias, quedaba expuesto a Bakugan voladores o de gran velocidad, así que para compensar esas faltas, han estado trabajando en este poder.
No fue fácil, les tomo un año y solo hace unos días pudieron completarlo por completo; pero el resultado valía la pena todo el esfuerzo dedicado.
-Hora de sacar la artillería pesada- dijo Snow. Un pequeño teclado digital apareció en el activador de poderes de su muñeca, donde tecleo unos códigos.
-"CycloneBreaker, listo"-.
-¡Armamento instalado!-.
Un brillo naranja surgió en Onix, y formas solidas comenzaban a aparecer en sus hombros y manos. Las formas eran dos hachas de tamaño mediano en cada mano y dos cañones delgados, uno en cada hombro.
-Que suerte que los Neathianos dejaron que conservara el armamento- pensó Snow. Serah también le ofreció un Bakunano, pero el armamento es mejor en cuestión de poder. -¡Poder de armamento activado: Destructor de Ciclón Explosivo!-.
Las dos hachas del armamento brillaron de energía Subterra y Onix las lanzo por los lados hacía Némesis, clavándose en sus costados, ocasionando un rugido de la bestia que fue amortiguado por la explosión siguiente que lo cubrió, sin darle la oportunidad de defenderse de los rayos disparados de los cañones del armamento.
Dukhan esperaba una victoria fácil y rápida, pero no le sería tan fácil como creyó en un inicio.
Con un último rugido bestial, Némesis cayo de rodillas, superado por la estrategia y fuerza pura de sus enemigos. Un resplandor rojo cubrió su cuerpo, volviendo a su forma esfera a los pies de Dukhan.
Fuerza vital de Dukhan: 50%.
-¡Si! ¡Así se hace una remontada! ¡Whoo!- Festejo Snow su victoria, antes de atrapar a su compañero que volvió a su forma esfera.
Dukhan no reacciono ante la derrota, ni a los festejos de su oponente, solo recogió a Némesis del suelo en silencio con una calma inusual para alguien que estaba fallando en su objetivo.
-Claramente, Anubias y el mismo Goodwin lo han subestimado- pensó Dukhan, revaluando a Snow. -Lo catalogaron como el más débil de los Peleadores, pero sigue siendo un Peleador que participo en la Guerra Imperial. Puede que fuera vencido por Anubias antes, pero aprendieron de esa derrota y se hicieron más fuertes- apretó el puño que sostenía a Némesis. -Y otra vez deje que mi arrogancia me superara. No puedo cometer el mismo error que cuando enfrente a Camilo Navas- alzo la mirada a su enemigo, sus ojos brillaron con determinación. -No más errores, no más subestimación. Cualquier pelea que enfrente a partir de ahora es una que debo tomarme en serio desde el inicio. Como peleador, me disculpo por no haberte tomado en serio antes, no volverá a pasar. A partir de ahora, te enfrentare como un igual al que derrotar con todas mis fuerzas-.
La verdad, Snow estaba bien que lo subestimara, así podía tener más oportunidad de ganar. Esa oportunidad se acaba de ir con las palabras de sus enemigos.
Aunque intento parecerse fuerte, la verdad es que él y Onix estaban arrinconados. Si no fuera por Presión Gea, hubieran perdido, lo cual es mortal en esta situación. Uso el armamento para asegurar que el siguiente ataque fuera lo suficientemente poderoso para derrotar a Némesis, lo cual así fue, pero no le hizo tanto daño como para terminar el combate de una sola vez, lo que lo alargo a una pelea de 3 rondas.
Su vida dependía de esta pelea. Literalmente.
Ambos rubios se pusieron en posición para comenzar el segundo round.
-¡Bakugan pelea...!-.
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(Con Camilo)
Cuando había estado cerca de la salida trasera, se sintió como si estuviera en un juego de terror; la puertas estaban cerradas y no se podían abrir sin importar cuanto tirara o empujara las puertas. ¿También las controla? ¿Qué quiere este tipo? No era matarlo, porque si fuera así ya estaría muerto. Camilo reconoce que ha estado haciendo ejercicio y a mejorado mucho, pero el tipo, basándose en lo que expone su traje ajustado, era un atleta que podía alcanzarlo si quisiera, y no estaba contando las escopetas que traía.
Como escapar estaba fuera, decidió dejar de correr y enfrentarlo. Claramente no podía ser en un combate porque sería estúpido, así que uso su mejor arma: el cerebro.
No fue fácil, pero entre las cosas que encontró en las tiendas y saco (aunque más bien robo, pero en su situación no le importaba) y pensar un plan de la misma forma que piensa cuando esta en una batalla, le ayudaron a ingeniarlas. No le tomo 5 minutos preparar todo.
-Ahora debo atraerlo- pensó al terminar su plan. No era difícil, ya que prácticamente lo estaba cazando a él.
Se encontraba en el primer piso, en la zona centro del piso y Caligula estaba en el segundo piso. El segundo, al ver donde estaba, comenzó a correr, sabiendo que lo seguiría.
-¡Espera, ratoncito! ¿A donde vas? ¡Tengo queso!-.
-¡No gracias, prefiero el Jamón!-.
Corrió hasta una sección de juegos infantil, donde había rampas, un pequeño columpió, trampolín y esa estructura de juegos donde los niños se meten para pasear que tenía piscina de pelotas.
Camilo estaba sudando de la presión y el cansancio, pero esperaba que con su plan pudiera escapar.
Ahora que lo pensaba, ¿donde esta la policía? Ha pasado como 10 minutos desde que este tipo comenzó a disparar y más allá de los guardias del centro comercial, no ha escuchado a patrullas llegar o oficiales entrar.
Caligula se detuvo a diez pasos de él, con las armas abajo. -¿Ya terminaste de correr, ratoncito? Esperaba jugar más-.
-A los locos si que disfrutan jugar con sus victimas ¿no? No le veo el placer- dijo Camilo, intentando hacerlo hablar.
-Es divertido escuchar como suplican como perras por sus vidas e intentan escapar. Es aun más divertido cuando se lo haces a gente que se creía poderosa pero solo eran cobardes. Tu claramente no eres de ese tipo- respondió Caligula, acercándose lentamente.
Camilo dio dos pasos atrás mientras llevaba su mano derecha a un interruptor que tenía escondido en el bolsillo del pantalón. -¿Qué quieres de mi? ¿Quién te envío?-.
-¿Hace falta hacer estas preguntas a estas alturas? Lo que deberías hacer no es preguntarme sobre mi, sino sobre lo que sucede en el edificio a dos cuadras-.
-¿A dos cuadras?- Camilo hizo memoria de lo que estaba a dos cuadras. -Ese es un almacén que están remodelando, ¿no? ¿qué tiene que ver eso conque me quieras matar?-.
Caligula se detuvo, para frustración de Camilo, quien quería que avanzara un poco más.
-Primero: no te quiero matar, eres demasiado importante, lo cual ahora que te veo... esperaba más. No veo nada especial en ti más allá de Leonidas. No se en lo que esta pensando...- lo último pareció decirlo para si mismo. -Segundo: tiene que ver porque ahí cambiará tu destino-.
-¿Ah?- Lo persigue con escopeta y dice que no lo quiere matar y ahora habla crípticamente. -Tu realmente estas loco...-.
-Los más brillante siempre son los más locos- dio un paso adelante y levanto la escopeta. -Ahora calladito, que vendrás conmigo-.
-No lo creo-.
Camilo presiono el interruptor que escondía y se hizo a un lado, permitiendo que la catapulta de juguete que estaba oculta en la piscina de pelotas lanzara un globo lleno de agua, pero que al impactar en la cara de Caligula y explotar, revelo que tenía pintura.
-¡AGH! ¡¿Qué demonios?!- Caligula soltó sus armas y se llevo las manos a la cara, intentando quitarse la pintura. -¡Esto arde, maldición!-.
Camilo se acerco una palmera y saco una patineta detrás de ella. Al dejarla en el suelo y hacerla rodar, golpeo la rodilla de Caligula, quien la levanto por inercia de dolor. Seguidamente, corrió y dio un golpe en la cara que lo tiro al suelo.
-Auch- se sobó la mano que uso para golpearlo. No sabía que era tan doloroso golpear a alguien.
Pero el golpe que le dio a Caligula no lo dejo consciente, así que le dio una patada en la cara que termino el trabajo. Se hubiera preocupado que el golpe pudiera matarlo, pero si las balas no lo hicieron, dudaba que su patada si.
Escucho un portonazo y vio a oficiales armados con rifles y escudos entrar. ¡Ahora llegaban después de que se salvo a si mismo!
Los oficiales vieron al joven, al hombre tirado en el suelo con pintura en los ojos y las armas en el suelo. Lo apuntaron instintivamente y Camilo levanto ambas manos.
-¡Este fue el loco que me perseguía! ¡Yo me defendía!-.
Dos oficiales armados se acercaron a Camilo y lo apartaron con algo de brusquedad mientras otros dos levantaban a Caligula desde los brazos.
-No me gusta que me toquen...-.
El ambiente estallo cuando Caligula flexiono sus piernas hacía atrás, pateando a un oficial en la entrepierna y golpeando al otro en la cara con su mano libre. Ya libre, dio una voltereta hacía atrás, tomando sus armas del suelo y dio una segunda voltereta, donde aterrizo de pie.
-¡Arriba las manos!- Gritaron los oficiales levantando sus armas. A diferencia de los guardias, estos eran 8, contando a los dos que apartaron a Camilo, con armas que si buen puede que no maten a su objetivo, si le dejara bastante daños al cuerpo como para no moverse.
-Tch, llegaron más entrometidos- se quejo Caligula. Su mirada fue hacía Camilo. -Dos cuadras-.
Los oficiales armados se acercaron lentamente a él, pero Caligula pateo la patineta que Camilo le lanzo anteriormente al oficial más cercano fuertemente, haciendo que se golpeara y tropezara. Lo aprovecho para dispararle con una escopeta, ocasionando que el resto de oficiales le dispararan
-¡El sospechoso va hacía el Este!- Informo un oficial por radio. -Ustedes dos, quédense con el chico-.
Los oficiales que tiro Caligula asintieron mientras el resto iba en persecución a su objetivo.
Pero Camilo estaba perdido en sus propios pensamientos.
-Dos cuadras... ¿qué hay en ese almacén?- Se pregunto.
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(Con Snow)
La cosa no pintaba bien.
Onix gruño cuando recibió un golpe en la cara de Némesis, limpiándose sangre que salió de su nariz por el golpe, lanzo una serie de puñetazos que el clon esquivo o bloqueo con sus brazos. La mala copia de Drago era más que una bestia, luchaba como un maldito artista marcial.
Lo que Snow y Onix no sabían era que, mediante el chip de control implantados en sus cerebros, era Dukhan quien controlaba a través de sus pensamientos a Némesis de como golpear y esquivar.
Némesis desvío el puño derecho de Onix y con media vuelta, uso su cuerpo para empujarlo, seguido de un golpe en la cara, aturdiéndolo un segundo que aprovecho al rodear su cuello con su cola, estrellándolo contra el suelo. Seguidamente, se puso encima suyo, con la pierna izquierda al costado del cuerpo de Onix y la derecha en su espalda. Lo tomo de ambos brazos y comenzó a tirar de ellos con fuerza mientras que con su pie/garra inferior que estaba en su espalda lo empujaba hacía abajo.
El contraste de tira y empuja ocasiono que Onix soltara un grito de dolor ante la presión de su cuerpo y sus brazos, pero el grito no fue tan fuerte como el que dio Snow, quien sentía todo ese dolor en su cuerpo por el campo y su gran vínculo con Onix. Tanto era el dolor que cayo de rodillas.
Dukhan no hizo comentario sarcástico. No iba a bajar la guardia en esta pelea. No más. Solo observaría hasta ver como sus oponentes caen derrotados.
-¡Snow...!- Llamo Onix a su compañero, sintiendo la presión en sus huesos aumentar más al punto de que podrían romperse en cualquier momento.
Aun con el dolor de sus huesos, Snow pudo levantarse apenas y activar su siguiente poder. -¡Poder activado: Martillo Nórdico!-.
El cuerpo de Onix brillo de energía Subterra, dándole la fuerza suficiente para librarse del agarre que tenía Némesis en sus brazos de un tirón que provoco que su enemigo, que no alcanzo a soltarlo, fuera tirado al suelo boca arriba delante suyo como un saco.
En su posición de rodillas y ahora libre, el vikingo levanto un puño para aplastar la cabeza de su enemigo como una uva, pero Némesis movió su cabeza a un lado, haciendo que su puño desquebrajara el suelo donde impacto con la forma de su puño.
-¡Poder activado: Explosión Blitz!-.
Némesis disparo una bengala de energía de su boca a la cara de Onix, quien esquivo el ataque saltando hacía atrás y aterrizando de pie.
-¿Estas bien, Snow?- Pregunto Onix mirando sobre su hombro, preocupado por la condición de su compañero tras el dolor que sintió como suyo.
Snow se tomo un segundo para tomar aire y respirar, sintiendo el alivio de sus huesos al ya no ser tirados con la intención de ser arrancados. Le dolían los brazos y apenas podía levantarlos un poco, pero no podía dejar que eso lo estorbara.
-Como joya. Terminemos con este tipo para irnos a casa-.
-Ya te dije que eso no será posible- respondió Dukhan. -Pero lo seguiremos haciendo a tu manera. ¡Poder activado: Martillo Blitz!-.
El cuerpo de Némesis brilla intensamente de un rojo escarlata, y más rápido de lo que los ojos de Snow podían ver, despareció.
Sintiendo algo venir, Onix tiro su cuello hacía atrás, evitando por centímetros la garra de Némesis que paso frente a su rostro.
-Qué velocidad más absurda...- pensó sorprendido y un poco temeroso, antes de convertir ese temor en valor y lanzarse a los golpes.
Con ambos Bakugan brillando de la energía de sus respectivos atributos, comenzaron una lucha de puño limpio. Onix tenía fuerza física y gran resistencia, pero Némesis tenía agilidad y velocidad, además que sus golpes también eran fuertes, sin contar que podía volar, algo que no a hecho en esta ronda.
Cada golpe que los Bakugan se daban, eran sentidos por sus compañeros, Snow más que Dukhan.
Onix esquivo una patada y le dio un golpe en el estomago a Némesis que le hizo rugir de furia, quien floto con sus alas y giro para atacarlo con su cola; pero aprendiendo de la última vez, Onix la atrapo y comenzó a azotarlo en el suelo de un lado para el otro al estilo de Hulk con Loki.
Aunque la conexión que había entre Némesis y él era casi inexistente, Dukhan si sentía los dolores en su cuerpo por cada golpe, aunque fueran dolores menores. No era nada que no pueda aguantar, pero tampoco dejará que azoten a su Bakugan de una forma tan humillante. Quedo claro que una pelea de cuerpo a cuerpo contra Onix era una mala idea, así que usara las grandes cantidades de energía de Némesis, cortesía de Drago.
-¡Doble poder activado: Dragón Espiral + Voto Fuego!-.
Onix soltó la cola de Némesis justo a tiempo cuando un tornado de fuego cubrió al Bakugan Pyrus como una barrera. Ese fuego se concentro en su garra derecha que choco contra el suelo, liberando un gran pilar de llamas debajo de Onix, bañándolo de llamas.
-¡HAAAAAA!- Snow sintió el dolor en su cuerpo, aun cuando su piel estaba intacta. Cayo al suelo mientras se retorcía de dolor.
-¡Snow!- Aun entre las llamas y sus propios gritos, Onix escucho los gritos de su compañero. ¡No podía quedarse quieto como tonto y dejar que lo golpearan! -¡RAAAAH!-.
Con un rugido, juntos su brazos en X y los separo de golpe, liberando la energía que tenía en su cuerpo que alejo las llamas de él. Algunas se extendieron por la arena y otras a la arena donde se apagaron casi de inmediato. El cuerpo de Onix, que ya no brillaba, estaba mal. Su armadura tenía partes chamuscadas y la piel de sus brazos y rostro habían quemaduras de segundo grado. Respiraba agitadamente, pero en sus ojos aun había la determinación de luchar.
-¡Qué gran espíritu posees, pero no es suficiente!- Grito Dukhan. -¡Poder activado: Barnum Dual!-.
Némesis canalizo llamas que salieron de sus alas justo frente a su pecho y las libero como una ráfaga de fuego. Onix levanto su brazo e intento activar su poder defensivo, pero el dolor en su cuerpo por las quemaduras le impidieron moverse por un segundo.
Ese segundo fue su perdición.
La ráfaga de fuego lo golpeo de lleno y fue tan potente que lo levanto del suelo unos centímetros, antes de brillar y volver a su forma esfera.
Fuerza vital de Snow 20%.
Eso era más acertado de lo cómodo.
Quejándose con cada movimiento que hacía, Snow lucho para levantarse. Recogió a Onix del suelo y lucho hasta poder pararse, aunque no de manera ejemplar ya que estaba encorvado con el cuerpo inclinado hacía adelante como si fuera a caer en cualquier momento, sus rodillas temblaban y no podía levantar los brazos. Era paradójico el dolor que sentía Snow por todo su cuerpo a pesar de lo intacto que estaba su cuerpo.
-Que gran espíritu posees- elogió Dukhan la fuerza de voluntad de su enemigo. -Si no fueras mi enemigo, te reclutaría como un subordinado bajo mi mando-.
-Lo rechazaría...- respondió Snow, su voz sonaba cansada, pero aun con espíritu. -Mi lealtad esta solo para mis amigos...-.
-Amigos... que banal...- soltó Dukhan con despreció. -¿De que te sirven los amigos? Solo son debilidades que tus enemigos pueden explotar, como lo hago yo ahora contigo para dañar a Camilo Navas y los Peleadores-.
-No espero que lo entiendas...- suspiro el rubio, pudiendo pararse mejor. -Pero es por mis amigos que estoy aquí...-.
-¿A punto de morir? Con amigos como esos, nadie necesitaría de enemigos. Deberías maldecirlos y tirarlos por la borda-.
-¿Maldición? Jejeje...- para sorpresa y confusión del Taskan, Snow rio. -Más bien es una bendición. Desde que los conocí y me volví un Peleador, ¡me he sentido más vivo que en toda mi vida!-.
Conocer a Camilo ayudo a cambiar su vida de la de un delincuente juvenil sin futuro a una persona más positiva y que si tenía esperanza de un futuro, fue él quien lo adentro a los Bakugan, sintiéndose inspirado por sus historias. Conocer a Serah lo hizo conocer a Onix, quien lo convirtió en un verdadero Peleador Bakugan. Conocer a los Peleadores y ser uno de ellos le hizo sentirse parte de algo más grande que él: de una familia.
Para un chico que estuvo solo desde su nacimiento, una familia era todo lo que quería. Snow se prometió siempre atesorar esta oportunidad que la vida, y sus amigos le dieron al extenderle la mano con una sonrisa.
Por ellos es quien lucha ahora. Por que donde antes no tenía nada, ahora tiene amigos, una chica que le gusta, un futuro... es por todo eso por lo que quiere vivir. Por lo que lucha en este instante.
No dejará que nadie le quite eso.
Sin notarlo, la mano que sostenía a Onix comenzó a brillar de energía naranja. Primero leve, pero mientras más crecía la determinación en el corazón de Snow, más grande y brillante se hacía la energía.
-¡Entonces cae con esos ideales absurdos de amistad!- Grito Dukhan, lanzando a Némesis. El clon de Drago rugió tras emerger de su forma esfera.
-¡Como quieras!- Snow levanto su brazo, y fue en ese momento que Dukhan noto el brillo que rodeaba su mano. -¡Aplástalos, Onix!-.
Cuando Snow lanzo a su Bakugan, el aura que estaba en su mano se transfirió a Onix. Cuando la esfera estuvo a punto de tocar el suelo, se detuvo en el aire, se abrió y se estampo contra el suelo. Esa acción libero una onda de energía tan potente que hizo temblar la arena un segundo, y que incluso hizo retroceder un par de pasos a Némesis, como si le hubiera golpeado.
-¿Qué fue ese lanzamiento?- Se pregunto Dukhan en su mente.
Cuando Onix emergió, aun tenía las heridas que le fueron infringidas, pero parecían haber cerrado. Además que al emerger, también emergieron pedazos de roca de origen desconocido que saltaron al campo.
En el instante que ambos Bakugan se vieron, se lanzaron hacía el otro, atrapando sus manos y comenzando un forcejeo de fuerzas.
-¡Empuja, Némesis!- Ordeno Dukhan.
-¡Tu puedes, Onix!- Alentó Snow en respuesta.
Un atronador rugido de parte del vikingo pareció darle la fuerza para ganar el forcejeo, empujando a su rival de a poco, los pies de Némesis comenzaron a retroceder mientras luchaba por mantener su postura ante la presión de su enemigo.
-¡Onix! ¡Doble poder activado: Martillo Nórdico + Aplauso Terremoto!-.
El cuerpo de Onix brillo de energía naranja oscura. Le dio un cabezazo al hocico de Némesis, quien gruño de dolor. Onix soltó las manos de su enemigo y dio un gran aplauso que genero ondas tan fuertes que eran visibles. Por lo cerca, Némesis no pudo esquivarlas y las recibió de lleno, retrocediendo hasta chocar con una de las estatuas de Gorem, impactando tan fuerte que la misma estatua cayo encima suyo.
-¡Levántate, Némesis!- Ordeno Dukhan, enviando esa orden directamente a la mente de Némesis.
Orden que se cumplió cuando el dragón salió de los escombros evelándose al aire antes que la arena lo arrastrara. Después de tantos golpes durante las batallas más el reciente ataque y que le cayera una estatua encima, finalmente se veían rastros de daño en su cuerpo. Pero eso parecía aumentar más la furiosa y deseo de sangre de la copia de Drago.
-¡Poder activado: Barnum Dual!-.
Némesis volvió a reunir las llamas y lanzar la ráfaga de fuego. Pero esta vez que se encontraban a una gran distancia y Onix estaba con más energía, pudieron defenderse.
-¡Poder activado: Defensa Bifrost!-.
Aun activado el poder de Martillo Nórdico, Onix materializo un escudo que creo una capa de energía, cuyo tamaño es mayor a lo normal. Con ese escudo de energía, bloqueo las llamas de Némesis.
-Lo que sea que haya sido esa energía que rodeo a Onix cuando fue lanzado, lo hizo más fuerte- analizaba Dukhan la situación. -O hizo más débil al mío- vio de reojo a Némesis. -De todos modos no cambia nada. ¡Doble poder activado: Labolt + Onda Blitz!-.
Némesis dejo de disparar sus llamas y reunió energía en su puño. Al terminar de reunirla en menos de 5 segundos, se teletransporto justo atrás de Onix.
-¡A tu espalda!-.
Onix reacciono: se dio la vuelta en medio segundo, alcanzando a bloquear el golpe de Némesis, pero que el rayo de energía liberado lo empujo tan fuerte hasta caer a la arena, que no lo arrastraba por lo pesado que era.
-Reaccionas cada vez más rápido, chico- felicito Dukhan. -Realmente tenías mucho potencial como guerrero. Lástima- suspiro ante una gran perdida.
-No necesitamos elogios de alguien como tu- dijo Onix, reincorporándose. -¡Snow, con todo o no ganaremos!-.
-¡No necesitas decírmelo 2 veces!- Dijo Snow, tecleando el código de su armamento y lo tomo apenas apareció. -¡Armamento instalado!-.
CycloneBreaker se equipo en Onix, quien estaba dispuesto a ir por todas, ya no solo para sobrevivir, sino para ganar.
-¡Poder activado: Hacha Boomerang!- Onix lanzo las 2 hachas que vienen con el armamento hacía su enemigo.
-¡No las esquives, atrápalas!- Ordeno Dukhan, sabiendo que si Némesis esquivaba o desviaba las hachas, solo volverían a atacarlo de nuevo por otro ángulo.
Haciendo caso, la bestia atrapo cada hacha con una garra, solo para ver como el hacha principal de Onix, la que tenía un lado roto, era lanzada hacía él. Siguiendo las ordenes dadas, atrapo esa hacha, pero con sus colmillos.
Pero al ver la sonrisa de su enemigo, Dukhan entendió que cayo en su trampa.
-¡Suéltalas!-.
-¡Tarde, viejo! ¡Poder de armamento activado: Destructor de Ciclón Explosivo!-.
-¡Poder activado: Reflector Blitz!-.
Némesis alcanzo a soltar las 3 hachas, pero las explosiones de las 2 más pequeñas lo alcanzaron, dañándolo menos de lo que hubiera sufrido y Onix disparo rayos de energía desde sus cañones. Némesis apenas tuvo tiempo de crear una barrera de energía escarlata, pero por lo lento que fue, la barrera no estuvo en su máximo poder defensivo, por lo que fue destruida y él fue golpeado por los rayos, siendo cubierto por el humo de la explosión resultante.
Cuando el humo se despejo en pocos segundos, Némesis tambaleaba, pero aun se mantenía en pie. El Reflector Blitz, aunque no lo protegió, amortiguo parte del impacto y su propia resistencia hicieron el resto.
-Grr...- gruño el clon, mirando a Onix con lo único que podía describirse como un deseo de matar. Uno puro y primitivo.
Notando eso y anticipando lo que sucedería si dejaba que Némesis liberara sus instintos, Dukhan obligo a obedecerlo a través del chip en sus cabezas. Eso le provoco un dolor en el cerebro que ignoro. No podía perder cuando estaban tan cerca, no perdería solo porque este animal criado en un laboratorio se volvería loco.
Ajeno al dilema que comenzaba a afectar a su enemigo, Onix recupero su hacha con el poder boomerang aun activo.
-¡No hay que darles respiro, Onix!- Grito Snow, viendo desde su lado del campo a Némesis inmóvil. -¡Poder activado: Gran Hacha de Anu!-.
-¡Me gusta este poder!- Balanceando su hacha, el arma fue cubierta de energía que aumento su tamaño hasta hacerla tan grande como la mitad de un Mechtogan. -¡Muere, abominación!-.
Onix dejo que la gravedad hiciera lo suyo y dejo el hacha caer, con la parte filosa apuntando a su enemigo para cortarlo en dos.
Pero paso algo que desafío el sentido de lo lógico para Snow y Onix.
Némesis atrapo el hacha, deteniendo la hoja a centímetros de su cara entre sus palmas, el suelo quebrándose bajo suyo, prueba del peso que detuvo.
Físicamente debería ser posible. Un arma de ese tamaño, cayendo a una velocidad que era hasta posible de escuchar, siendo también empujada por alguien con una fuerza física superior a los Bakugan normales debería ser imposible de detener. Esquivar si, bloquear tal vez, pero no detener, mucho menos sin ningún poder.
Pero Némesis lo hizo. Lo hizo de tal manera que parecía fácil.
-¿Cómo...?- Hablo Snow incrédulo, su voz apenas salió como un hilo que Dukhan no escucho desde su posición, pero no necesitaba escucharlo para saberlo.
-¿Ahora quien subestima a quien? Némesis es la copia de Drago cuando derroto a Dharak. Tiene su fuerza y poderes, más los poderes agregados por las mejoras de la ama Kazarina. ¡Es el arma perfecta para la venganza de Lord Apocolyps!-.
Con un rugido bestial que se hubiera escuchado por toda una ciudad, Némesis aparto el hacha, que cayo al suelo a un costado suyo y se lanzo a una velocidad sorprendente hacía Onix, agarrándolo del cuello y levantándolo, antes de arrojarlo hacía la arena.
-¡Poder activado: Partículas Salvajes!- Némesis reunió energía el doble de rápido que la última vez y disparo ráfagas eléctricas carmesíes.
-¡Defensa Bifrost!- Onix materializo su escudo de energía, pero esta vez, fue destruido con el contacto del poder enemigo, junto con su escudo físico, golpeándolo tan fuerte que lo saco volando.
-¡Onix!- Grito Snow con dolor tras sentir el daño de la descargas por todo su cuerpo, viendo como su compañero se estrellaba con la estatua de Gorem que estaba detrás suyo. -¡¿Estas bien?!- Era una pregunta absurda, pero que tenía que hacer.
-He estado mejor...- reconoció el vikingo, poniéndose de pie.
-Poder activado: Explosión Blitz-.
Némesis no les dio tregua, comenzando a disparar a Onix bengalas de energía. Cada una que impactaba era como si una bala golpeara a Snow, por lo que Onix las evitaba como podía hasta que su compañero activo un poder:
-¡Poder activado: Protector de Montañas!- Onix levanto un muro de roca semi-circulas delante suyo para protegerlo de los ataques que iban hacía desde tierra o aire, pero sin encerrarlo.
-¡Eso no será suficiente para detenernos! ¡Poder activado: Caos Magnalia!- Usando el otro poder que Némesis consiguió sacar de Dharak, disparo tres rayos de energía; uno de cada ala y el tercero de la boca.
Los rayos que salieron de las alas destruyeron el escudo de tierra, y fue el tercero y el más grande el que golpeo a Onix, cubriéndolo de la energía que daño todo su cuerpo.
Snow grito de dolor mientras caía nuevamente de rodillas. No sabía cuanto más dolor podía soportar. Sentía que su consciencia iba y venía. A veces sentía ganas de vomitar antes de tragarse ese deseo y seguir luchando. Nunca antes había sufrido tanto en una batalla.
Levanto la cabeza, solo para que su sangre se helara cuando vio que los ojos vacíos y sin vida de Némesis lo estaban mirando directamente a él.
Y sin la orden de Dukhan, Némesis disparo un rayo de energía de su boca en contra del humano.
-¡Némesis, alto!- Grito Dukhan, pero cayo en oídos sordos. Ese ataque no fue una orden suya... fue algo del propio Némesis.
Viendo el ataque que iba directo hacía él para matarlo, Snow no se atrevió a cerrar los ojos. Quería hacerlo, pero no le daría a su enemigo de verlo morir con miedo.
Pero Onix pensaba diferente cuando, a una velocidad que no debería tener por su tamaño, se puso frente a su compañero, recibiendo el rayo en su espalda. El armamento recibió el impacto, siendo destruido, sus partes cayendo en pedazos al suelo.
-¿Onix...?-.
-Te lo dije una vez... perdí a un compañero... no perderé a otro- dijo Onix, repitiendo las mismas palabras que uso durante el asalto de las fuerzas de Apocolyps contra el castillo de Neathia en la batalla final de la Guerra Imperial.
-Onix...-.
-¿Así que quieren morir juntos? Esa era la idea desde el inicio, así que los complaceré- dijo Dukhan. -Dieron una mejor batalla de lo que espere. Son guerreros dignos de mi respeto, y por eso mismo, los acabaré sin dolor y con mi mejor ataque- dijo.
Onix cayo de rodillas, mirando con arrepentimiento a Snow, quien no merecía terminar así. Alguien como él merecía vivir sus sueños y tener una vida larga, no estar a punto de morir por el deseo de un villano.
Lo que más le dolía aparte de esa idea, era lo afectada que estaría Serah. Le prometió a Lightning protegerla y que no sufriría más. No pudo cumplir al detalle de esa promesa, pero al menos se contenta con saber que Serah se ha vuelto tan fuerte que puede protegerse a si misma y que no estará sola. Lightning sin duda estaría orgullosa de su hermana.
-¡Poder activado: Aguja de Dragón!-.
-¡Poder activado: Presión Gea!- Pero la carta no brillo. -¿Eh? ¿Qué pasa?-.
-La versión de Aguja de Dragón impide que actives cualquier poder defensivo o que bloquearía la activación del mío- explico Dukhan. -Esta es el adiós-.
Elevándose tan alto que tapo el sol con su cuerpo, como si fuera una especie de Dios que esta a punto de lanzar un castigo divino, Némesis comenzó a reunir a liberar partículas desde sus alas y reunir energía entre sus manos en el centro de su pecho.
No había escape. El resultado de la batalla se definió cuando Némesis detuvo el hacha de Onix.
-Oye...- hablo Snow, mechones de su cabello cubriendo sus ojos. -¿Este no sería el momento en donde obtenemos un power-up y evolucionas? ¿O tal vez tener nuestro propio Mechtogan? Yo quería uno después de ver el de Dan y Drago-.
A pesar de la situación y que ya no tenía fuerzas para luchar, Onix río. -No creo que me queden energías para usar un poder, así que dudo mucho que pueda siquiera invocar un Mechtogan. Además que no creo que hubiéramos podido, viendo que solo Drago, Vladitor y Leonidas han podido, quiere decir que debo estar al nivel de ellos para tener uno, nivel que admito en que no estoy-.
-Shun y Taylean lograron invocar su Mechtogan-.
-Ellos son los mejores después de esos 3, y no lo han vuelto a invocar desde entonces-.
La energía que reunía Némesis comenzó a tomar la forma de una esfera de energía.
Dukhan esperaba que su enemigo lo atacara mientras cargaban su ataque, que prepararan un intento de defensa o alguna estrategia mientras tanto; pero tal parece que no es eso. Ambos aceptaron sus destinos. Aunque el ataque va solo para Onix, por el daño compartido que da la arena, Snow no sobrevivirá. Tal vez no muera de inmediato, pero su destino es inevitable.
Alguien más arrogante se habría burlado, ¿pero Dukhan? Él solo vio a dos guerreros que aceptaron su destino y lo afrontarían juntos como camaradas de manera digna. Realmente es una pena que un Peleador y su Bakugan con tanto fuego y potencial como ellos terminen así; pero la vida nunca es justa y la guerra es menos, donde solo los más fuertes y aptos sobreviven.
Onix se puso de pie. Protegería a su compañero de cualquier daño hasta el último aliento, aunque no tuviera sentido, ese era su orgullo.
Más allá de lamentar la situación actual, no se arrepentía de nada. Se arrepintió durante mucho tiempo no haber protegido a Lightning, pero gracias a Snow supero ese arrepentimiento hasta aceptarlo como algo fuera de su poder, así como la situación actual.
Lucho con todo, puso su alma en cada golpe, pero no fue suficiente. Al menos se iría en una batalla y contra un oponente, que aunque hizo daño a su pueblo y sería una amenaza para sus amigos, al menos tenía un código de honor y respeto. No había mejor forma en que un Bakugan pudiera irse.
Snow suspiro, rascándose la cabeza. -Lo único que me lamento es no haberme confesado a Serah. Por eso la gente dice que no se debe guardar nada del corazón- agacho la cabeza. -Al menos pude despedirme de Camilo, aunque no pensé que fuera una despedida de verdad-.
La esfera de energía de Némesis se hizo más grande que le llegaba a la mitad del cuello. Cuando dejo de crecer, era señal de que se cargo.
-Sus nombres eran Snow Villiers y Steel Onix, ¿verdad?- Les hablo Dukhan. -Me asegurare de nunca olvidar a tan honorables oponentes-.
No hablaba con burla o desprecio para humillarlos, sino con el mayor respeto que podía hacer un guerrero a otro. No olvidarlos mientras vive era lo único que podía hacer.
Snow miro a Onix, quien también lo miraba. Para alivio del rubio, no encontró miedo, rendición o tristeza: vio una sonrisa de alegría hacía él.
-Le agradezco a Código Eve por haber cruzado mi camino contigo, Snow. Gracias amigo-.
-¡Adiós, honorables guerreros!- Se despidió Dukhan de ellos. -¡Ataca, Némesis Dragonoid!-.
Némesis libero la energía reunida reunida en su ataque más poderoso como un rayo de energía con descargas eléctricas carmesíes alrededor del ataque.
Y cuando el rayo impacto a Onix, todo se ilumino.
....................................
Después de que Caligula escapara usando un auto de huida que había preparado con antemano, Camilo se tuvo que quedar para responder unas preguntas de los oficiales, que no lo querían soltar por lo sospechoso de la historia. Como quería irse pronto, llamo a H para que viniera.
No tuvo que esperar mucho, ya que el agente de la Interpol estuvo cerca. Una vez que le conto su historia él se ocupo de los oficiales.
Pero mientras el agente hablaba, Camilo se apresuro hacía el almacén a dos cuadras de donde estaba. Las palabras de Caligula y como quería que fuera a ese lugar lo pusieron ansioso. Puede que se este dirigiendo a una trampa, pero algo dentro de él le pedía a gritos que fuera.
Cuando llegó, no encontró nada destacable. Llamo para ver si había alguien, pero no recibió respuesta, así que busco un poco alrededor, no fue difícil ya que las luces estaban encendidas.
Pero cuando una luz apareció de la nada, eso si llamo su atención.
Lo primero que vio fue a un hombre de espaldas que no reconoció, pero cuando este se dio la vuelta lo pudo ver claramente: era un hombre en sus treinta que sería apuesto si no tuviera la cabeza completamente rapada.
-¿Tu quién eres?- Camilo no reconoció a Dukhan porque era la primera vez que lo veía sin mascara.
Dukhan lo miro con ira por no haberlo reconocido, pero tras pensar un segundo, entendió el porque. -Es la primera vez que me ves sin mi mascara, ¿verdad? Aunque me enfada mucho que no reconozcas al hombre que le quitaste todo, puedo dejar pasarlo por alto hoy-.
-¿Mascara?- Repitió confundido. Aunque fuera sorprendente, conoció a 4 tipos con mascara, pero la voz del hombre... -¡Dukhan!-.
Se puso en alerta para correr. H y los oficiales no están muy lejos y sabía por experiencia propia que Dukhan no era aprueba de balas.
-No vine a pelear contigo. Hoy no es el día para que ajustemos cuentas- dijo Dukhan tras ver como doblo las rodillas para correr. -Hoy luche con grandes guerreros y no manchare su honor peleando ahora-.
-¿Luchaste? ¿Contra quien?- Miro más adelante, encontrando un cuerpo tirado, uno que no reconoció al instante por la incomoda vista.
Dukhan saco una carta en blanco, un regalo de Goodwin para que se pueda teletransportar directamente al castillo.
-Fue una batalla honorable, era digno de llamarse un Peleador Bakugan. Espero que nuestro combate sea así de bueno... pero antes de irme... Goodwin manda saludos-.
-¿Qué?-.
La carta que sostenía Dukhan brillo y desapareció.
Parpadeando los ojos por la luz, Camilo hizo la nota mental de contarle a los demás después de esto. Ahora se acercaría a ver el otro cuerpo y...
No.
Apenas dio tres pasos, reconoció enseguida quien estaba tirado.
-No, no, no, no, no- avanzo frenéticamente hasta estar al lado del cuerpo de Snow -¡Snow, no!-.
Se arrodillo y tomo con cuidado la cabeza de Snow, levantándolo del suelo. Busco cualquier herida por su cuerpo, pero no encontró nada. Se veía igual que cuando se despidieron hace casi media hora. Busco a Onix, pero tampoco lo encontró con la mirada.
Llevo dos dedos al cuello de Snow, pero apenas sintió pulso, si es que no era su imaginación provocada por el pánico. No era médico u experto en primero auxilios, así que no sabía que hacer.
Un casi inaudible susurro detuvo su agitación al llamarlo.
-Camilo...-.
El rostro del Peleador Haos se crispo.
Snow levanto sus párpados a lo más mínimo y sonrió. Su rostro estaba muy pálido y sus cabellos rubios parecieron perder el brillo que siempre habían tenido. Pero sus ojos verdes eran los mismos que cuando se conocieron por primera vez, observándolo.
-¡Snow...!- Grito Camilo con voz ronca. -¡Espera un segundo, llamaré a una ambulancia!- Saco su celular. -H esta en la zona, él...-.
Snow levanto su mano lentamente y la puso sobre su celular, deteniendo su acción. El toque de esa mano, fría pero cálida como bañada en luz solar detuvo las palabras del pelinegro.
-Me alegro... haberte visto... una última vez antes de...-.
-¡¿Qué estas diciendo?!- Lo interrumpió Camilo. No quería oír esas palabras. -¡Guarda tus fuerzas, ya vendrá la ayuda!-.
Su mente racional sabía que no era cierto, pero su corazón y alma se negaban a aceptar la verdad que ocurría frente a sus ojos. Todos los sucesos recientes habían sido tan repentinos que su mente apenas procesaba todo, pero entendía lo que pasaba, sobre todo lo que sucedía ahora.
-Esta... bien. Esto esta... bien, Camilo-.
-¡Claro que no! ¡No esta bien! ¡¿Qué te paso, Snow?! ¡¿Qué te hizo Dukhan?!- Grito frenéticamente.
La sonrisa de Snow que parecía de alguna manera satisfecha se mantuvo incluso después de escuchar los gritos de su amigo que eran prácticamente alaridos.
-¿Sabes? Yo... siempre... te admire y envidie... eran tan fuerte, tan amable... tan brillante que... no podía evitar sentir admiración... y envidia de ti-.
-¿Qué estas diciendo? Yo no soy fuerte para nada. Yo solo te ayude porque me recordaste a Leonidas, solo por capricho. No soy amable-.
-Y por eso... siempre estaré agradecido...- la mirada de Snow comenzó a hacerse vacía. -Serah me odiara por esto...- su voz, que era un susurro perdía cada vez más fuerza.
-¡Pero después se alegrara por ti y luego ambos estarán juntos!- Camilo presiono a Snow más cerca suyo. -Dan, Marucho, Shun, hasta Marduk estarán felices. Resiste-.
-Si...- el rostro de la chica que le gustaba, más el del resto de sus amigos, sus Bakugan, y de todas las personas que conoció vinieron a su mente.
Quería volver a verlos, quería bromear más con ellos, quería besar a Serah, quería, quería...
https://youtu.be/L0a9ihJhL2g
-No quiero morir...- dijo con lágrimas en sus ojos.
-Y no morirás- Camilo presiono más la cabeza de Snow contra su pecho. Sus ojos se estaba llenando de lágrimas. -Por eso debes vivir. ¡Vive!-.
Las lágrimas finalmente cayeron de sus ojos, pasando por sus mejillas como cascada hasta el rostro de Snow, cuyos ojos estaban casi cerrados, pero se abrieron un poquito al sentir las gotas caer.
-Camilo... ¿donde estas? No puedo verte...-.
Cuando una persona moría, sus sentidos se iban apagando lentamente. El oído era el último en desaparecer junto con la persona.
Camilo se inclino más hacía delante y rodeo la cabeza de Snow con su mano izquierda. Sus lágrimas seguían cayendo en él, una tras otra.
-Estoy aquí, justo aquí-.
-Si...-.
Snow parecía estar mirando algún lugar lejano mientras se aferraba a lo poco que tenía de vida. Aun cuando era inútil, quería vivir un poco más, un segundo más.
-Si. Te veo... brillando intensamente en la oscuridad... como una estrella... como las estrellas que veía cada noche de niño en el orfanato-.
Cada palabra que decía Snow tocaba el alma de Camilo, quien en el fondo, si existía algún Dios, le rogaba que hiciera un milagro. Que si este mundo tenía algo de justicia, ayudara a quien no debía morir.
-Seremos amigos... eternamente, ¿verdad?-.
-Si. Seremos amigos para siempre, no importa que-.
-Entonces no hay problema... porque si volviera a renacer... volveremos a ser amigos-.
La mano de Snow casi se cae, pero Camilo dejo caer su celular para agarrar su mano entre la suya.
-Envuelve... este triste mundo... como las estrellas del... cielo nocturno...-.
La mano que sostenía se deslizo y cayo al suelo. El sonido que hizo al caer resonó en los oídos y alma de Camilo.
-¿Snow?-.
Camilo miro el rostro de su amigo, pero eso lo termino por romper: Snow estaba sonriendo. Tenía los ojos cerrados y una sonrisa satisfecha en su rostro, como si estuviera feliz.
-Snow...- lo tomo de los hombros y comenzó a sacudirlo suavemente. -No juegues conmigo- negándose a aceptar la realidad, lo siguió llamando y sacudiendo. -Snow, Snow, ¡Snow! ¡Snow! ¡SNOW!-.
Pero él no abrió los ojos, no respondió, su sonrisa siguió manteniéndose.
Al final, Camilo tuvo que afrontar la realidad.
Y lo único que se escucho en el almacén fue un grito desgarrador combinado con llanto.
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