
Capitulo 44: Trampa
https://youtu.be/cZ6ygr-f0ew
(Cuando la música comenzó a sonar, los símbolos de los elementos Bakugan pasaron como guiados por el viento hasta aparecer el símbolo de los seis atributos juntos, y adelante apareció el titulo)
Tal como gotas de lluvia que caen sin rumbo, sin fijar dirección.
(De noche, Dan ve la luna con algunas hojas llevadas por el viento pasando. Las hojas pasan cerca de su rostro, que se alzo al frente con ojos llenos de determinación. En una toma diferente, se ve a Camilo de espaldas a Dan, quien bajo la mirada con algo de tristeza. Se ve por unos instantes el domo de acceso al Interespacio de día)
¡Nuestros sentimientos siguen el camino que eligen!
(Luna mira a la luna con tristeza, para ver a Marduk ponerse a su lado y sonrió. De manera consecutiva se ve al resto de peleadores: Shun sentado en la rama de un árbol, Snow chocando sus puños con una sonrisa, Marucho tecleando en su computadora, Felipe de pie en una arena de combate, Page, Rafe y Serah hablando hasta ver hacía adelante).
Un negro amanecer, verás que pronto llega. Pronto vendrá...
(Goodwin, usando una armadura de plata encima de su traje camina por los pasillos del castillo, su capa blanca ondeo. Paso al lado de Kazarina, quien sonrió cruelmente al verlo. Se ve desde abajo y subiendo rápidamente el oscuro castillo, hasta la punta, donde Goodwin estaba de pie, a su izquierda estaban Kazarina y Sellon, y a su derecha, Anubias y Caligula. Los cuatro con sus Bakugan).
(Se ve una imagen dividida de la Puerta y la Llave que tienen Dan y Drago).
Los pedazos de este sueño solo pueden causar dolor. Incluso llegar a tener miedo a creer.
Selen lanzo un rayo de luz que Fury aparto fácilmente retrocediendo en el aire. Vladitor se acerco a Fury y choco su espada con las cuchillas de su enemigo, soltando chispas. Caligula tenía una mirada de oscura excitación al ver la batalla).
¿Qué marca, yo dejaré en este mundo junto con mi decisión? Yo quiero saber...
(H y Abbott miran al cielo azul con una mirada preocupada. Abbott y H se miran, asintiendo y el segundo se retira. El escenario cambia al Interespacio, donde Lumagrow salta en el aire y el cielo es rojizo).
Superándome a mi mismo se que yo volveré a nacer. ¡La fe es lo único que me podrá fortalecer!
(Xerxes choca sus armas con las garras de Lumagrow en un combate intenso donde ambos caen en el aire. Al mismo tiempo, Horridian esquivo una flecha, e Artemis cargaba en su arco otra flecha que disparo al mismo tiempo que Horridian lanzaba rayos de energía de sus bocas, creando una explosión al chocar. Entre las llamas de la explosión, Lirian desvía los ataques de Isis mientras ambas pelean en el aire).
¿Qué marca, yo dejaré en este mundo junto con mi decisión?
(Drago hace a un lado las llamas mientras ve como un ejercito de Bakugan Caos se acerca a él. Onix, Wolfuro y Boulderon se alzaron con su armamento y Bakunanos respectivamente. Secuencialmente, se ve el ojo de Leonidas cambiar de su color normal a un tono rojizo, a Ginebra viendo el amanecer, a alguien usando una armadura oscura, un cuerpo en el suelo con un agujero en el pecho y sangrando y a Morgan con las manos juntas como si estuviera rezando).
¡La oportunidad llegara!
(En un destello, se ve a Camilo abriendo los ojos y la imagen lo rodea para ver que estaba de pie frente a Goodwin. En su espacio oscuro, el Dragón Carmesí extiendo sus alas para que en otra toma, se vea a un individuo de armadura negra de espaldas viendo al horizonte desde el castillo negro de Goodwin con su capa roja ondeando).
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Dos días después de la boda, es cuando todos los Peleadores y sus aliados de otros mundos se reunieron. Necesitaban conseguir pistas que culparan a Goodwin de lo que pasaba, o al menos de ponerlo en una situación que lo ponga en peligro ante las autoridades, sin que los afecte a ellos.
-De acuerdo. El plan es bastante simple y fácil, así que no deberá haber complicaciones. Los reunimos a todos para mantenerlos informados- dijo Luna, liderando la reunión, al ser quien mejor conoce a su padre y la compañía de todos los presentes. -Esto...- mostro en la mesa digital de la sala, un plano. -Son los planos del edificio de Compañía Win. El edificio tiene 61 pisos, sin contar los subsuelos. Los primeros 30 son para trabajos de oficina y marketing. Los otros 20 son de trabajo de economía y los otros 10 están negados a cualquiera excepto mi Padre o personal autorizado... en el que me incluía hasta hace unos meses. El último piso es la oficina principal de Goodwin-.
-¿Dices que puede haber algo jugoso en uno de esos pisos?- Pregunto Snow, apoyado en la pared cerca de la puerta.
Luna asintió. -Los primeros cinco de esos pisos no nos interesan, pero son los siguiente cinco en donde puede haber algo importante. Son esos últimos cinco en donde puede haber algo. Pero como dije, no he estado en ese edificio en meses, así que puede que mi Padre borrara cualquier información, pero vale la pena investigar-.
-¿Y como propones que entremos?- Pregunto Shun, sentando en una de las sillas de la mesa.
-Yo entraré- dijo John, dando un paso adelante.
-Cuando vi que su amigo marciano es capaz de atravesar paredes como fantasma, inmediatamente supe que su ayuda sería valiosa. John entrara e inspeccionara las computadoras centrales y buscara en los registros cualquiera cosa incriminatoria. Transacciones ilegales, sobornos. Cualquier cosa que parezca incriminatoria- explico Luna. -Aunque eso solo servirá para mantener a Goodwin bajo lupa, y no durará mucho. Cuando termine, irá a la computadora personal de Goodwin que esta en la oficina, y buscara cualquier información del Proyecto Haou-.
-¿Y como la haré para enviarla? Puedo traspasar paredes porque cambio la densidad de mi cuerpo, pero no puedo hacerlo con objetos. No puedo transportar ningún Drive- destaco John.
Luna no sabía ese detalle, pero ya se esperaba un imprevisto. Una opción era enviarle cualquier información a su correo, pero esta el riesgo de que puedan registrar el envío de información hasta ella, lo que los metería en problemas legales, como mínimo.
-¿Y si metemos a alguien adentro?- El que sugirió eso fue Tristar.
-¿A que te refieres?- Pregunto Wolfuro.
-Si John no puede traspasar objetos con él, entonces alguien debería más debería llevar una de esas cosas en donde guardan información y traerla-.
-Eso... tiene sentido, de hecho- dijo Leonidas, impresionado por que semejante idea se le ocurrió a Tristar. -Supongo que hasta los tontos tienen buenas ideas de vez en cuando...-.
-Gracias... ¡oye, ¿qué quisiste decir con eso?!-.
-¿Pero quien?- Pregunto Camilo, antes que su compañero y el de Marucho fueran a una discusión. -Tienen cámaras de seguridad y para entrar se necesita una tarjeta especial de empleado-.
-¿Goodwin no te dio una de esas tarjetas para cuando fueras a verlo cuando te llamaba?- Pregunto Snow.
Eso... era cierto. Con todo lo que paso, y que no ha visto a Goodwin en persona desde la opera, Camilo se había olvidado de esa tarjeta. Debe tenerla guardada en alguna parte, tendrá que buscarla después.
-Si tienes una, ayudará mucho, y sobre las cámaras, se pueden hackear. Marucho y yo podemos hacerlo- dijo Luna, y Marucho asintió. Nunca había hackeado cámaras antes, pero no debe ser difícil. -Aunque aun esta la cuestión de quien entrara, porque esa persona debe quedarse hasta que todos los empleados se hayan ido, y debe saber evadir a los guardias-.
-Yo lo haré- se ofreció Shun tras escucharla. -Soy quien mejor sabe moverse de manera sigilosa para evadir a los guardias, y puedo ubicarme rápidamente en el piso que al que necesitamos ir-.
Nadie ofreció protesta. Por su entrenamiento ninja y habilidades naturales, Shun era la mejor y única opción buena para esta misión de sigilo.
-En ese caso es perfecto. Nuestra mejor oportunidad es hacer esto esta noche, ya que mientras más nos demoramos, más oportunidad de acción tendrá Goodwin- dijo Luna, al ver que todos estaban de acuerdo.
-Suena a un plan- dijo Dan, quien no entendía de estas cosas. Apenas si recordaba las fórmulas matemáticas de la unidad que estudiaba actualmente.
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La reunión termino y los Peleadores comenzaron a salir de la sala. Esta reunión fue para informar y planear un plan que trabaja en proceso. Mientras Serah pedía la información y John la estudiara para ver si era compatible que usara sus poderes en ella.
-Snow- Serah se acerco al rubio, quien se detuvo y se giro de inmediato al escuchar su nombre ser pronunciado de los labios de la pelirosa. -¿Tienes un momento?-.
-¿Qué necesitas?- Pregunto el rubio.
-Quiero que ayudes a Page y Rafe a entrenar. Las luchas contra los Bakugan Caos les han ayudado a aprender algunas cosas, pero creo que aprenderían más al enfrentarse a alguien con experiencia- dijo Serah. -¿Crees poder? Si no puedes...-.
-¡Claro!- Respondió al notar lo tímida que se volvía. No lo diría, pero se veía linda siendo tímida, aunque le gustaba más verla en su lado fuerte. -No tengo problemas, de hecho, no tengo nada que hacer en todo el día-.
Eso no era del todo cierto. H quería hablar con él a la tarde para el asunto de ser un posible agente de la Interpol. De la última vez que hablaron del tema, el superior de H, el agente M, sonaba interesado en él; pero eso era en la tarde. Aun tenía tiempo.
Además que esto le ganaría puntos con Serah.
-¡Gracias, Snow!- Dijo la chica, sonriendo radiantemente. Snow quiso tomarle una foto y guardar esa preciosa sonrisa.
-¿Qué nos vas a enseñar?- Pregunto Page, acercándose a ellos junto a Rafe. -Viendo como no han podido solos con estos Bakugan Caos, dudo que tengas algo que enseñarme-.
-No seas irrespetuosa, Page. El maestro Snow es uno de los héroes que lucharon en la guerra. Él sabe más que nosotros- reprendió Rafe la actitud de su compañera.
-¡Ja!- Page no parecía querer cambiar de idea.
Snow miro a Onix en su hombro. -¿Qué dices, amigo? ¿Les enseñamos a estos novatos de que somos capaces?-.
-Cuando era compañero de Lightning en el ejercito, uno de mis pasatiempos era limpiar el piso con novatos engreídos. Hagámoslo-.
-De acuerdo. ¡Al Interespacio!-.
Serah debía admitir que Snow se veía lindo cuando estaba emocionado.
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(Con Goodwin)
Rex estaba en su oficina, ocupándose de sus asuntos como líder y dueño de su propia compañía. Aunque tenía planes que pronto iban a salir a la luz, no podía descuidar en ningún momento su tapadera como el dueño de su empresa para no generar sospechas innecesarias.
Aun con eso, sabe que los Peleadores saben que él es el culpable de los Bakugan Caos y todo lo demás, pero saberlo y demostrarlo son dos cosas diferentes. De seguro su hija les esta ayudando a idear un plan para tener evidencia en su contra, tal vez lo hagan esta noche, porque saben que no tienen mucho tiempo antes de su siguiente movimiento.
El ascensor que era la única entrada y salida de su oficina (sin contar las escaleras de emergencia que estaban ocultas) se abrieron, dejando pasar a Caligula.
-¡Estoy aburrido!- Exclamo el hombre. -¡Rex, estoy aburrido! ¡¿Cuando quitaras tu culo de esa silla y vamos a atacar?! Entiendo que quieres esperar hasta recuperar el número de Bakugan Caos que se perdieron en el primer ataque, ¡pero ya me estoy cansando de esperar! ¡Quiero acción!-.
-¿No te basta con las prostitutas que te coges cuando no te veo?- Pregunto Rex, sin quitar la mirada de los documentos que firmaba.
-Sin divertidas, si, pero hasta eso tiene un limite. ¡Quiero pelear!- Estrello su puño contra el escritorio. Los papeles y lápices brincaron por el golpe. -Y no soy el único que esta impaciente. El niño rabioso de Anubias y Fury también piensan igual-.
-El momento de que la siguiente batalla esta cerca, solo deben esperar un poco más... pero por suerte para ti, te tengo una misión un tanto diferente de lo usual-.
-¿Oh?- Caligula se mostró interesado. -¿A quien quieres que mate esta vez?-.
-A nadie... de hecho, quiero que juegues al gato y al ratón con nuestro objetivo-.
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(Un par de horas después)
-No puedo creer como nos humillo ese humano...-.
-Te dije que no debíamos subestimarlo-.
-¿Cómo estas tan calmado? ¡Te patearon igual que a nosotros!-.
-Por que yo sabía que no podía ganar, y además, esta practica me dio ideas al enfrentar a un enemigo de gran tamaño-.
Page y Rafe conversaban en una de las habitaciones de centro de la casa de Marucho, de como Onix venció fácilmente a Wolfuro y Boulderon. O mejor sería decir que Page se quejaba por lo humillante que fue que ella y su compañero eran derrotados. No le molestaba perder, ha perdido varias veces antes, lo que la molestaba era lo fácil que fue vencida.
-Deberías dejar de quejarte- dijo Boulderon en el hombro de su amiga. -Puede que somos buenos, pero la Comandante Serah lo dijo: aun nos falta experiencia. Onix y Snow nos ganan en experiencia y talento, además que he escuchado que Onix es uno de los Bakugan más fuertes de Neathia-.
-Así es. Goredem y Hakwtor hablan bien de él- dijo Wolfuro. -Pero a pesar de como fue, fue satisfactorio entrenar con un héroe de guerra de mi mundo. No hemos tenido mucho tiempo para entrenar con los Peleadores-.
Desde que llegaron, no tuvieron el entrenamiento "estandar" que esperaban, del típico combates de práctica y consejos. No. Debido a la situación de los Peleadores, han tenido que ayudarlos a derrotar a otros peleadores y Bakugan Caos. No ha sido malo, porque les dio la posibilidad de luchar contra los peleadores de la Tierra, cuyo nivel era igual a cualquier Neathiano o Gundaliano, o incluso superior, lo que daba sentido el porque Gundalia los reclutaba/secuestraba para apoyarlos en la guerra.
Tampoco le han faltado consejos de como mejorar ciertos movimientos, y ver a los Peleadores luchar les hizo entender la diferencia que había entre ellos, que aunque fueron los mejores de su régimen, seguían siendo novatos, con héroes de guerra que han pasado por cosas que apenas pueden imaginar.
-Oh, hola chicos- ambos jóvenes vieron al agente H acercarse a ellos, saludándolos con una sonrisa.
-Hola- devolvieron el saludo.
-¿Cómo les va?- Pregunto cortesmente.
-Bien, dentro de lo que cabe- dijo Page, dejando el codo encima de la mesa y apoyando su mentón en la palma de su mano, suspirando aburrida.
-¿Qué viene hacer aquí, sir H? ¿Problemas?- Pregunto Rafe con educación. No habían interactuado palabras con el hombre más allá de cuando se presentaron, pero sabía que él era algo así como un agente para el país.
H sonrió al escuchar llamarlo "Sir", como si fuera una especie de caballero o noble. El chico ya le gusto. -Nada de eso, solo vine a hablar con Marucho sobre si tiene alguna seguridad en el sistema del Interespacio, porque entre los del gabinete, hay mucha habladuría- explico. -Aunque no es nada serio, al menos no todavía-.
Ambos chicos asintieron.
-Por cierto, ¿han visto a Snow?- Pregunto el rubio.
-Se fue hace unos minutos, parece que tenía algo de prisa- respondió Rafe.
-Es una lastima, quería hablar con él sobre unas cosas y mi teléfono se hecho a perder desde hace unas horas- se encogió de hombros. -Bueno, hablaré con él mañana-.
Con una despedida algo informal, el agente se despidió de los chicos y siguió su camino. Después se reuniría con Abbott, ya que parece que Peterson esta haciendo algo, aunque él no se preocupa mucho. Le hubiera gustado hablar con Snow más tarde, el chico le recuerda a él en el buen sentido, pero ya será otro momento. No es como si algo pasara.
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Luego de que limpiaran el piso con Page, Boulderon, Rafe y Wolfuro, y de darles unos consejos de como enfrentarse a ciertos enemigos y ganarse el respeto de ambos, Snow sintió un deseo extraño en él de charlar con Camilo. No es que no charlara con él todos los días o tuviera algo importante que decir, simplemente quería charlar. Con todas las cosas que han sucedido, no han tenido tiempo para conversar como los mejores amigos que eran.
El lugar que eligió para la reunión era un restaurante para dentro de un centro comercial. Eligió el lugar porque quedaba justo al lado de la oficina donde se reuniría con H, pero aun tenía tiempo.
El restaurante era uno sin paredes, permitiendo la vista de las otras tiendas y de las personas que pasaban. Las mesas y sillas estaban hecha de madera, al igual que el suelo y el techo, que estaban hechos de tablas. El techo era alto y tenía y colgaban lámparas de araña barata que estaban apagadas por ser de día, el espacio era grande, suficiente para que haya 20 mesas, en donde la mitad tenía dos sillas y la otra mitad 4. El mostrador estaba a unos diez pasos de las mesas, donde dos personas atendían y detrás de ellos se podía ver la cocina con los cocineros trabajando con las típicas redes en sus cabezas.
Aparte de él, habían pocas personas. Un par de parejas jóvenes, dos familias con hijos, y una pareja de ancianos.
Tras diez minutos y rechazar a dos camareros por si pediría algo, llegó Camilo.
-Lamento la tardanza, es que me sorprendió mucho que llamaras-.
-¿Ocupado?- Pregunto con una sonrisa y levantando las cejas de forma sugerente.
Camilo rodó los ojos al entender el trasfondo de la pregunta. -No es eso, solo que estaba arreglando y votando un poco de cosas que tengo guardadas y ya no uso- se tendió en la silla reservada a él. -Pero es raro que me llamaras, ¿no estabas con Rafe y Page?-.
-Los derrote rápido. Los chicos tienen talento, pero les falta madurar- respondió arrogantemente.
-Tu tampoco eres un gran experto. Solo llevas un año como Peleador-.
-Una guerra y un año. Eso ya me da bastante ventaja comparado a ellos- corrigió. -Y lamento llamarte de imprevisto, es solo que han pasado varias cosas locas que no hemos tenido tiempo para charlar como amigos-.
Camilo asintió de acuerdo. Con las cosas que han sucedido, no han tenido mucho tiempo para descansar. Lo máximo fue lo de la boda de su hermano con la hermana de Julie (asunto que mantiene en secreto por ahora de los demás).
-Aun así...- Snow se cruzo de brazos y reclino su espalda en la silla, mirando el techo del restaurante. -Si que han pasado muchas cosas en estos años. Nunca imagine que viajaría a otro planeta el año pasado a luchar una guerra por el destino del universo- suspiro con nostalgia. -De hecho, nunca imagine lo que haría el día siguiente cuando aun era un pandillero, ¿te acuerdas?-.
-¿Cómo olvidarlo? Tenías una actitud bastante diferente: eras más serio, cerrado, agresivo e irritante incluso- recordó el pelinegro con diversión. -Cada vez que intentabas acercarme a ti para hablar me rechazabas con un manotazo, eras bastante terco. No, aun lo eres-.
-No eres quien para decir eso- refuto, para luego sonreír. -Pero tienes razón en todo lo demás. Y al final lograste acercarte a mi, y míranos: somos mejores amigos-.
-Después de que nos dieran una paliza por tu cruz-.
-Las buenas amistades se forjan a puños-.
Ambos se rieron.
-La verdad, es que hay algo que he querido preguntarte durante mucho tiempo, Camilo- dijo Snow, reflexivo. -Nunca nos habíamos visto antes, pero después de que vieras como unos matones me golpearon y me ayudaste, te acercaste a mi cada que podías, a pesar de que te rechazaba de manera grosera. Dijiste que era porque te recordaba a alguien. Era a Leonidas, ¿no?-.
-Si- confirmo Camilo. -Perder a Leonidas me dolió mucho, nunca pude superarlo por completo, ya que Leonidas me ayudo a descubrir una parte de mi que no sabía que tenía. Cuando te vi, me recordaste de inmediato a él cuando lo conocí. Puede que haya sido por egoísmo, pero al verte reflejado en Leonidas, creí que ayudándote me ayudaría a superar su muerte, o tal vez sentirlo más cerca. En cierto sentido, te utilice, por lo que me disculpo por eso-.
-Y debido a eso cambiaste mi vida. Sin ti, seguiría siendo un pandillero más, no. Lo más probable es que ya me hubiera metido a alguna mafia y estaría en las drogas o baleado. Fue gracias a ti que ahora tengo una verdadera vida de la cual estar orgulloso-.
-¿A que viene eso?-.
Camilo se sentía feliz de escuchar lo importante y valioso que fueron sus acciones para Snow, pero escucharlo en ese tono, aunque lo elogiaba, por alguna razón, también lo hacían sentirse incómodo. En un mal sentido, sino en que le daba un mal presentimiento. Como un agujero que comenzaba a formarse y no se pudiera ver el interior.
-Solo que creo que nunca te di las gracias como se debe. H quiere que me vuelva un agente como él, ¿sabías? Haciendo misiones por el mundo, viviendo al máximo. Tendré muchas historias que contarle a los niños del orfanato- el rubio se mostraba emocionado por las posibilidades de su futuro que le aguardaban. -Así que después de superar todo este asunto del dragón y de Goodwin, tal vez me vaya de viaje a entrenar. Seguramente será difícil, por lo que no tendré muchas oportunidades de vernos-.
-¿Significa que dejarás de ser un Peleador?-.
-¡Dios, claro que no! Soy un Peleador Bakugan de principio a fin. Aun si estoy en misiones, estaré disponible para cualquier batalla. De hecho, me dejarán seguir con Onix. Tener un Bakugan cubriéndome las espaldas ayudará mucho a las misiones, aunque H me dejo claro que las misiones de infiltración no son mías-.
Su conversación se detuvo cuando un mesero llegó, y fue cuando ambos se dieron cuenta que tenían hambre, por lo que ordenaron. Snow pidió una chuleta con papas fritas mientras que Camilo pidió un arroz, también con papas fritas. Posteriormente, los dos amigos se clavaron en una conversación distendida y amena, en donde conversaban de cualquier cosa, desde cosas rutinarias hasta tácticas de batalla Bakugan.
La atmósfera que se respiraba en su mesa era bastante amistosa y acogedora. Ambos conversaban como si fueran dos amigos que no se han visto en años y se están poniendo al día.
Entre charlas y comer, terminaron en una hora. Snow pago todo al ser quien invito y charlaron un rato más, hasta que una alarma del celular del rubio los interrumpió.
-Es la alarma que me avisa 10 minutos antes de mi reunión. Ya tengo que irme- se puso de pie, seguido por Camilo, y fueron hacía la salida.
-Agradezco la invitación y la comida. Creo que tantas cosas que han estado pasando, lo necesitaba-.
-Cuando quieras, viejo. Por cierto, ¿y Leonidas?- Pregunto al notar que desde que Camilo llegó, no había visto a su compañero Bakugan.
-Se quedo en casa cuando dije que solo iba almorzar contigo y volver. Estaba más entretenido viendo una telenovela que venir-.
-Leonidas... ¿ve telenovelas?- Parpadeo, entre confundido y un poco perturbado. La imagen del poderoso y rudo Bakugan viendo telenovelas era una imagen difícil de hacerse.
-Un gusto que adquirió de mi Madre- sonrió al notar la cara de Snow. Puso esa misma cara cuando lo noto por primera vez. -Gracias por regalarme unos momentos de normalidad, Snow. Los necesitaba antes de atacar a Goodwin-.
-Cuando quieras, viejo-.
Con un ademán de mano, Snow y Camilo se fueron por caminos opuestos. Camilo iba a mitad de camino para dirigirse a la salida del otro del centro cuando tuvo el impulso de volverse sobre su hombro y dirigirle una última mirada a Snow, quien estaba caminando con la actitud de una persona que camina hacía su objetivo con calma. Su espalda grande y ancha inspiraba confianza y optimismo. Ese mal presentimiento que tuvo cuando Snow le daba las gracias se hizo más grande.
-¿Qué es lo que siento?- Se quedo estúpidamente parado, la mirada fija en Snow hasta que este salió por la otra salida del centro comercial. -No lo entiendo. Lo volveré a ver más tarde para ejecutar el plan de Luna. ¿Por que se siente como un adiós definitivo?-.
No soportando la extraña sensación que atormentaba su pecho, camino a paso apresurado hacía donde se fue Snow, pero un disparo al aire lo asusto, así como al resto de personas en el área y probablemente en todo el centro. El disparo vino detrás suyo y al girar, vio a un adulto de treinta y tantos de cabello castaño oscuro, piel algo morena qué vestía un traje ajustado de rojo y tenía un rifle en cada mano y disparaba al cielo.
-¡Hola, hola!- Grito maniáticamente Caligula. Y para mayor susto de Camilo, lo miro directamente a él. -¡Hora de jugar al gato y al ratón! ¡Corre ratoncito, corre!-.
Y en cuanto las armas de Caligula le apuntaron, Camilo corrió tan rápido y lejos como pudo del lunático, que lo persiguió.
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Ajeno a lo que ocurría en el centro comercial después de que se fue, Snow cruzo las puertas del edificio en el que se reuniría con H. Apenas ingreso, supo que algo andaba mal.
¿Por que lo decía? Porque de todos lugares para reunirse, el interior de un almacén no era uno que elegiría.
-¿Será esto una broma?-.
-Claro que no- una voz le respondió en la oscuridad, y las puertas detrás suyo se cerraron. -Es venganza-.
Las luces del almacén se encendieron, dando más claridad al lugar. El almacén por fuera parecía un edificio cualquiera, pero por dentro era del tamaño de una casa pequeña con paredes grises y luces en el techo, que era de una altura de 4 metros.
Y en el centro, había una figura que Snow no reconoció, porque nunca se encontró con él cara a cara.
-Snow Villiers, ¿no? No puedo decir que tu nombre se me sea familiar- dijo Dukhan, con las manos detrás de la espalda, mirando al humano.
-¿Y tu quien eres...?- Pregunto Snow con bastante calma a pesar de la tensión obvia, y que todo el lugar gritara trampa.
-Nunca nos conocimos en el campo de batalla, pero estoy seguro que debes reconocer mi nombre. Soy Dukhan, fui uno de los generales de Lord Apocolyps durante la Guerra Imperial-.
Snow abrió los ojos, que brillaron con reconocimiento. -Si... te conozco. Camilo y Leonidas te patearon el trasero-.
-Una humillación que me dejo marcado para siempre en más de una manera, pero que pienso devolverle el favor... empezando contigo-.
Onix, que todo este tiempo ha estado escondido en el bolsillo de la chaqueta de Snow, se revelo, flotando delante de la frente de su compañero. Entendía la situación en la que estaban, y lo que ocurrirá.
-¿Qué haces aquí? Se supone que nos reuniríamos con H. ¿Cómo llegaste a la Tierra?-.
-Mis nuevos asociados tienen muchas herramientas y trucos, entre las que están copiar una voz por llamada. La verdad, estoy sorprendido de que funcionara tan bien, viniste directo y sin sospechar. O eres más estúpido de lo que creí, o realmente debes confiar en esta persona-.
Snow frunció el ceño, pero no se dejo provocar por el insulto de Dukhan. -Ya me tienes aquí, ¿ahora que? ¿Es por Claire? Nos contó de su batalla y como Lionel acabo con tu compañero-.
Dukhan se enfureció al recordar como esa chica debilucha y su Bakugan que había entrenado por un tiempo fueron los responsables de su segunda derrota humillante y la muerte de su compañero. Pero no lo demostró. Un apretón duro de manos, pero nada más.
-Mi arrogancia fue la perdición, y Ionia pago el precio, pero tuvo una muerte digna de guerrero, que es la única razón por la que no voy en contra de esa chica. No, hoy, tu eres mi objetivo-.
-¿Qué dijiste?- Exhalo.
-Una de las enseñanzas de mi Lord, fue que para acabar con un enemigo no tienes que atacar su cuerpo, sino su corazón. Destruir lo que más aprecia frente de él, antes de darle el golpe final- Dukhan abrió y cerro su palma. -Camilo Navas y Leonidas me humillaron, quitándome mi honor, y pienso recuperarlo derrotándolos. Pero no seré clemente. Ese bastardo debe pagar por ser responsable de la muerte de mi señor. Haré que sufran antes de destruirlos... lo que nos lleva aquí- miro directamente a los ojos del otro rubio.
-Quieres matarnos- dijo Onix sin rodeos.
Asintió. -La muerte de un camarada siempre causa una baja en la moral de un equipo, sobre todo si es un miembro muy importante, tanto profesional como personalmente. Matarlos no solo ocasionara un gran dolor a Camilo Navas, sino que bajara la moral de los Peleadores, dejándolos débiles para el momento de atacar, y perderán a un miembro más de su grupo-.
Snow ahora supo en el peligro que estaba. Este tipo no quería derrotarlo, lo quería muerto. No importa las razones por la que lo hiciera, no se dejaría matar. No solo por el hecho de no querer morir, sino que finalmente su vida tenía sentido. Tenía amigos que consideraba familia, una chica que le atraía, buena reputación, y un emocionante futuro. Tenía mucho por lo que vivir.
-Lo siento, pero no esta en mis planes morir próximamente- dijo con un tinte de humor para calmar los nervios que sentía. Estudio a su oponente, buscando cualquier pistola o cuchillo que tuviera.
Dukhan debió haberse dado cuenta de lo que buscaba, porque se apresuro a aclararlo: -No traigo armas de ningún tipo conmigo. Aunque soy un guerrero, y se nota que eres un peleador, no eres un guerrero, por lo que no sería una pelea justa. Y como ambos somos Peleadores, lo arreglaremos de la única manera que sabemos-.
-¿Una batalla? ¿Con que Bakugan?- Pregunto Onix, tal vez intentando burlarse de su enemigo al no tener un compañero, y él no sería derrotado por un Bakugan Corrupto cualquiera.
-Por el arma creada por mi ama, diseñada únicamente para traer justicia a los asesinos del gobernante del universo- con un movimiento de mano, una esfera mayormente negra con toques rojizos salió de la manga derecha de Dukhan hasta su mano, donde la sujeto entre dos dedos. -Pero este no es un buen escenario para una batalla-.
Levanto su brazo izquierdo, donde Snow vio que tenía una especie de pulsera, pero que no pudo visualizar bien, porque de la pulsera salió una enorme luz blanca que lo cegó y a Onix durante unos segundos.
Cuando abrieron los ojos, ya no estaban en el interior de un almacén.
Ahora estaban en alguna clase de arena de combate. La arena era una parecida a las del Interespacio, pero con forma cuadrada. Debajo de las plataformas en donde estaban de pie, corrían mares de arena que avanzaban y caían por un borde como si fuera agua cayendo a una catarata. En los extremos del espacio a su alrededor, habían estatuas de la primera forma de Gorem de la cintura para arriba, cada estatua golpeaba el suelo con una mano al mismo tiempo que levantaba la otra, repitiendo el proceso con las otras, generando pequeños temblores que se sentían.
-¿Dónde diablos estamos?- Pregunto Snow, viendo a su alrededor. Parecía una clase de arena de combate, pero una que nunca había visto.
-Esta es una arena que... mis "aliados" me prestaron para este momento. Un escenario perfecto para tu última batalla- explico Dukhan. -Considerarlo una cortesía de guerrero-.
-Gracias- dijo con sarcasmo.
Snow y Onix se miraron. Esta era una batalla en el que se jugaban la vida, por lo que no podían perder. No sabían que clase de nuevo Bakugan tenía Dukhan, ni siquiera conocían como peleaba, ya que nunca se lo encontraron en la guerra. A pesar de todas esas desventajas, no podían adrementarse.
-¿Listo, compañero?-.
-Estoy contigo, Snow. Siempre- respondió el Bakugan, cerrándose en esfera y saltando a la mano de su Peleador.
Snow no lo diría abiertamente, pero estaba agradecido por cualquier deidad por hacerle tener un compañero como Onix. Puede que al inicio su relación fuera de necesidad, pero el tiempo y pasar tiempo juntos reforzó su lazo hasta hacerlos verdaderos amigos y compañeros de pelea.
-¡Bakugan pelea! ¡Bakugan surge! ¡Surge, Steel Onix Subterra!-.
Dukhan se permitió un segundo de observar al Bakugan enemigo. Tenía una apariencia humanoide, su piel era bronceada, como la de un hombre expuesto por horas al sol durante muchos días y cabello rubio que le llegaba hasta el cuello. Tenía una armadura de metal plateado con dibujos de alguna clase de color café, y un casco con dos cuernos apuntando hacía arriba. Tenía un hacha de combate que se llevo al hombro.
Tenía una apariencia digna de un guerrero, sin duda los ataques físicos eran lo suyo, y esa hacha era su arma principal, pero también era seguro suponer que sabía pelear sin ella.
-Apariencia imponente, sin duda... pero hace falta más que eso para asustar-.
-¿Por que no traes a tu Bakugan entonces?- Reto Snow.
-Es de respeto que intentes ocultar tu miedo detrás de un humor molesto, pero a últimas instancias, inútil, pero te complaceré- Dukhan tomo la esfera en su mano. Su corazón martilleaba de emoción ante lo que vendría, la expectativa por ver en una verdadera batalla la creación de su ama era difícil de contener... hasta ahora. -¡Bakugan pelea!-.
La esfera fue lanzada y reboto un par de veces antes de desacelerar y abrirse frente a Snow.
-Bakugan surge-.
Un tornado de fuego se libero cuando la esfera se abrió como preparación para el surgimiento de la criatura. Onix tenso sus músculos, listo para un movimiento ofensivo o defensivo. Un Bakugan que liberaba energía de su atributo, como este tornado de fuego, quería decir que no era uno normal.
-¡Asciende, Némesis Dragonoid Pyrus!-.
El tornado se esfumo, dejando pequeñas ascuas en el aire para desaparecer. En su lugar, una figura draconica con cuerpo humano se presento delante de Onix y Snow. Ambos abrieron los ojos, no por la apariencia, sino por a quien se parecía.
-¡¿Drago?!- Exclamo Snow asombrado.
Onix fue menos apresurado en su reacción, observando al Bakugan frente suyo. Sin duda se veía a Drago, era igual a Drago, o al menos, igual a Blitz Dragonoid. Habían ligeras diferencias, como que el rojo de su cuerpo era de un tono más oscuro, las partes blancas de su armadura eran negras y las partes doradas eran de un tono más oscuro. No tenía la gema verde en su pecho que Drago si tenía, y lo más importante... sus ojos.
Al ver a los ojos de este Némesis, no vio nada. No vio emoción, ni ira, miedo, nada. Como si esta criatura no tuviera alma. Como si fuera puro instinto.
Cuando los pies de Némesis tocaron tierra y sus ojos vieron a Onix, soltó un pequeño pero audible gruñido bestial, como el de un depredador al ver a su siguiente presa. Esa comparativa aumento más cuando el dragón, sin ordenes de su peleador, se lanzo hacía él.
Ya esperando algo así, balanceo su hacha, pero en vez de hacer un típico movimiento descendente, agito el hacha en un movimiento horizontal, que era más difícil de esquivar y más inesperado.
Pero el Bakugan si era inteligente, como se demostró al evadir su ataque al volar sobre el hacha sin detenerse y conectarle un puñetazo en el rostro que lo hizo retroceder un poco.
-Nada mal- dijo Onix, que había sentido fuerte ese golpe en su mejilla.
Escucho gemir de dolor a Snow y volteo intrigado, para abrir los ojos de sorpresa al ver como se sujetaba la mejilla... la misma mejilla en donde él recibió el puñetazo.
-¿Qué demo...?-.
-¿No lo mencione?- Dijo Dukhan. -Esta arena no es solo de decoración, también tiene un poder especial: cualquier daño que el Bakugan reciba, se refleja en su peleador. Cuanta cantidad de daño el portador reciba, dependerá de cuan fuerte es el vínculo entre ambos- explico.
Onix se angustio al escuchar eso. Quiere decir que cualquier herida que sufra, Snow también la sufrirá. Una vez, Dan lo llamo "un tanque", que era una forma de describir en un videojuego a un personaje lento que ataca fuerte y resiste muchos golpes, algo que encajaba en su descripción; pero en este caso, en donde su compañero también sufriría sus golpes, era lo peor que podría suceder.
-¡No te preocupes!- Grito Snow al notar la expresión de su compañero, pudiendo adivinar correctamente sus pensamientos. -He recibido mi buena cantidad de golpes antes, y soy bastante resistente, estaré bien-.
-Pero Snow...-.
-Prefiero salir vivo y golpeado de aquí, que muerto. No te preocupes. Además, que siempre podemos golpear primero antes que nos golpeen y asunto arreglado, ¿no?-.
Una cosa que admiraba de Snow era su optimismo. A pesar de estar asustado y en una situación realmente peligrosa, aun encontraba algo dentro de si para sonreír y bromear para no estar tenso y poder concentrarse. Una cualidad que no muchos tienen, y aunque eso parecía un rasgo de un tonto, ayudaba a elevar la moral, y la moral era un rasgo importante en una batalla.
-Tienes razón. Solo necesito golpear a estos tipos antes de que me toquen y asunto arreglado- con la moral alta por las palabras de su compañero, Onix levanto su hacha, tomándola con ambas manos.
-¿Terminaron de hablar?- Dijo Dukhan de brazos cruzados. -¡Por que es hora de pelear! ¡Ataca, Némesis!-.
Némesis rugió y volvió a lanzarse hacía su presa, quien estaba más preparado que antes. Onix esquivo el primer puñetazo y una patada que lo siguió, para darle un golpe en las costillas a su enemigo, seguido de un hachazo en el pecho, donde chispas volaron cuando el acero de su arma y del protector pectoral chocaron. Némesis retrocedió unos cinco pasos por ese golpe.
Dukhan sintió el golpe en las costillas, pero fue más un pequeño golpe que era molesto pero no hacía daño. A diferencia de sus enemigos, él no recibiría tanto daño por los golpes que sufra Némesis al ser un ser creado en un laboratorio y al que no le veía ningún apreció más allá de un arma. No había compañerismo entre ellos.
-Poder activado: Barnum Dual- Némesis hace aparecer llamas frente a sus alas y las canaliza frente a su pecho, disparando una ráfaga de fuego.
-¡Poder activado: Escudo Bifrost!- El escudo Vikingo de Onix aparece en su antebrazo izquierdo, pero no tiene tiempo de invocar el escudo de energía, por lo que lo usa de manera tradicional para bloquear el fuego.
La presión de la ráfaga de llamas era tanta que empujaba a Onix, que dejaba marcas de sus pies en el suelo al ser arrastrado. Puso su antebrazo detrás de su escudo para mantenerlo firme y planto más fuerte los pies en el suelo para detener su empuje. Logra soportar unos segundos hasta que la ráfaga se detiene.
-¡Poder activado: Martillo Blitz!- Dukhan no les dio respiros. No estaba peleando de manera deportiva, pelea con honor, pero para ganar.
El cuerpo de Némesis brillo intensamente de energía de un rojo escarlata. Moviéndose rápidamente que parecía una estela rojiza, Onix apenas pudo bloquear el primer golpe con su escudo, pero el segundo y tercero rompieron su defensa, recibiendo un golpe en el rostro de la cola de su enemigo como si fuera un látigo, seguido de que el dragón golpeo su mano, votándole el hacha y dándole un rodillazo en el estomago.
Snow escupió aire y saliva, sintiendo cada golpe de Onix en si mismo. A pesar del dolor, apretó los dientes y se mantuvo firme para activar el siguiente poder.
-¡Poder activado: Hacha Boomerang!-.
El hacha de Onix levito sola y voló hacía su amo, teniendo a Némesis en el camino. El Bakugan escucho el zumbido del arma surcando el aire y se hizo a un lado, momento que Onix aprovecho para recuperar su arma y asestarle un golpe a su enemigo, que aunque el golpe no lo daño mucho, si lo hizo retroceder el suficiente para recuperarse.
-¿Estas bien, Snow?- Pregunto Onix.
-Si... perfectamente- respondió el rubio, jadeando un poco por aire antes de pararse firme. -Pero esa cosa no solo parece una copia mal hecha de Drago-.
-No. No solo su apariencia, sus ataques también son iguales a los de Drago. ¿Qué significa eso?-.
Dukhan estaba más que feliz de responder: -Némesis Dragonoid es un clon creado a partir del ADN de Drago, que la ama Kazarina tomo en el corto tiempo que estuvo como prisionero. Némesis fue creado para ser el arma perfecta, obedece al pie de la letra mis ordenes, y fue mejorado para tener el poder suficiente para equipararse a Drago-.
-Una copia siempre será una copia, no importa cuantos arreglos le hagas- le dijo Onix. -Esa abominación podrá verse como Drago, pero no es él, y mucho menos tiene su alma. Yo mismo me encargaré de eliminar a este insulto de Bakugan-.
-Ya veremos- dijo Dukhan. -Poder activado: Voto Fuego-.
La garra izquierda de Némesis se rodeo de fuego. Estrello la garra contra el suelo, tan fuerte que la enterró, unos segundos después, pilares de fuego comenzaron a surgir de manera lineal uno por uno hacía adelante, destrozando parcialmente la arena en la zona donde se levantaban.
-¡Defensa Bifrost!- Esta vez se pudo convocar todo el poder defensivo del poder. El escudo de energía frente al escudo apareció, pero Onix lo puso abajo suyo. Cuando fue el turno de que un pilar de fuego surgiera debajo suyo, lo recibió sin daños, saliendo volando al aire. -¡Hacha Boomerang!-.
Lanzo su arma en el aire. Némesis no hizo gesto de moverse. Se quedo quieto hasta que el hacha estuvo lo suficientemente cerca como para que cualquiera asegurara que sería un golpe directo a la cabeza... y la atrapo.
Snow abrió los ojos, al igual que Onix una vez que aterrizo.
Némesis había atrapado el hacha, no con un poder o sus garras, sino con sus dientes. La atrapo como un perro que atrapa un disco de juguete en un día de parque, solo que no era un perro, sino un dragón creado únicamente para matar por una científica loca al que sus amigos le mataron a su Padre.
Onix estiro la mano para llamar de vuelta su arma, pero antes de que escapara de su captor, Némesis apretó tan fuerte sus dientes que termino por morder el filo del hacha que atrapo. El arma cayo con restos de uno de sus lados al suelo, haciendo un sonido estridente al caer. El hacha era de doble hoja a los lados, típico diseño vikingo. Ahora uno de esos lados tenía la marca de una gran mordida.
-Carajo...- soltó Onix.
-Esto se esta poniendo intenso- murmuro Snow.
Dukhan sonrió con cruel satisfacción. No podía contener la emoción, no solo por probar la fuerza de la creación de Kazarina, sino que también iba a eliminar a uno de los Peleadores, desmoralizando a sus compañeros, sobre todo a Camilo Navas, quienes se aseguraran que sufra al ver el cuerpo de su amigo muerto, y que además, era parte del plan de Rex.
Matarían varias aves de una pedrada.
-Bienvenido a la guerra, chico-.
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N/A: Lamento mucho el retraso, pero no sabía bien como querer escribir el capitulo, hasta que me decidí por este enfoque. Además que la universidad también me ha complicado actualizar.
Ya tenemos el capitulo 44, donde Snow se enfrenta a una crisis de vida o muerte. ¿Podrá ganar? ¿Camilo o alguien más lo salvara? Y hablando de Camilo, ahora Caligula lo persigue. En el siguiente capitulo se resolverá estas dudas, y de paso se revelara una cosa de Caligula que es parte importante del personaje.
Siendo honesto, pensé en hacer la batalla completa de una, pero el capitulo quedaría muy largo para mi gusto, y además así los dejo en suspenso. Cosa que me divierte hacer.
Sin nada más que decir me despido. Visiten y comenten el resto de mis historias por favor. CHAO.
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