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Capitulo 43: Mala Sangre

https://youtu.be/TdtArl4ekOE

(Cuando la música comenzó a sonar, los símbolos de los elementos Bakugan pasaron como guiados por el viento hasta aparecer el símbolo de los seis atributos juntos, y adelante apareció el titulo)

Tal como gotas de lluvia que caen sin rumbo, sin fijar dirección.

(De noche, Dan ve la luna con algunas hojas llevadas por el viento pasando. Las hojas pasan cerca de su rostro, que se alzo al frente con ojos llenos de determinación. En una toma diferente, se ve a Camilo de espaldas a Dan, quien bajo la mirada con algo de tristeza. Se ve por unos instantes el domo de acceso al Interespacio de día)

¡Nuestros sentimientos siguen el camino que eligen!

(Luna mira a la luna con tristeza, para ver a Marduk ponerse a su lado y sonrió. De manera consecutiva se ve al resto de peleadores: Shun sentado en la rama de un árbol, Snow chocando sus puños con una sonrisa, Marucho tecleando en su computadora, Felipe de pie en una arena de combate, Page, Rafe y Serah hablando hasta ver hacía adelante).

Un negro amanecer, verás que pronto llega. Pronto vendrá...

(Goodwin, usando una armadura de plata encima de su traje camina por los pasillos del castillo, su capa blanca ondeo. Paso al lado de Kazarina, quien sonrió cruelmente al verlo. Se ve desde abajo y subiendo rápidamente el oscuro castillo, hasta la punta, donde Goodwin estaba de pie, a su izquierda estaban Kazarina y Sellon, y a su derecha, Anubias y Caligula. Los cuatro con sus Bakugan).

(Se ve una imagen dividida de la Puerta y la Llave que tienen Dan y Drago).

Los pedazos de este sueño solo pueden causar dolor. Incluso llegar a tener miedo a creer.

Selen lanzo un rayo de luz que Fury aparto fácilmente retrocediendo en el aire. Vladitor se acerco a Fury y choco su espada con las cuchillas de su enemigo, soltando chispas. Caligula tenía una mirada de oscura excitación al ver la batalla).

¿Qué marca, yo dejaré en este mundo junto con mi decisión? Yo quiero saber...

(H y Abbott miran al cielo azul con una mirada preocupada. Abbott y H se miran, asintiendo y el segundo se retira. El escenario cambia al Interespacio, donde Lumagrow salta en el aire y el cielo es rojizo).

Superándome a mi mismo se que yo volveré a nacer. ¡La fe es lo único que me podrá fortalecer!

(Xerxes choca sus armas con las garras de Lumagrow en un combate intenso donde ambos caen en el aire. Al mismo tiempo, Horridian esquivo una flecha, e Artemis cargaba en su arco otra flecha que disparo al mismo tiempo que Horridian lanzaba rayos de energía de sus bocas, creando una explosión al chocar. Entre las llamas de la explosión, Lirian desvía los ataques de Isis mientras ambas pelean en el aire).

¿Qué marca, yo dejaré en este mundo junto con mi decisión?

(Drago hace a un lado las llamas mientras ve como un ejercito de Bakugan Caos se acerca a él. Onix, Wolfuro y Boulderon se alzaron con su armamento y Bakunanos respectivamente. Secuencialmente, se ve el ojo de Leonidas cambiar de su color normal a un tono rojizo, a Ginebra viendo el amanecer, a alguien usando una armadura oscura, un cuerpo en el suelo con un agujero en el pecho y sangrando y a Morgan con las manos juntas como si estuviera rezando).

¡La oportunidad llegara!

(En un destello, se ve a Camilo abriendo los ojos y la imagen lo rodea para ver que estaba de pie frente a Goodwin. En su espacio oscuro, el Dragón Carmesí extiendo sus alas para que en otra toma, se vea a un individuo de armadura negra de espaldas viendo al horizonte desde el castillo negro de Goodwin con su capa roja ondeando).
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¿Qué había hecho para merecer esto?

Camilo no se consideraba un santo ni nada, pero estaba seguro de haber hecho muchas cosas buenas en su vida. Lo único que se le ocurre es cuando fue a luchar en la Guerra Imperial por el bando Neathiano, y al ser una guerra, naturalmente, él y Leonidas acabaron con la vida de Bakugan y soldados enemigos. No era tan ingenuo para pensar que nada les paso en medio del campo de batalla (a veces tiene pesadillas de eso), pero al final cree que esas muertes no fueron en vano al derrotar a Apocolyps y Barodius.

Tal vez era karma, o algo más. Por que no se le ocurría nada que explique la situación.

-Y bien, hermanito...- Julie estaba sentada en la misma mesa que él, a su lado. -¿Qué vestido debería ponerme? Quiero tu consejo, hermanito. Nunca fuimos los más cercano de los Peleadores, pero eso debe cambiar ahora-.

Camilo tenía los codos apoyados en la mesa y las manos tapando su rostro. Su mente aun asimilaba lo que estaba sucediendo. Su hermano, que por algún vacío legal o falla, salió antes de lo estimado de la prisión... y se casara con la hermana mayor de Julie, Daisy cree recordar que se llama. Pues tendrá que aprenderse el nombre ahora de su cuñada.

-¿Por que esa cara, hermanito? ¿No estas feliz?- Julie disfrutaba de sobremanera el burlarse de Camilo con la nueva situación que los envuelve a ambos. -Y yo creí que estarías feliz al saber que una de las amigas que siempre te apoyo sería parte de tu familia-.

-Lo primero que hiciste al conocernos fue acusarnos a Leonidas y a mi de ser quienes derrotamos a Dan y Drago de manera injusta- señalo con un poco de rencor al recordar su primera interacción.

-Y eso los motivo a llegar a la final donde nos derrotaron a mi y a Gorem, ¿no? Los detalles no importan...- Julie hizo un gesto de mano para restarle importancia. -Debemos pensar en el hoy y en el ahora, hermanito-.

-Soy cuatro meses mayor que tu-.

-Solo son meses de diferencia, además que las mujeres maduramos antes que los hombres-.

-Lo que dijiste no tiene sentido-.

-Tiene todo el sentido del mundo. Esta científicamente comprobado-.

Claire, Snow, Ginebra y Serah observaban la discusión de los, dentro de pocos días, hermanos políticos con cierta diversión. A todos les sorprendió este giro de acontecimientos, casi sacadas de una novela, pero era divertido de ver.

-Velo el lado positivo- Snow palmeo el hombro izquierdo de Camilo al estar en ese lado. -¡Tendrás una casa en Australia a la que ir!-.

-No ayudes, Snow- suspiro el pelinegro. No tenía sentido lamentarse, menos cuando la boda será en dos días. -Pero de todos modos... ¿qué diablos vio tu hermana en el mío?-.

Julie se encogió de hombros. -A Daisy siempre le han gustado los chicos malos, aunque no es ninguna chica tonta de amor. Si eligió a tu hermano, es porque es un buen partido-.

-Sin ofender, Julie, pero no se si tu hermana tiene buenos gustos...-.

-Sin ofensas. Mi Padre reacciono casi igual a ti cuando conoció a Tayler-.

Decir que fue casi igual era un poco de subestimación. En donde Camilo estaba preguntándose como se formo la pareja, su Padre casi mata a Tayler hace unos días. Aunque su Madre lo detuvo y lo mando a dormir en el sofá hasta después de la boda.

Los Bakugan estaban encima de la mesa, escuchando la conversación del asunto y dando sus propias opiniones.

-No entiendo porque tanto teatro, es solo una boda- comento Lionel.

-Las bodas son cosas importantes en cualquier cultura, ya que es la unión de dos personas que se aman con todo su ser. Es un tema bastante delicado y serio- espeto Lirian.

-Aunque parece que hay cierta tensión en Camilo y su hermano. ¿Sabes de que se trata, Leonidas?- Le pregunto Onix al Bakugan Haos.

-No lo se, esto también es nuevo para mi. La última vez que vi a Tayler fue un día antes del TDB y parecía normal. Puede que algo pasara en el lapso de cuatro años que no estuve-.

-El aire es pesado a su alrededor- fue lo único que dijo AmirGoul.

Ayame se acerco a la mesa. Con solo ver la cara de su hijo menor sabía lo que debían discutir. No pudo evitar soltar una pequeña risa al ver a Camilo.

-Lo de exagerar tus reacciones sin duda lo sacaste de mi, cariño- se acerco a la silla de su hijo y le acaricio suavemente el cabello. -Yo le insistí a tu hermano que te lo contara, pero él insistió en que fuera una sorpresa. Si te sirve de algo, el golpe que le diste le hará replantearse nuevamente otra sorpresa-.

-Eso espero...- murmuro el pelinegro, sentándose correctamente en la silla. -¿Y dónde está Papa?-.

-Ocupado. Llegará para el día de la boda- respondió, para luego mirar a los demás. -Bien. Cambiando de tema, quiero que me sigan todos los demás, por favor-.

-¿Para que?- Pregunto Claire.

-¡Para los vestidos que usaran, obviamente!- Declaro Ayame emocionada. -Sabía que Camilo traería algunos amigos, o al menos a ustedes...- lo último lo dijo mirando a Claire y Ginebra. -Prepare algunos diseños básicos, y ahora que están aquí puedo terminarlos-.

-No sabía que era diseñadora, Honorable Madre- comento Ginebra, un poquito sorprendida.

-Mi Madre quedo entre los mejores cinco diseñadores del país el año pasado. Su ropa es buena- comento Camilo, recordando como hasta los trece, casi toda la ropa que usaba fue hecha por su Madre.

-Hubiera quedado entre los mejores tres, pero el concurso estaba comprado. De otro modo, no había forma de que ese horrible vestido purpura con lentejuelas me ganara...-.

-Mama... vuelves a quejarte sola en voz alta-.

-Ups...- la mujer se sonrojo de vergüenza. -Lo siento, una mala costumbre mía desde que era joven. ¡Pero no importa! ¡Este año planeo llevarme el primer lugar, y ningún juez comprado me detendrá!-.

Todos los demás, hasta los Bakugan, se les cayó una gota de sudor al ver lo determinada y emocionante que se mostraba Ayame... ahora ven de donde Camilo saco su pasión para las cosas que le gusta.

-Me agrada tu Madre- dijo Julie riendo.

Camilo suspiro. Estos dos días serán un tormento.
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(En otra parte)

-No puedo creer que se fuera sin decir nada. Entiendo que está acompañada, pero...-.

Felipe solo veía en silencio como Sabine se quejaba de que la dejaran fuera cuando Camilo se fue con Claire y otros a hacer algo que Dios sabrá que. Entiende que la mujer tiene alguna clase de misión personal de proteger a la pelinegra, pero tampoco debe de asfixiarla.

Ella lo llamo hace una hora y cuando se reunieron, quedo claro que lo hizo porque quería que alguien escuchara sus quejas y él era el único contacto que tenía en su celular. Ambos estaban vagando por el sendero de un parque cerca de la casa de Marucho.

Felipe había cambiado un poco su atuendo, usando un jean de tono oscuro con una camisa sin manga negra y una chaqueta negra con rayas moradas para hacer juego. Tal vez expresaba mucho como su estatus de Peleador Darkus, pero el negro era genial.

-Al final no tienen control. No puedo creer que esos chicos hayan sido los que pusieron fin a un tirano que casi conquista la Galaxia- y con eso, Sabine termino de quejarse, dando un gran suspiro.

-¿Te calmaste?- Pregunto Felipe, con las manos en los bolsillos de la chaqueta.

-Si. Lamento que hayas visto un lado desagradable de mi, pero necesita esto-.

-No te preocupes, tampoco es que tenga algo más que hacer hasta el juicio-.

Finalmente establecieron una fecha para su juicio por los cargos que le incriminaron. Sería en dos semanas más.

Sabine frunció el ceño. Felipe le conto todo el problema que tenía sobre cargos de robo de información y la información que incriminaba a alguien importante del gobierno de este país. No le sorprendía que hubiera corrupción, siempre hay en todo gobierno de cualquier planeta, y claro que habría mucha en un planeta con tantos estados divididos como la Tierra.

Tal vez sea por la creciente "amistad" que ha surgido entre ellos, pero cuando no está con Claire, ella esta con él para protegerlo. Por qué si una vez entraron a la habitación donde vivía y le robaron, ¿quién decía que no podrían secuestrarlo y callarlo para siempre?

Caminaron en silencio unos segundos. La mirada de la rubia se perdió unos momentos en su alrededor. En el parque habían familias jugando y riendo, parejas paseando y besándose, ancianos alimentando palomas o jugando ajedrez con otras personas. Todos disfrutando de una paz y tranquilidad.

Muy diferente a ella.

Felipe noto la mirada que Sabine le dio a las personas que paseaban, y aunque fuera algo atrevido, decidió hacer una pregunta que llevaba algo de tiempo pensando.

-¿Cómo fue tu infancia, Sabine?- La rubia se giró a él al escucharlo. -Me refiero... ¿dónde creciste? ¿Qué hiciste antes de llegar a la Tierra? Se que no dirás nada en relación a tu trato con Claire, pero estoy curioso por saber lo demás. No tienes que responder si no quieres-.

Aunque un sorprendida por la pregunta inesperada, respondió: -No es un problema, en realidad. De hecho, sería bueno hablar de mi hogar-.

Ambos se sentaron en una banca vacía para charlar mejor.

-Nací y crecí en el planeta Mandalore, un planeta donde sus habitantes son en su mayoría Nómadas y guerreros entrenados desde pequeños. Yo no fui la excepción. Mi familia era parte de una tribu llamada "Claymore", una tribu de mujeres guerreras que eran identificadas por sus ojos plateados. Mi madre me crio y entreno, aunque nunca hubo una verdadera relación de amor entre nosotros. Siempre he creído que ella me tuvo solo porque una de las obligaciones de la tribu era tener herederos para criar y entrenar, así se aseguraba el futuro de la tribu-.

-Debió ser difícil crecer así- comento Felipe.

-Tuvo sus cosas buenas, y desde pequeña se nos enseña a no tener mucho apego con los miembros más viejos de mi tribu, ya que cualquiera podría morir en cualquier momento, así que mi relación con mi Madre era más bien neutral. Solo la llamo Madre porque fue quien me trajo a la vida- respondió Sabine. -Yo era algo solitaria, así que no tuve muchos amigos de niña. Mi vida fue entrenar para ser una guerrera, con algunas misiones de práctica. Fue esa rutina hasta los 16, donde el imperio de Apocolyps llego-.

Felipe asintió. Ya le habían contado todo sobre Apocolyps, la Guerra Imperial, y todas las aventuras que los Peleadores tuvieron antes. Fue difícil asimilarlo como un hecho, pero con las pruebas vivientes que eran Claire y John, sumado a que se relacionaba con alienígenas como los Bakugan, Neathianos y Gundalianos... pues al final fue fácil de aceptar.

-Cuando las fuerzas de Apocolyps, lideradas por Dukhan atacaron, Mandalore resistió, pero era todo lo que podía hacer, ya que aunque éramos guerreros, nada nos preparó para los Bakugan Corruptos. Cuando cumplí 18, se me permitió unirme al frente para luchar la guerra. En mi primera batalla... perdí y fui tomada como prisionera-.

Sabine se mostró molesta, hasta avergonzada al recordar eso. Para alguien tan orgullosa como ella, debe ser penoso recordar como su primera batalla real termino en humillación.

-Cuando me tomaron como rehén, creí que sería mi fin. Que me torturarían para sacar información o sería una esclava. Así parecía hasta que...-.

-¿Hasta que...? No me dejes en suspenso- exclamo Felipe al ver como Sabine se quedó con la palabra en el aire por unos segundos.

Sabine miro indecisa al Latino, sin saber si era correcto decirlo, pero el chico la ha ayudado mucho a adaptarse a la Tierra y la cultura humana, y no ha tenido problemas en relatar sobre cosas personales de él como el caso que enfrenta. No sería justo si no comparte un poco de información, aunque no sea toda.

-...Una persona me saco. Era uno de los líderes del ataque a mi planeta y me vio luchar. No se que vio en mi, pero me tomo bajo su ala y me entreno en las batallas Bakugan bajo su mando. Estuve con varios Bakugan Corruptos hasta que conocí a Artemise- narro con una pequeña sonrisa. -Era excéntrico, lunático dirían muchos, y por supuesto que no era un santo. Él tenía uno de los recuentos más altos de bajas de enemigos de todo el ejército de Apocolyps... pero en el fondo, no era una mala persona, y por el respeto y apreció que le tengo, quiero creer que la amabilidad que me mostró no era falsa-.

-¿Y no tenías problemas en atacar a tu propia gente?- Pregunto Felipe.

-Casi nunca luche en Mandalor, normalmente tenía misiones en planetas lejanos o de reconocimiento. Mi existencia era sabida por pocos- se encogió de hombros. -Y eso es todo hasta ahora. ¿Es lo que esperabas?-.

No era exactamente lo que Felipe esperaba. De hecho, no sabía que esperar del relato de Sabine, que parece sacado de historia de anime. Tal vez el haberse criado como una persona normal hasta ahora lo haga un poco escéptico, pero algo le dice que tiene que acostumbrarse a estas cosas

¿Y que paso con esa persona, la que te entreno?- Pregunto Felipe.

-Está muerto. No sé quien lo mato, y aunque lo supiera no haría nada. Se que murió en batalla, y aunque nunca fui pegada a las costumbres de mi tribu, si respeto una muerte honorable en el campo de batalla y en no buscar venganza a quien lo derroto-.

Felipe asintió, apoyando su espalda en el descanso de la banca. Vio a su alrededor a los niños que paseaban y jugaban, a los grupos de amigos reunidos sentados en el pasto, a los que pasaban por el parque, incluso a los vehículos que se estacionaban o se iban.

-...¿Crees que comenzará una guerra dentro de poco?-.

Sabine no respondió al inicio, sus ojos vieron hacía adelante sin fijarse en nada en concentro, como si esperara que el horizonte le diera una respuesta.

-En mi experiencia... si-.
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(De noche)

Ya había caído de noche, y Camilo y todo su grupo de amigos tenían reservas de habitaciones en el hotel, aunque algunos compartirían habitación por espacio y genero.

Y ya sea buena o mala suerte, a Claire le toco dormir en la misma habitación que Ayame. Ella usaba un vestido de dormir de una pieza de tirantes de color magenta y Ayame usaba uno igual de color verde.

-Los vestidos les quedaron muy bien, aunque lo diga yo. Creo que son de los mejores que he hecho para una boda hasta ahora- Ayame se veía muy orgullosa de su obra.

-Y para mi será un gusto usarlo, señora. ¿Cuánto costara?-.

-No te preocupes por el precio, va por mi cuenta. Tómalo como un modo de cortesía, además que me diste algunas ideas. Y llámame solo Ayame-.

-¿Esta segura?-.

-Claro que si, y aprovecha. No le hago esta oferta a cualquiera-.

Claire acepto sin decir nada más. No negaba que también disfruto un poco de la experiencia. No sabía lo que era que te hagan un vestido, prefiere más los pantalones desde que llegó a la Tierra, pero se sentía bien probar un vestido de vez en cuando.

Aunque sin duda, quien más disfruto de la experiencia fue Serah. La pelirosa parecía una niña por lo emocionada que se veía. Cuando le cuestionaron de su emoción, le dijo que los vestidos lujosos para eventos no era algo que cualquiera en Neathia tuvieran acceso, solo los nobles o miembros de alto rango en el ejercito tenían permitido ese lujo, y ella solo una vez vistió un vestido lujoso cuando Fabia cumplió 12. Un momento de felicidad antes de que se involucraran en la guerra.

Snow no se mostro tan emocionado como las chicas. Claramente la ropa ajustada y elegante no era de su gusto, pero por ser la boda de un familiar de su mejor amigo esta dispuesto a soportarlo.

-Por cierto... lamento lo que tu y los demás vieron cuando llegaron... la verdad, no esperaba que Camilo reaccionara golpeando a Tyler- dijo Ayame. -...La verdad, si lo esperaba, pero no que fuera lo primero que hiciera al solo verlo-.

Claire apretó los labios. Ella no sabe mucho de la relación de hermanos que tienen, más allá de lo que le conto aquella vez para disuadirla de que no matara a Youma, y aunque la curiosidad por saber más la carcomía, no quería entrometerse en algo personal.

Ayame noto ese dilema en Claire y suspiro audiblemente, llamando la atención de la pelinegra.

-Se lo que quieres preguntar. Hazlo, no me enojaré-.

-...¿Qué paso entre Camilo y su hermano? Lo único que se es que su hermano mato a alguien y termino en prisión, pero veo que esta libre-.

-Es... complicado- Ayame suspiro, su rostro adopto una expresión nostálgica con algo de tristeza. -Cuando conocí al Padre de Tayler, este vino a estudiar a la Universidad desde el extranjero por una beca. No era un mal hombre, pero no era exactamente del tipo que se compromete a algo. Yo tenía 20 por ese entonces. Nos llevamos rápidamente bien y una noche en una fiesta de la facultad, fuimos juntos, bebimos demasiado, lo fui a dejar al departamento en donde vivía, ya que yo tenía Licencia de Conducir y él no, y su casa quedaba de paso a la mía. Ambos estábamos ya borrachos. Una cosa llevo a la otra y terminamos compartiendo la noche-.

Claire se sonrojo un poco por esas palabras, pero nada más. Ya le había quedado claro los primeros meses en la Tierra desde que empezó la Universidad que esas cosas eran muy comunes en las personas, sobre todo en la gente de su edad. No falto el chico en la Universidad que le lanzo piropo o insinuación, y a todos los rechazaba cortésmente, aunque a los pesados que insistía los intimidada un poco para que la dejaran en paz.

-Dos meses después me enteré que estaba embarazada, y cuando se lo conté, no lo tomo muy bien y corto su relación conmigo- Ayame recuerda lo adolorida que se sintió por su rechazo, y que cada vez que se veían en clases o los pasillos, él siempre evitaba mirarla. -No lo culpo, nadie quiere ser Papa a tan corta edad, menos cuando esta tan ocupado como él lo estaba. No podía hacer Aborto porque era ilegal, así que decidí hacerme total responsable de mi bebe, aunque significara abandonar la Universidad un tiempo cuando ya tenía el estomago grande-.

Fue una época complicada de su vida, donde los mareos, antojos y cambios de humor fueron su mayor problema hasta que los dejo de tener, solo para ser reemplazados por problemas de ropa debido a su vientre hinchado y talones adoloridos.

-Por suerte no estaba sola; tenía a mis Padres y mi Abuela que me apoyaron- Ayame recordó lo decepcionado que estuvieron en un inicio por su "accidente", pero que aun así, la apoyaron para esa situación. -Dos años después de dar a luz a Tayler, trate de retomar mis estudios, pero la Universidad subió sus cuotas de inscripción y mi familia no teníamos suficiente con que pagar, ya que mucho de los costos era para mi hijo. Para mi suerte, una diseñadora de ropa muy famosa a nivel mundial estaba en el país y dando un concurso para diseñadoras jóvenes, en que los primeros lugares estaban una gran suma de dinero y la oportunidad de aprender de diseño directamente de ella-.

Ayama recordó haber sabido de ese concurso por un espacio en el periódico de un local en la calle. Solo lo vio de paso y en cualquier otro momento no le hubiera interesado, pero debido al dinero y que la participación era gratis, más la urgencia de dinero que necesitaba, fueron lo que la motivo a participar.

-Lo admito: estaba desesperada. Practique durante meses mis diseños, y cuando fue la hora de enviarlos, no tenía mucha confianza. Esa fue mi primera vez haciendo el dibujo para un diseño. Mientras tanto, trabaje medio tiempo en diferentes lugares para tener dinero para mi familia y mi hijo. La situación no se veía bien, hasta que los resultados llegaron a través de una carta un mes después...- hizo una pausa para generar emoción, ya que noto como Claire prestaba mucha atención a su historia. -Y no solo quede en los primeros lugares, sino que lo gane-.

-¿En serio?- Exclamo Claire sorprendida.

-¡Si! No podía creerlo, hasta salte de la emoción- Ayame sonrió al recordar su reaccionar en ese entonces, y la reacción de alegría de sus padres y abuela. Realmente, ninguno espero que ganara. Fue un verdadero milagro. -Cuando me reuní con la diseñadora, me hizo una serie de preguntas: tales como porque participe en el torneo y que me inspiro. Le conté mi necesidad y mis problemas, y sorprendentemente, ella fue bastante amable. No solo me dio el dinero del premio, sino que también me dio la oportunidad de estudiar en una escuela de arte y de moda de forma gratuita, incluso se ofreció a enseñarme personalmente en su tiempo libre. Aunque diseñar vestidos no fue algo que quisiera hacer en un inicio, ante lo bien que me fue y la oportunidad que me estaba ofreciendo, no pude negarme- se cruzo de brazos. -El único problema era que tendría que estudiar en otra ciudad, lo que me obligaba a dejar a Tayler con mis padres, pero ante tal oportunidad, no tuve otra opción-.

Ahora que Ayame lo pensaba, aceptó muy rápido tras escuchar que estudiaría en otra ciudad. Quería a su hijo, pero criar a un niño era más difícil de lo que alguna vez imagino, más en sus condiciones. Puede que subconscientemente, viera esa oportunidad como una forma de escapar temporalmente de la responsabilidad para dejársela a sus Padres, que si tenían la experiencia para criar a un niño, y tendrían el dinero que gano del concurso.

-Aunque es una gran historia, ¿qué tiene que ver con Camilo y Tayler?- Claire no quería ser irrespetuosa con Ayame y lo que tuvo que enfrentar, pero su pregunta era referente a sus hijos, no a ella.

-A eso voy...- dijo la mujer. -Estudie durante cinco años para ser diseñadora, y poco a poco me fui enamorando de esta vocación en la que sobresalí mucho. Siempre intentaba estar en contacto con mis padres y Tayler por llamada y cartas, ya que no existía la videollamada o los mensaje de texto como hoy, y en las vacaciones volvía para estar con ellos, aunque a veces era difícil- reanudo su historia. -Después de que Tayler cumpliera 5, conocí a Patricio en mi primera pasarela en donde se mostraría uno de mis diseños. Ya estaba buscando pareja en ese entonces, y sus gestos amables y cuidados fueron los que me ganaron. Aunque no fue fácil, aunque no era exactamente un mujeriego, si tenía muchas "amigas"...- hizo comillas con los dedos. -Y por alguna razón no entendía indirectas. Fue frustrante-.

-Entiendo el sentimiento-.

-Pero al final le demostré que yo era la mejor de todas. Salimos durante dos años, y un año después nos casamos. Ese mismo año tuve a Camilo. Mi abuela falleció un año después de casarme, pero diferencia de cuando tuve a Tayler, no tuve problemas con Camilo, ya que en ese entonces solo tenía que diseñar los trabajos y alguien más lo hacía, y Patricio y su familia nos apoyaban. Emocional y económicamente no tenía problemas, algunos hasta dirían que tenía la vida perfecta por tener un esposo que me amaba y el apoyo de personas que también me querían-.

-¿Pero...?-.

-Pero durante todo ese tiempo, a pesar de mis esfuerzos y el apoyo de mis Padres, estuve... ausente para Tayler. En sus primeros años creció más con mis Padres como figuras paternas que conmigo, y cuando mi vida se estabilizo, me case con Patricio y tuve a Camilo, a quien le prestaba más atención por ser un bebé, y a medida que trabajaba como diseñadora, mi fama y mis proyectos eran más solicitados, al punto de que comencé a viajar. No era fácil separar mi vida laboral de la personal- suspiro al recordar lo difícil que era tener tiempo para su familia entre tantos trabajos. El solo recordarlo era agotador. -Rara vez estaba en casa, mi esposo cuidaba a Camilo, lo que hizo que él terminara siendo más cercano a su Padre que conmigo-.

Ella no le molestaba eso. Desde que supo que su segundo hijo era un niño, esperaba que fuera más cercano a su Padre, ya que normalmente un hijo es más cercano al progenitor con el que comparte sexo. Lo que no le gustaba es que la razón era porque ella estaba ausente mucho tiempo. Amaba su trabajo de diseñadora y el dinero que ganaba ayudaba a su familia, pero igual no le gustaba estar lejos de los que amaba.

-¿Y Tayler...?-.

-Patricio también cuidaba a Tayler, intentaba ser esa figura paterna que no tuvo, pero Tayler no le gustaba Patricio por alguna razón. Fue años después que me entere que Tayler sentía que Patricio era la razón por la que yo no era tan cercana a él-.

-Pero no era su culpa-.

-Claro que no, pero en su lógica como niño, él pensaba que así era- explico. No podía culparlo. Tayler era solo un niño y fue su culpa en gran parte por no estar ahí con él mientras crecía. -Paradójicamente, aunque no le gustaba mi esposo, si quería a Camilo. Siempre se esforzaba en ser un buen hermano mayor con él, hasta jugaban juntos-.

Le trajo una sonrisa el recordar como Tayler siempre estaba vigilante a Camilo en sus primeros años, o cuando Camilo se caía o lloraba por hambre o porque se lastimo, Tayler era de los primeros que llegaban con él.

-Pero cuando Tayler tenía 15 y Camilo 7... fue cuando se complicaron las cosas- agrego. -Tayler tenía problemas en la escuela y comenzó a juntarse con mala compañía. Yo le advertí que no era bueno, pero cada vez me comenzaba a hacer menos caso, y con el tiempo empeoro- suspiro. -Antes de entrar a la Universidad, se tomo un año sabático, y un día lo lleve conmigo a uno de mis viajes de trabajo para que pudiéramos conectarnos mejor. Sin saberlo, se había juntado con uno de los empleados de mala fama que... le dio drogas-.

-¡¿Drogas?! Ahora que lo pienso, creo que Camilo lo menciono...-.

Ayame asintió -Lo mantuvo bien oculto por años, realmente no lo sabía... hasta hace tres años, donde recibí un llamado en medio de un trabajo de un oficial que me dijo que mis hijos estaban en la comisaria-.

-¿Qué hizo?-.

-Deje todo para ir a verlos. ¿Qué más iba a hacer?- Dijo como si fuera lo más obvio. -Según el oficial, Tayler estaba comerciando con drogas y se dijo que peleo con el vendedor y se pelearon. Por alguna razón, Camilo estaba ahí y el vendedor le iba a disparar, pero Tayler fue más rápido... el ataque que me dio casi hizo que me desmayara-.

Ayame se paso una mano por la cara. Ese susto de muerte nunca se le pasaría.

-Pero Tayler les ayudo al darle una lista de los proveedores de droga, y por eso, y por defensa de su hermano, es que redujeron mucho su condena de lo que debía ser. El incidente también afecto mi carrera, pero no me importo honestamente. Tayler estuvo en prisión hasta hace unos meses y... el resto es historia-.

Claire asintió. La historia del hermano de Camilo era más complicada de lo que imagino, no espero que Ayame hubiera dejado de lado a su hijo mayor por bastante tiempo. Se entiende que no fue por maldad, y que su embarazo le trajo complicaciones, y que a pesar de estar ocupada, siempre intento estar para su hijo, aunque no fuera suficiente para su hijo, y personalmente, se sentía halagada que la rubia le hubiera compartido esta historia intima.

Pero faltaba un detalle. -Aunque sin duda todo fue más complicado de lo que parecía... ¿qué tiene que ver eso conque Camilo y Tayler se lleven mal?-.

-Camilo no quería saber nada de su hermano después. En esa época ya había pasado un año cuando creímos que Leonidas había muerto y aun seguía algo decaído por eso. Patricio siempre le enseño a Camilo que la venta y consumo de drogas estaba mal. Mi marido tiene una gran repulsión por las drogas. Creí que era por eso, pero me he dado cuenta que hay más-.

-¿Más? ¿Cómo que?-.

-Eso no lo se. He intentado hablar con Camilo del tema, pero siempre lo evita- Ayame miro el reloj digital en la cómoda y vio la hora. -¡Ya son las 11:30 de la noche! Si que nos quedamos hablando mucho-.

Ayame abrió la sabana y cubrecama de su cama para acostarse.

-No se porque se llevan mal mis hijos, y aunque deseo que se lleven bien, sobre todo ahora que Tayler esta mejorando para bien, es un asunto que ellos deben resolver- admitió Ayame. -Aunque nos guste o no...-.

Y Ayame no le gustaba el no poder ayudar a sus hijos en un tema delicado y personal como este, pero no podía hacer nada aquí, este era un problema de hermanos.

-Lo menos que puedo hacer ahora es apoyarlos en lo que puedo- fue lo último que pensó la mujer antes de cerrar sus ojos para dormir.
............................................

"TOCK TOCK TOCK"

Camilo abrió los ojos al escuchar golpes en la puerta de la habitación del hotel. Vio la hora: 12:37 de la noche. Había tenido problemas para dormir y solo cuando fue medianoche es que pudo conciliar algo de sueño. Ese no fue el problema de Snow, Onix y Leonidas. Los dos primeros no tardaron el dormirse, y aunque su compañero intento mantenerse despierto para hacerle compañía, al final termino cediendo al sueño.

Esperaba que fuera algo importante para venir a esta hora. Quito las sabanas y cubrecama encima suyo y camino con cuidado para no despertar a los que estaban dormidos.

Al abrir la puerta que conectaba con el pasillo bien iluminado y su habitación, vio de pie a la última persona que quería ver ahora mismo.

-Hola, hermano. Lamento molestarte tan tarde- hablo Tayler a su medio hermano menor.

Camilo cerró la puerta casi de inmediato, pero Tayler puso el pie en la entrada para evitar que se cerrara totalmente. Al bloquear el primer intento con éxito, puso una mano en el marco de la puerta y la empujo con cuidado para abrirla de nuevo, pero Camilo hizo presión para cerrarla de nuevo. Ambos hermanos comenzaron una lucha de fuerza para cerrar o abrir la puerta.

-Solo quiero hablar- dijo Tayler, irritándose por la actitud infantil de su hermano de querer cerrarle la puerta.

-No- fue la respuesta inmediata de Camilo. -No tengo ganas de soportarte tan tarde-.

Tayler, demostrando que uso su tiempo en la prisión como prueba para ejercitar los brazos, puso ambas manos en el marco de la puerta y la empujo, superando a su hermano que retrocedió al ser superado en fuerza. La puerta casi se estrella con la pared, pero Tayler alcanzo a tomarla de la perilla para evitar eso. No quería despertar al amigo de su hermano, solo quería hablar con él.

-Por favor- suplico. -Quiero hablar contigo. Necesito hablar contigo-.

-¿Para que?- Camilo se cruzo de brazos con el ceño fruncido. -No tengo nada que hablar contigo, no después de lo que hiciste, lo que me hiciste-.

-Ya te dije que las cosas no son como piensas- dijo Tayler. -Nunca viniste a visitarme en la prisión, y lo acepte, pero ahora necesito hablar contigo porque quiero que me escuches. No te pido perdón, solo que me escuches, por favor-.

Snow se quejo entre sueños y se giro en su cama al otro. Camilo no quería despertar a su amigo ni a Leonidas por un problema que era exclusivamente suyo, ni hacer una escena en su puerta.

Suspiro resignado, su hermano había ganado esta confrontación. Fue a la silla del escritorio que tenía la habitación, donde colgaba su chaqueta y se la puso. Aunque se veía mal usar su chaqueta encima de su ropa para dormir y unas pantuflas, el punto era que le diera calor en la noche.

-Hablemos, pero en otra parte-.

Tayler asintió, y ambos hermanos caminaron por los pasillos hasta el ascensor. Fueron hasta el primer piso, donde saludaron al recepcionista y Tayler guio a Camilo a la parte trasera de la recepción, donde era el comedor del restaurante. Como se esperaba, estaba lleno de mesas y sillas que estaban colgadas encima de las mesas con las patas arriba y habían varias lamparas colgando del techo, pero solo una estaba encendida mientras el de limpieza pasaba por el lugar. También tenía un ventanal al lado izquierdo que daba vista a la piscina y las camillas blancas que estaban al lado.

A esa zona fueron. Tayler abrió la puerta y los hermanos caminaron hasta detenerse al borde de la piscina. Un par de pasos más y caerían al agua, y ninguno estaba con ganas de un chapuzón nocturno.

Se quedaron en silencio unos segundos. Camilo esperaba que su hermano fuera el primero en decir algo, ya que lo despertó a esta hora para algo. Tayler repasaba por su mente las palabras correctas para usar en esta incomoda situación para mejorarla.

-...¿Y bien? ¿Me trajiste para ver la piscina o para hablar?- Pregunto Camilo, con una impaciencia y molestia poco características de él.

Tayler suspiro. Su hermanito había sido impaciente desde niño, aunque después de conocer a esa esfera parlante y esos amigos lo hizo madurar mucho para un chico de 12 años, seguía conservando ese tipo de rasgos... o tal vez ahora los tiene por su presencia.

-Quiero... disculparme por lo que paso. Tienes toda la justificación para estar enojado, y no te culpo. No fue correcto lo que hice-.

Camilo cerró sus manos formando puños y apretó sus dedos fuertemente. -¿Por que te disculpas exactamente?-.

-Sabes porque?-.

-No, pasaron muchas cosas aquella vez, así que no se de cual de todas te estas disculpando-.

Tayler volteo la cabeza hacía un lado, sintiéndose avergonzado y que la garganta se le secaba de repente. Pero Camilo no le dio tregua y siguió hostigándolo.

-¿Y bien? ¿De que me pides disculpas? ¿Por haberme involucrado en tus negocios de drogas? ¿Por casi hacer que me mataran por tu culpa? ¿O por haberte aprovechado de que estaba deprimido para ser tu "repartidor"?- Hizo comillas con los dedos en lo último.

-Por... todo eso- respondió Tayler de forma seca, sintiendo aun más vergüenza por todas esas acusaciones que eran ciertas.

Ese era el problema del asunto y porque Camilo estaba tan molesto con su hermano: Tayler se había aprovechado de que su hermano seguía deprimido por la muerte de Leonidas para ayudarlo con su compra de droga, y hasta usarlo para comerciar con ella a otros.

Aunque intento mantenerse fuerte, para Camilo fue muy doloroso perder a Leonidas. Antes de conocerlo a él y a los Peleadores, antes de los Bakugan, Camilo no tenía amigos porque no sabía relacionarse bien con los chicos de su edad. De niño hasta lo molestaban por lo aguda que era su voz, mucho más aguda que otros niños de su edad, así que tenía problemas en relacionarse con otras personas. Fue la actitud fuerte y determinada de Leonidas que le dio la confianza y seguridad que en ese entonces necesitaba, y el carisma y apoyo de Dan para acercarse a otros.

Pero tras creer que Leonidas había muerto, el tener que dejar el equipo y no haber apoyado en nada durante el ataque de Naga, lo sumió en una fuerte depresión que aumento al tener que mudarse de ciudad, lejos de sus amigos. Aunque se mantuvo en contacto con ellos por mensajes y llamadas (más con Dan y Marucho) no era lo mismo.

No fue la típica depresión que uno se imagina de encerrarse a oscuras en su cuarto a llorar con música trágica. No, lo suyo fue más de seguir con su vida con un aura apagada a su alrededor y de casi no interactuar con nadie.

Fueron el tiempo, y en gran parte, la presencia optimista y amistosa de Snow, lo que lo hicieron recuperarse. Snow no lo sabía, pero lo ayudo mucho más de lo que imaginaría. Tal vez por eso acepto tan fácil que los acompañara a Neathia a pesar de lo peligroso que pudo ser, porque no podía negarle nada a uno de sus amigos más cercanos.

Pero durante ese lapso fue lo que ocurrió lo que estaba acusando a Tayler; un día, su hermano le pidió ayuda a llevar un paquete a cierto grupo de amigos, le dijo que era un favor y se lo recompensaría. Camilo no hizo muchas preguntas e hizo lo pedido. No se cuestiono lo que había dentro del paquete, ni la pinta que tenían los tipos a los que entrego.

Al día siguiente, Tayler volvió a pedirle que llevara algo al mismo grupo, y eso hizo.

Y así se volvió su "repartidor" por unas semanas. No fue hasta conocer a Snow después de ayudarlo con unos pandilleros para recuperar la cruz de su madre y que se volvieran amigos, que empezó a cuestionarse estas "entregas". Intento cuestionarle a su hermano, pero este las evadía o se hacía el tonto.

Fue un día que decidió seguirlo, que descubrió que todo el asunto era de drogas. Por una metida de pata fue descubierto y para callarlo, el que lideraba las entregas intento matarlo, pero Tayler fue más rápido y lo mato primero.

¿Pero que quería hacer su hermano? Quería huir y hacer que no paso nada. Fue Camilo, fue él, no Tayler, quien llamo a la policía al lugar. Le dio el crédito a su hermano para que no lo involucraran en nada de esto, pero al parecer le salió el tiro por la culata, ya que debido a eso salió más temprano de lo que debía.

-¿Y bien?- Insistió el peleador Haos, perdiendo más la paciencia. -Si no vas a decir nada más, me largo-.

-¡Lo siento!- Grito Tayler cuando Camilo apenas dio un par de pasos. -La cague, ¿vale? Hice mal al usarte de esa manera, no debí involucrarte en mis asuntos que casi hacen que te maten, ¿no crees que no me siento mal por eso? Por poco y te veo morir-.

-¡Eso no cambia nada!- Espeto Camilo, girándose hacía él. -¿Sabes cuanto afecto a Mama? Y no me refiero al trabajo, sino que estuvo por semanas culpándose de que te fueras a las drogas. A mi Papa y a mi nos costo hacerla entender que la culpa no fue suya, sino tuya-.

-Lo se...-.

-Lo que me molesta no es solo que me hayas usado, sino que te aprovechaste de mi para hacer tu trabajo sucio. Por que querías huir en vez de aceptar tu responsabilidad-.

-Lo se, ¿por que crees que no me opuse cuando llamaste a la policía?- Tayler apretó los dientes. -Todo lo que paso es responsabilidad mía, puedo reconocerlo ahora, pero ahora soy diferente-.

-Una serpiente cambia de piel, pero sigue siendo una serpiente-.

Tayler hizo una mueca y miro dolorido a Camilo. No esperaba que le guardara tanto rencor por eso. Si, sabía que le guardaría cierto odio y desconfianza, pero no pensó que fuera tanto. Su hermano puede ser muy rencoroso cuando quiere.

-...¿Qué quieres, Camilo? ¿Quieres que te pida disculpas de rodilla? Vale, lo haré si así puedo tener tu perdón; pero realmente quiero que hagamos las paces, sobre todo ahora que me voy a casar-.

-...Es eso, ¿no? Solo quieres tener tu consciencia limpia. ¿Daisy sabe todo lo que hiciste?- Cuestiono Camilo.

Taylera asintió. -Lo sabe. Le dije todo cuando comenzamos a salir-.

Tayler nunca se considero afortunado hasta ahora. No sabe que hizo para ganarse a alguien como Daisy, alguien tan perfecta y hermosa que podía tener a cualquier chico, pero que en su lugar, eligió a un vago bueno para nada como él. Una parte de él temía que ella se diera cuenta que podía tener a alguien mejor y terminará por abandonarlo, tal vez fuera lo que merecía, pero estaba dispuesto a luchar por esta oportunidad que la vida le dio por alguna razón por la felicidad de ella y la suya.

-Eso no quiere decir que no sienta culpa hacía ti, hermano- agrego Tayler, se tomo el brazo izquierdo con su mano derecha. -Siempre estuve celoso de ti, ¿sabes? Tenía envidia por como vivías. Tuviste todo: un padre que te amo, la atención de Mama desde el inicio...-.

Camilo no lo interrumpió. Su madre ya le había contado la circunstancias en como fue el nacimiento de Tayler, lo difícil que fue criarlo para ella y que la mayor parte lo hicieron sus abuelos y visa-abuela, y que cuando apenas había conseguido estabilidad, se caso con su padre y nació él. Podía entender que su hermano pudiera guardarle algo de rencor, porque desde su punto de vista, él tuvo lo que Tayler no desde siempre: la atención de ambos Padres desde nacer en una buena posición económica.

Pero no por eso justificaba sus acciones. Conoce a personas que le han pasado peores cosas en la vida y aun así eligen hacer el bien.

-Pero al verte por primera vez... no podía odiarte. Creo que fuiste el primer lazo importante aparte de los abuelos para mi. Fuiste esa luz que no sabía que necesitaba pero no sabía- Tayler al fin lo miro a los ojos.

Camilo se sentía conmovido, casi rompe su fachada seria, pero sabía que debía mantenerse firme, que no podía dar un paso atrás en esta discusión.

-...No puedo perdonarte por usarme y lastimar a Mama, todavía no- Camilo sabe que esta siendo mezquino, pero es lo que siente.

-¿Eso donde nos deja al final?- Cuestiono Tayler.

-No lo se...- suspiro el compañero de Leonidas. -Pero si puedo tolerarte, al menos para este día especial. Aunque si lo hago, no es por ti, sino por Mama, por Daisy, que es hermana de Julie, una amiga-.

-Bien- no era lo que Tayler quería, pero por ahora estaba satisfecho. Ya tendrían tiempo para limar heridas, o al menos, eso esperaba. -Solo te pido, que después, me des una oportunidad para probar que he cambiado, que puedo volver a ser el hermano que conocías antes-.

Camilo no sabía si podía darle una oportunidad a su hermano, ¿debería? No tuvo problemas en aceptar a Ren y a Mason a su lado, pero las circunstancias eran diferentes: no conocía a ninguno de ellos personalmente, y no podía culparlos por ser sus enemigos, ya que ellos eran soldados que luchaban por su mundo natal, algo que cualquiera haría. Y como Dan y Marucho estaban dispuesto a dar un voto de confianza a Ren aun después de que los traiciono y uso, él también estuvo dispuesto.

Tampoco tuvo problemas en aceptar a Alice después de que se enterara que ella era Masquerade, pero a diferencia del resto, no tuvo muchas interacciones con Masquerade. La primera vez que lo conoció en persona fue al final del Torneo Ventus, y solo lo vio un par de ocasiones antes del TDB, donde se retiro y no lo volvió a ver, y con Alice su relación era de respeto y amistad a la chica que le dio varios consejos útiles cuando era novato. La amistad que tenía con ella no era tan profundo como el que tuvieron los demás, así que pudo aceptar la noticia de mejor manera que el resto.

Pero a pesar del rencor que le tiene, Tayler sigue siendo su hermano, la persona que lo cuidaba cuando era casi un bebe, quien jugaba con él a veces hasta que se descarrilo. No solo era por él, sino por su Madre, que sabía que quería la paz entre ambos.

-...Puedo hacer el intento, al menos por Mama-.

-Gracias-.
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Los días faltantes pasaron rápido y llegó el momento de la boda. Muchas personas estaban en la recepción, la mayoría conocidos de la familia de Julie, incluyendo sus Padres. Tayler no tenía muchas personas a las que invitar más allá de algunos amigos de su madre que lo conocían desde pequeño y algunos ex-reclusos que conoció en su tiempo de preso y habían venido bien vestidos para la ocasión, y que se estaban comportando ejemplarmente hasta ahora.

Camilo usaba el traje de etiqueta negro que su Madre le trajo cuando la reencontró en su casa, y Snow vestía un traje igual, pero de color azul que combinaba con sus ojos. Se había peinado el cabello por ser un evento importante, aunque aun tenía mechones rebeldes que se levantaban de su cabellera rubia.

Leonidas y Onix también estaban vestidos para la ocasión. Ayame había hecho pequeños corbatines para atarlos alrededor de los pequeños cuellos de los Bakugan. No había diferencia, pero ella insistía en que los usara para que se vieran bonitos.

Pero las verdaderas estrellas entre los invitados eran las chicas.

Claire iba ataviada por un vestido rojo que asomaba ver unas finas sandalias que combinaban y tenía un ramillete colgando encima del lado derecho de su torso. Serah usaba un vestido rosado de falda corta hasta encima de las rodillas. Traía el cabello atado a una cola de caballo alta por detrás de su cabeza con unos tacones blancos. Ginebra usaba un sencillo pero bonito vestido de tirantes verde aguamarina que mostraba sus hombros y le caía al suelo. Julie no se quedo atrás, usando un vestido color amarillo de tonos dorados que dejo su espalda descubierta, pero era tapada por su cabello grisáceo que llevaba suelto en esta ocasión.

Lionel y AmirGoul usaban el mismo corbatines negros que Leonidas y Onix, mientras que Lirian usaba una falda con una cuerda atada a la mitad de su cuerpo de esfera para que no se cayera.

se le notaba que las chicas habían usado un poco de maquillaje: Claire tenía pintado los labios de un esmalte rojo, Serah tenía rubor no natural en sus mejillas que hacía brillar su rostro. Las cejas de Ginebra eran muy resaltadas y el rostro de Julie tenía brillo.

Las chicas se veían hermosas, llamando mucho la atención de los invitados. Aunque Camilo se había tomado su tiempo para admirarlas, su atención estaba concentrada en el individuo que llego acompañado de Julie.

-¿Qué haces aquí, Ace?-.

Ace Grift, un miembro de la Resistencia Bakugan y parte de la alineación de los Peleadores en la batalla contra el Rey Zenoheld vino como acompañante de Julie. Usaba un esmoking purpura con una corbata azul.

-Camilo, ¿verdad?- Pregunto Ace. No había intercambiado palabras con el actual Peleador Haos de los Peleadores. -Si, soy yo. Un gusto hablar-.

Camilo se tuvo que recordar que este Ace no era el mismo que conoció en la Otra Dimensión por obvias razones, y que no lo conocía de nada más allá de verlo cuando la Resistencia llegó a Neathia y por algún comentario de Dan o Marucho.

-¿Qué haces aquí? ¿No vives en otro planeta?- Pregunto Snow, interesado por la presencia del Vestal.

-Julie me contacto para que la acompañara en la boda. Al parecer, Mira le dio un aparato para que se comunicaran, y ella le dio mi número- explico Ace con molestia. No perdona a Mira por eso todavía. -Fue tan molesta al insistir que al final acepte. Llegue a través del portal del Doctor Michael. Tampoco es que tuviera algo mejor que hacer, y la comida de la Tierra es muy buena-.

-¿Dónde esta Percival?- Pregunto Camilo, notando que el caballero Darkus no estaba con Ace.

-¿No te lo conto Dan? Percival, Nemus y Wilda volvieron a Nueva Vestroia después de echar a los tontos de Apocolyps de nuestro planeta. Al parecer, la experiencia en la Guerra les hizo replantearse algunas cosas y decidieron volver a Nueva Vestroia a disfrutar un tiempo de su hogar por el que lucharon. Solo los Vexos, Klaus y Daku son Peleadores ahora- respondió Ace. -Escuche de Spectra lo que esta sucediendo en el Interespacio Bakugan. Los Peleadores deben tener las manos ocupadas ahora-.

-Como siempre- respondió Camilo.

Mientras los chicos hablaban, las chicas también conversaban.

-¿Has notado las miradas que te lanzo Camilo al verte llegar? Lo tienes comiendo de la palma de tu mano, chica- hablo Julie con emoción. -Tienes que usar todas tus habilidades para dar un gran ataque que deje su fuerza vital en cero-.

Claire sacudió la cabeza en negación, pero con una sonrisa en el rostro. No se le había escapado las miradas indiscretas que Camilo les dio a todas, sobre todo a ella, al ingresar. Le alagaba y hacía feliz las sutiles miradas del pelinegro a ella.

Ayame, usando un vestido negro con brillo, al lado de Patricio, que vestía igual que su hijo, llamaron la atención a todos para que se fueran a sentar. La boda iba a comenzar.

Media hora después, con todos sentados, los familiares en primera fila, y el novio esperando en el altar con una postura muy rígida que evidenciaba lo nervioso que estaba... comenzó.

Camilo tuvo que admitir para sus adentros que la ceremonia fue hermosa.

La música de órgano con la típica melodía de fondo, Daisy con un vestido de bodas blanco y ligero caminando lentamente al altar sujetada del brazo de su padre. La expresión enmudecida de Tayler con el sonrojo en su mejillas. La amenaza que le dio el padre de Daisy a Tayler en voz baja que solo los que estaban en primera fila escucharon, y que hizo reír a Julie.

Se dieron los votos matrimoniales mientras se colocaban los anillos y el Padre hablaba. La sonrisas en la cara de ambos novios no se iba.

Un momento gracioso fue cuando el Padre llegó a la parte "si alguien se opone a la unión, hable ahora o calle para siempre", y Julie le lanzo una mirada fulminante a todos los que estaban sentados, haciendo que su Madre se riera y Ace se tapara la cara, tal vez arrepintiéndose de aceptar venir.

Toda la sala estallo en aplausos cuando llegó el momento y la pareja se beso, siendo ahora, al menos emocionalmente, una pareja casada.

Los vitoreos seguramente se podían escuchar desde los pisos más cercanos, el aura de alegría y celebración que se respiraba, la felicidad de la pareja, era la imagen perfecta de como debe ser una boda.

Y mientras aplaudía, Camilo tuvo que reconocer algo; aunque tuviera problemas con su hermano que aun no solucionaban... una parte suya, se alegraba por él.
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N/A: El capitulo me salió más largo de lo que espere, pero estoy satisfecho.

Con esto se termina el relleno y volveremos a la historia y acción. Empezaremos lento antes de que lo bueno venga de golpe.

También me disculpo el retraso. No sabía bien como abordar el capitulo, pero al final supe hacerlo. Tampoco he tenido tanto tiempo, porque la Universidad me abruma desde el inicio, pero trataré de actualizar siempre que pueda.

Aprovecho para dejar un pequeño aviso: pienso reescribir el fic de Bakugan: Guerra Imperial. Más que nada, corregir errores de ortografía y quitar elementos que al final no fueron a nada. Ya empece con el capitulo 1, pero creo que seguiré cuando termine Guerra Imperial.

Sin nada más que decir me despido. Visiten y comenten el resto de mis historias por favor. CHAO.

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